La Flor de mis Heridas

La Flor de mis Heridas

Sencillamente la extrañaba, después de todo ella había sido mi vida, mi antes y esperaba mi después, pero todo fue un engaño, y solo puedo sentirme como un idiota, ahora de eso que teníamos solo quedan recuerdos, amargos recuerdos que cada vez que se pasaban fugazmente por mi mente, hacían que no pudiera evitar que las lagrimas recorrieran mi rostro, sentía como aprovechaban mi tristeza para escapar.

De eso que era amor solo quedan estos ojos rojos llenos de lagrimas, aquellos regalos que no son mas que el sentimiento superficial de lo que para mi fue amor y para ti una momento sin importancia, y esas fotos, fotos que capturan momentos de falsa felicidad, creí ser feliz…en realidad era feliz, pero ya eso es pasado, de lo que fue el fuego solo quedan las cenizas, debo superar y olvidar, guardar todas esas memorias en un cajón y dejarlas en el olvido para siempre.

Sentado en un rincón, solo me queda verme al espejo del baño, enjuagar mi lagrimas con el agua del lavamanos, mientras siento como soledad me persigue cual cuervo en cuento de Poe, oscura, repitiendo lo que ya es obvio, el sonido de la regadera tocando las baldosas del suelo, era el perfecto fondo de mi agonía, que era ves mas profundo, vuelvo a subir la vista y ver como mi reflejo se nublaba poco a poco, por el vapor que salía de la regadera, solo llegado a esbozar tímida, nerviosa y pausadamente una palabra que, en algún momento significo mucho para mi.

-Maria…

Con pasos lentos entro a la regadera, solo al pasar siento como mis piernas se debilitan y caigo al suelo, ya no siento nada, solo las lagrimas que recorren mi rostro como símbolo de mi tristeza.

Al despertar varias horas después, solo cierro la regadera y me recuesto en mi cama a pensar, todavía mis almohadas y mis sabanas tiene tu aroma, ese hermoso aroma a jazmín, solo contigo probé la gloria, solo contigo sentí eso, solo tu tienes ese aroma, por mi mente todavía quedan imágenes de tu perfecto cuerpo desnudo frente a mi, es ese tipo de imágenes que nunca se olvidan, recuerdo perfectamente cada momento de esa noche, frente a mi te encontrabas tu, con esos ojos penetrantes, ese hermoso cabello largo hasta la cintura, era los mas bello que nunca allá visto y que nunca veré, seguramente serias la musa de cualquier pintor que en velo busca inspiración, pero dudo que cualquier pintor por mas pinturas y pinceles, pudiera pintar tu belleza única y cautivadora.

Había sido un larga noche, en la cual lo único que me mantenía en pie era seguir contigo, recuerdo como abriste la puerta de mi habitación y te tiraste en la cama, que vista tan hermosa me acompañaba ya en esa noche, pero tu enseguida fuiste poseída por un algo, te levantaste de la cama, tomaste mi cuello me jalaste y me diste un violento beso, vi. en tus ojos todos tus deseos de pasión, te lleve a la cama, mientras te besaba, mis manos subieron hasta tu blusa la cual retire, con cada movimiento la pasión aumentaba, con cada beso veía como nuestros espíritus se unían, solo pude detenerme para darme cuenta de que ahí estaba frente a mi, mi diosa, tu cuerpo desnudo dotado de hermosura solo iluminado por la luz de la luna, tu eres mi Venus y yo tu fiel creyente romano que se arrodillaría ante ti en cualquier momento, todo era maravilloso en ese momento, cuando sentía la unión de nuestros cuerpos, nosotros nos convertíamos en uno, ya en ese momento había caído presa de tus encantos.

Este recuerdo paso solo fugazmente por mi mente solo para despertar y darme cuenta de que todo había sido un sueño, darme cuenta que a pesar de todo ya tu no estabas junto a mi, tu te habías marchado y nunca volverías, pero antes te aseguraste de marcar mi vida para que nunca volviera a amar. Maldita arpía.

Hieres cual rosa con espinas, cuya belleza cautiva pero es mejor mantenerse alejado si no pretendes que al tocarla salgas herido.

Ya que eso es lo que eres ahora, una rosa con espinas, eres la Flor de mis Heridas.