República de Shinryu Kogyo, poblado minero

KOGYO

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El poblado minero de Kogyo, situado entre pequeños montes escarpados que se encuentran en las proximidades de la costa este de Shinryu, es un cálido lugar que sirve de refugio para muchos turistas que entran sin conocer del frío que hace habitualmente en la república. Con sus aguas termales y su ambiente tradicional y acogedor, no es un pueblo grande en absoluto, pero muchos pagarían una fortuna por vivir en él.

Pese a lo humilde de esta población, es uno de los principales focos de riqueza y recursos de toda la República: en el pueblo la mayoría de residentes son mineros, encargados de explotar las gigantescas Minas de Kogyo, ligeramente al norte. Y esas minas son conocidas en toda Ilumbra por ser el yacimiento más rico en minerales jamás descubierto.

Contenido oculto: Comercios

Posada: cura el 100% de PS y PM del grupo. 40 guiles.

Baños termales: cura todos los PS y PM de un personaje, y llena su trance al 50% como máximo. 100 guiles.

Tienda de armas:
- Martillo picudo (15 Daño físico) (Req.: 5% dominio) (180 guiles)
- Palo de senderismo (15 Daño físico, daña a la defensa mágica enemiga) (Req.: 5% dominio) (180 guiles)
- Palo alado (15 Daño físico, daña a la defensa mágica enemiga, elemento aire) (Req.: 5% dominio) (210 guiles)
- Romperrocas [Mangual] (15 Daño físico) (Req. 5% dominio) (150 guiles)
- Mangual largo (10 Daño físico, hace el mismo daño a los enemigos de la fila trasera) (Req.: 5% dominio) (300 guiles)
- Bastón de vida (-50 Daño físico, este bastón cura a los aliados si se les ataca en ratio x0,33) (Req.: 15% dominio) (700 guiles)
- Bastón resurrector (-100 Daño físico, este bastón puede sanar con ratio x0,33 a aliados caídos, devolviéndoles a la vida) (1000 guiles)
- Mandoble de plata (20 Daño físico) (Req.: 5% dominio) (200 guiles)
- Mandoble refinado (15 Daño físico, al golpear tendrá 1/3 de posibilidades de subir la defensa propia ligeramente) (Req.: 10% dominio) (280 guiles)
- Estoque mágico [Espada] (10 Daño físico, aumenta el poder mágico del portador en un 5%) (Req.: 15% dominio) (500 guiles)
- Espada rápida (10 Daño físico, aumenta la velocidad del portador en un 5%) (Req.: 15% dominio) (500 guiles)
- Matamagos [Daga] (10 Daño físico, tiene 1/10 posibilidades de causar Mudez con cada golpe) (Req.: 10% dominio) (250 guiles)
- Apagaluces [Daga] (10 Daño físico, tiene 1/10 posibilidades de causar Ceguera con cada golpe) (Req.: 10% dominio) (250 guiles)
- Estrella nevada [Escudo] (+5 defensa mágica, hace resistente al elemento frío; solo se puede equipar si se posee la habilidad "Activar escudos". Otorga un 10% de posibilidades de bloquear ataques mágicos) (400 guiles)
- Garras rápidas (-10 daño físico, golpeará dos veces en sus ataques básicos) (Req.: 10% dominio) (300 guiles)
- Pica [Lanza] (+10 Daño físico, puede golpear a enemigos en la fila de atrás con el mismo daño) (Req.: 5% dominio) (300 guiles)
-Pavés de plata (+15 daño físico) (Req.: 10% dominio) (150 guiles)
- El Férreo [Pavés] (+10 Daño físico, cada vez que se ataque, se tiene un 1/10 posibilidades de que el usuario reciba Coraza automáticamente) (Req.: 15% dominio) (500 guiles)

Tienda de armaduras:
Cuerpo:
- Traje de enfermero (+2 defensa mágica. Concede un extra de 5% de dominio de bastones si se lleva equipado) (230 guiles)
- Abrigo de garula (+5 defensa, +5 defensa mágica) (210 guiles)
- Abrigo de mu (+5 defensa, +5 defensa mágica, hace resistente al elemento frío, pero débil al elemento fuego) (220 guiles)
Cabeza:
- Casco de minero (+3 Defensa, hace resistente al elemento tierra) (180 guiles)
- Gorro de lana (+3 defensa mágica, +3 Espíritu) (210 guiles)
- Casco de malla (+3 Defensa mágica, concede un extra de 5% de dominio de espadas si se lleva equipado) (230 guiles)
Pies:
- Botas de minero (+3 defensa, +1 velocidad) (170 guiles)
- Botas de nieve (+8 velocidad, hace resistente al elemento frío) (200 guiles)
- Botines de metal (+8 defensa, +8 defensa mágica, -5 velocidad) (250 guiles)
Piernas:
- Peto de minero (+2 defensa, concede un extra de 5% dominio de martillos si se lleva equipado) (230 guiles)
- Pantalones de capataz (+3 defensa, +2 Terapeucidad, otorga un extra de 5% dominio de látigos si se lleva equipado) (260 guiles)

Tienda de objetos:
- Poción (+20 PS, ratio x0,1): 30 guiles
- Éter (+10 PM, ratio x0,1): 80 guiles
- Ultrapoción (+50 PS, ratio x0,4) (60 guiles)
- Ultraéter (+20 PM, ratio x0,25) (120 guiles)
- Antídoto (cura el estado Veneno): 40 guiles
- Caldo (cura el estado Congelación): 60 guiles
- Analgésico (cura el estado Molestia): 60 guiles

Contenido oculto: Encargos

- Capataz minero [solo con Brigid en el grupo]: ???

- Guardia shinrianés [solo con Calum en el grupo]: "Un enorme problema"
Objetivo: Elimina al Humbaba cerca de Kogyo
Cumplido por: Brigid y Fauna
Recompensa:
-Hierro x4
-Plata x2
- Cola de fénix x2
-Ropaje raído x4

- Herrero: "Reinventarse o morir"
Objetivo: Fabrica un arma que no sea ni una espada ni un arco.
Cumplido por: Rigel
Recompensa:
- Cuero rígido (x2)
- Piel de serpiente (x2)
- Piel de sapo (x2)
- Piel de mu (x2)

Contenido oculto: Ciudadanos

- Oh, anciano anticuado
>> Comandar: 30%
>> Solicitar: 30%
>> Ayudar: 80%
>> Intimidar: 80%
>> Espiar: 50%
>> Preguntar: 50%
>> Engatusar: 90%

- Wang, noble caído
>> Comandar: 30%
>> Solicitar: 20%
>> Ayudar: 40%
>> Intimidar: 70%
>> Espiar: 70%
>> Preguntar: 50%
>> Engatusar: 0%

- Rika, niña adorable
>> Comandar: 0%
>> Solicitar: 30%
>> Ayudar: 40%
>> Intimidar: 90%
>> Espiar: 50%
>> Preguntar: 50%
>> Engatusar: 0%

- Mi'hen, áureo exiliado
>> Comandar: 80%
>> Solicitar: 90%
>> Ayudar: 80%
>> Intimidar: 0%
>> Espiar: 20%
>> Preguntar: 80%
>> Engatusar: 20%

- Monika, escritora desconfiada
>> Comandar: 60%
>> Solicitar: 80%
>> Ayudar: 60%
>> Intimidar: 40%
>> Espiar: 0%
>> Preguntar: 90%
>> Engatusar: 70%

- Walter, eleano arrepentido
>> Comandar: 70%
>> Solicitar: 70%
>> Ayudar: 60%
>> Intimidar: 30%
>> Espiar: 30%
>> Preguntar: 60%
>> Engatusar: 70%

- Makoto, joven valiente
>> Comandar: 90%
>> Solicitar: 80%
>> Ayudar: 10%
>> Intimidar: 0%
>> Espiar: 40%
>> Preguntar: 40%
>> Engatusar: 60%

Contenido oculto: Servicio de síntesis: Artesanía

Servicio de síntesis de artesanía:
En los puntos de síntesis, se os ofrecerá un ingrediente base y podréis añadir más de entre objetos robados a enemigos u obtenidos en misiones o comprados para crear distintos artefactos. Ciertos objetos sirven para crear cierto tipo de utensilios, así que no todos servirán en todos los puntos de síntesis.
Este punto de síntesis permite crear armas y armaduras. Dependiendo del punto de síntesis de artesanía y el material base que use, cada artesano será especialista en crear armas o armaduras, una de las dos; pero todos podrán crear ambos tipos de equipamiento dependiendo de lo que le deis.
La artesanía, sin embargo, tiene algo especial: algunas armas y armaduras se pueden mejorar de este modo. Esto quiere decir que puedes usar una de tus armas/armaduras como ingrediente. Incluso puedes combinar dos de ellas usándolas como dos ingredientes, ¡o incluso tres! Siempre recuerda, eso sí, que existe el ingrediente base, y que si no tiene mucha coherencia la mezcla, estarás básicamente desperdiciando tus armas o armaduras, porque las transformarás en algo peor. ¡Piénsalo bien antes de mejorar cosas!
Para este servicio en concreto, debes pagar 50 guiles por ingrediente extra que aportes y 100 si introduces un arma o armadura como ingrediente. Máximo de 3 ingredientes extra. Si por ejemplo usas un arma y dos objetos, te costaría 200.

Material base:
- Aleación de metales

Piezas creadas:
- Espada célere (Aleación de metales + Espada rápida + Pluma de Chocobo) (Clase: B)
- Octogonal [Palo] (Aleación de metales + Rubí + Zafiro + Esmeralda) (Clase: B)
- Garras de fang (Aleación de metales + Cualquier garra sin propiedades especiales + Colmillo afilado (uno o varios)) (Clase: B)
- Peto de oro (Aleación de metales + Cualquier armadura de pecho + Oro + Oro) (Clase: B)
- Fusil reforzado (Aleación de metales + Ceniza de bom + uno o dos minerales de rareza 1/2) (Clase: C)
- Armadura sólida (Aleación de metales + Un mineral de rareza 2 + uno o dos minerales de rareza 1/2) (Clase: C)
- Arco de gigante (Aleación de metales + Cualquier arco grande + Cualquier palo) (Clase: C)
- Arco pesado (Aleación de metales + Cualquier arco sin propiedades especiales + Hierro (uno o varios)) (Clase: D)

Contenido oculto: Recetas no asignadas

Recetas descubiertas:
- Esencia lumínea (Licor de Hitoki + Esencia mágica + Cristal luminoso)
- Esencia sombría (Licor de Hitoki + Esencia mágica + Cristal oscuro)

 

~Fauna~

Kogyo era un poblado pequeño cuya economía se cimentaba sobre la minería boyante en esa zona de Shinryu. Las casas rurales estaban construídas sobre las rocas escarpadas y de las profundidades de la tierra manaban lagos de aguas termales. Era un ambiente sumamente cálido comparado con el resto del frío continente. Especialmente viniendo desde Hitoki.

Fauna se tomó su breve tiempo en observar a su alrededor. Era la primera vez que estaba ahí y las aguas termales se veían tentadoras. Cuanto agradecería su cuerpo maltratado un poco de agua caliente...

Sin embargo no estaba allí por turismo. No era una forastera en busca de los placeres de Shinryu. Tenía algo que hacer.

Como recordándole su cometido el escudo destelló bajo el intenso sol del mediodía.

Así caminó hasta los pequeños puestos comerciales pasando desapercibida entre el pobre afluente de personas. Era... una tienda de armaduras. Tenían a la venta distintos trajes y protecciones. Los ojos ambarinos de Fauna se clavaron en los del comerciante desde la seguridad de la capucha.

—Tengo algo que podría interesarle—le dijo apaciguada y serena—. ¿Cuanto ofrecería por genuina artesanía áurea?

 

Cuando Fauna entró en la tienda, el hombre, un señor con ojos rasgados, una especie de monóculo frente a su ojo izquierdo y cabellos y perilla grisáceos, la observó con interés.

—¡Ah! Hola, señorita, bienvenida a mi tienda —le dijo, acariciando la perilla conforme la vio acercarse con el escudo—. ¿Qué me traes? ¿Un escudo?

Lo tomó entre sus manos, observándolo con cuidado.

—Vaya, vaya. Es un escudo interesante. Bien tallado, muy bien trabajado el metal. Y este emblema, es el de Áurea. Interesante muy interesante —le dio un par de golpes, con la mano cerrada en puño—. Hum. Es resistente, aunque no demasiado. Tiene más belleza que calidad protectora, desde luego. Como obra de arte está bien, pero como escudo, hum. Normal, diría yo.

Le devolvió el escudo, sonriente.

>> Te ofrecería por él 600 guiles. Es una oferta generosa, ¿no te parece? No creo que te den nada más por él en otra tienda especializada, a decir verdad; por bonito que sea, no deja de ser un escudo mediocre. El extra de guiles se lo doy por su decoración tan cuidada, pero no por su calidad.

Seiscientos... era una buena suma, sin duda. ¿Darían más en Tsuro o en Hitoki?

 

~Fauna~

Fauna escuchó en silencio el juicio del comerciante. Lo vio dar golpecitos al metal para comprobar su resistencia y rascarse la perilla canosa. Estaba interesado pero no demasiado... o tal vez pretendía jugársela. De algún modo le resultaba sibilino. Ella, una jovencita frágil que no aparentaba saber nada de la vida... parecía un objetivo fácil al que timar.

Por suerte o por desgracia Fauna era recelosa y desconfiada. La vida la había enseñado a serlo.

—Es un escudo decorativo—aclaró ella—. No de equipamiento.

Por supuesto que no tendría la resistencia de uno real. Estaba concebido como pieza de arte. Era delicado, pulido y de colores vibrantes. No aguantaría demasisdo en el campo de batalla.

Seiscientos... ¿era realmente una buena suma por él? A sus ojos valía más que eso. Tal vez no una fortuna... pero no esa cantidad.

>>Si lo compra por seiscientos puede venderlo como obra de arte por unos novecientos o mil guiles—sentenció con su frialdad usual—. Es un beneficio interesante... solo para usted. Puede dar más que eso.

No, Fauna no era alguien fácil a quien timar, desde luego. Por muy inocente que pareciese.

Así recuperó el escudo y dejó atrás Kogyo. Tsuro sería la próxima parada, hacia el oeste.

 

~Fauna~

Y fueron suficientes. Con estrépito y sin necesidad de ataques de aero, el Humbaba se desplomó inerte. Con un movimiento de mi bastón mi magia blanca sanó las heridas de Brigid y Aster. Lo habíamos conseguido y Calum, presa de una emoción que yo no podía emular, no tardó en salir corriendo hasta la entrada del pueblo.

Kogyo... las minas.

Esa era nuestra próxima parada.

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omg juego tanto a Genshin que en vez de 'aero' iba a poner 'anemo' que es como se llama el elemento viento ahí xD help me pls

 

Calum, Aster, Brigid y Fauna llegaron al fin a Kogyo. Aunque la áurea había estado allí hacía no mucho, para Calum y para Brigid era la primera vez que veían esa ciudad... y Aster, aunque parecía conocerla, claramente no la pisaba en años.

El Shinryu y su Guardiana avanzaron más rápido que los otros dos, emocionados, mientras que Aster permanecía atrás con Fauna. Se cruzó de brazos, con una sonrisa débil.

—Así que ya hemos llegado —dijo, y su mirada pronto se enfocó en Fauna. El gesto se hizo más serio de repente—. Aquello que hemos visto, sobre Yggdrassil... y lo del grupo que quiere acabar con los árboles sagrados y va talando árboles por todas partes... creo que de momento es mejor guardarnos eso para nosotros, ¿sí, Fauna? No hagamos que corra el pánico entre las gentes de Shinryu por el momento. Tengo un mal presentimiento sobre esto, a decir verdad. Pero... creo que si algo malo va a pasar, el Maestro lo habrá visto. Por eso debemos seguir con nuestro viaje tal y como estaba escrito.

El rostro de Aster se ensombreció entonces, la mirada agachada, oculta. Casi avergonzada, de alguna manera. Pero pronto suspiró.

—... al fin y al cabo el Maestro puede ver el futuro. Dime una cosa, Fauna. Dijiste que la Suma Sacerdotisa áurea era la responsable de este asunto de los Sagrados, ¿no? ¿Por qué crees que haría algo así? ¿Crees que puede haber... percibido algo? ¿Quizá... visto el futuro?

Vaya, Aster era perspicaz. ¿Qué debía hacer Fauna? Era cierto que su hermana podía ver el futuro. Justo igual que el Maestro de Aster y los demás. Esa coincidencia... quizá podía tener alguna relación, ¿no?

>> Contarle a Aster sobre Flora y su capacidad de ver el futuro
>> No contarle a Aster sobre la adivinacón de Flora.

Tu decisión no influirá en el transcurso de la trama, pero sí podrá provocar pequeñas diferencias. De un modo u otro, el grueso de la trama acabará siendo la misma, eso sí.

 

~Fauna~

Vi a Brigid y a Calum salir corriendo emocionados nada más pusimos un pie en Kogyo. Podía entenderlo. Tanto tiempo recluídos en el templo despertaría la curiosidad de cualquiera ante un estímulo nuevo. Algo similar me había sucedido cuando recuperé la libertad tras mi secuestro... aunque mis sentimientos habían sido más de alivio que de curiosidad. En cualquier caso Aster y yo quedamos atrás, lado a lado.

Contarle sobre el asunto de Yggdrassil y los Sagrados a cualquiera tampoco me parecía conveniente así que me limité a asentir cuando Aster mencionó que lo mejor era mantenerlo en secreto por el momento. Era un asunto delicado. Los Cinco Sagrados eran la fuente de toda la magia de Ilumbra. Si se descubría que alguien pretendía destruirlos correría la anarquía y el pánico. Además yo también tenía un presentimiento extraño, algo que me había estado rondando la mente desde que descubrí la traición de mi propia raza.

Si el Maestro del templo del Shinryu había vaticinado una desgracia próxima... mi hermana también debía haberla visto. Y si tenía relación con los árboles, quizá...

—Mhm—respondí de forma directa y escueta. Mi voz seguía sin mostrar emociones, simplemente era incapaz de reflejarlas. Por eso a pesar de todo sonaba apaciguada y calma—. No sé qué motivos la llevarían a querer atentar contra los Cinco Sagrados pero...

Alcé la vista entonces y fijé mi mirada usualmente apática en los perceptivos ojos de Aster. No tenía motivos para ocultarlo. Las razones tras su comportamiento me eran desconocidas y su traición aún quemaba muy dentro. Y sin embargo quizás tuviese motivos para hacer lo que hizo.

—Flora también puede verlo.

O tal vez solo estaba estaba tratando de justificarla.

>> Contarle a Aster sobre Flora y su capacidad de ver el futuro.

 

Aster asintió con lentitud cuando Fauna le contó aquello. En sus ojos pudo ver sentimientos extraños, entremezclados de alguna forma. Como... alegría y tristeza a la vez. Como si descubrir aquello le hiciese preocuparse, pero, a la vez, fuese una especie de alivio.

Pronto habló.

—Lo imaginaba. Curioso que dos personas compartan el mismo poder. Pero más curioso es aún que dos personas que supuestamente deben ver lo mismo, tomen rutas tan distintas. Si la Sacerdotisa áurea quiere la caída de los Sagrados así, de repente... debe ser porque ha visto algo en el futuro que le hace anhelar esa caída. Pero entonces, el Maestro debería haber visto algo parecido. Por ello estoy extrañado: el Maestro nos ha mandado precisamente para que evitemos que la naturaleza sufra. Para que el Shinryu se entrene y pueda proteger al mundo y abrir las puertas al cielo. Sin embargo, ahí está la Sacerdotisa, viendo lo mismo y buscando frustrar esos planes.

Frunció el ceño, severo.

—A priori le veo dos explicaciones posibles. La primera es que uno de los dos mienta sobre el futuro que ha visto. O sobre el hecho mismo de ver el futuro. La segunda... es que sea cierto el futuro, pero con todo la Sacerdotisa quiera aprovecharse de ese futuro para su propio beneficio, pese a quien le pese.

Se llevó la mano al rostro, acariciando su perilla, reflexivo. Algo no le encajaba del todo, pero era extraño. Casi parecía estar haciendo un esfuerzo por lograr encontrar algo que no encajase.

—... ¿cómo funcionará eso de ver el futuro? Es extraño. Porque si la Sacerdotisa vio el futuro y actuó en consecuencia, entonces... ¿ya vio que el resultado de sus acciones? ¿Y el Maestro, habrá visto que existe otra como él y que sus acciones pueden alterar el futuro? Si la Sacerdotisa actúa porque vio el futuro, ¿eso cambiará lo que vio, o desde el principio estaba establecida su conducta? ... me parece tan complicado. Alguien que ve el futuro debería ser capaz de cambiarlo, ¿no?

Aster, desde luego, estaba sumamente intrigado con ese tema, y, de nuevo, daba la sensación de que estuviese dándole vueltas a algo que iba un paso más allá de todo el tema de los "adivinadores". Y, ciertamente, parte de su preocupación tenía sentido: que dos personas que viesen el mismo futuro tomasen decisiones tan opuestas era extraño, pero de poco servía ponerse a pensar en las intenciones de unos u otros.

Lo que realmente preocupaba ahora eran los Sagrados. Había que protegerlos a toda costa.

—¡Aster, Fauna! —exclamó Calum, correteando desde lejos, alzando la mano. Brigid le acompañaba, caminando tras él, siempre cerca de su protegido—. Ya hemos hablado con los mineros. Podemos acceder a las minas cuando queramos, ¡allí está la primera parada del Shinryu! En las minas debe haber unos grabados que me harán entender cuál es mi destino... tenemos que ir allí a verlos. El Maestro decía que era imprescindible que hiciese eso antes de embarcarme en mi peregrinaje de verdad. Allí será donde pueda encontrar la forma de probarme ante la gente como el Shinryu.

Así que había que acceder a las minas, ¿eh? Quedaban justamente al norte de Kogyo, no era difícil encontrarlas. Al fin y al cabo, el gigantesco agujero que formaban se veía desde muy lejos.

Curioso que le dejasen entrar sin mucha más explicación... aunque para los de Shinryu, tenía sentido. Si Calum podía ser el Shinryu, los shinryaneses desde luego le apoyarían. Para ellos era más sagrado aún que los Cinco.

—Bien —sentenció Aster—. Entonces descansemos si es necesario, y partamos cuando estemos preparados, ¿sí?

—¡De acuerdo! —exclamó Calum—. Y si de paso alguien necesita nuestra ayuda, ¡ahí estaremos! ¿Verdad que sí?

Se han añadido nuevos encargos.

 

Capítulo 3-4: Azares del destino
​

Cuando Calum, Aster, Brigid y Fauna salieron de las Minas, despreocupados y orgullosos de haber encontrado finalmente aquel extraño orbe, no tenían ni idea de que algo terrible había sucedido. Pero, cuando llegaron a la ciudad de Kogyo... no tardaron en enterarse. Corría la gente de un lado a otro, alterada, nerviosa, asustada. Soldados eleanos se adentraban en la ciudad, en una formación militar, todos rodeando la entrada de Kogyo. Ninguno de los cuatro chicos y chicas tenía ni idea de qué hacían ahí, ni qué estaba pasando. Pero no sonaba nada bien.

Pronto dio un par de pasos al frente uno de los comandantes en cuestión, un hombre con los pelos pegados al rostro, de color achocolatado, y ojos cargados de ojeras. Portaba una katana, y a juzgar por su uniforme azulado, distinto al resto, era el líder de aquellos hombres.

—¡Ciudadanos de Shinryu! Mi nombre es Sirius Wezen, ¡capitán del ejército eleano, segundo al mando de Darek, el Puño de Elérea! Como muchos habréis podido escuchar e incluso ver, recientemente hemos bombardeado el Monte Shinryu con nuestra tecnología Magitek, reduciendo a cenizas su templo. Ello en represalia por la terrible afrenta que voluntariamente ha iniciado Shen, el Alto Monje del lugar.

Los cuchicheos empezaron a sucederse de pronto. "A-Así que eso era lo que se oyó antes...", "Fue como un estallido, el monte debió quedar en la ruina", "¿Q-Qué nos pasará a nosotros ahora...?", comentarios de ese tipo se extendieron como la pólvora. Y Calum apretó el brazo de Aster y de Brigid, colocado entre ambos, los tres horrorizados. Fauna no podía sino contemplar su clara preocupación y terror, visible en todo el semblante de los tres monjes. Aquel monte, después de todo, y el templo en la cima de este... era el hogar de los tres.

—¿E-El Monte... destrozado? —musitó Calum—. El Maestro... ¿q-qué le habrá pasado al Maestro...?

—... estoy seguro de que debe estar bien. Todos... todos deben estar bien —sonrió Aster, tratando de fingir una alteración que era imposible de ocultar—. El Maestro podía ver el futuro. Si ese ataque sucedió, lo peor que habrá pasado es que el templo esté en ruinas... la gente habrá sido evacuada a tiempo. Tiene que... t-tiene que ser así.

Tenía miedo. Los tres tenían miedo. Y pronto todo el mundo allí presente iba a tenerlo, porque Sirius siguió hablando en alto.

—Sabed, gentes de Kogyo, que los monjes shinrianeses han atacado y dañado la base del Yggdrassil, uno de los Cinco Sagrados, y que ahora se debate entre la vida y la muerte. Quién sabe si lograremos mantenerlo en pie o terminará cayendo. Desconocemos las razones del ataque shinrianés a nuestro territorio, pero Elérea ha tomado cartas en el asunto, devolviendo el golpe al hogar de quienes hicieron tal atrocidad.

—E-Eso es... eso es mentira. ¡Eso es mentira! —Calum quería gritar, pero Aster le tapó la boca, chistándole.

—... claro que es mentira, ¡ninguno de los monjes del templo haríamos eso, y nos habríamos enterado si alguien de allí hubiese salido! Pero nadie salió, y nosotros vimos Yggdrassil caído nada más empezar el descenso, ¿no es cierto? Pero Calum, intenta mantener la compostura. No llames la atención. ... eres un monje, después de todo. Si te ven puede ser peligroso.

Lleno de ira, Calum aguantó, enrojeciendo incluso por la rabia, y no dijo nada más.

—Considerad esto como un aviso —siguió Wezen—. Elérea no quiere mayores conflictos y solo ha saldado la deuda: pero las acciones de Shen han sido un verdadero problema para nosotros y para toda Ilumbra, y si hay intereses shinryaneses de fondo, más allá de la voluntad del Alto Monje, esto puede derivar en una guerra. Por eso, ciudadanos de Kogyo, aquí declaro que esta ciudad pasará a ser tomada por el Imperio para servir de asentamiento en lo que acontecen las pertinentes reuniones con el Presidente.

Chasqueó los dedos, y los guardias de la ciudad vieron, impotentes, cómo decenas de soldados equipados con armas extrañas, armas magitek, se acercaban a ellos y los apuntaban de cerca, inmovilizándolos y amedrentándolos. En cuestión de minutos, las palabras de Sirius se hicieron realidad: Kogyo estaba a efectos prácticos bajo su total control. Eran... armas Magitek. Fauna no pudo sino recordar a Aura. Ella fue, al fin y al cabo, la que las creó, con el noble objetivo de permitir la mayor igualdad entre todos, usuarios o no de la magia, y la comodidad de la gente. Pero solo existían como armas, y Elérea, única portadora de la tecnología en cuestión, abusaba de ella hasta la saciedad.

—No os preocupéis, gentes mineras. No haremos daño a un solo civil, siempre que no déis razones para ello. Y decidiremos qué hacer con la ciudad una vez que las conversaciones con el Presidente hayan sido mantenidas. Por favor, en lo que resta, seguid con las vidas normales que habéis tenido hasta ahora. Por el momento, y salvo movimientos extraños... estáis a salvo.

Así fue como, de la noche a la mañana, se encontraban en una situación completamente terrible: el hogar de Calum y los demás estaba aparentemente destrozado, y no tenían ni idea de si Shen o el resto de sus compañeros estaría bien; Kogyo, la ciudad en la que estaban, se encontraba sitiada por eleanos, y seguramente no responderían con agrado a la presencia de tres monjes supervivientes allí; además, acusaban a los suyos de ser los culpables de la caída de Yggdrassil, algo eminentemente falso... y, si se reunían con el Presidente, ¿no lo harían también con Henrik? Él y los áureos, según recordaba Fauna, estaban allí... quién sabía cómo reaccionaría su pueblo ante la idea de que sus aliados shinryaneses pudiesen haber dañado un árbol sagrado.

Nada bueno saldría de todo eso.

Se refugiaron en cuanto pudieron en una posada. Calum no pudo evitar romper a llorar, desconsolado ante la idea de que todo cuanto conocía se hubiese echado a perder con aquel ataque: su hogar, sus amigos, su maestro. Y Aster y Brigid, claro, no estaban mucho mejor. Necesitaban... un tiempo para asumirlo y decidir que hacer. Tenían, además, un peregrinaje y un destino que cumplir. Pero Calum, el único que sabía cuál era el siguiente paso, no estaba en condiciones de ayudar a nadie, por lo que lo mejor era descansar, sin duda.

Pero la noche era larga, sí. Y costaba dormir cuando tantas cosas sucedían.

Ella era una áurea, no una de los monjes; nadie le diría nada por dar un paseo por la zona... y necesitaba despejarse.

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Bueno, lo prometido es deuda Yugen, ahí tienes para que puedas retomarlo! Reacciona y tal, y luego tienes total libertad de usar tu habilidad de senda si quieres (además, con esto de la invasión tienes excusa para rolear que Fauna ayude a gente (?)) o hacer encargos o compras. Actualizaré la tienda más tarde, eso sí, así que no te lances mucho ahí porque habrá cosas nuevas (?). No puedes salir de la ciudad, eso sí. Cuando estés lista, rolea que te vas a la cama y ya sigo yo (luego podrás comprar y tal si lo deseas, no corre prisa).

Bienvenida de vuelta uwu Y Amane, muchas gracias por hacerte cargo mientras tanto <3

Cuando quier

 

~Fauna~

Todo era un caos. De un momento a otro Kogyo había caído bajo el mando de Elérea por motivos falsos. Ninguno de los monjes de Shinryu había atentado contra Yggdrassil pero Elérea parecía creer que así había sido y sus represalias habían sido devastadoras. Contemplé impotente como el soldado eleano dejaba constancia de la destrucción del Monte Shinryu. Mi mirada se dirigió a mis tres acompañantes enseguida; Brigid, Aster y Calum y lo sentí, por un momento, aunque mi expresión no reflejó ninguna emoción... la desesperanza y la desolación que se abrió paso en sus corazones.

El templo del monte era su hogar. Su mundo. Y ahora había sido injustamente destruído. El mismo dolor que yo sentí cuando mi mundo se hizo pedazos, cuando descubrí la traición de mi propia raza, ahora la experimentaban ellos. Y la sentí.

Pude sentirla.

La brisa no soplaba y el ambiente presentaba una quietud y tensión que pude notar en mi propia piel como si se tratase de una reacción espejo. El miedo de los ciudadanos de Kogyo y la incertidumbre también se reflejó. No solo vi los rostros de horror de mis compañeros si no el terror en los ojos de sus habitantes.

Aunque quise intervenir de alguna forma no lo hice. Contradecir al capitán eleano solo atraería la atención hacía mí y mis compañeros. Yo era una fugitiva de mi propia tierra, puesta en busca y captura por orden de la Suma Sacerdotisa aúrea y ellos se habían convertido en enemigos del imperio. Lo mejor era mantener un perfil bajo.

Protegida bajo la seguridad de la capucha de mi abrigo apreté los labios cuando aquella chispa de rabia me sacudió por dentro.

Toda esa situación no traería nada bueno. Si las tensiones se mantenían y Aúrea era engañada también, Shinryu sería considerada tierra enemiga y acusada de alta traición por dañar a uno de los Cinco Sagrados. Ni la relación cordial hasta entonces entre ambas naciones detendría una inminente guerra.

***

La seguridad de una posada nos dio alivio momentáneo. Se habían ofrecido a resguardarnos a pesar de todo pero éramos conscientes de que nuestro tiempo en la ciudad sería limitado. Estando sitiada bajo el mando eleano no podíamos quedarnos. Aquella noche el cielo estaba particularmente oscuro y me pregunté si la tierra también era consciente de los tiempos caóticos y oscuros que se avecinaban.

¿Cómo se sentiría Aura al saber que su descubrimiento había sido usado para intimidar y agredir en lugar de ayudar y reducir las diferencias entre los favorecidos con el don de la magia y los que no, como había deseado en un inicio? Esa energía Magitek.

No lo sabía.

Lo único que sabía era que tenía algo que proteger. La naturaleza y los árboles, Aura... y ahora también a mis compañeros de viaje. Mi lealtad estaba con ellos y con su causa.

Desde mi habitación pude escuchar los llantos de Calum y supe que esa noche no podría conciliar el sueño. Así, llevando conmigo mi bastón sacro y protegiendo mi cabeza con la capucha del abrigo salí fuera de la posada y caminé por la ciudad bajo el manto nocturno. El ejército había tomado posesión de toda la ciudad pero yo era de Áurea.

Los eleanos no tenían en principio nada en mi contra.

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Me gustaría utilizar mi habilidad de senda con el anciano. No sé muy bien que poner para usarla, aunque leí el tema xD

Pero quiero ayudar gente porfa pls
*Abraza a Fauna* hola bb <3

 

El paseo de Fauna por las calles de Kogyo, aún algo alteradas pese a las altas horas de la noche que eran, la llevó a encontrarse con un despistado hombre mayor que parecía algo desorientado, vagando por la calle con esfuerzo. Al verla, alzó la voz, llamando la atención de la áurea.

—Jovencita, ah... estos guardias asquerosos, ahora llenan estas calles, ¡cómo se atreven! Por favor, ruego que me ayudes... estoy perdido, no sé dónde está mi casa, y no veo nada. Me... desorienté entre tanto revuelo esta tarde y, ah, la noche me deja aturdido.

El pobre señor lucía genuinamente perdido... suerte que Fauna podía ayudarle con su magia. Usó su Luz, su hechizo de magia blanca, y logró crear una pequeña aura de energía lumínica a su alrededor. El hombre, que ahora podía ver mejor en la oscuridad, miró a su alrededor, sonriente.

—¡Caramba... puedes usar magia! En mis tiempos, a las magas blancas se las consideraba descendientes de los ángeles, ¿sabías? ¡Misericordiosas, sin duda! Gracias, chica, ah, muchas gracias. Creo que... creo que ya me oriento, sí. Es por allí, sí. Esta luz es como una gran guía, sin duda.

>> Que los Sagrados te guíen en estos horribles tiempos de guerra, jovencita orejuda. Y procura... procura armarte bien, porque se avecina algo terrible. El herrero aquí, con algo de minerales, podría hacerte un arma decente, sin duda...

Obtienes la receta de "Arco Pesado" (arco muy potente, pero que no tiene en cuenta la velocidad para el cálculo de daño). La podrás ver en el primer post de este tema.

 

~Fauna~

Había salido buscando despejar mi mente y aclaras mis ideas. El aire fresco y puro siempre resultaba como un bálsamo a pesar de que Kogyo era un poblado minero y había pocos árboles por la zona. Paseando por su calles no tardé en encontrar a un señor, anciano y enjuto, que parecía confundido y desorientado.

Me notó. Tal como había intuido estaba perdido. La situación caótica que experimentaba la ciudad afectaría a cualquiera y una persona mayor era especialmente susceptible. En mitad de la oscuridad no lograba encontrar el camino a casa.

—No se preocupe, señor—le pedí con mi calma usual y uniendo mis manos cerré los ojos—. La luz siempre está con aquellos que la buscan.

Pronto brilló a su alrededor. Era pequeña, un aura lumínica conjurada por mi magia blanca, pero sería suficiente. La luz disipó las sombras e iluminó el camino.

—Que los Sagrados le protegan—murmuré con una leve inclinación de cabeza mientras el anciano se alejaba rodeado por aquella aura de luz.

Sus últimas palabras, sin embargo, me devolvieron aquella sensación opresiva en el pecho.

"Se avecina algo terrible."

Pero yo ya lo sabía. La tierra me lo estaba diciendo.

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Voy a usar la habilidad con Mi'her y con Rika, a ver qué tal (?)

 

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Interpreto el orden de los dados en el mismo orden en el que me has puesto los nombres: primero Mi'hen, y luego Rika. Por lo tanto, con la segunda fallas, y te queda un fallo en este capítulo :0

Also, decirte que en principio Amelie va a entrar al rol en sustitución de Brigid! Vamos a darle algo de tiempo para leerse lo que necesite y contextualizar todo un poco, tiempo que además te vendrá bien para ir poco a poco readaptándote tú. Con todo, cuando quieras sigue la historia sin problemas, no te preocupes por eso :D

Fauna siguió su paseo nocturno, percatándose de que la situación, sin duda, era grave. Pero aquella pequeña "invasión" de la ciudad no era sino el principio; lo que estaba por venir era lo peor. Y eso parecía saberlo un hombre áureo que estaba sentado en el suelo, y que llamó la atención de Fauna.

—Eh, áurea —le dijo, de forma algo brusca, ciertamente. ¿Acaso él no era áureo también?—. Tú y los tuyos... espero que no vayais a montar ninguna guerra. Me veo venir una catástrofe para este país si los áureos se cabrean.

>> Yo hace años que me fui de allí, de Áurea. Me exiliaron, por... motivos que no vienen al caso. Y si ahora esos que me echaron destrozan el país que me acogió, nunca los perdonaré, ¿me oyes?

Notó cómo intentaba incorporarse, y, al hacerlo, mantenía una pierna rígida, y se retorcía de dolor cada vez que esta se movía o tenía que apoyarla. Por eso, Fauna intervino con una curación. Al principio el tipo se resistió, quejándose, pero pronto se notó el alivio en su cara.

—¡Eh, nadie te ha pedido que...! ... ah. Ya no duele... llevaba meses con la pierna rota, y... ——la dobló, sonriente—. ¡C-Caray! Puedo apoyarla sin problemas...

>> Hmpf. No creas que por encontrar a una áurea amable voy a pensar diferente. Aunque... te lo agradezco, como persona, no como una de los suyos. Sé hacer algunas pociones, pero ni en siglos habría soñado en crear una medicina que funcione como esa magia tuya...

Obtienes la receta de "Esencia lumínea" y "Esencia sombría", pócimas que aumentan temporalmente el efecto de ataques de luz y oscuridad, respectivamente.
Se editarán en el primer post de este tema.

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Nota: como verás, si no tienes desbloqueado el servicio de síntesis en cuestión no podrás crear la receta (porque no podrás usar el ingrediente base). Sin embargo, adelanto que todos los ciudadanos darán recetas de productos que se pueden sintetizar en la propia ciudad o en en algún lugar cercano, así que tarde o temprano podrás hacerlas cerca.

Nota 2: se han actualizado los comercios con nuevas mercancías.

 

~Fauna~

Esa noche parecía particularmente fría aunque en ningún momento lo di a entrever. Mi abrigo había sido confeccionado y comprado en Hitoki, una de las zonas más frías del continente de Shinryu. Mi paseo nocturno continuó por algunos minutos hasta que una voz masculina llamó de forma tosca mi atención.

Me giré en su dirección y aunque la luz era escasa pude ver las dos largas y afiladas orejas picudas a ambos lados de su cabeza. Su corto cabello cobrizo difícilmente las cubría. Me había llamado 'aúrea' de forma brusca pero él lo era también. Había notado mis orejas a pesar de la capucha del abrigo, sí, pero mis cuernos no eran visibles y lo preferí de esa forma. Las orejas en punta eran un rasgo distintivo en todos los aúreos; los cuernos solo de mí.

Lo escuché con paciencia. Él estaba en el suelo y sus ojos verdes como el bosque estaban llenos de la fiereza y desconfianza de un animal salvaje. No pude evitar verme reflejada en él. Ambos teníamos una situación tormentosa con nuestra raza. Ambos habíamos sufrido bajo aquellos que compartían nuestros rasgos. Aunque yo nunca sería capaz de sentir odio. Tenía muchas preguntas y un gran interés por resolverlas.

En determinado momento intentó incorporarse pero adolorido se quejó y desistió en el intento. Su pierna... estaba rota. Si hubiera podido se habría alejado mucho antes pero no contaba con la posibilidad, y supe que debía ayudarle. Obviando su desconfianza y sus quejas me arrodillé a su lado y llevé mis manos a su pierna afectada. Cerré los ojos y la luz blanca brilló bajo mis palmas.

Mi magia fluyó como un torrente desde mi cuerpo al suyo.

Fue sencillo. No había sido una fractura reciente y el hueso ya había empezado a sanar por sí solo. El hechizo de curación solo aceleró el proceso.

En ningún momento dije nada, no lo sentí necesario. No pregunté ni indagué porque no lo consideré apropiado tampoco. Una vez pudo incorporarse, sin cojera ni dolor, lo dejé marchar y me incorporé también. Era tarde y resolví que era hora de regresar a la posada.

Esperaba que algún día, tal vez con el tiempo, ambos pudiésemos recuperar la fe en los aúreos.

 

La noche fue larga. Aunque Fauna volvió a la posada y trató de dormir, ni ella ni Brigid, ni por supuesto tampoco Calum y Aster, pudieron descansar bien. Por eso, cuando la áurea se levantó, muy temprano en la mañana, el sol aún no había siquiera salido en el cielo verdoso, y... allí estaba Calum, también, grandes ojeras sobre su rostro.

—H-Hola, Fauna —saludó el niño, asomado a la ventana del vestíbulo de la posada. Se veía reflexivo, cansado, y los churretes en la cara demostraban que había estado llorando. Con todo, intentó sonreír—. Hey, ¿qué... crees que es el sol? Esa esfera gigante que brilla arriba, y va girando... cuando es de noche no la vemos, ¿verdad que no? En su lugar, vemos la luna. Y el color verde del cielo se apaga y se vuelve muy oscuro, casi negro. Mira, ahora... está saliendo el sol, ¿lo ves?

Ciertamente, se veía cómo el sol estaba empezando a salir, desde el horizonte, poco a poco.

—He oído a gente decir que el sol y la luna son una misma cosa, pero apagada y encendida. Y que da vueltas sobre el cielo, en círculos. Que cuando ha dado una vuelta, se apaga y se convierte en la luna. Tiene sentido, supongo, pero... ¿qué son? Yo sigo sin saber qué tipo de objeto son, ni por qué uno brilla y el otro no tanto. Ni por qué salen por el día o por la noche, dependiendo de cuál sea.

Hubo un silencio, algo tenso. Calum agachó la mirada. Los recuerdos, claramente, se agolpaban en su mente.

—... cuando estaba en el Templo, el sol se veía un poquito más grande. En lo alto del Monte Shinryu, al fin y al cabo, se ve el cielo mucho, mucho más cerquita. Pero aun así, queda lejos. O... o... o quedaba, mejor dicho. Porque ahora, el monte está... está...

Las lágrimas se acumularon en su rostro, e, intentando contenerlas, apretó sus manos contra los ojos, frotando con fuerza. Logró acumularlas dentro, pero no sin temblarle la vista cuando la alzó para mirar a Fauna.

—¿Crees que... lo que dijo Aster será verdad? ¿Que el Maestro habrá... salvado a los demás porque vio esto en su futuro? ¿Crees que estarán todos bien, pese a lo que ha pasado...?

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Te dejo un poquito de interacción para darle más tiempo a Amelie a ponerse al día sin dejarte estancada uwu

 

~Fauna~

La noche había sido larga y turbulenta. Aunque el paseo nocturno había logrado despejarme; mi mente se llenaba nuevamente de todo tipo de pensamientos y fui incapaz de descansar. Cada vez que cerraba los ojos me asaltaban, uno tras otro, picándome como vespérulas.

Aúrea podría declarar la guerra contra Shinryu si la caída de Yggdrassil era atribuída a los shinrayenses.

El asedio de Elérea, el Monte Shinryu, el Templo... ¿qué habría sido de los monjes? Toda la familia que Calum, Aster y Brigid conocían, probablemente...

La mañana fue como un soplo de aire fresco en un día caluroso y agradecí internamente el amanecer porque no podía continuar en la cama. Dormir se había vuelto una tarea imposible. Todo lo que lograba era enredarme más y más en mis propios pensamientos, en esa red perniciosa.

Cuando salí de mi habitación Calum estaba allí. Pálido y ojeroso, podía notar que había llorado. Quizás yo no había vuelto a llorar desde que Aura desapareció pero comprendía el sentimiento de desolación y desesperanza. Lo entendía aún si no podía sentirlo. Su pregunta, sin embargo, me tomó desprevenida y no supe que responder en un inicio.

Permanecí allí, escuchándole. Dejando que hablase cuanto necesitase hacerlo.

Tenía mis propias opiniones. Quizás no se trataba de lo mismo si no de dos esferas claramente diferenciadas entre sí. Quizás no eran el sol y la luna quienes se movían si no que lo hacía la tierra que pisábamos de forma imperceptible para nosotros y así, su movimiento en el cielo originaba la aparición del sol y de la luna. El sol no se "apagaba" y se convertía en la luna si no que al ser dos astros distintos la luz del sol lograba reflejarse en la luna y por eso su luz era más débil y tenue.

Quizá.

Sopesé calmadamente mi respuesta. No podía mentirle por lo que no podía afirmar nada. El Monte Shinryu había quedado severamente dañado si no completamente destruido tras el ataque eleano y las posibilidades de supervivencia eran escasas. O lo serían, si no tuviéramos en cuenta una variable.

—Mi hermana como tu Maestro también puede ver el futuro—separé entonces los labios y hablé, como siempre, apaciguada y serena—. Se llama clarividencia. Y las personas que recibieron ese don no temen los cambios entre el sol y la luna porque pueden prevenirlos. Saben que aunque de noche uno no esté aparecerá nuevamente al día siguiente.

Mientras hablaba la luz de la mañana había empezado a bañar la posada e iluminar Kogyo. La noche había sido fría y llena de incertidumbre pero volvía a amanecer. Fijé mis ojos en Calum, apagados como usualmente pero juraría que brilló en ellos una chispa momentánea.

>>La noche es oscura y puede dar miedo ¿verdad?—proseguí y suavicé mi voz a propósito—. Pero la luna siempre está ahí aunque brille menos que el sol.

>>Creo que tu Maestro sabía que esto iba a suceder. Como supo que eras el Shinryu y estabas preparado para asumir su misión.

Extendí la palma de mi mano entonces y conjuré un pequeño e inofensivo orbe de luz que flotó hasta alcanzar el rostro de Calum y posarse en su manos extendidas. Brillaba tenuemente disipando las escasas sombras. Era similar al aura lumínica que conjuré para guíar al anciano.

Mi intención en esta ocasión era la misma.

—... No puedo asegurarte que todos estén bien—sentencié finalmente—. Pero puedo afirmar que por muy negra que sea la noche la luna brilla en el cielo.

>>Y que siempre encontrarás una luz que pueda guiarte en tiempos difíciles, Calum.

 

Calum abrió los ojos mucho, aún enrojecidos, mirando a Fauna con sorpresa cuando esta le confesó que su hermana era, también, capaz de ver el futuro.

—... clari... videncia —repitió Calum, sorprendido—. No sabía que más gente podía ver el futuro. Pensaba que era algo que solo el Maestro podía hacer. E-Entonces... ¿crees de verdad que estará bien? Él y todos los demás. L-Llevo un año allí, casi, pero... yo no tenía amigos ni tenía nada fuera. Vivía en Hitoki, y nunca salí de allí. No conocía otra cosa, y solo me movía por el deseo de ser más fuerte algún día. Por eso imploré unirme al templo, y lo logré gracias a Aster, y... se convirtió rápidamente en mi hogar. Allí hice amigos, y conocí a Brigid, por ejemplo. Y... y... e-es mi casa, y mi familia. Aster lo es, sí, pero todos los demás son mi familia también. Y no quiero que les pase nada.

Decidido, apretó los puños y sacudió su cabeza, dando un par de pasos atrás. Observó el sol saliendo desde la ventana.

—E-Está bien, lo he decidido. Iré allí. ¡Voy a ir al Monte, a comprobar que todo esté bien!

¿Ir al monte? Aquello podía ser muy peligroso... Calum claramente no estaba pensando lo que decía. Además, parecía querer hacerlo él solo; eso sí que era peligroso. Pero Fauna casi no tuvo tiempo de hacer nada, pues pronto se había dirigido a una de las habitaciones, correteando. Alzó la voz cuando abrió la puerta, diciendo en alto:

—¡Aster, que sepas que voy a marcharme a...! —pero pronto se detuvo. Había entrado en la habitación de su hermano, y, al abrir la puerta, algo hizo que callase de pronto. Caminó al interior, desconcertado—. ¿Aster?

Cuando salió, Fauna lo vio con un papel en sus manos. No tardaron en unirse todos, pues Brigid salió también de su dormitorio, alertada por los gritos del menor. Por eso, los tres se reunieron en torno a la carta. Y Calum la leyó en voz alta. Decía:


Lo siento, Calum, Brigid, Fauna. Esta noche he partido hacia el Monte Shinryu. Lamento no haber avisado a nadie, pero no quería que ninguno se uniese a mí, porque soy plenamente consciente de que puede ser peligroso; no tenemos idea de qué situación habrá allí. Los eleanos pueden estar con sus tropas asentadas en la zona, o el caos que haya generado su arma puede haber, también, afectado a los monstruos. No sé qué peligros me encontraré, y, por eso, quiero ir solo.

Conozco a Calum, y sé que necesita saber si el Maestro y los demás están bien, y que decidirá ir hacia el Monte, él solo si es necesario. Pero no puedo permitir eso. Y no solo porque sea mi hermano y quiera protegerle, sino porque es el Shinryu, y su misión dista mucho de ser esta. Calum, te hablo ahora a ti: por fvor, no te preocupes por mí, estaré bien; seré yo quien se encargue de comprobar cómo están todos en el Monte. Tú no puedes venir, porque tienes una misión que cumplir, y sabes que el Maestro no querría que te desviases para algo así. Todos sabemos que yo soy el único que no es necesario para tu viaje, Calum: tú eres el Shinryu, Brigid tu guardiana, y Fauna la compañera de la que hablaba el Maestro. Como se comprobó en las minas, el único que no es necesario soy yo, así que es justo que sea yo quien vaya al Monte. El destino que tengo yo es muy distinto. El Maestro me lo dijo, y lo sé bien, por mucho que no sea el destino que quiero. Y sé que debo ser yo quien haga esto. Es lo mejor, para todos.

Calum, Brigid, Fauna. Seguid el peregrinaje, y proteged el mundo. Yggdrassil ha caído, el Monte ha caído, y ahora una guerra se cierne sobre nosotros: en un escenario como este, entiendo por qué ha sido justo ahora cuando el Maestro ha revelado la identidad del Shinryu. Es ahora cuando hace falta que él y su grupo cumplan con su destino, con su tarea. Porque ahora, más que nunca, hay que proteger al mundo.

Por eso, por favor, no vengáis tras mí. Volveré, sabéis que lo haré. Y espero llevar buenas noticias. Vosotros seguid, por mí, por el Maestro y por toda Ilumbra. Es vuestro destino.


Se hizo el silencio de repente. Calum bajó la carta, apretándola en una mano, mientras que con la otra extraía el orbe que obtuvo en las minas. Su mirada fue alternando entre una y otra, o... mejor dicho, entre Aster y el Shinryu. Casi parecía que tuviese que elegir, que decidir si seguir su corazón o seguir su misión. Y, al final, apretando los dientes y agachando la mirada, tomó su decisión.

—... Aster, idiota... —susurró—. De acuerdo. Mi hermano... mi hermano tiene razón. Tenemos que seguir.

Así que iban a continuar, ¿eh? Fauna no sabía muy bien aún qué papel exactamente cumplía ella ahí, pero, dada la situación, si podían hacer algo por frenar la inevitable guerra o colaborar de algún modo a detener la catástrofe que se avecinaba, posiblemente la mejor opción era seguir con ellos. Y Brigid, por su parte, sabía que por mucho que le preocupase Aster, Calum necesitaba de su protección, y el mayor jamás le perdonaría que lo dejase solo.

Por eso, solo les quedaba... escuchar las instrucciones de Calum para saber como proceder con el peregrinaje. Porque solo él lo sabía.

 

~Fauna~

Esperaba que tuviera algún efecto en su ánimo... pero tuvo más de lo esperado. Abrí ligeramente los ojos por la sorpresa cuando resolvió regresar al Monte Shinryu por su propia cuenta. Estaba decidido a hacerlo y además estaba decidido a hacerlo solo.

Regresar, ya fuese por lo que pudiese encontrar allí como por el propio trayecto era muy peligroso. El orbe de luz que había conjurado desapareció entonces y
lo vi corretear hasta la habitación de Aster y abrir la puerta bruscamente. Se detuvo y salió poco después con un papel en sus manos.

Una nota de Aster.

Pronto nos reunimos Brigid y yo alrededor de Calum y él empezó la lectura en voz alta. Tensé mis dedos en torno al bastón sacro.

Se trataba de una nota o una carta de despedida. Aster se había marchado al monte, tal y como había decidido hacer su hermano. Se había anticipado a las circunstancias. Mientras leía recordé la breve conversación que tuve con el propio Aster antes de ingresar en las minas. Parecía preocupado y reflexivo. Había hablado sobre el Maestro y me había cuestionado sobre mi hermana, interesado en saber más sobre la clarividencia. ¿Ver el futuro permitía entonces cambiarlo?

Cuando terminó la lectura Calum estaba notablemente afectado. Su expresión se ensombreció y arrugó la carta en su mano hasta que crujió. Solo aguardé en silencio. No podía decidir por él, pues él era el único que podía hacerlo. Aunque aún no supiera con exactitud cual era mi papel en todo eso, Calum, el Shinryu, era el único que podía ayudarme a cumplirlo. Y aun si ese no fuese el caso me unía algo más a ellos que una misión en común.

Fuera cual fuere su decisión yo estaba dispuesta a seguirle. No iba a abandonarlos. Así que cuando la decisión estuvo tomada asentí para mí misma y tomé despacio aire por la nariz, como encontrando las palabras adecuadas. Busqué entonces los ojos oscuros de Calum.

—¿Hacia dónde nos dirigimos ahora?

 

Bigrid

Calum comenzó a leer la carta; el sentimiento de pena, ya de por si a flor de piel por la destrucción de aquel que consideraba su hogar, recorrió todo su cuerpo por igual. Entrecruzó sus dedos frente a ella dejando que sus manos cayeran sin mas; era como cerrar el candado de una puerta, era ese seguro que le permitía no caerse a pedazos en ese momento, de esa manera evitaría llevar sus manos a su rostro, no mordería sus uñas o tallaría sus ojos; no debía hacerlo, porque si ella se sabía herida, no quería imaginar el tumulto en la mente de Calum.

Cada palabra a voz del pequeño de los hermanos calaba hondo, eran las acciones que sabía que tanto ella como Calum querían hacer, porque la incertidumbre es mucho peor que la pena; es un dolor constante que jamás te abandona. Trató de no mostrar lo que sucedía en su interior, mantuvo su rostro lo más sereno posible a pesar de que sus ojos se nublaban ligeramente, la lágrima no caería, no lo haría.

Daba por hecho que Aster los acompañaría siempre; pues había tomado ese camino con gran decisión frente al Maestro. Bigrid consideraba que ese grupo sólo crecería como fue con la adición de Fauna; pero jamás creyó que se separarían, por eso había callado... por eso no se detuvo a hablar con Aster a pesar de que la duda le carcomía desde que salió del monte; pero no quería importunarlo, pensó que tal vez él hablaría sobre sus tribulaciones tarde o temprano y no debía forzarlo. Ahora le era imposible, porque esperó el momento correcto el cual nunca llegó, y ahora estaba ante la probabilidad de que jamás lo volviera a ver... más incertidumbre, más pena, más dolor.

"...Mi hermano tiene razón. Tenemos que seguir"

Afirmó al instante a las palabras de Calum.

Fauna preguntó la dirección y Bigrid esperó la respuesta. Iba a callar; pero era la guardiana; y Calum sólo debía pensar en el camino, la protección era su obligación, su destino atado al de Calum al que seguía sin dudar, por lo que ella no podía flaquear, era su escudo, por ello debía mantenerse fuerte. Aster sin decirlo le ha confiado a su hermano, al Shinryu. Un destino que los sobrepasaba a todos, uno que se debía cumplir.

—Te vuelves un mejor líder día con día; tu hermano estará aun más orgulloso— mencionó ante la toma de decisión tan rápida que pasó por la mente de Calum, ya no era el mismo joven inseguro de antes, no esperaba a que nadie mas tomara las riendas —Te escucho, Calum. Dinos cual es nuestro camino y yo lo limpiaré por ti.