Kimetsu no Yaiba [Ficha] Hiro Hitsugaya

Katana

La mujer sonrió arrogante, esquivando por poco un ataque que amenazaba con perforarle el estómago por completo. El demonio se movía tan rápido que su velocidad era imperceptible para Hiro, siendo imposible seguir el ritmo de la pelea, y notando tan solo los trozos de carne de demonio en el suelo y sangre humana cayendo encima de la nieve.

—Aliento del trueno, primera postura —la pilar aumentó la fuerza en sus manos, respiró profundamente y prosiguó—. ¡Destello del trueno!

El demonio lo esquivó a ras, riendo estruendosamente al sujetarla del cabello y azotarla contra el frondoso tronco de un árbol marchito.

—Técnica de sangre, ¡destrucción masiva!

Piedras enterradas entre la ventisca volaron por los aires, escuchándose el graznido de un cuervo desesperado en los aires, volando las aves vecinas aterradas lejos del lugar al igual que las bestias salvajes.

—Aliento de trueno, sexta postura. ¡Pinchazo!

Segunda luna superior

La oscuridad en sus cuencas a causa de que la pilar le había reventado los ojos y estos se estaban regenerando rápidamente se dirigieron al muchacho herido, hablándole:

—Insecto, ¿sabes cuál es la diferencia entre los humanos y los demonios? —saltó cerca a él, moviéndose el sonar de sus cascabeles en el gorro—. Que los humanos tienen un límite.

Katana removió la pesada espada en el aire, tornándose el cielo lleno de nubes a punto de explotar en lluvia.

—Aliento del trueno, tercera forma —sus labios manchados en sangre prosiguiendo hablando—. ¡Dragón de luz!

El demonio logró esquivar por poco el ataque, perdiendo sus brazos y piernas en éste, regenerándose más lento que la última vez.

—Técnica de sangre, ¡noche del demonio!

Katana corrió entre el ataque sin detenerse a tratar sus heridas, colocándose frente a Hiro como escudo.

Heridas.

• Ante el último ataque del demonio Hiro pierde la conciencia.

 

Hiro Hitsugaya

Todo a su alrededor se sentía lejano y distante. Los golpes, los gritos y la sangre esparcida se difuminaba en su mente embotada, producto del frío que nublaba su consciencia y del dolor que le aquejaba. Apenas era capaz de abrir los ojos, y mucho menos podía seguir los movimientos de ambos contendientes, de no ser por el rastro de sangre y trozos de carne esparcidos por el camino. No comprendía qué ocurría, ni cómo aquella mujer había sido capaz de invocar una tormenta para apartar a su enemigo, pero no necesitó informarse para intuir que aquel ser del sombrero era nada menos que un demonio.

Se dejó caer lentamente, apoyado en el tronco del árbol, y una sonrisa débil se dibujó en sus labios, observando el vaho producto de cada exhalación. Iba a morir allí, ¿cierto? Apenas podía sentir sus articulaciones agarrotadas, y el frío comenzaba a ser más fuerte de lo que podía soportar, desprotegido de la tempestad como se encontraba. A su mente regresaron las palabras del demonio y temió por la vida del anciano si aquella mujer no acababa con él, pero apenas podía hacer otra cosa que aguardar a que la situación se resolviese ante sus ojos, ¿cierto? Después de todo, tan solo era un insecto que se había metido donde no le llamaban.

El resto sucedió a cámara rápida. Tan solo sintió el daño colateral del golpe del demonio con un fuerte estruendo que rasguñó sus tímpanos, y antes de darse cuenta, todo se volvió negro.

 

Informe

El aire limpio, el esfume del frío invernal y el calor abrazador dan paso al nuevo día.

Contenido oculto

Hiro fue llevado hasta la cima de la montaña. Han pasado tres días desde que perdió la conciencia.

Su pierna está en recuperación. Actualmente le dejaron unas muletas para poder desplazarse. Está acostado en una de las camas del hogar de Katana

Katana se encuentra fuera de la cabaña, sentada en el césped. En la batalla perdió parte de su estómago, y tiene incontables cicatrices en su blanca piel.