One-shot La miko y El exorcista

Tema en 'Crossover' iniciado por Sora Taka, 15 Febrero 2014.

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    Sora Taka

    Sora Taka Halcón del cielo

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    Escritora
    Título:
    La miko y El exorcista
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    8237
    —¡Wah ¿por qué tienes que ir otra vez a esos exámenes?! ¡Más vale que vuelvas rápido! —dijo Inuyasha cuando vio como la azabache se encontraba ingresando en el pozo lista para irse…

    —Claro, claro, ya lo sé Inuyasha —menciono Kagome mientras suspiraba un tanto cansada por lo misma cosa que se repetía cuando tenía que retirarse para su tiempo…

    —Te estaremos esperando Kagome —le dijo el pequeño Shippo con una sonrisa desde el lomo de Kirara, Kagome al escucharlo asintió con otra sonrisa.

    —Si… Nos vemos, chicos —le dijo Kagome y se sumergió en el pozo para volver a su casa…

    Ya había pasado mucho tiempo desde que había llegado al pasado, la búsqueda de Naraku ahora se concentraba en ir al monte de las Ánimas, pero con los exámenes cerca Kagome había decido volver por unos días…

    Pero pasando a otro tema, en los días e incluso meses que estuvo en el pasado, esa conversación que tenía antes de irse era ya una rutina, pero aun así, la azabache se entristecía por esto, le daba tristeza la forma en la que Inu se despedía de ella, sus palabras la ponían mal, era de una manera muy seca y fría, que al veces, Kagome se preguntaba cómo había caído enamorada de ese peli plata, si ese hibrido solo le había causado en la mayoría mucha tristeza al verlo siempre estar pensando en la sacerdotisa de barro…

    Kagome negó con la cabeza cuando llego a ese pensamiento y miro su alrededor— Al veces me gustaría irme y no volver a regresar al pasado pero… —las palabras dichas por la joven azabache quedaron cortadas cuando aún en medio del túnel del tiempo, un gran temblor se sintió, Kagome se exalto por ello y miro a todos lados buscando una explicación, pero de pronto, un gran agujero negro apareció frente a ella, tragándola por completo ¡Voy a morir!ese fue el pensamiento de Kagome al ser arrastrada por esa inmensa oscuridad…

    …​

    Pasado lo que parecía ser minutos o inclusos horas, Kagome volvió a abrir los ojos de golpe al estrellarse contra el verde césped de algún lugar, adolorida, la chica comenzó a levantarse y se sobo la cabeza como también intentar ver su alrededor, sus acciones se detuvieron al ver que estaba en lo que parecía ser un jardín de alguna instalación.

    Como por instinto, Kagome dirigió su mirada arriba, encontrándose como un pequeño agujero negro se estaba cerrando muy rápidamente.

    —¿Eh…? ¡No! ¡Debo volver, no te cierres! —decía como si el agujero la lograse escuchar mientras que ella daba saltos con la intención de alcanzarlo, pero eso fue muy tarde, el agujero se había cerrado y ahora estaba ella allí, en un lugar desconocido, con una mano alzada al cielo y con un gran rostro de completo shock ante la situación…

    —No… ¿ahora que hare? ¿Dónde estoy? —decía la azabache y volvió a mirar a su alrededor, parecía que estaba en su tiempo, ya que podía ver edificios y lo que parecía ser alumnos caminado no muy lejos de su ubicación, eso la alivio un poco, si estaba en su tiempo podía ir a casa y ver que le paso al pozo…

    Pero entonces reparo en la gran edificación en los cuales se podía ver a los alumnos, era un edificio de más de raro y hasta algo absurdo, tenía todo entrelazado— No recuerdo que hubiera algo como esto en Japón.. —se dijo a si misma mientras sacudía el polvo de sus ropas, las cuales no eran su uniforme, eso se le hizo de más de raro— No recuerdo tener este tipo de ropa… ¿de dónde salió? —dijo mirando la blusa de un hombro caído de color esmeralda, los pantalones cortos cuadriculados hasta unas pulgadas sobre las rodillas de color negro y unas botas negras trenzadas hasta las rodillas...

    —¿Hum? ¿Tú quién eres? Me acabas de despertar de mi sueño… —una voz algo monótona hizo que Kagome mirara rápidamente al árbol que tenía junto a ella, ahí en una de sus ramas, un joven de ropas entre cafés y rojas con toques de verde se encontraba, el chico tenía la piel pálida, ojos verdes claros y cabellos verde oscuro con un mechón que daba para arriba como una antenita.

    El ser la miro y bajo rápidamente del árbol, acercándose de sobremanera y mirándola a los ojos como también olfateándola— No eres del todo una humana cualquiera, ¿Quién eres? —volvió a decir mientras que con su penetrante mirada miraba a Kagome.

    La azabache al tenerlo así de cerca reparo en las orejas puntiagudas que tenía ese ser y los colmillos, eran como los de Sesshomaru en su forma humana “¿Entonces es un demonio? ¡Imposible!” pensó la chica aun con el pensamiento de estar en su presente, en el cual, según lo que había visto, no había ningún demonio…

    —Oye mujer, responde —volvió a hablar el peli verde tocando la frente de Kagome con una de sus no tan largas uñas de su mano, que al hacerlo, Kagome se separó con rapidez y se puso a la defensiva.

    —No me toques, más bien la que tiene que hacer preguntas aquí soy yo, ¿tú quién eres y que eres? —indago Kagome apuntando al peli verde que ahora estaba sacando un dulce de su bolsillo y llevándoselo a la boca.

    —Según se de las costumbres humanas, el intruso es el que debe responder, tu eres una intrusa y como no quieres responder te tendré que llevar donde Aniue —dijo con tranquilidad acercándose done Kagome y cargándola como si fuera un costal sobre uno de sus hombros.

    —¡Oye! ¡Bájame ahora mismo! —decía entre pataleo la pelinegra mientras daba golpes en la espalda del mayor, pero pronto eso paro al sentir que dejaban la tierra— ¡Wah! —grito Kagome cerrando los ojos al estar en pleno aire para luego sentir que volvían a tomar tierra…

    —Aniue, encontré una intrusa en el jardín —dijo el joven tomando a Kagome de la cintura y poniéndola en el piso con vista a otro sujeto que estaba leyendo algunos mangas.

    —Amaimon, que este por ahí caminando no significa que sea intrusa, tal vez es una de mis alumnas de mi amada escuela —dijo el hombre de ropas raras entre blanco y purpura sin despegar su vista del libro que tenía en frente.

    —No lo creo Aniue, esta chica huele raro, su ojos es nuevo por aquí, adema que si fuera alumna estaría con uniforme… Ella es una intrusa —volvió a decir el chico de nombre Amaimon mientras miraba a Kagome estar confundida mirando la habitación en donde se encontraba.

    El mayor de cabellos purpura oscuro dejo de lado su libro al escuchar esas palabras del más joven y miro a la chica mientras ella hacía lo mismo.

    —Es verdad, esta chica no la había visto nunca antes, ¿de dónde vienes? —dijo el de cabellos purpuras apoyando su barbilla en su mano mientras su codo se apoyaba en la mesa de su escritorio…

    Kagome ahora se sentía confundida, por cómo estaba esa habitación definitivamente tenía que estar en su tiempo, pero estas personas parecían ser demonios en etapa humana, ya que un humano no podía saltar desde el jardín hasta que piso no más en el que se encontrarían…

    —Bueno… yo ya ni se… ¿Qué año es este? —indago Kagome algo desorientada, teniendo en cuenta que los podía entender a ambos significaba que aún estaba en Japón, pero no sabía si había vuelto a su año correcto o incluso a su ciudad correcta…

    —Pues xxxx, mes enero, día 20 —le respondió el peli purpura como si nada mirando a la chica ponerse a pensar.

    Entonces estoy en el tiempo correcto” pensó la chica con alivio— Disculpen, ¿me pudieran decir donde me encuentro? —volvió a indagar con una pequeña sonrisa la chica azabache, tan solo con la respuesta que le digan lograría orientarse para volver a casa.

    —En la más prestigiosa escuela de todo Tokyo y Japón, en la escuela de La Verdadera Cruz —dijo el peli purpura con orgullo mientras daba una sonrisa a la chica— ¡Oh! Discúlpeme mis modales señorita, mi nombre es Johann Fausto, directo de esta escuela. —dijo el hombre haciendo una leve reverencia desde su lugar.

    Kagome ahora estaba otra vez confundida, no recordaba el nombre de esa escuela, no había una con ese nombre en todo Japón… “¿Pero qué está pasando?” pensó la chica casi en histeria por dentro mientras que su semblante por fuera seguía con una sonrisa— Un gusto señor… Me llamo Kagome Higurashi del templo Higurashi al Oeste de Tokyo —dijo Kagome con una sonrisa y una reverencia como toda una persona educada.

    —Qué raro señorita, conozco Japón como la palpa de mi mano y no hay ningún templo con ese nombre—dijo el peli purpura ladeando un poco la cabeza y mirando como Kagome abría los ojos de sobremanera.

    —¿Eh? Es imposible, ese tembló es uno muy antiguo… —decía la chica en su shock, ¿Cómo que no había el templo de su familia? Todo esto se estaba tornando cada vez más confuso…

    —¡Mephisto ¿Por qué subiste los precios otra vez?! ¡No pude comprar nada! —la voz de un chico ingresando de la nada por la puerta hizo que Kagome mirara con sorpresa detrás de ella, allí en la puerta, un chico de cabellos cortos de color azul oscuro, ojos azules zafiros, piel blanca, con una espada al hombro, unas orejas puntiagudas y una cola delgada y algo felpuda de color negra se balanceaba detrás del chico…

    Ahora sí que Kagome no entendía nada, definitivamente esto era raro, y ahora más que ese chico se había puesto en defensa con la mirada en el joven que tenía junto y estaba así de sacar su espada…

    —Rin no ataques a Amaimon, Amaimon hay personas presentes, Rin se supone que mi familiar te hace los almuerzos ¿Por qué quieres comprar comida del comedor? Y oculta esa cola… —dijo el ahora “Mephisto” mirando a ambos jóvenes y a la chica confundida.

    —¡Wah! ¿Cuándo salió?... —dijo el joven ocultando su cola al instante para luego volver a mirar a Mephisto— Es que alguien me choco y todo se echó a perder, por eso fui al comedor y encontré todo más caro que antes… Por cierto… ¿Quién es la chica? —finalizo el peli azul mirando a Kagome con curiosidad y ella con una aún más grande…

    —Pues primero, la comida de hoy es de los mejores chef de Italia y por eso es el alto precio, segundo, esta jovencita es Kagome Higurashi una chica que encontró Amaimon por los jardines de la escuela —dijo Mephisto con una sonrisa mientras miraba a los jóvenes…

    —Etto… disculpen… —la voz de Kagome se hizo presente cortando un intento de argumentar algo al chico de ojos azules— Ustedes… ¿son demonios? —preguntó sin más, ganándose un silencio y miradas de los tres hombres que estaban en la habitación.

    —Claro que sí mujer, aunque él es solo un semi demonio que nació en Assiah —dijo Amaimon tirando el palito de su dulce al basurero…

    Kagome al escucharlo parpadeo con sorpresa, entonces si son demonios, bueno, al menos dos son demonios y uno es un hibrido… Pero ¿Cómo es que hay demonios en su tiempo? ¿Y a que se refería Amaimon con que el semi demonio nació en Assiah? Esas eran unas de la interrogativa que estaban en la cabeza de la azabache…

    —Mmmm…. Ya me lo suponía —la voz de Mephisto saco de sus pensamientos a Kagome, la cual miro al mayor al igual que los otros jóvenes que se encontraban ahí presente.— Disculpa Kagome ¿me puedes decir como llegaste hasta aquí? —indago el peli purpura con la mirada fija en la azabache.

    —Pues… por un agujero negro… —respondió la chica algo dudosa de que su respuesta sonara coherente, pero al ver la sonrisa en el rostro del mayor hizo que pensara que tal vez era creíble…

    —Maravilloso, es entonces por eso que tienes un olor extraño como dice Amaimon, debes de venir de algún mundo paralelo —dijo con suma alegría e interés el mayor acercándose rápidamente a la chica y mirándola de todos lados— Dime, ¿Cómo es tu mundo? ¿Por qué insinuaste que tal vez fuéramos demonios? ¿También los hay en tu mundo? ¿Dónde fue que te trago el agujero? —la pobre Kagome ya se estaba sintiendo un poco sofocada por tantas preguntas que el mayor le hacía con mucho interés.

    —Ey que la estas abrumando con tantas preguntas —dijo Rin separando a Kagome de Mephisto al tomarla por los hombros y hacerla dar pasos para atrás, pero tan pronto se dio cuenta de lo que hacía soltó a la chica.

    —Bueno, pero es necesario saber para ver que se puede hacer… —dijo Mephisto volviendo a su escritorio y mirando a Kagome— Pues bien Kagome, me gustaría saber todo sobre cómo son las cosas en tu mundo hasta el más mínimo detalle, también esto será bueno para ver cómo puedes volver —dijo el peli purpura ganándose un suspiro largo de Kagome, tal vez no había opción y esto sea bueno para poder volver a casa.

    …​

    —…Y bueno, luego de lograr localizar a Naraku en un punto fijo tuve que volver por el pozo para uno de mis exámenes y en medio del túnel ese agujero me absorbió y llegue a ese jardín… —fueron las palabras de Kagome, ya habían pasado como una media hora respondiendo a las preguntas que hacia Mephisto, hasta que esas preguntas llevaron a que contara sobre que ella volvía al pasado a través de un pozo.

    Pero en todo este tiempo ella también se enteró de algunas cosas de este mundo, eran incompletas pero ahí estaban, como que los demonios vivían en Gehena, que era así como llamaban al lado oscuro o infierno que era como un reflejo de este llamado Assiah, que ellos tres eran príncipes hijos del mismísimo Satanás, que esta escuela era una escuela normal pero también una escuela de exorcistas…

    —Interesante… entonces así es la cosa —dijo Mephisto dando unas cuantas vueltas en su sillón mientras que Amaimon y Rin se encontraban sentados en un sofá junto con Kagome esperando las palabras que diría el peli purpura a continuación…— Kagome, yo puedo ayudarte a volver a tu tiempo, es solo cuestión de que me des esos fragmentos que cuelgan de tu cuello, al parecer abriste un portal al desear algo dentro del túnel, yo con mi poder puedo abrir un portal pero necesito esos fragmentos para lograr hacer conexión con el otro mundo, ya que entre mitades se atraen y así lograras llegar al lugar indicado —dijo Mephisto ganándose una mirada brillosa de alegría de parte de Kagome.

    —¿Enserio puede eso? ¡Me ha salvado! —dijo Kagome empezando a quitarse el collar donde colgaba el frasquito de los fragmentos.

    —Pero tardare un mes en abrirlo… mientras tanto, puedes quedarte como una estudiante aquí en nuestra escuela y como eres sacerdotisa también puede ir a las cases de exorcistas y aprendes más —dijo el peli purpura al recibir el collar de parte de Kagome que lo miro con preocupación por la nueva información…

    —¿Un mes? —menciono para luego tragar saliva… “Mi mamá y mi abuelo se preocuparan mucho… seguro Inuyasha irá a mi casa en tres días si no regreso al pasado, pero el señor Mephisto me está dando al menos una salida aunque sea dentro de un largo tiempo… Pero la búsqueda se atrasara, no, de seguro si no estoy yo Inuyasha le pedirá a Kikyö que los ayude” pensaba la chica un tanto triste por lo último, pero ella no podía decir que fuera un poco más rápido, de seguro ese tiempo que le decía el demonio era el más rápido que hay…

    —¿Sucede algo Kagome? —dijo Mephisto mirando a la chica, la cual al escucharlo solo negó con una sonrisa fingida.

    —No es nada… entonces esperare hasta entonces, muchas gracias por esto Mephisto-san —dijo la chica haciendo una reverencia de cortesía y de verdadero agradecimiento al director de ese colegio en el cual se encontraba.

    —De nada, mañana puedes pasar por aquí para recoger tu uniforme, por ahora puedes ir con Rin a las clases de exorcista, que por cierto está a punto de comenzar, yo ya informe a los profesores sobre que eres una nueva alumna —dijo Mephisto mirando su reloj de mano y Kagome solo asentía a cada una de sus palabras.

    —Espera un momento Mephisto ¿Dónde se quedara? —dijo Rin al darse cuenta que faltaba aquello en todo lo dicho, mirando como Mephisto comenzaba a pensar.

    —Pues todos los dormitorios ya están ocupados… ¡Ah! En el edificio donde estas con tu gemelo tienen habitaciones vacías, en ese caso se quedara con ustedes —dijo al encontrar la solución del problema ganándose una mirada de asombro de parte de su hermano menor.— Ahora, vayan a clases —menciono para luego ver como ambos chicos solo asentían y salían del despacho.

    …​

    —Disculpa… si eres un demonio ¿Por qué estudias exorcismo? —indago Kagome después de un largo tiempo de estar en silencio en medio de la caminata que había tenido con Rin.

    —Pues para lograr matar a Satán… —dijo con un tono algo cargado de rabia con solo mencionar ese nombre, el cual no pasó desapercibido para Kagome.

    Se ve que no quiere para nada a su padre… Bueno, supongo que tiene lógica ¿no? Aunque no se mucho en realidad” pensó la chica volviendo a caminar en un completo silencio hasta llegar a un puente y bajar a la parte de abajo.

    —¿Y esta puerta? —indago Kagome mirando la puerta que había ahí, o sea ¿Qué hace una puerta en la parte baja de un puente?

    —Es la entrada a la escuela de exorcista, Mephisto construyo toda esta escuela a su antojo, llena de pasadizos para que los otros estudiantes no sepan de esta segunda escuela —dijo al momento que metía la llave y le daba dos vueltas para luego abrirla.

    —Wow… —dijo Kagome mirando el pasillo que se mostraba de otro lado de la puerta, ingresando adentro junto con Rin solo para ver qué tan bellamente era adornado todo a su alrededor— Es muy bonito…

    —Sí verdad… eso también pensé la primera vez que ingrese —menciono Rin con una gran sonrisa infantil mientras miraba a Kagome, quien le devolvió el gesto.

    Caminaron por un rato más hasta llegar a una puerta, Rin la abrió revelando del otro lado un salón de clases, Kagome vio que no habían muchos alumnos en el lugar, pero hay que decir que al parecer estaban llegando tarde, ya que el profesor, que se veía muy joven para serlo según Kagome, ya se encontraba escribiendo algo en la pizarra.

    —Rin, llegas tarde… —dijo el castaño al ver al joven ingresar junto con una chica peli negra— Disculpa, ¿Quién eres? —indago con curiosidad, ya que no había sido informado de algún nuevo alumno…

    —Ham…. Soy Kagome Higurashi, una nueva estudiante —dijo la azabache haciendo una pequeña reverencia a todos los presente en la habitación, se sentía un tanto rara tener que presentarse ahora en una nueva escuela, pero también un poco feliz por alguna razón.

    —Un placer Higurashi-san, yo soy Okumura Yukio, su profesor de Farmacología de anti-demonios. —Dijo el chico castaño con una gran sonrisa, a lo que Kagome se sonrojo un poco ya que el chico en verdad que era bonito.— Bueno, puedes sentarte donde desees, acabamos de comenzar hace poco así que no se han perdido de mucho…

    —Gracias… —respondió Kagome y se fue a sentar con la única persona que hasta ahora había conocido y está también conocía su situación, Okumura Rin…— Nee Rin ¿él es tu gemelo? —indago en voz baja la chica al joven que estaba a su lado.

    —Sí, como vez él ya es profesor aun a esta edad ya que empezó sus estudios de exorcistas a los siete años —le respondió en susurro el joven peli azul a lo que la chica solo dio un “Oh” y empezó a prestar atención a lo que Yukio explicaba.

    Para ser gemelos son muy diferentes físicamente… aunque Yukio también tiene las orejas puntiagudas” pensó la chica mirando al joven continuar con las explicaciones del tema que estaba dando ese día...

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    —Ay... no pensé que las clases fueran tan difíciles —dijo Kagome con una pequeña nube negra sobre su cabeza mientras caminaba junto a Rin para ir a ver donde se quedaría a dormir.

    —Jeje, pienso lo mismo, pero esto solo será por un mes para ti Kagome, no desesperes ya vas a ver que esto también te servirá para cuando vuelvas —le dijo Rin con una sonrisa comprensiva mientras continuaba su caminar con rumbo a sus habitaciones.

    —Si... solo será por un mes... —murmuro Kagome por lo bajo, a decir verdad algo en ella no quería regresar a su vida cotidiana en su mundo, puede que aquí también hubieran demonios, pero aquí las cosas eran distintas y nadie la comparaba con nadie, no había ningún youkai que fuera tras ella solo por ser la reencarnación de Kikyö, no había Naraku ni la mismísima Kikyö o un Inuyasha mirándola solo como un reemplazo para dicha sacerdotisa...

    No, claro que no, aquí era distinto y le agradaba, con las pocas personas que había conocido se había llevado muy bien y le agradaba estar con ellos, en especial Rin, era un joven muy bueno y alegre, algo infantil pero de determinación y pensamientos firme y estables "todo lo contrario en gran parte con Inuyasha" pensó ella mirando de reojo al joven hibrido...

    —Mira Kagome es aquí —le dijo con una sonrisa amable el chico mientras apuntaba al edifico que tenía en frente.

    —Wow, y tienen todo estos dormitorios para ustedes solos, increíble —menciono la chica mirando el gran edificio de unos cinco pisos, recibiendo una leve risita de parte de Rin.

    —Jeje, bueno sería raro que vieran a dos chicos demonios y a un demonio cocinero, por lo que otros alumnos no están aquí ya que entrarían en pánico —dijo el joven abriendo la puerta para dejar ingresar a Kagome.

    —Ya veo... —dijo la oji chocolate comenzando a caminar por los pasillos junto a Rin, se podía percibir en el aire un olor muy delicia, al parecer alguien estaba cocinando...— Huele rico —dijo Kagome con tranquilidad al momento que su estómago gruñía, haciendo que un sonrojo cubriera su rostro.

    —Ven vamos, tal vez la cena ya está hecha, nuestro cocine es muy bueno, tanto como yo lo soy —dijo el oji azul tomándola de la mano para dirigirla a comedor del edificio, al joven peli azul le había parecido muy lindo el sonrojo que aun decoraba el rostro de la chica, por alguna razón esa expresión en ella le gustaba... tal vez fuera porque se trataba de comida de por medio, ya que para todo chef es un verdadero privilegio que nuestros clientes les guste incluso antes de comerlos.

    Mientras que Kagome por su parte sentía una gran calidez al estar tomada de la mano con Rin, no entendía por qué esa sensación pero le gustaba, al menos por el momento.

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    Una semana más tarde

    Los días en aquel mundo habían pasado muy rápidamente para Kagome, la miko no había tardado mucho en encajar en el lugar, no era muy distinto a su mundo en varios aspectos, aunque aún en su mente seguía preocupada por su familia y quiera o no, Inuyasha no había salido de su cabeza en ninguno de estos días… bueno, había algunos momentos en los cuales no pensaba ni en Inu y esos eran cuando estaba con Rin.

    Su relación con este joven era un tanto más fuerte que con los demás, tal vez fuera porque a pesar que es un hibrido fue la primera persona normal con quien se encontró, ya que desde ya Amaimon y Mephisto no lo eran, aunque con ellos dos también se llevaba bien, cada vez que iba cuando Mephisto la llamaba para alguna otra información que necesitase siempre encontraba a Amaimon jugando una consola de juegos o comiendo dulces, inclusive, el príncipe de la tierra le había preguntado si sabía hacer dulces a lo que ella afirmo que sí y este le dijo que hiciera dulces, tanto como podía…

    Eso alegro un poco a Kagome ya que cuando los hizo fueron de agrado para Amaimon, no como cuando le dio algunos a Inuyasha y este dijo que sabían horribles y que prefería el ramen…

    Kagome se encontraba muy cómoda y feliz en este mundo hasta el momento, tenía nuevas amistades entre los exorcista con los cuales pasaba clases, le divertía alguna de las acciones infantiles de Rin o Yukio, le gustaba los tiempos que pasaba con Shiemi cuidando del jardín de esta última...

    Todo era tan perfecto que hasta se sentía en casa en esa semana que había pasado… Pero luego recordaba que este mundo no era el suyo, que dentro de tres semanas tenía que regresar y no vería nunca más a todos ellos… Eso la entristecía, pero sabía que no podía quedarse, tenía responsabilidades en el pasado de su mundo…

    —Aunque creo que sin mi también pueden continuar… —murmuro para sí misma comía el sándwich que había hecho Rin para el picnic que tenían en estos momentos.

    —¿Hum? ¿Pasa algo Kagome-chan? —indago Shiemi que se encontraba al lado derecho de Kagome, la cual al escucharla negó rápidamente con la cabeza y dio una sonrisa.

    —No ocurre nada Shiemi-chan —respondió Kagome intentando no pensar en su mundo por el momento y concentrarse en lo que estaban haciendo ahora mismo.

    Rin miro a Kagome desde su lugar, él era el único que sabía entre todos que Kagome tenía que irse dentro de poco, en solo pensar que ese día se acercaba lo llenaba de tristeza, se había encariñado con Kagome, inclusive un poco más que con Shiemi, aunque aún desconocía esa otra sensación que tenía sobre Kagome a parte de ese gran cariño…

    —Kagome, ¿Qué tal si jugamos algo? —propuso Rin para lograr sacar de los pensamientos que Rin aseguraba era de su mundo y hasta podía decir que sobre una persona en especial también… Aquel tal “Inuyasha” que había susurrado entre sueño y recordando lo que había narrado ella ese Inuyasha era el hibrido del pasado que ella había vuelto a despertar, tan solo con pensar en eso Rin se enojaba, no entendía por qué, pero que Kagome pensara en ese tipo lo enojaba y hacia que fuera capaz de hacer cualquier para que la azabache dejara de pensar en ese hanyou…

    —Tienes razón niisan, que tal si jugamos Verdad o reto —propuso Yukio con una sonrisa mirando a su hermano y a las otras dos chicas.

    —Suena bien Yukio, aunque yo pensaba en ese juego de karaoke, siempre quise jugarlo con mis amigos —dijo Rin sacando un micrófono que tenía instalado en el mango unos pequeños parlantes y una pantallita donde salía la música y un cancionero en la otra mano.

    —Suena bien Rin-kun —apoyo Shiemi felizmente ya que como antes no tenía muchos amigos nunca pudo jugar algo como eso…

    —También me agrada la idea —dijo Kagome con una sonrisa y mirada llena de entusiasmo que sonrojo débilmente a Rin haciendo que apartara un poco la mirada para intentar controlar su corazón “¿Eh? ¿Pero que me ocurre? Vamos ya tranquilo” pensaba el chico intentando calmar su corazón que había comenzado a latir al ver esa expresión en la azabache.

    —¡B-Bueno entonces a cantar! —declaro Rin ya un poco más repuesto mientras encendía el micrófono ante la mirada de su hermano Yukio que se había dado cuenta de algo en las acciones de su hermano mayor…

    …​

    —Perfecto, ahora un duelo entre Kagome-chan y niisan —dijo Yukio cuando Shiemi termino de cantar Secret Princess, ya habían pasado unos veinte minutos en los cuales cada uno canto un solista, por ejemplo a Yukio le había tocado Every Hearts y a Rin Easy Go.

    Pero Yukio que había notado algo extraños en su hermano se hai propuesto hacerlo cantar junto con Kagome para ver si sus sospechas eran ciertas y tan pronto había dicho eso vio que los ojos de su hermano se habían abierto de golpe, lo cual daba más puntos a favor.

    —Me parece bien —Dijo Kagome con una sonrisa y Yukio empezó a activar el aleatorio de los duetos, mientras pasaba el cancionero a su hermano quien tuvo que acercarse a Kagome para que ambos leyeran.

    —Les toco Pierrot —dijo Yukio pasando el micrófono que ya estaba comenzando a sonar y Rin encontraba la dicha letra de la canción…

    Rin:

    Tranquila, tranquila soy quien se hace
    un tonto por ti, de un circo provengo yo
    soy un pobre pierrot…

    Sobre la luna yo jugaría
    manteniendo el equilibrio solo por ti
    mi trabajo es hacer que rías
    para poder ver esa sonrisa hermosa…

    Pero te vi llorando entre la multitud
    no ensucies ese hermoso rostro solo con dolor.
    Lo que tus padres no notaron
    yo lo pude ver desde lejos
    y no dude ni en un segundo en secarlas…

    Tranquila tranquila no me duele
    nada solo por ti, mientras tú seas
    feliz yo también seré
    tranquila tranquila soy el
    torpe que cae muchas veces, de un
    circo provengo yo, soy un pobre pierrot.

    Tú sigues llorando y me dices...

    Kagome:

    Estas mintiendo ¿por qué no eres honesto?”

    Rin:

    ...yo no eh dicho ninguna mentira...”
    cuando lo dije comenzaste a llorar

    Kagome:

    Muéstrame el rostro oculto en esa mascara
    que normalmente no se la muestras a nadie
    si te lastimas solo llora, si te enojas solo grita
    es natural ya no lo ocultes más.

    Tranquilo, tranquilo no importa si no puedes sonreír
    no lo intentes otra vez o me dolerá.
    Tranquilo, tranquilo no importa si no puedes soportar
    llorare contigo hoy no lo escondas más.

    Rin:

    Tranquila, tranquila fuiste la única que lo entendió
    mi verdadero rostro que casi olvide.
    Tranquila, tranquila fue como un encanto mágico,
    mira, el mentiroso, pierrot que ahora descanso.​


    —Wow, Rin-kun, Kagome-chan les salió muy hermosa —dijo Shiemi aplaudiendo con emoción a los chicos que ahora se encontraban algo avergonzados por sus palabras, aunque en verdad les gustó mucho cantar esa canción…

    —Tiene razón, niisan y Kagome hace un buena pareja para el canto —comento Yukio haciendo que su hermano se sonrojara al escuchar la palabra “pareja” de parte de su hermano, ya que ese “pareja” sonó muy distinto para sus oídos…

    …​

    —Buenas noches Yukio, Rin, nos vemos mañana —dijo Kagome dando un bostezo y dirigiéndose a su habitación, ya habían pasado algunas horas después del final de su picnic y ahora se encontraba en los dormitorios…

    —Claro, buenas noches Kagome —dijeron ambos gemelos mirando como la azabache se alejaba por los pasillos hasta la llegada de su habitación— Niisan… ¿te gusta Kagome? —la pregunta sin delicadeza de Yukio hizo que Rin diera un brinco y sus mejillas se tiñeran.

    —N-N-No… solo le tengo un gran cariño nada más… ¿Por qué preguntas? —respondió Rin a su hermano algo nervioso, no estaba enamorado ¿verdad? Pero aun si lo estaba no había mucho que pudiera hacer, ya que ella se iría de todas maneras…

    —Pues la mirada en que la miras y como actúas con ella es muy distinta a otras veces, estoy tan feliz que ya estés creciendo niisan —dijo Yukio algo melodramático secándose unas lagrimillas de emoción mientras palpaba el hombro de su hermano.

    —¡Yukio! No hables así… ni que tú fueras el mayor aquí… —dijo Rin con sus mejillas al rojo vivo por las palabras de su hermano— Además… no estoy enamorado de ella…. De todas manera, Kagome se ira en tres semanas —dijo bajando la voz con cada palabra al igual que su cola que antes estaba meneándose en el aire, ahora se encontraba para abajo…

    —¿Pero por qué? —indago en sorpresa Yukio al no saber de eso… ¿se iba en tres meses? Pero aun si se iba de la escuela bien podían estar junto o quedar para verse en algún lugar ¿no?— No creo que eso sea un inconveniente niisan, bien puedes citarla a algún lugar para verse —dijo con inocencia de la situación ganándose un suspiro de su hermano mayor.

    —No hay forma que pueda contactarla cuando se vaya… es imposible —le dijo Rin con una sonrisa triste, tal vez Yukio tenía verdad y se estaba enamorando de Kagome, pero estaba prohibido, no podía amarla, ella no estaría aquí mucho tiempo y era casi imposible que ella sintiera lo mismo por él…

    Yukio miro sin comprender a su hermano, se dolía a él también ver esa expresión triste en su niisan, pero no comprendía por que decía que era imposible… ¿A dónde ella se iría como para que sea imposible contactarla…?

    -----------------------------------------------------------------------------​

    Los días pasaron y Rin iba descubriendo que en verdad sentía algo más que un cariño y amistad por Kagome, eso lo ponía feliz y a la vez triste, como le gustaría que los días fueran más lentos y el día en que el que la chica se fuera no llegara jamás, pero no podía retener a la chica, eso sería ser egoísta ya que bien sabía que ella tenía una misión en su propio mundo…

    Aunque Rin no lo supiera, estos pensamientos eran algo compartidos por Kagome, al principio solo pensó que era solo un gran afecto y cariño, pero muy pronto la imagen de Rin empezaba a ocupar más en su corazón, tanto que pensar en Inuyasha cada día dolía menos que el anterior, una que otra vez se negó a aceptar que quería a Rin, no podía quererlo ya que dentro de una semana y media ella tenía que irse a su mundo… En solo pensar en eso hacía que su corazón doliera, le encantaría quedarse pero eso significaba no volver a ver a su familia y a sus amigos de ambos tiempos en su mundo… Pero irse también significaría no volver a ver a sus amigos de aquí y no volver a ver a Rin…

    —Que difícil decisión —suspiro Kagome mirando el estanque con agua que se encontraba frente a ella…

    —¿Qué es difícil? —la voz de Amaimon hizo que Kagome diera un respingo y mirara para atrás, donde se encontraba el joven saboreando una paleta.

    —Pues… algo que no creo que te interese —dijo ella dando una sonrisa algo pequeña y triste.

    —¿Y qué te hace pensar que no me interesa? —repuso Amaimon acercándose a ella y sentándose en las bancas que habían cerca del estanque y miro a la chica que estaba ahora junto a ella…

    —Es que después de pasar tanto tiempo aquí… ya no estoy segura si quiero volver —dijo ella tirando una piedrita al agua como si fuera una pequeña niña.

    —Pues quédate, yo tampoco quiero que te vayas, haces buenos dulces —le dijo el peli verde sacando una paletita de cereza de su bolsillo ganándose una risita de parte de Kagome.

    —No es tan simple… sea cual sea mi decisión siempre tendré personas que extrañar de ambos mundos —le dijo Kagome con una sonrisa ganándose una mirada confusa de Amaimon…

    …​

    Por otra parte, Rin ya se encontraba decidido a decirle a Kagome como se sentía por ella, él nunca fue bueno para engañar o mentir sobre sus pensamientos o sentimientos, por lo que no soportaría no haberlo confesado cuando Kagome ya no estuviera, era mejor decirlo ahora vivir con esas palabras dentro de él.

    —Bien, se lo diré ahora mismo —declaro el chico bajando de un salto del árbol donde se encontraba y empezando a caminar, sorprendiéndose que del otro lado del gran campus de la escuela se encontraba Amaimon y Kagome hablando….

    Un pensamiento fugas de que tal vez el portal se hubiera abierto antes llego a la mente de Rin asustándolo al paso, eso lo hizo que se apresurara a ir mientras miraba como Amaimon asentía a algo y luego se iba justo cuando él se encontraba llegando.

    —Kagome… —llamo el peli azul ganándose la mirada llena de sorpresa de la chica azabache.

    —¡Rin! Que sorpresa… —dijo ella un tanto nerviosa ya que con la conversación que había tenido con Amaimon, en la cual este demonio la había interrogado sin cesar, había terminado aceptando por fin ese sentimiento pero aun así no estaba segura de que fuera correspondido o mucho menos que fuera tan fuerte como para quedarse… Pero ahora viendo a Rin justo después de todo ese debate… su corazón se estaba poniendo como loco y le gritaba que se quedara en ese mundo…

    —¿Qué hacia Amaimon por aquí? —indago con doble sentido ya que aún la opción de que el portal se terminó antes aún seguía en su cabeza y quería confirmar que por todos los cielos no lo fuera…

    —Pues solo me encontré y hablamos de unas que otras cosas… como que no quiere me vaya ya que quiere seguir comiendo los dulces que le hago… y a decir verdad… yo tampoco quisiera irme… —dijo ganándose la atención completa del chico de ojos azules, quien por dentro se encontraba de más de feliz…

    —¿Enserio? Bueno, yo tampoco quisiera que te fueras… —dijo Rin un poco avergonzado por sus palabras, esta era la primera vez en su vida que decía este tipo de cosas y en verdad que se sentía algo extraño, pero era necesario…

    Kagome al escucharlo se sonrojo débilmente y una pequeña felicidad lleno su corazón al saber que él no tampoco quería que se fuera— Gracias Rin —le dijo con una sonrisa de felicidad desde su posición.

    —¿Eh? No es nada… solo digo la verdad… En este poco tiempo que has estado aquí en verdad que la pase muy bien contigo al igual que el resto, me sentiría muy triste si te vas, pero creo que esa decisión solo es tuya, si fuera por mi te retuviera en mi mundo pero… creo que tampoco puedes abandonar el tuyo ¿verdad? —dijo Rin acercándose un poco más a la banca donde estaba la chica azabache.

    La azabache con cada palabra que decía Rin su corazón latía más y más, las palabras de Rin la alegraban mucho pero también estaba ese último punto, no estaba segura si podía dejar su mundo así nada más…

    —Pero… la razón por la que quiero que te quedes no es porque no quiero que nuestra amistad se pierda con el tiempo… —comento Rin sentándose junto a Kagome y mirándola con un tenue sonrojo en sus mejillas ya que todo esto era tan raro para él…

    —¿A qué te refieres Rin? —indago Kagome ya estando con el corazón a punto de salirse por alguna razón aparente con solo escuchar esas palabras que dejaban volar su imaginación.

    —Pues… yo quisiera que te quedaras en este mundo ya que yo… yo… —comenzó empezando a enrojecerse aún más con cada palabra para luego tomar las manos de Kagome entre las suyas y mirar los ojos chocolates de la chica— Porque yo me he enamorado de ti y no quisiera separarme nunca… M-M-Me gustas Kagome —dijo ya estando muy colorado por sus palabras y algo temeroso de la respuesta que fuera a darle la chica…

    Kagome estaba tan roja por la confesión que le había dado Rin, su corazón golpeaba tan fuerte contra su pecho, demasiado para ser verdad, los ojos azules de Rin la miraban expectantes por la respuesta que pudiera dar, estaba tan feliz que lo único que logro hacer fue abrazar a Rin con todas sus fuerzas.

    —Rin… tú también me gustas… —dijo Kagome con felicidad separándose un poco de Rin para mirarlo con una gran sonrisa llena de felicidad.

    Rin estaba que no cabía de alegría…

    ¡Era correspondió! ¡Oh que gran felicidad era esta!

    El oji azul empezó a llevar una de sus manos al rostro de Kagome y le dio un tierno y corto beso en los labios, uno tan tierno y dulce que había hecho saltar el corazón de ambos…

    Lo que ellos no sabían era que un gran grupo de chicos los estaban mirando de un arbusto cercano, los cuales se habían dado de los sentimientos entre esos dos chicos desde antes que ellos mismo, entre ellos, se encontraba un castaño que portaba una video cámara y había capturado toda la escena desde la llegada de su hermano, muy feliz de que su hermano al fin encontrase el amor, esa cinta en definitiva se iría a la casa de sus más preciados tesoros y tal vez hasta se la mostraría a su hermano y a Kagome a futuro…

    —Bien, es hora de irnos… —dijo Yukio a todo para poder dejar solos a los chicos que ahora estaban sentados juntos en la banca muy felices e ignorando al gran grupo que se encontraba retirándose…

    --------------------------------------------------------------------------​

    Kagome y Rin empezaron a salir como pareja unos días después, todos estaban felices por ellos, la azabache no había sido tan feliz en toda su vida y Rin desbordaba en alegría, los días juntos se hacían tan largos para ellos.

    Su relación se fortalecía con cada día que pasaba, todo iba muy bien, ninguno de los dos se lo podía creer hasta ahora se enamorarían el uno por el otro, un amor muy puro que nació del gran cariño que se había formado entre ambos…

    —Oigan… Mephisto los está llamando —dijo Amaimo mirando a Rin y Kagome estar charlando cómodamente junto con los otros chicos.

    —¿Hum? Pero para qu… —las palabras de Rin se detuvieron al recordar un punto que había olvidado en los últimos días, se suponía que Kagome se iría a su mundo este día… Miro a Kagome rápidamente para ver si ella tenía intención de irse, sabía que no podía detenerla si quería irse a su mundo pero…

    —El portal esta hecho —dijo Amaimon empezando a caminar en dirección al despacho de Mephisto.

    —Kagome… —la voz de Rin saco de los pensamientos a la chica, la cual le sonrió y le robo un dulce eso haciéndolo sonroja ya que ahí presentes estaban sus amigos y su hermano…

    —Vamos… —le dijo parándose y empezando a caminar junto a Rin ante la mirada de todos los demás…

    …​

    Al llegar al despacho de Mephisto pudieron ver como el peli purpura comenzaba a envolver los fragmentos con una energía purpura y lo colocaba sobre un pentagrama en el piso.

    —Llegas a tiempo Kagome, el portal se abriera dentro de poco, solo tienes esta oportunidad ya que después no se podrá abrir y te quedaras aquí para siempre… —dijo Mephisto con una sonrisa mirando a su hermano y a Kagome ingresar hasta la mitad de la habitación…

    —Mephisto… lo he pensado en todos estos días y… Y no quiero irme, no quiero separarme de ustedes, no quiero estar lejos de Rin —dijo Kagome con determinación mientras que el portal ya se encontraba abierto…

    —Eso es sorpresivo… no pensé que pasaría, pero el portal ya ha sido abierto, tiene que mandarse algo a través de el para cerrarlo —dijo Mephisto mirando al agujero que estaba flotando en medio del aire…

    Kagome ahora no sabía qué hacer, debió de avisar antes de esta decisión a Mephisto para que no abriera el portal, pero de repente recordó algo, si estaba aquí ya no necesitaba los fragmentos de la perla… Con eso mente se acercó al escritorio de Mephisto y empezó a escribir algo ante la mirada curiosa de Rin y los otros dos demonios presentes, al terminar doblo la hoja y se acercó a Mephisto.

    —Mephisto, ¿se puede mandar algo material también verdad?

    —Claro, creo que se irían a donde tengan que irse los fragmentos, se irán directamente al lugar o persona a la cual estas más conectada de tu mundo… —dijo Mephisto mirándola con la cabeza ladeada al ver como se acercaba al portal y besando el sobre lo tiraba al agujero con el deseo que llegara a su mundo…

    —Kagome… ¿no te arrepentirás? —le dijo Rin al ver como el agujero negro comenzaba a cerrarse, no quería que la chica se sintiera obligada a quedarse, si quería irse no la detendría aunque quisiera…

    Kagome borro con una de sus manos esa pequeña lagrimita que estaba empezando a rodar por una de sus mejillas y dio una sonrisa a Rin— No me arrepentiré, no he estado más segura en mi vida que ahora —dijo Kagome acercándose a Rin para luego voltear la vista al peli purpura. — Gracias Mephisto, en verdad estaba alegre cuando me diste la noticia de que podía volver pero creo que me quedare, lamento haber molestado para lograr abrir ese portal. —le dijo Kagome con una sonrisa de agradecimiento a lo que el otro solo negó.

    —No fue nada… Por cierto, no sabía que estaban juntos, ¡felicidades! —dijo Mephisto con alegría haciendo sonrojar a los otros chicos.

    —Gracias…. Nos vemos luego —dijo Rin al soportar la clase de miradas que le lanzaban Amaimon y Mephisto, no eran miradas malas, pero eran demasiado buenas que lo hacía sentir extraño…

    Ambos jóvenes empezaron a caminar por los pasillos con tranquilidad la salir del despacho de Mephisto, Kagome estaba tranquila junto a Rin, pero el pobre chico aún se sentía inquieto sobre algo…

    —Kagome, en verdad me alegra que te quedes pero… ¿no extrañaras a los de tu mundo? —le preguntó Rin mirando a la chica un tanto triste, sus orbes azules se encontraron con los cafés de ella…

    —Rin, este es ahora mi mundo junto a ti… Todos los demás aún están en mi corazón, viven ahí para siempre, no te preocupes, no me arrepiento de quedarme, me arrepentiría si me hubiera ido —le dijo entrelazando sus manos y continuando su caminar.

    Rin sintió alegría aunque aún no estaba convencido del todo pero decidió no insistir por ahora, más bien, había decidido que ahora estaba aquí no la iba a dejar ir por nada del mundo, la iba a ser feliz ahora que viviría en este mundo, tan feliz que ella no tendría que estar triste nunca más…

    —Kagome… —dijo parándose en plenos escalones que se encontraban bajando, la chica lo miro y al mismo instante en el que lo hizo sintió unos brazos enjaularla entre ellos en un caldo abrazo para luego sentir unos labios hacer contacto en los suyos, un beso tan lleno de amor y cariño puro…

    El beso duro unos segundos más antes de ser roto y hacer que la frente de ambos jóvenes chocaran entre si— Te amo… —le dijo Rin volviéndola a abrazar siendo correspondió por Kagome que había ocultado su rostro en el pecho del chico y sus brazos aferrarse a la camisa de su pareja.

    —Yo también te amo Rin… —le dijo Kagome formando una sonrisa en su rostro que no era vista por el chico ya que ambos seguían abrazados, disfrutando la calidez que se trasmitían…

    Sus corazones latían entrelazados encajando a la perfección entre ambos…

    Este era un amor que no se rompería por nada del mundo…

    Un amor tan puro como el cielo azul…

    ****************************************************​

    Mamá, espero que te llegue esta carta como también los fragmentos de la perla, lo siento por preocuparos a todos en casa, ahora mismo me encuentro en otro mundo Suena increíble ¿verdad? Pero es la verdad, en este mundo he encontrado el amor, antes tenía planeado volver a casa pero se me es imposible separarme de Rin, así se llama él, ambos nos correspondemos en nuestros sentimientos y la verdad no creo que pueda irse y alejarme de él.

    Sé que es egoísta pero me quedare en este mundo, tal vez no nos volvamos a ver otra vez mamá, se será difícil y perdón por las tristezas que les traiga esta decisión mía, pero en verdad que no puedo regresar. Mamá, si viene Inuyasha dale los fragmentos y dile que me disculpe por que no podre seguir buscando la perla junto a ellos en el pasado, les pido disculpas a todos pero esto es la única cosa en la cual estoy completamente segura, sé que me arrepentiré si dejo a Rin…

    Estaré bien aquí, todos son amables y ya me encuentro yendo a una escuela, los amos mucho a todos…

    Adiós…

    Atte

    Kagome Higurashi”​

    La señora Higurashi doblo la hoja que tenía entre sus manos y con una sonrisa empezó a secarse las lágrimas que habían recorrido sus mejillas, no pensó que tenía que separarse de su hija tan pronto, pero ella ya no podía hacer nada más que desear la felicidad de su querida hija este donde este en estos momentos…

    —Está bien hija, solo espero que siempre seas feliz ahora que estas con esa persona que tanto amas… Adiós mi querida niña… Estés donde estés yo siempre estaré contigo deseándote los mejor… —Dijo la mujer con una sonrisa mientras apoyaba una de sus manos en el árbol sagrado y escuchaba como Inuyasha se iba acercándose desde la capilla del pozo— Te quiero mucho hija mía…

    Ahora se feliz en ese nuevo mundo que se abre para ti…
     
  2.  
    Pire

    Pire Usuario VIP Comentarista Top

    Escorpión
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    Bueno, fue bastante largo y en algunas partes me resultó un tanto tedioso ya que pudiste omitir algunas acciones o dejarlo a la imaginación. La historia fue dulce y tierna, por un minuto traté de situarme en la situación de ella y que habria hecho en su lugar, abandonar toda mi vida por el amor,un amor fuerte pero ese era mi mundo, yo no deberia estar ahi pero me habia enamorado. Fue una decisión muy dificil a decir verdad y espero que no se arrepiente. Me hubiera gustado ver como reacciona Inuyasha ante tal separación. Tuviste tus errores por ahi pero no fue tan grave.
    Lindo escrito y cargado de sentimiento como deberia ser, un final feliz, me ha gustado, gran trabajo.

    Calificación: Regular.

    Pire<3
     
  3.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Sora aconsejaría que lo hicieras en algunos capitulos o algo así cuando escribas algo tan extenso, o por que no usar el recurso empleado en los libros donde se les va empleando un dinamismo en las acciones es, cambiando de locaciones, metiendo varios recusross narrrativos y así no llega a ser un tanto cansado, sin embargo he de resaltan cuanto conoces de la series en si y tu talento para adecuar tantos elementos en una historia tan larga sin hacer OoC es algo que no cualquiera podría, la historia fue linda, llena de muchos sentimientos y me agradó.

    Muy Bueno

    -Fenix Kujo-
     
  4.  
    MrJake

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    Se me hizo muuuuuy largo, y con eso no quiero decir que se hiciese pesado, simplemente que había partes en las que, para mi gusto, no hacía falta tanto contenido. Quiero decir, en 4000 o 5000 palabras, hubiese sido igual el escrito en cuanto a calidad, pero menos largo y por tanto más cómodo de leer.
    Por otra parte, me gustó la trama en general; la forma en que llegó Kagome al otro mundo, el plazo de un mes para volver, cómo surge el amor, y el momento en que decide quedarse. Pero sin duda creo que mi parte favorita en cuanto a trama fue la carta que le mandó a su madre.
    En fin en general estuvo bien, salvo por lo largo que te dije, ya que vi algunas cosas innecesarias. Y lo del karaoke, bueno, bajo mi punto de vvista se me hizo un poco cursi xD
    En definitiva, te doy un Bueno.
     

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