Contenido oculto: Advertencia Esta historia tiene elementos de violencia, guerra y en general temas delicados, lea con discreción Contenido oculto: Sinopsis En medio de una de las mayores guerras que han tenido los Elfos y Humanos, la Federación Humana inicio una nueva operación para acabar con una vez de todas para acabar con la guerra. Prologo-Una confrontación sin final:"¿Paz? Con el Elfo nunca podrá haber paz, solo alargar lo inevitable" -Cónsul de la Federación de Naciones Humanas Itsván Hadjú (1867-1928) Desde los primeros días de la existencia, Elfo y Humano tuvieron que convivir en un mismo mundo, sus primeros encuentros, aunque pacíficos siempre fueron desde una desconfianza entre ambos pueblos. Con recelo ambas civilizaciones se desarrollarían en medio de conflictos internos entre las primeras naciones, intentando que los asuntos de unos nunca involucraran a los otros, consiguiendo que las relaciones Elfo-Humana fueran casi anecdóticas durante siglos. Solo fue con la llegada de la era de la exploración por parte de ambas civilizaciones durante el siglo XVI de la Nueva Era que las primeras fisuras de esta paz se vieron. Con el descubrimiento del continente de Hjark donde los Reinos Élficos y Humanos iniciaron procesos de colonización también comenzaría una enemistad entre ambas especies. Los lideres Elfos según los cronistas de esa época, vieron las ansias de control y poder de los Humanos sobre la tierra, que destruirían por completo cualquier territorio que ellos habitaran a largo plazo, con su tala de bosques, la minería y la rapidez en que el Humano se reproducía levanto malas auras dentro de las filas Élficas, comenzado con el inicio del supuesto "destino" que tenían los Elfos en este mundo, evitar que el Humano devastara todo a su paso y según los más radicales entre los sabios, eliminar de raíz la maldad Humana. Mientras que los Reinos Humanos empezarían a verse celosos del potencial mágico único en los Elfos, magia que los mismos Elfos utilizaban para alimentar en masa a su población, pero siempre negociando las "sobras" de las cosechas aceleradas con los mercaderes Humanos. Y desde los lideres Humanos más directos, la idea de una raza tan parecida a la Humana pero tan separada de toda religión, conexión cultural o política con los Humanos, creo una necesidad de diferenciarse de aquellos "Arrogantes de orejas largas" Y de esa forma lo que empezó como una simple animosidad ligera, termino en lento desprecio al otro, el comercio y el intercambio cultural entre razas seguiría, pero siempre desde la desconfianza, situación que solo se haría más obvia con la partición del mundo por parte de ambas civilizaciones a mediados del Siglo XVIII de la Nueva Era y la eventual unificación civilizatoria que tendrían ambos pueblos. La Humanidad se organizaría en la "Federación de Naciones Humanas", creado primero como una alianza entre naciones republicanas y parlamentarias, pero después de las "Revoluciones Carmesí" y el fin de la nobleza en los diferentes Reinos Humanos, la Federación se convertiría en la asociación política, organizativa y militar de todos los Humanos, pasando por los continentes del oriente como Krodzia y Kaban, y yendo hasta las lejanas colonias en las islas de Anzoria y el sureste de Hjark. Los Elfos por otra parte, habiendo observado como los Humanos habían masacrado a sus dirigentes durante sus revoluciones, pasándolos por las espadas y dejando caer sus cabezas sobre el suelo, decidieron unir a los diferentes Reinos, Ducados y Principados en una solo entidad controlada por el Alto Elfo Qilan IV del influyente Reino de Vriemver, asegurando la estabilidad de ahora llamado "Sacro Imperio Élfico" que controlaría el continente madre de Sudenslein y las colonias de ultramar en Anzoria y Hjark. Con estas unificaciones y el fin de los conflictos internos (o por lo menos siendo silenciados de forma brutal), las civilizaciones Humano y Élfica empezarían un proceso mutuo de "distanciamiento", donde las rutas comerciales -tanto marítimas, como terrestres en el caso de Hjark- entre la Federación y el Imperio poco a poco fueron disminuyendo, hasta el punto en que todo acuerdo económico con miembros de otra raza era mal visto por los gremios y consorcios, lo mismo pasaría con el intercambio académico y cultural, cerrando puertos a los extranjeros, fortificando fronteras como en Hjark y prohibiendo a finales del siglo XIX la entrada a los "indeseables" de la otra raza. Por otra parte -y en secreto- ambas potencias iniciarían una escalada en su producción militar en el caso de la Federación y una industrialización acelerada en el caso Élfico -con obvias protestas desde las esferas de poder tradicionalistas-. Desde los mandos militares -tanto Élficas, como Humanas- se sabía que habría una guerra, ya fuera por controlar por completo alguna zona colonial -como las islas de Anzoria y Hjark- y obtener los recursos minerales de esos territorios, o fuera para "eliminar" del camino al otro en una guerra rápida para asegurar la dominación racial durante el resto del próximo siglo. Solo tenían que convencer a sus pueblos de la amenaza existencial del otro. Y a comienzos del nuevo siglo XX una oportunidad de prender el fuego del conflicto se presentó. A principios del año 1905 de la Nueva Era, el Sacro Imperio Élfico y la Federación Humana tuvieron varios conflictos fronterizos y escaramuzas puntuales en varios territorios de ultramar. Lo que al principio eran combates aislados y malentendidos entre ambas potencias pronto se convertirían en el catalizador para un conflicto bélico a escala internacional. Ninguna de las ambas partes intentó detener esta escalada de violencia entre sus sociedades, al contrario, alimentarían el miedo y la paranoia entre la población con propaganda masiva contra el enemigo de la raza, aumentando el presupuesto militar a proporciones nunca vistas hasta ese momento y movimientos de tropas por todas partes de sus territorios. La hostilidad de ambos pueblos, latente desde mucho antes de la escalada, se intensifico con ataques a las comunidades fronterizas en Anzoria y Hjark, a los pocos comercios extranjeros por parte de ambas sociedades y el aislamiento cada vez más intenso por parte de la diplomacia de ambas potencias. Al final esta inevitable guerra comenzaría al amanecer del 12 de julio de ese mismo año, cuando una compañía de tropas humanas asaltarían una fortaleza en el centro de Hjark en un intento de toma rápida por parte de las fuerzas Federales, que según los últimos cables diplomáticos, fue para forzar una "retirada escalada de los colonos Elfos del centro del continente", que termino en una batalla por aquella fortaleza, este movimiento por parte de la Federación seria respondida con una declaración de guerra por parte del Sacro Imperio y la movilización de cientos de legiones para hacer frente a las divisiones Humanas. De esta forma una de las mayores guerras en la historia de este mundo comenzó, millones de jóvenes de ambas naciones serian movilizados para luchar en este conflicto. Así comenzaría la Gran Guerra Élfico-Humana (que en las fuentes Imperiales es llamada "La Guerra Contra la Barbarie" y desde el Federal como "La Primera Y Ultima Guerra contra el Elfo"). Desde las estepas del continente de Kaban habiendo sido invadidas por los Elfos al comienzo del conflicto en una operación "relámpago", hasta las miles de islas de Anzoria donde los frentes serian poco claros debido a la poca distancia entre islas, pasando por los mares del oriente y los aires de Krodzia, el continente madre humano. Pero de todos los frentes el que más importancia terminaría teniendo fue el frente de Hjark donde millones de Humanos y Elfos perderían la vida en los campos y trincheras de todo el continente durante aquellos años de guerra continua. Tanto el Humano como el Elfo subestimaron al otro. El Humano no se imaginó que la magia Élfica podía ser algo más que rituales y cultivos, la alquimia combinada con la fabricación militar dio resultados horribles para el Humano, desde proyectiles y bombas que al estallar esparcía una clase de sustancia que causaba graves quemaduras, incendios y gases tóxicos, dirigibles y aviones biplanos, que a pesar de su retrase tecnológico, eran mucho más resistentes que las aeronaves Humanas, convirtiéndose en serios dolores de cabeza para la naciente fuerza aérea militar Federal. En cambio, los Elfos no tuvieron en cuenta el grado de industrialización Humana y lo avanzado de su tecnología, mientras ellos al principio de la guerra usaban fusiles de retrocarga de una bala y caballería ligera, las fuerzas Federales usaban fusiles de cerrojo y tanquetas, además de una producción en masa que aseguraba que cada avión, acorazado y tanqueta destruido por la artillería mágica fuera reemplazado en poco tiempo. Fue gracias a este raro balance que ninguno de los bandos logro tomar la iniciativa al principio de la guerra, solo pudiendo alargar la misma debido al orgullo de los mandos militares Federal e Imperial. A medida que los años pasaban y ninguno de los dos bandos lograba derrotar al otro sin importar la expansión de sus ejércitos o las victorias logradas en campo de batalla, la sociedad de ambas naciones poco a poco se tuvo que acostumbrar a esta nueva realidad. Desde el Sacro Imperio la población "Silvestre" tendría que aumentar su producción de granos como nunca lo habían hecho, las ciudades -antes relegadas a una función gremial y de reunión social- se convirtieron en focos donde los "Oscuros" -la servidumbre Élfica- trabajaba hasta el cansancio para mantener una economía de guerra en una nación no acostumbrada a este tipo de velocidad industrial, y desde las academias de magia repartidas por todo el continente madre, los aprendices en vez de ser entrenados en las nobles artes de la magia utilitaria -revitalización de suelos y naturaleza- o ritualista -la conexión con la misma tierra- eran instruidos en los usos militares -alquimia industrial, vuelo militar y uso de fusiles mágicos- para ser enviados a los diferentes frentes. Mientras tanto, en la Federación Humana la vida civil se sacudió de una forma nunca antes vista, el Comité de Salvación de la Humanidad seria fundado por el senado Federal para centralizar el esfuerzo de guerra y separar las obligaciones civiles de la militares para tener a un organismo que el pueblo pudiera señalar con mayor facilidad, pero esto dejo paso libre para que las fuerzas armadas de la Federación -quienes querían una victoria total contra el Sacro Imperio- no solo obtuvieran poderes de emergencia -otorgándole a la nueva figura del "Cónsul" todo el poder militar, censurando periódicos por los crímenes de "derrotismo" o "traición contra la victoria Humana" y arrestando senadores por "conspirar para asegurar la derrotada Humana"- sino también aumentando el presupuesto militar a escalas nunca alcanzadas y peligrosas para la economía. Y de esta forma la guerra continua por años y años sin cambio alguno en los frentes, la economía de ambas naciones sufriría por los esfuerzos de guerra, el desabastecimiento general ante el excesivo gasto militar y la caída de la producción de bienes por armamento, sobre todo en temas alimenticios donde ambos bandos atentaban continuamente en la agricultura del otro para provocar hambrunas -nunca sufridas por los Elfos, por ejemplo-. Mientras en el Sacro Imperio se debatía entre tradicionalistas que clamaban por seguir con la santa cruzada contra los Humanos y reformistas que buscaban negociar para terminar con esta incruenta guerra, en la Federación Humana por su parte se vio crecer el autoritarismo del propio Comité de Salvación, que suprimió toda disidencia o reformismo en nombre de la victoria y convirtiendo al senado en un aparato más de aquella dictadura militar. Décadas de trincheras y muertes infructuosas llevaron a ambos imperios al borde del colapso... hasta que, en 1935 después de años de guerra continua sin tregua, todo cambió. A comienzos del año de 1935 la Federación lograría finalmente un avance significativo en la guerra al abrir un pequeño corredor en el frente de Hjark obligando a las fuerzas Élficas a la retirada. Esta sorpresiva retirada fue aprovechada por las diferentes divisiones de la humanidad para seguir presionando hasta la aniquilación del 5 grupo de legiones del Sacro Imperio en la batalla de New Uppon -una derrota que fue adjudicada al heredero Imperial, el Principe Qatius-. Esto dejo al mismo Sacro Imperio contra las cuerdas al perder una gran cantidad de territorio y mano de obra, con lo poco que quedaba de sus territorios en Hjark siendo los enclaves costeros en el noroeste del continente. La situación para la Federación también mejoraría en los diferentes frentes repartidos por el mundo. En Kaban después de sangrientas batallas por las diferentes regiones del continente se lograría expulsar a las fuerzas imperiales de la misma y obligarlos a resistir en los puertos del norte del continente en noviembre de ese mismo año, con las legiones Élficas a la espera de una evacuación que nunca llegaría. En las islas de Anzoria durante los meses de marzo a diciembre una serie de desembarcos por parte de la marina Federal lograría aislar a docenas de legiones Élficas en diferentes territorios de ultramar, imposibilitando al Sacro Imperio rescatarlas. En solo un año la Federación había logrado derrotar al Imperio en todos los frentes que tenía, al mismo tiempo que su armada y aviación imponían un bloqueo al continente madre del Sacro Imperio a la espera de la inminente rendición...aun si desde las esferas del Comité de Salvación se conjuraba una última gran operación. Ante la posibilidad de poder acabar con la guerra y al mismo tiempo con el Sacro Imperio, el Comité de Salvación de la Humanidad dio inicio a la muy planificada operación Días de Verano -planteada durante finales de los años 20 para abrir un frente en el continente madre Élfico, pero abandonada por lo costoso y peligroso que era tan solo en papel-, un ambicioso plan ofensivo que involucraba el uso del IV Cuerpo Expedicionario Aerotransportado para tomar todo el sureste del continente madre Élfico al desplegar en un asalto paracaidista a un total de más de 50 mil tropas para conquistar la región suroeste hasta una eventual desembarco de tropas, con los cuales se iniciaría el avance hacia las principales ciudades y capitales del Sacro Imperio hasta su derrota total, asegurando el dominio Humano y destruyendo cualquier posibilidad de rearme de los Elfos. El mayor problema de la operación era que a pesar de que la operación tenía años de planificación a sus espadas gran parte de la misma seguía dependiendo de información desactualizada, poco confiable o nula sobre el terreno o las unidades a enfrentar una vez en tierra, además de que "Días de Verano" gastaría una gran cantidad de recursos, equipamiento y personal humano en una operación arriesgada que podría fallar con horribles consecuencias no solo para la moral Humana, sino para su economía, aun así el mando supremo de la Humanidad no podía esperar más, el Sacro Imperio estaba contra las cuerdas y la población estaba desesperada en acabar con la guerra. Y de esa forma el 1 de agosto de 1937 más de 50 mil paracaidistas serían enviados por aire hasta su destino en el continente de Sudenslein, en un nuevo capítulo de esta guerra sin final entre el Sacro Imperio de los Elfos y la Federación Humana, un capítulo que dejaría marcas en ambos bandos.