La tierra de los hombres

Tema en 'Relatos' iniciado por Zabie, 7 Agosto 2010.

  1.  
    Zabie

    Zabie Guest

    Título:
    La tierra de los hombres
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1077
    La tierra de los hombres

    He viajado por todo el mundo, he visto hermosos parajes, verdes bosques, azules océanos. He visto todo aquello que cualquier hombre desearía, he visto la tierra en toda su grandeza y resplandor. El Edén, la tierra de los dioses, el mundo como nuestros creadores lo habían soñado, el mundo ideal, donde todo ser vivo desearía vivir.

    Pero hoy, después de varios años viendo la tierra de los Dioses, iba a visitar un lugar que era mucho más importante en mi corazón, mi tierra, mi hogar.

    Mi corazón palpitaba con intensidad a cada paso que daba, recuerdos de mi infancia invadían mis pensamientos.

    Me crié en un pequeño poblado de granjeros y agricultores, toda mi infancia la pasé rodeado de hermosas vacas, graciosos cerdos y ruidosas gallinas. La vida en el campo era gratificante, respiraba aire puro todos los días, podía notar el frescor de la hierba después de la lluvia, el viento soplando en mi cara, ver a hermosos caballos trotar por la extensa llanura, subirme a los arboles y contemplar la belleza del hermoso bosque. Mi vista se regocijaba cada vez que veía las montañas bañadas por un manto de nieve. Todo cuanto había a mi alrededor era hermoso. Más hermoso aun que cualquier cosa que haya visto en la tierra prometida.

    Había un lugar especial, un pequeño campo de flores que estaba no muy lejos de la aldea, flores hermosas, de distintos colores, que siempre se movían con dulzura mientras el viento las acariciaba. Todos los días iba a ese lugar, a observar las flores, nunca entré dentro del campo, pues no quería pisarlas, simplemente me limitaba a observarlas y a acariciar las que estaban más cerca.

    He visto muchas cosas hermosas en mis viajes, pero nunca he encontrado nada que se asemeje remotamente a la belleza que emanaba ese pequeño campo de flores.

    Y hoy, por fin, volvería a tener la oportunidad de observar esos bellos parajes.

    Sin embargo, lo que vi al salir del bosque y llegar al poblado, no era en absoluto la tierra que yo recordaba.

    Cadáveres por todos lados, hombres, mujeres, niños, edificios arrasados, armas por todas partes, todos los indicios apuntaban a que el poblado había sido atacado hace no mucho por bandidos. El olor a muerte se hacia insoportable, tenia que esforzarme para mantener la respiración, acostumbrado a respirar siempre el aire más puro, este olor era un veneno para mi cuerpo.

    Los edificios estaban arrasados, los cultivos fueron quemados, la hierba que siempre crecía con fuerza en estas tierras no era más que ceniza en estos momentos, los animales que nos recordaban la belleza de todas las criaturas que habitan este mundo estaban todos muertos.

    No quedaba ni un miserable soplo de vida en esta tierra. Todo había sido destruido. Era como si los Dioses hubiesen castigado a este pueblo por ser más hermoso que la tierra prometida, pero se que eso es imposible, la voluntad divina que ha creado parajes tan hermosos a lo largo y ancho del mundo jamas destruiría una de sus propias obras. El único que ha podido hacer esto, es el hombre.

    Solo el hombre destruiría unas tierras tan hermosas para saciar su propio egoísmo, se obsesionan con bienes materiales y renuncian a las, más gratificantes, bondades espirituales, no cuidan a sus hermanos ni a sus tierras, son crueles con todos aquellos que no estén en su rebaño, miran de forma egoísta a los demás y destruyen todo cuanto esta a su paso solo para sentirse más poderosos, despreciables criaturas que osan destruir las obras del señor, cuando fallezcáis, esperó que el mayor de los tormentos y el más doloroso de los castigos del infierno os sea otorgado, pues eso es lo que merecen todos aquellos que dañan nuestra tierra.

    La ira se apoderaba de mi mientras veía toda la muerte que había a mi alrededor, era incapaz de comprender por que el hombre tenia que actuar de esta manera. El señor nos lo da todo, nos ha ofrecido la tierra prometida, y nosotros, lo único que hacemos, es destruirla, no tiene sentido...

    Inconscientemente, seguí caminando por lo que quedaba de la aldea y, sin darme cuenta, acabé en un lugar que deseaba ver, pero que al que a su vez tenia miedo de volver.

    Aquel hermoso campo de flores que me pasaba horas y horas contemplando, aquel discreto lugar que emanaba una belleza mística y hermosa, aquel sitio que hacia palidecer todo cuanto había en la tierra prometida... También había sido destruido. Las llamas arrasaron el lugar, no quedaba ni una sola flor de las que siempre habitaron en ese paraje, absolutamente nada se había salvado del que, a mis ojos, era el lugar más hermoso del mundo.

    Al ver que aquel lugar al que amaba mas que nada en todo el mundo, me limité a cerrar los ojos, me di media vuelta y, sin mirar ni una sola vez hacia atrás, abandoné, entre lagrimas, el que había sido durante toda mi infancia el lugar de mis sueños, mi tierra prometida particular.

    Luego de ver la ruina que se estaba expandiendo por la tierra de los hombres, decidí volver a los parajes que ya había visitado con anterioridad, las tierras cuyas manos aun no habían sido mancilladas por la presencia del hombre, tierras de las cuales el señor expulso a la humanidad por no ser digna de ellas. Y si bien yo siempre tuve mis dudas al respecto sobre esa decisión, ahora, más que nunca, lo tengo claro.

    Mientras el hombre no purgue todo el mal que hay dentro de el, jamas será digno de contemplar toda la belleza de nuestro mundo, y menos aun de ser digno de la tierra prometida. Quiero creer en la humanidad, quiero pensar que con el tiempo la gente aprenderá de sus errores y a vivir una vida digna y respetando a todas las criaturas vivas de nuestro mundo. Sin embargo, en el fondo de mi corazón yacen dudas sobre si el hombre será capaz de cumplir tan noble meta.
     
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  2.  
    Arjim

    Arjim Iniciado

    Tauro
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    6 Agosto 2004
    Mensajes:
    24
    Pluma de
    Escritor
    Re: La tierra de los hombres

    Me encantan los relatos del hombre contra sí mismo.
    Historia fluida y sin demasiadas complicaciones. Ésa debería ser la máxima de toda historia.
     
  3.  
    Maat

    Maat Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    26 Diciembre 2006
    Mensajes:
    316
    Pluma de
    Re: La tierra de los hombres

    Lindo ritmo, imágenes muy agradables (y varias desagradables, pero interesantes imágenes al fin), está cargado de sentimiento y tiene un toque elevadamente intrapersonal sobre la visión del mundo.

    Queda claro que quisiste representar al mundo como un "campo de flores" (un elemento sumamente bello, debo decir) y que la repercusión principal y la representación de la acción errónea del hombre debía centrarse en la destrucción de este campo, como reflejo de lo que "se está haciendo mal". Eso como los hechos más relevantes.

    Bien, sentí que esta representación se quedó un poco corta. Quizás necesitó extenderse un poco más, para poder ser aplicada más a la realidad actual y llegar a más gente. Muchos verán esta especie poética pero no la aplicarán más allá que a la "guerra militar" que permanentemente existe, y que solemos ignorar. Algún ejemplo más cotidiano de la destrucción que realizamos del mundo todos los días (esa que parece pequeña y no lo es) hubiera representado de mejor manera lo que queríamos lograr con este concurso.

    Algo que me llamó la atención es lo siguiente:

    Antes de la primera oración representas una situación (resumámoslo como algo "agradable", "satisfactorio") y lo que se sigue a la segunda ocasión es sumamente una situación antagónica a lo anterior.

    Me pareció un salto un poco brusco. Quizás hubiera sido bueno una transición más lenta: por ejemplo, el regreso a la villa e ir describiendo poco a poco las impresiones, ir graduando la "decepción" en vez de soltar la bomba de ira y reclamo de forma seca. Hubiera sido mejor guiar el sentimiento, sin embargo, no dejó de estar carente de fuerza ni sentido en ningún momento.

    Fue una linda historia. Espero sigas escribiendo.

    Saludos.
     
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