Advertencia: Este relato es para un público adulto, tiene contenido sexual explícito y puede herir la sensibilidad del lector si no se lee con precaución. Sinopsis: Marie, una joven actriz que se dedica a la industria pornográfica está sumergida en una rutina que no le satisface en absoluto. Pero algo está a punto de ocurrir y cambiará su forma de ver la vida. ----------------------------------------- I Dolor. ¿En serio era tan necesario para el argumento de este filme el traer a actores tan bien dotados que incluso le provocasen dolor? Pero claro, ella debía fingir satisfacción, Marie debía poner su mejor cara de viciosa para ser famosa en ese mundillo y ganar mucho dinero. Por eso hacía todo aquello, por dinero. Al menos eso era lo que le gustaba pensar. Las tremendas embestidas que le propinaba Vladimir, el actor ruso que habían contratado para “La sirvienta y el Tzar” le provocaban dolor y sacudían cada centímetro de su cuerpo, haciendo que un ligero hormigueo la bañase completamente. Aquel trabajo era sencillo, solamente debía dejar que su compañero la guiase y de vez en cuando mirar a la cámara que la enfocaba, con su mejor cara, por supuesto y gemir levemente en ocasiones. Era sencillo, al menos le parecía más fácil que actuar en una de esas películas de Hollywood bajo el estrecho mandato de un director exigente. Marie sabía hacer muy bien su trabajo y en aquella ocasión solamente se sentía más integrada en su rutina. Cambiaban los actores, cambiaba el papel, cambiaba su atuendo, pero era lo mismo que la otras decenas de veces. Lo cierto era que se hacía realmente difícil el innovar en ese mundo y a ella no le gustaba probar cosas extremadamente raras, no se sentía cómoda, entonces hacía siempre lo mismo. Y llegó el final. Sintió como ese pegajoso líquido bañaba su cara, no le gustaba, nunca le había gustado aquello, pero ya se había acostumbrado. De hecho, ya no sentía ningún placer al hacer aquellas escenas, todo era fingido. Sabía fingir mucho mejor que cualquier chiquilla que quisiese quitarle el dinero a una momia ricachona, sí, desde luego que había aprendido bien a hacerlo. Marie se limpió la cara con un papel que le tendía su jefe, más tarde ya se lavaría con más ahínco. —Bien hecho chicos, todos los planos son buenos y bien actuado. Tú como siempre Marie, fabulosa—su jefe le guiñó un ojo y le dio una cachetada en una nalga que todavía estaba al descubierto. Actos así sí que la hacían sentir violada y no su trabajo. Eso sí que le hacía sentirse como simple ganado, el hecho que la tocasen sin su permiso, ya que eso no estaba dentro de su trabajo. No tardó mucho en irse a casa, ya hacía bastante tiempo desde que había atardecido, hoy había sido un día muy largo, pero sabía que al llegar a su apartamento se encontraría con su suave y confortable cama bien hecha y todo eso pasaría a formar parte de un mal sueño. Con el traje de sirvienta con su plastiquito protector recubriéndolo y en su percha, lo echó al hombro y se dispuso a andar lo más rápido que pudiese. Por el camino no pudo evitar reparar en una chica joven que se encontraba pidiendo dinero en una esquina, no quiso pensarlo mucho, pero no pudo evitar el imaginarse que ella pudo terminar así, con una sonrisa oscurecida por alguna substancia que la estaba matando poco a poco y con aquellas pintas tan harapientas. No era mejor que aquella chica, simplemente, había elegido otro camino. Uno que quizás no tuviese retorno, pero había tenido esa oportunidad, más agradable a la vista, quizás. Al llegar a casa, calentó un poco de chocolate que tenía todavía en la tetera y cogió unas pastas. Encendió el televisor, pero en realidad, no le interesaba en absoluto prestar atención a las noticias. Muertes, por violencia de género, por guerras, por ajustes de cuentas, todo era muerte. Raramente salía algo realmente alentador en las noticias, el mundo se iba a la mierda de forma desastrosa y nadie parecía hacer nada por impedirlo. La apagó al rato y siguió degustando aquel chocolate, pensando un poco en lo que había desencadenado su vida. Hacía no tanto tiempo lo tenía todo, pero como de la noche a la mañana, lo perdió, no sabía exactamente por qué, pero se vio sola, perdida en las calles de París, hasta que vio aquel anuncio que le salvaría de morir de hambre. “Se buscan actrices eróticas. Segundo piso, derecha.” Quizás si sus antiguos conocidos supiesen de su actual trabajo, Marie se sentiría realmente avergonzada, pero por suerte, todas las personas que la conocían de antes estaban demasiado lejos, tanto que no podrían saber de ella seguramente, aunque quisieran. Sonrió para sus adentros, no era feliz, pero su trabajo no era lo que le impedía serlo. Aquello simplemente era como ser cajera en un supermercado o dependienta en una tienda de ropa, cumplía con las cosas que le ordenaban y al acabar la jornada, volvía a su casa. A su calentita pero solitaria casa. —Al menos tengo calefacción, eso me hace inmensamente feliz. Dijo aquello y no mentía. Aquello le daba un atisbo de felicidad, algo que necesitaba y anhelaba. Marie siempre había creido que la felicidad completa no existía, si no que residía en las pequeñas cosas que se disfrutaban cada día. Estaba en el hecho de exprimir al máximo la vida, eso sí era felicidad. Pensó en las ansiadas vacaciones, este año quizás por fin iría a Florencia, siempre había querido visitar aquella ciudad, siempre disfrutaba viendo fotografías en alguna galería de arte que retratasen los bellos parajes de esa idílica urbe. —París también la pintan como idílica y después hay gente desdichada como en cualquier otro lado —volvió a hablar en alto, a sabiendas que nadie le escuchaba. A Marie le gustaba materializar a veces con palabras lo que pensaba. Le gustaba disfrutar de cómo sonaban en sus labios. Era algo realmente mágico, ser un ser humano era una bendición. Aunque la chica no creía en ningún dios, estaba segura de que en algún lado, algún ser corpóreo o no, se encargaba del azar por el que parecían regirse sus vidas. Después de disfrutar de su escueta cena y de un momento de paz y reflexión, se encaminó hacia la ducha. Una vez duchada, dejaría de ser por el resto del día hasta el siguiente, Marie la actriz porno y volvería a ser Marie la simple ciudadana del mundo. No serían ni las once de la noche, cuando Marie escuchó desde la ducha cómo sonaba el teléfono en el salón. Haciendo malabares para no resbalar, corrió hacia el salón y descolgó el aparato ya por el séptimo u octavo toque. —¿Dígame? —dijo de forma apresurada respirando hondo después de la carrera.
Realmente no encontré en dónde estaba lo explícito, creo que publicar esto ya se valía desde antes. Está bonito y bien descrito, aunque la trama a estas alturas ya no aporta mucho, la descripción del "día cualquiera" de una actriz de pornografía ya se ha hecho bastante y me quedé con la sensación de leer uno más de esos relatos. Creo que esperaba una vuelta de tuerca en algún momento de la narración, y me estresé un poquito porque no llegaba. La idea de todo el relato en su conjunto se resume a los últimos renglones, y la idea no está mal (Marie no puede disfrutar de ser una simple ciudadana del mundo porque su vida es su trabajo), pero creo que leí mucho para llegar a ello, y al final la parte de "se encontraba sola en las calles..." con la idea pivote no engranaron bien. Es como un pequeño cuento manejando varias ideas y creo que eso causó que no se solidificaran. A mi punto de vista, ese problema puede arreglarse si se restringe un poco más la extensión del relato para no perdernos con puntos secundarios y sueltos, que no aportan y que abruman un poco por querer hacerlas a un lado para no extraviar el camino principal. Sobre lo otro, quizá un final un tanto más creativo, pero eso ya es cosa de cada lector. Saludos y perdón si el comentario no fue el más positivo.
Gracias por la invitación ;) Bueno, en mi humilde opinión... me gustó la idea de la historia, me está gustando el personaje principal. Pienso que la manera en la que comenzaste tu historia no está mal. Me llevó con interés hasta el final, y eso es lo importante. Espero más.
Este tipo de historia si me gusta, que tienen mucho que dar que simplemente lo explícito. El personaje principal me resulta muy atractivo, por su forma de pensar y de actuar, la forma en que ve las cosas. Se ve que es muy interesante conocerla más a fondo. Con respecto al capítulo es solo un abre boca que lo deja a uno con ganas de más. Cosas interesantes y buenas de seguro están por ocurrirle a Marie. Esa llamada.... debe traer consigo algún misterio.
Vi la alerta y dije por qué no ver de qué se trata este relato. Mis impresiones...me gusta como llevaste el narrador en primera persona, ya que te permite empatizar mejor con el personaje. A mi modo de ver la historia tiene una idea clara, pese a que a momentos las sensaciones del personaje te distraían un poco del foco central de la historia. Concuerdo con la persona del primer post que aludió a que no sentí que esta historia fuese explicita en el sentido más literal, tal vez hayan algunos guiños donde se describen algunas insinuaciones un "poco" más gráficas cuando habla sobre su trabajo, pero a decir verdad mi concepto de explicito se refiere a emplear elementos más en bruto. Por ejemplo: Si vas a describir una escena de sexo decir sin tapujos que la están penetrando en el momento, quizás poner un diálogo entremedio. No obstante, la manera en que condujiste el relato al menos en el principio fue mucho más elegante hablando más de las emociones y sensaciones más que de lo carnal. Al final sentí que quisiste orientar el final hacia la vida cotidiana de la protagonista y eso tal vez le quita un poco la emoción que uno esperaría encontrase en un relato, donde se está tratando con una temática nueva y uno tiene la expectativa de hallar algo que te deje sin aliento. Ahora, lo más importante es que te agrade lo que has hecho y si te sientes satisfecha con tu esfuerzo. El relato a mi se me hizo muy grato porque está bien escrito. Saludos.
¡Hola! Me gustó mucho este escrito, creo que has comenzado algo "soft", pero me supongo que has de dar continuación. Y, si lo has catalogado en 18+, ha de ser porque cosas más fuertes vienen después. Además que no será sólo por sexo explícito su categoría, me da la impresión que tocarás fibras sensibles y oscuras de la realidad humana, como se deja entrever con la chica adicta. Bueno, eso entendí yo, no soy la mejor teorizando. Ojalá sigas la historia, quiero saber qué más pasa con Marie. Por cierto, y como comentario, hace tiempo estuve leyendo acerca de la industria del porno, y son historias realmente crudas y dolorosas, me llama la atención saber cómo te adentrarás a este tema. Bueno, ¡hasta pronto!