de Dragon Ball - La interminable búsqueda de Beers, el gato dios

Tema en 'Dragon Ball' iniciado por LhaurgigSesnas, 27 Septiembre 2013.

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    LhaurgigSesnas

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    La interminable búsqueda de Beers, el gato dios
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    Hola. Estoy de vuelta después de mucho tiempo (aunque en realidad nunca me fui) y con ánimo para escribir algo de Dragon Ball :D.

    Ya que está el boom por BoG (Battle of Gods) me he dispuesto a crear mi fanfic respondiendo algunas preguntas al respecto y apegándome al canon del manga; intentando hacer que todo encaje a la perfección xD

    Antes de partir añado que los romanjis correctos para los personajes nuevos vendrían siendo "Beers" y "Whis", no Bills y Wiss como se ha vuelto popular llamarles. Es que vienen de nombres de alcoholes, Beers es cerveza, Whis es whisky.
    También aclaro que al ser estos 2 nuevos personajes los protagonistas, quienes no hayan visto la película no entenderán mucho, y hay mucho riesgo de spoilers... pero si quieren saber qué podría suceder en aquella otra línea de tiempo, con Trunks del futuro, pues aquí está la respuesta ;)

    Como siempre, un me gusta o sobre todo un comentario incentivan mucho. Cuelgo los 3 primeros para empezar.



    1 - El inicio de un plan
    A Beers ya le estaba entrando sueño y bostezaba a boca abierta, la cual necesitaba así además para engullir todo el banquete que había obligado al rey Vegeta servir para él. Los saiyajin y el resto de soldados de Freezer eran muy temerosos, incluso del mismo Freezer quien tenía un nivel de poder comparable al de una mosca.

    Precisamente, una mosca se posó encima del filete que Beers comía. Eso lo sacó de sus casillas.

    —¿Qué? ¡Mi precioso filete ahora está estropeado!, ¿cómo se les ocurre permitir que las moscas revoloteen en un banquete como éste?

    Los soldados se estremecieron y Beers aprovechó de tomar la mosca y lanzarla a toda velocidad hacia uno de los hombres, el que cayó muerto en el acto.

    —Quiero que me traigan un nuevo filete. Y quiero que me traigan a su rey; tengo una queja que hacerle.

    Una de las personas allí salió corriendo hacia otra dirección, y el dios de la destrucción aprovechó de comerse el filete, también aprovechó de pedir que mandaran a cocinar al soldado que acabó de derrotar. Como él era un felino proveniente de un lejano mundo, eso no era ser caníbal.

    —De todas formas es canibalismo —le rebatió Whis ya degustando el postre.



    Pronto llegó el rey, bastante molesto de que lo interrumpieran y lo llamase un “amigo del señor Freezer”.

    —Diga usted —le habló de manera violenta. No estaba a gusto con nada allí, desde hacía tiempo.

    —Explícame porque la gente que tienes a cargo no es capaz de servir comida, sin que lleguen moscas.

    —¿Qué?, ¡y por eso interrumpe! No estoy para perder el tiempo, vaya a quejarse ante el gran Freezer.

    —¡Te estoy diciendo que me expliques! —se levantó con furia y propinó un rodillazo al estómago del hombre. Un poco más y lo mata, por suerte el tipo era más fuerte que el resto de sus hombres. Se dio cuenta de su cola, lo apretó de ella y con eso el así llamado Rey Vegeta se quedó tranquilo. Su ki bajó bastante con ello.

    Beers se lo llevó a rastras y se volvió a sentar a la mesa. Esta vez usó al rey Vegeta de banquillo para apoyar sus piernas, y éste humillado mandó a buscar a los demás de sus hombres al gran Freezer.

    —Oh, no te molestes que Freezer no se meterá. Ya tenemos un trato ¿qué te parece?: le dejo conquistar todos los mundos que quiera, o venderlos, mientras no se exceda destruyendo demasiados planetas. Yo soy el dios de la destrucción Beers, y no me gusta la competencia.

    El felino personaje notó que entre penumbras le miraba un niño muy joven vestido con armaduras de Saiyajin. Seguramente era el príncipe Vegeta, quien no sabía que ya estaba descubierto, pues algo muy básico era el saber detectar las energías.

    —En todo caso… Freezer tiene autorización para destruir algunos cuantos planetas si quiere. Hay unos mundos muy lejanos, y a mí me da pereza viajar hasta allá para acabarlos. —Y rió enseñando sus dientes.

    Pero estaba hablando más de la cuenta, así que terminó de comer y le trajeron el filete. Eventualmente el príncipe Vegeta se marchó sin poder hacer nada, pues un saiyajin calvo lo fue a buscar; y tras quedar inconsciente su padre por un pequeño pisotón a la espalda, dejó que se lo llevaran de ahí. Su ayudante Whis aprovechó de comentar acerca de sus repetidos bostezos.

    —Oh, por lo que veo el señor Beers ya tiene sueño otra vez.

    —Creo que ya es tiempo de tomar una siesta. Este tal Freezer ya tiene claro que no debe destruir los planetas a su antojo, excepto uno, así que ya no tengo más trabajo para hacer.

    —De todos modos le pidió destruir el planeta Vegeta ¿no es verdad?

    —Ah, es que me caen mal las razas de gente orgullosa. De todos modos tienen un poder bastante grande; supongo que Freezer se deshará de ellos si les causan dificultades.

    —¿Un poder bastante grande? —Se rió Whis—. Yo los veo iguales a todos, sólo que tienen una cola curiosa.

    —No lo sé —Beers se estiró en su silla y puso los pies sobre la mesa mientras comía el segundo filete—, a mí se me ocurre que deben tener un gran poder escondido. Escuché que si hay luna llena, se transforman en monos gigantes.

    —Ya veo, pero a mí me parece una exageración.

    —Me estás tomando por tonto —sentenció— ¡Yo sé percibir la fuerza de cada persona, por algo soy un luchador experto!

    —Oh, era eso ¡Jojo! —y se tapó la boca para hacer risitas— Usted hace mucho tiempo que no encuentra un rival digno, y desea tener un combate interesante. Por eso está queriendo pensar que los saiyajines tienen gran poder, pero yo no lo creo.

    —No me hagas enfadar —se ofuscó Beers—. Mejor vayámonos de aquí.

    Se levantó y junto a Whis viajaron por el espacio, elevándose y rompiendo el techo del lugar. Se dirigían de vuelta al sitio de descanso, pues el dios ya tenía tanto sueño que era mejor tomar una siesta de varios años.

    —Antes de que duerma, sé que usted se trajo algo de comida; unas frutas.

    —Así es, estaban jugosas y dulces.

    —Pues le sugiero que entonces tome las semillas y las plante. Luego al despertar habrá pasado tanto tiempo que ya serán árboles y podrá comer de sus frutos cuando quiera.

    —¡Es buena idea!; entonces plantaré unas pocas. ¿Eso cómo funciona?

    —Es fácil. Usted hace hoyos en la tierra, deja las semillas y luego vuelva a poner la tierra en su lugar; va por una regadera y echa un poco de agua ¡Y listo!

    —Ya veo…

    —Pero no haga los agujeros usando tanta energía, no quiero que destruya todo el lugar.

    —Sí sí, usaré una cienmilésima parte de mi poder.

    Aquel sólo era un pretexto de Whis pues de pronto había tenido una idea interesante. Como el maestro de artes marciales de Beers, siempre debía ponerle algún reto aunque según el felino, el entrenamiento ya había concluido hace mucho. Aprovechó que su estudiante fue a plantar aquellas frutas para tramar su plan.

    —Además, oí que Babidi ya está reclutando un ejército poseído para buscar al huevecillo de Majin Boo que tantos problemas causó hace millones de años —habló solo mientras caminaba hacia el lago—. Como siempre, el señor Beers va a encontrarse durmiendo para cuando lo resuciten, y alguien deberá pararle o acabará destruyendo toda la galaxia ¡pero yo no seré! ¡Jojo jo!

    Buscó por todos lados y encontró al pez oráculo chapoteando cerca de la orilla.

    —Oh, pececito, te estaba buscando.

    —¡Señor Whis!, qué bien, ¿me puede dar carnada? Es que tengo hambre.

    —Toma —y generó un tazón lleno de lombrices. Si beers se enterase de que él podía generar comida mágicamente todo sería bastante difícil.

    —¡Gracias!

    —Ahora quiero que me pronostiques acerca de una raza luchadora, los saiyajines.

    —¿Saiyajines? —el oráculo usó su sexto sentido de pez y encontró algo de información—. Ah, sí.

    —¿Crees que se vuelvan fuertes en el futuro?

    —Yo no sirvo para predecir el futuro —se quejó el— no sé por qué la gente piensa eso.

    —Oh…

    —Pero en todo caso, hubo antes un saiyajin muy poderoso, era tan pero tan fuerte que era un súper saiyajin.

    —¿Un súper saiyajin?

    —Sí —tenía la boca llena de gusanitos— era muy poderoso.

    Whis entonces tocó al pez oráculo para hacerse con su misma visión y leer el ki que tenía en aquel entonces el “súper saiyajin”.

    —Tal vez no sirva de nada, pero ahora me queda claro que si surge uno nuevamente, Freezer podría estar en apuros. Eso significa que habría un saiyajin que pudiera sobrevivir y tal vez algunos más; y a futuro serían los más fuertes hasta que Babidi decida sacar nuevamente a Dabura del mundo de los demonios.

    —Dabura tiene un corazón malo malote —aseguró el pez.

    —Con su magia Babidi lo poseyó a sus órdenes muy sencillamente, de eso no cabe duda —echó risitas—. Quiero ver qué ocurre si los saiyajines sobreviven todo ese tiempo y derrotan a Freezer.

    —¿Y para qué? —le preguntó el oráculo.

    —Oh ¡Jo jo! Es que cuando el señor Beers duerme, yo tengo mucho tiempo libre y me entero de todas las novedades de la galaxia, así puedo ir a tomar el té con mis amigos y chismorrear todo lo que quiero.

    —Ah…

    —Pero ahora mi interés es otro. Como ya me respondiste lo fuerte que llegó a ser un saiyajin, ojalá que aparezca uno igual. Así que quiero pedirte algo.

    Le mandó a hablar con Beers, cosa de que en medio de la conversación el oráculo predijera que en algunas décadas más aparecería un súper saiyajin “dios” y se enfrentaría con él. Un dios era la única clase de ser que quizá pudiera llegar al nivel de fuerza de su alumno.

    —¿Y en cuántos años más será? —preguntó la felina deidad.

    —Emm… no sé.

    —¿¡Cómo no sabes, pescado!?

    —Hum… voy a concentrarme mejor —se puso a pensar en que el deseo de Whis era que ojalá los saiyajin sobreviviesen más allá de la época en que Majin Boo surgiera, pero no le quedaba claro en cuánto tiempo más podría ser.

    Así que se dedicó a divagar en uso de sus poderes de adivinación.

    —Será dentro de 42 años —inventó.

    —¿42 años? Qué casualidad, justo el número de semillas que acabo de plantar.

    —De pronto las cosas se repiten místicamente —justificó el pez.

    —Sí sí, como digas. Ahora sé cuánto tiempo debo dormir. ¡Whis!

    Éste apareció de súbito.

    —Dígame mi señor.

    —Creo que ahora dormiré por 42 años. Tengo mis razones, así que pues… —el bostezo fue profundo— pues nada, ya me dio sueño.

    —¡Cuándo despierte, los árboles habrán crecido muy fuertes y firmes!

    —Ya ni siquiera me importa. Ahora programaré mi despertador, voy a instalar bombas para que exploten si no logro despertar.



    ¡Eso era perfecto! Beers hacía mucho tiempo que no hallaba un enemigo a su nivel, y ya era hora de planear un combate decente para él. Que si no, se volvería más mañoso cada vez e iría destruyendo planetas por ahí. Era su misión y lo necesario para mantener un equilibrio en la galaxia, pero había que ser comedido, de ahí que luego durmiese tanto tiempo.

    Con todos esos años, tal vez un súper saiyajin lograse hacerle frente a Freezer y llegar a vivir para toparse con Majin boo. No lo creía probable, pero si aquel guerrero era capaz de superar aquella amenaza, quizás tuviera el nivel para enfrentarse a Beers con una fracción de su poder, y eso ya le serviría para sacarle de su pereza.

    El dios de la destrucción no podía ser vago. Mejor mantenerlo con sueños y esperanzas.

    ---------------------------------

    Nota: considerando que luego de despertar Beers no sabe si el planeta Vegeta fue destruido o no, es que si despertó en el año 778 no puede haber dormido 39 años como cuenta la película. Como mínimo, tuvo que dormir 41 años y meses; mismo momento en que Vegeta tenía entre 4 o 5 años (en el flashback de la película aparece con apariencia mucho más adulta).
     
    Última edición: 27 Septiembre 2013
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    2 - Vigilando por la galaxia
    Ahora que al fin Beers había logrado conciliar el sueño, Whis podía ir a pasear por el universo y enterarse de los asuntos que le interesaban. Sin embargo, como el felino dios tiene siestas que duran décadas o siglos, puede tardar meses en lograr cerrar sus enormes ojos.

    —Tiene el sueño pesado, así que podré hacer de todo sin que moleste ¡Jo jo!

    Su siguiente destino iba a ser el planeta Vegeta, para así enterarse del supuesto poder oculto que guardaban los saiyajines. Pensaba hacer nacer una luna llena empujando algún asteroide o algo así; pero eso ya no iba a poder ser, pues al aparecer en dicho planeta sólo vio millares de fragmentos diseminados al azar. Beers tardó demasiado en quedarse dormido, y Freezer tuvo tiempo de reventar el planeta hasta volverlo añicos.

    —Entonces, me resta comprobar si sobrevivieron algunos de esos saiyajin… veamos.

    Hizo aparecer su báculo clarividente y en la esfera de su extremo comprobó visualmente la situación de algunos de ellos.

    —Hay un calvo, un sujeto con muchas greñas… ¡ah, sobrevivió el príncipe Vegeta! Supongo que si tiene sangre real, él deberá transformarse en un súper saiyajin.

    Nada interesante. Seguramente Freezer los tuviera de esclavos por años de años, o los mataría si intentaban sublevarse. En todo caso, veía a lo lejos una nave del ejército de Freezer, y sentía la energía de varios de sus hombres revisando los escombros.

    —Creo que están comprobando que nadie quedó vivo. Que mensos ¡Jo! no saben detectar el ki y esos rastreadores que usan son deficientes.

    Para que nadie le viera prefirió irse, no fuera a ser que uno de los soldados quisiera atacarle inútilmente.



    Pero en cambio se quedó flotando ahí, tenía algo más en mente. En caso de que sí exterminase un saiyajin a Freezer, seguramente éste iba a estar aburrido varios años y se dedicaría a destruir planetas por deporte. Eso hasta que alguien más fuerte apareciese, cosa difícil, así que sobreviviría para ser destruido por Boo en algún momento.

    —Creo que iré a buscar el huevo en donde los supremos kaiosamas lo dejaron. Creo que el planeta se llamaba… la Tierra. ¡Es un nombre tonto! Tierra…

    Mientras Beers no estaba despierto alguien debía encargarse del equilibrio en el universo, y la destrucción era parte de la creación. Tal vez el tal Majin Boo se encargase de ello por algún tiempo, sin saber, hasta que Beers despertase y se enfadara porque le estaban usurpando su trabajo.

    —O tal vez el supremo kaioshin del este intente evitar que despierten al huevecillo… no entienden que la destrucción es necesaria. Además ese kaio es del este, y el huevo está en la zona norte. Alguien debiera avisarle para que se ubique ¿no?

    —¿Con quién hablas?— le preguntó un soldado de Freezer.

    —¡Oh! no sé, iba hablando mientras flotaba en el espacio, horrenda criatura. Mejor me voy a visitar esa tal Tierra. ¡Pfff…

    Se tapó la boca para no reírse del nombre de aquel lejano mundo. Por suerte él conocía la técnica de teletransportación de los dioses, y apareció inmediatamente en el templo del dios de aquel planeta. Seguramente le debiera enseñar a Beers aquella técnica, pero si no lo estimulaba se volvería perezoso y la usaría hasta para ir al baño. Era mejor hacer ejercicio y viajar a través del espacio estelar.

    —Así que este es el palacio del dios de este mundo. Veamos… ¿dónde está el huevo?

    Sobrevoló intentando sentir la débil presencia que el huevecillo debería tener, pero no halló nada. El monstruo Boo estaba muy bien encerrado.

    —¡Hola!, ¿cómo has llegado al palacio de Kami-sama?— Le preguntó una negra figura que lo veía con ojos hipnóticos.

    Whis se acercó y el ser le preguntó por una prueba de confianza de Karin, que debía ser un pequeño objeto metálico. Como no la tenía, el personaje le dijo que sólo la gente autorizada podía llegar hasta el palacio, y le conminó a retirarse.

    —Ah, no tenía idea ¡Jo jo! Es que soy extraterrestre y vine a probar la comida de este mundo. ¿Hay buenos postres?

    —¡Coma postres abajo, venga!— el individuo comenzó a empujarlo con prisa— ¡Kami-sama no debe ver extraños en el templo!

    —Oh, ya me marcho, no sea tan descortés.

    —Ya vi que es capaz de volar, así que no importa que lo haga caer por un borde del templo.

    —Bien, bien…

    Por eso siempre ocultaba su energía, y así no involucrarse en los asuntos del universo. Mucho menos advertirles sobre el huevecillo que alojaba a Boo en su interior. Eso era labor del supremo kaioshin, aunque fuera del este y no del norte. En todo caso no había otros más, ¿cómo era que en el otro mundo no tenían alguien que fuera designando otros nuevos…



    Por suerte estaba espiando a escondidas hace millones de años cuando ocultaron el huevo donde dormía Boo, así que ahora le restaba ir al mismo sitio para corroborar que…

    —¡Aaah!, ¡mi cabeza! ¡Ayayayayaiii!

    Algún objeto volador había llegado desde el espacio y chocado con él. Eso de andar despistado pensando no era buena idea, y ahora tenía un enorme chichón; por suerte se le ocurrió un peinado muy a la moda para ocultarlo. Un copete bastante grande.

    —Mi cabecita… creo que el señor Beers se reirá de mi cuando me vea con este peinado. Pero él no tiene idea de moda, sobre todo desde que destruyó el planeta de la moda.

    El objeto era muy macizo, y ya había caído a la tierra formando un pequeño cráter en una zona montañosa plagada de bosques. Como observó gente, no era buena idea que le vieran flotando. El ki de los habitantes era tan bajo que tal vez nadie hubiese inventado la técnica de Bukujutsu.

    —Oh… yo he visto eso antes ¡Es una pequeña nave del ejército de Freezer!

    Así que con su báculo averiguó un poco, y comprobó que a bordo venía un pequeño saiyajin de temprana edad infantil.

    —¡Qué casualidad más grande que justo caiga en el planeta donde está el huevo de boo! Pero este pequeñito debe ser de clase baja, pues lo mandaron a un mundo donde todos son debiluchos.

    Tampoco es que importase mucho, pues en el planeta no había gente poderosa, y cuando Babidi y sus secuaces se diesen cuenta, migrarían con el huevo hacia otro mundo para lograr conseguir la suficiente energía y poder despertar a Boo.

    —Ojalá se tarden años. No convendría que renaciese ahora mismo, pues quiero que pelee contra un súper saiyajin, y eso no aparecerá hasta dentro de un tiempo.

    —¿Con quién hablas?— le preguntó un dinosaurio que pasaba, con enormes dientes.

    —Ah, es que acostumbro a hablar mientras camino, así mejoro mi carisma.

    —¡Pues no me importa, te voy a comer!

    —Míster dinosaurio… ¿sabe volar?

    —No.

    —Entonces adiós —y rió.

    Alzó el vuelo y se dirigió al lugar en donde debiera estar oculto el huevo, era una caverna a muchos kilómetros de profundidad así que ningún habitante lo lograría encontrar. No obstante, en la entrada por la superficie desde una pequeña cueva vio muchas estatuas de gente, y se le ocurrió qué pudo haber pasado.

    —Están erosionadas, así que están ahí desde hace muchos años. El rey del mundo de los demonios estuvo aquí para inspeccionar ¡Jojo! Entonces moveré las estatuas de su sitio, no vaya a ser que el supremo kaio del este venga a revisar; necesito que majin boo despierte para que pelee con algún súper saiyajin.

    Su plan era rebuscado, pero tenía la esperanza de encontrar un contrincante a la altura del señor Beers. Y en caso de no ser un saiyajin, quizá Boo todavía pudiera absorber a sus enemigos como lo hizo en aquella batalla en el planeta supremo, y volverse más fuerte.

    —Va a ser la forma de entrenar al señor Beers, o se va a volver cada vez más haragán y necesitaré un remplazo.

    El problema es que si nadie que le pudiera propinar un golpe aparecía, tampoco era posible que luego apareciese otro dios de la destrucción a cogerle el puesto. Eso era un lío, pero mejor era dejar de inmiscuirse en los asuntos de las criaturas normales, o alguna deidad se daría cuenta de que estaba alterando el libre actuar en el universo.

    —Con saber que el huevo está intacto me vale.— Lo tocó para comprobar cuánta energía le haría falta a Boo para despertar— Oh, es mucha energía. Me doy cuenta de que si sufre un fuerte impacto puede renacer sin la necesaria, y ser un bodrio de guerrero.

    Eso era un problema, pues si había llegado un saiyajin, entonces éste al volverse adulto mataría a todos los habitantes del mundo y luego el planeta quedaría bajo el dominio de Freezer. Y con Freezer nunca se sabía, si no le daban un buen dinero por el planeta lo podría hacer estallar, y Boo nacer sin la suficiente fuerza.

    —Y no puedo matar a Freezer yo, porque los dioses o el señor Beers se fijarían en ello, y además es mejor que lo derrote un saiyajin, para que todo marche de acuerdo a mi plan.

    Sonrió pero no avanzó a las risas, pues la cueva estaba muy oscura y fría. Podría resfriarse o algo similar.

    —Mejor me marcho, suerte que el señor Beers le prohibió a Freezer destruir demasiados planetas.



    Ahora, a observar todo en silencio y comer hasta hartarse. Mientras Beers dormía, él podía aprovechar de comer los más deliciosos manjares sin que tuviera que compartirlos con él.

    -------------------------------------

    Nota: Últimamente Akira Toriyama ha estado publicando su nuevo manga "Jaco galactic patrolman", el cual resultó ser una precuela de Dragon Ball. Cerca de final, la nave de Goku se estrella y el abuelo Gohan la encuentra, pero a diferencia de lo siempre dicho, Goku no llega como bebé. Llega a muy temprana edad y con armaduras de saiyajin.
    Eso contradice al animé, a las Ovas y a la percepción que todos tienen del manga, pero como Jaco es una obra 100% Toriyama, es parte del canon de DB y por lo tanto me ciño a los acontecimientos de éste.
     
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    3 - Sueño premonitorio
    A pesar de estar metido en un profundo letargo, algo le indicaba que debía despertar… tal vez un extraño presentimiento, o mucho más probable que fuese una explosión cercana y bastante fuerte. El sonido le sacó de su siesta, pero aún no estaba lo suficientemente animoso como para levantarse y posar los pies en tierra firme. Ahora estaba en su pequeña isla flotante, encima de su cama real. Él tenía el sueño tan pesado que no interesaba si dormía en el suelo o en una cama muy cómoda, era igual, pero mejor mantener la elegancia y usar la cama.

    Sintió la presencia de Whis aproximarse desde abajo, lentamente. Otra bomba explotó, y él bostezó.

    —Despierte por favor, señor Beers. Fue usted mismo quien programó estas bombas para que lo alertaran.

    Un segundo más de sueño no iba a ser posible, pero aún quería dormir.

    —Si no se levanta pronto me veré obligado a… —fue interrumpido por dos explosiones más.

    —Ya sé, ya sé… —tapó sus grandes orejas, pero eso no iba a servirle para nada.

    —Oh, no esperaré que pase lo mismo de la vez anterior y se quede dormido por 15 años más. Ya basta de ser tan haragán por las mañanas; si no se levanta, me veré obligado a dedicarle una canción para que se anime ¡ensayé bastante!

    —Ay no…

    Whis sacó de algún lado un micrófono y le subió el volumen para hacerse oír por encima de las explosiones que amenazaban con derrumbar la pequeña isla flotante y otras en las cercanías.

    —¡Ya entendí, ya voy!

    Con desanimo el morado felino se dejó caer de su cama, pasando por su isla flotadora y cayendo directamente hacia otra unos metros más allá. Como eso no era un porrazo para el dios de la destrucción, no importaba seguir bajando con tal grado de cansancio, pero al fin se decidió a caminar. El problema es que cuando lo hizo… ya no había una pequeña isla bajo él, y dio un maullido luego de caerse al suelo.



    Beers se acercó a Whis escalando por una pequeña subida de tierra, pero sus bostezos pudieron más y acabó rodando hacia él, lamiéndose un brazo. Era un felino y necesitaba asearse luego de su siestecita.

    —Hace mucho que no tomaba una siesta como esa —se limpiaba— aunque creo que dormí muy poco.

    —Sólo usted es quien decide el tiempo que se mantiene dormido, señor Beers.

    —Sí, es que existe un asunto que me intriga.

    Pero no le dijo de qué se trataba hasta que por fin se quitó su pijama viejo y se aseó correctamente. Ahora, un gran banquete era su desayuno. Tenía que entrarle en provecho porque su trabajo como dios de la destrucción debía empezar. Sin embargo, esta vez Whis no le acompañó a la mesa, pues quizá había comido antes, o debía encargarse de alimentar a los grandes peces, ballenas y tiburones del acuario gigante que había en el comedor.

    —A propósito de destrucción ¿Freezer destruyó el planeta Vegeta en lo que estuve dormido, me hizo ese favor?

    Whis le contestó mientras cortaba unas carnes que se veían muy jugosas.

    —Sí, y a toda la gente que vivía allí.

    —Ya veo, ya veo. ¡Después de todo ese Rey Vegeta era bastante molesto! aunque preferiría haber destruido yo mismo el planeta Vegeta.

    Whis le acercó la carne escuchándole sin decir nada. No quería interrumpir el buen humor del dios, puesto que de pronto ese humor no era muy duradero.

    —En todo caso era un mundo bastante lejano —prosiguió el gato, observando tentado esa carne—, hubiera sido una molestia ir hasta allá. Me gustaría ir teletransportándome por ahí como hacen los kaioshin.

    —Así no tendría gracia viajar, señor Beers.

    —Por cierto, ese Freezer es un tipo bastante perverso y encima creído. Definitivamente lo destruiré si me lo vuelvo a encontrar.

    Como pensó, la carne sí estaba muy blanda y jugosa, toda una delicia y un muy buen desayuno. Mientras masticaba Whis le dio una noticia importante.

    —Creo que no podrá hacer eso, pues Freezer ya fue derrotado.

    Eso causó que la felina deidad tragara muy rápido para replicar.

    —¿Qué?, ¿acaso hubo alguien capaz de derrotar a Freezer?

    —Deme un segundo por favor.

    Whis hizo aparecer su cetro por arte de magia y con ayuda de éste desplegó unas imágenes sobre aquel combate, el cual tuvo lugar hace muchos años. En ellas apareció Freezer, quien se veía bastante distinto a lo que Beers recordaba.

    —Oh, seguramente debe estar en su forma final con todo su poder; aunque tiene parte metálicas. ¿Y aquel otro quién es?

    Un guerrero de vestimentas muy extrañas apareció de la nada, y habló por unos momentos con aquel que pretendía ser el emperador de la galaxia. No se oían las voces, pero quedó claro que Freezer no estuvo de acuerdo con algo y se lanzó con una risa sardónica hacia su contrincante, quien de pronto volvió su cabellera amarilla y se defendió del golpe.

    —Ese es un saiyajin —contestó Whis—. Es son Goku, o también llamado Kakarotto.

    —Sus ropas son del planeta Yadrat ¿no? Tal vez ahí aprendió esa técnica especial. En un momento estaba, y en el otro no.

    —¡Oh! Le aseguro que esas criaturas de Yadrat no tienen absolutamente ninguna habilidad que valga la pena.

    En todo caso, Beers dejó de darle interés a ese pequeño asunto.

    —Mmmm… —era extraña otra cosa— ¿Qué acaso los saiyajines no fueron todos destruidos junto con el planeta Vegeta?

    —Casi todos, pero algunos no y viven en otro mundo.

    Las imágenes continuaban, y Freezer repartió algunos golpes pero el saiyajin era bastante hábil y fue capaz de bloquearlos. Pilló a Freezer con la defensa baja y le propinó un rodillazo y luego con un giro una patada en el cuello que lo mandó hacia el piso, rebotando sobre algunos de sus soldados, los que murieron en el acto.

    —Me parece muy raro ¿No eran los saiyajines de cabello oscuro? Además, que hayan derrotado a Freezer…

    —Los saiyajin que sobrevivieron descubrieron su potencial, el súper saiyajin. —Le explicó Whis con toda calma, viendo como Beers desintegraba en arena un huevo que le había demorado 10 horas en cocinar.

    —¿Qué? ¿Súper saiyajin? —eso le resultó curioso al dios— ¿Súper saiyajin…?

    Entonces recordó el motivo por el que su letargo duró tan poco.

    —¡Ya veo! Así que de él se trataba…

    —¿A qué se refiere, señor Beers?

    Mientras jugueteaba en su asiento yendo por todos lados, le explicó.

    —Este… me refiero al súper saiyajin… súper saiyajin… ¡Dios! —por fin su memoria estaba clara— Lo vi en un sueño, en él yo me enfrentaba contra el dios súper saiyajin.

    —¿Eh…

    —Parece que no lo comprendes. Fue un sueño premonitorio ¡Premonitorio!

    Ojalá que Beers mantuviera su calma y buen humor, pues todavía no había comido todo su desayuno; en realidad apenas había probado bocado.

    —¿Un sueño? —ya no era necesario proyectar tantas imágenes, además el nivel de la batalla era inferior— Entonces señor Beers, creo que las expectativas de ese sueño no son muy altas.

    El dios se acomodó en su silla y Whis replicó.

    —¿Acaso no recuerda ese otro sueño en donde me vio con otro estilo de peinado? ¡Si yo siempre he usado este copete!

    —Me estás queriendo tratar de tonto —se enfadó— ¡Entonces vamos! me acompañarás.

    Se dirigieron ambos hacia la superficie del jardín de residencia del dios de la destrucción, el cual era un sitio inmenso dentro de una nebulosa plagada de magia y especies raras de árboles, con frutos asombrosos. Allí caminaron a orillas del lago, y Beers se impacientó llamando al pez oráculo, el cual tardó bastante en llegar pero con gran prisa, tanta que chocó en el pasto. Ahora no nadaba en el lago, sino que viajaba subido en su pequeño báculo, que resultó ser más grande que él.

    —Oh ¿qué pasa? —dijo componiéndose.

    —Tú me dijiste esto hace 42 años —aseguró el felino—; que en este momento aparecería un gran adversario.

    —¿Huh… ¿eso dije?

    —Sí que lo dijiste…

    El oráculo trató de acordarse y miró hacia un planeta en el cielo buscando en su memoria. Entonces se acordó de lo que Whis le había pedido.

    —Ah… sí, eso dije.

    —¿Ves? —volteó Beers— Si la profecía del oráculo y mi sueño premonitorio concuerdan, ese guerrero aparecerá… ¡El súper saiyajin dios!

    Y se veía muy eufórico por eso. ¡Al fin un posible adversario con el que enfrentarse en igualdad de condiciones! Ya había pasado mucho tiempo desde que había tenido que luchar en serio, y ésta era la oportunidad luego de años y años.

    Pero Whis estaba escéptico, y mientras el felino aprovechaba de subirse a saltos por un tronco ya viejo, su ayudante le agradeció al pez por seguir su plan, y lo mandó de vuelta al lago para que chapoteara.

    —Se me hace imposible de asimilar un enemigo que sea capaz de hacerle frente a usted —aseguró.

    —Bueno —estiró las piernas—, si una premonición y una profecía lo dicen ¡entonces esta vez aparecerá alguien interesante!

    —Así que por eso se despertó tan rápido… entonces, supongo que querrá ir a hacerle una visita a esos saiyajines.

    —Por supuesto —de hecho estaba impaciente—, ya que debo buscar a ese súper saiyajin dios.

    —Ese súper saiyajin dios parece una simple tontería —le contrarió Whis, ya sobre una de las ramas.

    Pero era la voluntad de Beers el dios de la destrucción, y por tanto le ayudaría a encontrarlos. Con la esfera al borde de su báculo indagó, y apareció la imagen de la Tierra, el sitio en donde vivían en aquel momento. Acercó la vista y explicó.

    —¡Ya los encontré! Los saiyajines supervivientes se encuentran en el sector 4030 punto 877. El planeta se llama Tierra —ya no le daba gracia el nombre—. Ahí viven sólo 2 de ellos.

    —¿Tierra? —Maulló Beers— Nunca había oído hablar de ella.

    Whis prestó más atención y dio las malas noticias.

    —Pero, no veo por ningún lugar al saiyajin que destruyó a Freezer, señor Beers. Y los otros dos parecen ser ambos mestizos, no tienen sangre pura de saiyajin.

    —¿Eh? —Beers se arrojó hacia el suelo por la sorpresa, y de un giro en el aire logró caer de pie— Así que entonces el saiyajin de mi sueño no tiene que ver con aquel que venció a Freezer. ¡Bueno, habrá que ver entonces a esos otros dos! Aunque sean mestizos.

    —¡Entonces vayamos! —no tenía sentido para Whis, pero estaba alegre de que su alumno hiciera algo de trabajo y además salieran juntos luego de tantas décadas. El chismorreo ya no estaba interesante como antes, le serviría de pasatiempo y quizás algo sacara Beers de provecho también. El felino se aferró a la espalda de Whis, y partieron rumbo a ese tal planeta Tierra.

    -----------------------------------

    Nota: Yo comencé el fanfic antes de que se filtrase la película doblada en español latino, o se estrenara en sudámerica. Es por eso que aunque este capítulo es en su mayor parte un calco de las primeras escenas de BoG, los diálogos no son exactamente iguales. Además tiene de mi cosecha para que todo enmarque dentro de mi historia.
     
  4.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

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    :) Perdón por la tardanza en responder a la invitación, he tenido algunos problemitas de salud y he pasado casi todo mi tiempo en el hospital, pero ya estoy bien y dije: Hora de leer!!!!!!!!!!!

    Primero, debo aclarar que no he visto la película por las razones que explique antes pero, me han dado tantas ganas de verla, tu escrito me motivo a verla ;) de una vez por todas, un fic muy cómico, al puro estilo DBZ, jajaja. Ya quiero leer la continuación. Seguro estará genial.
    Finalmente entiendo por qué reviven a Boo, es tan adorable, jajaja, no puedo evitar reir al recordarlo junto a Mr. Satán XD. Son un par de locura.
    Y ese Dios gato de la destrucción, es todo un loquillos, jejeje, igual a un gato XD. Perezoso y dormilón. :/ por cierto, noté que es muy parecido a Goku, solo buscan oponentes fuertes :) para pelear. Sin embargo, seguro Vegeta saldrá con alguna de sus objeciones cuando Beers aparezca, seguro querrá ser el héroe XD una vez más.
    No he notado faltas ortográficas ;) Felicitaciones, y la narración es muy entretenida y llamativa.
    Eres de Chile, yo tengo un muy buen amigo que vive allá, tienen el mismo dialecto, es tan interesante y llamativo, muy distinto al de mi país.
    Sin más que decir, me despido.
    Saludos.
     
  5.  
    LhaurgigSesnas

    LhaurgigSesnas Entusiasta

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    La interminable búsqueda de Beers, el gato dios
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    El dialecto que tenemos en Chile es bastante feo xDDD
    Gracias por comentar!

    4 - Mundo devastado
    El viaje fue bastante largo, pero finalmente estaban en la Tierra. Desde el espacio, se podía ver que se trataba de un mundo bastante feo, además estaba lleno de cráteres de impacto y mares.

    —¿Y por qué se llama Tierra entonces? —se quejó Beers, pero le restó importancia— Veo que Freezer logró devastar el planeta antes de que lo vencieran.

    —Eso no fue así, señor. Freezer fue derrotado a los pocos momentos de llegar a posar su nave sobre la superficie.

    —Es todo muy extraño —pero la segunda idea era obvia—. Entonces los saiyajines sobrevivientes devastaron el mundo.

    —Es probable, pero no averiguaremos eso flotando en el espacio —echó una risita— ¿Es capaz de percibir esa presencia, señor Beers? Aquí hay un ser proveniente del otro mundo. A veces, los planetas tienen templos de Kami-sama, y hay un ayudante para ese dios, tal como usted y yo.

    Se dirigieron al templo de Kami-sama, el cual también se veía completamente arruinado. El piso estaba resquebrajado, las palmeras totalmente rotas o con las raíces expuestas, incluso faltaba la mitad del templo, y el palacio de Dios también estaba dañado. Daba la impresión de que si alguien se apoyaba en un muro, éste cedería.

    —Parece que dios no ha hecho un buen trabajo ¿Eh? —le pareció chistoso a Beers— Vamos a entrar.

    Se acercaron tranquilamente hasta el palacio, pero de entre una pila de escombros apareció un personaje de apariencia felina, el cual cojeando y con un bastón de madera muy raro, avanzó hacia ellos.

    —Oh, ¿cuál es su asunto en el palacio de Kami-sama?

    Whis lo encontró maravilloso.

    —¡Jo jo! ¿Ustedes dos deben ser parientes, no? Ambos son gatitos.

    —Cómo se te ocurre decirme gatito… —a Beers le desagradaba tal grado de confianza.

    —¡Yo tampoco soy ningún gatito! —se quejó el duende Karin—, ¡por si no lo sabes, yo soy el dios de este planeta!

    —¿En serio? —el felino morado se le acercó— Pues yo soy Beers, el dios de la destrucción.

    E hizo algo para confirmarlo.

    —¿Eres capaz de sentir mi ki?

    Karin se sobresaltó sobremanera con la presencia que de pronto emitió el otro ser gatuno, y le quedó perfectamente claro que estaba ante una deidad importante, no sólo para la tierra sino que para el universo entero.

    —¡Usted es… es…

    —Mucho gusto —le estrechó la mano Beers—. Hemos venido porque estamos investigando un asunto importante.

    —¡Ejem! Pero antes, nos gustaría probar la comida de este planeta —sonrió Whis— ¡Siempre es mejor conversar las cosas con una buena cena!

    Beers acababa de desayunar, pero eso no era impedimento para probar la comida de lugares exóticos como un planeta que se llamaba igual que la tierra. No estaba todo muy sabroso, pero con el planeta completamente devastado, era obvio que incluso el mejor cocinero iba a ser incapaz de preparar nada muy bueno. Seguramente ya ni granjas había, o fábricas.

    —Me las arreglo con lo poco que hay —explicó Mr. Popo, quien estaba sumamente tranquilo; mucho menos alarmado que Karin.

    Él vio a Whis y abrió un poco más los ojos luego de reconocerlo, pero éste le hizo una seña para que no dijese nada. El dios destructor estaba muy concentrado tomando algo llamado “bebida cola” como para haberlo visto.

    —Y bien —se relajó Beers luego de tomar el trago— veo que nadie de este mundo fue capaz de parar a los saiyajines.

    Karin respondió un poco sorprendido que eso no era así, y que la destrucción no vino de parte de ellos.

    —Se trata de dos androides —se involucró Popo, sirviendo jamón— ellos fueron más fuertes que los saiyajines, y tan malvados que una vez los derrotaron destruyeron toda la tierra, incluso el palacio de Kami-sama.

    —Así que entonces soy el nuevo kami-sama por esa razón, señor Beers.

    Karin al parecer ascendió a ser dios pues era el único apto para el cargo después de que todos muriesen. Según Whis, míster Popo era un ser proveniente del otro mundo, así que él mismo no podía tomar el cargo de Dios, debía ser un habitante del mismo planeta.

    —¿Entonces, los saiyajines que incluso son más fuertes que Freezer, no pudieron hacer nada frente a unos androides? —Beers se rascó una mejilla— Curioso, curioso…

    —¿De dónde salió un poder tan grande? —Preguntó Whis, pero a nadie sino que para sí— Es difícil creer que aparecieran guerreros superiores a Freezer, y que luego incluso ellos sean asesinados.

    —¿Vinieron de algún planeta con una tecnología muy avanzada? —quiso saber Beers, cortando un trozo de carne reseca con una uña en lugar de usar cuchillo.

    Karin les explicó que los androides habían sido creados en la misma Tierra, por un científico perverso de una organización llamada la Red Ribbon. Luego, los androides fueron desobedientes a su propio creador y lo asesinaron. Ahora A-17 y A-18 estaban sueltos por el mundo haciendo de las suyas.

    Beers y Whis intercambiaron miradas, y el felino morado acabó soltando una pequeña risa irónica.

    —¿Y eso qué, Whis? Por la forma en que está arrasada la superficie, se ve que no están organizados de ninguna forma, incluso son menos preocupantes que Freezer. Lo que me interesa son los 2 saiyajines que no fueron exterminados.

    —¿Se refiere a Gohan y Trunks? —a Karin se les escapó el nombre de ellos.

    —¡Gohan y Trunks!

    Whis volvió a hacer aparecer su báculo y lo usó para darle una sazón especial a la comida. Pero lo más importante era proyectar imágenes de ambos guerreros.

    —No estoy aquí para ayudarles de ninguna forma —explicó Beers comiendo filete—. La destrucción es una parte importante del universo, y no puede ser lindo todo. Es necesario que de pronto surjan enemigos como esos, y que destruyan el planeta entero si quieren.

    Eso le quitó muchas esperanzas a Karin y Mr. Popo, pero Beers no quiso empatizar con su pesar y continuó adelante.

    —Por cierto, ¿no sabrán algo de un súper saiyajin dios?

    —¿Súper saiyajin dios? No, sólo sabemos qué es un súper saiyajin, pero no sé qué será el dios.

    —Creo que su sueño premonitorio es sugestión suya, señor Beers —insistió Whis—. No debe existir ningún ser como el que usted indica.

    —Yo estoy seguro de lo que soñé —ya era cansina aquella polémica—. Bueno, si no saben ustedes deberemos ir a preguntarles a los mismos saiyajines.

    Whis observó en su báculo cómo es que uno de ellos ya se aproximaba hacia el templo sagrado. Es posible que haya percibido el incremento de ki del dios de la destrucción, y por ello se interesó en investigar.

    —Entonces comamos tranquilamente hasta que llegue aquí —sugirió Beers— la carne está un poco dura, pero la puedo ablandar.

    Y empezó a dar de golpes a la carne, aunque cuidó su fuerza para no romper la mesa.

    —No sea tan violento con sus alimentos, señor.

    —Bueno, bueno… en todo caso, quiero saber el nivel de poder de esos androides raros. Hasta que aparezca el dios súper saiyajin, tal vez sean oponentes interesantes.

    El ki de ambos robots no era posible de sentir, así que Whis averiguó en base a lo poco que pudo ver de ellos en aquel momento. No parecía que fueran demasiado amenazadores, aunque sí que eran superiores a Freezer y por una buena diferencia.

    —Pero le recuerdo señor, que incluso los saiyajines fueron derrotados, así que usted podría vencer a todos ellos con el dedo meñique del pie izquierdo.

    —Últimamente no he ejercitado mucho mis dedos. ¡Y si son más débiles que eso, destruiré este planeta! Ni siquiera tienen buena comida.

    Además Whis sabía que si inventaron androides superiores cada uno en poder a Freezer, el planeta tenía una tecnología mucho más alta de lo que parecía, y eso podía ser un problema si las cosas se tornaban peor. Pero él no debía interferir en esos asuntos, así que no fundamentó nada a favor de la destrucción del mundo.

    Karin iba a decir algo para calmar al dios de la destrucción, pero éste entonces se tomó el mentón y se puso a pensar.

    —Aunque ahora que lo pienso bien, en mi sueño yo peleaba contra un súper saiyajin dios, y al ver la batalla en que Freezer perdió, tuve un presentimiento muy fuerte de que era él aquel sujeto. ¿Kakaroteno, karraca, karkacha, karacol…

    —Kakarotto. —Le recordó Whis— Pero está muerto ahora.

    —¿Eso qué? —Se ofuscó el felino— Si está muerto y venció a Freezer, tal vez el grandote ese, el rojo barbón del escritorio le haya permitido mantener su cuerpo…

    —Enma daio —puntualizó su ayudante.

    —Cómo sea, ya sabes que no acostumbro a ir al otro mundo.

    —¡Es verdad! —Karin tomó nota de aquel comentario, y se alegró bastante, tanto que botó su bastón y se cayó al suelo pues estaba cojo.

    —¡Le ayudo a levantarse, Kami-sama!

    Luego de aquel percance, Karin se sacudió su pelaje y les dijo.

    —Eso me da una pequeña esperanza… ¡traer a Son Goku de vuelta por sólo un día!

    Whis así lo confirmó. En algunas ocasiones, la gente que ha conservado su cuerpo en el más allá tiene la posibilidad de venir de visita al mundo de los vivos, pero solamente un día y nada más que eso. Si pudo conservar su cuerpo ese tal Son Goku, o Kakarotto, entonces era factible hacerle venir por unas horas.

    —¡Así podrá combatir conmigo, si resulta ser un súper saiyajin dios! Si estuvo entrenando sin parar en el otro mundo, tal vez sea más fuerte que esos 2 saiyajines que aún quedan vivos en este roñoso planeta.

    Karin no lo había pensado en ese modo, y tuvo una idea. No obstante, pronto se dio cuenta de que era imposible, y así Mr. Popo se los confirmó a todos.

    —Son Goku falleció debido a una enfermedad del corazón, y sólo puede venir desde el otro mundo alguien que haya tenido un final violento, o un accidente. Así que Son Goku no puede visitar, es imposible.

    —Oh… —eso no eran buenas noticias para la Tierra, no por el hecho de que no podría haber un salvador improvisado que venciera a los androides, sino porque Beers acabaría destruyendo el mundo. Parecía alguien muy decidido pero caprichoso, así que había que intentar que él no se fijara en mente esa idea.

    —Díganme, ¿algún otro saiyajin aparte de Goku logró convertirse en un súper saiyajin?

    —Sí… aparte del joven Gohan y Trunks, también lo logró Vegeta y se sorprendió mucho, pues el legendario súper saiyajin sólo podía ser uno solo. Él también murió peleando contra los androides.

    —¡Ah! El príncipe Vegeta… Whis ¿Crees que él haya podido conservar su cuerpo luego de morir?

    —Un segundo por favor.

    Se concentró mucho más, pues abarcar el otro mundo era ya mayor trabajo. No obstante por mucho que indagó, no halló nada referente a él.

    —Lo siento mucho, señor Beers. Al parecer el príncipe Vegeta no conservó su cuerpo, pues no tenía pensamientos completamente puros. Así que luego de pasar un año, su alma reencarnó y su esencia desapareció para siempre.

    —Entonces tendrá que ser ese tal Gohan, aunque… —echó una pequeña risa encubierta. Whis se negaría a ello, pero si el tal Gohan no cumplía sus expectativas, era la única manera de poder indagar más respecto al famoso súper saiyajin dios, aquel que apareció en su sueño.
    ------------------------------------------------

    Nota: A diferencia de BoG, aquí la gente es capaz de sentir el ki de Beers y Whis, pues no le vi la lógica a aquello de "no sentir el ki de un dios", siendo que a Kaioshin todos lo podían percibir en la saga de Boo. Lo de que Goku no pueda venir desde el otro mundo intenta rellenar un vacío en la historia de Trunks del futuro, explicando por qué no vino un día de visita a cargarse a los androides (si es que conservó su cuerpo).
     
  6.  
    Shassel

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    Gran giro :O, no puedo creer que Goku esté muerto, Vegeta también, siempre me pregunté que pasaría si ganaban los androides y wuuuaaa, que horrible, definitivamente no me lo esperaba.
    Ahora que por fin!!!! logré ver la película me agrada más tu fic, y creo que me malinterpretaste, no quise decir que los chilenos tengan un feo dialecto, sino todo lo contrario :)
    Tienes razón, no tiene sentido que nadie pueda sentir el ki de los dioses.
    Esos dioses son todo un caso, jajaja, solo les gusta comer y luchar, muy parecidos a Goku.
    Todo dependerá de Gohan!!!! me pregunto como afrontará tal responsabilidad?
    Me ha agradado mucho el capítulo, esperaré con gusto la continuación.
    Saludos :)
     
  7.  
    InunoTaisho

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    Me gusta como estás manejando la historia... ese Whiss sin perder su sentido del humor, cae bien, y Beers no se queda atrás a pesar de portarse algo cruel y sin sentimientos, con el único deseo de probar que tan fuerte es ese Súper Saiyajin dios con el que soñó. Me agrada el punto en que el Ki de estos dioses pueda sentirse como es usual en el mundo DB, y también que hayas respetado el hecho de que Gokú y Vegeta no pudieran revivir, así que he de imaginar que Gohan les comentará algo sobre la máquina del tiempo que está diseñando Bulma, por lo que ellos retomarán esa línea en la época tal y como aparece en la película. Espero no spoliar la historia... jejeje. Buen trabajo y mucho éxito con el fic, yo aún no veo la película por completo por falta de tiempo y fallas en mi red... XD.
     
  8.  
    LhaurgigSesnas

    LhaurgigSesnas Entusiasta

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    No me referiré a lo que ocurra más adelante ^^
    En todo caso, me disculparán el nombnre del capítulo de hoy, pero...


    5 - El fracaso de Gohan
    La comida no estaba realmente buena, pero Beers no era tan mañoso como parecía, y decidió terminar de comerse una pierna de dinosaurio, la cual tomó directo desde el hueso para salir a las afueras del templo a ver cómo era el tal Gohan, uno de los dos saiyajines vivos que podían hacer aquello del cabello rubio.

    —¿No es un poco descortés pelear contra alguien sin dejar de comer? —le dijo Whis al oído.

    —Ya lo sé, lo sé. Si es meritorio de un buen combate, entonces dejaré la comida de lado ¡Pero no te la comas tú, la llevaremos de vuelta!

    —Oh, yo pensé que la comida de este lugar no le había gustado.

    —No puedo exigir mucho de un planeta al que tengo ganas de destruir —se estrechó de hombros.

    Karin escuchó los susurros, y tenía una pequeña idea que no supo si le podría ser de utilidad. Más bien, era una remota esperanza que evitaría la destrucción de la Tierra. Ahora se presentaba una nueva e inesperada amenaza, incluso peor que ambos androides juntos. Número 17 y 18 no tenían intención alguna de destruir la Tierra, sin embargo era posible que el dios sí lo hiciera, pues era de un temperamento bastante cambiante.

    —Debo impedirlo a toda costa —pensó Karin— tal vez me traiga problemas con el señor Enma, pero ahora yo soy el dios de este planeta, y debo protegerlo incluso de Beers.



    Por fin aparecía Gohan con una expresión preocupada en su rostro herido. Había comprobado el inmenso ki de alguno de aquellos dos sujetos extraños, sin embargo, no era capaz de definir por la energía si aquella persona tenía buenas o malas intenciones.

    —Oh ¡Gohan, así que es verdad que sufriste un gran daño!— Karin se impactó al comprobar el estado en que venía el guerrero.

    —Esto fue por causa de los androides.

    Beers se le acercó sin dejar de comer, rodeándole y viéndolo desde todos los ángulos posibles. Tenía que asegurarse de que aquel joven guerrero podía convertirse en el dios de su sueño.

    —Mmm… ¿Whis?

    —Dígame señor —se acercó él, sin preocuparse de la expresión atónita de Gohan.

    —Hasta donde yo recuerdo, los saiyajines tienen dos brazos y dos piernas ¿Verdad?

    El guerrero interrumpió la contestación de Whis sintiéndose ofendido.

    —¿Qué es lo que dices? ¡Por si no lo sabes, he estado defendiendo la Tierra a como dé lugar!

    —Entonces perdiste tu brazo izquierdo, y tu cola —aseguró Beers dando un mordisco a su carne—. En ese estado, es difícil que tú seas un gran guerrero.

    —¿Cómo dice…

    Pero Gohan debió tragarse el poco orgullo que ya le estaba quedando.

    —Tienes razón. No he sido capaz de hacerle daño a ninguno de los androides, a pesar de haberme esforzado toda mi vida para derrotarlos.

    Y preguntó con rabia a Karin quién era ese otro felino tan raro.

    —¡Gohan, no seas tan descortés! Él es… él es Beers, el dios de la destrucción. Él está incluso por encima de Kaiosama, ¿lo recuerdas?

    Al escuchar eso el joven retrocedió de un salto y se puso en guardia. A Whis aquello le causó gracia.

    —¿Eres un dios de la destrucción? ¡No gracias, aquí ya tenemos suficiente de eso! ¿Qué es lo que quieres en este planeta?

    —Ya veo… entonces estás predispuesto a ser un enemigo mío.

    —¡Claro que no, señor Beers!, ¡claro que no! —se le aproximó nervioso el nuevo kami-sama— ¡Él sólo está a la defensiva porque ha tenido una vida dura y llena de combates peligrosos! No está queriendo ser su enemigo.

    —Dime algo —se le volvió a aproximar la deidad— ¿Tú sabes algo acerca de un súper saiyajin dios?

    —¿Qué? No, no sé nada —no bajaba su postura.

    Beers entonces dio una risa presumida.

    —Ya pudiste sentir una pequeña fracción de mi fuerza ¿no? ¿Y crees que sacarás algo si yo decido que este es el fin de la Tierra?

    —¡No te dejaré pronunciar esas palabras ni de broma!

    —Mantén la calma, Gohan —le pidió Karin— no hay que hacer un conflicto de esto.

    Mientras tanto, Mr. Popo se mantenía en silencio, mirando siempre muy detenidamente a Whis, sin pestañear ni quitar la vista. Su rostro era pura serenidad y calma, incluso cuando la Tierra entera estaba próxima a volverse un montón de polvo espacial.

    —Tal vez se refieran a que un súper saiyajin se transformará en el Dios de este planeta —tuvo de idea—. Los saiyajines ya no son malos de corazón, luchan por la justicia; y ya no tienen cola tampoco.

    Karin no se molestó del comentario, pues era claro que él estaba haciendo las funciones de kami-sama al ser el indicado ahora que no había nadie más. Incluso, supo que hacía años, el anterior Kami-sama que dio origen a Piccolo Daimaoh quiso a Goku como remplazante. ¡No era una idea descabellada!

    —¡Puede ser verdad! el individuo que usted vaticina se refiere a un súper saiyajin que se vuelve Kami-sama.

    A Gohan pareció importarle aquella idea, no obstante Beers les negó eso moviendo un dedo a la vez que caminaba por el lugar, reflexionando.

    —No no. No es un súper saiyajin kami-sama, es un súper saiyajin que es dios entre los mismos saiyajines. Sólo así tendría suficiente poder para batirse conmigo.

    Arrojó de improviso la pierna de dinosaurio en dirección a Gohan, con tal fuerza que era suficiente para herir al guerrero. No obstante éste logró eludirla, y el trozo de carne atravesó el piso del templo, haciendo un agujero y cayendo en picada.

    —Ay… —se ofuscó Whis— usted dijo que iba a guardar eso; ahora iré a buscarlo.

    Se aproximó caminando a un paso relajado hacia otro de los agujeros del templo, y con cuidado empezó a bajar teniendo precaución de no ensuciarse la ropa con los escombros. Mr. Popo se quedó esperando a un lado de las grietas.

    —Muéstrame eso que llaman “súper saiyajin” —pidió Beers— así comprobaré si eres aquel de mi sueño.

    —Al final… acabaremos teniendo un combate. —Emitió toda su energía de golpe y levantó el polvo en el lugar. Karin incluso tuvo cuidado de alejarse un poco— ¿Y qué, soy lo suficientemente poderoso?

    —Es evidente que no. Pero venga, intenta darme un golpe. ¡Para que sea justo, yo tampoco usaré mi brazo izquierdo! —Y se lo llevó a la espalda— No me malentiendas, no voy a tener consideración.

    —¿Será una broma… —pensó Gohan— ¡Sólo juega conmigo!

    Pero vio a Karin desde su lugar haciéndole gestos para que no se tomara como una burla aquello que Beers dijo sobre su brazo. También volteó la cabeza para mirar a Popo, pero él no hacía nada más que estar parado como estatua.

    ¡En ese momento se dio cuenta de que eso era un absoluto descuido, y retrocedió nuevamente con un salto! Al volver a mirar al frente Beers se abalanzaba en su contra, así que voló directamente hacia arriba para cubrirse con sus pantorrillas en caso necesario. En cambio, Beers ascendió muchísimo más rápido y se le puso por encima para propinarle un golpe. Demasiado rápido como para eludirlo, la única opción era bloquearlo y al intentarlo… ¡no tenía su brazo!



    Cayó directamente hacia el piso resquebrajado del templo, y Mr. Popo al fin reaccionó para alejarse de la polvareda que se levantó. En cuando se despejara, volvería a ubicarse en su sitio junto al agujero, sin importar lo cerca que se desarrollara la batalla.

    —Veo que perdiste ese brazo hace poco —comentó Beers— o de otro modo, no hubieras cometido ese error.

    —¡Así es, llevo algunos meses sin él! Pero presiento que a ti eso en realidad no te importa, ¿o sí?

    —Sí que me importa —se abalanzó el dios— significa que no eres a quien busco.

    A pesar de no querer utilizar su brazo izquierdo, Beers estaba en plena forma pues acababa de desayunar y además comió un aperitivo extra. El guerrero contra el que se batía se notaba un tanto indeciso, seguramente aún no estaba convencido de la pelea, pues quería guardar toda su fuerza para combatir a esos androides raros. Beers por ello no se sentía interesado en la batalla, de hecho era frustrante.

    Arrojó un par de patadas flojas directo a las piernas de Gohan, y éste fue capaz de esquivarlas hábilmente a la vez que retrocedía. Tenía un buen juego de piernas, pero cometió el error de pivotar para darse mayor impulso, y entonces Beers predijo el golpe y lo bloqueó sólo con un dedo. Con Gohan en esa posición, una simple ráfaga de ki era suficiente para desequilibrarlo, pero el saiyajin fue capaz de estabilizarse de inmediato al utilizar su técnica de vuelo.

    —Nada sorprendente —susurró el felino.

    Ahora volvió a repetir las patadas en dirección a sus muslos, sólo que al triple de rapidez, cosa que al saiyajin ya le fue demasiado y entonces se trabó él solo. Al parecer no era capaz de seguir sus movimientos, pero no cayó, pues nuevamente se empujó a una posición de pie al volar para componerse.

    —¡Jeje! —le causó gracia a Beers—, estás peleando demasiado defensivo, veo que no te lo tomas en serio… ¿o será que con sólo un brazo, ya no sabes cómo es que se ataca?

    Pero esta vez Gohan ya se hallaba más calmado, y no picó con aquella provocación.

    —Sé perfectamente que estás por encima mío.

    —Te sorprenderías.

    —Si así quieres continuaré, espero que me sirva al menos como entrenamiento.

    Gohan se le aproximó, pero estaba peleando con él sólo porque sí, sin un motivo serio para enfrentarse. Quizá de verdad pensase que le serviría como un entrenamiento, y entonces estaba buscando la forma de derrotar a esos androides molestosos. Como fuera, ahora Beers no fue tan compasivo, y sin que el saiyajin fuese capaz de verlo le asestó un puñetazo en plena cara. Por la herida de su batalla anterior volvió a emerger la sangre, y Gohan nuevamente intentó utilizar su brazo inexistente para levantarse del suelo.

    —La verdad —dijo el saiyajin— esta pelea no tiene sentido. No me importa que seas el dios de la destrucción, debo guardar todas mis fuerzas para detener a los androides.

    —No te lo tomes tan a la ligera. Porque si no encuentro al súper saiyajin dios no estaré conforme, y destruiré a todo este planeta.

    El guerrero apretó los dientes, repitiendo que eso no se lo iba a permitir. Era bastante fácil esquivar sus golpes, y así se dio cuenta el mismo Gohan, por lo que prefirió tomar distancia y cargar energía en la única mano que le quedaba.

    —¡Kame… hame…

    Pero Beers era tan rápido que se colocó en frente suyo justo cuando el ataque era lanzado. La explosión al dios le era insignificante, pero el propio Gohan salió despedido en dirección al suelo, rebotando una y dos veces entre los fragmentos del templo, el cual comenzaba a derrumbarse completamente.

    Karin se acercó a las ruinas. Por un momento no percibió la energía de Gohan.
    --------------------------

    Nota: Otra de las cosas que me pareció ilógica de BoG es que Beers conociera a los saiyajines previamente y no se extrañara con que ninguno de los protagonistas perdiese la cola. Ahora por lo menos se acuerda.
    El Gohan de esta línea temporal perdió su brazó luchando contra los androides hace pocos meses o semanas, ya que he decidido seguir los acontecimientos del tomo del manga de Trunks (que no es canon).

    Pero Gohan todavía tiene mucho que aportar...
     
  9.  
    LhaurgigSesnas

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    La interminable búsqueda de Beers, el gato dios
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    6 - Arranque de ira
    Beers decidió esperar un poco. Tal vez había sido demasiado aquella explosión para el pobre saiyajin, y entonces estaba muerto o algo. Apiló algunas losas sueltas del suelo del templo y se sentó en ellas, sacando de entre su atuendo un par de brochetas de pescado.

    —Vaya, veo que Whis se ha tardado mucho en recuperar ese trutro de dinosaurio.

    Incluso era más interesante mirar a Mr. Popo con su cara inexpresiva que esperar a que kami-sama removiera escombros para buscar a Gohan debajo de ellos. Finalmente lo encontró, y éste abrió los ojos mientras un hilo de sangre corría entre sus cejas.

    —Gracias, maestro Karin. ¡Perdón! Kami-sama.

    Se levantó con menor ayuda de la que Beers esperaba, pero el joven había perdido su estado de súper saiyajin y ya no despedía energía de forma tan elocuente.

    —Eso no sirvió de nada —se quejó el dios— estás derrotado con tu propia técnica.

    Beers volvió a guardar las dos brochetas y cargó energía con sus manos.

    —Entonces, este es el fin de su preciado mundo. Es una lástima, viajé a este lejano planeta y no hubo ni buena comida ni una lucha digna.

    Gohan se dio cuenta de que estaba herido en su amor propio, pues incluso era capaz de llegar a tocar a los androides; seguramente pudiera darles buena pelea si se enfrentaba contra uno solo. Sin embargo, el nivel de Beers era tan alto que ni siquiera se atrevía a pensar en que el dios no tuviera razón, y que entonces peleó de forma absolutamente indigna.

    —Son Gohan —Popo se le había aproximado sin que él se diera cuenta— ahora incluso es momento de decir que no debes perder nunca una quietud interior. Debes afrontar al enemigo sin tener algún pensamiento en tu cabeza, y sobre todo sin realizar ningún movimiento inútil que te demande energía sin motivo.

    El saiyajin miró a Popo atentamente, mientras intentaba estabilizarse con una de sus piernas cojas.

    —Es la misma lección que le di a tu padre en algún momento, y la supo aprovechar muy bien.

    Beers no dejaba de concentrar energía con sus manos, sin embargo, todos allí notaron que era muy poca para el tiempo que llevaba haciéndolo.

    —Muchas gracias míster Popo. Tiene toda la razón, creo que en todos estos años he perdido esas habilidades, y el autocontrol.

    —Aun así no serás capaz de ganarme.

    Eso no le importó al hijo de Son Goku. Comenzó a elevar su ki violentamente y volvió a convertirse en un súper saiyajin. Algunos escombros a su alrededor comenzaron a elevarse en el aire envueltos en una corriente de energía. Mr. Popo volvió a su ubicación en el agujero que Whis había utilizado, y Karin guardó refugio tras la puerta rota de la habitación del tiempo, destruida hace años, antes de que nadie alcanzase a entrar para entrenar allí y poder hacerle frente a número 17 y 18.

    —A mí no me importa tu fuerza en lo más mínimo —se levantó Beers— ya que no eres tú el saiyajin que busco, me resta averiguar sobre aquel que es hijo del príncipe Vegeta.

    Gohan ante eso apretó los dientes con temor.

    —¡No te atrevas a hacerle nada! ¡Él es sólo un niño, y además es la última esperanza para este planeta!

    —No tengo planeado ser demasiado pesado con él —le calmó el felino—, pero no será esperanza de nada, porque si él tampoco cumple mis expectativas destruiré este mundo. ¡O todo el sistema solar! Es igual.

    Beers lanzó la energía cargada a fallar y se acercó hasta un extremo del templo mientras Gohan se le quedaba viendo con temor por su joven alumno. Trunks seguramente iba a ser capaz de superarle de un momento a otro, pero ya sería demasiado para todos el que Beers decidiera hacerle algo sólo por estar a la búsqueda de una ilusión suya. ¡Era todo el planeta el que estaba en riesgo! Su madre Chichi, también el duende Tortuga que se hallaba refugiado… Bulma y su familia ¡todos los inocentes que aún quedaban vivos! Beers estaba pasando a llevar a todos ellos, y también al señor Piccolo, a Vegeta y a todos aquellos que habían luchado contra los androides y perecido en el intento. Y ahora llegaba un dios caprichoso, el cual no se interesaba por androides y tampoco por el planeta ¡Acabaría con todo, haciendo inútiles y vanos sus esfuerzos!, ¡él no podía permitirlo! ¡Estaba fallando y necesitaba detener esa amenaza y todas las que vinieran!

    —Ya detecto la pequeña energía que desprende el muchacho. —Estiró sus extremidades y se hizo tronar la espalda— En fin… supongo que deberé pillar a Whis por ahí mientras vuelo.

    —¡No se te ocurra tocarle un solo cabello a Trunks, ¿me oíste?!

    Pero Beers ni siquiera le prestó atención, lo que sacó a Gohan de sus casillas a tal punto de abalanzarse contra él sin pensárselo dos veces. ¡Solo él podía detenerlo! El felino divino se había burlado de su orgullo de guerrero, y Gohan por fin se sintió como un saiyajin, al propinarle un golpe en pleno rostro y mandarlo a volar metros en el aire. Pero con eso no iba a estar contento, así que siguió propinándole uno y otro golpe hasta que el así llamado dios de la destrucción se diera cuenta de sus actos.

    Beers tampoco se iba a dejar pegar tan fácil, y dio un giro a ver si podía utilizar su cola para sujetar una pierna de Gohan, quien aprovechó para dejarse coger y cuando su rival pensara que ya tenía la pelea ganada, propinar una serie de golpes a la boca del estómago.

    Pero Beers detuvo sus ansias con un cabezazo, y lo apartó con un solo golpe a palma extendida. Gohan nuevamente fue disparado en dirección al suelo del templo, pero ahora en vez de rebotar causó un nuevo agujero. Fue frenando su cuerpo como pudo, y quedó al borde de caer, sólo sujetado sin fuerzas por su único brazo.

    —Así ya no tienes energía ni siquiera para flectar tu brazo y escalar de vuelta al templo —Beers se decepcionó bastante—. Por un momento pensé que ese súbito incremento de poder era el súper saiyajin dios, pero no. ¡Nos vemos!

    Y el felino de color morado se perdió de su vista, volviendo a ocultar toda su energía. El duende Karin ya había bajado por el nuevo agujero en el malogrado templo, y estaba jalándole hacia arriba.

    —Creo que todo dependerá de Trunks ahora…

    —Hiciste lo que pudiste —le quiso consolar Karin— ¡Pero eso fue impresionante! Con ese poder venido desde tu ira, podrías derrotar a los androides.

    Gohan estaba demasiado deshecho por los golpes, y sin mucho optimismo preguntó al nuevo kami-sama si acaso no tenía una última habichuela mágica para recuperar fuerzas e ir a advertirle la situación a Trunks… pero no, ya no las había; desde que Karin debía oficiar como el dios del planeta, había tenido que dejar de lado muchas cosas.

    —¡Ahora la Tierra entera está en peligro! ¡Fui yo el que no supo desenvolverse como un dios!

    —No diga eso… maestro Karin —Gohan tosió, con miedo de escupir sangre. Pero al parecer no estaba tan destrozado.

    —Es que yo tuve que haber actuado de otra forma. Tenía algo en mente, pero todo se desarrolló muy rápido y no pude hacer nada.

    Mr. Popo se les acercó con calma.

    —¿De veras kami-sama tenía una idea que podía ayudar?

    —Así es, pero ahora que el dios Beers se marchó, ya no puedo hacer nada.

    —Kami-sama puede ir al lugar del mundo que quiera, instantáneamente —dio un pequeño brinco en el aire y cayó bajo su alfombra voladora—. Sólo debe subir y yo lo transporto a donde sea.

    Karin se subió animoso, pero luego titubeó y volteó para comprobar el estado de Gohan.

    —No se preocupe, maestro Karin… este mundo es mucho más importante que yo. Estaré bien aquí, mis heridas no son tan severas.

    Y dicho eso se mantuvo acostado en el suelo, mirando al cielo. Ojalá no fuese la última vez que lo contemplase, y al parecer el problema con Beers no se iba a solucionar por medio de la lucha. Como ya tenía planeado, tenía que descansar y sanar sus heridas para luego volver a hacerle frente a los androides cuando fuera necesario.



    Karin y Popo se despidieron de Gohan lamentándose tener que dejarle ahí. Whis sintió la energía de ambos desplazarse muy rápidamente hacia otro lugar, mismo hacia donde podía sentir el ki de Beers aproximarse.

    —Al parecer ese joven Gohan no logró nada ¡jojo!

    Pero él estaba más interesado en cosas reales, y no alucinaciones. Aquellos androides con un poder más grande que el de Freezer le llamaban la atención, puesto que el no sentir la energía de ambos indicaba que su poder provenía absolutamente de la tecnología, y eso a su juicio era malo.

    —Al menos esos androides extraños están arruinando la civilización y la tecnología. Ni siquiera la armada de Freezer tenía esos adelantos.

    Como no podía sentir el ki de A-17 y A-18 por sobre el de los otros humanos, decidió usar su báculo divino para ser guiado inmediatamente adonde se hallase la mayor tecnología del mundo. Debía echar un vistazo rápido a esos androides antes de volver con Beers, y si resultaban ser peligrosos no sólo para la Tierra, sugeriría éste que acabase con el planeta entero.

    —De vez en cuando surgen seres más allá de la inútil fuerza de Freezer, y siempre es bueno revisar, ya que el único Kaioshin que queda es un vago —sonrió en silencio.

    Se movió aprisa al lugar donde existía la mayor tecnología del planeta. Llegó a un sitio como un hangar pequeño, y aunque las luces estaban apagadas eso no era problema, pues comenzó a iluminar a través de la esfera en el tope de su cetro de magia.

    —¿Y qué es esa cosa… parece un huevo con patas.

    Intentó no pensar en huevos cocidos, huevos a la copa o huevos fritos, y prestó atención. Los androides no eran lo más tecnológico de la Tierra, así que no apareció cerca de ellos ni por asomo. En cambio, estaba frente a un armatoste metálico de forma ovoide, sostenido por 4 patas también metálicas, las cuales no se veían muy firmes. De hecho unas poleas soportaban la estructura para que no se cayera, y había muchos cables conectados alrededor. Whis se acercó a un tablero de control con rueditas que se hallaba enchufado a lo que parecía ser el centro de energía del huevo extraño, y apretó botones a ver qué significaba todo eso.

    —Si es un robot destinado a vencer esos androides —sonrió sin que nadie le viera— creo que se meterán en problemas.

    Vio a través de la pantalla planos de cómo sería aquel aparato terminado, y lucía mucho más bonito así. Por lo visto no era ningún robot capaz de pelear.

    —¡Debe ser una máquina para hacer crema de helado! —Se interesó Whis— Por ese gran agujero se vierte el líquido y debe haber una batidora gigante. Luego se sirve y se combina entre diferentes sabores ¡maravilloso!

    Ya se relamía los labios, pero no quiso aventurar nada sin indagar un poco más. Apretó más botones y vio que la maquina iba a consumir una cantidad de energía bastante grande, tanta que se requeriría gran cantidad de tiempo para hacerla funcionar una sola vez.

    —Buuh… he hecho filas así de largas en los parques de diversiones; si el postre helado no es sumamente delicioso no merece la pena esperar tanto.

    Pero ya estaba haciendo conjeturas otra vez, así que terminó de indagar completamente. Vio que todos eran planos y ecuaciones numéricas de la Corporación Capsula para… ¡una máquina del tiempo!
    -------------------------------

    Nota: en esta ocasión aproveché para indagar en el hecho de que en este universo nadie tuviera la idea de usar la habitación del tiempo para entrenar y así derrotar a los androides. Fue destruida antes de que hubiera la ocasión. También quise aprovechar de señalar el porqué en dicho futuro alterno no había semillas del ermitaño, cosa que no se explicó ni en el manga ni en la película.

    Además, InunoTaisho ahora es el nuevo Nostradamus de fanficslandia xD
     
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    InunoTaisho

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    Jejeje, tengo poderes ocultos... me gusta mucho el cariz que le das a la historia tan original, y mejor ya no hago conjeturas o le quitaré la chamba al pez Oráculo... :), así que mejor me dedicaré a disfrutar la lectura, y ay de Beers si se atreve a dañar a mi Trunksiee, porque yo seré quien se transforme en Súper Saiyajin Dios y no le tendré piedad... :D
     
  11.  
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    7 - Problemas temporales
    Así que el artefacto de mayor tecnología se trataba de una máquina para viajar entre épocas distintas. ¡Ya se le ocurrió! Usualmente las tecnologías de esa clase no surgen sin una necesidad extrema, sobre todo bajo riesgo de que prontamente fuese destruida por el apocalipsis que había. ¡La máquina estaba siendo construida para viajar al pasado y derrotar a los androides desde ahí!

    —Me queda averiguar una simple cosita más.

    Al parecer la diseñadora de la máquina, “Bulma Brief” estaba consciente de que la cronología era inmutable, por lo tanto Whis no vio el sentido a aquella máquina del tiempo.

    —Si va un guerrero saiyajin al pasado y destruye a esos androides antes de que hagan daño, en el momento presente todo seguirá tal cual. Las líneas temporales son distintas…

    No continuó meditando sobre ello pues de pronto la luz de aquel cuarto se encendió, y apareció una mujer de aspecto mayor que le miraba sonriente. Su ki era tan minúsculo que al haberse concentrado en la máquina no la percibió.

    —¡Oh! —se asombró ella—, ¿eres un nuevo amigo de Bulma? Desde que aparecieron los androides y comenzaron a exterminar la humanidad, mi hija ya no trae jóvenes tan guapos y bien parecidos a casa.

    Whis le sonrió afable.

    —¡Usted también es una señora encantadora!

    —¡Gracias, qué buenos modales! Usualmente Bulma no tiene buen ojo en eso; aunque ya veo que le atrae la gente con peinados curiosos como el tuyo. ¡Y qué lindos pendientes traes!

    La mujer se le acercó y le quitó uno de su oreja para pedirle que por favor le dejara probárselos. Whis se asustó bastante al ver lo que estaba a punto de pasar, pero atinó a quitarse el otro pendiente a tiempo y le prestó ambos.

    —¡Es la moda en, eeh… la aldea donde nací! —dijo lanzando un suspiro de alivio.

    —¿Entonces no eres de por aquí?

    —Vengo de una aldea lejana en donde toda la gente tiene la piel celeste ¡jojo!

    —Oh, eso no importa. Una vez conocí a un tipo verde que tenía antenitas. Era muy serio y reservado, justo al revés tuyo.

    Whis se sonrió intentando imaginar la apariencia de aquel sujeto. Una rana convertida en humano tal vez.

    —¡Deja que te traiga un refresco!; ¿por qué no vas y te pones cómodo en el jardín? Tenemos sombrillas y sillas de descanso, lástima que el paisaje esté lleno de escombros, pero al menos el césped se mantiene en buen estado.

    —¡Iré de inmediato! será más divertido que mirar esta máquina rara.

    —Yo ni siquiera sé para qué funciona, pero Bulma ha estado trabajando en ella por mucho tiempo.

    Whis recuperó sus aretes y se dejó guiar hacia el jardín de la corporación capsula, mientras preguntaba en dónde estaba Bulma. No preguntó por Trunks, pues en realidad eso no le importaba realmente; sólo lo que el dios Beers decidiera hacer.

    —Bulma vendrá en seguida, le avisaré que estás visitándonos, apuesto joven. Pero, ¿cómo es que te llamas?

    —Mi nombre es Wh… emm… no, en realidad soy Jaco el patrullero galáctico.

    —¡Eso es un apellido tan raro! —la madre de Bulma sabía que él no era Jaco, pero le siguió el juego.

    —No tanto como el apellido Brief— y ambos se rieron.

    Ahora Whis podría disfrutar de unas sodas y unos panquecitos hasta que Beers o Bulma aparecieran; fuera como fuera, el primero reclamaría por la pierna de dinosaurio y la segunda por ser un desconocido. Además por deducción seguramente el tal saiyajin Trunks fuera hijo de Bulma, pues el ki del joven se sentía en la casa, y eso significaba que todo el mundo llegaría pronto.



    No se equivocó, pues los primeros en aparecer fueron míster Popo y el kami-sama de la Tierra. Al verle se sorprendieron, y míster popo decidió acercársele, causando la curiosidad de Whis.

    —¿Quieres un panquecito? —le ofreció, pero Mr. Popo le dijo que no y se quedó parado a su lado.

    —Debo tener una basura en mi cara —supuso, y usó su báculo igual que si fuera un espejo.

    En eso Bulma apareció con un overol manchado de grasa, totalmente olvidada de los comentarios de su mamá sobre su novio adorable, pues vio a Karin y decidió saludarle.

    —Oiga, usted es el maestro Karin ¿verdad? Creo que lo había visto antes.

    —Así es, pero ahora me debes llamar kami-sama.

    —¡¿En serio?! No sabía que ahora usted era kami-sama, perdóneme.

    El felino blanco lucía preocupado, y Bulma también hizo un gesto a Mr. Popo, el cual todavía lograba ponerle nerviosa. Pero el tipo más inquietante era aquel que comía panquecitos relajadamente y con mucho ánimo. Al ver que nadie atinaba a presentarle, Whis se levantó de su silla de playa y le estrechó la mano a Bulma. Cuando ella la tomó, ambos desaparecieron.

    —¡Oh! —eso no le gustó a Karin— si el ayudante del dios Beers es capaz de hacer eso entonces no veo por dónde funcione mi idea…

    —Kamisama a lo mejor quiere un panquecito —le dijo Popo—. Hay muchos y están mejor que la comida del templo.

    —Ah que rico, creo que me servirá para pasar la tensión.



    Bulma se espantó al ver que estaba de vuelta frente a su máquina del tiempo sin terminar, aunque tardó unos segundos en comprender lo que había pasado.

    —¿Eh?, ¿cómo hiciste eso?

    Whis se rió sin ninguna malicia.

    —Lo siento, es que estoy interesado en este objeto. ¿Usted fue quien construyó esa máquina del tiempo?

    —¿Qué, cómo supiste de ella? —Bulma no era tan confiada como su madre, y la situación se le antojaba muy rara pese a que el sujeto al parecer venía junto al maestro Karin. No sabía cómo era que el dios de un planeta averiguaba las cosas, pero ella no había dicho nada de su máquina más que a Trunks y a su hermana Tights, perdida por ahí.

    —Oh, verá. ¡Yo soy un extraterrestre y soy miembro de la policía galáctica! —Mintió— Soy un policía de súper élite.

    —Ya veo… es por eso que tu apariencia es así, se nota que eres extraterrestre —pero el punto no era ese—. De todas formas ¿cómo supiste de mi máquina del tiempo?

    —Oh —rió— es que la policía galáctica monitorea todos los planetas con pequeños robots. Usamos moscas que se camuflan con las suyas y así nadie se da cuenta.

    —¿Y estás interesado en la máquina del tiempo?

    —Así es, porque alterar la cronología está contra la ley galáctica.

    —¿¿Queeeé??, ¡esto es terrible! —Eso era súper dúper malo— ¿Y eso qué significa, acaso vendrá esa policía tuya a impedir que alguien use esta máquina?

    —¡Jojo!

    —Si tiene esas moscas robots —concepto que se le hizo familiar de alguna forma— sabrá que este mundo está sufriendo mucho por culpa de 2 androides malvados ¡La única alternativa es terminar mi máquina del tiempo, pues todos los guerreros que había en este mundo han sido derrotados!

    —Eso lo sé, las mosquitas son muy buenas informantes. —Hizo aparecer en su mano uno de los panquecitos, el que a Karin se le esfumó de entre las suyas— Escuche, yo la verdad manché mi libreta de infracciones con salsa de tomates, así que no puedo hacer nada.

    Y lanzó tantas risitas que la misma Bulma perdió su nerviosismo.

    —Aunque creo que deberé comprarme una nueva. Y un bolígrafo… y también un gel para el cabello. Aunque mejor comprar un peine último modelo, pero ya recordé otra vez que el planeta de la moda está destruido, una lástima. Creo que me conformaré con el bolígrafo, o mejor un lápiz de grafito ¡sí!

    Bulma vio la hora en su reloj y miró al techo un rato largo.

    —En este planeta deben tener lápices de colores lindos, ¡podré escribir todo en mi diario de vida! y luego antes de gastar mi tinta…

    —Los lápices grafito no usan tinta.

    —En este planeta tal vez no. En fin, con ese lápiz anotaré que necesito comprar una libreta nueva, porque la antigua tiene salsa. ¿Pero en donde voy a escribir eso entonces…

    —¡¡Aaaarrgh!! —Bufó la mujer— Escucha, no seas malo ¿sí? ¡Si dejo que alguien viaje en el tiempo para advertir a un viejo amigo mío sobre los androides, eso no cambiará nada!, aquí eso no generará ninguna diferencia.

    Ya sabía que Bulma entendía que las líneas temporales son inmutables, pero entonces necesitaba resolver su duda inicial.

    —Si usted sabe que no logrará cambiar esta realidad ¿por qué incumplir la ley galáctica?

    —Es necesario —ahora Bulma no lucía molesta como cuando le gritó; estaba apesadumbrada—. Tengo la esperanza de que en aquella otra línea de tiempo se descubra el punto débil para acabar con esos androides, y entonces poder aplicar ese conocimiento aquí.

    La mujer volvió a confrontarlo.

    —¡Por eso es que no estoy infringiendo no sé qué galáctico, ¿te fijas?! Así que no veo ningún problema con usarla.

    —Hmm… dicho así no parece tan malo —en todo caso, Whis pudo saber escudriñando en los deseos de Bulma que su verdadera idea era poder evitar la muerte de aquel llamado Son Goku, y entonces era posible que en la otra línea temporal venciesen a los androides. Así quien viajase en la máquina, Trunks o Gohan, podría traer a Son Goku desde aquel pasado y luego combatir a los androides de este presente.

    Pero él no tenía que involucrarse ¡De hecho, eso le venía de mil maravillas! Sólo sonrió y le dijo que como no era una infracción de la ley galáctica, entonces no pasaba nada y todo seguía igual.

    —Uff… eso me deja tranquila. Ya no me acordaba que existía una patrulla galáctica.

    —Hay que limitar los viajes en el tiempo lo más posible. Por ejemplo, una vez alguien viajó al pasado para impedir que un fanfic tuviera demasiado relleno humorístico que no hace gracia, pero resultó todo lo contrario y ahora tiene más que antes. Así que por culpa de eso el autor perdió muchos millones de zenis, y su fanfic sólo lo leyeron 3 personas y un rinoceronte ciego.

    —Ah… si tú dices.

    Al fin se podía sentir próxima la presencia de Beers; llegaría en cosa de un minuto. Así que Whis se apresuró en volver al jardín y comer uno o dos panqués más, aunque intercambió una mirada con Mr. Popo. No sabía por qué aquel personaje se le acercaba tanto, pero ya estaba empezando a incomodarlo y ojalá dijera pronto cuál era su propósito. Estuvo a punto de gesticular palabra, pero al llegar Beers se retractó de hacerlo y volvió a ofrecerle comida a Karin, quien ni siquiera le escuchó y se aproximó a paso rápido al dios de la destrucción. Buena idea sería resolver ese entuerto rápido, antes de que Bulma o Trunks llegasen a interactuar con Beers de alguna forma.



    Pero no lo consiguió tan fácil, pues el dios destructor se molestó con que alguien llegase primero que él, y Whis se le aproximó con velocidad para intercambiar algunas palabras. En esa ocasión, al menos míster Popo no le persiguió.

    —Así que aquí estabas —dijo Beers mientras ambos caminaban— ¿Y qué hacías en este lugar? Además el otro gato que es mucho menos fabuloso que yo llegó antes, y también su ayudante con turbante.

    —Usted hace buenas rimas, debiera ponerse a hacer poemas sobre destrucción.

    —Esa no fue mi pregunta —alzó una ceja, pese a que no las tenía.

    —Oh ¡jojo! Ya sabe que me gusta turistear un poco por los planetas, antes de que usted los destruya.

    —Me resulta raro… pero bueno, ¿al menos lograste rescatar mi pierna de dinosaurio?

    —No ¡pero no se preocupe!

    Le indicó la mesita con panquecitos y Beers se aproximó con interés ¡Había de muchos sabores! Aunque el otro gato menos fabuloso que él ya había engordado su panza bastante.

    —¡Ejem! Señor Beers…

    —¡Ah, cierto! ese tal Trunks…
    -------------------------------------------------

    Nota: este episodio contiene múltiples referencia a "Jaco, el patrullero galáctico", el último manga de Akira Toriyama el cual es una precuela de Dragon Ball. Así que en el canon de mi fic esos sucesos se desarrollaron y sus personajes existen, por lo tanto Bulma tiene una hermana mayor astronauta y la mamá de Bulma descubrió facilmente que Whis no era Jaco, y que tampoco pertenece a la patrulla galáctica.
    Por cierto, no se molesten en ir a google imágenes o a revisar la película... no van a ver que Whis tenga pendientes.
     
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    InunoTaisho

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    Gracias por aclararlo, ya se me hacía raro que se mencionara una hermana desconocida de Bulma... en realidad no he leído mucho de otros trabajos de Akira aparte de "Dr. Slump" o "Dragon Ball", pero el nombre que se puso Whiss para ocultar su identidad me sonó familiar, así que gracias también por ese dato. No es raro imaginar una patrulla galáctica que cuide la ley del Universo, y el saltar de una época a otra alterara algo como bien lo vimos en la saga de Cell, pero no en su totalidad. Claro que a Whiss le agrada la idea de encontrar a Gokú y a Vegeta vivos en otra época, así que esperará a que todo salga bien para ir hacia allá.
    Aquí me tienes esperando la conti, con ansias como Beers por encontrar al dios SS de sus sueños... un saludo.
     
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    LhaurgigSesnas

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    La interminable búsqueda de Beers, el gato dios
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    8 - Un nuevo destino
    Beers sintió la presencia del joven saiyajin demasiado cerca, sin embargo parecía en estado de reposo; estaba durmiendo plácidamente en su cuarto.

    —Y siendo que todos llegaron antes, ¿no se les ocurrió despertarlo? ¡Se ve que les preocupa mucho que destruya este mundo!

    —Yo me encontraba comiendo —se justificó Whis—. ¿Cierto que estuve todo el tiempo aquí con ustedes, comiendo a gusto?

    —Sí sí, claro, comió muchísimo —enfatizó Karin bastante confuso.

    Whis se acercó a Popo y le habló al oído.

    —Sígame el juego, no sea pesado.

    —¡Claro! Estuvo comiendo aquí mucho, y también todos sus viajes los hizo caminando.

    —¿A qué te refieres con eso… —pero Beers no tenía tiempo que perder— en fin, que alguien me traiga al chiquillo, o iré yo mismo a comprobar si sabe algo del súper saiyajin dios.

    —Yo y su ayudante iremos— se ofreció Popo, y Whis escupió la soda que estaba tomando.

    —Me parece bien —lo aprobó el dios.

    Whis se vio obligado a internarse de vuelta a la casa junto a Mr. Popo, y ya que por fin estaban ambos a solas, este último pudo comunicar lo que estaba queriendo decir hace rato.

    —Usted ya había aparecido años antes en el templo de Kami-sama.

    —Oh… sí, me di cuenta que se acordó ¡es que me gusta enterarme de los chismes de cada mundo!

    —Sí, y sería una lástima que Beers el dios de la destrucción, se enterase de que hace esos viajes a sus espaldas. Me pude fijar que hace muchas cosas ocultas.

    Y al decir eso no siguió caminando.

    —¡Es muy listo! Así que por lo que veo esto es un chantaje, o algo así —y se rió bastante.

    —Yo no acostumbro a esos comportamientos, pero sería bueno que alguien derrote a los androides, el número 17 y la número 18.

    —¿Y no le preocupa más que el señor Beers vaya a destruir la Tierra? Eso es más terrible, ¡ya nadie podría probar los panquecitos de la señora Brief!

    —El dios de la destrucción no acabará con este mundo —tenía fe él— pero en cambio, los androides lo arrasan más día por día.

    —Yo no tengo poder suficiente para combatirlos —lo disuadió.

    —Pero tiene magia muy poderosa —sabía Popo.

    —¡Ay, está bien! Eso sí, luego no me moleste nunca más.

    Con su cetro buscó visualmente a los androides. Sus ki eran iguales al de una persona común y corriente, así que se concentró en toda la gente que estuviese moviéndose muy rápido. Con prisa se saltó a todas aquellas que viajaban en vehículos aéreos, y por fin halló a ambos androides surcando el cielo en dirección a una ciudad lejana.

    —Bueno, los androides son tecnología pura, y mi magia es muy buena. Escúcheme bien, haré sólo una pequeña contribución, y no le diga nada a nadie.

    —Por mi está bien —cambió Mr. Popo la expresión de su rostro al fin.

    —Veamos…

    Las celdas de energía de ambos androides en realidad eran fáciles de entender y alterar mágicamente. Incluso un mago con poderes regulares, como Babidi, era capaz de dejarlos en estado comatoso si se concentraba. Por lo tanto, dejó que algo de la energía de los androides se perdiera, pero sólo un poco, pues de otro modo sería muy notorio. Con aquel poco ya les debía bastar a los 2 saiyajines que quedaban para vencerles, o acabarían muriendo de todas maneras.

    —Listo ¡ahora son un poquito más débiles, jo jo! La diferencia no será notoria hasta que peleen con ellos; como no demuestran ki quizás ni ellos mismos noten que ahora son más débiles. En todo caso detecté que tienen circuitos bastante pretenciosos, así que podrían decir algo ilógico como que tienen el doble de fuerza que la usada en otros combates…

    No escuchó el agradecimiento de Mr. Popo, pues otra vez la madre de Bulma deambulaba a escasos metros, y Whis decidió involucrarse de algún modo con el destino del mundo ¡nada mejor para salvar planetas del dios destructor Beers que entrarle por el estómago! Él necesitaba el planeta intacto, pues de otro modo su plan de entrenamiento para su pupilo no iba a poder ocurrir.

    —¡Señora Brief, qué bueno que la encuentro! —se alegró.

    —Oh, muchacho ¿se acabaron los panquecitos? ¡Si quieres te preparo toda una ración!

    —¡Gracias! pero si no es mucha la molestia ¿no puede preparar leche y unas galletitas con chispas de chocolate?

    —No hace falta, porque ya había cocinado galletas así en la mañana. ¡Se las están comiendo dos lindos gatitos que encontré en el jardín! ¿Son mascotas tuyas, apuesto joven?

    Eso impresionó a Whis, quien al fin descansaba de Mr. Popo, el cual volvía al jardín sin interesarse en buscar a Trunks y despertarle.

    —En realidad hablan, así que no son mis mascotas —dijo riendo—. Ojalá les pueda llevar algo de leche, sobre todo al minino de color morado.

    —Sí, pobrecito, tuvo que haber aguantado mucho la respiración.

    La señora se fue a buscar la leche y Whis regresó con calma pues todo estaba saliendo de maravillas. Inclusive Beers no se molestó con que Mr. Popo o él llegasen sin Trunks, y todos tomaban el sol y comían como si fueran amigos de toda la vida.

    —Ah, ¡Whis! Come de estas galletas con chocolate. Están increíbles, ocho de cada diez gatos las prefieren ¿sabías? A propósito, esa señora es muy gentil y hacendosa. ¿Qué tal si la hago mi ayudante personal, en vez de ti? te mereces vacaciones obligatorias.

    —Veo que se lleva bien con los habitantes de este mundo, señor Beers.

    —¡No es para tanto! de todas formas tengo que destruir el planeta, porque ya me convencí de que el tal Trunks no será ninguna maravilla tampoco. Parece que tiene un nivel más bajo que ese tal Gohan.

    Karin tragó rápido para replicar al respecto.

    —Pero oh, grandioso señor de la destrucción. ¿Por qué no piensa en lo que le propuse?

    —No me propusiste nada —repuso Beers— como ya quedó claro, no es posible traer a ese tal Goku de vuelta desde el otro mundo para comprobar si es aquel súper saiyajin dios.

    —Mmm… creo que suena mejor Dios súper saiyajin —se le ocurrió a Whis.

    —Sí sí, pero es que comenzamos esta historia antes de que mí película fuera doblada del japonés ¡Y ya basta de romper la cuarta pared, que la gente se confunde!

    —Verá usted, señor don Beers —Prosiguió el actual kami-sama—. Ya quedó claro que Goku no puede ser traído de regreso. ¿Y usted… no puede buscarlo en el otro mundo?

    —No puedo —se estrechó de hombros el dios—. Ya lo había pensado previamente, pero sólo puedo transitar en el mundo de los vivos, soy el dios de la destrucción en el más acá, no en el más allá.

    Beers tomó más galletas y las untó en la leche que la mamá de Bulma por fin traía. Para él sería muy bueno poder transitar entre este mundo y el otro, el problema es que eran dimensiones separadas entre sí, y si no conocía cómo usar la teletransportación de los kaioshins entonces no podía hacerlo tan fácilmente. Además tampoco lo necesitó hacer hasta ese momento, generalmente son los kaiosamas o los kaioshins los que van a su antojo, ya que ellos son los dioses que se encargan de resolver los problemas. Él sólo erradicaba esos problemas de raíz si así le parecía.

    —Pues verá, excelentísimo señor Beers —prosiguió Karin— Yo soy el kami-sama de este mundo, o sea que en situaciones excepcionales puedo transitar en este mundo y el otro por…

    —¿Qué dices? —se interesó el dios destructor— ¡Ya veo! es una buena noticia para mí.

    Pero no para Whis, quien no había previsto algo de ese estilo. De hecho era una idea totalmente desconsiderada de lo que dictan las leyes del universo. Los muertos están muertos, y asunto cerrado.

    —Si quiere yo le puedo llevar, señor Beers ¡pero a cambio le pido que por favor no destruya este planeta!

    —Ah… señor Beers —se entrometió Whis— tal vez debiera dejar esa búsqueda de lado ¿no cree? Yo siempre pensé que ese súper saiyajin dios era algo de su imaginación, nada más. Además ir al otro mundo…

    —No, es más provechoso ir a buscar ese dios súper saiyajin. Pero no es tan fácil, kami-sama. Si resulta que no encuentro lo que busco, de todas formas vendré de regreso y destruiré la Tierra.

    —¡Sí, está bien! —mejor conformarse.

    —Un segundo señor Beers —le pidió Whis resignándose—. Estas galletas están deliciosas…. ñmm, y es mejor empacarlas para llevar.

    —Bueno, entonces apúrate. Y ya que tengo un poco de tiempo, me gustará ir a ver si el tal Trunks no tiene alguna información que me sea útil.

    Comenzó a avanzar con suma calma y sacó nuevamente una de las brochetas que estaban escondidas en su ropa. Pero entonces sintió un ki aproximarse, y se dio cuenta que era perteneciente a Gohan, aquel saiyajin que ya le había tocado derrotar.

    —Vaya que es persistente… tal vez… él quiera hacer también un viaje hasta el otro mundo.

    Gohan descendió con respiración agitada a escasos metros suyos, depositando su peso en el pasto de forma torpe. Al parecer todavía cojeaba y se veía seriamente lastimado, pero algo le había impulsado a recorrer tanta distancia con la casi nula energía que le restaba.

    —¿Has venido por la segunda ronda? yo creo que no hace falta, lo siento si tienes expectativas de pelear conmigo, pero en ese estado no sería una lucha que nos satisficiera. ¡Además que tampoco eres el dios súper saiyajin!

    —No he venido por eso… —explicó— es sólo que creo saber a lo que te refieres con el súper saiyajin dios, y no habrá necesidad de destruir este planeta.

    —¿En serio? —Terminó su brocheta, pero no supo qué hacer con el pincho— Me dices algo interesante, ya me estaba empezando a exasperar de no averiguar nada.

    Pero antes de escucharle, Beers utilizó el pincho como dardo y lo clavó en una palmera. Ésta sucumbió con su tronco totalmente desintegrado en trozos minúsculos. La palmera derribada amenazaba con caer hacia Gohan, quien reaccionó esquivándola de un salto teniendo cuidado de volver a caer con su pierna buena.

    —Ahora —dijo Beers— quiero que recuperes ese pincho y que lo lances con toda la fuerza que te quede, directo hacia mis ojos.

    —¿Qué? —buscó con la vista en donde había quedado el utensilio—, ¿qué es lo que intenta hacer?

    —No sé —dijo divertido— estoy averiguando una cosa.

    —Bien… —sin saber para qué, le siguió el juego a Beers y recuperó el palillo. Se tomó un segundo en apuntar y cuando iba a lanzar, el dios le interrumpió.

    —Recuerda, quiero que lo hagas con toda la fuerza.

    —¡Está bien! —Se transformó y como súper saiyajin lanzó el pincho con toda la energía que tenía. Beers corrió el rostro y el utensilio fue a parar a un panquecito que Karin estaba a punto de engullir, cayéndosele de las manos.

    —¡Aaah, otra vez no!

    Whis recuperó el pincho en el aire y lo usó para revolver un jugo de naranja.

    —Creo que esto no debí hacerlo —se arrepintió—. El señor Beers ya lo dejó todo babeado, pero quería probar un ligero toque a palmera.

    —Oiga, ¿no puede decirle a su mascota que no rompa mis árboles? Es que los cuido mucho.

    —Está bien, señora Brief.

    Whis dio un pequeño grito para que Beers tomara su atención, y éste se molestó porque le interrumpieron en sus experimentos. En todo caso, Gohan no había utilizado toda su fuerza al hacer el tiro, pues él mismo tuvo una mayor velocidad cuando le atacó colérico en el palacio.

    —Bueno, sígueme muchacho. Necesito que me cuentes lo que has descubierto, pero antes yo también tengo una buena idea y necesito comprobar si mi planteamiento es correcto.

    —¿Y qué fue eso de lanzarle cosas? —Gohan ya estaba más calmado al hallarse frente a un potencial enemigo.

    —Ah, nada. Al menos comprobé que aunque recibiste una paliza de mi parte, te queda suficiente fuerza para que me acompañes al lugar al que iremos.
    ------------------------------------------------------------

    Nota: En esta ocasión quise solucionar un viejo dilema presente desde la saga de Cell, en que Trunks del futuro asegura que los androides de su época no eran tan fuertes como los allí existentes. En la película de Trunks y en el manga del futuro se da a entender que los androides hasta ese momento estaban jugando con el saiyajin y por eso él no conocía su verdadera fuerza; pero nunca hubo una solución de manos de Toriyama, así que yo quise ofrecer aquí la mía.
     
  14.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Mmm... suena interesante el hecho de que vayas a mandar a Beers al mas allá, y que buena puntada la de decir que el fic se hizo antes de que la película se doblara al español por lo de dios Super Saiyajin o Super Saiyajin dios... :D., y también el punto donde Whiss con su magia debilita un poco a los androides 17 y 18 para darles la oportunidad a los dos Saiyajins restantes de vencerlos, muy listo y adecuado para ese enigma de la saga de Cell, ya que a Toriyama se le "pasó" aclarar muchas cosas, aunque yo tengo otra teoría personal.
    ¿Qué sucederá en el más allá, realmente verán a Gokú?, parece que vas a llevar a Gohan con ellos, así que se pondrá "más mejor" como dicen mis paisanos... Un saludo y te sigo.
     
  15.  
    LhaurgigSesnas

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    La interminable búsqueda de Beers, el gato dios
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    Lamento la tardanza, pero sin más, acá está el episodio siguiente...

    9 - En el otro mundo
    Un confuso Gohan tuvo que ser puesto al tanto por el maestro Karin acerca de la inminente ida al otro mundo por parte de Beers y Whis. Ahora que él también iría con ellos, se preguntó cuál era el motivo para hacer tal cosa.

    —¿Siguen buscando el súper saiyajin dios? ¡Pero en el otro mundo no hay… —y se dio cuenta.

    —En el otro mundo esperamos encontrar a un saiyajin de nombre Son Goku. Quizás él sea a quien estoy buscando, ya que fue el que derrotó a Freezer y creo que incluso soñé con él.

    Gohan se alegró inmediatamente, pues ni siquiera estaba enterado de que su padre había tenido la posibilidad de entrenar en el más allá con su cuerpo. ¡Era perfecto! Su papá todavía existía, y seguramente estaba entrenando sin descanso en algún lejano lugar. Tal vez la llegada de Beers fuera buena en vez de algo de lo que preocuparse.

    Estaba tan alegre por saber que vería a su padre, que incluso olvidó por un segundo todo su dolor físico, y sonreía optimista.

    —Vaya, creo que te agradó saber eso —dijo Beers.

    —¡Eso es lógico, porque el saiyajin Goku es mi padre!

    —Oh… que interesante —pero era puro sarcasmo. Mejor ponerse manos a la obra.

    —¿Me esperarás aquí, míster Popo? —Preguntó Karin, recibiendo afirmativa respuesta— Entonces vayámonos.

    —¡Esperen! —les interrumpió Whis— No podemos ser tan descorteses. Después de todo, nos recibieron estupendamente.

    —Sí sí, y con galletas. Date prisa Whis.

    Éste fue a buscar a la madre de Bulma, quien justo volvía a salir hacia el jardín. Whis le dejó saludos a su hija y prometió volver a venir para tomar el té y comer unos pastelitos rellenos que la señora Brief encontró muy baratos en una pastelería que los androides todavía no destruían. Además Whis encontró los ojos azules de la señora preciosos, y por su parte éste recibió halagos por su buen porte y gentileza.

    Finalmente volvió con el grupo.

    —¡Qué señora tan encantadora! y usted que quería destruir la Tierra, señor Beers.

    —Todavía no cambio de opinión —le aclaró él, y con impaciencia le ordenó a Karim que los trasladara de una vez por todas.



    Aparecieron a algunos metros de un gran palacio, habiendo a un lado una serie de almas formadas en fila, y muchos personajes con traje y corbata transmitiéndoles por megáfono que no se desordenaran y esperasen su turno con paciencia. Karin se lamentó, pues sabía que una buena fracción de esas almas en la cola eran provenientes de la Tierra, y seguramente pasaría el tiempo sin que esa situación cambiase. El nuevo kami-sama se despidió de ellos y les deseó suerte, sobre todo a Gohan que aún mostraba impaciencia. Sin embargo, la expresión del guerrero cambió de pronto.

    —Que larga está la fila… el mal que han provocado los androides es inmenso.

    Aquello le llamó mucho la atención a Beers.

    —Vaya, no puedo ver hasta dónde llega ¡y eso que tengo un sentido felino de la vista! Creo que eso habrá que preguntárselo al… este… el del escritorio.

    —Enma daio, señor Beers —le recordó su ayudante.

    —Eso, eso ¡Vayamos!

    Los tres avanzaron y uno de los individuos con megáfono les quiso impedir el paso, pero al ver a Gohan les dejó pasar. No reconoció a Beers, pero al parecer confundió a Gohan con su padre y así llegaron al despacho del Rey Enma, quien sudaba y miraba en su libreta para anotar rápidamente si la siguiente alma se iba al cielo o al infierno.

    —Bueno, mataste en tu vida cien mil hormigas al barrer, y las barriste a propósito. Pero también inventaste el resucitador de insectos, así que… al cielo.

    La alma hizo algo como chillar y le indicaron para dónde tenía que moverse ahora.

    —Siguiente alma, otro yadratiano. Mmm, veo que te convirtieron en galleta y falleciste devorado. ¡Estos últimos días han aparecido muertes muy bizarras! Veamos tus acciones. Una vez roncaste muy fuerte y despertaste a una bandada de avestruces que causaron una estampida y aplastaron a una niñita ¡Malo! Esto otro: por no roncar muy alto, una niñita no despertó y fue aplastada por unos avestruces ¡Más malo! Pero… ¡oh, le enseñaste a un saiyajin llamado Son Goku la teletransportación! ¡Así que vas al cielo!

    El alma dio muchos saltitos y cuando se retiró, Beers aprovechó de colarse en la fila.

    —¡Hey tú, no te… ¡pero si es el gran dios de la destrucción! —En todo caso, Enma Daio no se comportó tan temeroso como de pronto lo hacían la gente que le reconocía, pero sí los ogros que oyeron aquello, muchos de los cuales salieron escapando pese a que Enma les ordenó que no lo hicieran.

    —Hola, rey… eeh…

    —Enma daio —le susurró Whis.

    —¡Enma daio! Estoy aquí porque quiero hacerte una pregunta.

    —Dos preguntas —le dijo Whis.

    —¿Y cuál es la otra? ¡Ah, claro… —se paseó por enfrente del escritorio del juez de las almas— Quería saber si acaso sabes la causa de una fila tan larga. ¿Te quedaste dormido?

    —¡¿Quedarme dormido?! Claro que no, yo soy serio y profesional.

    —Ya veo. Si no me equivoco, las únicas veces en que la fila está así es cuando yo me pongo a trabajar ¿no? Se me hace rara toda la cantidad de almas que acaban de morir.

    Enma Daio dejó su libreta de lado y se puso a pensar con una mueca rara. Incluso se dio el tiempo de acomodar su sombrero.

    —Ahora que lo dice, todo esto debe tener que ver con lo que está queriendo combatir otro dios, el supremo Kaioshin. ¡Es mucha casualidad que usted, y también el Kaioshin del este se presenten aquí!

    —¿El kaioshin del este? —Se impresionó Beers, saltando al escritorio de Enma para curiosear en sus cosas— ¿Y a qué vino ese personaje tan patético?

    Enma Daio no sabía que el dios destructor consideraba patética a una figura de autoridad tan importante como el kaioshin, por encima incluso de los kaiosamas, y del gran kaiosama ¡Pero si era el dios de los propios dioses! Como fuera, esperaba que Beers no cometiese alguna atrocidad en el otro mundo; era muy raro verle allí así que quizá todo el universo estaba en riesgo.

    —¿Qué es eso del Kaioshin del este? —le preguntó Gohan a Whis entre susurros— Yo sólo había escuchado de Kaiosama.

    —¡¿Acaso no has oído hablar del supremo Kaioshin?! —Le escuchó Enma Daio, y golpeó con los puños su escritorio haciendo que Beers diera un brinco por la vibración— ¡Él es la máxima autoridad del universo, más importante que…

    —Sí sí, pero vayamos al punto —se ofuscó el felino divino—. Ya he tenido que esperar mucho; estoy molesto.

    —Aaahh… ¡claro, bueno! —Enma volvió a revisar su libreta— El supremo kaioshin vino con un ayudante, Kibito, a pedirme una lista de todos los luchadores existentes en el universo que hayan conservado su cuerpo.

    Gohan intuyó que vería a su padre pronto.

    —La verdad no supe para qué me pidió la lista, pero ahora pensándolo bien, es obvio que debe estar buscando a alguien lo suficientemente fuerte para enfrentar a algún enemigo que haya surgido ¡eso tiene que ser! Porque he recibido demasiadas almas en pocos días, incluso toda la población de varios planetas fue exterminada.

    —¿Oíste Whis? ¡Alguien se está dedicando a destruir los planetas a su antojo, y no soy yo! ¿A quién se le ocurre semejante cosa?

    —Dígame rey Enma —preguntó el ayudante de Beers ignorando al gato— ¿Oí que algunas personas han muerto convertidas en galletas?

    —¡Así es! hay mucha gente que ha sido transformada en diferentes clases de golosinas. Tortas, pasteles, galletas o incluso helados o chocolates. También llegó uno que se convirtió en un elote, pero creo que no tiene que ver con el problema.

    —¡Eso suena delicioso! —Se rió— Quien sea que esté haciéndolo, debe tener un paladar refinadísimo y un interés culinario sin igual.

    —Rey Enma, ¿puedo hacerle una pregunta? — Se acercó Gohan a su despacho— ¿Acaso sabe si una persona llamada Son Goku también conservó su cuerpo, y está ahora con ese supremo Kaioshin?

    —Vaya, me quitaste las palabras de la lengua, muchacho. Justo ésa era mi segunda pregunta.

    Enma Daio recordó la situación y sonrió.

    —Claro que sí. Al sentir el inmenso ki del enemigo, el mismo Goku vino hasta aquí inquieto desde el mundo del Gran Kaiosama. Entonces fue cosa de tiempo hasta que fuera citado por Kaioshin y Kibito. ¡Muchos de los mejores luchadores están ahora mismo en el…

    Pero dudó si decirlo. ¿Y si Beers decidía ir, y destruir el único y monumental mundo supremo de los dioses? Eso iba a ser terrible y lamentable para todos en el otro mundo.

    —A dónde están. —Insistió el felino.

    —Emm… están en Kaioshinkai, el mundo sagrado.

    —¡Gracias por tu información!

    Beers caminó arrugando las hojas de un libro con sus pisadas, y saltó hacia abajo para caminar hasta la salida, pero Whis le pidió un segundo más de su paciencia.

    —Dígame algo, rey Enma. ¿Usted es el encargado de elegir los individuos para que conserven su cuerpo en el otro mundo, no es así?

    —Exactamente.

    —Entonces ¿no puede hacer aparecer el brazo de este guerrero? Él es hijo del saiyajin Goku.

    —Oh, ¿de veras? Pero no estás muerto, lo que significa que cuando regreses al mundo de los vivos, volverás a perderlo.

    —¡Entiendo! —Gohan agradeció mucho, después de sentir que también su fuerza se restableció de súbito.

    —¡No sé para qué hice lo de la palmera! —se reprochó Beers— yo quería comprobar que ibas a ser capaz de soportar la venida hasta aquí, pero la energía se te restableció. ¿Crees poder llegar a ser un dios súper saiyajin ahora?

    —La verdad… no, lo siento. De veras me gustaría; mi idea es otra.

    —Qué lástima. Porque si lo fueras, podrías vencer a los androides e impedirías que yo destruyera tu planeta.

    ¿Destruir la Tierra? Si Beers lo hacía definitivamente Enma Daio no iba a tener un segundo de descanso. Como el grupo liderado por el dios destructor ya no parecía seguir prestándole atención, hizo pasar a la siguiente alma, la cual había muerto cuando se convirtió en una paleta rellena y fue arrojada desde un precipicio por su mal sabor.



    Salieron del templo con Beers cada vez más temperamental. Su problema era que el planeta supremo se hallaba en un plano existencial distinto al del otro mundo, así como el otro mundo estaba en un plano diferente al universo de los seres vivos ¡otra vez necesitaban alguien que los llevase!

    —Eso no es del todo cierto, señor Beers. Es verdad que Kaioshinkai está en otra dimensión separada de esta, pero eventualmente se puede atravesar a través de cualquiera de los planos existenciales.

    —¿Qué?, ¡dime como! —le ordenó el dios.

    —Es fácil —contestó su ayudante entre sonrisas—, tan sólo tiene que desplegar una gran cantidad de ki mientras emite un grito muy poderoso, y toda la energía resquebrajará esta dimensión abriendo un agujero a la otra.

    —¿Tan fácil es? ¿Y cómo puedo decidir a qué dimensión me traslado…

    —Eso es imposible— respondió Whis, viendo a Gohan escuchar con atención— sólo se va hacia el plano que es superior, así que desde acá sólo puede llegar al mundo de los kaioshin.

    Gohan se aliviaba de saber aquello en ese momento, pues si Beers se hubiera enterado antes, seguramente habría destruido la tierra sin necesidad de que Karin le trajese al otro mundo.

    —Si usted se queda encerrado en la dimensión que está en blanco, con un grito puede llegar al universo conocido —continuó Whis su explicación—. Si ya está ahí, un grito lo trasladará hasta acá, que es el otro mundo, y…

    —Sí sí, ya entendí. ¡Vamos a intentar! pero mejor movámonos un poco, no quiero matar a las almas que ya están muertas, esas ya tuvieron suficiente castigo.
    -----------------------------------------------------------------

    Nota: por supuesto que lo del grito que abre un hueco a otra dimensión es un guiño a lo que ocurrió en la línea temporal de DBZ con Súper Buu y Gotenks, sólo que me he tomado la libertad de ampliar el concepto y permitirle a Beers viajar al mundo de los kaioshin sin necesidad de teletransportarse. En la película, lo vemos ir con Whis hacia donde Kaiosama sin que se nos explique cómo atravesaron el universo de los vivos para llegar al otro mundo.
     
  16.  
    InunoTaisho

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    Buen punto eso del grito que traspasa las dimensiones, y también el hecho de que Karim los llevara hasta allá con Emma - sama, y las explicaciones de éste sobre las extrañas muertes y el ansia del Kaioshin por encontrar a un súper Guerrero... Kid Boo en acción; aunque, como se ve en la película, Whiss no necesitaba ayuda de nadie ya que es lo suficientemente poderoso para transportarse de un lugar a otro a su antojo, pero tu descripción está bien.

    Ya quiero que topen de frente con Gokú, pero tengo la sensación de que no será así y por ello es que tendrán que trasladarse a la época en que se desarrolla la película. Te sigo, gracias por esta historia.
     
  17.  
    LhaurgigSesnas

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    La interminable búsqueda de Beers, el gato dios
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    10 - Reencuentro padre e hijo

    El grupo tomó una buena altura, hasta dejar el palacio de Enma Daio pequeño como si fuera una maqueta. Gohan estuvo todo el tiempo intentando sentir el ki de su padre, ¡era muy grande! Con aquel poder podría barrer con los androides, sin duda alguna. Sin embargo, el poder exhibido por Beers en el templo sagrado era todavía mucho mayor. ¿Acaso su papá se habría vuelto tan fuerte como un dios, y ahora debería enfrentar a Beers para probarlo?

    Como fuera, estaba muy contento con la idea de volver a verlo.

    —Así que tengo que gritar…

    Pero Gohan no estaba tan tranquilo, ya que también podía sentirse un ki asombroso en algún lugar del universo. Al parecer era aquella amenaza la que había forzado al supremo Kaioshin a buscar a los guerreros adecuados.

    —¿Siente ese ki, señor Beers? —preguntó de pronto Whis— Quizá ese sea el enemigo de su sueño, y no el súper saiyajin dios.

    —También hay otra presencia acompañándole —se preocupó Gohan—, ¡y además es más fuerte que yo, o que los androides! El universo está en completo peligro, ¿no es así?

    —¡Meh! No es tan serio. Aunque es ilógico que en este universo haya alguien con suficiente poder para detenerlo, así que tendré que hacerme cargo yo mismo.

    —¡Oh, señor Beers…

    —Pero no hasta que se me aparezca frente a mí. Por mientras que haga lo que se le dé la gana.

    A la felina deidad eso le tenía sin cuidado. Que desaparecieran de la faz de la galaxia 3 o 4 planetas era lo de menos. Él tenía que encontrar a su dios súper saiyajin y batirse con él. Si su sueño era cierto, aquel guerrero iba a ser más fuerte incluso que ese enemigo que aterraba a todos.



    Gohan preparó sus oídos para soportar un fuerte grito, o en el peor de los casos un rugido estrepitoso igual al de un león o un tigre feroz. Incluso tomó distancia, a la espera de un grito tan poderoso que fuera capaz de romper la dimensión y abrir un agujero hacia otra. ¡Tenía que ser terrible, y tal vez sus oídos estuvieran en peligro! Así que se tapó sus orejas para resistir el inminente impacto sonoro.

    —¡¡Miaaaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!! —y dicho eso, se lamió un brazo que se había manchado en el templo sagrado.

    —¡Eso fue enternecedor! —se rió mucho Whis.

    —Cállate —dijo Beers avergonzado— no es mi culpa.

    Gohan había quedado perplejo… pero a pesar de lo absurdo que resultó aquel maullido ¡Beers tenía un poder sorprendente! Similar al de aquel monstruo que arrasaba la galaxia. ¿Acaso ese era todo su poder, o aún llegaría más allá? Tal vez el dios de la destrucción había calculado el ki justo que exponer, para no parecer demasiado poderoso en comparación a aquella otra bestia lejana.

    —¿Ya dejaron de reírse de mis miau miaus? El portal se cierra.

    —Yo ni me estaba riendo… —se defendió Gohan.

    Pero Beers tenía razón y había que apurarse, pues el portal se estaba haciendo muy pequeño. Whis entró primero y luego Gohan. El felino se quedó para el final pues todavía tenía que terminar de lamerse.



    Al otro lado, el mundo supremo de los dioses se veía muy pequeño, así que tenían que volar rápidamente hacia el planeta.

    —Afírmense fuerte de mí —dijo Whis, luego de quejarse porque allí hacía frío.

    Gohan y Beers se afirmaron cada uno de un hombro, y Whis los transportó volando hasta la superficie del planeta. Eso llamó la atención del saiyajin. ¿Acaso Whis tenía grandes poderes también, cómo para volar a una velocidad tan increíble?

    Aterrizaron en un prado verde más o menos plano, y a lo lejos se veían unos pocos árboles frutales y unas montañas. El cielo era de un color peculiar, y no se veía nadie por ninguna parte, salvo en un sitio donde había alguna especie de pilar de piedra, como si fuera una montaña esculpida para tener forma alargada. Había mucha gente flotando, haciendo una fila para realizar algo en la parte alta.

    —Vaya… la gravedad es un poco más pesada aquí —se fijó Gohan.

    —Eso parece, pero desde luego no importa. Y ahora ¿En dónde estará ese saiyajin llamado kakaroteno?

    —Kakarotto, señor.

    El sitio en donde estaba la gente se hallaba plagado de las más diversas criaturas de muchos planetas, todos muertos. Había seres parecidos a avispas, otros vestidos con cáscaras de naranja y también gente que tenía alas de murciélago en vez de manos y pies. Eran todos luchadores, aunque la mayoría de ellos no tenía un ki muy alto.

    Como se encontraban muy lejos para ver qué hacían, el grupo se elevó en el aire en dirección a ellos, y Gohan tomó mayor velocidad mientras sonreía al ver el próximo guerrero que tocaba de actuar.

    —¡Papá! —fue volando hacia Son Goku tan rápido que tanto el kaioshin del este como Kibito se asustaron.

    —¿¿Gohan?? —se sorprendió el guerrero— ¿Acaso te moriste? ¡Qué gusto verte hijo, aunque estés muerto!

    —¡No estoy muerto! —lo abrazó muy fuerte.

    Goku atinó a corresponder el abrazo, mientras veía por encima de la cabeza de Gohan para comprobar si tenía o no aureola.

    —Entonces de verdad no te moriste ¡Eso me da mucho gusto, Gohan! ¡Creciste mucho! Pero, ¿cómo has llegado hasta aquí estando vivo?

    El supremo kaioshin comenzó a carraspear molesto de ver a gente no invitada en aquel planeta tan exclusivo. Mejor era que continuasen con lo serio, aunque se volteó a ver a Kibito, quien tenía el rostro colorado del susto… más colorado que siempre.

    —¡Él es… él es… él es…

    —Yo traje a ese guerrero —dijo el felino—, soy el gran Beers, dios de la destrucción.

    —¡No puede ser! —Kaioshin no se había percatado, pues había venido desde atrás luego del hijo de aquel saiyajin.

    —¡Él es… él es… él es…

    —Es Beers, el dios de la destrucción —completó Whis la frase, con una amplia sonrisa.

    —¡Oooh! No puedo creerlo, él es… es…

    —No hagas el ridículo frente a Beers el destructor, Kibito —se le quejó Kaioshin.

    —Como usted diga señor. ¿Pero ya vio quién es?

    El resto de los guerreros también había escuchado aquello, y los pocos que habían oído aquel nombre antes escaparon corriendo a cualquier parte. Pero uno hizo todo lo contrario.

    —¡Me vengaré, Beers el fanfarrón! —le amenazó el guerrero más poderoso del planeta galliforme.

    —Ah… ya recuerdo. ¿Yo destruí el planeta donde vivías, no?

    —Así es, por eso ahora te desplumaré.

    —¡No digas estupideces! —le reprendió Kibito, recuperando la compostura— ¡Ni siquiera lograste mover la espada Z un milímetro de esas rocas!

    —Ahora me tocaba intentarlo a mí —intervino Goku— ¿Todavía quieren que lo haga?

    —Espere un momento —le dijo Kaioshin.

    —¡Ya sé que no logré retirar esa espada, pero es porque no usé todos mis poderes! ¡¡Ahora verás, gato!!

    —¿De veras peleará contra ese pollo? —se asombró Gohan.

    —Bueno… es que en realidad sí debe tener ganas de vengarse —se rascó la cabeza el felino.

    —Como el planeta galliforme estaba habitado solamente por pollos y pavos —comenzó a explicar Whis— el señor Beers lo destruyó en un incendio gigante, y todos los habitantes se cocinaron ¡Estaban deliciosos!

    Y se regodeó recordando aquel sabor.

    —¡Ahora será distinto! —dijo el pollo— ¡Me he estado entrenando los últimos diez mil años bajo una gravedad aumentada trece millones de veces!

    Goku se asombró sobremanera, pero por suerte Gohan estaba ahí para hacer una pregunta que le pareció la indicada.

    —Y dígame, señor Whis. ¿Cuánta fuerza gravitatoria tenía el planeta Galliforme?

    —No tenía gravedad —dijo él—. De todas formas las gallinas no vuelan, así que no importaba.

    —A ver ¿y qué crees que estoy haciendo en este preciso instante, zopenco?

    —Pues yo diría que es por los turborreactores que llevas puestos —apuntó Beers a su espalda.

    —¡Ya basta! ¡Te enseñaré de lo que soy capaz, minino! Ahora comprobarás el poder de un súper dúper polloyin fase 5, dai san dankai, full power mystic legendario, que ha mirado la luna llena y ha tomado el agua suprema divina. También usaré ¡Kayobarbie aumentado 500 veces!

    —Ah ¡ya veo! —lo entendió Goku— ¡Si kayo-ken, kayo-barbie!

    —¡¡Pio pio, infeliz!!

    El guerrero súper dúper polloyin 5 se abalanzó contra el dios de la destrucción, con sus plumas doradas rodeadas de un aura y muchos rayitos azules que demostraban su fuerza infinita. Aleteó para dar su primer golpe a una velocidad tremenda, y Beers recibió el golpe de lleno en su rostro.

    —¿Ya te vengaste lo suficiente? —le preguntó sin inmutarse.

    —¿¡Queeeeé!? Esto no puede ser ¡Kayobarbie aumentado 600 veces! ¡Transformación fase 6 súper poll…

    El guerrero emplumado fue mandado de un golpe del dedo meñique del pie izquierdo de Beers a muchos kilómetros de distancia.

    —¿Viste, Whis? Finalmente sí entrené ese dedo de mi pie.

    —Felicidades, señor…

    Goku se mostró asombrado por ese golpe tan veloz, mientras Gohan quiso tener algo de respeto por el pobre pollo, pero no podía aguantarse las risas así que decidió taparse la boca.

    —No fue muy poderoso, pese a lo que dijera.

    —No estés tan seguro Gohan —le respondió su papá—, creo que era más fuerte que Yamcha.

    Pero el hecho de tener al dios de la destrucción en el planeta supremo sólo podía ser un mal indicio, y el felino divino ordenó que todos los guerreros se marchasen.

    —Excepto él —dijo apuntando a Goku—, tengo que hablar algo muy importante con ese saiyajin.

    —¿Qué, yo?

    —Así es.

    Pero fue interrumpido por Kaioshin, pues estaba muy preocupado por el enemigo al que debían hacer frente. Ahora sólo aquel guerrero llamado son Goku podría retirar la espada Z, y al usarla obtener un poder insuperable, suficiente para derrotar a Majin Boo, que había despertado por el infame mago Babidi.

    Kibito dudaba que aquel guerrero fuera capaz de retirar la espada un solo milímetro, y además aunque lo hiciera, estando Son Goku muerto había que esperar que el monstruo Boo llegase hasta el otro mundo.

    —Eso no es problema —comentó el kaioshin del este—, porque el brujo Babidi me odia y seguramente antes de ser asesinado, le habrá dado la orden a Boo para que me busque.

    —¡Pero señor Kaioshin! —le hizo notar Kibito abruptamente— Fue el mismo Majin Boo el que mató a Babidi, ahora anda a sus anchas por el universo.

    —Todo eso a mí no me importa —se aburrió Beers—. Lo que quiero comprobar es que el saiyajin retire la espada, si es que es tan difícil como dicen.

    —Dime Gohan —le preguntó Goku mientras tomaba la empuñadura—. Según le pregunté a Uranai Baba cuando vino de visita, eres el único guerrero que queda en la Tierra, ¿no?

    —Sólo yo y Trunks papá, él es hijo de Vegeta. Luego de que falleciste aparecieron unos terribles androides, y amenazan al mundo entero.

    —¡Otra vez esos androides! —se quejó la felina deidad— Que retire esa espada luego.

    —Es una lástima Gohan —al parecer la espada sí estaba muy firme— Aunque yo ya estoy muerto, quise regresar a la Tierra por un solo día para encargarme de esos dos, pero Enma me dijo que como yo había muerto de causa natural, nada se podía hacer.

    Preparó sus piernas y se encuclilló levemente.

    —¿Sabes? Las esferas del dragón tampoco servían para revivir a los fallecidos de forma natural; creo que es la misma razón.

    —¿Las esferas del dragón? —se interesó Beers.

    En cambio Whis miró como Kibito y el Kaioshin no tenían idea de lo que estaban hablando. Ni tampoco sabían nada de las esferas del dragón. ¡Vaya dios estaba hecho ese Kaioshin! Deplorable… al menos todo marchó de acuerdo a sus expectativas, y el monstruo Boo logró ser despertado.



    Ahora un guerrero saiyajin tendría que batirse contra él.
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    Nota: Quise recalcar otra vez en los motivos por los cuales Goku no podría regresar al mundo de los vivos, si es que existiera en el futuro de Trunks. La actitud de este Goku es diferente a lo visto en Z cuando decide dejar que los niños aprendan la fusión en vez de enfrentarse con Boo en SSj 3, pues ya estaba muerto y no le correspondía. Aquí sí quiso influir, frustrado de morir del corazón y notando como todos morían uno a uno.

    También quiero dar el crédito del chiste del Kaio-ken y Kaio-barbie a los creadores de la parodia "Dr. Goku", pues yo aquí apliqué el chiste pero no fui la inventora. Creo que sale como en el capítulo 5.

    Ahora InunoTaisho no acertó con sus predicciones xDD
     

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