La arena y el cristal

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Kitzune, 18 Julio 2010.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    5550
    La arena y el cristal

    Este es mi primer fic el cual trata sobre la mision en la que Gaara se enamoro.
    Aparte de poner algunos personajes originales de la seria invente unos cuantos, no juzguen antes de leer y por favor comenten.

    Lord kasekage
    Mi nombre es Natsumi Akamatsu soy una chica alta y delgada mi cabello y ojos son de color violeta.

    Mi padre ha muerto, mi mama traicionó a la aldea y ahora es una criminal muy buscada, mi hermana Akemi ha desaparecido, por esa razón tengo que asumir el cargo de feudal o líder de mi aldea (la aldea oculta entre el cristal).

    Los ministros me han ordenado formar una alianza con el país del viento puesto que en la aldea no tenemos muchos ninjas en la aldea y Suna posee una de las mejores shinobis del mundo ninja.

    Tengo que ir en busca del líder de la aldea de la arena y retarle a una batalla para ser merecedora de ese pacto además tengo que casarme con el líder de la aldea o con un familiar cercano a este para reforzar la alianza. Según los ministros tenemos que partir mañana.

    Me he negado a la petición puesto que ahora tengo que buscar a Akemi lo cual es lo mas importante para mi por el momento; además ya hace varios años que no visito esta aldea y me emociona saber que tal vez vuelva a verlo; quizás aun este molesto conmigo por haberlo dejado o también puede que ya no este ni en sus recuerdos. Sin embargo no todo se puede hacer al mismo tiempo; así es que Akemi tendrá que esperarme un poco.

    -Señorita por favor abra la puerta, es hora de irnos- decía un shinobi que nos acompañaría en la misión.
    – Si, ahora voy- mientras soltaba un suspiro de resignación.
    El viaje era muy largo: y a mí en lo personal no me gustaba vestir con atuendos ostentosos así que decidí vestir algo más cómodo.
    De mi armario saque un short negro y una playera roja combinados con unos tenis muy cómodos, lanuela invención de unos artesanos de la aldea, mientras mi cabello iba recogido en una coleta.

    De esa manera emprendimos el viaje y desde la puerta de la aldea me despedí de mi objetivo, buscar a mi hermana Akemi.

    -Señorita ya casi llegamos- me dijo el ninja que caminaba a mi lado después de varias horas de viaje; así que seguí caminando sin tomarle importancia a la noticia, después de todo no era la primera vez que venia a Suna.

    -Hemos llegado- escuche de uno de los ministros que me acompañaba, voltee y aprobé con la cabeza mientras me dirigía a uno de los ninjas que estaban en la puerta.

    -Deseo ver al señor kasekage, por favor. Dije un tanto nerviosa. Había llegado a mi destino pero no sabia ni quería pensar lo que pasaría después.

    -Si- menciono y me hizo una señal para que lo siguiera, después de caminar por largos pasillos, por fin llegamos a un despacho. -Espere aquí-dijo mientras tocaba la puerta anunciando mi llegada. -Entra-, se escuchó una voz desde el interior.

    El ninja entró y yo después de él; mi mirada se dirigió al suelo desde mi entrada al despacho, mas cuando decidí mirar a lord kasekage me lleve una gran sorpresa que no pude evitar reflejar en mi rostro, estaba tan sorprendida que por un momento me quede sin palabras hasta que por fin reaccione y dije – Lord kasekage, he venido a buscarle para hacerle una petición y espero que pueda concedérmela- para luego bajar la mirada.

    -Dime- contestó con un tono muy frío el chico de cabellera roja y ojos azules, que se identificaba como el kasekage y que ante mis ojos era una persona, totalmente diferente.

    -Mi aldea me pide que haga una alianza con el país del viento; le pido que me conceda una pelea para que los ministros vean que mi aldea y yo somos merecedores de esta alianza- dije un tanto desilusionada.

    - Podemos hacer esa alianza sin necesidad de pelear, puedo ayudarte si es lo que deseas- mencionó sin mirarme; él solo tenia sus ojos puestos en el exterior, a través de la gran ventana de su oficina.

    -Hay dos condiciones: la primera es la pelea y la segunda es un matrimonio con usted si eso es posible; ya que sino, tendría que ser con uno de sus familiares, quien tendría que casarse conmigo, la futura líder de la aldea oculta entre el cristal- conteste ante su negativa.

    Él volteo a verme y camino hacia donde me encontraba hasta que quedamos de frente –Entonces me niego- respondió con una mirada fría que se clavada en mi, produciéndome escalofríos.
    - ¿Pero por qué?- pregunté, mirándole con el ruego impreso en mis ojos. –Por favor- susurre bajando mi mirada ante su presencia; pensé entonces que la única forma de conseguir su aceptación era humillándome y cuando estaba punto de hincarme para implorarle que reconsiderara…
    -¡Detente, no hagas eso!- dijo al instante, frenando en seco mis intenciones de arrodillarme tomándome de los brazos; mis ojos se abrieron desmesuradamente, mientras los sentía arder levemente.


    –Por favor-, mi voz sonó ronca y casi me salían las lágrimas.

    -¿Por qué tanto interés, acaso tienes miedo de hacer enojar a los ministros que te acompañan?- pregunto.

    -No es eso, es solo que mi aldea me necesita, mi hermana ha desaparecido y no tienen a nadie más- conteste con un tono de melancolía; mientras tomaba sus manos entre las mías para pedirle el favor una vez mas. Él me miro sorprendido como si hace mucho tiempo no sintiera el tacto de otra persona sobre su piel; de cerca sus ojos se veían de un azul tan hermoso, casi increíble. Su mirada era tan transparente que se podía ver nobleza, asombro y calidez en esos ojos; me ruborice y buscando no ser descubierta por esos hermosos ojos, me aleje.


    –Esta bien, pero será mañana al amanecer mientras tanto le diré a uno de mis empleados que te muestre la habitación en donde te puedes quedar esta noche-.
    -Gracias- le dije caminando hacia la salida.

    -Señorita sígame, es por aquí- me indico un hombre delgado y al parecer muy amable. Después de caminar por unos cuantos pasillos llegamos a mi habitación, abrí la puerta y revise los detalles de esta, tenia una cama pegada a la pared justo en el centro y estaba cubierta por una colcha azul cielo, las paredes eran blancas, había un espejo en la pared del lado izquierdo y del lado había un pequeño buró, enfrente de la cama se encontraba una pequeña mesita, ¡ah casi lo olvidaba! Al lado del espejo había un ropero.

    Camine hacia la cama y me recosté en ella, intente dormir pero no lo conseguí, me levante, me puse un suéter y camine a la salida. Estuve caminando hasta que llegue a un lugar muy familiar, era un lejano bosquecito, trepe a un árbol.

    Cuando ya me había cansado decidí quedarme en una gran rama. Para mi sorpresa ahí estaba Gaara; el señor kasekage, estaba parado, ni siquiera volteo a mirarme. – ¿Puedo preguntar, que hace aquí?-, me miro fríamente y me dijo con voz cortante –he venido a ver la luna, pero creo que ya me voy-.
    Intente detenerlo diciendo – no se vaya por favor, si le incomoda mi presencia entonces me iré yo- di la media vuelta y sentí como Gaara me sujeto fuertemente del brazo, se acerco a mi oído y susurro - ¿tanto te preocupa lo que pueda pensar de ti?-.

    No podía ver mi expresión pero pude percatarme de que mis ojos se habían abierto más de lo normal por el asombro, y sentía un calor en mi cuerpo que rápidamente subía a mi rostro –eso creo- respondí casi como un reflejo.

    Me soltó, sentía mi brazo adolorido y que mi rostro estaba completamente rojo, por tal motivo no me atrevía a mirarlo.
    -Este lugar me trae muchos recuerdos lord kasekage-dije aun de espaldas, él no contesto y yo continué –ya hace tres años estuve aquí, bueno eso no importa ahora, creo que tengo que irme y descansar un poco aunque no creo lograrlo, a decir verdad estoy un poco nerviosa- esta vez voltee a ver a mi acompañante y le regale una pequeña sonrisa.

    Gaara se sentó en la rama, se veía tranquilo, me miro y dijo –solía venir aquí años atrás cuando me sentía solo y admiraba el paisaje- con su mirada en mi hizo un gesto que al parecer intentaba ser una sonrisa. Lo mire con cara de asombro y él rompió el silencio que había –creo que es cortés contestar cuando alguien te platica algo-. Se levanto de su lugar y se puso en frente de mí, -si- fue lo único que pude decir.

    Él me miro por ultima vez y bajo del árbol. Sentí un cierto temor al no saber como bajar de ahí, pero de una u otra manera tenia que hacerlo, cuando al fin pude bajar me percate de que él seguía parado bajo el árbol, empezó a caminar dejándome atrás y yo corrí para alcanzarle -¿podemos caminar juntos hasta la aldea señor?- mencione recibiendo una aceptación como respuesta.

    Durante el camino Gaara no dijo nada ni yo me atreví a hacerlo, *Que guapo se ve a pesar de que es muy serio, es muy lindo * pensaba cuando me vi interrumpida al darme cuenta de que habíamos llegado a nuestro destino, -gracias señor, por permitirme acompañarlo, me retiro a mi habitación- dije haciendo una reverencia hacia mi acompañante.

    Él solo hizo un gesto aprobatorio con la cabeza y siguió su camino mientras yo me dirigía a mi habitación, abrí la puerta camine y me recosté en la cama y sin desearlo me quede dormi.

    Sentí un poco de frío, abrí mis ojos y me di cuenta de que ya había amanecido, talle mis ojos que hasta ese momento se pudieron abrir bien, busque mi mochila y saque de ahí un short azul, una playera lila y unos tenis azules que disponía a ponerme cuando terminara de bañarme, me recogí el cabello en una coleta sujetada con una donita para el cabello, guarde todo en mi mochila y la acomode a un costado de la cama en el suelo, camine hacia la puerta y salí en busca de lord kasekage.

    Salimos de la casa a la que podía ser la plaza o el centro de la aldea, ahí ya se encontraban los ministros y el ninja que me acompañaron en ese viaje, también se encontraban ahí lord kesekage, una chica alta, rubia de ojos azules y un chico alto de cabello castaño, los cuales supuse eran sus hermanos, ya que tenia cierto parecido.

    Lord kasekage y yo caminamos hacia el centro, estando de frente me tendió la mano –suerte- me dijo con un tono de mayor seriedad al que le había escuchado anteriormente, -si- dije con una sonrisa un tanto sarcástica, nos alejamos y empecé la pelea con la técnica látigo de cristal la cual esquivo protegiéndose con la arena, luego dirigí mi ataque con los brazos señalando enfrente de mi usando mi técnica navajas de cristal, esquivo casi todas las navajas pero una de ellas logro herir una de sus mejillas.

    *Estoy exhausta la batalla ha durado mucho, ya casi no tengo chacra y lo peor es que empiezo a desesperarme porque ha esquivado la mayoría de mis ataques, no lo lograre* pensaba respirando de manera agitada. En ese momento me di cuenta de que la arena venia hacia mi (técnica muro de cristal), fue lo único que pude hacer para protegerme pero fue en vano, la arena rompió el muro y el ataque me saco volando haciéndome caer de espaldas un poco lejos del lugar de donde me encontraba.

    *No puede ser ya no se que mas hacer, si pierdo aquí no podré ayudar a mi aldea, solo me queda una cosa* pensaba mientras conseguía ponerme de pie, camine con el objetivo de acercarme un poco a mi oponente.

    -Técnica remolino de cristal-dije mirando fijamente a mi objetivo, el remolino logro atraparle pero el se protegió con la arena, hizo lo mismo, otro remolino que consiguió detener al mío, me quede sorprendida, el no tenia ningún rasguño.

    Me recupere de mi asombro y me dispuse a atacar de nuevo –técnica cubierta de cristal-. Esta técnica consistía en cubrir cualquier cosa, en este caso yo cubriría la arena que se disponía a utilizar en su próximo ataque para poder controlarla. –Técnica cubierta de cristal hiriente-; constaba en que la cubierta anterior se transformara en una cubierta llena de mini kunais que harían pequeñas heridas al tacto.

    Logre controlar la arena cubierta por un momento, golpee a Gaara y vi que empezaba a caer arena de su rostro y fue cuando descubrí que había hecho una cubierta con la arena, me distraje un momento y sentí como la arena me aventaba.

    Con la arena que yo había controlado antes el sujeto mi pie derecho.
    *Pero como la arena todavía no se libera de mi técnica, ¡es cierto si yo no la controlo es como si siguiera siendo arena normal*. Después de la arena me levanto me azoto contra el suelo, veía como la sangre la salía de mi tobillo el cual se había lastimado mucho, la arena me soltó de su agarre y lord kasekage se acerco a mi, difícilmente lo veía, creí que estaba a punto de quedar inconciente.

    –Eso es todo, aquí se termina- lo escuche decir. –Buena pelea Gaara- dije con una sonrisa de lado, el me miro sorprendido, como era posible que conociera su nombre si el jamás lo había mencionado y a pesar de que es kesekage en las demás aldeas solo se conocía como lord kasekage.

    -¿Ya no te acuerdas de mí?, mi nombre es Natsumi Akamatsu, ¿hace tanto tiempo no es así?-, el me miraba con demasiado asombro –Natsumi ¿en verdad eres tu, puedes levantarte?- dijo cambiando de tema.

    Intente hacerlo pero no pude y entonces conteste –no-. Se inclino, tomo mi rostro entre sus manos, creí que me cargaría o mínimo me ayudaría a levantarme pero no, el solo se levanto y en el momento en que dio la vuelta sentí como la arena rodeaba mi cintura y me levantaba poco a poco.
    -¡Bájame, me llevas como un costal de papas!- empecé a gritar agitando los brazos, pero al ver que no hizo caso me quede callada y me resigne. Llegamos a la enfermería.

    –Lord kasekage, ¿Qué hace aquí?- pregunto una enfermera, él la miro y dijo
    –Atiéndala por favor- al momento de recostarme en la cama.
    -Lord kasekage gracias- le dije sin mucho animo. *¿Estará enojado conmigo?, supongo que tendré que pedirle perdón y explicarle todo* pensaba sentada en la cama, -aun recuerdo cuando lo conocí- susurre para mi.

    Flash back

    Era tarde, me encontraba en la aldea de la arena y me encontraba con Daysuke, mi padre. Habíamos ido de visita pero yo estaba sumamente aburrida así que escape cuando mi padre estaba distraído y camine sin saber adonde ir, llegue a un pequeño bosquecito al parecer muy lejano de la aldea. Estaba parada frente a un gran árbol, entonces decidí treparlo, al llegar a una gran rama vi a un joven de cabello rojo, tez blanca, ojos azules y en sus parpados se veían muy marcadas unas ojeras, era delgado y no muy alto.

    Me acerque un poco, -¿Cómo te llamas?- pregunte.
    -¿No sabes quien soy?- pregunto para responder el mismo; - soy Gaara del Desierto, ¿acaso no me temes como todos los demás?- dijo mirándome fríamente, era una mirada que a cualquiera le daría miedo pero a mi no.
    -No, ¿Por qué habría de tenerlo?- decía mientras iba a sentarme en la rama cuando respondió,- porque en las noches de luna llena como hoy, me gusta beber sangre- dijo con una cara de maldad.

    Moví mi mano de una derecha con delicadeza en forma de “S” para formar una kunai de cristal, subí la manga de mi suéter y corte mi brazo, me volví a levantar de mi lugar y camine hacia él. –¿Ah si?, bueno pues toma la sangre que necesites para calmarte-, me miro sorprendido - ¿Y, si mueres?- le escuche decir con una voz ronca a la vez que tomaba mi brazo, -¿Serias capaz?, correré el riesgo, me soltó del brazo y me arrebato la kunai para después hacerse un pequeño corte en el dedo índice de la mano izquierda y me dijo; - pruébalo- acerco su dedo y vi como de el salía un poco de sangre en consecuencia del corte que se hizo.

    -No gracias- aleje su dedo de mi, -Que lo pruebes te digo- me grito, vi como su cara perdía esa seriedad que hasta ese momento desde que lo vi lo había caracterizado, lo mire y para que no se enfureciera mas le obedecí. Acerque su dedo a mis labios y los delinee con el mismo, chupe mis labios,- Ya lo hice, ¿estas a gusto ahora?- dije, seguí tomando su dedo para después chuparlo y que de esa manera se detuviera la sangre, saque de mi bolsillo una pomadita,- ¿Qué es eso?- pregunto, sonreí –Una pomada que me regalo mi papa, es que siempre me caigo o me corto cuando entreno y esto me ayuda a sanar, quédate quieto nada mas te pongo una vendita- respondí.
    Iba a hacer lo mismo con mi brazo cuando él lo jalo bruscamente y chupo la herida, me quito la pomada para ponerme un poco y después poner la vendita,
    -Ten ya no la necesito- me dio la pomada, estaba sorprendida ante su actitud, jamás creí que hiciera algo así y quedaría aun mas sorprendida con lo que venia.
    Gaara se acerco a mi, con cada paso que diera hacia delante yo daba uno hacia atrás, hasta que quede arrinconada, –Eres linda- me comento mientras se acercaba mas a mi, de repente sentí como sus labios rosaban los míos por un segundo y de inmediato se alejo.

    Me puse roja como un jitomate, -Creo que debo irme, mi padre ya debe haberse dado cuenta de que no estoy en casa de sus amigos- me excuse para escaparme de la situación, él se giro para que yo pudiera pasar, y luego me tomo por la muñeca, -¿Vendrás mañana?- pregunto. -Todas las noches hasta que regrese a casa con mi padre, lo prometo- le respondí sin voltearlo a ver.

    Gaara me soltó y sentí como un poco de arena me rodeaba por la cintura para bajarme del árbol. Camine hacia la casa de los amigos de mi padre y sentía que él aun me observaba.

    Nos vimos todos los días que estuve en la aldea pero el casi no hablaba, casi siempre me escuchaba atentamente aunque no parecía importarle lo que le decía, creo que lo único que quería era no estar solo.
    La ultima noche que estuve ahí fui una hora antes de la que habíamos acordado para vernos en el árbol de siempre, deje una nota que decía; +No tengo el valor para despedirme de ti de frente, así que esta noche no me veras, ¡suerte!, perdóname, espero volvamos a vernos algún día+ Natsumi.
    Fin flash back

    -Ay de seguro debe odiarme por irme así como si nada y mas por no decirle la verdad cuando tuve la oportunidad, bueno mañana pensare como disculparme- dije en un tono que solo yo podía escuchar.

    Me recosté en la cama y puse mi cabeza sobre mis manos que se encontraban enzima de la almohada. Cuando me canse de esa posición baje mis manos a la altura de mi estomago y entrelace mis dedos para después quedarme dormida.
    Me desperté cuando sentí que alguien me observaba y abrí mis ojos, me senté en la cama un poco sobresaltada y pude darme cuenta que esa persona que me observaba era Gaara quien había ido a visitarme pero me preguntaba porque,

    -¿Te sientes mejor?- dijo acercándose mas a la cama en donde me encontraba.
    -Si un poco, gracias ¿Qué haces aquí?- le respondí, estaba sorprendida pero no me quedaría con la duda. –Así que ya dejaste las formalidades, ¿en donde quedo el hablarme de usted? Bueno eso no es lo importante, ven conmigo- me dijo acercándose a mi tendiéndome los brazos en señal de que estaba dispuesto a cargarme ya que no podía moverme.
    Lo sujete del cuello; - ¿A dónde vamos?- no me contesto supongo que aunque me negara me llevaría a donde él quisiera, subimos al techo del hospital y me acostó ahí para luego acostarse a mi lado…
    -¿Por qué?- dijo mientras miraba al cielo. Mi rostro se reflejaba desconcierto y evidentemente Gaara se enfado, -¿Por qué te fuiste sin darme la oportunidad de despedirme de ti?- volvió a preguntar aun mas molesto.

    Seguía viendo al cielo dándome la oportunidad de ver su hermoso perfil, el aire movía un suavemente su cabello.
    Levante mi espalda para quedar sentada y contestar su pregunta. –No… no tuve el valor de verte a los ojos y decirte que me iba. Era un tanto doloroso por el cariño que te había tomado, no quería ver tu rostro al darte la noticia y por consecuencia ponerme a llorar-. Sentía que mi voz se quebraba, estaba a punto de llorar por la frialdad con la que me estaba tratando. El siempre era frío conmigo pero nunca tanto.

    No creí que el volverlo a ver me afectaría tanto pero justo ahí venia lo peor, se sentó y al instante me tomo del mentón para voltear mi rostro hacia él. Mis ojos se veían cristalinos por las tremendas ganas de llorar que tenia.
    -¿Aun eres la misma cobarde de aquel día, no pensaste en lo que sentí, pensar si es que yo quería despedirme de ti?, Tal vez hubiera sido mejor que no me recordaras quien eres, empezabas a caerme bien-. El pelirrojo aun tomaba mi mentón.

    No sabia que responder me había quedado muda, - No lo soy y no espero que la cosas sigan como lo eran antes, creo que los dos aun tenemos un bonito recuerdo- respondí al fin después de tanto silencio de mi parte. Tome su mano y la aleje de mi mentón, cuando estaba lo suficientemente lejos la solté.

    Él sonrió burlonamente ante mi actitud ya que aparentaba estar molesta pues creí que sería una buena forma de que dejara de ser un poco cortante conmigo y funciono.

    -Me comentaste que tu hermana había desaparecido, ¿Qué paso?, ¿si ella no hubiera desaparecido estaría en tu lugar, no es así?, ya quita esa cara de sorpresa- me dijo Gaara pasando sus dedos entre su cabello.

    Esperaba mi respuesta posando su mirada en mi, después de todo era obvio que tenia que contestar la interrogante, - Si, hace dos meses estábamos en casa. Akemi me comento que tenía un mal presentimiento, y yo estaba dispuesta a burlarme de lo que me dijo pero… me interrumpió un sonido proveniente de mi casa y que era extraño a esas horas de la noche. Estábamos sentadas en el jardín así que nos levantamos y entramos corriendo a la casa.
    En el piso había sangre, a cada paso que dábamos nuestra angustia aumentaba. Después de unos cuantos pasos hayamos el cuerpo ya sin vida de nuestro padre, con lágrimas en mis ojos y la tristeza apoderándose de todo mi cuerpo me hinque y tome a mi padre de la cabeza para posteriormente besar su frente, me encontraba fuera de si.
    Un grito de mi hermana mayor me devolvió a la realidad, levante mi rostro para darme cuenta que un hombre la sujetaba bruscamente aunque con la poca luz que había no pude ver claramente su rostro. –Acabas de perder a tu hermanita- le escuche decir antes de escapar. Llore desconsoladamente esa noche había perdido a mi hermana y a mi padre, me robaron lo que mas amo y no hice absolutamente nada para evitarlo, fui una cobarde.
    Por la mañana recibí la visita de los ministros que ahora me acompañan, como era de esperarse les conté lo sucedido.
    Buscaron a mi hermana ya que tenia que asumir el cargo de feudal ahora que nuestro padre ha muerto, pero se han convencido de que ella esta muerta y me han obligado a asumir tal responsabilidad algo que no me parece bueno pues me retrasare en la búsqueda de mi hermana mayor, porque aunque parezca increíble tengo fe en que aun sigue con vida, ahora mi aldea me necesita-. Mire fijamente el techo en donde me encontraba sentada y con uno de mis dedos empecé a formar figuritas sobre este. Resbalo una lagrima sobre mi mejilla, la cual limpie de inmediato, Gaara se acerco a mí y me abrazo, me apreté a su pecho, entre sus brazos me sentí segura,- Tranquila- lo escuche decir.

    Mire sus delineados ojos azules, el me miraba e intentaba sonreirme, se hinco y volvió a cargarme, - Es hora de regresar- dijo antes de levantarme totalmente, lo abrace con fuerza, bajamos del techo y me llevo a mi habitación, me coloco sobre la cama y se recostó a mi lado, lo abrace y no lo solté para nada, tomo mis manos entre las suyas para hacer que lo soltara.
    –Tengo que irme, no es bueno que nos vean así, te ayudare a buscar a tu hermana y la encontraremos, lo prometo. Se lo duro que es perder a un ser querido pero afortunadamente tengo a mis hermanos, ¡ah por cierto, casi lo olvidaba!, te casaras con Kankuro, mi hermano- dijo el pelirrojo.

    -Sí, gracias pero pensé que como he perdido la batalla no habría ninguna alianza- le respondí aun no queriendo creer en lo que había escuchado. ¿Cómo pensaba casarme con su hermano cuando solo pensaba en él?

    -Hable con los ministros mientras dormías y arregle los términos de la alianza, te casaras con mi hermano, descansa partiremos mañana- menciono justo antes de salir de la habitación.

    Recargue mi espalda en la cama, no quería seguir con esto pero de todos modos iba a hacerlo. Cerré mis ojos para dormir, al fin y al cabo ya no había vuelta atrás.
    Solo había una pregunta en mi cabeza, ¿Cómo iba a emprender el viaje si no podía caminar?, y no iba a permitir que Gaara me llevara como un costal de papas… ¿o sí?

    Por fin me quede dormida. Al día siguiente vi entrar a Gaara a mi habitación, vestía un pantalón negro y una gabardina color vino, llevaba un tipo pechero en donde colgaba la arena que utilizo en la batalla – ¿Te sientes nerviosa?, tenemos que apurarnos , el viaje dura dos semanas aunque tal vez lo podamos hacer en un menor tiempo- se sentó en la cama y extendió los brazos para indicar que me cargaría, – Vamos te llevare ya que no podrás caminar por tres días mas- continuo diciéndome, no me moví de mi lugar, -Podrías llevarme en su espalda y yo podría cargar la calabaza que cargas en la espalda- le dije, él no respondió solo se paró a buscar algo.

    Tomó una tela blanca y bajó su calabaza, me puso la tela a manera de que quedara cruzando mi pecho y mi cintura en diagonal, coloco la calabaza en mi espalda y la amarro con la tela, luego se sentó en la cama dándome la espalda para que de esa manera pudiera subir en ella.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1437
    Re: La arena y el cristal

    Ya he acabado la historia y la subire toda hoy, esta historia tambien la subi en foro hyuga, solo que ahi mi nombre de usuario es Gaateka, espero muchas respuestas y que no lo cancelen.
    Conociendo a Kankurou

    Salimos de la habitación del hospital y afuera se encontraban los chicos que había visto durante la batalla, era una chica rubia, alta de ojos azules y de tez clara.
    También estaba un chico de cabellos castaños y unas marcas moradas en el rostro, tenía cierto parecido con Gaara, pero era más alto que él y que la chica.

    -Son mis hermanos Temari y Kankuro- me dijo señalándolos –Ellos nos acompañaran en la misión, ya les explique todo incluyendo el hecho del matrimonio con mi hermano mayor. ¡Por cierto!, no les he dicho el nombre de la solicitante de esta misión, ella es Natsumi Akamatsu, futura señora feudal de la aldea oculta entre el cristal- les indico mientras volteaba un poco su rostro hacia mí.

    Yo todavía no salía de mi asombro, *Acabo de conocer a mi futuro esposo, no es feo pero, ¿algún día podre llegar a quererlo?. Parece simpático y un tanto amable, por suerte es un poco menos serio que Gaara. Pensaba mientras me vi interrumpida por una voz que no había escuchado antes.

    -Hermanito si quieres me la puedo llevar yo, digo para conocernos más, de todos modos viviré con ella además es muy bella y tiene lindas piernas- dijo el castaño cruzado de brazos, un –Hump- se escucho de la rubia un tanto burlona ante la situación.

    -La llevare yo durante dos días, el tercero la llevaras tu, de todos modos te encargaras de protegerme- escuche decir al pelirrojo que al parecer estaba un poquito celoso y a decir verdad esa idea me encantaba.

    -Gracias Gaara-san- dije sonrojada mientras lo abrazaba por el cuello y sonreía.

    Empezaron a caminar, todos iban muy callados y por supuesto iba aburridísima, después de unas cuantas horas deje de ver arena y comencé a ver más pasto,
    -Gaara- san, ¿podemos buscar un lago?, quiero asearme por favor- rompí el silencio y recibí una aprobación de su parte.

    Empezamos a buscar el lago para que yo pudiera asearme y los demás se refrescaran un poco. Después de un rato llegamos a un hermoso lago, había mucho pasto, arboles que escondían un poco el lugar y unas cuantas flores blancas y rosadas.

    Gaara me acerco al lago y se hinco para poder bajarme de su espalda luego volteo y me desamarro la tela con la que estaba sujeta la calabaza.

    -Apresúrate, te espero aquí- me indico, sentándose bajo un hermoso árbol, se cruzo de brazos y cerró los ojos. –En realidad me gustaría que fuera con los otros y regrese cuando termine de asearme, ya que como me sacaron rápido de la aldea no me dieron tiempo de bañarme ni de cambiarme de ropa- cuando le dije eso el pelirrojo abrió rápidamente los ojos y pude notar un leve rubor en sus mejillas, -Está bien, regreso en media hora- indico levantándose de sus lugar y acercándome mi mochila posteriormente se retiro no sin antes recordarme que regresaría en poco tiempo.

    Comencé a bañarme pero un instante más tarde sentí como alguien me observaba, mire hacia todos lados intentando encontrar a esa persona pero no vi a nadie. Jale mi toalla y me la envolví a la altura del pecho para posteriormente empezar a vestirme sin quitármela toalla puesto que la situación me hacía sentir muy incómoda. Me puse una blusa lila que me llegaba a la cadera y un pantalón azul, opte por dejar suelto mi cabello.

    De repente oí una voz acercándose, -Kankuro ¿Qué haces aquí?, creí que estabas cansado y descansarías un poco, pero ya veo que no es así y qué prefieres espiar a jovencitas- reclamo el pelirrojo con su tono serio de siempre pero pude percatarme que estaba un tanto molesto. –Bueno está bien, fue una pequeña mentirita, que mas da o que ¿te afecta?- respondió el castaño que al principio se había intimidado con la presencia de su hermano pero que después parecía burlarse de la situación.

    -Gaara ¿estás ahí, ya has vuelto?- dije para que se dieran cuenta de que les había escuchado y que no quería que siguieran peleando. –Eh, si- contesto Gaara muy tranquilo.

    Camine como pude hacia donde provenía la voz de Gaara, me recargue en un árbol, -¿Pero qué haces?, puedes lastimarte- me regaño Gaara.
    -Estoy bien no te preocupes- dije dando un paso más hacia enfrente pero en el intento tropecé y al sentir como iba cayendo cerré los ojos, sentí como alguien me sostenía entre sus brazos para detener mi caída.

    Abrí mis ojos y me encontré demasiado cerca de Kankuro quien aun me sujetaba, -¿Estás bien preciosa?- pregunto.
    -Si gra… gracias- respondí al momento en que mi rostro se enrojecía.
    -Suéltala, ya vámonos supongo que los demás y deben estar listos- dijo el menor de los hermanos que al parecer estaba aun muy molesto.

    Kankuro me ayudo a subir a la espalda de Gaara, nos reunimos y cuando nos encontrábamos todos juntos comenzamos a avanzar.
    De nuevo todo estaba demasiado callado y para no seguir aburriéndome como una ostra empecé a interrogar a Gaara,-¿Cuál es tu nombre completo Gaara?, ¿Cuál es tu platillo favorito? Y tu primer beso ¿con quién fue?-.

    -Sabaku no Gaara y me conocen como Gaara del desierto, guizzard, la ultima no la contestare-.
    -Ay qué mal era la más interesante, y dime ¿Qué día cumples años?- continué
    -19 de enero- seguía caminando.

    Las respuestas del lindo pelirrojo eran demasiado directas y de esa manera no podía iniciar una conversación, así que yo me estaba aburriendo más de lo que estaba anteriormente y me puse a cantar en voz bajita.

    -Amar es una cosa especial no se viene y va
    Amar solo te pasa una vez pero de verdad
    Amar es cuando solo piensas en donde estará
    Amar es como un milagro muy difícil explicar
    Amar es cuando la proteges de la lluvia y el viento
    Amar es cuando tú la abrasas y te olvidas del tiempo
    Amar es cuando tú la vez y te pones nervioso
    Amar es cuando te das cuenta de tus sentimientos


    Por amarte robaría una estrella te la regalaría
    Por amarte cruzaría los mares solo por abrasarte
    Por amarte juntaría la juvia con el fuego
    Por amarte daría mi vida solo por besarte

    Amar es cuando escribe su nombre por todo el cielo
    Amar es cuando solo sueñas en llevártela lejos
    Amar es cuando tú la vez y se queda en tus ojos
    Amar es cuando te das cuenta de que ella lo es todo-

    -¿Qué haces, estás loca o qué? - decía bastante molesta la rubia.
    -Ay vale déjala en paz Temari- menciono el castaño,-No le hagas caso mi hermana puede llegar a ser muy molesta- ahora se dirigía a mí.
    Voltee mi rostro para mirar a Kankurou y sonreírle.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1925
    Re: La arena y el cristal

    El beso
    -Nos quedaremos aquí- escuche decir a Gaara. –Te bajare, aquí estarás cómoda- decía mientras me bajaba de su espalda acomodándome bajo la copa de un árbol.
    Todos asintieron con la cabeza.
    -¿Dormiremos aquí?, hace frio y yo no traje una cobija, ¿alguien podría prestarme una, o quizás un suéter?- comente.
    -Tengo una- decía Gaara mientras me ofrecía la manta. Todos se acomodaron cerca de donde me encontraba. La noche transcurría lentamente y yo no podía dormir, me sentía incomoda y por alguna extraña razón mi tobillo estaba adolorido. No me había dolido desde que dejamos la aldea.
    Mire a Gaara, estaba sentado debajo de un árbol justo al lado mío, tenía los ojos cerrados aunque yo sabía que no dormía. No estaba tapado como nosotros ya que me había prestado su cobija.
    Me levante como pude y camine hacia él, me pare a su lado para luego sentarme, -No deberías de hacer eso, podrías lastimarte de nuevo-. Sonreí, desdoble la cobija y la extendí a lo ancho para cubrir a Gaara desde el hombro hasta un poquito más debajo de la pierna y posteriormente me tape.
    El me miro sorprendido, -Supongo que también tienes frio, después de todo también eres un ser humano ¿no?- le conteste y reí tontamente ante lo absurdo que acababa de decir.
    -No importa- intento destaparse pero le detuve, -Eres…no entiendo porque lo haces, te quedaras con frio así como estas con las piernas descubiertas- dijo con el tono frio de siempre.
    -¿Soy qué?, ¡Ay! Gaara-san preocupado por mi ¡que calamidad!- dije sarcásticamente,- además si me da frio te abrazo, por cierto ¿acaso no dormirás?- continúe.
    -Hmp, está bien y no, no voy a dormir. Alguien tiene que vigilar por si nos atacan- dijo fríamente.
    Me quede observando y luego vino una idea a mi cabeza pero faltaba convencer a Gaara y que no protestara, pero para esto tenía que entablar conversación y a decir verdad eso era demasiado complicado.
    -Bueno entonces me quedare despierta, si nos cuidas a nosotros entonces yo te cuidare a ti- rompí el silencio con una gran sonrisa.
    En realidad era excelente quedarme a solas con Gaara. Sabía que debía que debía respetar a su hermano, el cual dormía plácidamente pero a pesar de eso empezaba a sentir algo muy espacial por Gaara y este algo invadía mi cuerpo cada vez que estaba cerca de él.
    -No es necesario- tardo un poco en contestar tan serio como siempre.
    -¿Siempre traes esa cubierta de arena? –Pregunte sacando un chocolate de la bolsa de mi pantalón, -¿Quieres?- volví a preguntar ofreciendo la mitad del chocolate a Gaara.
    -La mayoría de veces- respondió trozando el pedazo de chocolate para después llevarlo lentamente a su boca.
    -¿Podrías quitarla un momento de tu mejilla?- dije curiosamente, estaba nerviosa y esperaba un sí de su parte. -¿Para qué?- pregunto abriendo los ojos.
    -Solo hazlo, cierra tus ojos, ándale si, por favor- insistí.
    El pelirrojo volvió a cerrar los ojos y vi como una de sus mejillas se despajaba de la arena, coloque mi mano izquierda en su mejilla derecha y acerque lentamente mis labios a su mejilla izquierda pero el abrió sus ojos desmesuradamente, -Tranquilo no voy a lastimarte lo prometo, jamás lo hare- susurre en su oído y al instante el volvió a cerrar sus ojos.
    Di un tierno beso a la mitad de su mejillas y la mitad de sus labios, -¿Lo ves?, es más bello sentir cuando no se trae un escudo encima- dije alejándome lentamente de él y acariciando suavemente su mejilla con mi mano para bajarla posteriormente.
    Gaara tenía los ojos muy abiertos lo que ocasiono que se me escapara una pequeña risita.
    P.O.V. Temari
    Ellos creen que duermo pero los he estado mirando, -Ash, ¿Quién se cree esa bruja para besar a mi hermanito?- digo para mí cuidando de que nadie me escuche.
    -No lo voy a permitir, no va a engañar a mi hermanito Gaara o se las verá conmigo- susurro un poco alterada.

    Fin P.O.V Temari

    (Mientras tanto con Gaara y Natsumi)

    -¿Qué te causa tanta gracia?- me miro enojado el pelirrojo haciéndome parar en seco mi risita.
    -No nada es que estoy muy emocionada, tengo frio- conteste al momento que abrazaba a Gaara por la cintura, el no me abrazo ya que tenia los brazos cruzados y los ojos cerrados como cuando meditas algo muy importante.

    Recargue mi cabeza en su hombro y sin quererlo me quede dormida.

    -Despierta bella durmiente- dijo la rubia zarandeándome bruscamente.
    Desperté muy asustada, me di cuenta que Gaara se había ido, supuse que ella nos había visto por la actitud que tenia conmigo.
    -Si ya voy- dije algo asustada pues la ira se notaba en sus ojos azules, los cuales me miraban fijamente.

    -Temari ya suéltala, ¿qué te ha hecho la pobre chica?- replico el chico castaño con un tono burlón y que además había visto como Temari aun me sujetaba fuertemente de los hombros.

    -¡Por cierto! Natsumi, ¿en dónde está la arena de Gaara? A partir de ahora la llevara, tú llevaras mis pergaminos y yo a ti por supuesto- indico.

    Voltee para mirarlo a pesar de que Temari aun me sujetaba.
    -Está bajo el árbol en donde me dejo Gaara, allá- dije señalándole el lugar. El volteo para dirigirse al lugar indicado.
    -Kankuro le agradezco mucho- le dije antes de que retirara.

    -Temari, ¿no piensas soltarla?- reprendió Gaara quien estaba recargado en un árbol. Por fin la chica me soltó, se levanto y se retiro del lugar furiosa.

    El pelirrojo se acerco a mí pero aun no reaccionaba del todo, estaba confundida y un tanto asustada por la actitud de la rubia.
    -¿Qué le has hecho?- pregunto hincándose frente a mí para quedar a mi altura.
    -Na…nada que yo sepa, ¿ella siempre es así?- al fin respondí con voz quebrada.
    -No, por lo regular es muy seria, cariñosa y sobreprotectora. No debes preocuparte, no te hará daño- dijo con el tono frio y cortante de siempre.

    -Es verdad, recuerdo que anoche me dijiste que te quedarías despierta para cuidarme, ¿no es así, que paso?- continuo con un gesto lo más parecido a una sonrisa que le había visto.

    -Lo siento me gano el sueño, además es muy cómodo estar abrazada a ti- conteste un tanto avergonzada con un rubor en mis mejillas y podría jurar que Gaara también se había apenado ante mi comentario.

    -Debemos irnos- rompió el silencio.

    -Esperare a Kankuro, dice que le toca llevarme. ¡Que pena! Tan a gusto que iba en tu compañía, pero cuando sane mi pie iré a tu lado y te ayudare con la arena- comente sonriendo.
    El me miro sorprendido, luego nos miramos por un instante hasta que llego Kankuro quien había ido a buscar a su pequeño hermano y ya lo había encontrado mirándome.

    El chico del que ahora estaba enamorada me coloco los pergaminos de su hermano y me ayudo a subir a su espalda. A decir verdad era más cómodo estar cerca de Gaara que de Kankuro.

    Habían caminado unas cuantas horas y ya casi se ocultaba el sol, a pesar de que estaba aburrida yo no había dicho ni una palabra.

    -¿Te desagrado o algo así?- comento el castaño.
    -No, claro que no- argumente a mi prometido.

    -Hablabas mas con Gaara, ¿acaso te gusta?, bueno el es más serio que yo- pregunto haciendo que más de uno lo mirara sorprendido, pude notar como Gaara se molesto un poco.

    -Lo que pasa es que siento como si a Gaara lo conociera desde hace mucho tiempo y me cae muy bien- conteste para calmar las ansias de aquellos que nos miraban.

    -Oye, ¿y qué puedes contarme de ti?, de todos modos nos casaremos- volvió a preguntar intentando entablar conversación.

    -Pues tengo una hermosa hermana mayor llamada Akemi, vivo en la aldea oculta entre el cristal, me gusta comer bolitas de arroz y quiero probar alguna vez el ramen y el guizzar, me encanta ver la luna y me encanta vestir ropa cómoda e informal, ¿y qué hay contigo que me cuentas?- respondí con una sonrisa.

    Kankuro se quedo callado un instante y luego respondió –Mi nombre es Sabaku no Kankuro, mi padre fue kasekage de la aldea, soy el de en medio de nosotros tres y también un ninja marionetista experto y casi siempre visto de negro- concluyo con la descripción.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    2658
    Re: La arena y el cristal

    El reencuentro

    Todos nos quedamos callados y seguimos avanzando. Había oscurecido, a lo lejos se veían unas pequeñas luces.

    Al acercarnos pudimos comprobar que se trataba de un pueblito. Tenía un ambiente agradable, había solo unas pocas luces que alcanzaban a alumbrar el lugar.

    Se podía observar como la gente pasaba sonriente con sus amigos, familiares y unos cuantos con su pareja.

    -Es hermoso- susurre y al parecer Kankuro me escucho por la cercanía a la que nos encontrábamos.
    -Así que te gustan los lugares pequeños y solitarios, ¿eh?- comento.

    -Pues sí, es que es un lugar muy cómodo y bello a pesar de no tener mucha gente- le conteste con un tono alegre y soñador.

    Recorrimos el pueblo pero de repente mi estomago me delato, me estaba muriendo de hambre. Todos me miraron como si quisieran matarme pero aun así nos sentamos en un pequeño local a comer.

    Mientras estábamos comiendo;
    -Ustedes no son de aquí ¿verdad?- dijo el dueño del local quien era un hombre mayor, como de 58 años, de estatura baja y un poco robusto. -No- respondí.
    -Entonces necesitaran donde quedarse, es muy peligroso pasear tan tarde por el pueblo, además en unos pocos minutos se apagaran todas las luces- continuo el hombre mientras recogía los platos, - Yo sé de un lugar y los puedo llevar-.

    Todos movimos la cabeza en signo de aprobación.

    Me levante y con mucha dificultan conseguí caminar agarrada del brazo de Kankuro, después de caminar unos cuantos minutos entre lo puestos llegamos a una casa.

    -Pueden quedarse aquí, hay habitaciones para todos. Buenas noches y mucha suerte en su viaje- finalizo el señor.

    Una chica delgada de cabellos negros abrió la puerta –Por aquí síganme- nos indico.

    A cada uno nos fue asignada una habitación para pasar la noche, todas estaban muy juntas, la habitación de Gaara estaba a lado derecho de la mía, la de Temari se encontraba del lado izquierdo de la mía, mientras que la de Kankuro estaba situada justo enfrente de la mía.

    P.O.V. Natsumi

    *No puedo dormir tengo un mal presentimiento, ay no me estoy poniendo igual de exagerada que Akemi, aunque aquella vez ella no se equivoco, si paso algo malo* pensaba cuando me vi interrumpida por unos ruidos extraños , parecía que provenían de abajo, del sótano. Como si alguien quisiera forzar la puerta.

    Me levanto lentamente y salgo de mi habitación sin hacer ruido, camino por los pasillos hasta dar con unas escaleras que supuse se dirigían al sótano.

    Fin P.O.V. Natsumi

    P.O.V. Gaara

    La puerta de la habitación en donde se encuentra Natsumi se abrió, ella ha salido y ha caminado haciendo muy ruido por la dificultad que aun tiene para caminar.

    Me levanto de la barda en donde me encontraba viendo las estrellas, la sigo procurando que ella no se percate de mi presencia, la observo desde una corta distancia.

    Se ha parado frente a una puerta, con una aguja larga de cristal intenta abrir la puerta.

    Fin P.O.V. Gaara

    -¿Qué es lo que pretendes hacer?- escuche la voz de Gaara y me sobresalte haciendo caer la aguja que sostenía.

    -Intento abrir esta puerta, parece que hay alguien encerrado- conteste lo obvio.
    El chico levanto la guja que yo había tirado.
    -Apresúrate yo vigilare y no hagas mucho ruido, se pueden despertar y entonces si tendríamos problemas- me indico.

    Cuando al fin pude abrir pude sentir como un peso caía sobre mí, ahí estaba parada una chica de mirada inocente, con ojos morados y cabellos rizados del mismo color, tez blanca y un poco más alta que yo, la cual aun sostenía en mis brazos.

    -A…Akemi ¿eres tú?, estas viva yo lo sabia- dije aun sosteniéndola de los brazos para después caer hincadas al suelo.
    Lucia asustada, nos abrazamos y lloramos.

    -Akemi ¿Qué te ha pasado?, ¿Qué te han hecho?- dije con la angustia impresa en mi mirada.
    Akemi se veía un poco sucia, despeinada, hambrienta y con mirada triste, había perdido esa mirada alegre que la caracterizaba. Ella nunca contesto mis preguntas, estaba fuera de sí.

    -Tenemos que irnos antes de que nos descubran- índico Gaara al momento de levantarme del piso para posteriormente levantar a mi hermana.
    Akemi estaba muy débil como para sostenerse en pie, así que Gaara tuvo que llevarla en brazos a mi cuarto para después salir corriendo a informar a los demás la situación y decirles que se preparasen para huir.

    Mientras acomode mis cosas Akemi no dijo nada, aun parecía ausente.
    Nos teníamos que encontrar en la entrada con los demás, lo cual me resulto muy difícil ya que si con trabajo podía mover el pie ahora tenía que ayudar a mi hermana a caminar.

    (Mientras tanto en otra habitación de la casa).
    -¿Los trajiste como te indique?- decía un chico alto de tez blanca, ojos color miel, cabello negro, con una cinta en la frente.
    -Si, Kenshi-sama, ya han encontrado a la chica y se disponen a escapar- contesto hincado un hombre robusto que anteriormente había sido identificado como dueño de un local.

    -Déjalos ir, les daremos una sorpresita antes de que lleguen a su destino, y nos encargaremos de que no lleguen nunca- dijo riendo el chico de pelo negro.

    -Así será Kenshi-sama-concluyo el hombre robusto.
    ……………………………………………………………………………………………….
    Cuando llegamosy nos cercioramos de que estábamos completos y dispuestos a salir Gaara índico –Uno de nosotros tendrá que cargar a la hermana de Natsumi- señalo. –Yo lo hare- dije de inmediato.
    -No, la llevara Kankurou y yo te llevare a ti, con el pie lastimado como lo tienes solo nos retrasaras si caminas- finalizo.

    -Kankuro lleve a mi hermana en brazos, no tiene la fuerza suficiente para ir en su espalda- dije y el hizo un gesto de aprobación con la cabeza.
    -Anda sube a mi espalda, ahora- ordeno Gaara.

    Empezamos a avanzar rápidamente aunque lo extraño era que nadie nos perseguía. En el camino Akemi se quedo dormida, -Akemi ¿estás bien?- pregunte pero ella no contesto, en su lugar Kankurou respondió –ella está bien, solo está dormida.
    El saber que ella estaba bien me tranquilizo.

    P.O.V. Kankuro

    Observo a la chica que llevo en brazos, no entiendo nada. Solo sé que esta chica es hermana de Natsumi, pero ¿Por qué estaba en ese lugar?, ¿Por qué huimos?
    Aunque a decir verdad Natsumi tenía razón, su hermana es hermosa, perfecta, con una cara angelical, pero que locura no puedo pensar esas cosas. Dejo de mirar el rostro de la chica e interrumpo mis pensamientos para seguir con mi camino.

    Fin P.O.V. Kankuro.

    -Gaara tengo miedo y lo peor es que no muestran señas nos estén siguiendo- dije con voz apagada.

    -No te preocupes en un momento más nos quedaremos en un sitio para descansar y atender a tu hermana y lo más importante un lugar que este mas lejos para que estemos más seguros- me respondió.

    Llegamos a un bosquecito, en realidad todo el camino a la aldea oculta entre el cristal era así, no veríamos nada más que arboles hasta llegar a casa.

    Kankuro recostó a mi hermana bajo un árbol al momento que Gaara me bajo de su espalda.
    Fui hacia donde se encontraba mi hermana quien estaba a punto de despertarse
    -Natsumi, ¿en verdad eres tú?, ¿no estoy soñando?- dijo mi hermana incorporándose. –No es un sueño, ¿tienes hambre?- pregunte y Akemi asintió con la cabeza. Saque de mi mochila unas bolitas de arroz y se las ofrecí, mientras comía yo acariciaba su cabello.

    -Si quieres ahorita que acabes de comer buscamos un lugar en donde puedas asearte y te presto algo de mi ropa- comente para animarla.

    -Pues así tiene que ser, no hay de otra, espero que en este tiempo tu ropa haya mejorado y ya no sea tan horrible como antes- ella bromeo, lo cual era muy bueno porque eso era signo de que ella estaba bien.

    -Por cierto, tienes que decirme quiénes son esos tres y que hacen contigo- continuo. Asentí con la cabeza.

    Mi hermana termino de comer y nos dirigimos a un rio para que ella se bañara y yo jugara un poco en el agua. Mientras ella secaba su cabello empecé a ponerla al tanto –El chico que te traía en brazos se llama Kankuro,
    -O si es muy guapo-, fui interrumpida por la dulce voz de mi hermana.
    -¡Eh! Sí, bueno el es mi prometido, la chica rubia es su hermana Temari y el más joven es Gaara-sama lord kasekage- continúe.

    -Lord ka…kasekage, Kankuro-san ¿tu prometido?, ¿co…como?-dijo con voz cortada.
    -Bueno cuando desapareciste los ministros me dijeron que tenía que formar una alianza con Sunagakure y solo había una forma de hacerlo, después de una batalla contra lord kasekage emprenderíamos un viaje a casa, ahí se firmara el pacto y posteriormente me casare con Kankuro para convertirme en feudal de la aldea, o al menos eso creo. Ahora que has aparecido no sé cómo serán las cosas- contesté ante sus interrogantes.

    -¿Lo amas? Digo a Kankuro-san- dijo mi hermana antes de comenzar el camino para regresar hasta donde se encontraban los demás.
    -Eso no importa, pero seré sincera contigo creo que me estoy enamorando de Gaara- aclare su duda.

    -Ay Natsumi, lo siento, pero ya verás que lo podemos solucionar antes de que sea muy tarde, bueno vamos nos deben estar esperando- concluyo, asentí con la cabeza y limpie las lagrimas que apenas caían en mi rostro.

    Llegamos a donde estaban todos.
    -Guau, hermosa te ves muy bien, por cierto me llamo Kankuro- dijo el castaño al ver que mi hermana vestía un kimono parecido al de Temari, pero este era de color morado con flores rosas.

    -Si es verdad, aun no te he presentado, bueno Akemi el es Gaara y esta chica es su hermana Temari, bueno ya conociste a Kankuro- dije señalando a cada uno de ellos.

    Esa tarde estuve platicando con mi hermana hasta la hora de dormir, ella se acostó en mis piernas para dormir pero en ese momento llego Kankurou –Aquí tienes una manta Akemi-san, pero no tengo otra así que pensaba en que tal vez podríamos compartirla, bueno solo si está de acuerdo- comento el castaño.

    Akemi se levanto de mis piernas para quedar sentada y yo le sonreí a mi hermana con gran complicidad al momento de percatarme que ella estaba con el rostro enrojecido.
    Ella solo sonrió en forma de aceptación ante la petición del castaño.

    -Bueno yo también iré a dormir, con permiso- comente levantándome de mi lugar para dirigirme a donde se encontraba Gaara.
    -Hola ¿puedo quedarme a vigilar contigo esta noche?-sonreí.
    El pelirrojo que me daba la espalda volteo para responder -¿Para vigilar o para quedarte dormida a mi lado?- pregunto serio como siempre, posando sus ojos sobre mi rostro, tomaba la frazada extendiéndola.

    Sonreí apenada y respondí –Lo que ocurra primero.
    Se sentó bajo la copa de un árbol y yo a su lado, esta vez el se mostro un poco nervioso cuando lo abrace, aunque lo extraño era que esa noche no tenia sueño.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  5.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    3356
    Re: La arena y el cristal

    ¿Es verdad lo que dices?

    A lo lejos vi, una imagen que hizo que a mi mente viniera el recuerdo de la primera vez que dormí abrazada de Gaara, solo que Kankuro si abrazaba a mi hermana al contrario de lo que sucedió en mi caso.

    Entre tanta conmoción recordé la situación en la que me encontraba, quería que mi hermana fuera feliz pero tarde o temprano llegaría el día de mi boda y sin pensarlo le destrozaría a mi hermana.

    Yo estaba completamente segura de que lo que sentía por el pelirrojo era amor, así es estaba perdida y completamente enamorada de él y por nada del mundo quería perderlo. Desconocía si el sentía lo mismo por mi pero estaba segura de que no le era indiferente.

    Sin darme cuenta mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas, intente contenerme para no llorar mas sin embargo no pude aguantar más, esas lagrimas caían sobre a mis mejillas empapando el hombro de mi acompañante, que pronto se dio cuenta de la situación.
    -¿Qué sucede?- pregunto.
    -Na…, no puedo- mencione antes de pararme del lugar y salir corriendo lo más rápido que pude, me situé bajo un árbol y comencé a llorar desconsoladamente.

    Tal vez para algunas personas mi llanto sería absurdo y sin sentido pero en ese momento sentía que todo mi pequeño mundo se venía abajo, sentía que todo lo que había logrado con el chico con el que soñé volver a ver por tantos años se iba por la borda.

    P.O.V. Gaara

    ¿Qué sucede?, ¿he hecho algo malo? Me cuestiono mentalmente, me levanto tranquilamente de mi lugar y observo a todos lados para cerciorarme de que todos estén dormidos y que nadie se dé cuenta de que me voy. Camino buscando a Natsumi o algún rastro de ella.
    A lo lejos veo a esa chica sentada llorando pero ¿Por qué razón?, me acerco lentamente sin que ella lo note.

    Tomo su hombro para que al fin se dé cuenta de mi presencia.

    Fin P.O.V. Gaara

    Sentí como alguien toco mi hombro, aunque es una pena ya que no deseaba que nadie me viera en ese estado, gire mi rostro lentamente para ver quien estaba tras de mi aunque muy dentro de mi ya conocía la respuesta.

    Ahí parado vi a Gaara tan serio como siempre con esa mirada tan profunda que en algunos momentos me hacia olvidarme de todo y que justo en ese momento se encontraba posada sobre mis ojos.

    -¿Me vas a decir que es lo que te ocurre?- me pregunto con su tono frio de siempre.

    -No me ocurre nada- le respondí aun sentada en el piso.

    -¿Y por nada te pones así?- respondió esta vez un poco molesto ante mis intentos de negarle la verdadera respuesta.

    Agache la cabeza y posteriormente me levante de donde me encontraba, seque mis lagrimas para poder enfrentarle, -Me duele este sentimiento, quisiera no sentir, que no me doliera el ver…- no termine pero esta vez alcé mi rostro para mirar fijamente los ojos de Gaara que ante mi respuesta daban signo de sorpresa.

    -¿Ver? ¿Acaso te duele ver a tu hermana con Kankuro es eso?- pregunto de inmediato.

    -No, sé que mi hermana puede ser feliz con él, esa no es la causa de mi dolor. ¿Recuerdas la canción que entonaba la vez que Temari me callo?-

    -Sí, ¿es verdad lo que dice?- pregunto incrédulo.

    -No lo sé pero es muy similar a lo que siento, después de todo no fui yo quien escribió la canción pero si lo hizo una persona que estaba enamorada- respondí ante su interrogante.

    -Gaara ¿recuerdas cuando nos conocimos?, ¿crees que aun soy una cobarde?, sabes eras muy diferente entonces- continúe.

    -Si lo recuerdo has sido la única que no me ha tratado como un monstruo, la primer chica que me ha regalado una sonrisa, no me tenias miedo y no creo que seas una cobarde- respondió.

    -Me diste un beso ¿lo recuerdas, significo algo para ti?, ¿Qué piensas de mi ahora?- seguí con las interrogantes hacia él.

    -Sí, tu dulzura me ayudo mucho, eres una gran amiga y el amor que repartes me llena el corazón y yo… yo…- se detuvo con su respuesta.
    Lo mire dulcemente, en mi pecho sentía gran felicidad, en realidad jamás espere una respuesta como esa de parte de ese chico que a pesar de que era muy frio no lo era tanto cuando estaba conmigo.

    -Para mi ese beso significo mucho, fue el primero y desde ese entonces estuve anhelando volver a verte, recuerdo que esa emoción volvió a mi cuando nos volvimos a ver. Cuando te volví a ver en el lugar en donde nos conocimos desee con toda el alma que ese momento se volviera a repetir pero no fue así y dentro de mi sabia que tal vez nunca volvería a pasar- continúe.

    El me miro muy sorprendido por la respuesta que acababa de darle, se acerco a mí y acaricio mi rostro, -Yo nunca había sentido algo similar a lo que siento por ti, no sé lo que es pero me hace sentir raro y feliz al mismo tiempo, a decir verdad tengo miedo- respondió al fin.

    Lo mire y luego me abrace a su pecho –Quiero vivir este hermoso sueño, jamás te hare daño- continúe – debemos irnos- odiaba tener que arruinar ese hermoso momento pero sabía que no podía llegar a nada mas con él.

    Me di la vuelta, Gaara permanecía callado. –Espera- al fin rompió el silencio.
    Voltee a verlo y en ese momento se acerco demasiado a mi yo intente alejarme pero un poco de arena rodeo mi cintura haciendo que me acercara a él mas y mas, mi cuerpo deseaba estar cerca de él pero no tanto como mis labios deseaban tocar los suyos.

    Gaara acerco sus labios a los míos lentamente hasta que posaron sobre estos, me beso tiernamente rodeando mi cintura con sus brazos, yo lo abrace por el cuello con una mano y con la otra acariciaba su cabello, así estuvimos unos cuantos segundos, tratando de hacer durar ese hermoso momento hasta que nos separamos mas no me soltó de su abrazo.

    -Entonces soñemos juntos y despertemos solo cuando nos topemos de la realidad- susurro en mi oído.
    Lo mire a los ojos y volví a besar sus labios dulcemente.

    -Creo que ya es hora de volver, tenemos que vigilar además quiero que me cuentes cual fue el motivo de ese cambio que has tenido de cuando nos conocimos al chico que eres ahora, supongo que es una larga historia, ¿no es así?- dije al momento de soltar mi abrazo y tomar a Gaara de la mano e ir caminando lentamente hasta donde estaban los demás.

    Confesión

    Mientras tanto con Kankuro y Akemi.
    -Sabe es mucho más bella de lo que imaginaba, pero quiero preguntar algo, ¿Qué hacía en ese pueblo, no se supone que usted y Natsumi vivían en la aldea oculta entre el cristal?, por cierto ¿también es ninja?- interrogo el castaño a Akemi.

    -Vera Kankuro-san lo que pasa es que hace dos meses aproximadamente un maleante me secuestro- su voz estaba entrecortada y sus ojos estaban a punto de llorar, soy ninja medico de la aldea oculta entre el cristal- continuo pero esta vez su mirada estaba perdida y cristalina.

    Kankuro tomo por el mentón a acompañante haciendo que esta lo mirara directo a los ojos y se sonrojara un poco.
    -No llores preciosa mejor cambiemos de tema a uno más alegre ¿te parece?- dijo el chico con un tono comprensivo y seductor que envolvió a la chica haciendo que esta se pusiera aun mas roja.

    -E…Está bien Kankuro-san ¿de qué quiere hablar?- contesto la chica de ojos morados.
    -Bueno primero solo dime Kankuro, me gusta que nos hablemos de tu y no de usted, veo que eres más seria y tímida que tu hermana, ¿no es así?- respondió el recién nombrado con una sonrisa que al parecer de la dueña de los ojos morados se veía más guapo que cuando solía estar serio.

    -Está bien, si soy más seria que Natsumi ¿acaso le molesta?-pregunto tímidamente.
    -No para nada, por lo que he visto una persona seria como mi hermano se lleva muy bien con una chica tan alegre como Natsumi, entonces considero que tu y yo podríamos llevarnos bien ya que en este caso yo no soy tan serio, por cierto ¿en que habíamos quedado?- dijo el chico haciendo que la muchacha volviera a sonrojarse.

    *Tiene una voz hermosa y habla con mucha seguridad además de ser muy guapo, me pregunto si el también creerá que soy bella* pensaba la joven de cabellos rizados.
    -Si es como si fuéramos el uno para el otro- cometo la joven sin analizar antes sus palabras.
    -Eso es muy cierto me agrada, ¿sabes? Me gustas mucho, bastante y quiero conocerte, quiero compartir contigo todo lo que me pase en este viaje.

    -E…Esta bien, yo también deseo eso- respondió aquella joven un tanto nerviosa al ver que Kankuro se acercaba a ella casi robando su espacio hasta que sus labios se fusionaron en un tierno beso que duraría solo unos cuantos segundos.

    Después de separarse de aquel tierno beso ambos se estaban muriendo de sueño debido a la hora que era, así que decidieron dormirse abrazados como si no quisieran separarse jamás.

    Gaara estuvo en silencio hasta que llegamos al lugar en donde debíamos dormir esa noche y empecé a creer que lo que le había dicho le había molestado o le había hecho ponerse triste.

    -Uzumaki Naruto- respondió al fin mi amado.
    -U…- iba diciendo pero fui interrumpida.
    -Yo estaba en la oscuridad y durante una batalla Naruto me hizo ver la luz, el hizo que recordara que un día mi tío Yashamaru me dijo que una herida del corazón solo puede curarla el amor de una persona que en verdad te aprecie.
    Desde ese día decidí seguir su camino y hacer que las personas de mi aldea me tomaran cierto aprecio, siguiendo ese camino llegue a ser Kasekage. Paso poco tiempo y un intruso llego a la aldea por el demonio que había dentro de mí, el me derroto y saco el demonio de mi interior ocasionándome la muerte o al menos eso me dijeron cuando pregunte, Uzumaki Naruto fue a rescatarme y detrás de él una gran cantidad de personas y todas ellas arriesgaron su vida por mí, además
    Chiyo-ba me devolvió a la vida con un jutsu y la ayuda de Naruto. El me ha salvado muchas veces es por eso que nunca he podido ganarle y termina convenciéndome con sus palabras todas las veces que intento oponerme a alguna decisión que haya tomado- concluyo con su relato.

    Vi como un brillo especial iluminaba el rostro de mi amor y me sentí plena, feliz de que él me contara algo tan intimo con gran muestra de agradecimiento a ese chico… Uzumaki Naruto.

    -Así que de eso se trata, me alegro de que ese chico haya hecho tanto por ti, lo mereces, mereces eso y más- dije para después dar un beso en la mejilla de mi chico.
    El solo se limito a sonreír.
    -Cuando lleguemos a la aldea deberás pasar una semana más ahí en lo que se arregla el papeleo, en esa semana quiero que vengan tus amigos, en especial Naruto, quiero conocer a ese chico ¿de dónde es?, bueno te pregunto para mandar un mensaje a su aldea y lo dejen ir a visitarnos como si fuera una misión- comente a Gaara.

    -¡Ah! Ya veo, bueno el es de Konoha también quisiera que vinieran Shikamaru Nara, Chouji Akimichi, Ino Yamanaka, ellos también me han ayudado mucho al igual que a mis hermanos. De igual manera quiero que venga Naruto por supuesto, Hinata Hyuga, Neji Hyuga, Tenten Ama, Sakura Haruno, Sasuke Uchiha y por ultimo Rock Lee, creo que pido muchas personas pero espero que sea posible que todos vengan y también quisiera que viniera Matsuri mi ex alumna.

    -Umm… sobre esta chica Matsuri no creo que pueda ir, solo hay un ninja que irá a con el mensaje a Konoha, tal vez hay otra manera ¿alguna idea?- conteste.
    -Sí, puedo mandar un mensaje con la arena, así ella podría venir ¿estás de acuerdo?- cuestiono haciendo una mueca que me indicaba que mi respuesta a esa pregunta le sería muy importante.

    -Si lo estoy, y si lo deseas así será- respondí.

    Saque de mi mochila una libreta y una pluma para empezar a escribir la nota:
    Hokage-sama, mi nombre es Natsumi Akamatsu en 18 días seré nombrada feudal de la aldea oculta entre el cristal después de una ceremonia que tiene como fin la unión de la aldea con Sunagakure y me atrevo a pedir que vengan en misión de guardia; Uzumaki Naruto, Hyuga Hinata, Nara Shikamaru, Akimichi Chouji, Ama Tenten, Hyuga Neji, Rock Lee, Haruno Sakura, Uchiha Sasuke, Yamanaka Ino e Inuzuka Kiba, la misión durara una semana y el ninja que entregara esta carta junto con la mitad del dinero que cubrirá dicha misión será el responsable de guiarlos, la otra mitad será pagada a su regreso.

    Termine de escribir y guarde la nota que más tarde entregaría al shinobi que nos acompañaba.
    Deje la mochila a un lado para abrazar a Gaara así hasta que amaneció.

    A lo largo del día todo estuvo muy normal pero había algo en mi hermana que me llamo la atención, estaba muy contenta y sonriente con Kankuro lo que me hizo pensar que entre ellos había pasado algo y como no me iba a quedar con la duda por la tarde decidí preguntarle, ella me conto todo lo ocurrido y me pregunto si me había pasado algo similar a lo que conteste que si para luego contarle con detalle lo que había pasado la noche anterior.

    Cuando termine de comer me levante para dirigirme a donde se encontraba el ninja que nos acompañaba.
    -¿Shiro?, necesito que lleves esto a Konoha por favor- dije extendiendo el sobre para que este lo tomara, -Calcula tu tiempo para que te dé tiempo de ir a entregarlo al hokage-sama y llegar a la aldea el mismo día que nosotros, ¿entendido?- continué.
    -Si Natsumi-sama- contesto Shiro

    -Gracias- dije para concluir y posteriormente regresar y sentarme junto a Gaara pero un comentario de Temari me hizo enfurecer.
    -Ay ahora ya no es solo con Gaara sino también con ese chico. Esta chica no tiene remedio, le coquetea a todo aquel que se le ponga enfrente- dijo la rubia suficientemente alto para que yo escuchara.

    Iba a contestar pero una voz interrumpió mis intenciones.
    -Calla Temari que no sabes de lo que hablas, mide tus palabras que estás hablando del cliente- replico Gaara.

    Temari solo se limito a bajar la cabeza ante la reprimenda de su hermano que después de todo era el kasekage y debía obedecerle.
    Sonreí ante esa escena pero nadie percibió eso, luego de eso me puse a platicar con Gaara de cosas importantes para él y otras tantas que lo eran para mí.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1388
    Re: La arena y el cristal

    Decepción

    Así pasaron varios días Akemi permanecía con Kankuro sin despegarse del ni un momento y yo hacía lo mismo con Gaara.
    El amor que sentía por el pelirrojo iba aumentando día con día, aumentaba con cada beso que nos dábamos, con cada caricia, cada vez que nos mirábamos, todos era hermoso tal que parecía un sueño, un hermoso sueño. Entonces algo empezó a atormentar ms pensamientos. Tan solo faltaban tres días para llegar a nuestro destino y sentía que debía hablar con mi cuñado.

    Me acerque al castaño y casi en secreto dije –Kankuro te veo esta noche en el lago más cercano-.
    -Pero, ¿cuál lago?, ¿y si no coincidimos?- pregunto incrédulo.
    -Cerca de donde nos quedaremos hay un lago, unos cuantos pasos al norte, no se lo digas a nadie ni siquiera a mi hermana. Me encargare de que Gaara duerma y en ese momento escapare, ¿has entendido Kankuro?- conteste.
    -Si- respondió seriamente el castaño.
    Regrese a mi lugar al lado de Gaara, el no dijo nada.

    Llego la noche y todo iba normal, Gaara y yo acomodamos mis cosas para dormir.
    -Kankuro me ha dicho que vigilara esta noche- comente ganándome una mirada fría de mi amado pelirrojo.
    -¿Acaso se lo has pedido?, no era necesario- pronuncio ablandando un poco su actitud, pero aun así mantenía la misma seriedad de siempre.
    -No le he pedido nada, pero creo que es una buena oportunidad para que duermas, ya es hora de que descansen esos hermosos ojos tuyos- decía de una forma muy coqueta.
    -Hmp- fue lo único que recibí por respuesta.

    Me senté bajo un árbol seguida por Gaara, a decir verdad ya tenía una idea para hacerlo dormir.
    -Gaara acuéstate aquí- dije señalando mis piernas, el no dudo e hizo lo que le pedí. Cuando estuvo recostado sobre mis piernas empecé a jugar con su cabello y a soplar un poco sobre él, seguí haciendo eso hasta que sentí muchos deseos de besarlo, no sé porque pero tenía un mal presentimiento.

    Agache un poco mi cabeza y bese los labios de mi chico, primero lentamente pero después el beso fue subiendo de intensidad hasta volverse pasional, haciendo que tuviéramos que separarnos por falta de aire.
    -¿A qué se ha debido eso?- pregunto un poco sonrojado.
    -Gaara te amo, lo sabes ¿no es así?- respondí con otra pregunta.
    -¡Uh!, si ¿a qué viene eso?- contesto un tanto sorprendido.
    -A nada, solo nunca lo olvides- dije sonriendo para volver a besarle.

    Gaara cerró los ojos mientras yo acariciaba su cabello, al cabo de un buen rato se durmió. Era la primera vez que lo veía dormir, así que no quería separarme de él pero tenía que ir al encuentro con Kankuro, alcance mi mochila y la puse debajo de la cabeza de Gaara para pararme e ir en busca del castaño.

    Después de caminar llegue a donde se encontraba, él no se dio cuenta puesto que estaba de espaldas.
    -Lamento la tardanza pero Gaara no se dormía- sonreía apenada.
    -No te preocupes ¿de qué querías hablar?- pregunto serio el muchacho, y eso para mi gusto indicaba que algo no andaba bien.

    -Se que te has enamorado de Akemi y por consecuencia ella de ti y también se que lo mismo me pasa con Gaara, lo amo y a pesar de eso no nos ha importado del todo nuestra misión, porque si fuera así no nos habríamos permitido sentir esto. En dos días más lo que sentimos no deberá importar mas, así que a partir de ese momento ante todos debemos ser la pareja perfecta para después dar paso a nuestro matrimonio aunque con ello mueran nuestras ilusiones- dije sin rodeos y sin titubear un segundo.

    -Si lo sé, me gusta estar contigo pero ahora solo te veo como a una amiga. Al principio quise tener algo contigo por el hecho de que eres hermosa, pero vi que Gaara por fin se interesaba en alguien y ese alguien eres tu así que decidí alejarme más cuando conocí a tu hermana mi mundo cambio, su timidez y la alegría que la caracterizan me hicieron olvidarme de que tu tenias que ser mi único objetivo, entonces fue ahí cuando me di cuenta de que me había enamorado de esa chica tan dulce. No te preocupes que cumpliré con la misión- contesto de lo más serio el castaño.

    -Es precisamente eso lo que me preocupa, no quiero lastimarlos y aunque ellos conocen perfectamente la situación no son de piedra y lo sabes- dije, esta vez soltándome a llorar desconsoladamente.

    Kankurou se acerco a mí e intentando consolarme me tomo entre sus brazos, haciendo de ese un abrazo muy alentador.
    -Esta vez no se qué hacer- dije mirando los ojos de mi acompañante.
    -No te preocupes, ya verás que todo saldrá bien- respondió con una sonrisa falsa mi acompañante. Y no era para menos porque yo sabía que él en el fondo también sufría.

    P.O.V. Gaara

    *¿Cuánto tiempo ha pasado?, he dejado de sentir la presencia de Natsumi* pensaba antes de abrir los ojos para darme cuenta que era verdad, Natsumi no estaba conmigo.
    Me levanto para ir a buscarla, quizás le ha pasado algo por eso ha desaparecido. Después de caminar unos cuantos minutos vi a lo lejos dos siluetas, me acerco para comprobar que Natsumi se encontraba abrazada de mi hermano.

    Siento un fuerte dolor en mi pecho, como si alguien intentara arrancar mi corazón, mi vista empieza a nublarse por las lagrimas que mis ojos están a punto de derramar.
    Doy la media vuelta y regreso al sitio en donde me encontraba, me acuesto en la misma posición en la que estaba para que ella no se dé cuenta que la he visto.

    Este dolor no desaparece, a mi mente viene la imagen de ellos dos abrazándose y mi cabeza comienza a llenarse de preguntas, ¿Por qué me hacen esto?, ¿acaso Natsumi no me amaba?
    Deseaba nunca tener que recorrer un camino de soledad, creí que sufrimiento, tristeza, felicidad también se podían compartir con alguien, quería que ese alguien fuera ella pero hoy me he dado cuenta de que no es así.

    Fin P.O.V. Gaara
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  7.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    2338
    Re: La arena y el cristal

    Te amo

    Regrese a donde esta Gaara aun dormido, quite la mochila debajo de su cabeza y me coloco en la posición en la que estaba antes pero habia notado algo raro en el rostro del pelirrojo, la tranquilidad que había en su hermoso rostro se hizo vuelto más tensa.

    Cuando amaneció Gaara se levanto y salió corriendo rápidamente como si quisiera desaparecer, se veía algo extraño y yo no conseguía entender su actitud.
    Me levante y doble la cobija para después meterla en mi mochila, me apresure para encontrarme con los demás y así seguir nuestro camino.
    Íbamos caminando pero el chico de mis sueños iba distante entonces decidí preguntar –Gaara ¿pasa algo?-.
    Él ni siquiera volteo a mirarme para cuando contesto –Soy el kasekage por lo tanto debes llamarme así, después de todo eres un simple ninja, y también el cliente por tanto nuestra relación es solo de trabajo, ¿has entendido?- volteo para clavar una mirada fría sobre mi rostro en el cual se impregnaba de sorpresa, pero había algo raro en esa mirada no era como la de siempre. Esta se encontraba cargada de rencor, de resentimiento.

    Sentí como si un balde de agua helada me cayera encima al momento de sentir esa mirada sobre mí, pero no me había herido tanto como lo habían hecho sus palabras. Lo único que pude hacer fue bajar la cabeza y decir –Si Gaara-sama-.
    Pareció que al él no le agrado mi respuesta ya que intento gritar -¡Te he dicho que soy!-, pero se vio interrumpido por mi respuesta –Gaara-sama, tal vez soy una simple princesa y tal vez ante sus ojos se caprichosa y mimada, pero ¿sabe algo?, no soy tonta y he entendido muy bien lo que me ha dicho-.

    Estaba muy decidida y aunque mis lágrimas estaban a punto de salir era muy orgullosa como para permitir que alguien me tratara así, aunque ese alguien fuera la persona que tanto amaba.

    Me quede atrás del kasekage y entonces Kankuro se acerco a mí, -¿Qué le pasa?, ¿Por qué te ha tratado así?- pregunto muy sorprendido.
    -No lo sé, quizás nos ha visto abrazados aunque eso es muy poco probable, o a lo mejor esta así porque mañana llegamos y ya no vamos estar juntos- respondí un tanto preocupada por la actitud del pelirrojo.
    -Si supongo- contesto el castaño para volver a donde estaba mi hermana.

    Todos íbamos en silencio hasta que interrumpí ese incomodo silencio diciendo
    –Gaara-sama- me costaba hablarle así pero no tenia opción él había pedido que lo tratase así y no me podía negar a tal petición, -Prometí ayudarle con la calabaza, ¿puedo llevármela ahora?-.
    Él solo volteo a mirarme sin darle importancia a mi comentario pero a pesar de ello al poco tiempo accedió, me ayudo a amarrarla para que por ninguna razón se me cayera.

    No me había dado cuenta hasta ese momento que el tenerlo tan cerca podía ponerme tan nerviosa, sentía ganas de abrazarlo pero tuve que contenerme aunque eso no significaba que me daba por vencida y dejaría las cosas tan confusas como estaban.

    Intente caminar con la arena sobre mi espalda pero por la falta de costumbre empecé a tambalearme y estuve a punto de caerme ocasionando la risa de casi todos a excepción de Gaara claro.

    Después de unas dos horas decidí devolver la calabaza a su dueño teniendo la certeza de que no se me volveria a ocurrir la genial idea de pedírsela.
    Seguimos nuestro camino, eran apenas las 10 de la mañana y con la situación en la que estábamos el recorrido se me hacia extremadamente pesado y también conforme íbamos avanzando un mal presentimiento se iba apoderando de mi pecho. Por instinto me abrace a Gaara, lo extraño fue que el no hizo nada para separarse.

    De pronto se empezó a oír el sonido que causaba el movimiento de las hojas, seguimos avanzando muy alerta.
    Cuando dejamos de ver arboles y vimos solo un área en donde no había más que pasto Gaara me aventó y fue ahí cuando empezaron a salir cientos de kunais por todos lados.

    Ahí parado estaba un chico de cabello negro y ojos de color café, que vestía con una playera negra, un chaleco café y un pañuelo amarrado a su frente era una persona muy familiar para mí. Me levante lentamente y un poco adolorida.
    -Ke…Kenshi-sama- dije casi en susurro, estaba muy impresionada.

    -Natsumi-sama, ¡Oh! Casi me olvidaba de que estaba aquí- dijo burlonamente.
    -¿De dónde lo conoces?, ¿Es tu aliado?- pregunto el pelirrojo en posición de ataque.
    -¿Qué dices?, se llama Kenshi Shizuka era amigo de mi hermana y mío pero ahora ya no sé que es de nosotras- concluí con la explicación.
    -Kenshi ellos son nuestros aliados de la arena, por favor para esto, ¿Qué no te das cuenta que solo quieren ayudarnos?- argumente intentando convencer al chico de cabellos negros.

    -Lo único que quiero es a tu hermana y a ti muertas, aunque pensándolo bien podrías casarte conmigo, ¡Si eso es!, si aceptas irte conmigo ahora dejare libres a tus amigos- contesto arrogante ante mi petición.
    -¿Para qué te quieres casar conmigo?- pregunte inocentemente.
    -Ay, ¿no es obvio lindura?, pues es para convertirme en feudal- dijo acercándose a mi rápidamente, con una velocidad impresionante que difícilmente pude notar.

    Estaba inmóvil, no sabía qué hacer. Kenshi que aun así sostenía por el mentón me aventó violentamente y fui a parar a no sé qué distancia de él.
    -Déjala, no la toques- dijo Gaara dirigiéndose a Kenshi, -Mi misión es protegerte y la cumpliré, así que no te muevas de ahí- me ordeno el pelirrojo.

    Solo veía como detrás de Kenshi iban apareciendo mas ninjas, la mayoría eran de la aldea oculta entre el cristal, ellos lanzaron kunais, y como eran demasiadas no todas podían ser esquivadas así es que Gaara tenía unas cuantas heridas que no parecían graves. A mí me había herido un kunai en la pierna derecha.

    Cada quien estaba peleando su batalla. Temari peleaba aguerridamente al igual que en el caso de Kankuro mientras que mi hermana y yo nos quedamos pasmadas en el mismo lugar sin movernos.

    Akemi no peleaba demasiado, no le gustaba pelear, según ella por eso se convirtió en ninja medico para ayudar a las personas y porque la mayoría del tiempo estaba en el hospital, pero yo… yo no tenía ninguna razón para quedarme ahí sin hacer nada.

    Seguí sin poder moverme, pero algo me hizo reaccionar. Gaara había salido volando y por consecuencia caído cerca de donde me encontraba, corrí hacia donde él se encontraba pero detuve el paso al darme cuenta de que Akemi también corría peligro a pesar de que Kamkuro estaba cerca de ella.

    Kenshi estaba a punto de atacar y no sabía a quién proteger si a mi hermana o al hombre que amaba, voltee e hice una seña que le indicaba a Kankuro que debía proteger a mi hermana.

    Corrí hasta donde estaba Gaara tirado, me pare enfrente de él con las piernas un poco abiertas y flexionadas, mis brazos se encontraban a la altura de mi rostro para protegerme y de esa manera recibir el ataque que estaba dirigido a Gaara.

    Un kunai quedo enterrado en mi brazo provocándome un gemido de dolor. Tenía que resistir así que me arme de valor y saque el arma de mi brazo.
    -Técnica muro de cristal- mencione haciendo un movimiento de manos para que Gaara fuera encerrado en una prisión de cristal, era un cristal lo suficientemente duro como para protegerlo y a la vez para no dejarlo escapar.

    -Ahora es mi turno de protegerte- dije y sonreí.
    Gaara se levanto rápidamente y golpeo las paredes de esa prisión, pero no pudo hacer nada.
    -¿Qué haces Natsumi?, ¡Déjame salir!- gritaba desde dentro.
    -No, ya te lo he dicho, ahora es mi turno de protegerte- conteste antes de empezar a atacar.

    Ya había pasado cierto tiempo aunque no sabía cuánto con exactitud. Estaba exhausta y llena de tierra por las tantas veces que había caído.
    -Natsumi, hermosa ¿Por qué haces esto?, no hay necesidad. Te doy la oportunidad de aceptar mi propuesta y además ¿Por qué lo defiendes si tienes a alguien como yo?, comprende el no vale la pena yo si- dijo Kenshi con un aire de superioridad.

    -No dejare que le pongas un solo dedo encima, porque yo… yo lo amo- conteste, lo cual ocasiono la sorpresa de Gaara y la burla de Kenshi.
    -Está bien ya lo has decidido así que ahora vas a morir, ya que alguien como tú no podría vencerme contesto el pelinegro ante mi respuesta.

    Mi respiración estaba agitada y con mucha dificultad podía mantenerme en pie, estaba dispuesta a atacar pero un ataque del pelinegro se adelanto, -Técnica remolino de cristal cortante- le escuche decir antes de salir volando, mientras caía mencione –Gaara perdóname, no pude protegerte-. Rodé un par de veces y en ese instante el joven kasekage fue liberado de mi técnica, no tenia chacra suficiente para mantenerla.

    Él corrió hacia mí, cuando llego me tomo por el cuello para recargar mi cabeza sobre sus piernas –Natsumi- dijo esta vez abrazando mi cabeza suavemente contra su pecho, Gaara estaba llorando y sus lagrimas caían sobre mi rostro y resbalaban sobre mis mejillas, no podía controlar su llanto. Sonreí y limpie sus lágrimas. –Gaara, te amo- dije antes de quedar inconsciente.

    Cuando desperté estaba muy desconcertada, no sabía que había pasado, ni en qué lugar me encontraba. El único recuerdo que tenía era el de Gaara llorando, mojando mi rostro.
    Me senté y mire hacia todos lados para ver si veía a alguien que conociera y si, ahí estaba dormida.

    -¿Akemi?- dije casi en susurro.
    Ella despertó y con una gran sonrisa comento –Ya has despertado, me alegra-.
    -¿Qué ha ocurrido?, ¿En dónde está Gaara?- pregunte un tanto confundida, sobando un poco mi cabeza.
    -Valla no pierdes el tiempo, al instante preguntas por tu novio, bueno pues después de recostarte en el piso el derroto a Kenshi, Kankuro y Temari se encargaron de los demás, aunque no creo que Gaara venga a verte, ¿sabes? El está muy confundido.
    Descansa, no te esfuerces mucho que ya suficiente trabajo me ha costado sanarte, con permiso voy a revisar las heridas de los demás. Antes de que te preocupes te diré que están muy bien pero tengo que revisar que sigan así- concluyo y se levanto de su lugar para dirigirse a donde me encontraba y acaricia un poco mi cabello al momento de sonreír, posteriormente dio la vuelta y salió de la habitación.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  8.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1973
    Re: La arena y el cristal

    La foto del kimono que utiliza Natsumi esta arriba
    Conociendo a Naruto

    Poniendo la suficiente atención me di cuenta de que estaba en casa, en mi habitación. Me levante lentamente y me asome a la ventana, el día estaba muy iluminado pero me di cuenta de que no era tan temprano, busque en mi armario un atuendo que pudiera cubrir perfectamente mis heridas y encontre un kimono color crema con flores de color rosa y amarillo.
    Después de vestirme recogí mi pelo en una media cola dejando mis típicos mechones de cabello a los costados de mi rostro, salgo a buscar a alguien pueda informarme si ya han llegado mis invitados de Konoha.

    Días antes
    Varios días antes…
    Un chico había llegado a Konoha, para ser precisos ese chico es Shiro, camina hacia la entrada siendo detenido por dos ninjas que se encuentran en la puerta de esta.
    -¿Quién eres tú?, ¿a qué has venido?- preguntaron al unísono los dos shinobis.
    -He venido a pedir ayuda a lord Hokage, me ha mandado el futuro feudal de mi aldea- respondió un tanto asustado el chico.
    Los shinobis de Konoha se miraron y posteriormente le dejaron pasar, siendo unos de ellos quien lo guiaría hasta el despacho de lord Hokage.
    El ninja aviso la llegada de nuestro amigo de la aldea del cristal. Pasaron unos cuantos minutos antes de que pudiera pasar.

    Una hermosa mujer de cabellos rubios y ojos miel estaba sentada detrás de un escritorio y al parecer esa mujer se identificaba como el 5º hokage. El ninja entrego la nota la cual de inmediato fue leída por la hokage.
    -Shizune llama a Naruto, Hinata, Shikamaru, Neji, Tenten, Sakura, Sasuke, Ino, Kiba, Lee y Chouji, que vengan rápido-.

    -Si Tsunade-sama- contesto una chica delgada de cabellos negros y ojos de igual color, para salir corriendo en búsqueda de las recién mencionados.

    Cuando todos estuvieron
    -Tienen una nueva misión, serán guiados hasta la aldea oculta entre el cristal. Ahí la princesa Natsumi les hará saber los demás detalles de la misión- decía la hokage cuando se vio interrumpida por la voz escandalosa de un rubio ojiazul.
    -¿Y por qué tengo que ir?, tengo que entrenar y no puedo perder mi tiempo en una misión como esta-
    -La princesa así lo ha pedido y tienes que ir, por cierto ¿en dónde está Chouji?, ¿es que se le ha hecho tarde?- decía Tsunade
    -Etto, bueno es que ayer invite a Chouji a comer costillitas y se indigesto, por eso está en el hospital y no irá a la misión- decía el rubio rascando una de sus mejillas con su dedo índice.
    -Usumaki Naruto iras a la misión como castigo, ahora márchense- ordenaba la hokage.
    -Pero abuela Tsunade- iba a protestar pero al ver la cara de enojo de la hokage prefirieron salir corriendo del lugar.

    Días después…
    Nuestros shinobis veía muy cerca la entrada de una villa.
    -Miren- decía muy emocionada una chica de ojos perlados y cabello azul.
    Todos asintieron con la cabeza.

    Cuando se vieron al fin dentro de la villa tenían orden de esperar en la puerta principal de la aldea. ………………………………………………………………………………………………

    Por el pasillo vi a una joven que trabaja en casa.
    -¿Me podría informar si ya han llegado los shinobis de Konoha?- pregunte amablemente.
    -Si ya están aquí, ha llegado una nota de los ninjas que vigilan la entrada de la aldea hace unos cuantos minutos, con su permiso- concluyo para retirarse del lugar.

    Ante la noticia salí de la casa para dirigirme a nuestro lugar de encuentro, después de caminar por unas calles muy largas por fin vi a un grupo de muchachos, entre ellos se encontraban los tres hermanos de la arena y mi hermana.

    Me acerque –Hola, perdón por la espera- saludo amablemente.
    Todos voltearon a mirarme y a decir verdad eso me hizo sentir extraña.

    Había varios chicos muy atractivos que se me quedaron viendo con algo más que curiosidad.
    -Hola, Gaara-sama ¿podría presentarme a sus amigos?- comente al ver que el único que no había contestado a mi saludo había sido el pelirrojo.

    -Naruto, Sakura, Sasuke, Hinata, Neji, Tenten, Shikamaru, Lee, Ino, Kiba y Akamaru- decía secamente al momento de ir señalando uno por uno.
    Me llamo la atención ver un perro tan grande y me agache un poco para poder acariciarle, el color de su pelaje era lo que más llamaba mi atención y entonces lo acariciaba como embobada.

    Me levante para por fin decir: - Yo soy Natsumi y bueno ustedes están aquí porque he querido que los amigos de Gaara-sama estuvieran aquí con él, después de todo es un lugar extraño para él y también para ustedes, estarán aquí una semana-
    -¿Y qué haremos entonces?, ¿para qué has reunido a ninjas de la arena y de konoha?- pregunto impaciente Sakura.

    -Ustedes han venido der vacaciones a pasar un tiempo con Gaara-sama, Temari, Kankuro quien ahora es mi prometido, mi hermana Akemi y conmigo por supuesto, también deberán estar presentes mañana cuando se firme la alianza con Suna y en unos cuantos días a la boda.
    Dormirán en mi casa, ya he asignado una habitación para cada uno de ustedes- dije con una gran sonrisa

    De repente el rubio ojiazul tomo mis manos entre las suyas, mirándome fijamente a los ojos de una manera muy coqueta, lo cual me hizo ponerme muy nerviosa.
    -Ay, eres perfecta ¿Irías a comer ramen conmigo?- decía aun con la mirada aun muy iluminada.
    -Na-ru-to, ¿Cómo te atreves a hablarle así a la princesa?- decía la chica de cabellos rosados al momento en que se disponía a golpear a Naruto.

    Ante la escena lo único que pude hacer fue empujar al chico detrás mío para detener de golpe el ataque de la chica.

    -Sakura ese no es motivo para que lo golpees, así que por favor guarda la compostura- le dije ante su agresiva actitud.

    Más de uno me miro sorprendido y mas Sakura ya que con gran facilidad había detenido su ataque pero en ese momento una voz hizo que nuestra atención se posara en donde se había originado.
    -Gaara perdóname, no fue mi intención es que la princesa Natsumi me empujo- imploro el chico a Gaara quien lo miraba como si en ese mismo instante quisiera matarlo.

    Al principio me desconcerté al ver esa escena tan graciosa pero luego me percate de que Gaara no lo miraba así porque lo hubiera golpeado sino porque al parecer estaba celoso.

    -Naruto acepto tu invitación a comer ramen pero solo si todos vamos juntos, conozco un lugar pero ahí solo nos permitirán entrar en pareja así que acompañaras a Hinata, Sasuke ira con Sakura-

    -Hmp- me vi interrumpida por el chico de ojos negros aunque no le tome mucha importancia al asunto y continúe –Temari ira con Shikamaru-

    -Hmp, valla lio mira que tener que ir con la chica más problemática- protesto el chico.
    -Cállate vago, ¿y por qué tengo que ir con él?- decía en un tono elevado la chica de las cuatro coletas.

    -Bueno es que por lo que veo ustedes dos se entienden muy bien- la chica me miro y no respondió nada ante mi comentario solo se sonrojo un poco y cruzo los brazos.
    -Neji iras con Tenten- y al instante la chica se colgó del brazo de su compañero,
    –Kankurou con Akemi-

    -¿Y por que el ira con Akemi?, ¿no es acaso tu prometido?- protesto Gaara
    -Eh bueno, es que su actitud asusta a mi hermana Gaara-sama- conteste apenada ganándome una mirada curiosa de todos los demás.

    -Supongo que yo iré con Ino, ¿no es así?- dijo el chico de cabello castaño y las marcas rojas en las mejillas.
    -Sí y yo iré con Gaara-sama- repetí al momento de abrazarlo por la cintura y ser interrumpida una vez más.

    -¿Qué?, ¿pero porque tengo que ir con él?- protesto la chica, -Más vale que alejes a esa cosa peluda de mi- ahora se dirigía a Kiba.
    -¿Qué? Akamaru no es ninguna cosa peluda- contraataco Kiba.

    Estaba a punto de comenzar una pelea cuando Lee dijo: -¿Y que yo tengo que ir con Akamaru o qué?- causando la risa de todos los presentes.

    -¡Gaara sensei!- grito una chica de cabello castaño y ojos negros antes de abrazarlo del cuello por detrás, pude soltar a Gaara de improviso y mirar a esa chica de reojo.
    -Matsuri también me alegra verte, suéltame ya- dijo de manera cortante mi pelirrojo.

    -¿Así que tu eres Matsuri?, me alegro de que por fin ya hayas llegado así podrás ir acompañar a Lee a comer ramen, bueno y en compañía de todos nosotros- dije para regalarle una sonrisa demasiado falsa, estaba celosa y quería arrancarle los cabellos a esa chica por abrazar a MI novio de esa forma, pero tuve que contenerme.

    -Sí, lo siento ¿Cómo es eso de que tengo que acompañar a Lee a comer ramen?- pregunto amablemente la chica.
    -Vamos a ir a un lugar a comer ramen pero ahí solo podemos entrar con pareja aunque ya ahí dentro estemos todos juntos- conteste para tomar a Gaara del brazo, le dejaría muy en claro a esa chica que el pelirrojo era solo mío y más después de ver la forma en la que ella lo había abrazado.

    Caminamos hasta llegar al lugar solo que pasamos después de un buen rato ya que Kiba estaba alegando con el dueño del lugar porque no dejo entrar a Akamaru, según él porque no se permiten mascotas y de esa forma no acepto ninguna de las excusas del chico.

    Comimos para después salir del lugar, -Naruto-kun, tal vez deberías poner un poco mas de atención en algo más que no sea en comer ramen, ¿no lo crees Hinata-chan?- comente para conseguir que el chico se fijara más en los sentimientos que la chica de ojos color perla dejaba tan a flor de piel que cualquiera podría notarlo.
    -S…si- contesto al fin, más roja que un jitomate.

    Definitivamente Gaara tenía amigos igual o más fríos de lo que era él, a excepción de Naruto que solo era un rubio muy distraído.
    -Sasuke-kun, tienes unos ojos muy bonitos pero lucirían mas si descubrieras tu rostro un poco- hice otro de mis comentarios imprudentes, recibiendo así una mirada asesina de unos ojos color jade, no dije nada solo me limite a sonreír.

    -No cualquiera puede ver la belleza de los ojos de Sasuke-KUN- dijo Sakura recalcando lo ultimo para como para hacerme entender que solo ella podía llamarlo así.
    -Es verdad Sakura, pero yo he podido ver a través de ellos después de todo eso es fácil después de tratar con Gaara- dicho lo ultimo casi en susurro incluso dudo mucho que ella haya podido escucharme, sonreí y tome a Gaara del brazo para dirigirnos a mi hogar, después de que les indique a cada uno de ellos cual sería su habitación nos dispusimos a ir a dormir.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  9.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1396
    Re: La arena y el cristal

    Conversación con Sasuke Uchiha

    Durante la madrugada escuche unos ruidos extraños cerca der mi ventana y me acerque para asomarme, solo que antes de tener oportunidad de abrir la ventana un chico der ojos negros y tez blanca apareció enfrente de esta.

    -Sasu…ke ¿Qué haces aquí? – pregunte sorprendida.
    -¿Puedes salir?- pregunto cortante.
    Asentí con la cabeza y abrí la ventana para salir por la misma, el me tomo por la cintura y trepo al techo junto conmigo.

    -¿Por qué me has traído hasta aquí?- pregunte aun mas sorprendida por la actitud del chico.
    -¿Qué te hace pensar interesado en Sakura?¿por qué dejas en evidencia un sentimiento que no tengo hacia ella?- pregunto molesto.
    Sonreí y me senté en el techo posando mi mirada en la luna, no lo voltee a ver.
    -Mira Sasuke después de conocer a Gaara he aprendido a reconocer los sentimientos de las personas frías y serias como lo son ustedes, para mi es evidente que lo que sientes por Sakura es amor solo que el orgullo que te permite mantener esa imagen de chico está de sobra para poder demostrarlo- conteste.

    -Hmp- fue lo único que recibí por respuesta antes de que Sasuke se sentara a mi lado, el coloco sus codos en sus rodillas de manera que sus manos quedaron a la altura de su boca tapándola completamente.
    -¿Sientes algo por él?, por Gaara- me cuestiono el pelinegro.
    Ante esa interrogante me sonroje un poco, -Si y aunque él no lo demuestra mucho sé que me ama tanto como yo a él, ¿sabes? Él es muy serio incluso un poco más que Neji o tú, pero he sabido entender sus sentimientos y a pesar de que no dice mucho con su mirada me lo dice todo. Algo muy parecido a lo que te pasa con Sakura, o lo que le pasa a Hinata con Naruto a pesar de que él es muy despistado, incluso Shikamaru sabe que su pareja ideal es Temari- respondí a su pregunta.

    -¿Y si amas a Gaara como es que te vas a casar con su hermano?- me decía serio, a decir verdad como era ese chico no esperaba que me dijera más que el Hmp que no dejaba de decir desde el momento que me presente.
    -Así lo ha acordado lord Kasekage con los ministros de esta aldea, aunque veré la forma de que Kankuro se case con Akemi, y por eso necesitare tu ayuda-
    -Y ¿Por qué yo?, tienes muchos amigos ¿no es así?- decía cortante el muchacho.
    -Porque ninguno de ellos posee el sharingan y tengo entendido que con esa técnica visual puedes copiar los movimientos, bueno lo que tienes que hacer es copiar la firma de mi hermana, yo no podría ya que si me equivoco se darán cuenta así el error sea insignificante.
    La segunda parte del plan consiste en que tendrás que transformarte en mí y yo en ti por lógica.

    -¿Y tú hermana está de acuerdo?-
    -No lo sabe, pero si lo estará- conteste sonriente.

    Sasuke me estaba ayudando aunque no sabía por qué. Después de esa platica los dos nos quedamos callados para que después el me extendiera la mano en señal de que ya era la hora de regresar a nuestras habitaciones.
    Sasuke me tomo en sus brazos y bajo de un salto del techo pero cuando estuvimos abajo nos encontramos con una Sakura sorprendida a punto de llorar.

    -Sakura- articulo el chico de cabello negro pero era demasiado tarde, ella estaba un poco lejos como para poder escucharlo.
    -No te preocupes, regresa a tu habitación que yo hablare con ella- él solo asintió con la cabeza.

    Corrí en la misma dirección en la que se había ido Sakura pero no la veía por ningún lado hasta que una voz llamaba mi atención.
    -¿Por qué Sasuke-kun?- decía entre sollozos.
    -¿Sakura?- atine a decir.
    -Esta vez no lo esquivaras, y si crees que te quedaras con Sasuke-kun estas muy equivocada- decía mientras saltaba con un puño que estaba dispuesta a parar en mi rostro pero lo detuve con una mano y con la otra la golpee en el abdomen haciendo que esta cayera de rodillas, supuse que no me era difícil detener sus ataques ya que mi hermana también era ninja medico y probablemente llevarian un entrenamiento similar.

    -Sakura cálmate- dije al ver como la chica se levantaba tocando su abdomen adolorido.
    -Yo no quiero quitarte a Sasuke y serias una tonta si no fueras capaz de darte cuenta de que él te ama, y aunque para él es muy difícil decírtelo o demostrártelo así es, recuerda eso Sakura y jamás te alejes de él porque lo harías sufrir como no tienes idea- le explicaba pero me interrumpió: -¿Cómo te atreves a decirme todo esto? Tú no sabes nada de él, yo he luchado por su amor, luche para que el regresara a la aldea de la hoja y cuando al fin lo he logrado llegas pretendiendo quitarme a Sasuke- decía furiosa.

    Sonreí –Sakura, ya he dicho muchas veces esto y no me agrada tener que repetirlo de nuevo, pero después de convivir con Gaara es fácil descubrir los sentimientos de las personas con ese carácter, ya sabes esos chicos fríos, orgullosos y muy serios. Entiendo cómo te sientes, es difícil amar a una persona así ya que siempre hay motivos para luchar por ellos y cuando al fin consigues librar la batalla viene algo que derrumba tu mundo y todo vuelve a ser tan malo como antes y aunque duela bastante no puedes dejar de amar a esa persona, ¿no es así?- conteste con melancolía.

    -Sí, y entonces ¿no te interesa Sasuke- kun?, esa persona a la que amas es Gaara-sama ¿no es así?- decía con una cara de sorpresa la chica de cabello rosa.
    -Si, Sakura ahora eres una persona más que lo sabe, por cierto Sasuke me ayudara a ser feliz con él, no debería decirte esto pero supongo que cuento con tu discreción ¿no?- pregunte ya viéndola a los ojos.

    Ella me abrazo, se veía feliz por lo que acababa de decir así que me vi satisfecha no necesitaba más respuesta que esa.
    -Volvamos- dije antes de comenzar a caminar a lado de ella en dirección a mi casa. Había conseguido una nueva amiga o al menos así lo consideraba, al menos era muy bueno ver a Sakura feliz en vez de pelear conmigo por un hombre que solo me interesaba como amigo.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  10.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    3245
    Re: La arena y el cristal

    Alianza

    Pronto amaneció y ya era hora de desayunar así que todos estábamos reunidos en el comedor, todo estaba en silencio a excepción de los ruiditos que hacia Naruto al comer su Anmitsu (fruta con yogurt).

    -¿A qué hora será firmada la alianza? Tengo que regresar a Suna- rompía el silencio el kasekage.
    -Gaara sensei ¿se irá?, ¿puedo irme con usted?- contesto apresuradamente Matsuri a lo que todos nos quedamos más que sorprendidos.

    -No será hoy, los preparativos se han retrasado, así que se llevara a cabo en 2 días más a medio día- conteste de manera pensativa
    -Pero Gaara-sama, ¿no se quedara a la boda de su hermano?- preguntaba Hinata con voz dulce y tímida.
    Ante esa conversación sentí un hueco en el pecho y más por no querer escuchar lo que él pudiera responder, así que antes de que respondiera:
    -Cuando hayan terminado los espero en el jardín, les tengo una sorpresa, con permiso- dije para salir del comedor.

    Cuando me encontré en el lugar en donde esperaría a los demás mi vista se empezó a nublar y sentí como unas cuantas lágrimas mojaban mis mejillas.
    Pocos minutos después vi salir a mis invitados.
    Nos encontrábamos en el jardín así que nos dirigimos a la puerta principal y salimos.

    Todos se quedaron sorprendidos viendo la escena. Cientos de personas se encontraban armando su puesto, otras tantas ya lo tenían listo y empezaban a preparar sus productos.
    -¿Qué es todo esto?- pregunto aun con mucha flojera Shikamaru.

    -Bueno esta es mi sorpresa, habrá una feria toda esta semana y como yo estaré ocupada con los preparativos de la alianza y la boda no podre pasar mucho tiempo con ustedes así que pueden venir a la hora que deseen y comer o subirse al juego que quieran completamente gratis- dije con una sonrisa de oreja a oreja.
    -Ay gracias, eres perfecta- decía el rubio con la mirada iluminada, tomando mis manos entre las suyas.

    Me limite a sonreír y escuche como todos hacían planes para esa misma noche mas no puse atención ya que vi a Gaara solo y creí que sería el mejor momento para acercarme
    -Gaara-sama ¿podemos hablar?- dije un poco apenada.
    -¿De qué?, ya te lo he dicho nuestra relación es solo profesional así que si me hablaras sobre la alianza adelante- contestó de una manera tan cortante y tan fría como nunca antes.

    -No es eso, Gaara me he cansado de esta situación, no soporto la manera en la que me miras, no soporto tu indiferencia. Me gustaría pasar más tiempo contigo durante los preparativos e incluso me gustaría venir contigo a la feria aunque fuera solo un momento pero dudo que sea así y yo… yo solo quiero saber ¿Por qué?, ¿Por qué eres así conmigo?, ¿he hecho algo malo?- conteste con un gran nudo en la garganta casi gritando desesperadamente.

    -¿Pasar tiempo durante los preparativos?, ¿Acaso quieres que te ayude a escoger el vestido de novia?, ya te lo he dicho mi estancia aquí es meramente por mi aldea, por esa alianza. Tú y yo no tenemos nada más de que hablar, con permiso- dijo en un tono frio cargado de ironía.

    Después de decirme eso Gaara dio media vuelta para alejarse del lugar, me quede parada unos cuantos instantes para luego reaccionar e intentar alcanzar al pelirrojo aunque justo en ese momento fui sujetada por el brazo.
    -Deja a Gaara-sama en paz, ¿no te parece que ya los has lastimado lo suficiente?, déjalo ser feliz con alguien que realmente lo ame, porque te advierto que no permitiré que lastimes al hombre que amo- dijo Matsuri con gran coraje hacia mí.
    Si bien sabía lo que la chica sentía por Gaara también estaba consciente de que podría llegar a ser un gran obstáculo para acercarme a él.

    -No creo que sea muy educado meterte en asuntos que solo les conciernen a dos personas- dije soltándome de su agarre.
    -Gaara- susurre alzando la mano como para tratar de alcanzarlo con la misma.
    Me dispuse a seguir el mismo camino que el chico había tomado pero un golpe en mi hombro me hizo detener el paso y entonces ahí frente a mis ojos vi a Matsuri correr para alcanzar a Gaara y tomarlo del brazo.

    -Natsumi-sama ¿vendrá con nosotros?- me pregunto alegremente Sakura.
    -No, lo siento pero tengo que preparar algunas cosas para mañana, se me han juntado muchos pendientes, con permiso- conteste con voz entrecortada para después comenzar a caminar.

    Caminaba sin rumbo, camine hasta que deje de ver puestos y comencé a ver unos cuantos arboles me adentre entre ellos y descubrí que tapaban una cascada que desembocaba en un lago en el cual se reflejaba la belleza del cielo, había mucho pasto que estaba cubierto por unas cuantas hojas de cerezo que al parecer acababan de caer.

    Me acerque cada vez más al lago, me quite mis zapatos para meter mis pies en el agua. Quería olvidarme del dolor, me sentía destrozada así que fui metiendo poco a poco todo mi cuerpo sin quitarme el kimono y avance hasta la cascada para colocarme debajo de esta e ir sintiendo como el agua recorría cada parte de mi cuerpo y como mis lagrimas se perdían con las delicadas gotas de agua.

    Mientras tanto…

    Un grupo de chicos aun seguía parado enfrente de la que fue la casa del feudal cuando aún vivía.

    -¿Qué le pasa a Natsumi-sama?, se veía muy triste, ¿no creen?- decía Hinata.

    -Sí que lastima, ella es muy bonita y seria mi chica perfecta si no se fuera a casar, siempre intenta ayudar a todos- completaba Naruto.

    -Es muy buena, me cae bien hasta podría llegar a ser una de mis mejores amigas- decía Sasuke.

    -Pues a mí no me cae tan bien, me parece que es un poco arrogante aunque no puedo negar que también tiene su lado amable- dijo Ino.

    -Es muy agradable y creo que de cierta forma se parece un poquito a Naruto pero en bonita- decía Sakura dejando escapar una pequeña risita.

    -Así que esto se trata de dar opiniones, que problemático, ¿Qué diré?, bueno ella muy bella además de que no es tan problemática y las pocas veces que he hablado con ella no me dan ganas de parar la conversación- opino Shikamaru.

    -Pues a Akamaru le cae muy bien y a mí me encanto que ella y yo jugáramos con él- decía de un modo soñador Kiba.

    -Si ella no tuviera compromiso pelearía por su amor- gritaba Lee con un brillo en los ojos.

    -Me cae muy bien, es muy simpática algún día me gustaría ir de compras con ella, tal vez le ofrezca mi ayuda para escoger el vestido de novia- decía la chica de chonguitos, -Es bonita- argumento Neji.

    -Creo que a más de uno de los chicos les llama la atención, se ve muy triste y yo quiero ayudarla aunque sea un poquito- dijo la chica de los ojos perlados jugando con sus dedos.


    Todos miraron a Temari quien era la única que faltaba en dar su opinión.
    -Desde que la conocí me dio mala espina, pero después de ver la forma en que defendió a Gaara debo reconocer que no es mala persona y puede que hasta me llegue a caer bien- al fin dio su punto de vista la rubia.
    -¿Cómo que defender a Gaara?, ¿de qué o de quien?- cuestiono Shikamaru.
    -Luego les cuento, ya basta de este tema ya hasta Kankuro y Akemi se han adelantado hace un buen rato- contesto nerviosa Temari.

    Después de eso ellos siguieron con sus planes, llegando la noche ellos regresaron a la casa a dormir.
    ………………………………………………………………………………………………

    *Se ha hecho tarde, supongo que es hora de regresar a casa, además si me quedo con la ropa mojada puedo enfermarme* pensaba para después dirigirme a mi casa, y cuando llegue supuse que los chicos aun no regresaban ya que todo estaba oscuro. Me fui a bañar antes de dormir.

    Llegaba un nuevo día, el día en el que podía perder a Gaara se acercaba con demasiada rapidez y si él seguía con esa actitud no podría hacer absolutamente nada, y con Matsuri a su lado seria mas que difícil acercarme a él.

    Aun seguía en mi cama y para ser sincera no estaba de ánimo para levantarme, pero tuve que hacerlo cuando alguien llamo a la puerta de mi habitación, al abrir la puerta me encontré con la chica de los dos chonguitos

    -Tenten ¿a qué debo tu visita?- pregunte amablemente con una sonrisa fingida, sí era muy cierto que ya no me quedaban ánimos para sonreír.

    -Es que me preguntaba si ¿puedo ayudarla a escoger su vestido para la boda?- dijo tímidamente.
    -Ay gracias, no había pensado en eso, voy a llamar al sastre y sirve que me das una idea de cómo puede ser el vestido o tal vez ayudarme a escogerlo de una revista- respondí ante la petición de la chica, después de eso ella salió de mi habitación y yo me cambie de ropa, el día se me paso muy rápido ya casi eran las 5 de la tarde y pronto llegaría el sastre. Cuando llego el sastre me ofreció una revista y después de un rato me decidí por un kimono blanco por el exterior y en el interior color azul rey y con un obi de igual color adornado con flores blancas, en realidad esperaba que le gustara ese modelo a mi hermana ya que ciertamente no iba a ser yo quien usaría ese kimono.

    Llegada la noche los chicos se levantaron de su lugar después de acabar con su cena y se dirigieron a la puerta, según sabia irían a la feria y era muy gracioso que las parejas que había formado seguían de la misma manera a excepción de Lee que iba solo ya que Matsuri no se quería despegar de Gaara.

    Hasta Ino ya se había acostumbrado a Akamaru y en ocasiones jugaba con él, Naruto se la pasaba abrazando a Hinata mientras ella se ponía roja como jitomate y ambos se ganaban una mirada asesina de Neji, solo que este no le podía hacer nada al rubio porque Tenten no lo dejaba, Temari se la pasaba coqueteándose con Shikamaru y Sasuke empezaba a platicar mas con Sakura.

    Todo parecía ir de maravilla pero ese día no quise ir con ellos.
    Cuando todos se fueron me dirigí a mi habitación para ponerme una pijama, posteriormente salí y fui a la habitación del pelirrojo, toque y unos segundos después se escucho su voz desde dentro, -Pase-.

    Me introduje en la habitación
    -Gaara, deja que me quede esta noche contigo, quiero despertar a tu lado como antes aunque sea la última vez- dije.
    -¿Cómo?, Natsumi nada volverá a ser como antes, así es que regresa a tu habitación- contesto muy sorprendido.
    -Por favor, se que aun sientes algo por mí, si no fuera así entonces no habría tanto dolor en tus palabras, solo quiero dormir a tu lado, jugar con tu cabello, abrazarte, pero si esta vez dices que no entonces no volveré a insistir-.
    -Está bien- contesto caminando hacia su cama y levantando la cobija en señal de que podía ir a acostarme.

    Me encamine a la cama y me recosté a su lado, deseaba tanto volver a tocar su rostro, su cabello y esa noche por fin pude hacerlo.
    Abrace a Gaara, el pareció extrañarse e intento alejarse pero por alguna razón no lo hizo, recargue mi cabeza en su pecho.
    -Gaara, ¿recuerdas cuando nos conocimos?, jamás olvidare ese día, jamás lo olvidare te lo prometo, desde ese momento supe que eras especial para mí- dije aun abrazada de él.

    -Si lo recuerdo, has sido la única persona además de mi hermano y de Naruto que no me ha visto como un monstruo, no me miraste con miedo como los demás y e sonreíste a pesar de que acababas de conocerme, no he olvidado eso y aunque no quisiera decir esto, duele, duele mucho amarte y tener que forzarme a olvidar lo que siento- contesto correspondiendo a mi abrazo.
    -Shhh- dije tapando su boca con un dedo para después besarlo lentamente y con mucha ternura, era la primera vez en casi una semana que los besaba pero para mí era una eternidad.

    Después de eso ninguno de los do dijo nada y sin desearlo nos quedamos dormidos el uno junto a él otro abrazados, sentía la respiración de Gaara sobre mi cabeza y creí que eso era lo más bello que podía haber sucedido.

    -Es hora de irme, tengo que cambiarme para bajar a desayunar y también dedo hacer unos pendientes antes de la ceremonia en donde firmaremos la alianza entre Suna y la aldea oculta entre el cristal- comente con la mirada perdida al momento de levantarme.
    -No tienes que explicarme nada haz lo que tengas que hacer, no me interesa, ahora sal de mi habitación que tengo que cambiarme- contesto cortante el pelirrojo. No me quedo de otra que salír de la habitación.

    El medio día llego muy rápido pero antes de dirigirme a la ceremonia mande llamar a Sasuke.
    -¿Puedo pasar me dijeron que querías verme- pregunto desde afuera de mi habitación el pelinegro.
    -Sí, pasa-, cuando estuvo dentro continué –Sasuke ya es hora, veme bien ya que debes lucir exactamente como luzco ahora, pero antes da una vuelta quiero verte bien para que la transformación sea un éxito-.

    El obedeció y después empezó a llevarse a cabo mi plan. Sasuke se había transformado en mí, incluso traía el mismo kimono blanco con bordes negros por la parte exterior y guinda por la parte interior con un obi del mismo color.
    Había recogido mi cabello en una media cola dejando los mechones a un costado de mi rostro y era maravilloso que el luciera igual que yo, ahora era mi turno y a decir verdad no me veía tan mal, ante la vista de todos yo sería Sasuke.

    Salimos de la habitación y ahí nos dirigimos a la plaza y ahí cada quien tomo su lugar.
    Un ministro dio unas palabras de introducción.
    -Kasekage-sama, Natsumi-sama acérquense- menciono para luego decir –Firmen aquí- señalando la hoja. Gaara firmo primero y “yo” después, pero al parecer el pelirrojo se dio cuenta de todo porque ha mirado de manera muy extraña a un Sasuke transformado en mí, pero aun así no dijo nada. Todo siguió normal, después firmar el ministro tenía que amarrar el extremo de un listo en la muñeca de Gaara y el otro en la muñeca de la Natsumi falsa.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  11.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    4397
    Re: La arena y el cristal

    Lo que duele amarte

    Terminando todo Gaara se alejo del lugar y yo detrás de él, pero antes de alcanzarlo volví a mi forma normal al igual que Sasuke o al menos eso supuse.
    Me acerque –Ven conmigo- dije tomándolo por el brazo.
    -¿Por qué haces esto?- pregunta caminando a mi lado.

    Durante el trayecto no cruzamos palabra pero en el momento que llegamos a la cascada en donde ya había estado antes todo se aclararía, después de todo no habría manera de que fuéramos interrumpidos ya que ese era “mi lugar secreto”.
    -Siéntate le indique, el lo hizo.
    -¿Por qué hiciste eso? Sabes perfectamente que me he dado cuenta de que la persona que ha firmado es Sasuke- dijo casi gritando, en verdad era la primera vez que lo veía tan alterado.
    -Y si te has dado cuenta entonces ¿Por qué no has dicho nada?- conteste con otra pregunta.

    -A decir verdad no lo sé, no sé porque encubrí a una traidora- contesto Gaara a mi pregunta.
    -No soy ninguna traidora, lo he hecho porque no puedo asumir un puesto que le pertenece a mi hermana y además la quiero tanto que no soy capaz de traicionarla quitándole al hombre que ama, no soy traidora porque no he pensado en mi, ¿eso aclara tu duda?- conteste.
    -Pero ¿Qué pasara contigo?- pregunto ahora preocupado.
    -No lo sé tal vez me expulsen de la aldea y me traten como a una traidora o quizás me encierren en prisión. Gaara eso no importa, yo solo quiero saber que hice para que trates así, ¿Por qué me tratas como una desconocida?- cuestione al pelirrojo pero este trato de levantarse para huir del lugar, era más que obvio que no quería responder.

    -Látigo de cristal- mencione antes de atraparlo con mi técnica.
    Pasaron 15 minutos aproximadamente y él seguía en silencio.
    -Gaara contesta o huye de una buena vez, ambos sabemos que puedes librarte fácilmente de esta técnica.
    -Natsumi, ya puedes dejar de fingir, ya he firmado la alianza, sé que no te importa lo que siento porque sales con mi hermano. Se lo que Akemi siente por el pero no se a que estás jugando, vamos los vi abrazados, es evidente que hay algo entre ustedes- contesto al fin.

    Me paralice ante su respuesta, así que era eso, el nos había visto abrazados, aun sostenía el látigo de cristal con el dedo anular y medio de la mano derecha. Me hinque para quedar a la altura de Gaara, acaricie su rostro y fue entonces cuando lo libere del látigo.
    -Él me abrazo porque estaba llorando- dije mirándolo a los ojos, -Desde ese momento deseaba que no llegara el día de la boda, desee jamás haber llegado a semejante acuerdo, no quería lastimar a mi hermana y tampoco a ti así que le dije que quería hablar con él para ponernos de acuerdo en cómo les íbamos a explicarles exactamente la situación y de esa forma llegar a una solución, pero yo me puse a llorar y él me abrazo- continué.

    Gaara me miro sorprendido y a la vez con un poco de arrepentimiento.
    -No te culpo, en realidad fue culpa mía por no decirte nada, Gaara te amo y quiero darte un regalo- dije. El me miro con gran sorpresa pero no dijo nada.
    Con un ligero movimiento de manos forme un kunai de cristal y lo coloque en el suelo, después cerré los ojos y sobre mi mano derecha empecé a formar una rosa de cristal con la mano izquierda dejando un pequeño espacio en el centro de aquella rosa.

    Tome las manos del pelirrojo y puse la rosa en ellas, luego lleve mis manos a mi cuello y desabroche un collar que llevaba desde pequeña ya que había sido un regalo de mi madre y lo coloque dentro de la rosa. Recogí el kunai del suelo e hice una pequeña cortada en mi dedo índice para después acercarlo a la rosa y deje caer unas cuantas gotas de sangre sobre el collar, posteriormente hice lo mismo con el dedo índice de Gaara y cerré la rosa encerrando en ella las gotas de sangre en el collar.

    -Casi lo olvidaba, esto también es para ti- dije sacando una carta que había escondido en el obi.
    -Gracias, Natsumi perdóname pero es hora de volver a Suna- contesto.
    -Sí, te acompaño a la entrada pero ¿no te vas a despedir de tus amigos?- pregunte.
    -No, por favor diles que me tuve que ir, que no es nada importante pero no podía estar mucho tiempo por el cargo que tengo ahora- conteste, yo asentí con la cabeza y me levante para después ayudarlo a levantarse, caminamos hasta la entrada sin decir nada, pero estando ahí; -Natsumi, agradezco todo lo que me has dado, me has enseñado muchas cosas, bueno no se que mas decir, creo que ya es momento de decir adiós- dijo parado frente a la puerta principal de la aldea.

    -Bueno no soy buena con las despedidas así que solo diré hasta luego y gracias por todo- dije tendiéndole la mano para que la estrechara, pero en vez de eso rodeo mi cintura con la arena y me acerco lentamente a él, me miro a los ojos y acaricio mi mejilla, fue acercando cada vez más sus labios a los míos.
    -Pe…pero- proteste, -No me importa que nos vean, ya no- contesto antes de posar sus labios sobre los míos, fue como si en ese momento nos convirtiéramos en uno. Él seguía besando mis labios tiernamente mientras al mismo tiempo que acariciaba mi rostro y yo jugaba un poco con su cabello.

    El sentir su brazo rodeando mi cintura aprisionándome contra su cuerpo me hizo sentir suya, tantas emociones se juntaban y todas ellas me indicaban que era suya, que nuestro amor era más fuerte que cualquier obstáculo, que cualquier otra cosa.

    Poco a poco nos fuimos separando y nos miramos, lo abrace con lagrimas en los ojos, después de soltarlo el dio media vuelta dándome la espalda y desapareciendo al instante.

    Limpie mis lagrimas y sonreí un poco para después caminar de regreso a casa, fui directo a mi habitación pero antes de que me pudiera poner cómoda entro mi hermana.
    -Los ministros te han acusado de traidora, ¿lo sabes?, ¿Qué has hecho?- dijo alterada casi gritando.
    -Me he Asegurado de que seas feliz- conteste abrazándola.
    -Pero ¿Cómo?, ¿Qué pasara contigo?- replico
    -Kankuro se casara con la persona que ha firmado la alianza y ciertamente la firma que está en ese documento no es la mía, serás feliz con él y no me interpondré mas, no sé que pasara conmigo pero por ahora no pueden hacerme nada por ser hija del anterior feudal, o al menos eso creo- dije con una sonrisa.

    Akemi solo me miro con lagrimas en los ojos, -Cuando sea feudal te liberare de tus cargos, ya lo veras- dijo para consolarme.
    -Está bien, ven quiero enseñarte tu vestido de novia, yo lo escogí así que espero que te guste, aunque si no es así puedes elegir uno que sea de tu agrado- sonreí, y la guie a mi armario para mostrarle dicho vestido.
    -Es precioso, está muy bien para mi, gracias- comento tomando el vestido viéndolo de arriba hacia abajo con una gran sonrisa.

    Akemi miro un buen rato el vestido hasta que la interrumpí con un comentario que al parecer no le gusto para nada. –Anda, llévalo a tu habitación y cámbiate para que vayamos a la feria con los demás- ella solo me miro y movió la cabeza resignada.
    -Ya quita esa cara, aprovecha porque después de tu boda iré a buscar mi felicidad- dije sacando un short negro y una playera que pensaba combinar con unos tenis del mismo color que el short, para después recoger mi cabello en una cola. Para mi sorpresa Akemi sonrió sin decir nada.
    Salimos de la casa y en el jardín ya todos nos esperaban.

    -Natsumi-sama ¿hoy nos acompaña?- pregunto alegremente Hinata.
    -Umm… ¿En dónde está Gaara?- pregunto Shikamaru.
    -Al perecer ya tienes más confianza con tu cuñado- sonreí, - Bueno el me dijo que tenía que regresar a Sunagakure pero que ustedes se quedaran hasta el día de la boda y que se fueran con calma- conteste pero ante esta respuesta conseguí que el chico se pusiera mas rojo que una manzana y todos se empezaron a reír.

    -Natsumi-sama entonces ¿puedo ser su acompañante esta noche?- grito Lee abrazándome a lo que asentí con la cabeza.
    Esa noche fui testigo de lo bien que lucían las parejitas, era divino y así como ese fueron los próximos dos días.

    Cuando llego el tercer día después de ese mi hermana se casaría, así que busque un atuendo ideal para la ocasión y opte por un kimono rosa clarito que bien podría parecer blanco, con flores rosas en las mangas, espalda, cuello y de la cintura hacia abajo, con un obi dorado y getas del mismo color. Recogí mi cabello en un chongo.

    Cuando termine de vestirme salí de mi habitación dirigiéndome a la sala vi a mis amigos de Konoha.
    Hinata opto por un kimono azul cielo con flores azul rey por todos lados, un obi plateado, decidiendo así llevar su cabello suelto. Ino vestía un kimono color lila con flores blancas, Temari utilizo una yukata como las que siempre usa solo que esta en color uva, Sakura opto por un kimono rosa con hojas de cerezo estampadas por todos lados, Tenten escogió un kimono amarillo con flores naranjas que destacaban en las mangas, -Matsuri escogió un kimono azul turquesa sin ningún adorno.

    Con respecto a los chicos, todos escogieron una vestimenta en telas opacas a diferencia de las chicas que utilizaron sus atuendos en telas brillosas, a excepción de Temari y Matsuri.

    Sasuke opto por una yukata azul marino con el símbolo de los Uchiha en la espalda, Shikamaru vistió una yukata en tono gris perla, Naruto utilizo una azul rey, Neji una blanca, Kiba utilizo una yukata en color gris oscuro con unas líneas diagonales rojas en las mangas y al final Lee decidió que su atuendo debería ser color verde con cuello amarillo.

    Todos nos dirigimos a la plaza en donde sería la ceremonia, en ella habían acomodadas sillas en frente del altar, que serian ocupadas por los pocos invitados. Había un pequeño camino por donde debía pasar la novia formado con pétalos de rosas blancas y había un pequeño arco adornado con rosas de igual manera blancas en donde se colocaría el sacerdote.

    La ceremonia comenzó y vimos llegar a Akemi con el kimono blanco que yo había escogido, solo que ella había decidido añadirle bordados plateados en las mangas y en el cuello, recogió su cabello en un chongo y coloco pequeñas flores blancas en forma de tocado, se coloco enfrente del arco en donde ya se encontraba Kankuro con un kimono negro con bordados plateados en las mangas.

    Termino la ceremonia y nos dirigimos a casa en donde se daría un banquete en festejo a la ceremonia. Terminando todo este despedimos a los invitados, y nos fuimos a dormir.
    Esa sería la primera noche que Akemi pasaba con Kankuro, pero como ya no cabían en una habitación común se quedaron en la habitación que era de mis padres.

    Al día siguiente despedimos a todos nuestros invitados, que en el camino de mi casa a la puerta principal de la aldea no dijeron nada, pero ya estando ahí;
    -Adiós hermanito, felicidades, se muy feliz y que no se te olvide visitarnos pronto- decía Temari, -Adiós Natsumi, después de todo creo que ya no me desesperas tanto como antes- ahora se dirigía a mi sonriente.
    -Gracias por todo Natsumi- sama, felicidades Akemi-sama, nos vemos luego- dijeron todos los shinobis de Konoha al unísono para después uno por uno darme un abrazo de despedida al igual que al nuevo matrimonio.
    -Adiós chicos y vuelvan cuando gusten, por cierto esto es para Tsunade-sama- dije entregando a Neji un sobre con la otra mitad del dinero que debía pagar por la misión.
    -Hasta pronto Matsuri- dije al ver que la chica estaba muy molesta y no se había despedido, pero no podía olvidar mis modales.

    -Es hora de irnos- ordeno Neji a sus compañeros.
    -Matsuri vámonos- dijo Temari jalando a la chica antes mencionada y al instante todos se esfumaron.

    Después de eso Akemi, Kankuro y yo regresamos a casa. Estuve casi todo el día sola ya que mi hermana no se separaba de su ahora esposo, así que cuando llego la hora de fui a mi habitación a preparar la maleta, en realidad solo me dispuse a llevar mi mochila con dos mudas de ropa y mi estuche de armas con unos cuantos kunais y shuriken por si en el camino había dificultades, para después irme a dormir.

    Al amanecer me bañe y baje a desayunar con mochila en mano
    -¿Te vas?- pregunto nostálgica mi hermana.
    -Sí, decidí que sería mejor irme hoy para llegar un poco después que Temari y Matsuri, al paso que van llegaran en dos días y yo llegare en tres si voy a la velocidad de un ninja o quizás en cuatro, pero espero que no- conteste aun comiendo mi anmitsu.

    Cuando terminé mi comida me levante y camine hacia mi hermana para abrazarla y besar su frente, luego abrace a Kankuro y dije; –Me voy, los veré pronto- con una sonrisa.

    Salí de mi casa y camine a la puerta principal de la aldea para posteriormente tomar el camino que me llevaría a la aldea de la arena.
    *Ya han pasado dos días, buscare un lugar para pasar la noche que tenga baños termales y así llegar mañana un poco más relajada* pensaba.
    Camine solo un poco mas y llegue a una posada con unos baños termales, estuve un rato en el baño y después fui a mi habitación.

    Hoy es el día en que por fin veré a Gaara, busco un kimono que había estado guardando para esta ocasión, es color morado con flores blancas que llevan un toque del color del kimono en el centro, y un obi color rosa. Recojo mi cabello en una media cola y salgo del lugar para continuar mi camino.

    A lo lejos veo la entrada a la aldea y me acerco.
    -Busco a lord kasekage, ¿puedo pasar?- pregunte a uno de los shinobis que custodiaban la entrada, pero ellos no contestan, solo se hacen a un lado para permitirme el paso.

    Conozco el camino hacia el despacho del kasekage así que voy directo hacia alla, en el camino me he encontrado a Temari.
    -Pero tú, ¿Qué haces aquí?- pregunta molesta.
    -Temari por favor dime ¿en dónde está tu hermano?- contesto con otra pregunta.
    Suspiro resignada, -Ven- me jalo hacia el despacho de Gaara y por la ventana me señalo una colina que esta no muy lejos de aquí.
    Salgo corriendo y me dirijo al lugar que me ha indicado Temari.

    Días antes…

    P.O.V. Gaara

    Ya he llegado a mi aldea, me dirijo a mi casa sin decir nada y me adentro a mi habitación, había estado pensando en la última conversación que tuve con Natsumi. No me había atrevido a leer la carta que me entrego, pero ahora me dispongo a hacerlo, la saco del bolsillo de mi pantalón y la abro lentamente, poso mis ojos sobre ella y comienzo a leer:

    + ¿Sabes?, duele mucho tener que aceptar tu destino y más si este está muy alejado de lo que deseas.
    Duele que mi destino sea desaparecer de tu vida justo cuando te he encontrado y deseo cada día estar a tu lado.
    Duele haber luchado por estar junto a ti y no haberlo conseguido,
    Duele saber que me amas y que aun lo niegas,
    Duele llorar por tu amor cada noche,
    Duele desear tus besos y que tú estés tan distante,
    Duele saber que te amo y no querer dejar de hacerlo,
    Duele tener que desaparecer de tu vida una vez más,
    Y también duele saber que sufres porque aun me amas.
    ¿Sabes?, esta vez no quiero que duela mas, esta vez quiero saber que estaremos bien y que aunque el destino nos quiere separar una vez más, no nos daremos por vencidos.
    Quiero saber que me amas y deseo que sepas que ese amor es mi fortaleza,
    ¿Sabes?, te escribo para que tengas algo más que solo recuerdos míos.
    Te escribo para que sepas que te amo y que no romperé mi promesa… jamás te olvidare.
    Hasta pronto.

    Una lágrima cae sobre mi mejilla, estrujo la carta contra mi pecho y me quedo sujetando la carta aun contra mi pecho.

    Han pasado varios días desde que he leído esa carta y ahora me encuentro aquí en esta colina mirando el cielo.

    Fin P.O.V. Gaara

    He llegado al lugar en donde se encuentra Gaara, él está de espaldas con la mirada fija en el cielo.
    -¿Ho…hola?- digo muy nerviosa ya que no sabía que reacción podría tener el pelirrojo.
    El voltea a verme y camina unos cuantos pasos a donde me encuentro, besa mi frente y me abraza fuertemente, yo le abrazo por la cintura.
    -Bienvenida- dice, acercándose cada vez más para besarme y justo unos instantes antes de que nuestros labios se unieran, se dirige un kunai directo hacia mí el cual detengo con mis dedos índice y medio de la mano derecha.

    -¡Aléjate de él, no dejare que vuelvas a lastimarlo!- Grita furiosa Matsuri que había sido la responsable de haber lanzado el arma. Con mis dedos lanzo el kunai hacia ella.
    -Detente- indica Gaara sorprendido aun por mi actitud.
    -Barrera de cristal- digo protegiendo a la chica con una barrera. –Ay qué mal, de cualquier manera no pensaba lastimarla- contesto de forma sarcástica y burlona.
    -Matsuri, retírate por favor- ordena mi chico y al instante ella sale corriendo de ese lugar.
    -Ahora vuelvo, iré a hablar con ella- digo, -No te preocupes no será nada malo- continuo al ver la expresión en el rostro del pelirrojo, que indicaba que estaba a punto de regañarme por mis actos.

    Beso sus labios y me dispongo a buscar a Matsuri;
    -Por fin te encontré y quiero hablar contigo- menciono.
    -¿De qué?, ¿Qué acaso te gusta ver sufrir a Gaara-sama? Él es una buena persona y merece a alguien que lo ame tanto como yo, no una chica que lo dañe como lo has hecho- responde con los ojos llorosos.

    Sonrío sarcásticamente y me dirijo hacia ella, tocando su hombro digo, -Ya una vez lo deje y no pienso volver a hacerlo, tuviste tu oportunidad y la desaprovechaste así que de una vez te digo que lo amo y que no voy a perderlo, te guste o no la idea no me alejare de él jamás- dije para después ir de nuevo con Gaara, no me gusta ver llorar así a las personas pero sé que él será feliz conmigo y ella algún día lo entenderá.

    -He vuelto- digo y abrazo al kasekage por la cintura, él me mira y acerca sus labios lentamente a los míos y me besa lenta y apasionadamente, nos separamos pero él no dejo de abrazarme y miramos juntos lo hermoso que luce el cielo este día.

    Gaara me ha comentado que iremos un día a Konoha, quiere hablar con Naruto. Sé que eso sería muy lindo ya que podre convivir más con sus amigos.

    Ahora me encuentro viendo las nubes recordando todo lo que he vivido con el pelirrojo que conocí una noche en la rama de un árbol.
    No sé que pasara, ni siquiera sé si algún día me casare con él o si hare misiones para la aldea. Apenas tengo 18 años igual que él, pero de algo si estoy segura y ese algo es que de ahora en adelante luchare por lo que quiero sin darme por vencida y también estoy segura de que nunca había amado tanto a nadie como lo amo a él.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  12.  
    Kitzune

    Kitzune Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    26 Marzo 2010
    Mensajes:
    27
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La arena y el cristal
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    85
    Re: La arena y el cristal

    Las fotos de los kimonos que utiliza la protagonista las puse abajo del capitulo en donde son mecionadas, tambien viene una imagen de Kenshi, Natsumi y Akemi o al menos las fotos muestran alguna semejanza.
    Los personajes fueron creados primero y luego busque una imagen que se pareciera a estos.
    agradezco a Etsuko-chan por su apoyo en mi forma de narrar el finc.
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso