La ciudad: errores

Tema en 'Relatos' iniciado por Red, 5 Agosto 2014.

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    Red

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    Aries
    Miembro desde:
    15 Abril 2005
    Mensajes:
    87
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La ciudad: errores
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    875
    —¡No es mi culpa! ¡Yo solamente quería verla! ¿Quién puede juzgarme en realidad? Si cualquiera de vosotros hubiera estado tan enamorado como yo, y le dieran la oportunidad, me pregunto quien sería el bocazas que diría «No, yo tengo principios». ¡Capullos mentirosos! ¡Vosotros haríais lo que haría cualquier persona desesperada!
    »¡Todo el mundo lo haría! Total, ¿Qué es matar a una o dos personas, si a cambio le devuelven la vida a la persona mas importante que hayas conocido jamás? Por uno o dos tristes sacos de carnes con patas, ¿Desaprovecharíais la oportunidad? Aquel imbécil de la última vez me dijo que los muertos siempre seguirían muertos, hiciese lo que hiciese; Pero ese vídeo en el que aparecía ella era real, no estaba modificado ni nada. ¡Era ella! ¡De verdad tenía la oportunidad de traerla conmigo de vuelta! Solo tenía que hacer lo que me decía la carta y ya está.
    »¡Y lo hice! Vine a esta ciudad de la que nunca había oído hablar, y, tal y como decía la carta, desperté en esta masa de edificios ruinosos y coches abandonados junto a un montón de gente que no sabía como había llegado allí. ¡Todo era tal y como decía la carta!
    »También decía que pasarían cosas imposibles; Cosas que ninguno sabría explicar, y que llevarían la locura a todo el grupo. Yo solamente tenía que deshacerme de aquellos que no fueran lo suficientemente fuertes, y el grupo podría continuar adelante.
    »Si llegábamos al final del camino, ¡Entonces ella volvería! Pero, ¡Joder! ¡Entonces esa niña pequeña apareció muerta! ¡Os juro por Dios que yo no le hice nada! ¡Es verdad que maté a cuatro o cinco mierdecillas, pero no tocaría a una niña inocente! ¡Ella ni siquiera estaba allí al principio! ¡Y como si nada, como si fuerais santos, decidisteis que yo era el culpable! ¡Gracias a mi, habéis llegado hasta aquí! ¡Yo solamente quería volver a verla!

    Mientras el joven grita, un grupo de unas veinte personas de lo más variopintas miran en silencio. El joven se encuentra con una soga al cuello, la cual se encuentra atada a una farola; Lo único que le sostiene es un viejo carrito de la compra volcado, sobre el que el joven se tambalea, mientras intenta aguanta de puntillas. Un hombre mayor, de pelo canoso, se acerca con lentitud y coloca un pie sobre el carrito.

    —Eres un asesino. No podemos dejarte con nosotros. Tienes que morir, ya lo hemos decidido— dice calmadamente, con ojos fríos y expresión dura.

    El joven, comienza a temblar y a agitarse, a sabiendas de que va a morir.

    —¡No! ¡Por Dios, no! ¡No soy el único asesino de aquí! ¡Hay más entre vosotros! ¡Ninguno se salvará! ¡Aunque me matéis, eso no cambiará nada! ¿¡Por qué confíais en ellos, cuando os matarán si les dais la espalda!? ¡Ellos os están dirigiendo, son una puta mafia de asesinos! ¡No dejéis que os manipulen!

    —Lo siento, chaval. Eres demasiado peligroso para los demás. Adios.

    Con estas palabras, el hombre patea el carrito de la compra lo suficientemente fuerte y lejos para que los pies del joven ya no se puedan apoyar en nada. Éste comienza a retorcerse, tratando de coger aire inútilmente.

    —¡No! ¡No quiero... morir!—Dice con las últimas reservas de aire que le quedan.

    El joven mira al resto, que observa en silencio como se asfixia lentamente. No mentía cuando decía que había más asesinos ocultos entre la mayoría, cada cual con sus propias aspiraciones e intenciones. Algunos miran con una sonrisa como se ahoga, otros con terror. Y, desde el fondo, el joven puede divisar como última imagen, a la niña que provocó su muerte, sosteniéndo la mano de la persona que le llevó a matar. Quizás su hubiera sido mas cuidados, hubiera logrado su objetivo y habría podido estar con ella nuevamente. Pero no fue así. Y como último recuerdo de su vida, se queda con la imagen de decenas de miradas pasivas, que se dan la vuelta para seguir su camino.

    ¡Bien! ¡Esa era la pequeña historia de hoy! ¿Un poco extraña, verdad? Sería raro si no lo resultara, ya que, para el que no esté familiarizado, no comprenderá muy bien de que iba o a que se refería. Esta historia, mis queridos lectores, es una teatral recreación de una partida de Mafia.

    La historia está para conmemorar la inauguración de MafiaLandia, y está basada en una mafia llamada "La Ciudad", una historia de seudo-terror. Con esta historia quiero animar a todo aquel que desconozca el juego a participar, ya que si te gusta escribir en FFL, adorarás participar en las partidas de MFL.

    Misterio, dudas, acusaciones, asesinatos, mentiras, deducciones... ¡Todo un mundo por descubrir en MafiaLandia! Y, para aquel al que le haga ilusión participar en esta mafia narrativo-interactiva, sabe que siempre puede entrar:

    Mega - La Ciudad: Capítulo II | MafiaLandia

    El sistema de juego es de lo más sencillo y divertido, y en una sola partida conocerás gran cantidad de gente. Nunca sabes como terminará la historia, ni quienes serán los vencedores. Pero, quien sabe, igual tú mismo puedes cambiar el rumbo de la mafia.
     
    Última edición: 5 Agosto 2014
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