-Last Time Chance- La historia de una última oportunidad -Prólogo: Life Cycle- El amanecer de un nuevo comienzo por fin ha dado inicio, los rayos de sol atravesaban la ventana e iluminaba la habitación, el ruido del despertador resonó con su monótono ritmo, las 12:00pm indicaba el reloj. Tras unos 3 minutos de total ruido el despertador dejó de escucharse, un quejido retumbó en el cuarto y tras frotarme los ojos finalmente me desperté. Decidí continuar con mi aburrida rutina, sin pensarlo d0s veces me dirigí al baño, allí me remoje el rostro viendo mis marcadas ojeras a la par de mi despeinado cabello, viéndome al espejo me percate de mi vejez, no física, sino emocional, cómo el cansancio ha absorbido hasta el último de los recursos de mi juventud atrapándome en esta realidad. después de 2 minutos ya me encontraba en la pequeña cocina de la cafetería, por suerte el día de hoy es domingo a lo que no tenemos que abrir, por un momento decidí relajarme, pero el ruido evocado de la combinación de mis bostezos cómo a su vez del hervidor me provocaron un poco de ansiedad, la cual se vio terminada tras observar el agua caer ante mi taza y cómo esta se mezclaba creando un llamativo color, el olor me invadió y por primera vez en el día tras unos precisos 7 minutos con 32 segundos es que pude sonreír. Mi sistema de sueño se encuentra horrible desde hace más de 4 años, todo culpa de mi insomnio que me ha perseguido desde inicios de la juventud, sin percatarme ya estaba bebiendo de mi café… —¿Por qué es demasiado complicado lidiar el trabajo con los estudios?— Exclamé en alta voz en el comedor, esperando respuestas a sabiendas de que me encuentro totalmente solo, esa efímera felicidad desapareció tras la última gota caer, mire a los alrededores, el gran letrero con el nombre de RECoffee me alivio, me ayudo a sentirme un poco mejor, o al menos así fue cómo yo deseaba que fuese… Domingo… Día totalmente libre, nada de los estudios virtuales para el ingreso universitario o de la labor de producir alimentos y bebidas para ganarme la vida, teóricamente total libertad, de la cual yo no me sentía merecedor pues no comprendo el sentimiento de tiempo propio ni mucho menos me alegra recordar los periodos de soledad. —¿Qué sentido tiene todo esto?— Continúe cuestionando todo al respecto, sentado en la silla del cajero, viendo únicamente el gran reloj de pared, perdiendo en ese instante la percepción del tiempo, agujas desvanecidas, un compás musical… Mi cuerpo se agotó, seguramente por únicamente haber dormido unas 3 horas el día anterior a hoy, algo que creí estar acostumbrado al igual que este vacío del domingo, pues soy esclavo del eterno ciclo de repetición, encarcelado sin comprender qué hacer con mi vida, confundido del por qué realizo mis acciones, no obstante... El reloj comenzó a achicarse y a ser absorbido por la pared, el suelo desapareció permitiendo observar un cristal que refleja todo cómo si fuese un enorme espejo, las paredes se oscurecían a la par que las estanterías llenas de libros como a su vez las plantas de la cafetería pierden la forma y sus colores, el vacío comenzó a arrastrarme, mi realidad sé volvió difusa. De un instante a otro comencé a sentir un fuerte dolor, una presión que con mayor intensidad clavó en mí interior, las pulsaciones retumbaron fuertemente en mis oídos, perdí el total control de mis brazos y piernas, aborrecí totalmente está horrible sensación, el borroso espacio carente de color terminó presentando un brillante color, liquido el cual empezó a recorrer toda la habitación manchando al vacío de este repugnante tono, comencé a desesperarme... Mi fin era inevitable, quise suplicar por ayuda, no obstante mi baja voz a nadie llegó, no encontré ningún tipo de resolución, ni siquiera del propósito de mi vivir… Quería llorar, sentir impotencia, exclamar a algún ente divino mi salvación, pero me vi imposibilitado… Pues el dolor cesó poco después, finalmente la auténtica paz invadió a mi ser, mis ojos se cerraron y mi liberación con calma esperé...
-Parte 1: Remind Memory- Desperté tras escuchar un timbre de fuertes campanas. Al parecer, me había quedado dormido en una escuela... El salón estaba totalmente vacío y el sol del atardecer me provocó una extraña sensación de... nostalgia. Unas cuantas lágrimas de mis ojos cayeron mientras observaba el patio vacío, en ese momento, me acerqué al pizarrón con miedo... El salón de clases era exactamente como lo recordaba, con la misma cantidad de pupitres, muebles y ventanas. Inclusive mi asiento era precisamente el mismo que en antaño... Agarré la tiza y comencé a escribir mi nombre, mis memorias.... Las letras empezaron a surgir, mis brazos conservaban la pureza que fue arrebatada por la vida. Solté un suspiro y me quedé perplejo al tocar la pizarra. Se sentía tan real, aunque todo era difuso. En teoría, estaba por morir... esto, al menos, debía ser un sueño. ¿O acaso había viajado al pasado? Escuché unas pisadas provenientes del pasillo, aquel lento y calmado caminar despertó todo mi interés. Con brusquedad, abrí la puerta que debería conectar con el gran pasillo de la escuela y en ese mismo instante, un escalofrío me recorrió el cuerpo.... Lo que parecía un interminable pasillo me dejó inquietado. Por alguna razón, mi resistencia física se sentía nula, habría corrido algunos metros, pero no sentía cómo si hubiese un fin ni mucho menos un sentido de seguir corriendo... En esencia era el actual yo, pero al parecer físicamente retorné en el tiempo. Me sentía más joven, pero menos enérgico, incluso mi visión se encuentra en tal denigrante estado que no podía reconocer los colores... —¿Hacia dónde voy?— Nuevamente alcé mi voz y observé un mural que se encontraba en un costado, el cual mostraba las calificaciones de los estudiantes. Mi nombre busqué desesperadamente hasta que finalmente lo encontré junto a mi promedio escolar y a la par del curso que estoy surcando... Tragué saliva y comencé a sentir cómo el mundo empezaba a distorsionarse. El miedo regresó, esa sombría sensación de la niñez que retornó tras tantos años de ausencia... —No debería preocuparme por algo así... Solo es un mal sueño, ya pasé la escuela y ya no tengo fobia social... Solamente debo de... continuar— Comencé a reír mientras más lágrimas salían... Solté un suspiro y sonreí, una vez más, nuevamente me engañé sin percatarme. Otra vez me cubrí de mi falsa seguridad y mi frágil autoestima se perdió entre esta máscara de mentiras... Fue de esa manera el cómo llegué a dar firmes pasos. El interminable pasillo se volvió más corto progresivamente, el atardecer se detuvo y la extraña soledad la ignoré.... Internamente, mi pequeño cuerpo empezó a almacenar todo, lastima que en ese momento fui inconsciente del daño que me había auto infligido. Tras unos minutos, logré salir de la escuela. Me pellizqué para comprobar si todo era real o no y luego continué caminando. Tenía que llegar a mi hogar. ¿Cuál era mi hogar?... Caminé por la gran ciudad en la que no había estado en mucho tiempo, no obstante y a pesar de no recordar nada de las memorias entran en mí, soy guiado sin darme cuenta... La esfera carente de color se escondió dando paso a la absoluta oscuridad. Por alguna razón, el concepto de ser vulnerable ante esa oscuridad regresó. El miedo a ser atacado o secuestrado por algo como el "viejo del saco". —¿Por qué me preocupo por mitos urbanos que sé que no existen?— Empecé a reírme mientras que en total calma fui encaminado por mi subconsciente. Las siluetas que deberían ser personas se limitaron a observar, lo que me indicó que mi temor a los prejuicios ajenos se había desvanecido. No debo hacerme cargo de mi auténtica vida, sino limitarme a esta segunda oportunidad que el destino me ha otorgado. Cualquier cosa es mejor que mi presente, al menos en esta etapa tengo emociones... —¡Gracias, destino, por brindarme una segunda oportunidad para cambiar mi vida!— Mi emoción fue de breves instantes, puesto que entre mis blancos y negros, un fuerte rojo se intensificó. La bufanda, que parecía ser un hilo conector, esa aura, sin duda alguna era de esa chica... Mi cuerpo empezó a correr en contra de mi voluntad, ignoré totalmente el hecho de estar en la metrópolis oscura, en plena calle... Su misteriosa y calmada mirada... en un horror se convirtió... Fue en ese momento donde una fuerte luz me cegó... Una gran y difuminada figura impactó en mi contra, mi cuerpo quedó hecho trizas y lentamente mis sentidos se me fueron arrebatados, mi visión se esfumó al poco después... El dolor era tal que a duras penas mi cabeza fui capaz de girar, intenté extender mi mano hacia la chica de tan largo cabello... —...— No fui capaz de hablar, ni mucho menos agradecer... Al final fui atropellado por culpa de mi propia estupidez... En esta ocasión no distingo la realidad de la ilusión, este dolor se siente tan real, mis huesos totalmente quebrados, el río de sangre entintado al camión que me chocó... Escuché una conversación, no obstante no comprendo qué están diciendo, mi cabeza cae al suelo y antes de finalmente descansar de esta caótica vida... llegué a ver el rostro de esa chica, quien en el futuro me guio, pero a su vez su rastro perdí... Todo se tornó oscuro instantes después, finalmente pude descansar en paz al parecer...