One-shot La devoradora de sombras

Tema en 'Otros Fanfiction' iniciado por Fénix Kazeblade, 26 Septiembre 2016.

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    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Escritor
    Título:
    La devoradora de sombras
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1675
    Ese escrito participó para el concurso de Ichinou de "dentro de la leyenda" la versión de Egipto.


    Brandon River se sentó en la silla frente a su ordenador, la luz azulada de la vieja computadora, le iluminó el rostro mientras que esta zumbaba a causa del ventilador lleno de polvo que hace varios meses había buscado cambiar pero lo había postergado hasta el momento en el que había dejado de importar, se reclinó en la silla y lanzando un suspiro escuchó como esta crujía por el peso ejercido de su cuerpo mientras estiraba sus brazos hacia atrás y posándolos luego en su nuca.



    — Me hubiese gustado tener otra opción— murmuró con un falso tono de arrepentimiento, al mismo tiempo, para sus adentros sonreía siniestramente.



    Sus ojos se dirigieron entonces hacia la cama localizada no más allá de dos metros que aquella silla en la que se encontraba, detrás de esta, sobre aquella húmeda alfombra teñida ahora de carmesí, unos ojos azulados observaban permanentemente el techo lleno de manchas del departamento tal como lo habían hecho dos días atrás antes de que la vida desapareciera de ellos, aún para ese momento, aquella camisa color hueso adornada con una corbata de nudo windsor ocultaba por debajo de ella los dos impactos de calibre 24, junto con la almohada manchada de líquido hemático, postrada a su lado que había funcionado para amortiguar el sonido de la balas.



    El zumbido del celular provocaba un sonido similar al de una cigarra en los campos donde solía acampar con sus padres hace tantos años que le parecían otra vida, ahora eso y todo lo que pertenecía haber formado parte de la suya habían quedado atrás, pues lo que había hecho lo había condenado, lo entendía, por eso llevaba desde entonces en aquel departamento esperando sólo que todo se viniese sobre él, más no se arrepentía.



    Se levantó y la silla se recorrió un poco mientras veía el numero marcado en la pantalla del aparato, una llamada perdida más se le sumaba a las 24 que ya tenía de su esposa, unos segundos después, apenas la luz del dispositivo se apagaba perdiéndose entre las sombras y la media luz que apenas le proyectaba la computadora, sonaba el de él de la misma forma insistente. Le sorprendía a sobremanera el cinismo con el que se manejaba su pareja, llamando alternativamente por ese tiempo a su esposo y amante.



    —Seguro ya sospecha lo que había ocurrido, ojala pudiese ver cómo había terminado— decía para sus adentros Brandon, dejando que el rencor en su corazón sumergiera de nuevo la culpa.



    Sus pies tocaron el arma de fuego que estaba en el piso, excitado sintió de nuevo llegar a él una nueva oleada de adrenalina, enloquecido entre sus pensamientos retorcidos a su mente volvieron recuerdos borrosos del instante en que lo había realizado.



    Había usado el teléfono de su mujer para enviar un mensaje, asqueado y herido luego de observar las abrumadoras evidencias que le había otorgado un detective privado que había contratado luego de que ella comenzara a tener sospechosas salidas demasiado constantes y a horarios inadecuados, hasta llegar a perderse por días. El idiota ingenuo había llegado ''Al sitio de siempre'', esperando su encuentro casual de ese día; aguantando las ganas de asesinarlo allí mismo había vuelto a enviar un nuevo texto, este indicaba que ya se encontraba en la habitación, esperándolo.



    Era su departamento de soltero, había optado por no deshacerse de él y lo rentaba esporádicamente a algunas personas, luego de un tiempo la zona se había vuelto un tanto más insegura y había cesado de hacerlo terminando por abandonarlo, su rabia creció más al enterarse que su esposa ocupaba este sitio precisamente para sus encuentros casuales.



    Apenas el amante entró a la habitación y se encontró con otro hombre y no la mujer en aquel vestido rojo dispuesta a entregarle amor ilícito, buscó retroceder e irse, estaba enterado que era “el otro” y siempre había temido que este instante llegara, sin embargo antes de que pudiera hacerlo él se acercó rápidamente, forcejearon, se lanzaron golpes, Brandon terminó descargando toda su ira en él hasta que terminó en el piso a su completa disposición, disfrutando cada segundo de su agonía, maldiciéndolo presionó el arma en su abdomen, observando con cierto placer cada gesto de su rostro mientras perdía la vida.



    El sonido de alguien tocando la puerta sacó a aquel hombre de su oscura fantasía, precavido y nervioso se aproximó a la puerta esperando casi encontrar a dos elementos de policía esperando para llevarlo con ellos, más sin embargo, sólo se encontró con el pasillo sólo extendiendo su vista hasta el final del pasillo donde estaban las escaleras que iban a la planta baja, abrió la puerta y vio hacia abajo.



    Presionó sus dientes con fuerza por el fastidio, tomó el paquete al borde de su puerta, una caja dorada con un símbolo arcano en él que le recordaba a un ojo, destapó la caja y se encontró con el mismo contenido de las otras, pues con esta ya sumaban cinco las que había recibido.



    Una pluma.



    La tomaba entre sus manos examinándola un poco, en los otros paquetes simplemente los había hecho aún lado, sin embargo comenzaba a intrigarle que esto ocurriera, pues justo habían comenzado a llegar después. Esta resplandeció de pronto, un brillo tecnicolor la envolvió como si tratara de algún tipo de metal al contacto con un brillo, sintió que su corazón se oprimía, fue tan sorpresivo que lo hizo caer de rodillas sin fuerza alguna, algo lo tomaba desde el interior de sus entrañas como si quisiera arrancarlo, seguido de esto de la misma manera extraña, la pluma en sus manos se tornó terriblemente pesada, el peso era tanto que se vio obligada a soltarla y cayó con fuerza en el piso estrellándolo.


    — ¿Pero qué demonios está ocurriendo?... —murmuró con apenas aliento en su voz.


    — Brandon River, residente de la calle 45 número #567, esposo de Loranne Wallace— enunció una voz masculina que lo hizo reincorporarse— soy Tot, el juez... — anunció mientras le extendía la mano, haciendo una pausa a lo anterior, era alto, una larga cabellera azul descansaba sobre sus hombros. — temo anunciarte: Estás condenado.


    Las últimas palabras pronunciadas hicieron tanto eco en cada rincón de su mente como nada lo había hecho jamás. Aún sin entender la naturaleza, identidad e intensidad de dichas palabras, cada célula de su cuerpo parecía temblar por ellas, arrancándole de a golpe y de una vez por todas esa falsa valía que le había surgido al cometer su crimen quedándose sin habla. El rostro frío y serio del visitante contribuyó a entender que no lo decía a la ligera.


    Las luces del edificio bajaron de pronto, no era que si la luz del edificio que en si era viejo comenzaran a parpadear, no, algo sobrenatural, oscuro, poderoso las menguaba, las absorbía extinguiéndolas.

    De la pared del edificio entonces surgió ella, portaba un vestido negro con cierto toque de sensualidad, portaba unas botas negras hasta las rodillas mientras lo observaba con unos bellísimos ojos del mismo color, sus labios rojos eran los únicos que contrastaban a la oscuridad a su alrededor, pues de su mismo cuerpo como un humo negro espectral emanaba una niebla azabache, mientras traspasaba la pared de aquel cuarto piso surgiendo de la noche misma, su presencia era imponente, inclemente, aunque su apariencia era la de una frágil muchacha de unos veinte años de edad, era imposible percibirla así.


    Acarició con una lentitud taciturna su cabello mientras lo miraba a los ojos, para ese momento, Brandon se dio cuenta que se encontraba a solas con ella, siendo perforado por esa mirada.


    Con cada paso que daba él se obligaba a retroceder, buscando entre tientas el umbral de la puerta, sus ojos se encontraron con cadáver cuya presencia hasta pocos minutos atrás le provocaba un torcido orgullo, ahora le horrorizaba, la mujer se inclinó hacia delante su corazón estaba por estallar, le costaba respirar. Cayó de espaldas encontrándose con el pasillo y corrió entre las sombras hacia las escaleras, desesperado buscó descender por ellas más terminó tropezando por más de diez escalones, adolorido y desesperado se reincorporó de nuevo, sintiéndose perseguido, de alguna forma concibiendo entre su piel tajantes tactos de su ejecutora que parecía moverse entre la oscuridad misma. De pronto ya con su piel llena de rasgaduras y el aliento en un hilo miró la luz amarillenta de las luces de la calle haciendo uso de las pocas fuerzas que le restaban, anduvo hacia ella.


    Al cruzar el umbral de la puerta un oficial de policía cruzó frente a él, la cárcel en ese momento parecía nada para lo que había vivido y se vio dispuesto a entregarse, más este pasó de largo y se adentró en el edificio; una cinta amarilla rodeaba el lugar en el que se había congregado un gran número de forenses, iban de un lado hacia el otro recabando evidencias congregados alrededor de un auto.


    — Un accidente de auto, no han venido por mi tal vez…tal vez pueda esca…


    — Aquí el oficial Rodrigo Rivera, es positivo, se dejó caer desde la habitación catorce del segundo piso, aquí he encontrado otro cuerpo. — declaró la voz del oficial mientras al radio de otro.


    Brandon sintió que el alma se le iba al piso, de pronto todo tenía sentido, avanzando continuó lentamente, tembloroso hasta donde estaba la zona acordonada, se llevó las manos a la boca sintiendo un nudo en su garganta que estranguló el sonido del grito que buscaba emerger, la escena frente a él era demasiado horrenda y grotesca para que sus ojos dieran crédito a ella, pues había terminado encontrándose a sí mismo, su cuerpo sin vida impactado en el automóvil en el que había arribado allí, mientras tanto que el recuerdo donde el mismo se aproximaba a la ventana y se arrojaba consumido por la culpa.

    La devoradora de sombras reaparecía a sus espaldas, cambiando de pronto aquel bello rostro femenino por una hilera de afilados dientes ocultos entre las tinieblas de su rostro.
     
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    Me gusto el desarrollo de la historia, empezando por un hecho que podría suceder para cambiar luego a un evento sobrenatural inesperado y un final sorprendente.
    También me gusto la ambientación, las descripciones de como se sentía Brandon y de la devoradora de sombras , veo que investigaste sobre el juicio de Osiris.

    ¡Saludos!
     
    Última edición: 6 Octubre 2016
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  1. Gabynoir
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