One-shot Level Up [Rol Persona] [YulexNagi]

Palabras: 2063

Level Up.
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Ya era hora de almuerzo y el chico de peculiar color de cabello se encontraba limpiando el pizarrón, pues era su deber esa ocasión, y de paso también el borrador ¿Qué gracia tenía limpiar algo que estaba hecho para ensuciarse? Dio un pequeño suspiro, sin abrir la boca. Le hubiera gustado ir con los chicos a almorzar, pero tendría que hacerlo en un rato más, deberes eran deberes, aparte de que desde hace ya bastante tiempo que había tenido una baja significativa de problemas en cuanto a integrarse a su grupo se trataba.

Una tarde tranquila de primavera, con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina.

—¡Shi~ra~i~kun! —escuchó una voz lastimera a sus espaldas.

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La reconocía hasta en distancia, ya sea llorando, alterada, enfadada, preocupada, pero definitivamente su favorita era la de alegría o calma, ambas juntas si era posible, lastimosamente no era el caso.

—¿Nagi-chan? ¿Estas llorando? —comentó mientras volteaba su rostro por sobre sus hombros, la chica se había aferrado a sus brazos apoyando la cabeza en su espalda, sin dejarle voltearse de inmediato. —¿Paso algo malo? — En verdad le preocupaba el asunto, pues la tipa era un enigma cuando de llanto se trataba, podría ser causado por un perro casi la muerde en la calle hasta porque andaba nuevamente lidiando sola con sus problemas cuando necesitaba apoyo, y a veces era difícil discernir si eran o no grave los motivos. —¿Quieres un abrazo? ¿no? — Pero con tanto tiempo conociéndola ya entendía los pasos a seguir para empezar a calmarle, y nada era más que efectivo que un abrazo si ya te habías ganado la confianza de ella.

—Hic, hic. — La más pequeña hipaba, tratando de frenar un poco las lágrimas por su propia cuenta.

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Yule sonrió para sí mismo, mitad para calmarse los leves nervios que le provocaba ver a Watanabe alterada, y la otra mitad por el hecho de que si había llegado hasta él es que ya había intentado calmarse por sí misma, sin lograrlo, acudiendo a él por un poco más de ayuda. Que siempre intentara la chica cada día con más fuerza aprender a lidiar con sus emociones le enternecía, pues él tenía sus propias batallas con esta, y le hacía latir fuertemente el corazón pensar que su Kohai tenía la confianza suficiente para acudir a él.

Ahhh, la quería tanto, y después de tanto esfuerzo tratando de acercarse a la escurridiza chica por fin la tenía en sus brazos, sobándole cabeza y espalda en un intento de calmarle.

—¡Se-se murió! – Shirai abrió los ojos como platos, congelado ¿Una mascota? No, no tenía… Peor aún ¡¿Un familiar?! — ¡Mi personaje favorito murió! — Terminó de exclamar Watanabe, a lo que Shirai suspiró aliviado, así que solo era eso, nada grave… Recién se había percatado que sus labios habían estado temblando ante la idea de que podía ser una verdadera muerte.

—Ya, ya, tranquila. — Seguía con sus caricias mientras notaba que Watanabe poco a poco iba guardando silencio ¿Había dejado de llorar?

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Shirai alejó un poco a Nagi de su cuerpo para poder verle el rostro, aún se mantenía con lágrimas, que, aunque pequeñas y lentas, se esparcían por su rostro, el cual estaba rojísimo, pero no por estar cohibida, si no por las penas, eso no le gustaba e hizo un puchero casi invisible.

—¡Ya se! —exclamó alegre cuando una idea se le vino a la cabeza, mientras levantaba su dedo índice, Nagi le dirigió la mirada sin alzar el rostro manteniéndose encorvada. — ¿Y si vamos a comer helado? ¡Yo invito! — Estaba sonriendo, esas sonrisas que parecían detener todo lo malo, congelando la tristeza, helando el fogoso dolor, como quien aplica hielo a un moretón. Watanabe desvió la mirada, definitivamente no podía verlo así mucho tiempo, a menos que fuera desde una foto en su computador entre las múltiples que tenían juntos, obsequiadas por Anna. Su rostro ahora ardía, pero no por pena necesariamente, que de a poco iba quedando atrás.

—Bu-bu-bueno —murmulló torpemente, haciendo un pucherito en un intento de que sus lágrimas se frenaran completamente, no quería estar tan impresentable cuando iba a comer helado con Shirai-senpai, aunque fuera una cosa mínima.

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—Entonces ¿Vamos? —preguntó nuevamente sonriendo, Nagi le volvió a mirar, frunciendo el ceño, taaan lindo, no era que estuviera enojada, simplemente era su forma de reaccionar ante todas las cosas que sentía por él, cómo si se defendiera de esos sentimientos, aunque ella sabía perfectamente que no era necesario.

—Espera. — Shirai le miró confundido ¿Siempre tenía que hablar tan bajito? Nagi acercó la mano al rostro de este posándola en su mejilla izquierda, ambos se veían como dos tomates desde lejos, Watanabe frotó su dedo pulgar cerca de la comisura del labio ajeno, un poco por el mentón también. Gruñó – No se salen las manchas. -dijo algo media decepcionada, volviéndolo a abrazar, ocultando su rostro en el cuello de él. Nagi podía escuchar el corazón de Shirai latir como ametralladora, lo que le hacía sonreír internamente “Tan tierno” Pero ella no se quedaba atrás, pues Yule con su mano en la espalda contraria sentía bombear el corazón de Watanabe más fuerte que un taiko. “Sumamente adorable”

—No te preocupes, si pasamos cerca de los baños me limpiaré —contestó, Nagi se alejó un poco y se aferró a la manga del gakuran. —¿Vamos? — Aunque Yule ya sabía que esa acción significaba que podían irse, por algo le dejaba tanto espacio para moverse.

Watanabe asintió.

Tuvieron que ir a la cafetería para comprar un par de helados, se toparon con Anna y Oreki disfrutando de un gran almuerzo ¿De dónde habían sacado tanta comida? Al parecer Tojo le enseñaba el arte de la degustación, a lo que Anna se veía entusiasmada.

—¡Yule-kun! —exclamó con alegría esta al verlo, pensaba que no iba a llegar, aunque rápidamente Oreki le tocó el hombro para captar su atención mientras apuntaba a Nagi, quien se encontraba distraída viendo quien sabe qué cosa del comedor.

—No los interrumpas. — Le comentó Oreki con bastante diversión en su voz, Anna entonces enarcó una ceja, mirando a Shirai.

—Oh —empezó con una sonrisa ladina. — Buena suerte Yule-kun. —dijo, sin evitar sacar una carcajada después. Esos dos eran tan lentos, pero le enternecían al mismo tiempo, cada quien tenía su rapidez al avanzar.

—¿Nos vemos a la salida? —agregó Oreki.

—S-sí, claro. — Le respondió Yule, a quien le llegaba a salir humo de la cabeza por lo ardiente que sentía el rostro ¿Qué se pensaban que eran? Puede que anduvieran muy juntitos y todo, pero tan solo eran amigos muy cercanos… Por ahora, porque él en realidad si le encantaría avanzar a algo más, pero no tenía idea de cómo se lo tomaría la chica, más aún después de haber llegado a tal punto de confianza que al inicio le parecía imposible alcanzar, no quería que bajara solo por acelerar las cosas, Watanabe era de las que requerían tiempo para tomar decisiones importantes.

—¡Adios, Nagi-chan! ¡Espero y disfrutes el helado! — Le grito Hiradaira a la más alta cuando los veía alejarse. Esta se volteó sonriéndole.

—¡Claro! Gracias Anna-senpai —contestó con una sonrisa de oreja a oreja, ojos serrados. “¿Por qué con ella si usas su nombre?” Yule no podía evitar preguntárselo.

—¡Y no olvides que puedes venir con nosotros cuando quieras, después de clases! —agregó Oreki levantando el pulgar, apoyado en el respaldo de la silla mientras miraba para atrás, así Nagi le veía con comodidad.

—¡Claro, Oreki-senpai! —dijo mientras se despedía con la mano, aunque nunca soltando la manga del chico que mentía aferrada con la otra. “Bueno, aunque yo soy el único con quien utiliza el kun” seguía meditando Shirai para sus adentros.


Apresuradamente llegaron a la azotea, pues Nagi había empezado a adelantar el paso, no quería que los helados se derritieran antes de llegar a un buen lugar donde relajarse. Increíblemente el lugar estaba vacío, Takagawa había faltado ese día y Hiroki… Lo único que se le ocurría era que si no estaba solo en la azotea estaba acompañando a Shiori en algún lado ¿La biblioteca, quizá?

Nagi eligió en cual lugar de la reja se quedarían respaldados, era uno donde la estructura para entrar a la escuela daba sombra, Yule no se lo esperó, pero Nagi se sentó en el piso, a ratos aún le extrañaba que fuera de las que no tenían reparos en sentarse en cualquier lado ¿Será que su flojera de mantenerse de pie le ganaba? Sonrió, sin motivo alguno, más que el de ver a Watanabe.

Estaban sentados uno al lado del otro, empezando a comer el frío dulce, Nagi como le era común estaba mirando el piso, y Shirai miraba a Nagi, pues la encontraba más interesante que la pared de al frente, obviamente.

—Hmmm. — Podía escuchar levemente su respiración, ya se había calmado por completo del causante de que estuvieran ahí… Y sin embargo ahí se mantenía el rubor que claramente ya no era cosa del llanto.

“Qué linda” —¿Te gusta el helado, Nagi-chan? — Le sonrió Yule, captando su atención.

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Ella volteó a verlo, al inicio algo seria, pero rápidamente su sonrisa pasó a ser una totalmente complacida, mirándole con ternura.

—Muchas gracias por el helado, Shirai-kun. — Este decidió mirar al frente, la pared otra vez, tal vez mirar a Nagi si podía llegar a hacer daño, pues sentía que todo su rostro se derretía.

Y ahí se quedaron unos minutos disfrutando el helado, mientras conversaban de vez en cuando, mientras se miraban furtivamente, aunque directamente también, compartiendo carcajadas leves nacidas de la tranquilidad en el aire.

Al finalizar se pararon, Nagi se acomodó nuevamente la falda, Shirai se limpió el uniforme.

—Bueno, creo que ya me iré a la sala, gracias por acompañarme Shirai-senpai. — De vez en cuando le gustaba como sonaba su nombre de tal forma, le recordaba a los primeros momentos que compartieron juntos.

—Nagi-chan, ven. — Le dijo alzando un brazo hacía el frente, hacia Nagi.

Ella se acercó y sin darse cuenta fue guiada por una mano en su cabeza hasta toparse reposando en Yule, este le acariciaba el cabello de manera demasiado gentil, cosa que de pequeña nunca habría esperado de un chico.

—Me alegra que estés mejor, Nagi. — Acercó su rostro al de la chica, le había depositado un beso en la frente. Un beso… Era el tercero. Una vez fue en la cima de la cabeza, un día que intentaba calmarla, el otro fue en la coronilla, simplemente porque la pilló desprevenida… Y ahora era en la frente.

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Y es que Yule ya no podía seguir privándose de lo que quería hacer, más aún cuando tenía la confianza de que Watanabe disfrutaba de su presencia tanto como él de ella, y si seguía dándole la vuelta a como en realidad quería llegar a comportarse con la chica se terminaría enfermando, pues su persona le dictaba expresar esos sentimientos, profundos, suaves e inocentes, tal como ellos dos.

—Entonces ¿Nos vemos a la salida, supongo? —dijo después de despeinarle la cabeza y se dio media vuelta para alejarse, pues Watanabe había sugerido que se separaran.

Hasta que inesperadamente sintió tirante su gakuran, volteándose para ver que le ocurría a Nagi.

Otro beso.

Veloz, fresco y qué desapareció inmediatamente, como una briza que se alza fresca en medio de un día de verano, para dejar después el sofocante calor, privando de más… Y ahora su rostro parecía ser un volcán a punto de estallar.

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—¡No-no-nos vemos a la salida, senpai! — Y Nagi escapó, tal miedosa que era, acostumbrada a correr de responsabilidades muy grandes.

Shirai tocó sus labios mientras observaba la puerta, impactado, rojo y con unas inexplicables ganas de llorar.

Sonrió, más alegre que nunca.

Nagi siempre se le escurría de las manos, había parecido imposible por mucho tiempo siquiera tener la oportunidad de que estuviera calmada a su lado, y a pesar de que la pequeña siempre parecía que lo repelía, el destino parecía volver a juntarlos.

La diferencia es que él estaba seguro de que esa vez, al encontrarla en la salida al final de clases, no sería obra de un futuro predicho, esa vez sería la propia voluntad de la chica.

Y es que Nagi debía admitirlo, muchas veces se sorprendía de lo que era capaz de hacer cuando la confianza y el valor de su persona tomaban el control para cumplir sus más profundos deseos, como el estar con sus seres amados.

fin​

Contenido oculto: Nota de la autora

¡Bueeeeeeno! En relate con mi beba y el bebo de Hygge , porque son demasiado lindos. Me excusaré de inmediato que mi costumbre de escribir es casi nula, más aún esta cosa que salio demasiado largo, no tiendo a usar personajes con personalidad predefinida en mis relatos, pero creo que es lo más pasable que he hecho referente a eso. Espero que los dibujos hayan podido llenar posibles corazones insatisfechos, los estuve haciendo entre ayer por la tarde/noche y hoy... Y sí, este era el tan exclamado por mi, mí plan malévolo ¿Se murieron de diabetes? Porque si no habré fallado miserablemente como antagonista.

Espero que los personajes hayan llegado a ser lo más acorde posible a sus personalidades.
"Level Up" porque si Nagi y Yule llegaran hasta momentos como estos sería después de subir muchos niveles su afinidad, aparte que hay un pequeño avance entre el inicio y final del escrito, supongo.

En mi personal, quedé satisfecha con los dibujos, y creo que son una cantidad justa, hubiera faltado alguno de Anna u Oreki, pero a ellos los agregue después, cuando los bocetos ya estaban planeados.

Lo revise como tres veces en busca de fallas ortográficas, si pillan otra no me vendría mal saberlo.

Eso es todo, después de mi larga nota, como suelen ser, les doy lar gracias por leer :3