Creepypasta La Hermana de Jeff the Killer y Homicidal Liu

Avisos:
1) Esta historia no sera la típica T/N x Creepypastas, aquí la protagonista tendrá un nombre.
2)Esta historia estará contada desde el punto de vista de varios personajes, no solo la protagonista en sí.

Aclarado estos dos puntos comencemos con la Historia.


Prólogo:

Fui testigo a mis siete años de edad de como mi hermano mayor se volvió loco y acabo con la vida de mis padres y mi otro hermano mayor. Yo en aquel entonces, había sido ocultada por mi mama dentro del armario para evitar que él viniera por mi y funciono. Se marcho y a los pocos minutos llego la policía encontrándome dentro del armario asustada pero con una mirada vacía.
Temieron que volviera por mi, por lo que decidieron mejor entregarme a un orfanato y dar a conocer a la prensa que Laia Woods había perecido junto con su familia. No paso mucho, diría que unas pocas semanas, cuando me entere que mi otro hermano mayor resulto que al igual que yo estaba vivo, sin embargo, no me permitieron tener contacto con el, por lo que supuse que si el preguntaba por mi en la policía, le iban a decir que había muerto.


—Jeff...Liu...—musité.


Actualmente me encuentro cursando el ultimo año del secundario, no hace mucho acababa de cumplir los diecisiete años y debo decir...que mi vida prácticamente no es de color rosa. Primero que nada desde que ingrese a los 13 años, los populares siempre que podían me hacían bullyng, pero mi verdadera desgracia comenzó cuando cumplí los 15 y se supo la verdad sobre mi familia.
Nadie me hablo o se acerco a mi luego de que toda la escuela se enterara de que soy la hermana menor de los famosos asesinos Jeff The Killer y Homicidal Liu, y si lo hacían, era únicamente para maltratarme mas de lo que ya lo hacían a diario..


—¡Vamos defiéndete hermana de asesinos!—me insultaba un chico mientras me golpeaba.

—¿Todavía sigues aquí? ¿Que acaso la policía no te puede arrestar de una vez?—me decía con desprecio una chica.

—¡La cárcel es a donde perteneces!—me gritaban.

—Llevas sangre asesina...no deberías estar entre los nuestros—dijo el chico dándome un último golpe.


Insultos, golpes graves los cuales me llevaban a mas de una vez al hospital, intentos para inculparme de robos e inclusive, intentos para de alguna forma u otra querer arrebatarme la vida, si lo que oyeron. Las chicas intentaban ahogarme en los baños de la escuela y los chicos a golpes, tengo cicatrices por todo el cuerpo a excepción de mi rostro.
Se que me dirán...¿Por que no me defiendo? Simple, porque ellos quieren que haga eso, que me defienda tal y como lo hacen mis hermanos solo para librarse de mi. Yo resisto por dos razones, la primera es que me falta poco para cumplir mi mayoría de edad e irme de esta mierda y la segunda porque, aunque no lo crean, quiero realmente encontrar a mis hermanos.
Jamás odié a Jeff por lo que hizo aquella noche, ni tampoco odio a Liu por querer vengarse de él, ambos son mis hermanos queridos y mi meta es encontrarlos y volver a ser la familia que éramos antes de que ocurriera toda esta tragedia. Quiero poder abrazarlos una vez mas y decirles "estoy viva, no morí aquella noche, los policías les mintieron" también decirles cuanto los extrañe, abrazarlos, quiero...recuperar a mi familia.


—Jeff...Liu...—susurré suspirando y dejando que lágrimas recorrieran mi rostro— Hermanos...los extraño.

 

Capitulo 1

—¡Laia! ¡Despierta!—me llamó gritando una voz femenina infantil golpeándome con una almohada.

—¡Ah! ¡Suri! ¿¡Cuantas veces te dije que no te lances arroba mio!?—chillé molesta.

—¡No es mi culpa que tengas el sueño pesado! ¡Llevo mas de diez minutos intentando levantarte!—se defendió la pequeña— ¡Ademas roncas como un oso con una infección nasal!


Suri era una niña, la única con la que tenia fuertes lazos de amistad en el orfanato, se podría decir que la considero como una hermana menor y ella a mi una hermana mayor ya que solo tiene seis años de edad. A ella nunca le importo el hecho de que yo sea hermana de dos famosos asesinos, y por lo tanto aquello nos unió.
Suri era hija única hasta hace un año, que fue cuando llego aquí, su madre quedo embarazada de su hermana menor y al nacer, toda la atención que ella recibía pasaba a ser de su nueva hermanita. Eso provoco celos en ella y a diario ella discutía con sus padres, hasta que en una de sus tantas discusiones, ocurrió un accidente automovilístico en el cual solo ella sobrevivió.
Ninguno de sus parientes cercanos, tanto paternos como maternos quería hacerse cargo de ella pues la culpaban de la muerte de su familia, por lo que fue enviada al orfanato donde la conocí y rápidamente establecimos confianza.


—Desearía no tener que ir a la escuela...—dijo ya con su uniforme puesto y con la cabeza baja.

—Descuida Suri, solo un año mas y te prometo que ambas nos iremos de este lugar y comenzaremos una nueva vida juntas—le aseguro con una sonrisa.

—¿Lo prometes?—preguntó ella alzando el dedo meñique.

—Lo prometo—aseguré entrelazando mi meñique con el de ella.


Suri, al igual que yo, es víctima de bullyng, pero no por su historia familiar, sino que no era una niña muy niña que digamos. Es orgullosa, y con poca paciencia en cuanto la insultan u ofenden, por lo que las hermanas del orfanato siempre reciben constantes llamadas de sus profesores acerca de su actitud.
Llevé a Suri a su colegio que esta a dos cuadras del mio, daba gracias a la madre superiora de que accedió a mi petición de que nos inscribieran en instituciones que no estuvieran a tan larga distancia pues las dos eramos inseparables. Deje a mi hermanita en la entrada de su escuela y espere a que ingresara a su salón, una vez que lo hizo, sonreí y me marche el mio, recordando el día en que llego al orfanato.


Flash Back.

— Niñas, ella es Suri, una nueva amiga—habló la directora del orfanato presentándonos a Sur quien tenia una mirada fría y seria en su rostro— Por favor sean amables, compartirás habitación con Laia ¡Laia, al frente por favor!

— Un gusto, me llamo Laia, Laia Woods, espero que nos llevemos bien—me presenté ante ella con una sonrisa.

—Uh...si—fue lo único que respondió tomándome de la mano.


Fin Del Flash Back.

No se si fue porque Suri llego el mismo día en que se cumplían nueve años despues de mi tragedia y sintió mi dolor o si solo fue una confianza extraña o una conexión, pero desde que llego me ha seguido a todas partes y ni un segundo se despego de mi.


"Bien...aquí voy" pensé antes de traspasar las puertas de la escuela

 

Capitulo 2

—Miren llego la hermana de los asesinos—susurró uno mis compañeros.

—¿De nuevo aquí? ¿Porque el director no la expulsa?—inquirió otro.

—Ella sera como sus hermanos, no pertenece aquí—masculló una chica

—La cárcel o un reformatorio es donde pertenece—bufó otra.

"Veo que no se resisten en disimular, como siempre. Tranquila Laia, solo un año mas y podrás irte lejos con Suri." pensé


Cada mañana era lo mismo desde que se supo mi secreto, los demás estudiantes susurraban cosas y unos que otros me insultaban, me tacleaban, tiraban mis cosas, en fin, lo mismo de siempre. Llegue a mi casillero, busque mis cosas, fui a mi salón y me senté en mi lugar casi al final muy cerca de la ventana.
Las clases pasaron aburridas y en mi escritorio con bolas de papel cayendo en mi escritorio las cuales contenían un sin fin de insultos. Ya a la hora del receso se acerca mi peor pesadilla: la popular del colegio, no el salón, del colegio junto a sus dos amigas populares. Esas tres eran las que hacían mi vida mucho mas miserable que el resto de los estudiantes de aquí, se las presento: Liz la líder y sus dos seguidoras Marisol y Brooke.


—Que suerte la mía...—suspiré frustrada.

—Hola asesina—saludó de forma "amistosa" Liz.

—Hola alzada—le devolví el saludo.


Liz era literalmente la zorra no del salón sino del colegio en general, la típica rubia plástica de telenovela y popular que vive para hacer sentir inferiores a los demás y humillarlos públicamente. Fue gracias a ella, que la verdad sobre mi sangre fue revelada, fue ella quien divulgo por toda la escuela de mi relación con Jeff the Killer y Homicidal Liu.
Solo los profesores y las monjas en el orfanato donde vivía sabían acerca de mi procedencia, y esto las monjas pidieron al director y los maestros no revelarlos. Sin embargo, no contaron con que Liz de alguna forma u otra lograra ver mis archivos y lo aprovecho a toda costa para gritarlo a los cuatro vientos.
Intento por todos los medios ignorarla o bien evitarla a toca costa debido a que su novio es el típico capitán del equipo de baloncesto y que solo disfruta de fornicar no solo con ella sino también con toda chica virgen que se le atraviese. Para mi suerte, esta vez no venia con el, porque cada vez que se aparecía con Logan, su novio, yo terminaba en el hospital.


—¿Como me llamaste?—preguntó haciéndose la ofendida.

—Por como todos te susurran cuando te ven pasar—contesté encarándola.

—Escucha huérfana, tienes suerte de que Logan no estuviera aquí porque sino...—antes de que siguiera con la amenaza la interrumpí

—Si que lastima que este bajo el techo de otra y no aquí—dije.


Se que anteriormente mencioné que ignoraba a todo aquel que me insultara o que me quedaba callada en cuanto se acercaban a mi, pero con Liz, sus amigos y su novio deben entender que la paciencia se esfuma. Eso si, solo era capaz de responderle no con tanta dureza para no llevarme un castigo del cual me arrepintiera después.
Liz se fue ofendida, yo suspire, hoy tal parece que tendría que escapar por atrás o por cualquier lado para no toparme con ella que de seguro me estaría esperando con Logan a la salida. En cuanto el timbre sonó me asome por la ventana, efectivamente, Liz y sus amigas me esperaban afuera junto con Logan y por lo que vi, parecían tener una cuerda y unos cuantos palos para golpearme.
Salté la cerca de la parte trasera del edificio de mi escuela y me fui a buscar a Suri quien me esperaba de la mano de su profesora alegre de por fin salir de alli. Lo que no conté fue que, Liz y su grupito se atreviera a seguirme de camino de regreso al orfanato.
Liz me rodeo a mi y a Suri junto con Marisol, Brooke y Logan, esto si que pintaba mal, tal parece que esta vez no se contendrían ni en frente de una niña de siete años, Logan me agarro mientras Liz se encargaba de darme una lección y las amigas de ella se encargaban de Suri quien apenas las vio comenzó a insultarlas como sino hubiese un mañana.
Liz me pateaba, me pegaba tanto con sus manos como con el palo que traía en la mano, y al ver que ya no oponía resistencia debido al dolor Logan se le sumo a la golpiza. No podía moverme, tenia ya las costillas rotas y mis brazos y piernas sin la capacidad de moverlas, apenas podía ver a Suri siendo lastimada por las perras de Marisol y Brooke mientras intentaba llegar a su mochila.
Mi vista se tornaba borrosa, lo ultimo que recuerdo fue escuchar una canción, una canción similar a Pop Goes the Weasel pero en una versión mas tétrica, después de eso, todo se volvió negro. Desperté y me veía en lo que parecía ser una habitación de hospital, suspire aliviada de aun seguir con vida pero a la vez frustrada de que otra vez me hallaba en aquel desagradable lugar.


—Por fin despierta jovencita—habló una voz sacándome de mis pensamientos, miré hacia la puerta y vi a un policía.

"¿La policía?" pensé confundida.

—Señorita Laia...sino le molesta quisiera hacerle unas preguntas—habló el oficial mientras sacaba una libreta y una lapicera—Antes de que pregunte, no se preocupe por la señorita Suri, esta bien, ahora...¿Que tanto conoce a las estudiantes Liz Teper, Marisol Garcia y Brooke Sandoval?

—Solo que le gusta hacerme la vida imposible—contesté con algo de sospechas.

—¿Fue ella la que le hizo todas esas heridas?—volvió a preguntar. ¿Que es esto? ¿Un interrogatorio?.

—Si, fueron ellas y el...—volví a contestar—Disculpe oficial...¿Algo de lo cual deba saber?

—Esta bien, lo diré sin rodeos, ellas tres mas el señor Logan Knigth, fueron encontrados muertos a su lado luego de que se desmayara—reveló finalmente el detective.


Me quede helada, no lo podía creer, Liz junto con sus amigas y su novio...¿Estaban muertos? ¿Como era eso posible? El detective dijo que no era sospechosa debido a que unos testigos afirmaron que vieron a Liz y los demás golpearme y caer desmayada, ellos iban a llamar a la policía y en cuanto volvieron los cuatro yacían muertos de una forma muy cruel y sádica mientras que yo seguía inconsciente.
En eso recordé que antes de desmayarme escuche una canción, estuve a punto de hablar pero preferí callar. Cerca del anochecer me dieron de alta y regrese al orfanato en donde Suri me esperaba preocupada. Al verme entrar me abrazo llorando, le bese la cabeza y me la lleve a mi habitación en donde continuo llorando por un largo rato hasta que finalmente se calmo.


—Ya Suri, estoy bien—la abracé acariciándole la cabeza— No tengo nada malo.

—Lai yo...se quien mato Liz, a sus amigas y al sin cerebro de su novio—me dijo una vez que estuvimos en nuestro cuarto solas, provocando que abriera mis ojos de par en par—No le dije a la policía porque se lo merecían.

—¿Que? ¿Suri, quien lo hizo?—la interrogué.

—Mi nuevo amigo, lo conocí hoy en la escuela, se llama Laughing Jack—respondió.

—¿Laughing Jack?—inquirí confundida.


Suri se dirigió hasta su mochila y saco una extraña caja de madera algo vieja y desgastada, le dio cuerda y comenzó a sonar una melodía, la misma que había escuchado yo al momento en que me desmayé. Ciertamente era una versión tétrica y espeluznante de Pop Goes the Weasel, pero lo mas tétrico y espeluznante apareció luego de que esta finalizara: un payaso en blanco y negro.

 

Capitulo 3

Un payaso alto como un poste, con largos brazos y piernas y una vestimenta que consistía únicamente en dos simples colores, blanco y negro, yacía frente a mi. Trague con nerviosismo al verlo, mientras que Suri lo saludaba con total normalidad.
El payaso se presento ante mi como Jack, Laughing Jack, y efectivamente, como el asesino de Liz, Brooke, Marisol y Logan. Según el, Suri lo saco de su caja y le suplico ayuda, a lo que el, gustosamente accedió gustosamente.


—Se que lo que hizo estuvo mal pero yo creo que esas zorras se lo merecían por maltratarte durante 5 años—dijo Suri causando que el payaso riera de una forma que me causó bastante escalofríos.


—¿Cinco años dejaste que fueras el centro de sus burlas?—inquirió el payaso sin dejar de reír—Vaya, si que eres patética.


—Tengo mis razones para hacerlo payaso—le espeté


Se que debería estar agradecida con el por habernos salvado, y estoy también de acuerdo con Suri de que esas perras de Liz y sus amigas y el descerebrado de Logan se lo merecían, no obstante, eso me daba razones para desconfiar de el y temer por mi vida y la de Suri. Según Jack, el solo venia a ser nuestro mejor amigo para siempre y aquello que le hizo a Liz y su grupo solo se lo haría a aquellos que nos lastimaran.
Suri al oír eso se puso feliz y abrazo a Jack, yo por mi parte todavía no confiaba en este payaso, mimo, bufón sea lo que fuese y no bajaría la guardia. Apenas eran las 6 y 30 de la tarde, cenábamos siempre a las 8 y 30 así que teníamos tiempo de sobra para jugar.


—Quiero jugar a la casita Lai...—pidió Suri.

—No te cansas nunca del juego Suri—suspiré mientras sonreía.

—¿Lo juega todos los días?—preguntó Jack.

—Si, adora ese juego, le recuerda una época feliz con sus padres—respondí.

—Esta vez cambiemos Laia, no seras mi hermana, quiero que seas mi mami y Jack sea mi papi—dijo con total calma mi pequeña.


Me costaba tener que jugar a la casita con un integrante mas, sobretodo si ese integrante es un payaso asesino. Me quede callada, por Suri ya que esta era en verdad la primera vez que hacia un amigo.
En las 2 horas que jugamos a la casita Jack parece que se tomaba en serio su papel de padre, pues alzaba a Suri en sus hombros, la mimaba, incluso se dejaba peinar por ella. Llegó un momento en que a Suri le dio sueño de verdad, y antes de irse a dormir, pidió que ambos la lleváramos a su cama y les diéramos las buenas noches tal y como lo harían un par de padres y así lo hicimos.
Suri se durmió en seguida, yo me dirigí al baño en donde cepille mi cabello, lave mis dientes y me coloque un pijama a rayas blanco y negro.Al salir, Jack observaba la noche a través de mi ventana mientras yo me metía dentro de la cama.
No se si fue mi imaginación o no, pero al momento en que volteo a verme pude notar un leve sonrojo en su rostro, pero decidí ignorarlo. El sueño me empezaba a vencer pero yo luchaba por mantenerme despierta, ya que todavía desconfiaba de el.


—¿No vas a dormir?—me cuestionó.

—No...te soy sincera, de verdad agradezco que nos hayas salvado a mi y a Suri—empecé a decir cabeceando un poco del sueño—Pero que hayas recurrido al asesinato por mucho que digas que solo a los que nos hacen daño los mataras, no confió en ti.

—Eres muy lista Lai...buenas noches—dicho y hecho, Jack se metió a su caja y no salio mas sino hasta el día siguiente.


Desperté por el molesto ruido de mi despertador, si lo que oyeron, compre un despertador porque me canse de la jaqueca que Suri me provocaba al despertarme con la almohada. Pensé que lo de anoche había sido todo un sueño pero no, justo al lado de la cama de Suri estaba la caja de aquel payaso asesino. Suspire frustrada mientras me incorporaba, la levantaba y juntas íbamos al baño.
Nos lavamos la cara, nos peinamos y nos vestimos con nuestros uniformes y al salir del baño vi algo que me dejo impactada. El payaso también estaba despertando y fuera de su caja, con una única diferencia de que solo vestía unos boxers.


—¿¡Pero que carajos!?—chillé tapándole los ojos a Suri— ¡Jack ponte algo inmediatamente!

—¿Huh? ¿Por que tanto escándalo?—se rió con burla— Parece como si fueras la primera vez que vez un cuerpo masculino al 90% desnudo.

—¡Al menos ten cerebro! ¡Hay una niña presente!—mascullé. Este payaso emo si que sabe sacarme de mis casillas fácilmente.

—Papi por favor hazle caso a mami—pidió Suri.


Cabe decir que tanto yo como Jack nos sorprendimos de que nos dijera aquellas palabras puesto que no estábamos jugando. Mire a Jack quien solo suspiro y con un simple chasquido ya tenia su ropa puesta y se había metido dentro de la caja.
Suri se llevo la caja a su escuela, la deje en la entrada, espere a que ingresara y luego me dirigí a la mía. Esta vez, fue diferente, los demás solo me miraban con rabia y me insultaban muchas barbaridades, tal parece que ya se enteraron de la muerte de las plásticas y el descerebrado y lo típico, me culpaban.


—Que desgracia...—musité suspirando frustrada.

—Pues mátalos a todos—habló una voz a mis espaldas provocando que me asustara y diera un salto.


Detrás mio se encontraba un joven pelirrojo con ojos celestes como el cielo, una remera naranja, unos pantalones azules y zapatillas deportivas rojas. Sino fuera por la frase que dijo de matarlos a todos, créanme que ni en un millón de años habría reconocido a Jack.


—¿Que haces aquí? ¿No deberías estar con Suri?—pregunté una vez ya calmada del paro cardíaco que casi me provoca.

—Que ella tenga mi caja no quiere decir que no pueda alejarme de ella—contestó Jack mientras comía una paleta.

—¿Y que onda con esta apariencia?—volví a preguntar mirándolo de pies a cabeza.

—Mi apariencia humana, todos los creepys tenemos una apariencia que evita que los humanos nos descubran—explicó como si nada pero vio que yo no entendía la palabra "Creepys"— Otros asesinos, por cierto...¿Por que te molestan diciéndote todos esos insultos?

—Mis hermanos mayores se volvieron asesinos y creen que por ser hermana de ellos yo también me volveré una. Solo eso diré—contesté lo mas fría posible.

—Ya veo...—dijo mientras observaba a los demás estudiantes dedicándome miradas de rabia—¿Por que no te saltas todas las clases hoy? Ve por tus cosas y vayámonos de aquí.

—¿Por que?—quise saber.

—Tengo oído desarrollado y un grupo que esta por allá—respondió señalando un grupo de cinco chicos— Piensa vengar la muerte de los cuatro malcriados que asesine, así que mejor vámonos a menos que quieras regresar al hospital.


Me sorprendió mucho el hecho de que Jack hiciera tal acto considerando su estatus de asesino. No obstante decidí hacerle caso, fui a mi salón, guarde mis cosas y escape por la parte de atrás junto con Jack. Llegué a un parque cercano al orfanato y allí me senté en un columpio, no había ni un alma puesto que estábamos en un horario en que la gente trabajaba y los niños estaban en la escuela, Jack volvió a su forma normal y se coloco con ambos pies al costado del columpio y sosteniéndose de las cadenas


—¿Y quienes son tus hermanos?—preguntó el payaso.

—Que te importa—bufé.

—Eh... aun despues de haberte ayudado a que no termines en el hospital aun desconfías de mi—dijo mientras me miraba con cara de aburrido— Lo admito, eres fuerte niña.


Permanecí en silencio así con Jack hasta que llego el momento de buscar a Suri y regresar al orfanato.

 

Capitulo 4

En cuanto fuimos a buscar a Suri al colegio y regresamos al orfanato, inmediatamente se lanzó a los brazos de Jack queriendo jugar nuevamente a la casita, solo que esta vez con grandes diferencias. Como pudieron ver, desde que llegó el payaso quiere que ambos seamos sus padres, no nos molestaba, pero lo que Suri pidió casi juro que me atraganto con el refresco que traía.
Sacó de mi armario un vestido de verano color blanco y detalles en negro. Lo que Suri primero quería jugar era que su "mami y papi" se casaran y después que la tuviéramos a ella y créanme que también hasta Jack casi le da un infarto.
No se si esta niña lo hacía apropósito o no pero mejor decidí complacerla y Jack parece que pensaba lo mismo. Me puse el vestido y dejé suelto mi cabello, Suri haría esta vez de cura para "casarnos" mierda que esto era vergonzoso.


—¿Señor Laughing Jack aceptas a la señorita Laia como tu esposa?—preguntó Suri tratando de que su voz sea lo mas masculina posible.

—A-a-acepto—tartamudeó el payaso mas rojo que un tomate.

—¿Y tu señorita Laia acepta al señor Laughing Jack como tu esposo?—volvió a preguntar mirándome fijamente a mi.

—S-s-si, acepto—tartamudeé también con la cara roja.

—Y con placer los declaro marido y mujer, puede besar a la novia—dicho y hecho, Jack me dio un beso en la mejilla, cosa que Suri se quejó queriendo un beso en los labios.


Iba a protestar cuando sentí una presión sobre mis labios, mi corazón comenzó a latir a mil por segundo, sentí la cara arder y mis piernas a punto de caerse. No podía creer lo que estaba pasando, Jack me estaba besando, me estaba besando y para peor...era mi primer beso.
Me tenia agarrada de la cintura con uno de sus brazos y con el otro tenia mi mano agarra mientras me besaba, Suri estaba mas que contenta y siguió con el juego sin problemas, aunque Jack y yo casi no podíamos debido al beso inesperado.
El juego continuo con nosotros teniendo a Suri quien ahora actuaba como bebe y despues el juego normal de la casita en el cual actuábamos como una familia. Fue largo el día hasta que finalmente Suri se canso y la arropamos en su cama para inmediatamente quedarse profundamente dormida en su cama.


—Yo...siento lo del beso...pero...ah...—se disculpó Jack.

—Esta bien, no te preocupes—le dije.


Jack entro a su caja y yo me acosté, pero lo acontecido de hoy me impedía dormir. Me estaba enamorando de Jack lo admito, pero no podía hacerlo, el era un asesino y de seguro que el solo fingía para despues matarnos tal y como lo hizo con Liz, Brooke, Marisol y Logan.
De pronto sentí una mano sobre mis piernas que lentamente subían hasta acariciar mi cabeza. Sabia que Suri no era, era Jack, yo claro fingía dormir mientras sentía sus caricias por mi rostro.
Deposito sus labios en mi cabeza y después, para mi sorpresa, otra vez en mis labios. Apenas se separo, volvió a su casa y a la mañana siguiente no salio de allí en todo el día.


—Mami...¿Que le pasa a Papi?—cuestionó Suri mirando la caja de Jack.

—De seguro aun sigue agotado por lo de anoche Suri, no te preocupes—contesté intentando hacer que no se preocupara— Ven vamos que se nos hace tarde.


Deje a Suri en su colegio pero no me dirigí al mio, pasé frente al mismo parque del día anterior, me quedé mirándolo por unos minutos y al final decidí no ir al colegio y quedarme allí sentada en el mismo columpio para poder pensar.
Al día siguiente, que era Sábado, Suri y yo nos encontrábamos fuera del orfanato jugando con los niños mientras las hermanas del mismo salieron a una junta con el reverendo. Como ya casi era mayor de edad, me dejaron a cargo de los niños, ellas confiaban en mi a pesar de saber sobre mis genes.
El día estaba bello, Jack seguía sin salir de la casa, cuando de pronto, escucho la música de la caja de él, Suri también se percató de que podía oírla, sin embargo, los otros niños y niñas parecían no oírla. En cuanto la melodía se detuvo, solo oía las risas de los demás, hasta que una nueva melodía sonó seguida de una bella voz.
Todos los niños inmediatamente comenzaron a entrar al orfanato, el cielo, por alguna extraña razón, se oscureció, sentí a Suri aferrarse a mi pierna algo nerviosa, cosa que yo también lo estaba pero lo disimulaba bien. Todos nosotros permanecimos en la sala, donde vi a Jack cantar, estaba diferente, parecía mas sombrío.
Al terminar de cantar, soltó una fuerte carcajada, las puertas de golpe y para mi completo horror, Jack mato a uno de los niños, descuartizándolo miembro por miembro. Me quede paralizada por un segundo y solo el grito y llanto de los demás me saco de mis pensamientos armándome de valor para correr hacia la puerta y tratar de abrirla, pero era imposible, estaba cerrada.


—¡Señorita Laia!—gritó llorando una de las niñas aferrándose a mi.

—¡Tengo miedo!—sollozó otro niño.


Nuevamente la risa de Jack retumbo por todo el orfanato, no solo la puerta estaba cerrada, sino también las ventanas, lo cual me aterró mucho, Jack parecía estar dispuesto a matarnos definitivamente. Intentaba guiar a los niños a un lugar seguro pero el payaso estiraba sus brazos atrapándolos y matándolos uno por uno hasta que solo quedamos Suri y yo con vida.
Entre a nuestra habitación y la cerré con llave, Suri no paraba de abrazarme y llorar asustada preguntando el porque Jack hacía todo esto. Los minutos iban pasando y nada ocurría, me estaba desesperando, no podía dejar que nos matara, no podía y no lo haría. Salí del cuarto Suri y me dirigí al ático en donde le ordene que se escondiera y mantuviera a salvo, mientras yo me dirigía a un baúl donde revolví unas cosas y encontré lo que buscaba: un cuchillo.


—Suri lo distraeré, tu en 10 minutos baja y avisa a la policía—pedí y me fuí antes de que mi pequeña protestara.


Salí del ático corriendo, llegando finalmente a las escaleras donde el horror comenzó, apenas puse un pie, ya podía oler el nauseabundo olor a sangre y ver los cadáveres descuartizados de todos los niños y niñas del orfanato. Apenas llegué a la sala, no pude aguantar las ganas de vomitar al ver que no solo los niños fueron asesinados, sino que también las hermanas junto con la Madre Superiora, que al parecer habían regresado de su junta, yacían en el suelo muertas y con los intestinos esparcidos por todo el piso.


—¿Te gusta la decoración?—inquirió la voz de Laughing Jack apareciendo en frente mio mientras reía de forma psicópata.

—Maldito payaso...ya me decía yo que eras demasiado bueno para ser asesino—mascullé molesta con el cuchillo escondido detrás de mi espalda.

—Hiciste bien en desconfiar, pero veo que bajaste la guardia en el ultimo momento—se burló aquel payaso asesino.

—Ni creas que ganaste, no pienso morir sin antes haber dado lucha—dije.

—¿Una humana intentando doblegarme? ¡Jajajajajajaja! Ahora con mucho mas gusto quiero matarte—volvió a reír de forma psicópata.

—Entonces ven e inténtalo...—lo desafié—¡Laughing Jack!

 

Capitulo 5

Vi como Jack se lanzo sobre mi aun manchado de sangre, logre esquivarlo y sacar el cuchillo a tiempo y hacerle un corte profundo a un costado del abdomen. Eso sin duda me salvo de ser atravesada, no obstante, provocó también que la risa en su rostro se esfumara y me dedicara una mirada asesina y furiosa.
Sin pensarlo dos veces salí corriendo, pero el estiro sus brazos tomándome de la cintura y arrastrándome hacia el nuevamente. Apenas estuve a unos cm de el, y gracias a Dios que solo me sostenía de la cintura, le di una fuerte patada en sus partecitas.
Aulló de dolor soltándome y llevando su mano a su entrepierna, oportunidad que aproveche para derribarlo y posicionarme sobre él tirándolo contra el suelo y así colocar el cuchillo en su cuello, justo la punta filosa en el centro de su garganta. Ahora, además de furioso se lo veía completamente asombrado, aunque debo admitirlo, yo también lo estaba, ni sabia que podía hacer esto y mucho menos supe como fue que lo hice.


—Impresionante Laia—sonrió de forma macabra.

—Gracias...—dije de forma fría.

—Al final resulta que tus compañeros tenían razón, estas destinada a ser asesina—prosiguió en hablar— Si tus hermanos son asesinos, tu también lo seras, está en tu sangre.

—Yo no soy asesina y jamas pienso hacerlo—espeté, aunque por dentro temblaba pero no del miedo, sino de emoción.

—No puedes negar a lo que estas destinada preciosa...—volvió a reir.


Desapareció en confetti y reapareció detrás mio derribándome y arrastrándome por todo el piso, me elevo y me azotó con todas sus fuerzas contra la pared, ya estas alturas, Jack y yo ya estábamos bañados en sangre de pies a cabeza, a el obviamente no le importaba, mientras que a mi, me sorprendió el hecho de tampoco importarme. Sentir ese líquido pegajoso y de color rojo esparcirse por mi cuerpo mas el hecho de luchar por mi vida contra un payaso asesino me provocaba una excitación que no la podría describir con palabras, pero resumiéndolo, me encantaba. Tal vez Jack tenia razón y la sangre asesina ya era un caso perdido en mi, o bien, solo se trataba del hecho de querer salir con vida de esto.


—¿Quién lo esta negando?— le escupí en el ojo.

—¡Iack! ¡Que asco!—se quejó llevando su mano hacia el ojo que le escupí logrando que me soltara.


Quise empujarlo pero no conté con resbalarme con la sangre y caer encima de el, no sufrí daño ya que a decir verdad, a pesar de ser asesino su cuerpo era blando y amortiguó mi caída, eso si, la pocisión en la que nos encontrábamos era bastante prometedora. Intenté incorporarme pero unos brazos en mi cintura me lo impidieron, esta vez, le di un cabezazo que me dolió mas a mi que a él, lamentablemente, el aun me tenia agarrada.
Por mucho intentara apartarlo de mí era inútil, Jack era mucho más fuerte que yo y esta vez me tenia agarrada de manos y piernas para así evitar que nuevamente le pegara en sus partecitas, mi cuchillo había volado en cuanto me azotó contra la pared y como estaba oscuro no podía ver bien a donde había caído.
Me levanto y me deposito sobre la mesa colocándose encima mío, Jack por alguna razón me desgarró la camisa y fue en ese mismo instante cuando sentí un dolor infernal en mi espalda. Me dio la vuelta y estaba a punto de clavarme las garras en el cuello cuando las sirenas de la policía se oyeron a lo lejos.
Bufó frustrado volviéndome a tirar contra el suelo, sentía la sangre escurrir de mi espalda, alce la vista mirándolo, este solo me miro de forma fría diciéndome "Esto no ha terminado, volveré" y desapareció. Al momento en que desapareció Suri llegó corriendo llorando hacia a mi, asustada al ver la herida en mi espalda.
La policía derribó la puerta y me encontró cubierta de sangre y herida, estaba perdiendo mucha sangre, mi vista se nublaba hasta que finalmente me desmayé. Desperté otra vez en una habitación de hospital, recordando todo lo sucedido, ahora mi mayor temor era que me mandaran a prisión por cargos de múltiples asesinatos, pero increíblemente no fue así, la policía me tomó como una víctima mas.


—Debe entender señorita Laia, que aun sigue siendo menor de edad, isa que la llevaremos a otro lugar adoptivo junto con la niña Suri—me dijo la policía—Al menos hasta que usted cumpla la mayoría de edad.

—De acuerdo—musité.

En cuanto mis heridas sanaron me enviaron a otro orfanato en una ciudad vecina, en donde terminé mis estudios y me dediqué a buscar empleo y ahorrar para un departamento en donde nos quedáramos Suri y yo. El día en que llegué al nuevo edificio, me saqué las vendas de mi espalda y me sorprendí al ver las iniciales de Jack marcadas, la J y la L, algo que me daba temor de esta nueva vida era que Jack nos encontrara y tratara de terminar el trabajo, pero sorprendente mente no fue así.
Por fin cumplí los dieciocho años, luego de lo ocurrido con Jack y ser llevada al hogar adoptivo no hubo problemas en todo el año que transcurrió, con lo que ahorré en el trabajo alquilé un departamento donde ahora vivíamos Suri y yo, ella seguía yendo a la escuela ya que la dueña del nuevo lugar adoptivo era tan bondadosa que siguió pagando la educación de ella.
Se podria decir que todo fue bien este año, mejor que el pasado, pero aun así no puedo dejar de pensar en cierto payaso que, según él, regresaría a terminar el trabajo. Cada noche pienso en Jack y en lo que sucedió esa noche y en sus palabras, por un lado, una parte de mi desea matarlo por lo que le hizo a los niños, pero por el otro, otra parte de mi deseaba volver a verlo.


"Jack..." pensé.

 

Capitulo 6: Narrado por Laughing Jack.

Recorría las viejas ruinas de aquel orfanato, había pasado un año desde que ocurrió aquello con esas dos humanas de nombres Suri y Laia, no suelo asesinar a mis victimas en un lapso de menos de una semana, sin embargo, los juegos de aquella niña me sacaron de quicio así que adelante mi modus operandi. No obstante, jamas pensé que la esa humana grande, Laia, supiera defenderse tan bien y haya podido lograr doblegarme el tiempo suficiente como para que llegara a la policía, en seguida me marche no sin antes jurar regresar, esas dos puede que hayan tenido suerte pero no lograran escapar de mi.
Como era de esperarse, ambas fueron cambiadas de orfanato, claro que no tenia ni la mas mínima idea de donde podrían estar y por ello me encontraba ahora en el viejo para ver si podía localizarlas y sino lo lograba, iría a la Creepy House luego de un año de búsqueda en vano y le pediré ayuda a Slenderman. Pedir ayuda no es mi estilo, pero en este caso, mi paciencia se acaba así que lo mejor, si es que no encuentro pista alguna, es pedir ayuda.
Por un momento me quedé pensando en lo que supe de esa tal Laia cuando la conocí, sus hermanos eran asesinos y por lo tanto ella tenia cualidades de una asesina, cosa que me intrigaba saber quienes eren sus hermanos, quizás averiguando un poco su pasado podría ayudarme a encontrarla y es por ello que ahora me encuentro en la que antes era su habitación. Sus cosas seguían aquí al igual que las de Suri, empece a revisar hasta que un libro debajo de la cama de Laia llama mi atención, lo tomo y lo ojeo, fotos de ella y Suri en la que las dos salían felices. Continué viendo hasta llegar a una parte en donde decía viejos recuerdos, las fotos eran viejas, diría que no mas de una década, en ella aparecía Laia de niña junto a otros dos niños algo mayores que ella.


—¿Que es esto?—pregunté para mi mismo viendo las fotos y leyendo un pequeño mensaje escrito—"Para nuestra querida hermana Laia Woods, te queremos, Jeff y Liu"...¿¡Que!?


El álbum cayo de mis manos y sentí como el aire comenzaba a faltarme en los pulmones, Laia...¿¡Era la hermana menor de Jeff y Liu!? ¡¿El mapache y la muñeca vudú?! Revise bien las fotos para cerciorarme de que mis ojos no fallaban y efectivamente no lo hacían. Esos dos eran Liu y Jeff y esa niña era Laia.
No lo podía creer, realmente no lo podía creer, Jeff the Killer y Homicidal Liu...¿¡Tenían una hermana!? Ellos nunca nos dijeron nada de que tenían una hermana. Rápidamente guarde el álbum de fotos y me encamine a la Creepy House entrando casi derribando la puerta, en la sala estaban Ben jugando video juegos, Sally jugando al té con Alice, Toby molestando a Masky y Hoodie durmiendo en el sofá con una burbuja en la nariz.


—¡Hey ten cuidado payaso! ¡Slender acaba de reparar la puerta ayer!—me regañó Hoodie—¿Por que tan alterado?

—¿Donde esta Jeff?—cuestioné de una sola vez.

—Salio a matar con Nina—respondió Ben sin apartar la vista de su video juego.

—¿Y Slender?—volví a preguntar.

—Papi Slendy esta en su despacho—respondió esta vez Sally.

—Gracias Sally—agradecí y subi rapidamente las escaleras hacia el despacho de Slender y entre sin tocar.

—¿Que acaso no te educaron? ¡Hay que tocar!—me reprochó el poste de luz andante sin cara.


Sin darle tiempo de seguir saqué el álbum y se lo extendí, Slenderman curioso lo ojeo, cosa que aun me sigo preguntando como es que puede "ver" sino tiene ojos en la cara, pero bueno. Llegando a la parte de viejos recuerdos, no hizo falta que leyera la frase para adivinar quienes eran, alzo su cara a "observarme" y en seguida le pedí que e hiciera dos favores: el primero y el obvio, buscar y traer a Jeff para que explique esto y el segundo, que me encontrara a estas dos chicas.
Slenderman asintió mientras sacaba una de las fotos de Suri y Laia actuales y bajaba para luego marcharse por la puerta mientras yo lo seguía con el álbum guardado en mi traje, ya que quería ver la expresión del mapache en cuanto viera lo que había descubierto. Recorrimos el bosque por un largo rato sin tener pistas de Jeff o tan siquiera Nina, hasta que a lo lejos, pude oír no solo sus voces.



—¡Corre como el viento en popa Nina!—esa era la voz de Jeff.

—¡No huyas Jeff!—vociferó una voz masculina diferente. Liu, su hermano.

—¡Ven y pelea cobarde!—exclamó esta vez una voz femenina. Sin lugar a dudas aquella era Jane.

—¡Tienen una pésima puntería!—escuche como Nina se burlaba.


Slenderman sacó sus tentáculos y justo cuando Jeff y Nina pasaron, los agarró y se teletransportó, cosa que yo hice lo mismo, dejando a sus perseguidores, Jane y Liu, algo confundidos y no esta demás decir furiosos. De regreso en la Creepy House, ya todos reunidos en la sala, el fideo mal cocinado soltó a ambos sin delicadeza, cosa que el mapache le dedico un sin fin de "bellas" palabras sin importarle que Sally estuviese allí.
Jeff, despues de terminar de insultar al pobre Slender, exigió una explicación, así que in demorar mas arroje el álbum a sus pies y espere su reacción. Confundido y todavía aun molesto observo las fotos de Laia y Suri aun mas cabreado queriendo saber que significaba aquello, a lo cual solo respondí con un movimiento de mano de que siguiera viendo las fotos.
Finalmente llego a la parte de viejos recuerdos, ojeo solo apenas tres hojas, cerro el álbum con fuerza y me miro con ira y rabia.


—¿¡De donde mierda sacaste este álbum!?—masculló Jeff.

—¿Y tu desde cuando tienes una hermana?—interrogué.

—¿¡Y que si tengo una hermana!? ¡No es un dato importante ni tampoco es algo de tu incumbencia payaso! ¡Ademas ella murió el día en que me volví hermoso!—contestó gritando a todo pulmón y con ira en aumento. Ciertamente el tema de su hermana era uno el cual odiaba hablar.

—¿Muerta? Mapache por si no te has fijado, las fotos de las dos chicas, la mas grande es idéntica a tu hermana en las fotos viejas—dije mirándolo fijamente a los ojos.

—¡Deja de mentir! ¡Ella esta muerta!—bramó sacando su cuchillo y colocando la punta en mi cuello—Te lo advierto Jack, no te metas en esto, no es asunto tuyo.


Lo mire con frialdad, agarré una foto de Suri con Laia y se la estampé en el rostro y otra de el con Liu y su supuesta hermana, con ayuda de Slender, quien inmovilizo a Jeff para que viera la foto ya que este se negaba a verlas, lo obligamos a observarlas todo el tiempo que fuese necesario para que la reconociera y admitiera que Laia era su hermana menor y que no estaba muerta. Como todavía se negaba, tuve que confesarle que la conocía tanto a ella como a la niña, sobretodo remarque la buena pelea que dio cuando intente matarla y su gran manejo del cuchillo, entonces solo entonces, Jeff se tranquilizó y cayo de rodillas...Llorando.

 

Capitulo 7: Vuelve a Narrar Laia

En estos últimos días he tenido la leve sospecha de que estoy siendo vigilada, pero me he mantenido firme y tranquila para no asustar a Suri, ya había transcurrido un año desde aquel incidente y no he tenido noticias de ese payaso, ¿Algo bueno no? Pues no, porque conociendo a los asesinos, y el por sobretodo quien es un payaso asesino, estaba 100% segura de que cumpliría su amenaza y por ello me mantenía alerta todo el tiempo y con un cuchillo al lado de mi cama.
Suspire con frustración mirando la hora, Suri estaba ahora en la casa de una de sus compañeras de escuela, esa noche estaba sola, cosa que, como ya saben, es algo que no me gusta ya que no me sentía muy a salvo que digamos. Intentando calmar mis nervios decidí tomar una ducha de agua caliente, así que sin demorar mas me dirigí al baño y me desvestí, abrí la ducha y mientras esperaba a que el agua se tornara caliente, me quede observando la cicatriz en mi espalda.
Una vez que me duche, regrese a mi cuarto con mi cuerpo envuelto en una toalla, y al instante en que entre, la luz se apago y empecé a escuchar una melodía que en seguida reconocí a la perfección.


—Ha pasado tiempo Laia...¿Me recuerdas?—inquirió una voz masculina riendo.

—¿Ja-Jack?—he de admitir que aun despues de un año, volver a oír su voz de daba un escalofrió y provocaba que mi corazón se acelere del miedo.

—Oh veo que si me recuerdas—volvió a reír ese molesto payaso, desearía poder saber en que parte del departamento esta.

—Ya sal payaso—mascullé mientras lentamente agarraba el cuchillo que se encontraba al lado de mi cama.

—Si eso quieres—dicho y hecho las luces se volvieron a encender y allí, estaba, de cabeza sentado en mi techo.


Sin esperar mas se abalanzo sobre mi, logre esquivarlo e intente clavare el cuchillo pero fácilmente detuvo mi mano, de una patada en su estomago logre hacer que me soltara y volver a intentar clavarle el cuchillo, aunque déjenme decirles que no era fácil luchar con una mano mientras con la otra sostenía la toalla que cubría todo tu cuerpo, pues no me había dado tiempo de cambiarme. Como pude logre empujarlo fuera de mi habitación y colocar una silla bloqueando la puerta, solté mi cuchillo y rápidamente me puse un pijama justo a tiempo para que el payaso, literalmente tirara mi puerta abajo.
Estiro sus brazos agarrándome de la cintura y esta vez inmovilizándome las piernas también, me arrastro hacia el, ahora si que parecía no tener escapatoria, o eso, es lo que el creía. Le escupí en el ojo logrando que me soltara y le pegué una patada nuevamente tirándolo al suelo y otra vez me me coloque encima suyo con la punta de mi cuchillo en su cuello.


—No has perdido el toque—habló, yo solo lo miraba con odio y repugnancia—Eres digna de ser una Woods, verdaderamente sabes manejar el cuchillo como Jeff the Killer y Homicidal Liu.

—¿Como supiste quienes son mis hermanos?—exigí saber empezando a clavar el cuchillo en su cuello viendo como la sangre que salia era negra.

—Cuando te fuiste del orfanato olvidaste llevarte esto...—chasqueo los dedos haciendo aparecer mi viejo álbum de fotos.

—Ahora que lo sabes...¿Que piensas hacer?—lo mire fijamente a los ojos, la verdad me intrigaba saber cual seria su respuesta, hasta que oi golpes fuertes provenientes de la puerta de entrada.


Laughing Jack desapareció y la puerta fue derribada por policías, al parecer la pelea que tuve con el payaso no fue muy silenciosa que digamos y los vecinos habían llamado a las autoridades. En seguida deje el cuchillo en el mismo lugar donde lo dejo siempre y me fui con los oficiales a la estación para declarar.
Me sentaron en la sala de interrogatorios en donde espere aproximadamente media hora cuando uno de los oficiales ingreso, cosa que al verlo, comencé a sentir odio y desprecio, pues este policía era nada mas y nada menos que Albert Albrech, el desgraciado que ordeno que me declararan muerta y me mando a un orfanato y que encima, le dijo a mi hermano Liu, que Jeff me había matado. ¿Como lo se? Simple y sencillo, yo estuve ahí y mientras se lo decía, yo era retenida por varios de sus oficiales.


—Laia...tanto tiempo—saludó— Es un gusto volver a verte.

—Desearía poder decir lo mismo—mascullé.

—Habla—ordenó de forma fría—¿Has encontrado a tus hermanos?

—¿Que te hace creer eso?—cuestioné alzando la ceja, este hombre si piensa que diré lo que ocurrió que lastima por el, a toda costa quiere evitar que encuentre a mis hermanos y desde lo ocurrido con Laughing Jack hace un año no me ha quitado el ojo de encima—Solo fui atacada por un ladrón común y ordinario, nada de lo que pueda controlar.

—¡Mientes!—vocifero golpeando la mesa con ambas manos—¿Así me agradeces que te haya salvado de esos locos asesinos?

—Que yo recuerde no pedí que me salvaras ni que le mintieras a uno de mis hermanos diciendo que había muerto—le reproché en la cara, era verdad, eso era algo que jamas se lo iba a perdonas y debo admitir, a pesar de que este hombre lo odiara con todo mi ser, tenia la gran suerte de que mi locura este cuerda pues ya estaría muerto y con un corte en su cuello.


Pasaron, cerca de dos horas en los que intento hacer que hablara, pero no lo logró, así que sin mas me dejo ir no sin antes advertirme que me vigilaba y blah, blah, blah. En cuanto llegue al departamento pude ver que estaba hecho un desastre, así que sin demorar mas me dispuse a ordenarlo, lo bueno es que las puertas, en las dos horas que estuve en la comisaria, fueron arregladas.
Al terminar de acomodar las cosas, solo quería olvidarme de este mal rato, fui a mi cuarto con la intención de dormir cuando, al entrar, para mi desagrado, Jack se encontraba en mi cama recostado jugando con mi cuchillo.


—¿No que te habías ido?—bufé molesta, ya que despues de todo, es culpa suya que yo tuviera que soportar al molesto de Albrech.

—Créeme Woods, no te libraras tan fácil de mi—me respondió con burla y sin parar de reír—Cámbiate y vamos.

—Primero, tu no me das ordenes mimo, segundo, no pienso ir a ningún lado contigo—sentencié cruzada de brazos.

—¿Ah no? ¿Y si te dijera que se donde esta uno de tus hermanos? Mas específicamente Jeff...—maldito hijo de su mami, esa no me lo esperaba.