Microrrelato La última Navidad

Muchas historias tienen un comienzo, y son contadas desde un principio; a lo largo de páginas vamos caminando junto a los protagonistas, viviendo y sintiendo lo mismo que ellos. Pero hay otras historias, aquellas que son contadas desde el final.

Una de esas historias tiene que ver con dos personajes: Carol y Fernando; son la típica pareja de jóvenes que llevan una relación de varios años, un noviazgo desde la adolescencia próxima a dar el siguiente paso, el matrimonio.

Pero como en toda relación tiene sus altos y sus bajos. Podía contar como se conocieron, como se enamoraron, como fue el primer beso de ambos, pero ya se han contado muchas historias al respecto. Nuestra pareja protagonista está en una de esas etapas donde se discute por todo, hasta por lo más mínimo. Quizás alguno sea culpable, o tal vez no haya ninguno; el caso es que los planes de pasar las fiestas juntos fueron arruinados por una discusión, que desde el punto de vista de Fernando no tiene importancia. La relación pende de un hilo, lo mismo que el matrimonio.

Hoy es Noche Buena y Carol tiene un dejo de frustración por la aptitud de Fernando, cada vez que tiene que inventarse una excusa de porque no asistirá a la cena familiar hace que lo llegue a odiar más. Son las 8 de la noche y el timbre de la casa suena, Carol atiende y se consigue frente a frente con Fernando vestido de forma casual. Por un momento permanecen en silencio una frente al otro; Carol quiere gritarle, golpearlo, pero se tranquiliza. Antes de que diga algo Fernando trata de calmarla, se disculpa y le asegura que no molestará, que se sentará en un rincón si así ella lo quiere.

Van pasando las horas, la familia disfruta de la comida y la bebida; Carol ya no se siente tan molesta y de vez en cuando voltea a donde está Fernando, que permanece sentado en el mismo lugar, ajeno al mundo que lo rodea; en su mente recuerda esos tiempos felices que pasaron juntos. Ya casi es media noche cuando Fernando se levanta para marcharse, Carol lo ve y le sigue, por dentro siente que su corazón se desborda, no quiere perderlo definitivamente.

—Espera, no te vayas todavía. —La joven se sostiene la mano para no aferrarse a él.
—Ya es muy tarde y debo irme. —Le contesta Fernando con la voz entre cortada.
—Solo un poco más, por favor.
—Cierra los ojos.
—¿Qué?
—Cierra los ojos, por favor. Confía en mí.

La chica cierra los ojos y siente como su cuerpo es rodeado por un par de brazos, siente que calor del cuerpo de su amado.

—Perdóname, Carol.

Carol siente unos dedos que limpian una lágrima que estaba naciendo en su ojo izquierdo y luego una brisa tenue. Cuando abrió los ojos se encontraba sola, pero la brisa le trajo un murmullo.

—Lo siento mucho, perdóname por favor.

En ese momento rompió en llanto cuando entendió lo sucedido.