Título: La casa de enfrente Número de capítulos: 4 Tipo de historia: Corta Advertencias: Contiene lenguaje explícito, palabras malsonantes, escenas de sexo y de violencia. No recomendada para menores de 18 años. La casa de enfrente Nunca le había encontrado demasiado sentido al dicho que versa sobre que la curiosidad mató al gato, pero puedo dar fe de que así es. Estoy muerta y esta es la historia, en cuatro cómodos capítulos, de cómo morí. I Mi vida nunca había sido demasiado interesante, sobretodo de un tiempo para aquí. Por eso cuando mis nuevos vecinos se mudaron a vivir justo enfrente de mi casa, yo estaba allí para mirar por la ventana, curioseando. Realmente siempre me había parecido una costumbre muy fea eso de husmear en la vida de los demás, pero aquella tarde de sábado yo no tenía nada mejor que hacer que estar observándolos por la ventana. Eran una pareja joven, una mujer y un hombre, curiosamente atractivos y parecían estar muy acaramelados. En cuanto los vi no pude evitar que, varias imágenes de ellos follando salvajemente contra la pared justo al traspasar el umbral de la puerta, pasasen por mi mente. Una fea y mala costumbre, la de imaginar cómo lo harían las parejitas que veía por doquier. Saqué un cigarrillo y lo encendí. Exhalé profundamente una calada, dejando que el humo invadiese mis pulmones. Me puse a observar detenidamente cada ida y venida de los contendientes, que transportaban las cajas seguramente llenas de juguetes sexuales, libros sobre sexo sádico, trajes de látex y figuritas grotescas y rocambolescas. Seguramente si no me hubiese quedado mirando a aquellos dos, no me hubiesen terminado interesando tanto. Pude ver cómo se agarraban de la mano, como se daban besos apasionados, como él le cargaba las cajas cuando eran demasiado pesadas y como le daba palmaditas en el culito a ella para ponerla colorada. Pude ver lo más vulnerable del ser humano en aquellos dos. Posiblemente todo hubiese parecido normal, salvo por el hecho de que algunos de esos bultos que habían transportado adentro me pareció más grande y alargado de lo habitual. Demasiado grande para ser una muñeca hinchable o algo relacionado con el sexo. Entonces pensé que podría tratarse de alguna dama de hierro o algún objeto de tortura parecido. ¿Por qué no? La gente que termina torturando a otras no suelen tener pinta de torturadores. Si no sería muy fácil pillarles. Cuando hubieron metido todo dentro. Ya estaba anocheciendo. Pensé varias veces en lo sensato que sería llamar a la policía, porque seguramente se tratase de dos asesinos en serie, pero después pensé en el largo historial de llamadas en falso que tenía y que finalmente terminarían por meterme a mí en la cárcel, así que decliné aquella idea. Fui a darle de comer a mi perrito Puchi y a prepararme algo para mí. “Sándwiches de mantequilla de cacahuete, totalmente sano y para toda la familia”. Pensé. Luego volví a pensar en mis nuevos vecinos y en que seguramente ellos estarían comiéndose a algún pobre diablo que no esperase ser víctima del canibalismo. Quizás algún antiguo amante o acreedor. Cualquiera de las dos valdría. Luego volví a la ventana, a observar la casa de enfrente. Agarré mi móvil, para distraerme mientras no veía nada interesante. ¿Qué esperaba ver? ¿Tan aburrida estaba? “Hola nena, ¿te gustaría ver mi polla por cam?”. Luego de leer aquel mensaje en el chat en el que me había metido, decidí que sí, que realmente estaba tan aburrida como para ver si se cometía algún crimen en la casa de mis vecinos. Me sorprendió observar pasadas un par de horas a mi vecina con el cuerpo posado contra la ventana, se podía apreciar perfectamente que estaba desnuda y que él la estaba embistiendo por detrás. Era una escena de lo más encantadora, si no fuese porque todo el vecindario podría ver esas tetas si se asomasen a la ventana, ya que ni se habían molestado en apagar la luz. Tenía unas buenas tetas, me atrevería a decir, ya que eran unas de las mejores que había visto nunca. La pena de la escena era que no se veía a penas al semental que la estaba embistiendo. La escena duró unos minutos más, al parecer se cansaron de estar siendo expuestos contra la ventana y se fueron hacia otro lado, apagando esa luz. Bostecé. No tenía demasiadas ganas de ir a dormir, eso significaba que mañana tendría que ir a trabajar a esa tienducha de la esquina y no tenía ganas. Me arrastré como un zombie hasta mi habitación y me tiré en la cama, pensando en qué podría hacer para acercarme a aquella pareja de psicópatas. Sería interesante desentrañar una trama de crimen y traición. Estaba segura de que se trataban de unos psicópatas. Tanto como de que mañana amanecería. Y que sería un buen día para llevarles una tarta y darles la bienvenida al barrio. Un curioso momento en el que podrían secuestrarme, matarme y luego comerme, si ellos lo deseasen. Pero así no fue la forma en la que morí, ya os lo dije que os lo contaría en cuatro cómodos capítulos, no en el segundo. Me dormí. Puchi se acomodó en mi regazo justo después de que yo me quedase dormida y allí se quedó toda la noche. A la mañana siguiente, al escuchar el despertador a las 6 de la mañana, solamente pude pensar una cosa: “Maldito perro y sus ganas inmensurables de cagar”. Tenía que pasearlo, aún sin que no hubiese salido el sol, debía hacerlo.
Saludos. Me encantó esta frase. Aunque hace spoiler del final, xD La imaginación de la protagonista está como para que escriba novelas policiacas eróticas. Me gustó ese primer capítulo. Y para que esto no sea spam. Me pareció estuvo bien narrado, con muy buena ortografía. Tal vez una coma mal usada, pero no estoy seguro si es así.
Hola, me llamó la atención el título y me puse a leer. Me gusto mucho el hecho que la protagonista dejara volar su imaginación por el aburrimiento. Creo que es un detalle realista, a todos nos ha pasado. Ahora, me parece que la intuición de la prota es demasiado atinada al suponer que hay algo malo con sus vecinos, creo que le quita un poquito de misterio a la trama ya que nos definiste de entrada a los antagonistas, sería el único detalle. Pero la verdad me ha llamado la atención ver como mataran a la prota. saludos. :D
Jaja, aunque a primera vista me pareció que intentaste meter todo lo +18 que le pudiese caber al "Explícito", en realidad tengo que aceptar que la premisa me gusta. La protagonista parece tener alguna clase de problema serio, ya que no sólo comienza a imaginarse cosas "por aburrimiento", sino que tiene un historial de llamadas en falso a la policía, lo cual me hace sospechar que en dado momento realmente se cree todo lo que pasa por su cabeza. Naturalmente que no considero que los vecinos sean sospechosos de algo, al contrario, creo que es un distractor. No hay que olvidar que quien está narrando es precisamente la que tiene los problemas, y por tanto, toda la información nos llega a través de sus ojos. Creo que al final va a morir por alguna obsesión suya y no precisamente porque sus nuevos vecinos sean unos caníbales o sadomasoquistas.
Me quede un poco en pausa tratando de entenderlo, pero al final me ha llamado demasiado la atención, no quiero adelantarme a los hechos, espero con ansias el siguiente capítulo.
¡Eres mi primer explicito que leo! por un momento también sentí igual que Cygnus que de entrada ibas a derramar en la tentación de escribir explicitudes y explicitudes jaajajajaj. Me agrada la forma de narrar, lo va llevando a uno de un lado para otro. Se apoderó de mi una sensación de morbo y angustia igual que el protagonista. Juegas con algo muy bello que es lo que nos sucede a todos nosotros al ver algo nuevo, algo que no entendemos, la curiosidad. No sé porqué, creo yo que es gusto... me hizo falta un poco más del universo interno del sujeto que va narrando... ¿quién es? por ahora solo sé que trabaja en la tienda de la esquina y que está muerto (bueno creo que es suficiente, es más la curiosidad de saber qué sucederá)... ¿Qué tipo de relación tiene con el perro? esto es muy importante para uno aclararse su panorama... Vas muy muy bien... No vi errores ortográficos evidentes... Un abrazo en expansión y quedo pendiente de lo que sigue :-D