La llamada del Secuestrador

Tema en 'Relatos' iniciado por Thithalia, 11 Julio 2012.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Thithalia

    Thithalia Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    29 Mayo 2010
    Mensajes:
    294
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La llamada del Secuestrador
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1101
    La llamada de un secuestrador.

    Una casa de grandes ventanales transparentes, de esas nuevas casas todas de cristal donde los ladrones podían ver cuan valioso era tu inmobiliario o tus chismosos vecino ver con quien estabas y como estabas. Allí vivían dos personas un hombre de unos 40 años; cabello canoso, ojos azules, piel blanca rojiza como quien pasa mucho tiempo bajo el sol, alto y fornido –pero sin exagerar –siempre cargaba una expresión severa en su rostro con un andar amenazador con el vivía una muchacha de 16 años, su hija; cabellos rubio casi blanco, de ojos jade claro, piel blanca, de mediana estatura, siempre con una sonrisa en el rostro, siempre pareciendo un hada saltarina.

    Su padre un exmilitar, dueño de una empresa de nacimiento en Internet, siempre trabajaba en casa. La muchachita no se jactaba de tener dinero y lujos, muy humilde como su madre. Pero siempre custodiada por constantes amenazas a su padre, un día solo uno basto para que desapareciera.

    Un día en el que quiso salir al mercado popular, donde se escuchan esos gritos de vendedores que si no le pones atención a sus palabras ni idea de lo que dicen, donde artistas mochileros actúan por dinero para continuar su viaje, entre muchas cosas. La joven miraba entretenida y sus guardias tras ella, mas entre los tres –dos guardias y ella –se atravesó una caravana y cuando desapareció de la vista de los alterados guardias desapareció. Luego de buscar y preguntar todo el mercado la declararon secuestrada, pues ella aprendió a quedarse en el lugar al separarse de sus guardias, por muy divertida que estuviera.

    El padre enojado llamo a cuanta fuerza militar y política conocía, especialitas en secuestro el FBI, CIA, la naval, la armada ¡De todo! Claro que brindaron su apoyo pero moral, y claro dieron alerta a todos con un boletín. Era hombre influyente y desesperado, pero a pesar de eso, no perdía ese aire amenazador. Pasaron los días y no llamaban tampoco ella daba signos de vida, pasaron los meses y toda fuerza instalada en su casa dejo de estar, el hombre solo quedo.

    Entonces un día el teléfono sonó, pero el hombre no contesto, sonó tres veces más y nada, luego sonó el teléfono de su oficina –no mezclaba el teléfono de casa con el de la oficina, principalmente porque el de la casa lo acaparaba su hija –este tampoco fue tomado, luego sonó el teléfono móvil, entonces de una puerta del tercer piso salio el hombre con los pantalones abajo medio sostenidos por su mano izquierda, bajo la derecha un periódico, con una cara de furia, llego a su móvil y lo atendió.

    —Tenemos a su hi… —las palabras fueron cortadas por un grito del dueño del teléfono que al solo atender ya iba de nuevo hacia la puerta de donde salio, un baño.

    —¡Ya dejen de llamar, imbéciles! ¡Estoy cagando! —dijo y colgó.

    Mientras del otro lado el hombre, el secuestrador con el teléfono en mano tenia una expresión de sorpresa y bochorno, mirando a la joven frente a el que lo miraba seria, a su lado sus cómplices le miraban con interrogación.

    —¿Qué paso?

    —Me tranco diciendo “Estoy cagando” —dijo mirándolos. Estos se quedaron con la misma cara de el otro mientras la muchachita se largo a reír.

    —¿De que te ríes mocosa? —pregunto el del teléfono.

    —Nunca, nunca hay que meterse con la hora del trono de papá —dijo aun riendo, con la cabeza baja. Al alzarla dijo —por muy ridículo que eso sea.

    Los hombres asintieron y se fueron de la estancia, el del teléfono móvil le tiro con burla el teléfono sin chip a joven. —Ve a ver si te diviertes con uno de esos jueguitos tontos que tienes, pero esto —le mostró el chip —me lo quedo yo —dijo y salio con una risa desagradable.

    La muchachita suspiro aliviada por estar lejos de esas presencias, luego de ver su teléfono por todas partes sonrío. Algo bueno de ser la hija de un exmilitar es que es un paranoico, así que desde pequeña le enseño a sobrevivir ya fuera en un lugar sin civilización o en este caso sobrepoblados. Tomo el teléfono con fuerza y lo pego a su pecho feliz, para susurrar un “Lo siento”, luego tiro el teléfono contra la pared haciéndolo añicos, tomo unos cables y una tarjetita de color verde y dorado, se sentó un poco lejos del teléfono. Metió dos dedos en su boca y llego hasta su ultima muela superior izquierda, acerco un cable a esa muela y murmurando difícilmente dijo: “Esto va a doler” al pegar el cable este paso electricidad a la muela e inmediatamente quedo inconciente.

    En la mansión de cristal un pitido dio alerta al hombre en el baño, afortunadamente ya salía. Corrió a su computadora viendo allí un mapa y un punto rojo con un nombre.

    —Violetha —dijo. Anoto las coordenadas y corrió fuera del lugar, no estaba lejos. Armado hasta los dientes atravesó la ciudad llegando a un almacén, entro silencioso, camino unos minutos hasta encontrar un cuarto con unos hombres, solo seis personas.

    —Si, el supuesto hombre de negocios me ha gritado por teléfono “Estoy cagando” —el mencionado hombre empalideció, acababa de trancarle a los secuestradores de su hija. Entro con sigilo y con una IMI Desert Eagle calibre: 50 Action Express, comenzó a disparar solo seis disparos, lo justo para que quedaran inconcientes, no mataría, no otra vez. Ya avisaría para que los vinieran a recoger.

    Recorrió el lugar y en una celda estaba su hija inconciente, disparo al candado y corrió a ella, la abrazo y movió un poco. Poco a poco despertó y lo miro. —Papá ¿Te olvidas que soy tu hija y de mamá? —el padre no supo que responder —No soy boba, se que me instalaste un GPS en la boca, lo vi en las letras del envoltorio —al hombre le salio una gotita de sudar pero sin perder el semblante serio.

    —Salgamos de aquí —dijo cargando a su pequeña y saliendo del almacén. —Igualita a tu madre —la muchacha sonrió y abrazo el cuello de su padre.

    —Si.


    Fin.

    -------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Al comienzo esta historia seria un drabble, donde terminaría en donde los secuestradores terminan con cara de WTF? pero, no quise terminarlo allí, no quería saber que no se reencontrarían así que me salio esta locura, espero les guste y comenten :)


     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Ziello B

    Ziello B Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    24 Febrero 2012
    Mensajes:
    112
    Hola! Oh mi Kami! está genial, siempre me mantuve expectante por saber que ocurriría, el porque la joven no daba indicios de vida, te juro que me temía lo peor, luego me super asombras cuando los secuestradores intentaron comunicarse con el padre de Violetha, me reí como loca y aún lo sigo haciendo, esque de solo imaginarme la cara tipo del teléfono al momento de que lo cortaron de semejante manera me vuelve la risa loca.
    En cuanto a lo técnico, para mi, la narración está bien, los diálogos ni se diga; prácticamente perfectos, el manejo de los personajes fue el adecuado, todo el trama me gustó.
    Solamente fallaste en los verbos en pasado ya que dejaste algunos sin tildar.
    Espero leerte pronto y si no te molesta, avisame cuando publiques nuevamente. Cuídate y chao!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Cargando...
Similar Threads - llamada Secuestrador
  1. Zireael
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    616
  2. Headless Angel
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    737
  3. Muddy Waters
    Respuestas:
    2
    Vistas:
    834
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso