Capítulo 1: Prólogo de mi aventura Hola, me llamo Yoh Tenko. Soy de la región de Idgria, ubicada al norte de la ciudad Central, y se trata de uno de los lugares más pobres en el que sólo viven las personas con la menor clase social. Entre ellas estamos mi papá, mi mamá, mi hermana y yo, sometidos a vivir en la pobreza sin ningún otro tipo de forma de vida. O eso es lo que creía yo. Desde pequeño viví con una rara marca en el brazo. Los médicos dijeron que se trataba sólo de una marca de nacimiento, pero para mí es algo más que eso. Yo la considero como mi marca de suerte porque gracias a ella ahora puedo estar donde estoy. Les contaré el relato de mi aventura desde el principio. Era un día como cualquier otro en la población de Perfs. Por cierto, no se los nombré pero se trata del nombre de mi pueblo natal. Bueno, a la historia. Era un día como cualquier otro en Perfs y, como siempre, a mi padre le tocaba el trabajo de agricultor así que fue a la plantación. Mi mamá se quedo en casa y mi hermana y yo fuimos a la escuela. Era mediodía. Ya estaba comiendo fuera de la sala de clases cuando de repente sonaron las alarmas de desastre y, como era habitual, pensamos que era un simulacro, pero esta vez no era así. Esta vez nos llevaron hasta un centro de concentración cerca del pueblo, pero me separé de mi familia y no sé cómo logre salir. Caminé y caminé, no sabía a dónde iba y me desmayé. De repente escuché una voz. ―Hey. Hey. ¿Chico, estás bien? Me desperté y le respondí: ―Sí, sí lo estoy. ¿En dónde me encuentro? Qui… ¿Quién es usted? ―Soy Yaku ―me dijo―. Te encuentras en Milfos. ―¡Milfo! Pero eso está en… ―Exacto. Estás en la región de Kirnea. ―Salí de Idgria ―dije silenciosamente. Después de hablar un rato con el señor Yaku y explicarle todo, me dijo que era un chico con suerte ya que todos los que intentaban pasar por la barrera que nos separaba era asesinado por el ejército. Yo me alegré ya que al salir del hoyo en donde estaba, ese al que llamaba hogar, podría vivir mejor. Por eso decidí quedarme con el señor Yaku y vivir con él. Ese día lo consideré como mi día de suerte.
Hola, aquí estoy c: Te comiste algunas tildes, mi recomendación es que pases tu texto a word donde te corrige automáticamente c: En el aspecto temático, no entiendo la reacción Yoh, se va y no le importa su familia, no expresa su dolor, quizás sea malo o solo egoísta. Describe más los lugares, el lector no sabe nada y se puede marear con los nombres. Para ser el primer capítulo, tengo muchas dudas, muchos hilos sueltos, y no esta mal pero tienes que ir rellenándolos a través de la historia y eso a veces es complicado pero tu puedes! Espero con ansias el próximo capítulo!
me gustaria resolver las dudas con yoh y lo que siente por su familia, como es son las region pero esas son cosas que la historia misma va a resolver creo que e logrado mi meta porque queria dejar en duda al lector en el primer capitulo ademas que nisiquiera eh dicho la razon de las alarmas y como se pierde
Capítulo 2: Un día normal Era de noche. Nuevamente tuve el mismo sueño que hace tres días desde que llegué aquí. Cada vez que lo tenía empezaba igual: estoy en una ciudad que no conozco, en medio de una multitud y me acerco hacia el centro para ver qué pasa y cuando llego hasta ahí veo… Veo a mi familia convertidos en esclavos del imperio y de repente un soldado levanta su espada y… Me despierto gritando. No sé qué pasa, creo que es el sentimiento de tristeza por perder a mi familia. Pero no importaba, iba a seguir aquí y ver a dónde me llevara el viento, fuera de aquel agujero al que llamaba hogar. Todas las noches llegaba el señor Yaku a ver qué me pasaba e intentaba calmarme. Esa misma noche me dijo que en la mañana fuera a conocer a los chicos que vivían cerca. Me volví a dormir y en la mañana cuando desperté, Yaku estaba en la cocina y bajé a ver si estaba el desayuno. ―Buenos días ―saludé. ―Hola, Yoh. ¿Cómo estás? ―Bien. ¿Qué hay de desayunar? ―Siéntate que ya te sirvo. Y bien, ¿qué tal pasaste la noche? ―Bien. Oye, ¿qué es eso en la tele? ―No sé. Le subiré el volumen. “Estamos en vivo en ciudad Central, en el hospital ―informó el reportero―. Nos cuentan que hace poco nació un pequeño niño con una extraña marca en su cuerpo, la cual empezó a brillar y luego hubo una explosión en la sala donde se encontraba. Al parecer casi todos salieron con heridas leves. Solamente la mamá y el doctor resultaron con heridas graves y ahora mismo están siendo tratados. Han entrado soldados del ejército para intentar calmar al niño que aún sigue adentro. Al parecer, esta rara marca sigue brillando y el ejército teme que haya otra explosi… ―Sus palabras quedaron ahogadas con el sonido de una detonación―. Ha pasado, ¡ha pasado frente a todos nosotros! Ha habido otra explosión y…” ―Al parecer se perdió la conexión. ―Sí. ¿Esto pasa a menudo? ―pregunté curioso. ―No. ¿Qué acaso en Perfs no transmiten noticias? ―No, no tenemos televisión. Allá es difícil enterarse del resto del país. De pronto oímos que tocan a la puerta. ―Parece que están llamando. ¿Puedes ver quién es? ―me pidió Yaku. ―Sí, yo voy. Fui hasta la puerta y la abrí. ―Disculpa, ¿está el señor Yaku? ―Ah… ―Es… Es una chica, fue todo lo que pude pensar mientras me sonrojaba y no podía hacer nada más que quedarme mirándola. ―Hey, ¿me escuchaste? ―¿Quién es? Ah, Kiara. ¿Qué te trae por aquí? ―Eh… Vo-voy … Voy a lavar los platos ―dije, dispuesto a salir de ahí, nervioso. ―Mi mamá dice que si le puedes mandar un poco de azúcar ―contó Kiara. ―Sí, por supuesto, espera. Mira aquí está. ―Gracias. Nos vemos. ―Espera ―la detuvo Yaku―. ¿Me harías un favor? Yoh, ven acá. Yoh ella es Kiara, Kiara él e Yoh. ―Em… Em… Eh. ―Es nuevo aquí, así que me gustaría que le mostraras el pueblo. ―Por supuesto. Vamos. ―Em… ―Bueno, vamos que tengo mucho por mostrarte. ―Diviértanse. En el recorrido, ella me mostró todo el pueblo: la plaza central, la escuela que en el futuro iba a asistir y el lugar donde se reunían los chicos a jugar o hablar. También hubo otras cosas a las cuales no les presté atención por estar mirándola, pero no importa. Al fin y al cabo me invitó esa noche a que fuera al lugar en donde se reúnen, pero no fui porque nunca he sido muy social. Además de eso, no se me sale de la mente lo del reportaje de hoy. Una marca que empezó a brillar y, después, una explosión. No sé, yo me quedé pensando.
Este capitulo me gustó mucho, se resolvieron mis dudas, Yoh no es malo, se respondió mi duda. Pero de nuevo me dejas con más intriga... el sueño, el niño explosivo y ahora la aparición de un nuevo personaje. Aún siento curiosidad por Yaku, porqué hará todo eso por Yoh... mmm Bueno en cuanto a narración lo vi pobre... podías narrar los hechos en vez de solo nombrarlos... Estas son mis correcciones... Ten cuidado con los signos de interrogación y exclamación así mismo como los signos de puntuación. Y para finalizar narra mas la emociones y describe las escenas... }Hasta ahora puedo deducir que es una casa que tiene recursos y es de dos pisos... aún así siento que puedes explotar mas tu idea. Espero con ansias el próximo capitulo *-*
¡Hola! Al fin he venido. Disculpa la tardanza. Aquí mi opinión: Pienso que realmente es buena trama, un poco común, pero es buena. Debes tener en cuenta que aquí, en FFL, se procurs tener calidad en los escritos... Me parece que no lo estás logrando. Quisiera ayudarte con esa parte. :D Tienes varios errores... El uso de signos de puntuación, acentos, mal escritas palabras... Lo que sí noto, es que no está mal tu narración hasta cierto punto: mantienes cierto misterio. Eso me agrada bastante. Quisiera ofrecerte un Beta-Reader. Es un usuario que se encargará de ayudarte con los errores que tengas en tus escritos. Te ayudará muchísimo, en serio. :3 Dime, y enseguida te busco uno. Por cierto, no es necesario que estés contestando a cada uno de los comentarios que recibas, a menos que sea realmente importante. Por el momento, es todo lo que puedo decir. Espero la siguiente parte... Y dime si te gustaría que un Beta-Reader te apoye con tus escritos :3 ¡Saludos!
Capítulo 3: El alma del Fénix (Primera parte) Tiempo después de haber llegado a Kirnea, Yaku quería que conociera todo lo que había afuera de la barrera que separaba Perfs del resto del mundo, así que decidió que me iba a llevar a Ciudad Central para conocerla un poco. Las semanas pasaron hasta que llegó el día en que saldríamos de viaje. Iríamos hasta la ciudad que estaba al dur de Milfo y luego tomaríamos un avión. Ese día en la mañana, tocaron a la puerta y cuando fui a abrir me encontré con Kiara. ―Hola Yoh, ¿cómo estás? ―me saludó. ―Ho-hola. Bien, de hecho, ya vamos saliendo. ―Sí, ya sé. Yaku me lo contó ayer, así que decidí hacerte el almuerzo. ¡Toma! ―Gracias ―acepte nervioso, tomando el paquete que ella había preparado para mí―. No tenías por qué hacerlo. ―No importa. Ya me tengo que ir, que tengan buen viaje. ¡Adiós! Cerré la puerta y me encontré con Yaku allí. ―Estás loco por ella, ¿verdad? ―¿Qué? No, no. ―Vamos, si se te nota en la cara. No la puedes ver sin sonrojarte. ―Ay, cállate. Mejor nos vamos. ―Es mejor que te ganes a su madre ―me confió―, porque con ella la tendrás difícil. ―Anda ya, vámonos ―le apremié. Después de que me ridiculizó durante todo el camino a Ciudad Central, por fin llegamos a nuestro destino y fuimos directamente hasta el hotel en donde nos hospedaríamos tres días. Pasamos la noche descansando y al día siguiente Yaku me llevó a ver el templo. Estando allí, Yaku me fue mostrando todo lo del templo, me fue explicando como se creo el templo y el porque. Cuando derrepente ―Oye, ven aquí, no corras. ¡Atrápenlo! Y, de repente, un chico se me acercó muy alterado. ―¡Niño! Niño, ayúdame, ayúdame por favor. ¡No estoy loco! ¡No estoy loco! Pero antes de que pudiera llegar a responder, aparecieron los guardias del templo y se lo llevaron consigo. Se suponía que pasaríamos en Ciudad Central tres días, pero algo pasó. Estando en el templo, nos encontramos con una habitación muy rara con una vitrina justo en el centro. Curioso, me adentré a ella hasta notar un libro extraño y muy viejo también. Yaku me dijo que le pertenecía a un guerrero que vivió hace muchos años o algo así. La verdad es que no le presté mucha atención ya que sentía una gran atracción por ese libro, tanto que me acerqué para tocarlo. En ese momento sentí como todo el mundo desaparecía y me vi a mí mismo en una habitación muy rara. Fue entonces cuando escuché la voz que, hasta el día de hoy, recuerdo sus palabras: "Yo sé que me estás escuchando, Elegido, Portador de la marca del Fénix, descendiente de uno de los legendarios. El fuego que emana de tu alma aún es débil, pero sé que poco a poco irás evolucionando y lograrás aquello en lo que nosotros fallamos. Te ofrezco mi alma, el alma del Fénix. Tú podrás ser el ave que renacerá de mis cenizas y emergerás en uno de los guerreros de la próxima generación de legendarios; la gran ave que volará por el cielo que yo no logré. Adiós por ahora, Elegido, y espero que sepas usar bien tus futuras habilidades." Me desperté sin saber nada de lo que había pasado y me encontré con Yaku quien había estado cuidándome. Luego de que me hiciera tomar un poco de agua y de ofrecerme alimento, me explicó parte de lo que pasó. Al parecer, mi marca empezó a brillar en cuanto toqué el libro y me desmayé. Estuve en estado de coma por cinco días, al cuidado de Yaku ya que él en el pasado había sido médico. Luego de unos minutos para que pudiera asimilar la noticia, me acercó un espejo y me dijo que me mirara en él. No podía creer lo que veía reflejado. Mi cabello había cambiado de color al igual que mis ojos, ahora ambos tenían una tonalidad rojiza. Y la marca de mi brazo, que nunca había sufrido una variación hasta ahora, era una gema roja. No sabía, ni podía comprender, qué me estaba pasando.
Capítulo 4: El alma del Fénix (segunda parte) Estaba confundido, no sabía qué estaba pasando. Noté que Yaku estaba un poco nervioso. ―Tenemos que irnos –me dijo. ―Pe… ¿Pero qué está pasando? ¿Qué me pasó? Yaku se volteó hacia la ventana y muy ansioso habló. ―Rápido, agarra tu maleta. Tenemos que irnos. ―Pero por qué ―volví a repetir. ―Después de te lo explico ―prometió Yaku. ―Bueno. Vámonos. De repente, Yaku sacó una ramita de bambú de su bolso y con su otra mano le pegó un puñetazo, haciendo que del golpe se abriera una especie de portal por el cual nos hizo pasar y llegamos a una cueva extraña. No me dijo en dónde estábamos, pero presentí que era un lugar muy lejos de Ciudad Central. ―Cómo… ¡Cómo hiciste eso! ―No necesitas saberlo. No estaba dispuesto a decirme nada ―¿En dónde estamos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Y por qué querías que nos fuéramos tan pronto? ―Estamos en… La isla Devora ―pronunció con cierto tono nostálgico. ―¿Y qué hacemos aquí? ―Aquí… ―Hizo una pausa antes de extender sus brazos hacia el paisaje―. ¡Aquí vas a descubrir quién eres! ―¿Quién soy? ―repetí contrariado. ―Esta es la isla a la que venía de pequeño y entrenaba ―continuó―. Aquí es donde enterraron a los cinco legendarios y en donde vas a aprender a usar las alas del fénix. Te contaré la historia de los legendarios. ››Esto ocurrió hace muchos años, en la época de la guerra de las naciones, cuando se creó la muralla para separar el país. En ese entonces, los grandes líderes del ejército se dieron cuenta de una gran energía que nublaba todo el mundo. Una energía que estaba en todas partes y que era fuente de vida. Pero ellos descubrieron que con ella se podía llegar a tener una oportunidad de ganar la guerra y oprimir a la humanidad con un nuevo orden mundial. ››Para proteger esta energía nacieron cinco niños. Cada uno con una marca diferente y con una capacidad de aprender habilidades sobrehumanas. Los grandes líderes los buscaron y les hicieron dudar de su objetivo. Así, confundidos por mentes llenas de codicia y poder, se lanzaron a batallar entre ellos, formando una guerra peor. Fue una masacre provocada por un propósito destinado a la tiranía y la dictadura. ››Entre estos estaba Mero, el alma del Fénix. Él y otro de los legendarios lograron darse cuenta de lo que estaban provocando, pero ya era muy tarde y en sus últimos respiros maldijo a los líderes del ejército. Él creó una nueva esperanza. Predijo que pasarían varias generaciones, mas la luz borraría la oscuridad del mundo. Los cinco legendarios reencarnarían para liberar al mundo del orden mundial impuesto por los gobiernos de varias naciones y esta vez sí lograrían lo que antes habían fallado: proteger la vida misma. Yaku se arrodilló frente a mí. ―Tú, Yoh, desciendes del legendario Mero, hijo del Fénix. Tu futuro es proteger a la vida, así tengas que dejar la tuya en el camino. ―Pero no entiendo. ¿Cómo que soy un legendario? Además, ¿a qué viene ese nombre? ¿Es algún tipo de rango o algo así? ―No lo es. Sólo es el nombre que se les dio a los guerreros que debían defender la vida. ―¿Pero qué pinto yo en todo esto? No, no entiendo. Sólo soy un chico que viene de una región muy pobre. Entonces, ¿por qué yo? Además, esos otros guerreros qué, ¿van a ser mis amigos? ―Algunos sí. ―¿Cómo que algunos sí? Por cierto, no me gusta eso de dejar mi vida en el camino. No sé qué tengo que hacer, qué tengo que proteger exactamente ni quiénes son los otros. Y qué pasa con mi apariencia. ―Me temo que no puedo responder esas preguntas. Tenias muchas dudas, el no me las podía responder y aunque las supieras, no creo que me las fuera a responder ―El chico. Ese… Ese chico del reportaje de hace tiempo. ―Sí. Él también es uno. ―No creo estar preparado. ―Para eso estoy aquí. Te voy a enseñar todo lo que debes saber, en quiénes confiar y lo que llevas por dentro. Sólo quiero decirte que si tú eres un legendario es porque Mero mismo te eligió a ti. Y debió ser por algo.
Capítulo 5:El fin del Prólogo Desde que llegamos a la isla, empecé a sentir un aura diferente. Es cálida y me hace sentirme bien al estar aquí. Comencé mi entrenamiento con Yaku. Los días pasaban y él me enseñaba defensa personal, diferentes formas de lucha, meditación y un poco de medicina. Un año más tarde. Ya ha pasado un largo tiempo desde que dejé mi casa. Quiero volver, reencontrarme con Kiara. El entrenamiento fue duro, pero ya terminó aunque Yaku me dice que falta algo. ―Subiremos hasta la cima de la montaña de la isla ―dijo Yaku―. Ahí terminaremos oficialmente. ―Ok ―respondí. Subimos por la colina más inclinada de la isla y llegamos a lo último. ―Ya… Ya no puedo más ―declaré. ―Ya estamos cerca ―repuso Yaku. Y, cuando al fin llegamos ―Wow, estamos tan alto. Se ve todo desde aquí. De repente sentí un empujón que me hizo caer todo el camino. ―¿Qué? ¿Qué hago? ¡Estoy cayendo! ―me desesperé. Siento como toda mi vida pasa frente a mis ojos junto a un calor que está muy dentro de mí. El suelo está cada vez más cerca, comienzo a sudar. Hay un calor enorme asentado en mi espalda, siento a la muerte abrazándome y dispuesta a consumir mi llama interna. Y lo único que puedo hacer es gritar. ―¡Ah! No logro ver nada a continuación. ¿Acaso ya estoy muerto? No sé qué pasa… ―¡Yoh! ¿Yoh, me puedes escuchar? ―Mero. ―Sí, soy yo ―dice Mero―. ¡Escúchame! Tienes que controlarte, o si no… ―Despierta, Yoh. ¿Pero qué? ¡Es Yaku! ―¿Ya estamos en casa? ―pregunto. ―Sí, llevamos tres días de viaje, pero hemos llegado. ―¿Qué pasó? ―Mejor te lo explico más tarde. Es mejor que ahora descanses. A la mañana siguiente. ―Yaku, voy a salir. ―Está bien, pero vuelve temprano. Me siento emocionado porque veré a Kiara por primera vez en un año. Estoy tan nervioso. Su casa se encuentra en la colina más alta y ya estoy a poco de llegar. Cuando al fin estoy ante su vivienda, me aproximo hasta la puerta y llamo. ―Ya abro. ―Escucho que dice ella desde adentro antes de dejarse ver―. Sí, ¿quién e…? ¿Yoh? ―pregunta Kiara, asombrada. ―Eh… Eh, hola Kiara. Y entonces se lanza hacia mí y me abraza. ―Te extrañé ―dice―. Hacía mucho que no nos veíamos. ―Sí. ―Fue todo lo que pude pronunciar. Juntos fuimos hasta la colina y hablamos un rato. Ella estaba sorprendida por todo lo que yo había cambiado; yo no podía dejar de notar lo alta y bella que se había vuelto. Extra: Escrito por Nel Maro Gracias a Niña Elric Beta raeder la recomiendo @niña Elric