[Long-fic][UA] Las cosas no son...

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Asurama, 2 Junio 2011.

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    Asurama

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    [Long-fic][UA] Las cosas no son...
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    674
    Estaba paralizado, a mitad de la nada en aquel mundo oscuro y frío que apestaba a muerte. Aquello era su culpa. De no haber sido por su torpeza y su sobreconfianza, no estarían ahí. Furioso, se ciñó con fuerza a aquella espada de empuñadura roja que le había dejado su padre al morir, como intentando extraer su poder por la fuerza. Tenseiga… la miró confundido, desconcertado.

    —¿No puede ser salvada? —palideció y no pudo evitar temblar ante la verdad de sus propias palabras— ¡¿No puede ser salvada?! —gritó con enojo, impotencia y angustia.

    Ya no le importaba nada, estaría solo allí para siempre, como castigo por haber sido mal hijo. Nadie escucharía sus súplicas, mucho menos aquel cuerpo inerte que tenía entre sus brazos.

    —¡¡No!! ¡Maldita sea, te dejé morir por culpa de esta cosa! —su voz hizo eco en el silencio— ¡Y esta espada de mierda que no sirve ni para cortar verdura! —tiró a Tenseiga como la basura que era.

    Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas como un torrente y cayó de rodillas, abrazando el cuerpo de la persona que era más preciada para él y que ahora, nunca volvería a hablarle ni sonreírle. Era la primera vez en su vida que lloraba por alguien.

    —¡Por favor, Kagome, despierta! ¡Te necesito! ¡No puedes dejarme solo! ¡Perdóname! ¡Kagome! ¡reconozco que soy un inepto, pero despierta por favor!

    De pronto, Tenseiga comenzó a brillar y él la miró con la vista nublada por las lágrimas y el dolor.
    —¿Qué quieres ahora? ¿Que salve las vidas de esta montaña de cadáveres?

    En algún lugar, en lo alto de un monte, un zorrito lloraba sin parar al ver lo que sucedía a través de una oscura piedra. Aquello tenía que ser una horrible pesadilla.
    —¡Inuyasha, no! ¡Perro tonto, retonto! ¡Cómo pudiste dejarla! —lloraba a mares—. ¡Esto es muy cruel!

    —Tranquilo, zorrito —le dijo el viejo youkai orfebre—. Esto era necesario.

    —¡¿Cómo que era necesario?! —gritó escandalizado.

    El monje y la exterminadora que estaban junto al pequeño youkai zorro miraban con odio al viejo.
    —Viejo, te vamos a matar.

    —E…esperen un minuto. No entienden —se defendió Housenki—, este fue un designio del padre de Inuyasha, la muchacha tenía que morir para que la espada creciera.

    —Pero Inuyasha está sufriendo —dijo la exterminadora.

    La pulga en su hombro comenzó a saltar.
    —E…es que el anterior amo era sadomasoquista e incluso después de muerto necesitaba una buena sesión de estas para excitarse. No se preocupen, en la antigüedad, era normal que los padres educaran a sus hijos así. ¡Era su forma de demostrarles su amor!

    Sango frunció el ceño, con una vena saltando en su frente.
    —Con razón nuestros antepasados murieron jóvenes.

    De pronto, aquella piedra oscura que el viejo sostenía en sus manos se iluminó y todos dejaron de llorar para prestar atención asombrados a lo que sucedía. Un fuego sagrado iluminó todo el meikai y las almas de los muertos tocadas por el mismo comenzaron a ser purificadas.

    El hanyou de pelo plateado miró sorprendido a la poderosa energía que se había expandido rápidamente a su alrededor al tomar de nuevo la espada, una energía que había levantado a todos los muertos.
    —Ups, creo que hice mucha fuerza.

    A medio camino entre la parodia y la crítica reinterpretativa, esto es un What if que intenta echar algo de luz en algunos cabos sueltos de la serie original.
    Esto es.
    INUYASHA
    Las cosas no son como nos las contaron
     
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    Asurama

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    El verdadero poder de Tenseiga

    Al parecer, los muertos habían revivido, pero habían preferido dejar atrás a la ciclotímica Kagome. Aquello era muy confuso.

    De pronto, la voz de Inuyasha hizo eco en el silencio de la tarde.
    —¡Meido Zangetsuha!

    Todos voltearon sorprendidos para ver cómo aquella abertura en forma de luna se abría, haciéndose cada vez más grande. Desde aquella oscuridad, el hanyou apareció, completamente destrozado, tanto física como moralmente y cargando el cuerpo de Kagome, que estaba sucio, maltratado y tenía una gran palidez.
    Todos corrieron rápidamente hacia ellos y les rodearon.

    Housenki se adelantó para hablar.
    —Vaya, como tu padre esperaba, conseguiste aumentar el… —no pudo seguir hablando, porque estaba en el suelo y con la cabeza llena de golpes propiciados por el iracundo hanyou.

    —¿Qué clase de broma es esta? ¿Mi padre me estaba tomando el pelo? ¿Me mandaron a ese antro sólo para que viera a Kagome morir? ¡No pienso tragarme ese cuento del sadomasoquismo! ¡Miroku es un libertino, mi hermano es un pedófilo y ahora resulta que mi padre tenía fantasías conmigo! ¡estoy rodeado de enfermos!

    —Habla un necrófilo —murmuró Shippou.

    Myouga se paró en su hombro.
    —Inuyasha-sama, déjeme explicarle, por fav…

    —No necesito que me expliques nada —dijo soplándolo para que el viento se llevara a la pulga—. Ya tengo en claro que esta es una tremenda vacilada, ese Meidou no está completo, me retuvieron una parte, como los impuestos al trabajo —Dejó a Kagome delicadamente sobre la concha marina en la que descansaba Housenki—. Y encima todavía pretenden que me sienta culpable por la muerte de Kagome ¿cómo carajos se supone que iba yo a saber que se podía morir? —se quedó de pie junto a ella, con la cabeza baja y llorando amargamente.

    El orfebre escondió la piedra que había usado para abrir una puerta hacia el otro mundo y permitir la entrada de un sabueso del infierno que se comió literalmente a la ilusa Kagome, que no se defendió porque confiaba en que Inuyasha podía salvarla.
    —No tengo la culpa de que seas tan inepto y no sepas que los humanos se mueren en el infierno.

    Inuyasha lo miró con una expresión de espíritu maligno.

    —¿Es que acaso creías que, con esa espada podías jugar a ser dios, matando y reviviendo a tu antojo? ¿y que no tendrías que temerle a la muerte? —le dijo el viejo orfebre—. La Tenseiga puede renovar la vida tan sólo una vez.

    Inuyasha volvió a golpearlo y lo agarró del cuello del hitoe.
    —¿Por qué carajos no me lo dijeron antes? No estaba en el contrato.

    Myouga se cruzó de brazos, parado en su oreja.
    —Inuyasha-sama, eso le pasa por no leer la letra menuda.

    Lo aplastó.
    —Tú cállate, sirviente cobarde e inútil.

    Todos, incluso él, se pararon alrededor del cadáver de Kagome y comenzaron a llorar como si se viniera el fin del mundo.
    Housenki se tapó los oídos y, viendo que su pacífico valle iba a inundarse como en el Diluvio Universal, no aguantó.

    —Ya, cállense todos. Sólo es una muerta, se comportaba como una histérica, estaba bien fea y te robaba el protagonismo. Además, el entrenamiento de Tenseiga venía con garantía, el perro sabía que tendría unos hijos torpes y violentos, por eso hizo que a esta cosa la confeccionaran así. Y está disponible por tiempo limitado ¡así que llamen ya!

    Miroku, le clavó el báculo en la cabeza.
    —Déjate de tonterías y di lo que tienes que decir —lo amenazó hastiado.

    —Que esto sólo funcionará una vez… —Puso aquella piedra sobre la miko muerta y hete aquí que comenzó a brillar, con un brillo que no existe en este mundo.

    Entonces, se escuchó una voz.
    Inuyasha

    El hanyou paró las orejas.
    —¿Qué? ¿Quién eres?

    Yo soy tu padre.

    Inuyasha parpadeó, miando la luz.
    —¿Eres Darth Vader?

    No, soy tu padre, zopenco. No sé qué hice en mi otra vida para tener un hijo retardado. Tengo algo muy importante que decirte. Esto era una broma. Eres demasiado impulsivo. Sólo quería darte un sustito para que recapacitaras sobre tus acciones.

    —Ven acá y te enseñaré lo que es “un sustito”, viejo de mierd…

    Feliz Halloween. Y dile a tu novia que no sea tan insoportable, va a volverme sordo y por eso mejor te la devuelvo. Adiós.

    —¡Espera!

    De pronto, Kagome abrió los ojos y comenzó a llorar y toser desesperadamente.

    —¡Kagome! —llamaron todos con sorpresa y alegría.

    Inuyasha acudió rápidamente a ella, la felicidad brillaba en sus ojos y se sentía salvado. ¡Ella estaba de regreso! ¡estaba viva!
    —¡Kagome! ¿estás bien? —iba a abrazarla pero un…

    ¡Osuwari!

    Lo estampó en el suelo y siguieron otros tantos, hasta que Inuyasha dejó una impresión en el suelo.

    —Sí, Inuyasha, estoy viva y no es gracias a ti. Y vas a ver como vuelvas a dejarme morir en esas condiciones, te perseguiré como alma en pena.

    Todos sus amigos sudaban de los nervios al verla tan… viva.

    Inuyasha murmuró con el rostro pegado al suelo.
    —Mejor te hubiera dejado allá… —y un potente.

    ¡Osuwari!

    Lo hundió más profundamente, como si ella quisiera enviarle al meikai por la fuerza. Por la fuerza de gravedad.

    —¿Nadie va a agradecerme? —preguntó el viejo orfebre.

    Todos lo miraron con cara… de circunstancia.
    —¿Qué se supone que tenemos que agradecerte? —murmuraron visiblemente enojados.

    —Eres peor que tu padre —murmuró el viejo—. Y no te olvides de que a la Tenseiga ya se le venció la garantía. Si dejas que todos se vuelvan a morir, es por tonto.

    Inuyasha lo golpeó una vez más, antes de que todos se fueran caminando confundidos. El hanyou desenfundó la espada y la miró una vez más.
    —Con todo esto, más vale que esta cosa sirva para detener a esa amenaza o voy a abrir la puerta del otro mundo para buscar a mi padre y metérsela por...

    —Inuyasha —murmuraron los otros.

    Él movió las orejas.
    —¿Qué no se suponía que era sadomasoquista?
    ___________________________________________
    Próximo capítulo... Cómo empezó todo...
     
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    Alexa Hime

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    Hola Asurama bueno he leido los dos capitulos realmente te aplaudo de pie ya habia leido algunos escritos tuyos pero
    hoy te dejare mi comentario, realmente la historia tiene muy buena trama sin mencionar una narrativa y descripcion
    impecable, sin errores y con excelente puntuación pero te dire que la comedia que incluiste le dio un toque genial
    muy divertido y bastante fluido.

    Lo del padre de Inuyasha me dejo impactada ya que no me imagino a Inu-no-Taisho siendo asi, lo que dijo de Sesshomaru concuerdo es un pedofilo pero lo amo apesar de eso :p pero lo que me gusto mucho fue ver que Kagome regreso a la vida y con mucha fuerza.
    El comercial de Housenki me saco una gotita anime por eso tenia muy bien merecido que lo golpearan.

    Bien no doy lata mas dejame decirte que eres una magnifica escritora y espero leer el siguien capitulo ojala me puedas avisar o estare pendiente cuando publiques (no te preocupes no te acosare ;)).

    Hasta pronto y feliz dia.
     
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    Freya Scarlet

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    Hola Asurama ya leí los dos capitulos y si que me sorprendieron jeje creo que esa broma que el padre de Inuyasha le hizo sí
    que se la merecía y sobre todo el Osuwari de Kagome, jeje me dio risa la parte en donde Inuyasha dice eres "Darth veader" jaja
    si que es un zopenco ese Inuyasha, en fin amiga muy padre te felicito cordialmente.

    ¡¡Saludos y sayonara¡¡;)
    155518_176443055713388_156389264385434_484793_7629037_n.jpg ¡SALUD AMIGA!
     
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    Asurama

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    Se considera parodia a la imitación burlesca de una obra, que hace uso de la ironía, la falsificación y/o deformación de obras ajenas, apoyando la afirmación de que toda obra remite a otras anteriores. A menudo se confunde con la farsa y el género burlesco.
    Muchos han de conocer el tono general de mis relatos: maduros, románticos y oscuros. Juro que mi intención era escribir un texto serio —desde otro punto de vista— pero, ya sea por el “aire” cómico que ha invadido el foro o por lo absurdo del relato en sí, el texto cayó en la mofa y el humor se impuso a sí mismo como género preponderante.
    Esto es.
    INUYASHA
    Las cosas no son como nos las contaron

    Cómo comenzó todo

    Kagome era una chica común y corriente, con una vida normal, una familia buena y buenas amigas; una muchacha con las preocupaciones típicas de todo adolescente: los típicos romances escolares, la última publicación en Twitter y el miedo a las bajas calificaciones. Ella vivía en un templo antiguo, que había pertenecido a su familia por generaciones, donde había un pozo vacío y un árbol sagrado con cientos de años, cuya principal característica era una curiosa marca en la dura corteza, que le provocaba una extraña sensación al verla. La sensación era de mareo, como si estuviera borracha.
    El día en que cumplió quince años, encontró a su hermano jugando en el mini templo que ocultaba en su interior el pozo.

    —Souta, sabes que no puedes entrar ahí —le regañó.

    —Buyo es el desobediente —se quejó su hermanito—, iba a darle de comer, cuando salió corriendo y se metió ahí.

    Buyo, el gordo y tranquilo gato de la familia era el juguete preferido de los hermanos, por eso, a veces huía espantado de ellos.

    —¿Otra vez? ¿Y por qué no bajas a buscarlo?

    El niño tembló.
    —Es que… me da miedo entrar ahí abajo.

    —Ay, Souta —la chica se puso en jarras—, ya estás grandecito. No irás a creer que una mujer ciempiés gigante puede salir del fondo del pozo y arrastrarte quinientos años hacia el pasado ¿o sí?

    El contrajo el rostro.
    —De cualquier forma, preferiría que te llevaran a ti.

    —Por tu culpa voy a llegar tarde —Kagome protestó, se quitó la mochila y bajó por las escaleras que conducían al interior del templo—. ¡Buyo! —llamó al gato, que no se dignó a aparecer. Ella también estaba asustada, no fueran a ser ciertas las fumadas historias de su abuelo, pero fingió que no. Miró y miró, sin poder verlo, entonces, se acercó al borde del pozo—. No se habrá caído ahí dentro este gato tonto ¿o sí?

    Souta tartamudeó.
    —¿E-está ahí abajo?

    Cuando miró dentro, una luz aparecida de la nada resplandeció y el cielo se reflejó allá abajo. Kagome estaba desconcertada.
    —Ok, no me vuelvo a fumar eso…

    De pronto, algo le tocó la pierna. De haber volteado, se habría dado cuenta de que era el gato, pero en ese momento, gritó del susto y saltó, tropezó con el borde del pozo y cayó dentro.
    Despertó en un lugar oscuro y, al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que seguía dentro del pozo.
    So tonta, sólo a ella se le ocurría tener semejante accidente. ¿Y cómo no tenía un chichón en la cabeza a causa de semejante caída? Miró hacia arriba y llamó a su hermano, pero se dio cuenta de que éste la había abandonado.
    —Es un cobarde —murmuró mientras se agarraba de unas enredaderas para subir y, de pronto, reaccionó ¿enredaderas dentro de un templo?

    Cuando salió y se sentó en el borde, se halló dentro de lo que parecía el claro de un bosque ¿cómo se suponía que había llegado allí? ¿No había caído en el pozo del templo? Al parecer sí, porque el árbol sagrado le mostró el camino a casa. Sin embargo, al seguirlo, no fue eso lo que encontró. Su primera reacción fue gritar del susto y la sorpresa.
    Clavada en el árbol con una flecha vieja y, rodeada de gruesas raíces, había una mujer vestida como las doncellas de los templos y se parecía bastante a ella, aunque tenía más tetas y más culo y ciertamente tenía mejor cuidado el cabello.

    —¿Una… una sacerdotisa? —sorprendida, le caminó alrededor, le preguntó qué hacía ahí, pero parecía que estaba dormida—. Oye… ese es un lugar bastante incómodo para dormir…

    —¡Oye!, ¿qué haces tú ahí? —le gritaron unas voces y una lluvia de flechas la obligaron a empequeñecerse, pegándose al cuerpo de la mujer.

    Sin ningún tipo de contemplaciones, unos hombres extraños, vestidos y peinados de una manera muy antigua, la amarraron, la golpearon con palos y la arrastraron hacia una pequeña aldea de apariencia muy vieja también. En seguida se dieron cuenta de lo corta que era la “enagua” que llevaba puesta y lo mucho que dejaba a la vista. Ella protestó, gritó y los amenazó con denunciarlos a la policía. Ellos comenzaron a hacer elucubraciones sobre un posible ataque, el comienzo de una nueva guerrilla antes de la cosecha, la llegada de un espía o la posibilidad de que ella fuera un youkai disfrazado.

    —¡Pero si eso no es más que una mocosa humana! Ah, son un grupo de escandalosos —espetó una ruda y vulgar voz masculina y comparecieron frente a ella dos personas más extrañas que las anteriores.

    Una anciana de largo cabello blanco, vestida como sacerdotisa, con un parche en el ojo derecho, acompañada de un chico de largo y enmarañado cabello plateado, vestido con un antiquísimo y ridículo traje rojo y de más o menos su edad, cuya característica más sobresaliente era un par de orejas de perro que se quedaron erguidas nada más verla.

    —¿Cómo mierda te bajaste del árbol? —puso cara de espanto.

    —¿Yo? —ah, ya entendía, la estaba confundiendo con esa muchacha ¿verdad? Ella odiaba las comparaciones, especialmente cuando sentía que estaba en desventaja—. No me compares con esa tía fea.

    —¡La fea eres tú! —le apuntó él—. Vestida a lo ridículo, plana, sin culo y encima gritona.

    La anciana se acercó y, tomándola del rostro, la miró detenidamente y luego, la volteó de perfil.
    —Inuyasha, guarda silencio. Mírala atentamente, realmente se parece a mi querida hermana Kikyou.

    —Oye, vieja, estás ciega, eso te pasa por tener un solo ojo —se exasperó—. No insultes a Kikyou, ahora que la veo bien, este adefesio jamás podría ser ella.

    —¡Eres un grosero! —le replicó la ofendida muchacha.

    —Tú cállate, mocosa gritona.

    Kagome, casi completamente segura de que estaban locos, cuestionó la posibilidad de que aquello fuera como “Alicia en el País de las Maravillas”. Claro, había caído por un pozo y pasado a una loca realidad alterna. No, no, esas cosas sólo pasaban en los sueños.
    Así era, ¡claro! era muy probable que hubiera quedado inconsciente al caer dentro del pozo y estuviera teniendo un sueño raro, así que tenía que encontrar el modo de despertar. Como estaba maniatada, comenzó a golpearse la cabeza contra la pared que tenia más cerca pero, al ver que no despertaba, desistió.

    —Y además está bien loca —murmuró el muchacho.

    Kagome frunció el ceño.
    —Algún día me vengaré de ti —murmuró.

    —Ay, mira como tiemblo. Por si no lo sabías, soy más fuerte que tú, más grande y más inteligente, así que…

    —Eres insufrible ¿lo sabías? ¿Y quieren soltarme estas amarras de una maldita vez?

    Todos la miraron como si aquello no les importara en lo más mínimo.

    —Lo siento —se disculpó la anciana mientras los campesinos la desamarraban—. Es que estamos en época de guerras, como apenas tenemos víveres para nuestra supervivencia, Inuyasha se encarga de robarlos en las aldeas vecinas y tenemos miedo de que tomen represalias.

    ¿En época de guerras? Ella no recordaba haber oído hablar de nada semejante en ningún medio de comunicación. Y por lo visto, aquel muchacho que “protegía” la aldea tenía una naturaleza violenta. Y tenía un nombre tan ridículo como su apariencia.

    —Es que él es mitad perro, es un hanyou —le explicó la mujer—. Es muy altanero pero, aunque es más fuerte que nosotros los humanos, es el hazmerreír de los youkai de su especie. Por eso, llegó aquí hace cincuenta años, intentando convertirse en un verdadero youkai perro, pero por suerte no lo consiguió, así que llegamos a un acuerdo y decidió quedarse a cambio de que le diéramos techo y comida.

    —Vieja, estás loca —se quejó Inuyasha—, deja de hablar de mí como si fuera un vulgar perro callejero que necesita de los humanos.

    Kagome se lo imaginó como si literalmente fuera un perro.
    —Actúas como uno —acotó—. Además, no deberías hablarle así a una respetable anciana.

    —Lo siento, no me he presentado —se disculpó la mujer—. Mi nombre es Kaede, oficio como sacerdotisa y soy la jefa de esta aldea.

    Inuyasha la apartó bruscamente.
    —No digas tonterías, yo propicié la supervivencia de esta lamentable aldea por cincuenta años, yo soy el jefe.

    —Es un jefe tiránico —comentó la anciana—, pero es más fuerte que nosotros, así que no podemos hacer nada. Somos explotados. Durante anos rogamos que apareciera alguien que lo domara y entonces, apareciste tú.

    —¿Yo? —preguntó incrédula la muchacha de pelo negro— ¿y por qué debería hacerlo yo?

    —Te pareces a mi hermana, además, siento un poder espiritual emanando de ti, tal vez seas tan fuerte como ella.

    —Que ya te dije que no lo es —protestó el hanyou.

    Pero la vieja le ignoró olímpicamente.
    —No hagas caso a este hanyou. Te pareces demasiado a ella, así que pienso que eres su reencarnación.

    Kagome la miró como si estuviera totalmente loca, a falta de rigor científico o pruebas empíricas que comprobaran semejante hipótesis.

    —Que no es su reencarnación —protestó el muchacho por enésima vez.

    Kagome le miró molesta.
    —¿Por qué tengo la impresión de que no te caigo bien? Yo misma te he dicho que no me compares con esa tía y aún así todavía discutes con la anciana.

    —Veo que no simpatizan, así que tengo un regalo para ti —murmuró la anciana, había llegado la hora de la venganza por todos esos años—, yo nunca pude usar este pequeño recuerdo de mi hermana pero, si realmente llevas su espíritu en tu interior, podrás usarlo.

    Le extendió un extraño objeto que, a Kagome, le pareció un collar de perro. Se volteó hacia el joven, observando sus orejas de perro. De pronto, le entró un aire de soberbia y pensó que podría ser cierto e interesante eso de salvar la aldea de las garras del hanyou.
    —La anciana Kaede tiene razón, Inuyasha —él movió las orejas y su rostro denotó confusión—. Ya has hecho alboroto durante demasiado tiempo aquí, es hora de que tengas algunas lecciones de Obediencia, perrito.

    —¿Cómo te atreves? —saltó hacia ella, dispuesto a darle un golpe en medio del rostro cuando una luz iluminó el extraño rosario, haciéndolo desaparecer de las manos de Kagome para reaparecer alrededor de su cuello— ¿Y esta porquería? ¡Ni creas que me vas a tratar como a un vulgar perro!

    —¿Quieres apostar? Inuyasha, siéntate.

    Un duro golpe se escuchó, llamando por un momento la atención de todos los aldeanos.

    ***​

    —Disculpen pero ¿quién era la chica que estaba en el árbol? —preguntó en la cabaña, mientras le daba una probada al estofado que la anciana Kaede acababa de servirle.

    —Ah, la viste cuando visitaste el bosque ¿no es así? era mi querida hermana Kikyou, de quien tanto te he hablado. Era una poderosa sacerdotisa cuyo deber era proteger un valioso tesoro llamado la Perla de Shikon de aquellos espíritus y seres humanos de intenciones malignas que buscaban obtenerla para provocar caos a la humanidad.

    Parecía una historia extraída de alguna extraña película de ficción de segunda clase.
    —¿Y cómo fue que terminó clavada en ese árbol? —¿y qué había pasado con la supuesta perla?

    Inuyasha bufó.

    La anciana atizó el fuego y tomó aire de seriedad e importancia, como si fuera a relatar la vida de una eminencia.
    —Hace cincuenta años, este hanyou intentó robarle la perla de Shikon a mi querida hermana y batallaron a muerte. Mi hermana murió en esa batalla, pero consiguió salvar la perla…

    —Eso no fue lo que pasó —Inuyasha le puso una mano en el hombro y la apartó—. Keh, Kagome, no le creas a esta vieja bruja, lo que pasa es que se está secando y empieza a padecer de demencia senil —indicó mientras se dibujaba círculos en la sien con un dedo.

    —Kagome… —pidió la mujer.

    —Osuwari —dijo Kagome de brazos cruzados, mientras el muchacho se estampaba en el suelo de la cabaña.

    —Ya sabía yo que las mujeres son abusivas… —se quejó Inuyasha pegado al suelo—. Debí quedarme soltero.

    —¿Pero entonces qué fue lo que pasó? —le preguntó la muchacha con curiosidad.

    —Pues verás —Inuyasha se puso en pie de un salto, se aclaró la garganta y se puso serio—. Hace cincuenta años, llegué a esta región al oír hablar de la perla Shikon e intenté conseguirla por mis propios medios, pero entonces, vi a Kikyou y… —hizo un gesto con las manos, como si estuviese sosteniendo dos cosas redondas y enormes, mientras se sonrojaba— y… resultó ser más fuerte que yo, por eso no pude matarla —concluyó.

    Ambos salieron caminando a paso lento de la cabaña, en dirección al bosque, dejando a Kaede. El bosque estaba allá, muy lejos, alto, imponente, sereno y silencioso en medio de la tarde, pero hacer ese camino les daría tiempo de hablar. A Kagome no le daba miedo estar en su compañía, ahora que le había puesto a su perrito un lindo collar de obediencia.

    —…Se me ocurrió que podía acercarme a ella ganando su confianza, así que esperé un día en que anduviera sola y llamé su atención, fingiendo que quería la perla. Cuando estuvimos bastante lejos, nos sentamos en aquella colina de allá y le dije que no tenía ganas de pelear con alguien como ella. Al principio, ella pareció desconfiar de mis intenciones, pero luego le dije que no se preocupara, porque consideraba que ella y yo éramos iguales.
    »Escucha, Kikyou —le dije con mi tono frío—, yo soy mitad humano y mitad youkai y tú… bueno, me he dado cuenta de que eres de esas personas que ocultan su debilidad para no ser presa fácil de los otros. Creo que podemos llegar a entendernos.
    » “¿Pero qué cosas estás diciendo? No pareces ser tú, siempre eres tan impulsivo y violento”, me recriminó. Empecé a sudar frío, creyendo que se había dado cuenta de la verdad.
    »“Escucha, Kikyou, estás en lo cierto, sé bien que soy impulsivo y violento, pero los hanyou también sufrimos”, eso pareció conmoverla y me sonrió. Con el pasar de los días fuimos acercándonos y hasta comenzamos a charlar y almorzar juntos. Comencé a acompañarla y ayudarla en todo lo que podía, la protegía de los humanos y los youkai que querían atacarla para robarle la perla y me convertí en algo así como su amigo.

    —¿Y entonces dejaste de desear obtener la perla?

    Él negó.
    —Nada de eso. Esto me estaba saliendo a pedir de boca. Una tarde, cuando ya éramos “novios”, salimos a pasear en balsa. Al bajar de la balsa, ella hizo todo un teatrito y “perdió el equilibrio” dándome un beso “por accidente”. Entonces, me dije a mí mismo “oh, sí, tengo la batalla ganada”.
    »Como ya nos teníamos confianza, decidí llevarla una noche a dar un paseo por el bosque y la agasajé con una cena sorpresa debajo de ese árbol sagrado. Llevé sake y pensé “cuando esté bien tomada, le robaré la condenada perla”. Bueno… y… tú sabes… la noche y el alcohol confunden. Y… acabamos… confesándonos nuestro amor debajo del árbol sagrado…

    —Espera un minuto ¿Qué quieres decir con “nos confesamos nuestro amor”?

    El hanyou fingió no haber entendido la pregunta.
    —Pensé que todo eso había sido nada más un sueño pero a la mañana siguiente, abrí los ojos y, espantado por lo que vi, grité a todo pulmón, agarré una de las flechas que ella llevaba y la clavé en el árbol, dejándola inconsciente. Entonces, me di cuenta de lo que hice e intenté quitársela, pero estaba muy dura. Pensé que si esperaba un poco podría sacarla, pero esperé y esperé y no conseguí nada.
    »Entonces, llamé a Kaede, que en ese entonces tenía diez años para pedirle su ayuda. Ella me dijo que las flechas cargadas con el poder espiritual de Kikyou sólo podían ser extraídas por ella y, dado que eso era imposible —suspiró—. Entré en pánico.

    Kagome rió nerviosamente. Eso significaba que después de todo sí le gustaba Kikyou.

    —No es lo que piensas. Lo que pasa es que nunca pude averiguar en donde carajo escondió la perla.

    —¿Y qué hiciste entonces?

    —Pensé en matarme y así seguirla —él se sacó la espada de la cadera y la miró.

    —¿Y por qué no lo hiciste?

    Él negó con la cabeza.
    —Esta espada que me dejó mi padre no sirve ni para matar una rata, ni siquiera sé por qué la conservo.

    —¿Una espada que no corta? ¿Y para qué puede servirte algo así?

    —Es que le tengo mucho apego. Mi padre se la dejó a mi madre, ella le tenía mucho cariño, porque le servía para consolarse luego de la muerte de mi padre. Es que mi madre sólo era una simple humana, pero se le pegaron algunas costumbres de mi padre, en fin… Pero estoy pensando seriamente en tirar a Tenseiga a la basura y buscar un reemplazo.

    —Espero esté bromeando, Inuyasha-sama —murmuró una vocecita. Inuyasha se levantó el cabello que le caía por los hombros y encontró una vieja pulga chupándole la sangre. Inuyasha la aplastó y la pulga cayó como un papel por el aire, hasta aterrizar en la mano de Kagome.

    —¡Qué asco, una pulga que habla! —ella volvió a aplastarla y la pulga voló hasta el piso.

    —Ese es el viejo Myouga, dice que era sirviente de mi padre, pero creo que solamente se aprovechaba de él y le chupaba la sangre.

    —Bueno, es una pulga.

    Myouga se infló y saltó rápidamente hasta pararse en el hombro de su maestro.
    —Inuyasha-sama, no puede estar pensando realmente en deshacerse del recuerdo de su padre, Tenseiga es muy importante y muy poderosa, él tenía la esperanza de que un día aprendería a utilizarla correctamente y así conseguiría realizarse en la vida.

    —No empieces de nuevo con ese cuento, ya no te lo crees ni tú… a propósito ¿Qué estás haciendo aquí? —por lo general, Myouga permanecía lejos para no tener que vérselas con los youkai que amenazaban a Inuyasha y lo discriminaban por el simple hecho de ser judío, digo, hanyou.

    Myouga se sonrojó.
    —Es que olí la sangre de una bella jovencita y decidí venir a averiguar quién era su nueva novia, Inuyasha-sama.

    —Keh, no bromees, esta mocosa está demasiado fea como para ser mi novia.

    —¡Osuwari! —le gritó ella ofendida.

    —Inuyasha-sama, no debería dejar que su novia lo maneje —acotó el sirviente al ver a su amo aplastado contra el suelo— su padre se sentiría avergonzado.

    —Cállate, pulga metiche.

    Kagome se puso en cuclillas para ver de cerca de la pulga.
    —Oye, ancianito ¿y tú sabes por qué Inuyasha es tan misógino?

    —Lo que sucede es que, como ya te lo contó, su madre, aunque hermosa, era sólo una simple humana y la debilidad del amo proviene de su sangre…

    Inuyasha tiró a la pulga al suelo y la aplastó con el talón.
    —No hables de mi madre y menos en ese tono. Ella murió hace muchísimo tiempo, esta mocosa no tiene por qué saber nada más.

    Kagome analizó aquellas palabras. ¿Entonces el padre de Inuyasha era un perro y su madre una humana? ¿Era zoofílica la mujer? ¿Cómo era posible semejante aberración? Con razón era tan bruto, debía estar medio retardado de cerebro.

    —¿Se puede saber por qué me estás viendo con esa expresión tan repugnante? —le espetó él, sacándola de sus cavilaciones.

    Ella sólo sonrió nerviosamente.
    —No es nada, sólo estaba pensando en cosas raras, je je je.

    —¿En qué estabas pensando?

    —Ya te dije que no estaba pensando en nada en especial.

    —Ya, dilo.

    —No.

    —¡Dilo!

    —¡Que no!

    De pronto, la discusión se vio interrumpida por un fuerte temblor.
    —¿Qué es lo que está pasando? —preguntó nerviosa la chica— ¿Es un terremoto?

    —No —murmuró Inuyasha serio y alerta, mientras percibía su entorno a través de sus cinco sentidos, intentando encontrar la causa del temblor— ¡Viene del bosque!

    —¿Del bosque? —preguntó ella confundida ¿Qué podía causar semejante sismo?

    —Date prisa y no te quedes ahí, regresa a la aldea y diles a todos que huyan —murmuró con el ceño fruncido, ahora lamentaba que se hubieran alejado tanto.

    —¿Pero por qué…? —no pudo terminar la pregunta, ya que el temblor en el bosque dio paso a un fuerte resplandor sobrenatural, que se dividió en pequeñas luces espirituales, que se condensaron alrededor de unas negras nubes por encima del bosque. Kagome no tuvo tiempo de preguntarse si aquello era real o no, no daba crédito a lo que veían sus ojos. Las luces espirituales comenzaron a tomar la forma de muchas criaturas de extrañas y horripilantes formas, que iban desde esqueletos andantes y ogros, hasta serpientes con alas y caballos de tres ojos—. Diablos, me juré a mi misma que no volvía a fumarme eso ¿Dónde hay un centro de rehabilitación cuando lo necesito?

    —Y no volverás a necesitarlo si no te das prisa y vuelves a la aldea —le dijo Inuyasha, mientras se ponía en guardia y desenvainaba la espada—. Yo los detendré, ahora largo de aquí.

    —Está bien —murmuró ella, mientras corría a refugiarse tan rápido como le permitían sus pies.

    —Con permisito —dijo la pulga, separándose de su amo y huyendo con Kagome.

    —¡Espera Myouga, no me dejes solo! —le gritó el hanyou, antes de mirar la espada.

    —¡Mucha suerte, Inuyasha-sama! —lo alentó la pulga, moviendo un abanico en miniatura, cómodamente parado en el hombro de Kagome.

    Desde la nube de youkais, uno habló.
    —No perdamos el tiempo con ese payaso. ¡La orgía es con la mocosa! —el ejército completo se abalanzó entonces sobre Kagome, mientras Inuyasha se quedaba paralizado. Ignorado de nuevo.

    —¡Hice una mala elección! —lloró la pulga.
     
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    Whitemiko

    Whitemiko Usuario común

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    HOLA!!!PRIMERA EN POSTEAR!
    NOOOOOOO AUN NO PUEDO PARAR DE REIRME!!!!
    JAJAAAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJJA TE PASASTE AMIGA TE LO JURO!!!TE JURO POR DIOS QUE NUNCA ME HABIA REIDO TANTO DE UN FIC DE ESTE TIPO, no es la tan conocida parodia de idioteces que puede escribir cualquiiera

    Si no una parodia de idioteces que no todo mundo puede escribir!!!nooo es que en serio...no e podido dejar de reirme aun!!esta historia a pesar de ser medio...lepera anda!!!no pude evitar reirme como idota paranoica esquizofrenica!!xD hasta mi madre me mira como si estuviera loca cada vez que me rio de la nada...sera tu culpa asurama!!

    Eso de que lo domina como si fuera un perro no esta tan alejado de la realidad, cualquieer parecido con la realidad es mera coincidencia jajaajajajaajajajajja lo de la familia de enfermos!!!eso no tuvo limite!!!jajajajajaajajajajajajaaj el papá sadomasoquista!!!!!jajajajajajajajajaja

    En serio, no e podido parar de reirme!!!mis felicitaciones, ovasiones y...creo que solo eso existe para decir que te respeto verdad????JAAJAJAJAJAJAAJAJA por favor continualo pronto!!Quiero ver que tan ardida aparecera kikyou!!!!eso no tendra precio!!!

    Sobra decir que me gusto???pues si no M-E E-N-C-A-N-T-O!!!!!no ma....espero pronto la continuacion!!mas bien muero por ella!!!!
    please escucha mis suplicas, ruegos, peticiones y todo eso!!

    XOXO
     
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    Alexa Hime

    Alexa Hime Usuario popular

    Escorpión
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    Escritora
    Hola Asurama sabes cuando vi que habias actualizado corri a leer creo que todo lo que diria es "GRANDIOSO" un humor muy bueno y no lo digo sólo por las palabras que utlizaba Inuyasha si no por todo una parodia muy buena, me gusto que fuera un poco largo ya que ultimamente solo he leido drabbles o cap. cortos pero no viene al caso.

    HAHAHAHAHAHAHAHA.....HAHAHAHAHAHA enserio que muchas partes me mataron de la risa es que todo estuvo muy comico pero a la vez muy no sabria explicar....bueno que no necesitaste tanto adorno (vocabulario absurdo, situaciones ilogicas,) para lograr elaborar escenas graciosas que casi pude verlas en mi mente.
    Pobre kagome se sintio mal que kiyo estuviera mas buena que ella...y que tuviera atributos mas "grandes" y eso que Inu la llamara plana hahaha las peleas con la anciana Kaede igual muy comica "solo por que tiene un ojo" ese Inu burlandose de la pobre señora.
    me quedo la duda ¿PORQUE INU SE ASUSTO CUANDO DESPERTO DEBAJO DEL ARBOL Y CLAVO A KIKYO? ¿QUE VIO? hahaha bueno lo supongo....

    —No perdamos el tiempo con ese payaso. ¡La orgía es con la mocosa! —el ejército completo se abalanzó entonces sobre Kagome, mientras Inuyasha se quedaba paralizado. Ignorado de nuevo.
    cielos ojala sea un sueño pobre kagome y que youkais mas depravados.xD

    Podria seguir pero mejor me calmo me gusto(casi no se nota) todo esta perfecto espero el siguiente cap. con ansias bueno me despido sayo.
     
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