"Todos somos débiles, siempre hay algo que es capaz de destruirnos con solo tocarnos la piel y de esa regla universal no se salva nadie, hasta la propia oscuridad." (Anónimo) No recuerdo el día en que me transforme en oscuridad, pudo haber sido hace mucho tiempo pero, todos los que como yo nos volvemos es porque hicimos millares de catástrofes en vida y nuestra alma no fue capaz de encontrar otro camino. Nosotros tenemos "tratos" con seres de otro grado espiritual, estos nos conceden favores a cambio de ciertos trabajitos que hagamos. Los "tratos" nos diferencian de los demás oscuridades y elevan nuestro rango de peligro y respeto ante los demás. Yo soy unos de los "tratos" mayores el trabajito tuve que hacer fue matar a 20 niños recién nacidos en luna menguante, este me permite transformar mi masa a voluntad. En ese tiempo tenia la ambición de transformarme en la peor pesadilla de los hombres, lo cual lograría gracias al "trato único" era el mas poderoso de todos, quien lo consiguiera se volvería inmune ante todo (sonaba genial y fácil, pero es complicado de realizar, era toda una Odisea). Para conseguirlo había que hacer una serie de sacrificios para invocar al espíritu, los demás pasos debían de ser meticulosos y sencillos; El siguiente era complacerla y que esta nos tomara por "sirviente", el ultimo era el mas complicado en materia de estrategia. Fuí con forma que mas me gusta era un león negro de proporciones enormes con cuernos de toro y colmillos de serpiente, me presentaría ante el espiritu en su cueva, era de piedra negra y mohosa Mi voz resonó cavernosa en las paredes.— Anibail, ¡me presento ante ti para solicitarte algo!— Un frió atronador se percibió por todos lados y de la bruma una voz femenina sonó lejana. —Tú pedazo de escoria ¿pretendes que no sepa que es lo que me vienes a pedir? mejor toma esa patética forma tuya y andarte a matar ancianas— —Mis intenciones son... algo distintas ahora— Mi voz se transforma en un rugido atronador —¡Quiero verte con tu verdadera forma! Apareció una mujer de grandes atributos, vestida de rojo y piel ceniza donde resaltaban sus ojos negros al igual que su cabello liso. —Ahora que me vez, dame tus razones. —Quiero mi señorita que tomes mis debilidades y las elimines por completo, es decir que me hagas invulnerable ante todo. Y esto solo para servirte a ti y solo a ti, mi señora.— Empezó a reírse de forma divertida y me responde—Claro, de seguro que te voy a creer eso... pero acepto. Eso me perturba ¿Lo ha aceptado? ¿Así de fácil? algo va mal... muy mal. No me esperaba que me hiciese caso a la primera, pensé que tendría que ocupar una jugada que había planeado con anticipación... Pero ¿qué importa? Está listo.—¿Cuál es el "trabajito" que tengo que hacer mi señorita? —Estúpido animal, tráeme un alma blanca. Observo estupefacto —¿Un qué? —Gatito sordo, he dicho un alma blanca tráemela y hacemos el trato.—Mira la expresión de mi rostro y dice—Si, si existen nacieron unas hace muy poco, quiero que solo me traigas una de ellas ¿entendido? Sonreí satisfactoria mente y me retire disolviendo me como una densa nube negra—Si mi señora— fue el eco que quedo después de mi partida. Espero que les haya gustado. ¡Gracias por leer!
