La frase más estúpida

Tema en 'Relatos' iniciado por Eri, 12 Junio 2011.

  1.  
    Eri

    Eri Usuario popular

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    Título:
    La frase más estúpida
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
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    1
     
    Palabras:
    1287
    ADVERTENCIA: Pequeñísimo lime. No tan explícito. Sólo una que otra palabrita insignificante. Lenguaje Obsceno

    ¿Te amo?

    La adrenalina corría por sus venas. El goce y placer parecía terminar nunca. Tenía calor, mucho calor, a pesar de que la consola del aire estaba full tenía la sensación que la piel le quemaba.

    Soltó un gemido.

    Ángel miró dulcemente a Sophie. Una mirada de “Por favor” Apareció en su rostro. La chica no estaba segura. Él se acerca al rostro de la ella, mientras sus labios de movían para pronunciar unas palabras…

    –Te amo, y quiero demostrártelo de ésta forma. Nunca pero nunca sería capaz de hacerte daño.

    Sophie se sintió alegre. A pesar de estar con Ángel por menos de tres meses, él la había encantado y robado el corazón. Pues, ni para menos, era caballeroso, muy respetuoso y la amaba. Sí que la amaba demasiado. Flores, besos, poesías, y muchas, muchas cosas más en que la joven había ya olvidado.

    Y por eso aceptó, por eso dijo “sí” a esa propuesta tan, tan rara. No encontró palabras para responder al escuchar esa frase: “¿Quieres dormir en mi casa?” Se sintió como una loca enamorada. No lo dudó ni en un instante. Y claramente, esa propuesta no era para dormir.

    Y terminó ahí, sintiendo que moriría y que él la iba a revivir.

    Sophie sonríe. Ya no sintió dudas ni nada por el estilo, Aceptó, aceptó perder la virginidad esa noche.

    –No te dolerá.

    Y fueron, las últimas palabras claras que escuchó esa noche. Esa maldita noche.

    ---

    Pasaron aproximadamente dos meses. Sophie estaba sentada en una de las sillas de la clínica. Se encontraba asustada, muy asustada. Más asustada aún que esa noche. Y más que asustada, se encontraba nerviosa. Tan nerviosa, que el sudor recorría por su frente y sus manos se encontraban sudadas.

    Escuchó su nombre, pronunciado por una joven que salía de una puerta.

    Sophie se levanta de la silla mientras con pasos inseguros se acerca a la puerta de la que había salido la joven chica. Esa misma que le había sonreído y en el que Sophie no respondió, no sentía ni ganas de sonreír hipócritamente.

    –Hola, señorita Azócar. Favor y siéntese.

    Sophie no respondió, se encontraba en otro mundo.

    El señor entendió. Hace una semana esa niña había acudido a la clínica para hacerse unas pruebas. Ése día se encontraba pálida, muy pálida. Casi se desmaya en el momento que le estaba realizando sus pruebas. Al terminar la cita, él le dijo que regresara en la próxima semana. Pues, tenía muchas cosas que realizar.

    Sophie sentía que los segundos se pararon y que el tiempo se detenía. El doctor le extiende un sobre. Temblorosa, la chica lo agarra.

    Su respiración pesada y entrecortada no le daba seguridad para nada. No quería abrir ese sobre. Si fuera por ella, estuviera de Shopping en algún Mall disfrutando sus 16.

    Suspira. Cómo le gustaría estar muy lejos de ese lugar.

    Y con fuerzas que desconocía, abre delicada y lentamente el sobre. Para luego sacar la hoja en donde aparecía el resultado de las pruebas.

    Cierra los ojos mientras abre la carta. Segundos después los abre cuidadosamente. Se muerde el labio inferior, aguantando las ganas de llorar.

    ¡Positivo! Ése maldita y estúpida prueba dio positivo.

    Y ahora sí, lloró. Se puso en forma fetal mientras las lágrimas caían a centenares. ¿Cómo le diría a su Abuela que es muy estricta? ¿¡Cómo diablos le iba a decir a Ángel que seguro no esperaba un hijo!?

    Su abuela puede esperar. Se lo diría a él. Le entregaría la carta ésta tarde, en el momento de su cita número 40.

    Sale de la oficina del Doctor silenciosa y melancólicamente. Muchas –muchísimas a decir verdad– Le alegraría ésta noticia. Pero ella era una niña, una pequeña niña que dijo “sí” a quedarse a “dormir” en la casa de su novio.

    ¡Más estúpida era ella que el resultado de ése examen!

    Sólo tenía 16 años. Su mente no encontraba ninguna imagen viéndose ella con un bebé en brazos.

    Se quedó sentada en el Restaurante en el que ella y él se iban a encontrar. Las horas pasaron hasta que Ángel llegó.

    –Hola mi amor –Saluda, mientras se sienta en la otra silla de la mesa, al mismo tiempo en que ve el rostro triste y lloroso de su novia –¿Qué te pasa? ¿Por qué estabas llorando? –pregunta delicadamente mientras extiende su mando para apartar un mechón de cabello de Sophie.

    Ella no responde. Sólo le da el sobre, el mismo sobre que el doctor le había entregado.

    Ángel al principio piensa que es una carta de amor, o al contrario, una carta que diría “No quiero ser más tú novia”

    Abre de la misma manera en que ella lo había abierto hace unas horas: Delicada y suavemente. Eso torturaba a la chica.

    El rostro perplejo de él no tardó en salir al momento en que terminó de leer. Mira con odio a Sophie.

    –¡Es mentira! –Grita. Mientras los nervios aparecen, tanto en él como en ella –Eres una… Bastarda.

    Él estaba seguro de que ésa cosa que estaba en el vientre de ella, no era de él. Sophie no tarda en responder, tanto el insulto como la negación de su ya, ex novio.

    –Éste hijo, es tuyo como mío. Además, me dijiste que por nada en el mundo me dejarías –Grita, con los nervios de punta.
    –Pues. Creo que ya te dejé.

    Ángel se va corriendo. Dejando sola a Sophie. Dejando a la joven chica llorando amargamente. Nadie que estaba a su alrededor hacía algo.

    Estaba sola, tan sola que hasta sentía que nadie la miraba. Muy segura que su abuela la iba a correr de su casa. Muy segura de que la iban a sacar de su Escuela Privada. Muy segura de que nadie la iba a aceptar en un trabajo.

    Muy segura que, su vida y la vida de aquel “futuro” niño no iba a hacer un cambio en el mundo. Y muy segura que, sólo sería otra más en la lista de “chicas jóvenes embarazadas”

    Y todo... por una simple y estúpida frase, por un "te amo" Por una mentira. Por una falsedad.
    ::::::::::::::::::::::::::
    Y ni me pregunten. xD Ésto es para que vean que no se tienen que confiar en la parejas :O
     
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  2.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Libra
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    Hola!
    Estos relatos llenos de drama y sentimentalismo no me cansan de leerlos. Lo describes de una forma sublime y fascinante, todo paso a paso, logrando exaltar de forma correcta los sentimientos y haciendo vivir las situaciones trágicas al lector. Pobre muchachita, una mala decisión le volcó la vida encima. ¡Hay que aprender a esperar, el momento correcto llegará, no hay que apresurar las cosas!!
    Muy hermoso relato (no la situación, sino el relato xD). Pero un final muy triste.Vaya patán, este Angel, que se va sin más, dejando abandonada a la que se creyó amada. Ojalá el destino se les revirtiera a este tipo de cobardes, que no merecen conocer un nuevo amor jamás.
    Felicidades, estaré atento a tus próximas publicaciones.

    Saludos.
     
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  3.  
    Una Cosa

    Una Cosa Usuario VIP

    Aries
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    ¿Horror? Yo diría más que es drama pero, bueno...Tú mandas en tu historia xD
    No sé, me gustó, de eso no hay duda; tiene algo que me atrajo, tal vez sea el realismo de esta situación, los personajes son de lo más reales y claro, algo así puede sucederle a todas u.ú
    Si llegas a escribir algo más, avísame, Cariño. Con gusto vengo a leerte :P
    Por último una observación que vi en todo el escrito: Los adjetivos demostrativos (este, ese, esa, etc...) no deben ir acentuados, los pronombres, sí. Es muy fácil diferenciarlos, los adjetivos deben ir acompañados del sujeto mientras que los pronombres lo sustituyen.
    Bueno, creo que era todo. ¡Suerte!
    Bye bye~
     
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