La lavandería la comprende una zona considerablemente más reducida que las anteriores, pero que a pesar de todo brinda espacio a varias personas sin sentirse demasiado colapsada. Su interior está conformado por una hilera de lavadoras y secadoras descansando unas sobre otras, todas siendo últimos modelos dentro de los electrodomésticos de su marca. Al fondo de la sala les sorprende ver un área dedicada enteramente a almacenar diversas prendas de ropa, de distintos estilos y tallas... que sospechosamente coinciden con las suyas. Al menos tendrían algo que ponerse antes de terminar resfriándose por completo.
Contenido oculto Genial, ropa seca. Espero que haya algo exactamente igual a lo que llevo ahora, cambiar de estilo es inmoral. También llamaré al niño. ese, a saber cómo se llamaba, para que me ayude a investigar esta sala. Me pregunto si en esas lavadoras cabrá un niño.
Blick echó un vistazo a la sala, entre que Stan llegaba a su posición. ¿Tenía intención de venir, siquiera? No le había llegado ninguna confirmación, pero nadie podía culparle. Las intenciones del rubio eran... sospechosas. Paseó por la zona, reparando en la hilera de lavadoras, en el color sutil de las paredes y las hipnóticas baldosas bajo sus pies. El lugar estaba muy bien conservado, si es que no era completamente nuevo. Por las prendas que se encontraban colgadas en las perchas al fondo de la sala, todo parecía indicarle que ya había sido usada la lavandería con anterioridad. Reparó en las estanterías al otro lado de la sala, con todos los productos necesarios para limpiar y tratar todo tipo de tejidos. Suavizantes y detergentes de distintos olores y estilos estaban enteramente a su disposición, por si deseaba aprovechar la ocasión para lavar su ropa. Notó, también, algo curioso. Uno de los tapones de detergentes se encontraba en uno de los estantes, separado del resto, pero este tenía marcas pintadas con rotulador a mitad del recipiente. Lo sostuvo, y se fijó en que a parte de la línea que marcaba el tapón, ponía algo más. "Recuerda llenarlo hasta aquí. No queremos más desastres con la espuma." Vaya, alguien no parecía medir bien las cantidades... Espera, ¿eso significaba que más gente había vivido aquí con anterioridad? En ese momento Stanley ingresó en la sala, acompañado de su dúo en aquel juego macabro. Casi parecía una suerte de guardaespaldas, aunque con su cara de moco era más gracioso verlo como una niñera a tiempo completo. Una no demasiada contenta con su trabajo. Se cruzó de brazos, soltando un silbido de admiración mientras observaba la zona. —Aquí no escatiman en detalles, por lo que veo —Sus ojos se posaron en el rubio, que revisaba la estanteria de productos en ese instante—. ¿Y bien? ¿Has encontrado algo interesante por aquí? Lo que llamó la atención del hombre fueron las estanterias con ropa al fondo de la sala. De modo que tras dirigirle una mirada fugaz al niño, comprobando que el rubito no iba a hacer ninguna tontería, se dedicó a revisar las distintas prendas de ropa disponibles, por si podía pillarse algo antes de agarrar un resfriado. >>Está bien que tengan de todo aquí, ¿pero batas de laboratorio? —Añadió el hombre, rebuscando entre las prendas y sacando efectivamente una bata blanca del montón. No era la única allí—. Mira, enano. Hay ropa de tu talla incluso, es tu día de suerte. Contenido oculto Rider Te doy paso para que interactúes con él, hacemos como que esto sucede en el pasado por si quieres revisar mas cosas junto al niño, vader.
¿Algo interesante? Bueno, he observado que esta lavandería está casi impoluta, sea muy nueva o muy bien limpiada, pero hay algunos signos que indican que se ha usado con anterioridad, quizás frecuentemente. Es posible que otros hayan vivido aquí antes. ¿La familia de Zero, u otros incautos que cayeron en el mismo juego? Quién sabe
"Stan" Marsh Todos decidimos darnos un respiro tras las caóticas experiencias en nuestras salas. Explorar podría sonar a una buena idea, pero no dejábamos de ser unos desconocidos en un sitio desconocido, nada nos garantizaba que alguien no intentara algo raro mientras comenzaba la siguiente prueba, probablemente el Zero 1 + 2 ya habría preparado ajustes en sus pruebas aun si faltaban participantes, después de todo el tenía previsto que pocos o ninguno saliera de aquí con vida, y para poner las cosas aun más tensas el señor de los ojos particulares me había llamado a la lavandería, vete tú a saber por qué o para qué. El pánico me invadió el cuerpo, el señor parecía impredecible por decir lo menos ¿Si no iba yo iría a buscarme? Lo peor es que realmente había pensado en ir a la lavandería, para buscar un cambio de ropa y con suerte que no hubiese tantas personas para estar más tranquilo, pero ahora estaba ahí, congelado en el pasillo sin saber que hacer, hasta que una palmadita en la espalda me reconfortó y me instó a seguir avanzando, era ese señor castaño... Poco a poco había ido ganándose algo de mi confianza, probablemente si estuviéramos en otro lugar que no fuese una tumba submarina ya me sentiría plenamente seguro con él. El otro al sitio y se dirigió con el señor de ojos particulares, mientras yo daba un vistazo más detallado al sitio. Estaba sumamente cuidado, como si casi fuera nuevo, pero un de los tapones parecía tener marcas para indicar cuanto detergente había de usarse. Aquella planteaba muchas preguntas con respuestas no muy alentadoras. Sea cual fuere el sitio exacto en el que nos encontrábamos estaba destinado a ser funcional y servir como vivienda, con cosas como lavanderías, dormitorios y comedores, estaba hecho para gente que pretendía quedarse por mucho tiempo, por quienes y porqué era cosas que aun desconocía, ¿tal vez esto era una centro de investigación? los científicos pasan largas jornadas en su trabajo ¿no? Aun si ese era el caso, ¿que les había pasado? el sitio estaba impoluto y aunque estaba claro que alguien había estado aquí antes casi no había sido usado...¿Que había ocurrido con ellos? El señor castaño y yo comenzamos a rebuscar entre la ropa para poder quitarnos la ropa mojada, ya bastante malo era estar aquí, al menos quería pasar este trago amargo con ropa seca. ¡Bingo! Ciertamente era mi día de suerte, habíamos encontrado ropa de mi talla. Le agradecí con un gesto sincero al señor y me dispuse a caminar a uno de los vestidores para cambiarme. No fue hasta entonces que caí en cuenta de lo obvio y mis pupilas se contrajeron en un símbolo de incredulidad absoluta mientras un sudor frío me recorrió el cuerpo: ¿Por que habría ropa de mi talla en un sitio como este? Acaso...¿Aquí también hubo niños antes de mí? Era eso o hubo enanos. Como pude traté de olvidar el asunto de momento y cambiarme antes de contraer un resfriado, me sentía mucho más cómodo, y aun que mi gorro azul también se había empapado un poco decidí no cambiarlo, pero razones que no podía recordar simplemente no quería quitármelo. —D-Debe ser un equipo muy bueno de limpieza—me dirigí con una voz quebrada al hombre de los ojos particulares mientras me escondía atrás de Hunter—, si más gente hubiera participado en estos juegos probablemente más del alguno hubiera muerto, lo que dejaría manchas y un aroma difícil de quitar. O somos los primeros o se esforzaron mucho para hacernos creer que somos los primeros. >>Si alguien estuvo aquí antes se aseguraron de dejar el sitio impecable...¿Q-Quizás ese conejo tiene muchos recurso o más gente trabajando junto a él? Alcé la mirada para esperar una respuesta del señor castaño y posteriormente del ojos curiosos, no sabía muy bien de donde había sacado en valor para hablar y dar mi opinión así, probablemente porque en el fondo sí me sentía un poco más seguro con Hunter cerca.