Long-fic La leyenda de Zelda: La profecía no cumplida

Mi primer fic, espero que sea de su agrado y a la vez me critiquen para bien =D
Glosa:
Zora: peces con forma humana
Goron: hombres roca
Hylian: Espantapájaros


(Total cap: 3)

-Capitulo 1 "Tan solo una historia antigua"
-Capitulo 2 "Gracias"


Hace muchos años, donde la oscuridad habitaba y la soledad reinaba, llegó un joven llamado Link, que vestía con ropas extrañas, al castillo sombrío. Logró vencer a todos los súbditos del malvado rey, pasando por calabozos y peligrosos acertijos, logrando llegar hasta el aposento del rey, lo vió y trató de encararlo con su espada, mas el rey solo lo miro e impulsando magia de su mano lo tiro al suelo, lo levanto al aire y a punto de ahogarlo, apareció su amiga lanzándole una flecha luz, empujando al rey a la esquina del salón.

Amiga: ¡Ahora link!

Con furia corrió hasta al rey, saltando y empuñando su espada logro enterrársela dándole en la costilla.

Rey: Aaaagh ya verás pequeño, después de todo lo que te enseñe.

El rey, Alcanzó a escapar por otra parte el joven un poco atormentado, intentó seguirlo para lograr matarlo, sin embargo, el rey junto sus manos y convocó a una criatura de gigantes proporciones para huir, Link apenas podía retener a la criatura.

Amiga: yo voy tras el

Link: ¡No vayas! No podrás.

El trató de seguirlos pero no pudo, la criatura le lanzó fuego de su boca mientras que de sus alas arrojaba un viento tan poderoso que lo podría haber congelado, pero link rodando alcanzaba a escapar de todo, en ese momento no sabía qué hacer, no podía seguir a su amiga sin vencer antes a la criatura, mientras esquivaba tenía que esperar el momento exacto, y ahí apareció, el monstruo le tiro una llamarada de fuego, entonces link saco su gancho disparando al ala de la criatura, defendiéndose con ella, aprovechando el dolor que sentía el monstruo que tiraba fuego, uso el ala para congelarlo, Link corrió para seguir a su amiga, los vio y escuchó lo siguiente

Amiga: Link! Ayúdame por favor (atrapada en llamas grises)

Rey: ahora los veo y recuerdo cuando eran tan pequeños tan miedosos jajaja, Link, ¿acaso no
recuerdas cuando te decía pégale fuerte al arbusto con tu espada? y nunca le dabas correctamente, ahora mírame ensangrentado, ¡Por tu culpa!

Mientras que la muchacha estaba llorando y asustada vio al rey.

Rey: pues tú las pagaras! (Apuntando a la amiga de link)

Link, estremecido lleno de miedo, miro al rey sacando una espada del doble de grande que la de él, le entro pánico al ver tanto poder, radiaba un aura gris enorme, ahora las cosas cambiaron, Link se sentía inferior.

Rey: ¿Y por qué no vienes a ayudar a tu amiga? jajajaja

Link cayó al suelo arrodillado con un tremendo nudo en la garganta cerró los ojos tapándose los oídos.

Amiga: L-i-nk.

El malvado con risas se agachó, puso sus manos en el suelo e hizo un terremoto con su típica risa, Link no pudo aguantar la pena y no le quedó más que huir.
Desde entonces solo le quedo el recuerdo de esa risa atormentándolo, día y noche, día y noche día y no-che.

Un niño: Oye abuelito, ¿porque siempre me cuentas esa historia tan triste?

Abuelo: porque, no quiero que seas como ese joven.
El niño miro con sorpresa por la cara de pena que ponía, y el niño le dijo el porque de esa cara.

Abuelo: es que hijo, nunca quiero verte huir.

Capitulo 2 "Gracias"

El niño sonrió y grito “¡Nunca!” con mucha energía.
– ¡Achús!–
El abuelo le dijo “Abrígate” con una gran sonrisa paternal y agregó - Oye, Link, ¿al final qué regalo quieres para tu cumpleaños?
Link respondiendo muy pensativo:
- Hmm... ¡Ya sé, una espada de madera, para enfrentarme al gran monstruo que lanzaba fuego y hielo, y así le corto una ala (hacía como si la tenía) y lo congelo como en la historia!
- Jaja mejor anda a jugar al rancho un rato. Ahí veré si te la regalo. Recuerda, depende de cómo te comportes.
El pequeño hyliano respondió alegre:
- ¡Bueno abuelo! pero parece que no hay nadie – su abuelo respondió con una voz muy suave – si no vas, nunca sabrás-
Link partió muy entusiasmado al rancho para ver con quien jugar, cuando por fin llegó miró a sus costados. Al parecer no había nadie, sólo los animales corriendo y comiendo pasto. Esperó, pero nadie llegó. Volvía desilusionado su casa, y en el camino escuchó una voz que decía -¡ Link!
Miró hacia atrás y vio a Romani corriendo. Cuando ya estaba más cerca, le habló casi sin aire: - Ayúdame por favor. No sé con quién más ir-.
Link respondió rápido - Romani, ¿hmm, Qué te ha pasado? –
- ¡Los súbditos de Ganondorf están atacando el pueblo! Por favor, ayúdame a rescatar a mi hermana. ¡Hay fuego por todas partes, y se encuentra atrapada en casa! ¡Ayúdame por favor!
Link aceptó sin dudarlo. Después de varios minutos de correr, lograron llegar al pueblo Kakariko. Con un poco de energía, Link se detuvo a observar el pueblo. Gente corriendo, soldados atacando incluso a mujeres y niños… Pero por otro lado se asombró en ver razas que ni en sueños se esperaba ver peleando para ayudar a la gente.
Los Goron, usando sus cuerpos como escudo y su fuerza para cuidar al pueblo. Los Zoras usando escudos eléctricos y lanzando veloces cuchillas…
Romani apuntó con su mano a una casa casi desecha por las llamas y gritó - ¡Link, allí está mi hermana!
El joven hyliano observó y fueron juntos rápido, la hermana le decía desde el balcón que se fueran, si no los matarían. Link, en cambio, negó con la cabeza y se aventuró, corriendo hacia el fuego. Pero sólo logró caerse de las escaleras, cayendo sentado. Apareció un soldado a su lado, abalanzándose hacia él con su espada en alto y gritando - ¡Toma!
Por otro lado salto un Goron embistiendo al soldado, logrando aturdirlo.
Link, casi perplejo, dijo: - Aaah… ¡por poco, gracias Goron!
Y este le respondió: - ¡Pronto! ¡Ayúdala-goro! Súbete en mi goro-hombro.
Link subió al hombro, alegre y asombrado, cuando de repente el Goron lo agarró y lo lanzó hacia el balcón.
(Pensamientos de Link) ¿Y ahora qué hago? Subí sin un plan… ¡Bueno, no importa! Tengo que reaccionar rápido. A ver. (Fin de pensamientos de Link)
- ¡Señor Goron, abra los brazos! – gritó bien fuerte.
El hyliano empujó a Cremia bruscamente, ¡la hermana de Romani cayó del balcón. Así, sin más! Link estaba en apuros: el incendio, la casa llena de humo… Y abajo los Goron y Zoras peleaban contra los soldados y no podían ayudarle…
No sabía qué hacer, ya que el goron que lo había ayudado estaba peleando, protegiendo a las muchachas. Entonces Link cayó al suelo, a punto de ahogarse, y escuchó.
Romani: ¡Link! ¡No! ¡Respira un poco más!
El hyliano apenas aguantaba la respiración, cuando de repente logró ver una silueta de color azul, semejante a un Zora, pero a diferencia de los demás tenia alas blancas. Lo agarró y bajó del balcón. Link, a punto de desmallarse, le dijo: Gra... -y cayó dormido-

Director: Tobi
Editora: Athila Dark

 

Gracias por sus comentarios =D la historia es rápida, porque ese es mi gusto personal, no me gusta andar con rodeos.
Capitulo 3 "¿Por qué?"

Contenido oculto

Capitulo 3 "¿Por qué?"

Entre sueños, Link siente un gran cúmulo de agua en su rostro y, escuchando una voz, abre sus ojos – ¡Oye despierta!
- Hmm… aaah... ¿Zeñor zora?

Romani habló rápidamente - ¡No, soy yo! Apresúrate que tenemos que irnos -
Link, medio confundido se levantó y miró como seguían atacando al pueblo. Fijando su mirada se percató en el Zora con alas que dirigía a su raza. Era el único con esa habilidad. Notó cómo realmente querían proteger al pueblo. En un momento, el Zora con alas se le acerco muy rápido a Link para decirle una cosa.
Zora con alas: Toma, recíbelo para que puedan huir, ¡anda, rápido!

Escudo de agua
Reseña: Úsalo en el momento preciso cuando te ataquen, el adversario quedara atrapado por una masa de agua.

Link mostró un gran asombro y dijo - ¿Bueno a que estamos esperando? ¡Vámonos! – corrieron muy rápido para huir, pero Romani se le había olvidado algo - ¡Esperen, mi arco! -

Cremia le respondió, enojadísima - ¡Vámonos que no hay tiempo! –
Romani no la escuchó y siguió. Cuando estaba a punto de llegar, de su lado salió una bola de fuego enorme, pero Link alcanzo a tirarse con el escudo, cayendo al suelo lastimándose el codo en la caída.
Romani se le acercó para a ver como se encontraba - ¡Aah! Link, ¿te encuentras bien? –

El hyliano respondió con una linda sonrisa, - Si, no fue nada. Date prisa en buscar tu arco-.

Romani entró a su casa y entre medio de todo el desorden y fuego, encontró su pequeño arco. Rápidamente salieron del lugar. Ahora Link podía detener a los soldados con el escudo y Romani les disparaba flecha a lo lejos, mientras que Cremia, no hacía nada. (XD)

Escapando a las afueras, Link les dió las gracias a los gorons y zoras, aún sabiendo que ellos no lo escuchaban.
Link, pensando en un plan para ver donde podían esconderse, llegó a una conclusión y se la dijo a las muchachas - Vamos al rancho de mi abuelo, para refugiarnos ahí mientras tanto-.
Romani y Cremia respondieron al mismo tiempo: - ¡Vale! -

De camino a casa, se pararon a lo lejos al ver fuego. Se escondieron rápido en una cerca que se encontraba próxima al rancho y empezaron a observar qué ocurría. Vieron como amenazan al abuelo de Link
Cremia le preguntó con incertidumbre a su hermana: - Oye, Romani, mira, ¿ese no es Rad?
Romani respondió - Si, ese el segundo al mando, la mano derecha de Ganondorf, ¿qué hará aquí? Sé que es malo y despiadado, pero, ¿por qué nos están atacando?

La pequeña muchacha (Romani) puso una cara de tristeza, al ver todo lo que estaba pasando, y más aún al ver al abuelo de Link así arrodillado frente a Rad. Link, aguantándose hasta más no poder, salió de la cerca corriendo para proteger a su abuelo, pero de repente.

Link vio algo horrendo y gritó exclamando - ¡¡¡NOOOOO!!! ¡Abuelooooo! -
Se escucharon solo las lágrimas de Link cayendo al suelo.
Rad - Vámonos muchachos, este anciano decrépito ya no nos sirve…

Cremia y Romani hicieron retroceder a Link para que no lo vieran. Él sólo lloraba y se preguntaba el porqué, ¿Qué hizo él?
De la cerca vieron como se iban los soldados cabalgando. Link esperaba triste por ir a ver si su abuelo aún estaba con vida...
Tras un rato de espera, pasando ya el último soldado en su caballo, no lograron percatarse que se le cayó un papel.

En ese instante Link no apartó la duda para ir a ver a su querido abuelo.
El hyliano, estando frente a frente al rostro de su abuelo, empezó a gritar: “¡Abuelito! ¡Despierta, abre los ojos! Por favor sé que solo me estas engañando ¡Lo sé!”.
Romani y Cremia sólo guardaban silencio.

Link volvió a gritar - ¡No! ¡Abuelo! Pero ¿por qué?-

El hyliano en ese momento cayó llorando al suelo, solo preguntándose: “¿Por qué…?”

Director: Tobi
Editora: Athila Dark

 

CAP: 4

Cremia sólo le tocó el hombro mientras que Romani le cantaba una canción de condolencia. Estuvieron así aproximadamente una hora.
Y la joven muchacha se encargó de enterrar el cuerpo del abuelo; mientras lo hacía, Romani la llamó, ya que vio algo extraño a la salida del rancho.

– ¡Mira, encontré un papel por donde se fueron los soldados! – dijo Romani, muy entusiasmada.
Cremia respondió sin mucha motivación: “A ver, leámoslo”
(Carta de Soldado 1º)
Lord Rad,
Tenemos información del paradero de la princesa. Al parecer se encuentra en el pueblo; enviamos unos soldados para traerla de vuelta, pero ellos no la encontraron. Registramos todas las casas y no hallamos nada, solo una mujer media arrugada nos dijo algo.
Informe de la conversación:
Mujer arrugada: ¡Agh! Yo ya dije que no sabía nada, ¡no me molesten más!
Soldado: Ya basta, hable. Si no, le destrozamos la casa.
Mujer: Mejor… ¿por qué no te metes con tu…?
Soldado: ¡Entren!
Mujer arrugada: Perdón, perdón, guapo soldado… Con respecto a lo que usted me dice… Al parecer el viejo del rancho tiene información importante. Vaya a ver a ese anciano, él debe saber algo. Vaya con él y no me moleste más a mí.
Fin del Informe
Esa es toda la información que tenemos. Lord Rad, esperamos su respuesta.
(Fin Carta)

La pequeña se percato de algo extraño en la hoja, miró asombrada al percatarse que había otra hoja
–¡Rápido, ábrela! – le urgió Cremia a su hermana menor.

(Papel adjunto)
Lord Rad: me encargare personalmente.
(FIN)

–Ah, ¿toda una hoja para eso? – dijo Romani, toda decepcionada. Su hermana no respondió de la misma manera, ya hecha un demonio, empezó a gritar y maldecir a Rad:

–Desgraciado, ¿cómo que “personalmente”? ¡Destruyó toda la ciudad por buscar a esa tal Zelda! – gritó Cremia, sin poder aguantar más su enojo.

–Pero Cremia, ¿no te preocupa lo que le habrá pasado a nuestra princesa? – le preguntó la joven muchacha.

–Mira, prefiero mil veces mi pueblo a una princesa que nunca he visto.

–Bueno, a mí me preocupa Zelda, y punto – dijo la pequeña hermana con un tono encaprichado.

– Así que mataron a mi abuelo sólo por buscar a ese “Zelda”… o – dijo Link, rompiendo el silencio que había arrastrado su garganta.

– Link… – susurraron Romani y Cremia al mismo tiempo.

– Ya me he cansado de ser sólo un niño. Mataron a mi abuelo y ahora buscan a Zelda. Sé que no fue por culpa de ella, pero mi abuelo no tenía nada que ver. Me las tienen que pagar… – dijo Link, adoptando una voz ronca que denotaba la ira que bullía en su interior.

Romani entonces saltó de alegría. En cambio, Cremia le pegó en la cabeza a Link.

- ¿Crees que esto es un juego? ¿No ves que ha muerto gente? ¡Incluso tu abuelo! – le gritó Cremia, tratando de hacerlo entrar en razón, aunque cuando vio cómo el chico agachaba la cabeza con tristeza, se arrepintió inmediatamente de haber sido tan brusca. – Perdón, Link, pero es la verdad.

–Cremia, ya está bien – dijo Romani, tratando de detener el desastre que había ocasionado su hermana.

– Si, pero... – empezó a decir Link.

– ¿Hmm? – “dijo” un pequeño Goron que acababa de aparecer por el rancho.

– ¿Qué? – susurraron Link, Cremia y Romani, preguntándose de dónde demonios salía ese pequeño Goron que de hurgaba la nariz con cara de duda.

– Mira, si es muy pequeño. Parece que se ha perdido…– exclamó Romani con emoción.

– ¿Tú crees? ¿Los Goron van a dejar tirado aquí a sus hijos? – preguntó con algo de ironía.

– ¡Hola! ¿Cómo te llamas? – le preguntó Link al pequeño Goron con una sonrisa amigable, ignorando el comentario de Cremia.

–¿Hmm? – “preguntó” el pequeño, aumentando su mueca de duda.

– Creo que no tiene muchas ganas de conversar… A ver, Romani, ven y háblale – le pidió Link a su amiga.

– ¿Omani-goro? – dijo el Goron con la duda pintada en su rostro.

– ¡Ah! ¡No me tires del pelo! – gritó Romani.

– ¡OMANI-GORO! – el pequeño empezó como loco a tirarle el cabello a la jovencita. Link, sin parar de reír, consiguió hacer una pequeña pausa entre carcajada y carcajada para decir:

– Creo que le has caído bien, ¡jajaja!

– Qué chistoso, haber qué tal si te gusta ¡a ti!.-

Romani se abalanzó encima de Link, tirándole del pelo también. Cremia se acercó al pequeño, pero el pequeño se puso a llorar, y con ternura, Cremia lo levantó.

– ¿De dónde vienes? – le preguntó amablemente.El goron no sabía decir muchas palabras aún, solo apuntó a una gran montaña.

– ¡Es la montaña Nevada! – exclamaron Link y Romani, deteniendo en seco su pelea.

– Link, tú sabes defenderte bien con ese escudo, ¿cierto? – preguntó Cremia algo pensativa, dejando a Link con un rostro confuso.

– Sí, ¿por qué lo preguntas?

– Quiero que vayas y lleves a este pequeño a su tierra. Romani, tú también. Yo no manejo ningún arma, no creo que sea muy útil si los acompaño. Además, a mí me necesitan más en el pueblo para poder reconstruirlo. Perdónenme si les he bajado el ánimo hace un rato, era porque aún estaba muy nerviosa…
Link y Romani afirmaron que sí irían, que pondrían todo su empeño y entusiasmo.

– Obvio que iremos ¿o no Romani? – preguntó Link, observando cómo su amiga le hacía mimos al Goron.

– Por este pequeñito haríamos cualquier cosa.

Después de eso, Link entró a su casa a recoger algunas de sus pertenencias que les servirían. De repente, en un mueble vio una fotografía. En ella estaban Link y su abuelo. El niño estaba sentado sobre los hombros de un sonriente anciano. Link, a punto de llorar, recogió aun más rápido sus cosas y se fue.
– Abuelo, un día vengare lo que te hicieron.

Llegando al pueblo, los tres amigos cayeron en la tristeza al verlo todo destrozado, con columnas de humo que se elevaban en el cielo. Todos trataban de reconstruir lo poco que había quedado. Ya no estaban ni los Zora, ni los goron, ni los soldados…

– Dense prisa, tienen que ir a dejar al pequeño – les apuró Cremia, tratando que la alegría de los instantes anteriores no se desvaneciese ante la realidad que los acababa de golpear.

– Bueno, vámonos – dijo Link, tratando de no mirar demasiado el pueblo.

Ya a la salida del pueblo, Cremia se les acercó para darles el último mensaje:

– Bueno, es hora de despedirnos. Link, muchas gracias por salvarme del incendio, aún siendo un niño te arriesgaste sin saber que pasaría. de verdad muchas gracias – agradeció la chica, abrazando a su salvador.

– ¡Vámonos, Link! – pidió Romani, tratando de no mirar a los ojos de su hermana.

– Ah, se me olvidaba. Espera un momento – Cremia rebuscó entre los restos de la casa en la que habían vivido ella y su hermana. Cuando por fin encontró lo que buscaba, volvió junto a su hermana y su amigo. – Aquí está. Link, esto es para ti. Me lo dejó tu abuelo para dártelo de regalo en tu cumpleaños. Me pidió que se lo guardara para que no lo encontraras antes de tiempo.

Link cogió lo que su amiga le tendía. Se trataba de una espada pequeña con una extraña insignia en el medio de la afilada hoja metálica:

Reseña: Ataca con ella apretando A, puede hacer un combo de hasta tres golpes.

– También me encargó un traje de color verde, aunque cuando le pregunte no me dijo nada, así que te hice dos – dijo Cremia, tendiéndole una pequeña bolsa de viaje que debía contener esos dos trajes.

Traje verde:
Reduce daños de golpes físicos, esta habilidad no afecta a ataques con filo

Link observó la espada, inundada de recuerdos que afectaban al estado de ánimo nostálgico que Link arrastraba desde que habían llegado al pueblo y se habían dado cuenta de lo destrozado que estaba.

– … Abuelo…

Director: Tobi
Editora: Athila Dark

 

Cap: 5
"Primer encuentro"
Zora: peces con forma humana
Goron: hombres roca
Hylian: raza humanoide (la diferencia son sus orejas largas)
Skullkid: espantapajaro


– Ah, Link… ¡no seas malo! –gritó Romani con preocupación.
– ¿Y por qué no puedo ser malo? Él si puede – contestó Link.
– ¿Hm? – susurró el pequeño Goron.
– Ya, bueno… No se ve que le cueste mucho – contestó su amiga, observando al pequeño.
Link soltó una pequeña sonrisa mientras seguían caminando por un largo sendero hacia la Montaña Nevada. El pequeño Goron llevaba todas las cosas de Link y Romani sin muchos problemas. Cruzaron ríos que bajaban de la montaña, se enfrentaron a pequeños monstruos que estaban de paso y, al caer la noche, Link casi se quedó sin ganas de seguir.
– ¡Mira! – gritó Romani, señalando la abertura de una cueva.
El joven miró dudoso entre medio de la oscuridad y con gran sorpresa logró ver la pequeña franja de luz que salía de la cueva que su amiga apuntaba insistentemente, sin darse cuenta, el pequeño Goron salió corriendo hacia ella.
– ¡Vuelve! – gritó Romani, tratando de alcanzar al escurridizo Goron.
– ¡Cálmate! – gritó Link. – Vamos a ir a la cueva, pero despacio. Tómame la mano.
El joven muchacho avanzaba lentamente, muy despacio, apretando con fuerza la mano de Romani. De pronto, ¡se escuchó una gran explosión dentro de la cueva!, seguido de una gran cantidad de humo y polvo que no dejaba ver nada procedente de la cueva, por suerte los dos aventureros lograron cubrirme antes que una nube de humo y polvo les estallase en la cara. Ya cuando al fin se disipó un poco la niebla lograron ver.
– ¡Oh-oh! ¡Vamos! ¡Ven! ¡Vamos! ¡WHOOOAH! ¡YEEEEAH! ¡YAHOOO!! – gritó una voz que parecía ser de un Goron.
El padre del pequeño, un Goron adulto, saltó de alegría y bailó agarrando a su hijo por las pequeñas manos. Los dos Goron destilaban felicidad y alivio al volver a reencontrarse. El hijo, soltó un sonoro “¡¡¡YEAH!!!” dejando ver su boca con apenas un diente, que sorprendió a los dos amigos tanto en potencia de voz como en alegría.
– ¡Ven Aquí-goro! – dijo el gigantesco Goron, arrastrando a Link en un abrazo asfixiante que casi deja al chico con un par de costillas rotas.
– ¡Cuidado, atrás! – gritó Romani, rompiendo el silencio.
Link de inmediato recordó la historia de su abuelo. “¿Ese no es…?” pensó el hyliano, tratando de recordar algo.
– Agáchense, Goro – rugió el gigantesco Goron, tirando a Romani, Link y su hijo a su paso. Link levantó un poco la cabeza para ver cómo una monstruosa sombra los sobrevolaba.
– Perdónenme, creo que fui muy mal educado con ustedes. Es que los vi tan alegres que no supe cómo reaccionar – dijo con una voz falsamente inocente.
– Ah, ya verás, ¡ven aquí! – le gritó Link desde la distancia muy enfadado.
– ¡No lo provoques-goro! – dijo el Goron tratando de calmar inútilmente al pequeño aventurero.
– Tienes valor, eh? Te diré mi nombre, idiota, para que sea el último que recuerdes ¡Skypeak, el gran gobernante de la montaña! – gritó esa monstruosa figura hacia él joven.
La criatura agitó sus alas, lanzando una gran ventisca congelante. El muchacho se defendía sólo con su escudo
– ¡Ahora nos toca! –Romani no se hizo esperar y reaccionó al instante. Lanzó una flecha en una de las alas de Skypeak mientras la criatura lanzaba hielo, pero Skypeak no le tomó mucha atención. El Goron gritó, muy preocupado por Link, que se posiciono para defender con su escudo de agua.
– ¡No, te congelarás! – trató de avisar el Goron, gritando a pleno pulmón.
Se puso frente la ráfaga de aire congelado, protegiendo al pequeño Link.
-¡Señor Goron! – gritó Link con sorpresa y preocupación.
El Goron no respondió. Estaba estático, congelado. El pequeño estaba llorando, Link lloraba desconsoladamente mientras golpeaba al Goron, tratando de descongelarlo
– ¡Nos vuelve a atacar! – gritó Romani.
Esta vez, un poco adolorido, Skypeak se tiró en picado lanzando una llamarada de fuego directamente hacia Link. Los dos de frente, Link usó su escudo de agua, mientras que Skypeak le lanzaba fuego de sus fauces. El pequeño escudo apenas retenía a la criatura. Romani a lo lejos le disparaba flechas pero no lograba acertarle, ya que Link y el monstruo estaban demasiado cerca.
– ¡¡Ah!! ¡¡Pequeña molestia!! – gritó la criatura con enfado.
El monstruo enfurecido cambió la dirección del fuego, lanzándolo hacia Romani.
– ¡Romani, corre! – gritó Link, viendo con horror la nueva dirección que tomaba la llamarada de fuego.
Ella empezó a correr, pero el fuego la alcanzó en el pie izquierdo, haciéndola caer al suelo. Skypeak se acercó a gran velocidad a la chica, que trataba por todos los medios apartarse de la bestia que la miraba con ojos enfurecidos.

– ¡Ya no me molestarás más! – gritó la monstruosa criatura con una voz que parecía marcar una sentencia definitiva.