La Guerra De Las Brujas

Hola! Soy nueva en esta página, así que les dejo esta historia inspirada en la trilogía de "La Guerra De Las Brujas" de Maite Carranza y en distintos libros de brujas, vampiros y seres fantásticos.

BlackSatirs es el lugar más sagrado para las brujas Wiccas, brujas dedicadas al bien y a la naturaleza, por llevar en sus entrañas el Cetro de la Madre Om. La Elegida es la encargada de proteger ese lugar, como una deidad Wicca; pero también están las malvadas Odish, quienes buscan apoderarse del cetro y apoderarse del mundo mágico y el mortal.

Pero la Elegida no puede pelear sola, pues además de su suéquito, debe buscar al Elegido, su compañero Astral, quien la ayudará a controlar el Cetro para vencer a las Odish. El Elegido aparece cada 200 años y se trata de un Santo Dorado.

Pero en esta ocasión, las Odish encontraron primero al elegido e intentarán que no vaya al lado de la Elegida.

La Guerra De Las Brujas.​

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Introducción:​

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Verá la luz en el infierno helado,
Donde los mares se confunden con el firmamento,
Y crecerá en el espinazo de la tierra,
Donde las cumbres rozan los astros​

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Monte BlackStairs​

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La belleza de BlackStairs de noche era meramente incomparable: La luna brillaba en todo su esplendor y verla sobre las copas de los infinitos árboles era más que sólo un poco de distracción.​

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La Elegida miraba este paisaje desde abajo de un árbol. Sus ojos, rojo vino, tenían aquella imagen fija: adoraba las noches así. Su cabello azul marino era elevado por el viento travieso. Ese día llevaba un vestido negro y su capa azul, que contrastaban a la perfección con su pálida piel.
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- Señora Calixta.- llamó una voz femenina a sus espaldas, haciendo a la aludida voltear para encontrarse con una chica y un chico más pálidos que ella.​

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- ¿Ocurre algo, Carmilla, Lestat?- preguntó tranquilamente.​

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- No debería salir sola, Exelencia.- respondió Lestat- Recuerde que las Odish también andan muy cerca de aquí.-​

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- No se preocupen. Puedo defenderme sola.- dijo Calixta en su mismo tono.- ¿Ya ha salido Alice?-​

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- Acaba de hacerlo, Exelencia.- respondió Carmilla.- En unos momentos debe llegar a Atenas.-​

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Calixta miró a Carmilla y a Lestat. Llevaban sirviéndole 10 años y aún se maravillaba de su belleza sepulcral: ambos eran Vampiros Antiguos, de los primeros. Carmilla no parecía rebasar los 19 años y era toda una belleza: su cabello rosa, sus ojos grises, delgada de curvas bien formadas. Toda un sueño para un hombre. Y qué decir de Lestat... alto, delgado, cabello pateado, ojos grises. Lo que realmente no podía creer era que ellos eran cientos de años más grandes que ella y parecían sus sobrinos adolescentes... Pero no la malentiendan, a los 26 años apenas eres adulta... No, sino que, ellos podrían irse con las Odish y preferían estar con ella.​

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Miró el cielo una vez más.​

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- No me gusta abandonar el bosque...- dijo con melancolía.​

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Atenas, Grecia​

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El tiempo pasaba diferente en Grecia. Hacía un día precioso que todos en el Santuario aprevechaban, ya sea para entrenar o para salir al aire libre.​

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Cuatro Santos estaban sentados en las gradas del Coliseo: Dohko, Kanon, Milo y Camus. Platicaban acerca del compromiso de Saga con Tara. Tara era la novia, ahora prometida, de Saga. Una bella chica pelirroja de 27 años, que cuando no estaba de gira por alguna pasarela de Victoria's Secret, se dedicaba a su doctrina (la Wicca) y, por supuesto, a Saga.​

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- ¡Adoro a esa niña!- exclamaba Dohko alegre- ¡Pensé que Saga nunca le pediría matrimonio! Es un ejemplo de nuera.-​

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- No puedo quejarme.- secundó Kanon- Hace muy feliz a Saga. Y eso para mí es más que suficiente para querer a mi cuñada.-​

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- Yo nunca imaginé que una chica tan alegre y bella como la señorita Tara soportara al gruñón de Saga dos segundos- decía Milo entre risas.​

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Los cuatro rieron al unisono. Lo que Milo decía era más que afirmado por otros Santos: Saga no era reconocido por ser la persona más alegre del mundo y Tara era todo lo contrario. Polos más que opuestos.​

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Camus oía en silencio, riendo de vez en cuando por algún comentario.​

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- Espero que tú no tardes mucho en darnos la sorpresa, hijo.- dijo Dohko, dirigiéndose a Kanon, el cual suspiró con melancolía. Hacía ya un mes que había terminado con su novia Diana y aún no estaba del todo bien.​

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- Sí, Kanon: esa mujer no valía tanto la pena. ¿Qué podías esperar de alguien criada en Amazonia, para la que los hombres son peor que el polvo?- comentó Milo.​

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- No quiero hablar sobre eso...- dijo el menor de los gemelos.​

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Se hizo un pequeño silencio, pero antes de que Dohko añadiera algo, un guardia se acercó a los Santos.​

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- Maestros Dorados.- dijo haciendo una inclinación.- La señora Athena les llama. Llegó una visita importante y quiere a los Santos Dorados en la Sala del Trono.​

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- Muchas gracias.- repondió Dohko.- Iremos en seguida.​

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El guardia se alejó y los Santos se puesieron de pie.​

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- ¿Qué clase de visita tendremos?- preguntó Dohko al aire.​

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Sala del Trono.​

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Los cuatro Dorados entraron encontrándose con todos los demás ya reunidos.
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- Señorita Athena, Shion.- saludó Dohko a la diosa y a su mejor amigo, cuando se dio cuenta de que habá alguien más.​

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- Santos Dorados.- hablo Saori.- Ella es el Heraldo Blanco de la Elegida de BlackStairs, Alice.-​

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La chica hizo una respetuosa inclinación. Era de la estatura de Saori y llevaba una armadura blanca con detalles plateados y una capa blanca. Su cabellos era negro y sus azules y puros.​

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- Athena, Gran Patriarca, Santos Dorados: BlackStairs necesita su ayuda... He venido a buscar al nuevo Elegido. La Guerra de las Brujas ha comenzado...-​

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Continuará.
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Capítulo 2

La luna hollará la tierra en su honor ​

y protegerá su morada

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mostrando con sus pálidos rayos ​

el aura inequívoca de su elegida​

Atenas, Grecia.
Todos miraron con asombro a la Heraldo.
-¿La Guerra de las Brujas dices?- inquirió Saori llena de nervios.
Kanon no demostró su asombro, pero siempre pensó que ése era un cuento que la tía Clarisse les contaba a Saga y a él, de niños, cuando vivían con ella y su primo Adam.
Alice miró a la diosa mientras asentía con la cabeza.
-La leyenda cuenta que las dos partes de la Elegida, deben estar juntas. Eso quiere decir que el Elegido debe ser adiestrado con la mayor prontitud. Si no le importa, La Elegida visitará las tierras de la diosa adolescente para encontrarlo.
-No hay problema alguno. La Elegida es bienvenida a visitar el Santuario… y de hospedarse aquí, si así lo desea.- le dijo Shion en tono suave a la Heraldo.
Alice asintió y abrió la boca para responder, pero fue interrumpida antes de decir una sola palabra por Milo.
-¿Por qué un Santo Dorado?- preguntó el Escorpión.
Alice sonrió.
-Porque Anaíd Tsinoulis confió en uno de ustedes… y en la dulce Sasha…- respondió, por lo que casi todos los Dorados se sorprendieron al reconocer el antiguo nombre mortal de Athena.
-Alice,- la llamó Saori- ¿en cuánto tiempo llegará la Elegida?
La Heraldo dudó un poco.
-Antes del anochecer de mañana, La Elegida estará en el Santuario de Athena- dijo la Heraldo y acto seguido hizo reverencia a todos los presentes, y dio la media vuelta para retirarse, cuando miró de nuevo a Athena.-Hay algo más…- añadió-¿Sería mucha molestia esperarla en el bosque del Santuario?
Saori alzó ambas cejas sorprendida.
-¿En el bosque dices?-
-Yo sé que suena descabellado, pero el bosque es un lugar seguro para trasladarse por ahora… Así fue como llegué aquí… La Elegida abrió un portal entre todos los bosques, por lo que a través de ellos se puede llegar a BlackStairs y al contrario.-
-En ese caso no podemos oponernos.- le respondió Shion.
-Una vez más, muchas gracias.- dijo hincándose ante Athena y se marchó de ahí.
Kanon hacia el gran balcón de la Sala del Trono. Algo interesante el Santuario, para variar.
Monte BlackStairs.
Calixta esperaba sentada en su trono la llega de su fiel Heraldo Blanco. Latifah le hacía compañía en ese momento. Ella era una chica de 20 años que había vivido con Calixta desde pequeña. Víctima de leucemia se esperaba que Latifah viviera sólo hasta los 10 años, pero un demonio se posesionó de su cuerpo dándole la oportunidad de vivir más. Fue Calixta quien descubrió las verdaderas intenciones del demonio y lo encerró en un hermoso amuleto que Latifah llevaba en el cuello. Latifah peinaba el cabello de la Elegida como solía hacerlo cada vez que Calixta terminaba de bañarse.
-No quiero abandonar el bosque.- dijo seria.
-No seas tan negativa.- le dijo sonriendo. Latifah tenía una bella sonrisa. Llevaba suelto su cabello naranja y sus ojos verde esmeralda conservaban una gran calma, a pesar de que ella también odiaba dejar el bosque.-
Calixta llevaba puesto un vestido azul entallado hasta las rodillas con unos zapatos negros de tacón y Latifah llevaba una blusa negra y un pantalón de mezclilla, entubado, con unos lindos zapatos parecidos a los de Calixta.
-Andrew está más que feliz. Dice que al fin conocerá el lugar donde su padre nació.-
Andrew era el hijo de Calixta. Tenía 10 años y… era la viva imagen de los gemelos de Géminis. Tal vez porque Adam era su padre…
-Además creo que este viaje reforzará su entrenamiento como segundo Heraldo.-añadió Latifah. Tenía que verle el lado positivo a todo.
Las puertas del salón del trono se abrieron dejando pasar a Alice, quien al estar al frente de ambas mujeres sonrió e hizo una respetuosa reverencia.
-¡Hola, Alice!- le saludó Latifah sonriendo. -¿Qué tal tu viaje?
-Hola, tía Latifah, madre.- saludó.
-¿Todo bien, cielo?- le preguntó dulcemente Calixta.
-Sí, mamá. Te esperan mañana antes del anochecer.-
-Latifah, avísales, por favor, a Lestat y Carmilla. Hay que preparar todo desde este momento.- ordenó Calixta, poniéndose de pie.
-Sí, Calixta.- respondió la ojiverde y salió de inmediato dejando el cepillo en el respaldo del trono.
- Alice, ve a buscar a tu hermano y empaquen lo que necesiten. De cualquier manera podemos ir y venir por el bosque.-
-Entendido, mamá.-
Una vez sola, Calixta fue a su habitación a empacar. Despidiéndose de cada rincón del palacio de BlackStairs.
Continuará.