Érase una vez un reino dividido en dos países, uno controlado por el rey perro y el otro por el rey gato. Como era de esperarse ambos lados se negaban a resolver sus diferencias y por ende estaban en constante guerra los unos con los otros. Llego el día en que los perros descubrieron que los gatos estaban débiles, así que el rey perro encomendó a su paladín que fuera al país de los gatos a terminar con su rey. El paladín, era un fuerte guerrero perro, con una valentía y una lealtad indiscutible. Se aventuró al reino de los gatos para cumplir con su encomienda. Atravesó todo el país de los gatos hasta llegar a la ciudad donde residía el palacio. Al llegar ahí se quedó sorprendido pues no había guardias por ninguna parte. El palacio parecía una casa abandonada. El paladín continúo avanzando hasta entrar en la estructura. Al entrar se encontró con una amplia sala decorada con estatuas de gatos talladas en oro y altas columnas que detenían el imponente recinto, pero con la misma sorpresa de antes, ninguna vigilancia en los alrededores. El paladín llego al final del palacio, a la sala del trono, donde esperaba librarse su duelo a muerte contra el rey de los gatos. Se tomó un segundo para respirar antes de entrar. Sacudió su armadura y repaso con el dedo el filo de su espada para asegurarse de estar preparado, empuñando fuertemente su arma el paladín derribo la puerta con una embestida y entro corriendo, decidido a acabar con el rey, tan pronto como fuera posible… Una vez dentro el paladín quedo atónito por lo que veía y termino tropezando y rodando por la alfombra que decoraba el suelo hasta acabar a los pies de una obscura figura. La figura lo miro con sorpresa pero sin miedo realmente, el perro levanto la mirada, quería comprobar si solo eran alucinaciones suyas, pero descubrió que no se trataba de ningún rey gato, sino, de una indefensa gatita de pelo gris con ojos azules. El paladín se levantó confundido, sacudió el polvo de su atuendo y con la pata rascándose la cabeza le pregunto si este era el palacio del rey gato. La gatita intrigada por la presencia del paladín inclino la cabeza y miro detenidamente al paladín por unos instantes — ¿Te envió el rey perro verdad? Temo decirte que has llegado tarde paladín, mi padre el rey gato enfermo hace poco, es por ello que nuestra gente se retiró del frente. Lamentablemente mi padre falleció anoche — El paladín confundido por la historia de la pequeña gatita se quedó pensante sobre qué movimiento tomar ahora. — Todos los aldeanos están ahora en su funeral, yo me he quedado porque tengo mucho en que pensar ahora que prácticamente soy la reina de los gatos —dijo la gatita quien tras mencionarlo volteo y se inclinó frente al paladín —Ahora soy yo el objeto de tu histeria paladín, si viniste a acabar con el rey de nuestro país entonces has lo que tengas que hacer…— El silencio se apodero de la sala por unos instantes. El paladín finalmente tomo su espada y la levanto con firmeza, la gatita permaneció a merced del paladín, pero, en ese preciso instante una explosión en el exterior del palacio interrumpió el momento. El paladín sabía que se trataba de los suyos, el ejército de los perros había logrado alcanzar la ciudad y estaba acercándose al palacio. Él era fiel al rey de los perros pero nunca antes había tenido el momento de escuchar lo que los gatos tenían que decir, miro a la gatita aun inclinada frente a él y soltó el arma la cual quedo clavada junto a ella — ¡Tenemos que irnos! — exclamo el paladín. La gatita abrió los ojos confundida por la exclamación y levanto la mirada. El paladín la levanto con una mano y la coloco colgando en su hombro para después salir corriendo de la sala. Cruzo los largos pasillos del palacio hasta llegar a la sala principal donde freno al ver la sombra de los perros a punto de entrar al edificio — Acaben con todos los gatos que encuentren —eran los gritos que se escuchaban entre los perros. El paladín regreso por el camino que había tomado hasta alcanzar un pasillo sin salida, intento regresar y buscar otro camino pero pudo escuchar las pisadas de los perros alcanzándole. Se decidió por mirar al final del pasillo una inmensa ventana, acogió a la reina gato en sus brazos y corrió para taclear el cristal. El paladín salió volando del palacio y cayó rodando por un largo acantilado que había en la parte trasera del palacio. — Todo es tan obscuro... —se decía el paladín en su mente — ¿habré muerto?... — —————————————————————————————————————————————————————— Apenas empiezo con esto de crear historias y eso. La verdad me gusta hacerlo, pero no se me da bien el redactar como se debe. Aun así espero que les guste, quiero saber sus opiniones y sus críticas para poder mejorar (No sean muy crueles conmigo >.<)
Hola Stefinekita, el primer capítulo de tu historia me ha encantado realmente y eso es porque mi pequeña mentecita ha podido imaginarse todo. Me pareció realmente lindo hacer un escrito de perros y gatitos, que hermoso. Es un poco trillado ya la interminable lucha de ambos bandos. Muchas personas nos los han ofrecido en diferentes maneras, pero nunca me cansaré de ver, leer o escucharlos. Ya quería pasarme a leer y a comentar pero apenas tuve la oportunidad. Me pregunto… ¿qué es lo que pasará ahora con el perro paladín y la gatita reina? Lamentablemente no puedo decirte abiertamente en que te equivocaste, ya que no tengo derecho a reclamarte esos aspectos porque soy muy mala aún con la ortografía y la redacción, sólo te mencionaré que hubo varias palabras que se quedaron sin sus acentos. Hay redundancias con algunas palabras, mencionas mucho: paladín, rey, gato y perro. Me gustaría saber sus nombres de aquellos personajes o utiliza más los sinónimos para referirte a ellos. Me pareció que el capítulo estuvo muy corto y el desenlace fue muy apresurado; y no es porque me guste leer capítulos largos, me hubiera gustado mucho que dieras más descripciones y que explicaras mejor unas cuantas cosas que quedaron a la deriva. La frase que pusiste que el perro paladín sostuvo a la reina gatita en sus brazos, como que no quedó muy acorde, claro es mi opinión solamente. Y pienso que hubiera sido mejor que el perro paladín la hubiera sacado de la sala real con sus mandíbulas, si dices que la gatita es chiquita y el perro de tamaño mediano, creo que si la va a poder cargar y llevársela de allí. El final del capítulo es interesante ya que no sabes como es que va actuar el can. Si quedarse con los suyos o hacer lo que le dicte su corazón peludo. Hay Stefinekita gracias por regalarnos el principio de una historia bonita. Con mucho gusto leeré más capítulos, ya te has ganado a una lectora.
Hola Stefinekita :D! bueno hace muuuchooo tiempo que no doy un comentario. Personalmente me encanto, igual concuerdo con lo que dijo Chispita respecto de los nombres y de utilizar más sinónimos. La encontré divertida, bueno hubo una situación que me pareció divertida fue cuando entro al palacio y empujo la puerta donde supuesta mente se hallaba el rey y el perro se rasco la cabeza, (Puede que solo ya la halla encontrado divertida xD! ) Bueno espero que la continúes y me avicies saludos y cuídate :D!!!