One-shot La sheriff de Piltover

Nota de la autora: Hola a todos. Este relato lo hice para una maratón de una web en la que debía de suceder algo en las campanadas de año nuevo. La protagonista es Caitlyn, la sheriff de Piltover, del juego League of legends o más conocido como LOL.
Espero que disfruteis mucho ^^

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Capítulo único: Año nuevo ¿vida nueva?

Hay quien defiende la teoría de que, de no haber sido por Caitlyn, la sheriff de Piltover, la ciudad se habría convertido en la tierra del crimen organizado...

Rodeada. Pillada como un conejo en su madriguera por un zorro. ¿Cómo podía estar pasando eso en su pequeño pueblo? Nadie nunca se había revelado contra ella, el que lo hiciera tendría que estar muy loco para hacerlo. Su mandato, las ejecuciones, sus órdenes… nadie ponía en duda la gran valía y responsabilidad de Caitlyn, la sheriff de Piltover. Pero ahora, a menos de cinco minutos para la entrada de año nuevo, unos bandidos, venidos a menos, la comenzaban a acorralar en su cuartel.

Tenía que actuar de manera eficaz, dejar la mente en blanco y que su parte racional, esa parte fría y calculadora de sheriff, hiciera el resto. No menospreciaba al enemigo, eso es la gran falla de los perdedores, los estimaba aunque ella sabía que no tenían oportunidad. Sus enemigos había cometido el error más grave de todos: adentrarse en la guarida de una persona. Caitlyn conocía al dedillo su cuartel y los bandidos, por muchos planos y planes que hubiera hecho no tendrían la ventaja de ella.
La morena se movió con agilidad y desenvoltura. Abrió con rapidez el armario del pasillo, un pequeño armario muy bien escondido en el suelo del piso. Sacó sus más preciadas armas: trampas para osos, redes y su querido y fiel rifle.

Rauda como el viento de una tempestad, corrió hacia la puerta trasera del cuartel y colocó estratégicamente una de sus trampas. Sonrió como una niña pequeña con un juguete. El chasquido que produjo la trampa confirmó que se encontraba en perfecto estado y lista para capturar. Hizo otro tanto en la puerta principal y debajo de algunas ventanas. Apagó las luces y esperó.

Oyó a lo lejos pisadas de caballos y una jauría de hombres gritando su muerte. Caitlyn suspiró burlonamente, qué tontos podrían llegar a ser los hombres. Eso le daba aviso de que quedaba un minuto para las doce de la noche, un minuto para que invadieran su cuartel. Colocó su cuerpo contra la viga de su despacho donde poseía una visión excepcional para poder atacar a quien fuera. Cargó su rifle y su corazón comenzó a galopar por la emoción, como hacía siempre antes de matar.

Y se hizo el silencio solo roto por las campanadas de la iglesia del pueblo:

DONG…

Un grito desgarrador sonó desde la puerta trasera. Caitlyn sonrió. Uno menos.

DONG, DONG, DONG, DONG…

Cuatro personas más habían caído en sus trampas chillando de dolor y alertando a los demás compañeros. Precaución.

Era el momento de actuar. Moviéndose sigilosamente cual leona para atacar a su presa, Caitlyn se deslizó por el suelo y apuntó a la cabeza de una silueta que caminaba hacia ella en tensión.

Disparo en el silencio… golpe de un cuerpo caer al suelo.

Rodó para esquivar varias balas que se dirigían al lugar donde se encontraba hacia escasos segundos.

DONG, DONG, DONG, DONG, DONG…

Disparó una vez más acertando de pleno en el pecho de otro bandido. Pero ya era tarde, otro enemigo se encontraba justo detrás del que había caído y divisó a la sheriff. Cargó contra ella como un toro bravo. Caitlyn estaba preparada. Lanzó la red con toda la potencia de su rifle y el hombre cayó al suelo, maldiciendo, entre un amasijo de cuerdas.

DONG…

Solo quedaba uno.

Corrió hacia la puerta del cuartel y divisó a lo lejos alguien corriendo desesperado como un conejillo asustado. Las tornas habían cambiado. Caitlyn siempre poseía un as en la manga, apoyó una rodilla en el suelo de madera, apuntó con gran destreza y…

DONG…

Un año nuevo había llegado sin ningún bandido a la vista. Una vez más Piltover estaba a salvo.