One-shot de Inuyasha - La decisión [One-Shot]

La decisión [One-Shot]

La decisión [One-Shot]


Un deseo, un único deseo. Eso era lo que cumpliría la Shikon-no-Tama, lo difícil era saber que deseo pedir, que deseo podría ser el correcto para no oscurecer la Esfera de los Cuatro Espíritus. Era un tema delicado de tratar, pues esa joya había traído tantas desgracias que todo el mundo esperaba y deseaba que desapareciera de este mundo para tener un poco de paz, aunque solo fuera temporal.

Y lo más difícil: ¿a quién otorgar tal honor? ¿A quién confiar el deseo y saber que no iba a ser maligno o algo realmente complicado?

Aunque su ahora actual protectora, Kagome Higurashi, ya había decidido quién tendría el honor de pedir el tan esperado deseo.

Kagome se dirigió con pasos lentos y tranquilos hacia su elegido, pues sabía que no se iba a arrepentir de la decisión que había tomado. Lo había pensado mucho y había sido objetiva, buscando las posibles consecuencias. Habló con toda la gente que tenía en mente para ser el elegido, para realizar el deseo, y finalmente escogió.

Subió la vista hacía su elegido y le hizo una seña como diciéndole que la siguiera. Llegaron hasta el árbol Sagrado, que había sido testigo de muchas cosas a lo largo de los años.

Entonces Kagome se decidió a darle la Esfera para que pidiera su deseo.

-Tienes la Esfera en tus manos. En realidad que la humanidad sobreviva depende sólo de ti. Yo confío mucho en ti, Inuyasha, sé que harás lo correcto y que no me arrepentiré de esto. Lo sé, porque eres una buena persona. -Kagome dijo esto mirándole con mucha ternura.

-¿Cómo puedes confiar tanto en mí, después de todo lo que ha pasado con Kikyou? ¿Cómo sabes que no la reviviré? -le preguntó Inuyasha a Kagome.

-Simplemente no lo sé. Sólo siento que harás lo que consideres mejor para todos - fue la respuesta de Kagome.

-¿Debo decir algún conjuro, o algo así? -le preguntó Inuyasha confuso.

-No, sólo piensa en el deseo que quieras. Cuando la Esfera lo haya cumplido desaparecerá, si es un buen deseo, claro. Sino…

-¿Y sino qué? -le preguntó Inuyasha a la chica, que se había quedado callada.

- Sino, yo moriré en manos de Midoriko por no saber elegir correctamente, y el mundo puede ser destruído. -le dijo Kagome con tranquilidad.

-¿Me estás diciendo que tengo tu vida en mis manos? ¿Que confías tanto en mí como para poner tu vida en peligro si me equivoco de deseo? -le preguntó Inuyasha, bastante impresionado por lo que oía.

-Inuyasha, siempre he confiado en tí, y lo sabes. ¿Debería dudar a estas alturas? -le preguntó Kagome con tristeza.

-Claro que no, pediré un deseo que no te dañe, te lo prometo -sonrió.

-Arigato, sabía que podía confiar en ti -dijo la joven, y acto seguido lo abrazó.

Kagome se alejo de él para que pudiera pensar bien ese deseo. Pronto vio a lo lejos una luz de color lila brillar, justo donde estaba Inuyasha.

Cuando Kagome pudo ver bien, ya que la luz la había cegado momentaneamente, se quedó muy impresionada. Tenía ante ella a un Inuyasha humano que no poseía ya la Esfera. Eso significaba que había renunciado a ser un hanyou...

-¿Porque lo has hecho? -le preguntó ella triste.

-¿El qué? -le preguntó él, pues no sabía de que le estaba hablando.

-¿Por qué has renunciado a ser un hanyou? -volvió a preguntar Kagome mirando al suelo.

-Por ti, porque te amo. -la cogió suavemente del mentón, haciendo que lo mirara a los ojos.

-Yo creía que tú querías a Kikyou -confesó Kagome tristemente.

-Hace mucho tiempo que he dejado de quererla y me he enamorado de ti. Creo que en el fondo siempre estuve enamorado de ti, sólo que no era capaz de aceptarlo -dijo acercándose a ella.

-¿Y por qué renunciaste a ser un hanyou? A mí me gustabas así -le dijo Kagome tímidamente, como si estuviera diciendo algo malo.

Inuyasha apoyó su frente contra la de Kagome y le dijo:

-Porque sino, no podríamos estar juntos. Sé que me quieres, me lo dijiste una vez, y sino hubiera hecho esto, cuando tú te fueras, serías una viejecita adorable. En cambio yo seguiría igual que ahora y te vería morir. Eso no lo soportaría. Te quiero, Kagome, y espero que tú me sigas queriendo. -le dijo Inuyasha acercándose a sus labios.

-Yo también te quiero, Inuyasha -le respondió Kagome sonrojándose.

Y lentamente juntaron sus labios en un beso cálido y tranquilo. Tendrían toda la vida para disfrutar de besos como ese.


Fin

Doy las gracias a Sandritah, por haberme corregido los fallos;), y espero que os guste, chao.
Besos.​