Largo camino. Hacia dos meses que lo había conseguido. Al fin, después de superar miles de dificultades en su camino pudo hacerse con el campeonato de una región, ganando una importante liga y obteniendo un titulo que lo acreditaba como el mejor. Todo fue como lo imagino, la fama, el reconocimiento, el prestigio. No cabía tal satisfacción en su espíritu, la sensación de verse realizado, la alegría de alcanzar su meta. Pero, eso fue tiempo atrás y hoy simplemente estaba ahí, en su habitación, recostado en su vieja cama admirando el techo, divagando en sus pensamientos preguntándose a donde se había ido aquella felicidad de hace algunas semanas. Había algo que le molestaba y no comprendía de que se trataba. Se reincorporo en su cama y dedico una mirada a aquel trofeo de campeón, tan reluciente como el primer día. Sonrío, como hace ya mucho tiempo no lo había hecho. Lo había comprendido, aun no había alcanzado su meta. Tomo su vieja mochila, era momento de preparar un nuevo viaje. Al final, el titulo no te convierte en maestro. Esa misma tarde, Ash, salio de su pueblo natal como muchas otras veces lo había hecho, una nueva región se vislumbraba en su destino.