La Conquista del Paraíso [LCdP: América] Introducción y capítulo uno

Akumal

Un combate inevitable. Como Azteka, es imposible dejarme insultar por un Chichimeca.

Tener en mano el Temátatl resulto serme útil. Con un piedra equipada, empiezo a girarla y espero el momento para lanzar.
Yohualli parece estar en la misma linea de pensamiento, también tomando iniciativa de atacar a distancia.

Contenido oculto

1. ataque a distancia
2. Avance

 

Leão

Aturdido por el combate, se quedó de rodillas, sintiendo los espasmos del cuerpo del indio mientras el dogo lo remataba. Escuchó un pitido intenso en sus oídos y balbuceaba palabras sin sentido. Había matado a su primer enemigo y no entendía porque se sentía tan culpable y tan... sucio, asqueroso, asesino...

—Katherine. —el portugués salió de su burbuja y parpadeó varias veces al sentir que volvía a la realidad. Miró la mano amiga de la mujer y la tomó con energía para ponerse en pie. —Obrigado. Gracias.

Se miró las manos y se las sacudió pero la sangre estaba pegada. Intentó limpiarse los dedos en su pantalón pero era inútil. Tomó el hacha y la colgó en su espalda.

—¿Tudo bem? ¿Estás bien? ¿Lastimada?

 

Catalina

Notó como Leão también parecía algo desconcertado —Sin un rasguño — dijo mirando que su compañero —Por eso ni quería acercarme a ellos, no tengo experiencia en combate; agradezco los consejos —dijo desviando la mirada de la sangre en manos de Leão pero al hacerlo se encontró con el perro con el hocico completamente rojo, volvió hacia Leão.

—Me preocupa que hayas salido lastimado —mencionó mientras recordaba aquella macana con la que se defendieron sus enemigos —Creo que es tiempo de regresar— dijo mientras señalaba por dónde habían venido, pues creía que Leão estaba peleando su propia guerra con el lenguaje.

 

Marcio Hernándes​

Cuando me levanté aquella mañana, tenía un punzante dolor en la cabeza que amenazaba con permanecer ahí. Unas turbias pesadillas relacionadas con el llanto de una niña y varios indígenas terribles me habían rondado toda la noche, aunque no podía recordar exactamente lo que había soñado. Tantas nuevas emociones me estaban pasando factura. Desde luego aquellos aposentos que me había cedido con tanta amabilidad eran muy confortables, pero cuando la mente no puede descansar del todo, incluso cuando está embriagada, no hay cama confortable que lo repare.

En la noche me había quedado meditando sobre la tristeza que debía rondar al Gobernador, que había perdido a su hija y ahora tenía que ver aquella habitación tan exquisitamente decorada, que le recordaría lo que perdió siempre que entrase en ella. Aunque no llegase a nacer, el dolor se había notado en la mirada triste que transmitía al recordarla. Podía llegar a entender cómo se sentía, ya que yo nunca había conocido a mi madre, pero el anhelo de esa figura materna tan querida, pesaba en mi corazón desde siempre.

Pronto salí de mis pensamientos y con un atisbo de optimismo recordé, que en aquella hermosa mañana me aventuraría hacia otras tierras. ¿Santiago de Cuba había dicho el Gobernador? Así me parecía recordar.

Al salir por la puerta de aquella alcoba, encontré una carta firmada por el propio Gobernador, que me decía que antes de dirigirme al muelle, fuese a la capilla. ¿Qué me reclamaría por aquellos parajes?

En aquel momento, me resonaron las tripas. Tenía hambre, no había ingerido mucho más que alcohol en el día anterior y aquella mañana se presentaba bastante ajetreada. A ver cuándo podría obtener aunque fuese un trozo duro de pan.

Con aquella sensación en mi estómago y con el nerviosismo de a saber que me esperaría en la capilla, me dirigí hacia allí.

 

Leão

—Estou bem. Me quedará uma marca, pero nada grave. —se tocó las espinillas donde la macana le había golpeado y gruñó al sentir la carne hinchada, quizá con sangre. Se debería hacer ver eso, luego.

El amanecer los encontró por sorpresa, el portugués estaba cansado, mucho más a medida que la adrenalina comenzaba a disminuir de su cuerpo.

—¿Se habrán ido sem nós? Deberíamos ir a lo del gobernador... aunque presentarme así... —se señaló las ropas y la sangre. —Pensará que eu sou um assassino.

Miró también al perro, que ahora movía la cola, sumiso.

—Creo que tenemos outro compañero entre nós.

 

[Tepetlacalco]

Tirada de dados

 

[Tepetlacalco]

Contenido oculto: Jugadores

Yohualli Akumal

--------Pirámide de teotihuacán--------

Yohualli se dispuso a atacar con su arco rápidamente, y a medida que su flecha partía contra el chichimeca, se movió rápidamente entre la oscuridad para reducir la distancia con su enemigo. El chichimeca al ver que evadir la flecha se volvía imposible, trató de obstruirla con su escudo, privilegio de ser noble en la sociedad chichimeca. Si bien pudo contener el impacto del flechazo, la punta de obsidiana grabó unas iniciales en su cuerpo que empezaron a colorearlo de rojo, rojo bordó. Lo que menos se esperaba, fue el aliento de una bestia salvaje a sus espaldas. El cuerpo se le paralizó.



Un jaguar lo miraba, y solo se dedicó a mirarlo. El terror en el cuerpo del chichimeca fue tal que se sentó de nalgas y la flecha clavada en su escudo terminó por abrir aun más la herida causada. Al notar esto, enfurecido, partió la flecha a la mitad para evitar seguir sufriendo más daño. Ahora el pobre chichimeca sabía que se hallaba contra dos enemigos, Yohualli por un lado, y su jaguar acechando por detrás.
No obstante, debía luchar por su vida. Los chichimecas son una cultura excelsa en el manejo del arco, eso es sabido por todo el mundo, hasta los aztecas temen sus flechas. Pero esta vez no pareció darse, la flecha que partió del arco enemigo era muy débil. Ni bien vio lo malo que resultó el disparo, decidió retroceder, pero volvió a recordar que tenía al jaguar cerca... esperando.

Contenido oculto: Gigi

Ahora te toca dar tu respuesta. El ataque del enemigo fue muy debil así que no vas a tener problemas, y no te olvides el dado de bonificación de tu armadura

Otro duelo se desarrollaba a escasos metros, Akumal saco rápidamente su temátatl para tratar de impactar un hondazo contra el cuerpo de su oponente. El intento fue bueno, su honda no era lo más potente de Mesoamérica, pero Akumal era reconocido entre sus pares por su gran precisión, lo que le daba un plus en cualquier ataque. El golpe de su proyectil impactó duramente en la humanidad de su contrincante, que enseguida soltó una blasfemia contra la cultura azteca cuando sentía como su hombro sufría una avería. Cuando levantó la cabeza, Akumal estaba mucho más cerca que antes. Algo indeciso, el chichimeca optó por retroceder, pero al ver que no había mucho espacio para moverse en la pirámide, decidió avanzar a medida que usaba un dardo proyectado.

Contenido oculto: Monpoke

Ahora te toca dar tu respuesta a vos también, no te olvides el dado de bonificación de tu armadura

Contenido oculto: Puntos de vida actualizados

Enemigo 1 = 53 pts
Enemigo 2 = 27 pts

Contenido oculto: Pasos de distancia

Yohualli/Enemigo 1 = 10 pasos
Akumal/Enemigo 2 = 6 pasos

 

Akumal

Un gran inicio es algo que deja emocionado a alguien como yo.

Botando la actual debilidad del enemigo, me lanzó con mí Técpatl hacía el costado herido del enemigo. Esperando así darle un golpe de mayor precisión.

Contenido oculto

Respuesta:
_ Evadir
_ Bloquear

Iniciativa:
_ Ataque cuerpo cuerpo
_ Nada

Pd: se me trabo la página y me salieron todos esos dados de esquive

 

[Baracoa]

Contenido oculto: Jugador

Marcio

Contenido oculto: Jugador

-----------Capilla----------

Marcio llegó a la capilla, una edificación que no era de por sí nada impresionante, pero al lado de lo que podía apreciarse en los alrededores, era de lo más destacado.



Dentro estaba esperándolo un hombre, calvo, de espaldas. Era el Fray Fernando, del que probablemente había oído algunas referencias en su viaje. Estaba obsesionado con evangelizar a los indígenas, y era esa su única misión en la vida.



El hombre a su lado era un simple asistente eclesiástico, que no emitió palabra.

—Joven Marcio, lo estaba esperando. El gobernador se refirió a usted y le pedí por favor que viniera hasta aquí. Me preocupa que un joven de su edad, desamparado y sin familia en estas tierras ande sin rumbo, sin la fé en nuestro Señor. Dígame, joven Marcio, ¿es usted devoto?

La mirada penetrante del Fray no había sido apreciable hasta el momento en que giró su cabeza para hablarle.

 

[Tepetlacalco]

Dados

 

Catalina

Le sorprendieron las palabras de Leão "Entonces tampoco es un profesional en esto" pensaba, pues lo había supuesto por los consejos dados; después vio que observó al perro. "¿Creo? ¿Entonces el perro no era compañero suyo de hace tiempo?" Catalina sólo pudo sonreír, al entender que habían tenido suerte de salir ilesos de allí con tan poca habilidad en combate.

—Creo que al menos un baño sería lo adecuado; yo te seguiré, y si es necesario te cubriré; es lo mínimo que puedo hacer por tu ayuda— levantó la vista —Si vamos al muelle tú y tu can podrán al menos mojarse un poco, aunque el agua salada es pésima para la ropa, pero es buena para las heridas —dijo por experiencia.

—¿Qué dices León? Tu tienes la última palabra en esta decisión.

 

[Tepetlacalco]

Contenido oculto: Jugadores

Akumal Yohualli Popoca

--------Pirámide de teotihuacán--------

El dardo que lanzó su enemigo no llegó a hacer gran daño, aun así, luego de rozar el intento de bloqueo de Akumal, se terminó insertando en el antebrazo, por lo que causó algo de dolor y un daño leve que Akumal podía tolerar sin problemas. La respuesta de Akumal no se hizo esperar, y blandió con furia su técpatl, con una gran velocidad, que sorprendió al mismo chichimeca al ver que había sufrido una rajadura en su estómago que por un momento temió que vaciara sus entrañas.
El chichimeca, perdiendo ya mucha sangre, se acercó un poco más a su enemigo azteca, y azotó su macana con orgullo, buscando generar algo más de daño. Sabía que el combate probablemente lo tendría como el derrotado al final, pero al menos, por su orgullo, buscaría drenar la mayor cantidad posible de sangre de su odiado enemigo azteca.

Contenido oculto: Movimientos enemigo 2

Respuesta (6 pasos)

1er mov: Avanzar (dado=3)
2do mov: -

Iniciativa (3 pasos)

1er mov: cuerpo a cuerpo (dado=7)
2do mov: retroceder (dado=1)

La flecha chichimeca era una lágrima, en un principio salió con poca potencia y tambaleando. Pero un paso en falso de Yohualli en un intento débil de bloqueo la llevó a recibir una herida por parte de ese flechazo, que rozó el rostro de la joven guerrera, dejando un tajo notable a la vista.
Es probable que esta pequeña herida no haya agradado mucho a Yohualli, que dejó la especulación de lado y avanzó sin mediar duda sobre su enemigo, y cuando estuvo a un aliento de distancia, blandió su temible macuahuitl. El chichimeca intentó parar el ataque, pero el mismo se dirigió con semejante violencia que atravesó la armadura luego de rajar el escudo chichimeca, y cortó del hombro hacia abajo desprendiendo el brazo del pobre iluso que no retrocedió lo suficiente para alejarse del temible cuerpo a cuerpo azteca. Ahora el chichimeca, con un brazo menos, perdía sangre a montones, y con un rostro de desesperanza absoluta trató de clavar rápidamente la punta de obsidiana de su macana en el cuerpo de esa mujer que lo había amputado.

Contenido oculto: Movimientos enemigo 1

Respuesta (0 pasos)

1er mov: Bloqueo (dado=3)
2do mov: Retroceder (dado=6)

Iniciativa (6 pasos)

1er mov: cuerpo a cuerpo (dado=3)
2do mov: retroceder (dado=3)

Contenido oculto: Puntos de vida actualizados

Enemigo 1: 26
Enemigo 2: 11
Yohualli: 96
Akumal: 76

Contenido oculto: Pasos de distancia

Yohualli/Enemigo 1: 9 pasos
Akumal/Enemigo 2: 4 pasos

 

Akumal

Herido el chichimeca prefiere luchar hasta el final. Nuestros orígenes podra hacer que nos odiemos. Pero reconoceré su espíritu guerrero.

Y solo eso. Matarlo. Nada me ara cambiar de opinión.

La distancia sigue manteniéndose a la justa, una vez logre lidiar con su ataque, atravezaré mi técpatl por su garganta.

Contenido oculto

Respuesta
1. Esquive
2. Bloqueo

Iniciativa:
1. Cuerpo a cuerpo
2. Nada

 

Leão

Mientras Catalina hablaba, el perro olfateó tanto a la mujer como al hombre para luego mover la cola en señal de sumisión. El portugués le acarició el lomo y le dió una fuerte palmada en un costado. El can era músculo puro.

—Al muelle entonces. Boa ideia.

Al dar el primer paso sintió la pierna later como si fuera el redoble de un tambor. Ahogó un gruñido y caminó cojeando levemente. El perro caminaba a su lado, adelantándose para olfatear y explorar.

Leão se tocó las prendas sucias y señaló a ambos.

—¿Tendremos uma mala impresión? Eu al menos não tengo outra muda de roupa. Y deja de preocupar. Ya me cobraré você me deve. —sonrió como para sacarle tensión al momento que habían vivido juntos. Si Catalina sería su compañera en un mundo totalmente desconocido, lo mejor, al menos de momento, era llevarse bien y cobrar los favores más adelante.

Poco a poco el dúo llegó al muelle.

 

[Baracoa]

Contenido oculto: Jugadores

Leao Catalina

Octavio, el ballestero del torreón, salió al cruce de Leao y Catalina.

—Ya iba siendo hora de que terminaran—los miró con desprecio—, una mujer y un portugués... no creo que logremos mucho en estas tierras con ladrones y prostitutas que encima—mirando a Leao—son extranjeros.

El ballestero en realidad, lejos de ser una persona completamente desagradable, estaba algo cansado y molesto por el hecho de que el gobernador lo hubiera mandado a recogerlos para hacer de guía.

—Síganme, es hora de que dejen los "juegos" y sirvan a la Corona como corresponde.

--------Muelle-------

Llegaron al muelle, y Octavio se retiró de nuevo al torreón tan pronto como vio que el gobernador, Diego Velázquez de Cuéllar, esperaba de espaldas.



—Bienvenidos. Veo que han resultado vencedores en el combate con los salvajes de esta isla.

Se acercó a ellos y miró al bergantín que estaba anclado, y que los esperaba para su destino.

—Pero a donde irán de ahora en adelante necesitarán más que un poco de coraje para sobrevivir. Les deseo suerte, suban al barco y esperen a que zarpe. Cuando lleguen a su destino ya tendrán nuevas órdenes esperando.

El viaje comenzaba.

 

Catalina

Las palabras del ballestero no le incomodaron, estaba acostumbrada a oír eso o cosas peores; pero la cuestión con el carácter de Catalina era que no podía quedarse sin farfullar al menos una respuesta antes de salir corriendo como cobarde —Es bueno ver que cuidan tanto de nosotros a pesar del poco aprecio —dijo sacudiendo el hombro de Octavio, limpiándose la sangre que Leão le había embarrado al ayudarlo a levantarse.

Al llegar al muelle esperaba el regaño del gobernador, pero le sorprendió que no hubo tal. No pudo evitar sonreír, no por sus acciones o la felicitación, simplemente estaba feliz de haberse salido con la suya.

"Mucha suerte" Hasta el momento la había tenido, era bueno saber que necesitaban más suerte que entrenamiento. Afirmó ante el gobernador y se dirigió al barco.

 

Leão

El portugués fulminó con la mirada al ballestero y reaccionó cuando Octavio les atacó; más precisamente cuando se refirió a Catalina como una ramera. Tensó los músculos de sus brazos y gruñó.

—Filho da puta. ¿Você se acha muito homem, seu covarde? repita sem isso em suas mãos.

Habló tan rápido y con tanta rabia que seguramente la mujer podría adivinar que Leão no le estaba diciendo nada amistoso, todo lo contrario. Y el hombre podría haber pasado a más pero no quería terminar en una celda abandonada en el grano del mundo.

—Odio a las personas que não conseguem mantener com los puños lo que dicen com la boca. —se relajó poco a poco a medida que llegaban al muelle y el portugués veía el mar ante él. Siempre esa imagen le tranquilizaria, era el retrato con el que había nacido. —Lamento não poner en su sitio a ese imbécil. ¿Imbécil es correcto? —lo primero que aprendió Leão entre los españoles, por normal general con cualquier idioma, fue a insultar.

Cuando el gobernador apareció y miró al bergantín, el portugués le siguió con la mirada y se quedó admirando el tamaño de la nave mientras oía de fondo la plática. Caminó al barco junto a Catalina con el entrecejo fruncido.

—Nos tratan como basura. ¿Estaremos viajando al sitio correcto?

—

 

Catalina

Trató de tranquilizar a Leão, pues ella era firme creyente de que aquel que se enojara primero perdía la batalla —Eh, no debe preocuparos lo que diga un valentón como ese, es sólo un matón de baja estofa, o un imbécil como bien dijiste — dijo mientras abordaban el barco —No entendí ni la mitad de lo que has dicho en el cementerio pero te veías bravo, no gastes energía en quien usa su arma de adorno — se recargó en la baranda mirando al horizonte — Nos tratan así porque así nos ven, y a mi no me interesa como me vean siempre que yo obtenga un beneficio al estar aquí soportando sus insultos.

Reflexionó sobre la pregunta que Leão le había hecho —No creo que viajemos al sitio correcto; pero mis intensiones si son las correctas. Mientras uses tus armas por tus ideales, no creo que estemos equivocados.