Harry Potter La envidia genera rencor [Lord Voldemort]

La envidia genera rencor​

Tom Ryddle despreciaba muchas cosas en su vida; podría decirse que casi nada le causaba satisfacción o alegría, pero ese mes... Sin duda era una de las cosas que más detestaba en el mundo.

Diciembre para él solo era un recordatorio de la despreciable sangre muggle que corría por sus venas desde el día de su nacimiento; y por ello y mucho más odiaba profundamente todo lo que tenía que ver con esas fechas. Howarts se había convertido en un hogar para él –el único en realidad–, pero nada podría borrar de su memoria el desprecio que siempre había existido en él.

“—Es un monstruo, alejense de él —murmuraban los demás niños en el Orfanato de Wool.

A sus tiernos seis años, Tom no comprendía la razón de su miedo ni el porqué de todas las cosas extrañas que se suscitaban alrededor de él. Nunca había conocido a sus padres, sus recuerdos solo se remontaban a su estadía en aquel orfanato, pero en su inocencia alguna vez se preguntó sí todo sería diferente de haberles tenido a su lado.”

—Tom, ¿te encuentras bien? —le pregunto el profesor Dumbledore, sacándole así de sus pensamientos. Estaba tan ensimismado que no se percató de su presencia.

—Lo siento, profesor. Estaba pensando —respondió escuetamente, sin deseos de entrar en detalles.

—Lo noté, Tom; pero ten en cuenta que pensar demasiado en las cosas no siempre es bueno —aconsejó, al ver la expesión ida de su estudiante y la sensacion de soledad que le acompañaban.

—Lo tendré en cuenta profesor —contestó el aludido.

—Que pases un buen día, Tom —se despidió con un leve asentimiento de cabeza al recibir su respuesta; mientras Tom le veía marchar.

Una vez que éste desapareció de su vista, su mirada regresó a los demás alumnos en el patio de Howarts. Todos se preparaban para regresar a sus casas y celebrar las fiestas con sus familias y amigos; mientras él, una vez más, se quedaría en el castillo hasta que reiniciaran las clases.

“—¡Feliz cumpleaños!

Desde la distancia, el pequeño Tom observaba cómo Amy Benson felicitaba a Dennis Bishop por su cumpleaños; a su alrededor se encontraban otros niños haciendo lo mismo y obsequiándole unas de las pocas pertenencias –en su mayoría juguetes viejos– de las que tenían el privilegio de poseer.

A Tom nunca le habían obsequiado nada; en su mayoría, los objetos que poseía habían sido robados a otros niños que se portaban mal con él. Y con su innata curiosidad presente, se dirigió hacia la Sra. Cole –una de las cuidadoras del orfanato– con una pregunta de la que siempre había desconocido su respuesta y nadie se había preocupado por hacérsela saber.

—Sra. Cole, ¿yo tengo un cumpleaños? —Cuestiono curioso. Sabedor de que todos rehuían de él, ella era la única que podía contestar a su pregunta. Al ser un niño nunca le había prestado atención a ese detalle y nadie nunca se lo había dicho.

—¿Cumpleaños? —un tanto extrañada por su pregunta y cohibida por su escalofriante presencia, la aludida respondió de manera corta y concisa—. Tu cumpleaños es el 31 de diciembre, Tom. Es el día en que naciste.

Satisfecho con la respuesta, el pequeño Tom se retiró a su habitación con diversas preguntas en mente. ¿Por qué sí tenía un cumpleaños nunca lo sintió como tal? ¿Por qué si esa fecha era celebrada por todos, nadie le felicitaba a él?

A partir de ese día, y con el conocimiento de su fecha de cumpleaños, Tom notaba como los años pasaban y nadie nunca se acercó a él con intenciones de felicitarle. Aunque con poco, los demás niños disfrutaban de la navidad y se divertían entre ellos.

A Tom nunca le dieron un regalo. Nadie recordaba su cumpleaños. Nadie nunca le deseó feliz navidad...”

Aunque para todo el mundo era una fecha importante, y muchas personas lo celebraran, nadie recordaba celebrarle a él.

Pero lo harían. Él se aseguraría de que nunca más, nadie se olvidara de él.

“...La envidia engendra rencor, y el rencor genera mentiras...”

Ese día Tom decidió no ser olvidado nunca más. Ese diciembre decidió perdurar en la mente de los demás así fuera a través del miedo. Nadie disfrutaría de lo que a él le fue negado por tanto tiempo, y por eso él mismo disfrutaría de su propia navidad.

Todo el mundo se enteraría de quién era Tom Sorvolo Ryddle. Todos esos muggles despreciables se arrodillarian ante él.

Sonrío para sí mismo ante este pensamiento. Todos sabrían lo que sería pasar una feliz navidad como la había vivido él durante tantos años. En soledad y con terror.

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Este one-shot fue escrito para la actividad Una mágica navidad realizado por Ichiinou.

Espero que les agrade, lamento si le falta un poco de alegría navideña, Voldemort no rebosa espíritu navideño exactamente(?) xD

Se me hizo un poco dificil manejar a este personaje con este tipo de trama navideña, pero la verdad me gustó mucho el resultado. Si tienen algún consejo sobre el escrito o alguna crítica, no duden en hacermela saber. Todo es bueno para mejorar ♥