One-shot [academia meltdown] la cocina de len

La Cocina de Len​

— ¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos! —estaba parado frente a quienes podrían ser mis futuros— por favor juzguen apropiadamente mi comida —una sonrisa se forma en mi rostro para luego hacer una reverencia— ¡Cuiden de mi!


En sus tablas estaban las hojas para evaluar a todos los que presentarían la prueba hoy. Si se preguntan de qué prueba habló, hace unos días se anunciaba la construcción de una nueva cafetería en la Academia Meltdown, donde después de un tiempo han transmitido solicitudes al alumnado para poder trabajar en dicha cafetería.


Solicitud para mesero, donde los trajes serían infinitos ya que olvide mencionar que es un café maid; solicitud para cocineros, donde el trabajo detrás de una estufa te dará la satisfacción de que los demás prueben tu comida, y si, adivinaron, hice solicitud como cocinero.


Gakupo-san, un compañero de la academia, también hizo una solicitud, aunque su prueba es diferente a la mía, el solicitó para mesero, aunque se esperan resultados positivos. Por ahora entro a la cocina mientras amarro mi cabello y lo meto bajo un pequeño gorro blanco para empezar a prender las estufas y hornos.


— ¡Hora de cocinar! —de las palabras a las acciones hay demasiados huecos, esto era mucho más sencillo que enseñar a preparar un helado a una serie de chicas, pero era más presión— ¡Disfrutarán mi comida! —traté de motivarme.


Empecé a preparar un delicioso fondue de chocolate, tuve que poner los chocolates al baño maría para que se derritieran cómodamente, el chocolate amargo tiene un aroma delicioso cuando es derretido, realmente amaba al chocolate, aunque no tanto como la banana.


— En lo que esperan el resto de la comida —empecé a caminar entre tropezones para poner sobre la mesa la mezcla, rodeada de pequeños bocadillos par a sumergir— disfruten este delicioso entremés —apenas entregue eso me tropecé con la silla, azotando mi cabeza al suelo.


— Jovencito… —la señorita valuadora se me quedo viendo fijamente con cierta seriedad— ¿Se encuentra bien? —me levanté rápidamente.


— S-si… ¡Sí! —mi rostro estaba tan rojo como un tomate mientras intentaba no llorar— ¡Lo siento! —me quejé para entrar corriendo a la cocina.


Mis manos temblaban de los nervios mientras intentaba encontrar la paz para mi siguiente platillo. Junté la harina, la leche y empecé a cortar algunos champiñones, el siguiente platillo sería una deliciosa crema de champiñones.


El vapor salía a mis deliciosos sentidos, tuve que cerrar un poco los ojos ante el calor cuando hacía las mezclas, mas puse toda mi concentración en cada movimiento, incluso cuando mezcle la harina con la leche para que quedara espeso y cremoso.


— Listo… —dije sudando un poco mientras caminaba con el plato, intentaba verme elegante.


— Gracias —respondieron los valuadores mientras yo regresaba a la cocina.


Ahora seguía el platillo fuerte, las especias hicieron una gran labor, el orégano le dio un nuevo sabor a las chuletas mientras en otra sartén se cocinaba una salsa picante como dulce, el habanero combinado con el aderezo de plátano iba a crear un sabor excitante. Quedo unas deliciosas chuletas cubierta en esa salsa con algunas hojas adornando la cubierta y a lado una ensalada.


— ¡Espero les guste! —dije mientras ponía en el horno un pudín de banana para el postre, el cual era probable estaría listo para cuando terminaran de comer.


Al entrar nuevamente a la sala no pude evitar resbalar de nuevo, todo salió volando y en un brinco logre atrapar los platos que milagrosamente no tiraron la comida, más que unas gotas de salsa en mi mejilla y nariz.


— ¡Lo siento! —grité en el suelo, acostado con los platos en las manos— ¡Lo siento! —cerré unos segundos los ojos para abrirlos cuando escuché que estallaban las risas de los examinadores.


— Vaya que aún es un niño… —dijo uno.


— No cabe duda… —dijo la otra, yo solo los observe fijamente.


— Bueno muchacho —no parecían enojados ni perturbados en lo absoluto— es mejor te apures y nos des esos platos, se ve bastante buena la comida.


— ¿Eh? —me quede privado unos segundos para luego sonreír— ¡Gracias! —me levanté rápidamente para servir los platos.


Entre corriendo a la cocina a terminar el postre que al final rodee con un poco de crema, esperando que les gustará, era la última prueba a pasar para obtener el trabajo, me sentía sumamente alegre mientras servía aquel postre.


— ¡Gracias por haber probado mi comida! —una sonrisa se formo en mi cara infantil antes de despedirme— este es el último plato, un pudín de banana —comenté.


Eso fue todo, un resumen rápido de mi prueba, quizá fue un poco aburrido, no es nada emocionante cocinar, no soy el rey del sushi, pero me esforcé por conseguir este empleo, así que aún espero resultados.


Sean bienvenidos nuevamente a la cocina de Len.