La vida del Blusero

Tema en 'Relatos' iniciado por Josef Barbera, 9 Marzo 2016.

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    Josef Barbera

    Josef Barbera Artista sin talento

    Cáncer
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    Escritor
    Título:
    La vida del Blusero
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    964
    Este relato es para la actividad “Behetría de vocablos inextricables”

    La vida del blusero no es fácil, eso lo sabía ella al empezar en esto, pues si bien ya la vida del músico es difícil, la del blusero la puede ser aún más, pues es un género que ya no vende, ya no es adorado por las masas y por alguna condenada razón, los que nacieron para este arte, pareciera que además nacieron iluminados con la sombra de la desgracia.

    Su largo ciclo de dichas y miserias empezó con el violento quiebre de su familia que la hizo vivir con su abuelo, luego con las mil y un desventuras que vive una persona creciendo técnicamente sola en una intrincada ciudad y para coronar la gracia con su primer amor que a la vez fue su primer fracaso.

    De su abuelo conoció el blues, el cantaba y tocaba la armónica con un grupo de viejos delirantes como él, con los cuales se presentaba en algunos bares de poca monta en la ciudad, nunca aspiraron a más y nunca lograron más, sin embargo su música era gloriosa, el guitarrista contaba con una técnica impresionante, y hacía llorar su instrumento como ningún otro, siguiendo el compás imparable del baterista quien junto al bajo mantenían a flote la tambaleante nave músical y al final estaba él, con una voz profunda como un pozo y una armónica que explicaba en notas todo lo que el corazón con palabras no podía contar. Junto a esos viejos delirantes aprendió a tocar la guitarra, a tocar la armónica, a cantar y a canalizar sus emociones con blues.

    A los dieciséis la vida sintió que no había tenido suficiente con ella y con un peldaño violento decidió matar a su abuelo, quien había sido su única familia y apoyo, si bien su abuelo contaba con una riqueza material aceptable, la ley es cruel y al no haber ningún heredero ni testimonio, el banco lo reclamó todo para su propia vileza. De ahí sólo pudo rescatar una guitarra y dos armónicas para continuar con lo que empezó su abuelo.

    Sin poder encontrar trabajo decidió ir a una ciudad más grande donde las oportunidades abundan dicen los incautos, pero la gran ciudad igual no fue amable con ella, dormía en parques o paraderos abrazada a la guitarra con un ojo abierto según ella, para evitar que la vida le mande algún acompañante indeseado en su sueño, y dentro de ese ambiente el blues término de hermanarse con su alma. Con su voz, la guitarra y la armónica logró salvar la comida tocando las canciones de cantaba su abuelo a cambio del dinero amable que le entregaban algunos transeúntes en las calles.

    Finalmente encontró donde trabajar en un negocio administrado por un hombre serio, algo mayor y de apariencia amable, era uno de esos cafés que solo frecuentan los hombres con dinero y problemas con su esposa, empezó lavando platos y allí conoció mujeres que vivían en un nivel de mierda distinto al de ella, inmigrantes, huérfanas, pobres, mujeres maltratadas, violadas, usurpadas, allí trabajaban todas “embelleciendo” según los clientes, sus pedidos en el café y haciendo varios cuantos favores si la paga era correcta.

    Su jefe era un hombre amable, decía que el negocio no le gustaba, pero que le estaba dando una oportunidad a todas esas mujeres a las cuales la vida les tornó la otra cara, él conociendo la situación de ella le ofrecía siempre ir a quedarse en su casa, comentaba que a él no le molestaba pues vivía solo en una casa muy grande y que se alegraría si algún día veía su casa nuevamente llena de vida joven, pero ella siempre lo rechazaba, prefería dormir con alguna colega del café, aunque esto también era bastante inestable, pues muchas de ellas también dormían donde pudieran al caer la noche, finalmente una noche de lluvia intensa tuvo que aceptarle la oferta y otra vez la vida decidió que la había dejado tranquila por mucho tiempo. Tras ese rostro de amabilidad, yacía una bestia esperando pacientemente el momento para atacar a su presa, esa noche solo la lluvia y las sábanas ensangrentadas fueron testigos de lo que sucedió. Luego de esa noche nadie la apoyó, nadie la escuchó y si se le ocurría hablar con alguien compilado, la habían avisado que podría amanecer en una bolsa debajo de un puente.

    Nuevamente le tocó a ella dejar la ciudad, escapando de los recuerdos y los tormentos de un alma destrozada, y vagando de pueblo en pueblo tocando de esquina a esquina el blues la ayudó a soportar, a transformar el detrimento de su alma en música tal cual como lo hicieron los negros esclavos en aquellos años de las plantaciones de tabaco y algodón “I got the blues” se repetía para ella misma, pensando en cuantos se sostuvieron bajo los brazos de aquel refrán.

    Hoy ya cumple 33 años, la edad de Jesús, y vive tocando blues en algunos bares y en las esquinas de las calles, vive en una habitación pequeña que le arrienda una viuda dentro de un edificio. Los cigarrillos, el faso y el alcohol son sus únicos amigos y eternos acompañantes con los cuales sobrepasa esos amores erráticos que llegan y van, te sacan a flote solo para volver a dejarte ahogar. La guitarra y armónica de su abuelo siguen sonando, entregando música a los que están dispuestos a escucharla. Hoy ella vive con la frente en alto más fuerte que nunca, esperando a la vida con los puños en alto, lista para recibir lo que tenga que entregarle.

    En este mundo pragmático donde pareciera que las intrincadas maneras del arte y la música ya no tienen cabida, el blues brilla como una luz de dicha, dentro de tanta miseria.
     
    Última edición: 9 Marzo 2016
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Escritora
    Qué difícil vida le tocó vivir a esta mujer. Me gusta el blues así como el jazz. En este relato nos has mostrado de qué manera la música, en este caso el blues tan amado de la protagonista, fue su tabla salvadora, el medio que tuvo para no perder el ánimo en medio de la agobiante vida que no se conformó con dejarla en la calle, sino que además le arrebató al ser más querido, su abuelo.

    La música en general, es genial xD
     
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    Bugs Bunny

    Bugs Bunny Die Hexe Usuario VIP

    Piscis
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    Me gusta la narración, realmente es así. Lo único que no acaba de convencerme, es que indique cuando todo se va a tornar oscuro, siento que me quitó esa oportunidad de sorprenderme, de indignarme y sentir más el golpe, pero bueno. Me parece que tuviste un par de errores, con las tildes más que nada, creo que eran pronombres personales, pero en fin, ya si quieres corregirlos me avisas y los busco para marcarlos.

    Saludos.
     
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    Ichiinou

    Ichiinou Amo de FFL Comentarista destacado

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    Escritora
    Me ha gustado. Por una parte, ya sabía yo que ese jefe que en teoría era el "salvador de todas", en realidad tenía algo oscuro, yo no me habría ido a su casa ni loca, vamos. Pero entiendo la situación de necesidad y entiendo que además, ella confiaba en él. No obstante, menudo error, en fin. Me gusta completamente las referencias al blues y a lo que significa, me encanta. El texto te ha quedado excelente, la verdad. Concuerdo con Bugs, que si no hubieses metido esa parte, le hubieses dado mucha más intriga al asunto, aunque bueno, yo ya me esperaba que ese tío se la quería llevar "al huerto".

    Por cierto, la palabra "blusero" es bien confusa, yo me eché medio relato creyendo que esto iba a ser de un tío que confeccionaba blusas. XD

    Muy bien narrado y solamente he visto algunos despistes, que te señalo ahora:

    Eso debería ser "lo".

    Ahí te faltó una tilde en "él".

    Sería "que".

    Y nada más que añadir, es un gran trabajo, te felicito. Espero verte más por aquí y seguir leyendo cosas tuyas.

    ¡Un saludo! :)
     
    Última edición: 25 Marzo 2016
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