Kimi o Ai shiteru (NejiTen)

KIMI O AI SHITERU

Que tan difícil puede resultar confesar tus sentimientos?
Decir “TE AMO” a la persona que compartió tanto contigo, que siempre estuvo a tu lado y que siente lo mismo que tú.
100% NejiTen

CAPITULO 1: La fiesta

El cielo empezaba a tornarse de un sutil sepia, las nubes se coloreaban de un tono un tanto naranja al igual que lo hacia el firmamento. El gran astro amarillo partía tras la gran montaña donde descansaban los rostros de todos aquellos que gobernaron Konoha. Era una tarde maravillosa sin duda, un ocaso que describía claramente el inicio de una nueva estación, y por la gran entrada hacia su aparición un hombre de cabellos negros y brillantes, con un traje extrañamente ceñido de color verde, cejas muy pronunciadas y una notable sonrisa. Venia corriendo, como si compitiera en un maratón, los dos sujetos encargados de vigilar la entrada se le quedaron mirando pero no extrañados ya que esa era su costumbre después de llegar de una misión.



–PRIMERO!!!– bramó al cruzar las puertas. Dio una sonrisa mostrándose en ella ese singular brillito que lo caracterizaba. Tras el venia un muchacho de igual apariencia que la de el, el mismo vestuario, el mismo corte de cabello, las mismas cejas pobladas, todo; lo único distinto era la diferencia de edad, y que el joven tenía los ojos más redondos.



–SEGUNDO!!!– gritó eufórico al igual que lo hizo el anterior –Oh Gai-sensei, usted es el mejor sin duda, pero la próxima vez seré yo quien llegué primero…
En el rostro del hombre de más edad, parecía emerger una media sonrisa, no exagerada como la de hace un rato, sino un poco más discreta.

–Lee?– llamó a su alumno

–si Gai-sensei?– respondió este tratando de poner la máxima atención posible como para capturar alguna nueva enseñanza que quizás su maestro le daría.

–Lee… tu motivación y deseo de superarte hace que despierte en mi la viva e incandescente llama de la juventud– cerró los ojos probablemente para una mejor inspiración, dejo salir un suspiro –eres como el hijo que nunca tuve, mi querido pupilo… no hay palabras para describir mi orgullo…– sus ojos empezaban a derramar lágrimas en grandes cantidades que simulaba una cascada; Lee imitando a su maestro también lo hizo. Los dos no pudieron evitar abrazarse.




–Esto es ridículo…– decía un muchacho alto de cabello largo y azabache, estaba hastiado por aquel comportamiento tan inmaduro de los que su maestro y compañero de equipo eran protagonistas. Sus orbes perlas mostraban lo tan enojado que estaba, completamente furioso, pero sabía moderarse y no llegar a límites, buena reputación que se había ganado Neji Hyuga.

–pero gracias a ellos llegamos a tiempo…– Una castaña tras el apaciguó su ira, era Tenten, cuarto y único miembro femenino del “equipo Gai”, sus ojos eran grandes y achocolatados, y a juicio del Hyuga, única en el grupo aparte de él, en tener cerebro, capaz de comprenderlo y apoyarlo en lo que fuese, por tal razón la consideraba su mejor amiga.

–o no?– continuó la castaña al no recibir respuesta alguna

–…– el Hyuga no sabía a lo que se refería

–no sabías?–lo miró extrañada, empezó a analizar la expresión de duda del ojiperla y lo entendió –en serio no lo sabias…– suspiró afirmando su teoría –ay Neji, nunca te enteras de nada…

Las mejillas del Hyuga empezaron a colorearse de un tono rosa, bajó la mirada para evitar poner en evidencia su estado –como lo sabré si no me lo dices…– espetó seco y frio, típica forma de él.

–Todos en la aldea lo saben…– dijo la castaña en forma burlona

–saber qué?– se unió en la conversación el muchacho de cejas pronunciadas, Lee.

–lo que habrá dentro de unas cuantas horas…– contestó la joven

–el festival de primavera?, claro… todo el mundo lo sabe – dijo el chico

–parece que no todo el mundo…– Tenten miró al Hyuga con una sonrisa en su rostro, disfrutaba ver como su compañero se enojaba, aunque a veces solía ser un poco fastidioso ya que si eso pasaba, él dejaba de hablarle por un buen tiempo y eso a ella no le gustaba.

–Neji… no lo sabias?– preguntó Lee y esta vez logrando agotar la paciencia del ojiperla

–Tanto escándalo por un simple festival… como si me importara– dijo el Hyuga pasando por el lado de sus compañeros con la intención de continuar su camino.

-Neji espera!!!– decía la castaña para tratar de detenerlo –Iras? – preguntó cuándo él se detuvo.

–No– respondió seco, sin siquiera voltear a mirarla, era tanto su enojo por unos simples comentarios que ella había hecho, y ahora estaba haciendo lo que a ella menos le gustaba, ser indiferente. La castaña no le insistió más porque sabía que por nada del mundo podría cambiar su decisión, además ni aunque estuviese de buenas habría ido, era tan aburrido, desganado e inapetente que ni aunque se trate de una misión hubiera asistido.

Que le quedaba, ese era Neji Hyuga, su mejor amigo.

–que pasa florecita?– preguntó el maestro a la castaña

–Nada…nada Gai-sensei….

–ese Neji siempre anda de malas… hasta parece que la llama de la juventud dejo de arder dentro de él, no lo crees Lee?

–Hai Gai-sensei– respondió el muchacho de forma efusiva

–Será mejor que nos vallamos ya a dar el informe de la misión a Tsunade-sama, si queremos divertirnos en la fiesta

–vallan ustedes… yo iré a mi casa a descansar, estoy cansada…–decía la maestra de armas para evitar a sus compañeros

–pero… no iras al festival?– espetó el chico de las cejas grandes muy sorprendido. Hace un rato ella parecía estar tan contenta y entusiasmada por el festival y ahora lucia desanimada.

–creo que no…– contestó con la mirada gacha jugando con los dedos al propio estilo de Hinata – es que estoy agotada por el viaje, quisiera descansar… pero vallan ustedes, diviértanse y mañana me dicen que tal estuvo si?– sonrió para luego irse.




*****n_n*****

Entró a su morada. Corrió rápidamente a su habitación para darse una ducha, larga para costumbre de ella que no solía demorar más de cinco minutos; salió, se vistió y se lanzó a su cama con la mirada enfrentada al techo y los brazos extendidos. Dio un fuerte suspiro al recordar porque se encontraba tan absorta, entrecerró los ojos con la intención de quedarse dormida y sin siquiera pensarlo sus labios desprendieron casi en voz muda una palabra:
–Neji…
No podía evitar pensar en él, y aunque siempre trataba de ocultar lo que sentía, cada noche, al igual que esa, pensaba en ese Hyuga que de alguna manera se había robado su corazón. A veces reía tratando de entender cómo es que de tantos chicos en la aldea, justamente tuvo que ser él quien le robe el sueño, quien despierte en ella ese sentimiento, que tal vez jamás pensó sentir, quien a pesar de ser tan apático y poco sociable, se había convertido en la persona más importante en su vida. Había veces que lloraba abrazando su almohada cuando recordaba que solo era su amiga, y que para él, nunca iba pasar algo más de lo que ella soñaba, esa era la gran barrera que él había marcado involuntariamente, pues desconocía los sentimientos de su amiga .

Si yo pudiera abrirte en dos mi corazón
para que vieras el color de mi ilusión.
Si yo pudiera hacerlo amor,
Si tu quisieras.
Si supieras lo que quiero,
de tus ojos ser la dueña
y perderme en lo profundo de tus sueños
Si supieras que te quiero

Se levantó un tanto enojada por quien se atrevió a tocar su puerta y despertarla. Vio su reloj, apenas había pasado media hora desde que se quedó dormida y ya alguien venía a perturbarle. Frunció el entre cejo enojada

–ya voy!!!– espetó enojada mientras bajaba por las escaleras dirigiéndose a la puerta para abrir.
Siguieron tocando con desespero, por poco y rompían la puerta. La kunoichi se enfureció más y casi pegando un grito dijo: –quién es?!!!

–Tenten!!!– Llamaron del otro lado –abre somos nosotras…

La joven sin dudarlo abrió la puerta, estaba un poco fastidiada pero al fin y al cabo eran sus amigas, y más valía que tuvieran una buena razón para despertarla, o si no, se la verían con ella.

–Ino… Sakura, que hacen aquí?

–cómo?, no estas lista?– dijo la rubia con enojo –no me digas que estuviste durmiendo?

–ehhh… claro, ya es tarde no?

–no pensabas ir a la fiesta?– pregunto Sakura un poco más calmada que Ino

–la fiesta?–dijo la castaña analizando la pregunta –yo… no es que acabo de regresar de una misión y estoy muy can…

–ya déjate de excusas y cámbiate–le interrumpió Ino que estaba más desesperada que nunca

–pero no quiero ir…

–seguramente porque no estará Neji verdad?– dijo sarcástica la rubia

–No es por eso– contestó la maestra de armas un tanto enojada –solo que … no quiero ir– y después de haber examinado las palabras de su amiga continuó:– y ustedes como saben que él no irá?

–acaso no es obvio? Es raro ver a Neji Hyuga en una fiesta– replicó la pelirrosa

La castaña se quedó pensativa, en realidad jamás había visto a Neji asistir a una fiesta que no sea de las tan formales que daban en su clan, a las que iba obligado, ya que si fuera por él, no iría a ninguna.

–buen punto…– continuó Ino

–vamos Tenten, estarán todos de la aldea ahí, hasta Hinata se animó porque estará Naruto. Además creo que Temari y Kankurou de la arena asistirán– trataba de convencerle la pelirrosa

–está bien…– espetó derrotada la castaña –me convencieron…

Al fin acepto ir, pero antes tenía que ir a cambiarse ya que estaba en pijama, demoro como unos cinco minutos, que para Ino parecía una eternidad.

–al fin…– dijo la rubia cuando Tenten volvió a aparecer –no me digas que iras asi?– continuó observándola de pies a cabeza. La castaña llevaba puesto el mismo traje que usaba como kunoichi, la misma blusa blanca, el mismo pantalón holgado, sus dos mismos moñitos.

–porque?... ay algo de malo

–mucho!!!– contestó la rubia

–Tenten, es un fiesta, no iras a una misión…– le decía la ojijade mientras la castaña se miraba ella misma, como para encontrar lo malo de su vestuario, pero le pareció que todo estaba perfecto.

–Sakura…– llamó Ino –ya sabes que haremos cierto?

–claro– contestó con una risita de cómplice, la castaña notó que ese par planeaba algo, y de seguro a ella no le gustaría.

–que harán?...– preguntó temerosa la castaña al ver que sus dos amigas le miraban extrañamente.
Ino, tomando del brazo a Tenten y dirigiéndola hacia la calle dijo:–Te llevaremos a mi casa…



*****`>_<*****

–ya te dije que no iré!!!– decía enfurecido un muchacho ojiperla del clan Hyuga, estaba cada vez más enojado por la insistencia de su amigo, que no dejaba de parlotear tratando de convencerlo para que lo acompañara.

–pero porque no?, siempre estás enojado y de mala gana, esta puede ser la oportunidad para que te desahogues y quites esa mala cara, además un poco de diversión en tu vida no te caería mal

–cierra la boca Lee, o prefieres que te la rompa– dijo encolerizado el Hyuga que cada vez perdía la poca paciencia que le quedaba

–Pero…

–CALLATE!!!

–está bien…– espetó vencido el muchacho –iré solo, ya que tampoco Tenten irá, que me queda. Pero supongo que puedo divertirme con Sakura, Ino, Sasuke, Hinata…– el ojiperla abrió más los ojos al escuchar el nombre de su prima. El chico continuó –… y Naruto

–Naruto?– preguntó Neji en sigilo mientras pensaba: —Hinata-sama y el estúpido de Naruto

–si… Naruto– confirmó Lee. Neji apretó los puños mientras arrugaba un poco la nariz al recordar que en varias oportunidades los había visto juntos, evidentemente eso le desagradaba, pues aunque en algún tiempo estuvo resentido con los miembros del Souke, ahora se llevaban muy bien después que todo ese mal entendido se arregló, y ahora Hinata y Hanabi, eran como sus hermanas, y como hace todo hermano mayor, prácticamente las sobreprotegía.

–espera Lee, iré contigo


*****o.o*****

–Tenten, apresúrate!!! A qué hora piensas salir?

–no saldré con esto, es muy…

–hermoso cierto?– le interrumpió Ino mientras reía

–Vamos Tenten, que se hace tarde– decía Sakura abriendo la puerta del baño en donde estaba la castaña, y valla sorpresa que se llevaron al verla.

–POR KAMI!!!– gritó Ino –estas bellísima!!!

–waooo, Tenten te ves muy bien– decía la pelirrosa mientras halaba de su brazo para animarle a salir.

–no… no me siento cómoda, mejor me cambio– dijo retrocediendo unos pasos , que gracias a ayuda de la rubia, no terminó de dar.

–de ninguna manera, tú te vas ahora mismo con nosotras…

–Ino, entiende que…

–cállate, que ya perdimos demasiado tiempo y de seguro mi Sai debe de estar esperándome un buen rato


*****e.e*****

En el centro de la aldea, se había acondicionado todos los alrededores para la fiesta que se organizaba en celebración de la primavera, había globos de papel iluminados como antorchas y colgados en las paredes en forma de cadenetas, ya había mucha gente ahí, shinobis, aldeanos comunes, y algunos invitados de otra aldea como los hermanos Sabaku de la arena. La Hokage se embriagaba como ya era costumbre, hasta las ultimas consecuencias, que apenas podía mantenerse de pie, y eso que la fiesta acababa de empezar. También estaba Sasuke aguantando las tonterías de Naruto mientras esperaba a una persona en especial, Sakura, con quien no llevaba más de dos meses saliendo después de haber pagado su condena al regresar a la aldea. Cerca estaba también uno de los miembros del clan Nara junto a su mejor amigo del clan Akimichi, que sostenía una bolsa de papas fritas que caían por pedazos cada vez que abría la boca para hablar. En otra esquina estaba un chico con un gran can al lado, Kiba y Akamaru, inseparables como siempre, conversando con el chico dueño de los insectos y una muchacha tímida e introvertida que solo mencionaba una palabra cuando se lo pedían; miraba cada vez que podía a cierto rubio que estaba a pocos pasos de ella, este le imitaba de tal modo que los dos se sonrojaban cuando cruzaban las miradas.
Por el vestíbulo, una chica rubia muy bien vestida y maquillada, entraba al lado de una pelirrosa igual de acicalada que la primera, hacían tanto escándalo que su bullicio fue mayor que la música que ponían para animar la fiesta, los demás asistentes no pudieron evitar voltear y verlas.
La castaña se resistía a entrar, luchaba con sus amigas que a jalones le obligaban a avanzar y meterle a la fuerza a la fiesta.

–no quiero!!!– decía como una niña pequeña

–ya es muy tarde, además tu dijiste que aceptabas venir con nosotras

–pero no así, me da vergüenza estar con esta ropa

–oye un momento, mi ropa no da vergüenza

–solo unos pasos más y entramos…– decía Sakura empujando a la maestra de armas hacia adentro de la fiesta, y al fin logró su objetivo –lo hicimos!!!– dijo victoriosa ganándose la atención de los presentes –gommen…– continuó avergonzada

Y para mala suerte de la castaña, que no quería que nadie la viera, su amiga se había encargado de que eso no pase, ya que todas las personas las miraban extrañados.
Algunos de asombraron, principalmente al ver a la Amma prácticamente “diferente”, unos ni la reconocían. Llevaba el cabello suelto que le quedaba casi a media espalda, tenía una blusa de tirantes color rosa que apenas se cubría con una chaqueta malva que le llegaba casi a la cintura, delineando el contorno de su figura, traía puesta una falda carmesí con unos cuantos pliegues que le llegaban a varios centímetros sobre la rodilla, cosa que le desagradaba ya que jamás usaba faldas. Sus mejillas se ruborizaron al sentirse avergonzada por ser el centro de atención, trató de cerrar la chaqueta pero Ino jaló de su brazo hasta llevarla más adentro del sitio.

–Me quiero ir…– rogaba cabizbaja pero ninguna de las otras dos kunoichi le hicieron caso

–donde esta Sasuke-kun?– decía preocupada la pelirrosa al no ver a su novio –ahí está!!!– dijo al hallarlo para luego ir a su encuentro.

Las dos jóvenes restantes se dirigieron a una mesa, donde se sentaron y se pusieron a conversar por un breve momento ya que un pelinegro de piel pálida se acercó a ellas.

–SAI!!!– gritó la rubia lanzándose a sus brazos, está olvidándose de todo se fue junto a él dejando a la pobre Tenten sola, con la mirada acechadora de muchos hombres cerca, jamás se había sentido así, con miedo e inseguridad, no era propio de una kunoichi, pero en ese momento no podía hacer más que solo quedarse en su sitio esperando que sus amigas vuelvan y la acompañen pues esa situación le pesaba demasiado. Nunca antes le habían mirado así, tan… se podría decir, pervertida mente? Un poco quizás.
Miraba hacia todos lados, para encontrar a Lee, pues recordó que este vendría junto a su maestro, pero ninguno de los dos estaban. Vio a Ino muy acaramelada con Sai que no pudo evitar reír, luego a Sakura y Sasuke, y un poco escondidos a Hinata y Naruto. Suspiró un poco alicaída pensando en cómo debe sentirse amar y ser amado, tener a alguien que te quiera, que dijera cosas bonitas y te haga sentir bien con solo estar a su lado. Nunca antes había experimentado todo esto, pues jamás había estado con un chico.


–que hace una señorita tan linda sola en una fiesta?


Volteó asustada al escuchar esa voz, su piel se erizo por el miedo que casi pega un grito. Miró directamente a los ojos aquel sujeto que se había atrevido a hablarle, para ella era un perfecto desconocido. Tenía ojos claros almendrados, piel blanca y cabellos cobrizos un tanto oscuros similares al castaño. Tragó saliva al notar que tan guapo era, casi tan “perfecto” como el único sobreviviente Uchiha, y si tendría que compararlo con Neji, definitivamente no podría hacerlo. El Hyuga era muy guapo, lo único malo de él era que difícilmente se le veía feliz, porque si lo estará, competiría fuertemente con ese chico y el Uchiha por el puesto del más codiciado de Konoha. Aunque a muchas chicas de la aldea no les importaba que fuese tan amargado, de todas maneras lo perseguían, claro que no en exageración como a Sasuke.

–puedo acompañarla?–dijo aquel joven apuesto

–ehhh.- yo-yo … es que…–tartamudeaba sin dejar de mirarlo –es-es que… bueno, mis amigas vendrán dentro de un rato– Miró su ropa, supuso que podría tratarse de un ninja, pero jamás lo había visto en su vida.

–ok, pero yo podría ser su compañía hasta que ellas regresen no?– continuó el muchacho sentándose a su costado, cosa que perturbó demasiado a Tenten que no pudo evitar sonrojarse.

–creo que no!!!– espetó seria, que ni ella misma podría creérselo

–porque?– pregunto el muchacho
–porque…–miró a todos lados como para buscar una buena excusa convincente que le aleje de ese chico. Miró a Sakura que se acercaba a paso lento hacia su lugar, Ino también lo hacía con una gran sonrisa en su rostro, puesto que ya se había percatado del acompañante de la castaña –porque… ahí vienen!!!– espetó aliviada.
–ves, ya llegaron, así que no hay espacio para alguien más…– dijo Tenten victoriosa
El chico solo sonreía divertido por la gracia que le causaba que la joven le evite.
–pero que chico tan guapo– pensaba Ino con mirada de pervertida, y para suerte de ella Sai estaba lejos conversando con otros ninjas, como por ejemplo, con Sasuke.
Sakura abrió los ojos como plato, se atrevió a compararlo con Sasuke en su cabeza, por un momento pensó que él podría ser más atractivo que su novio, pero como siempre le fue fiel hasta en sus pensamientos.
–como que no?– espetó Ino sin quitarle los ojos de encima al muchacho –aquí hay mucho espacio– continuó señalando una de las sillas.
–no se preocupe señorita, yo solo quería asegurarme que esta bella joven se encuentre bien, pero no veo porque tener más preocupación ya que está muy bien acompañada de dos hermosas damiselas…– se expresó de la forma más galante que ninguna de ella habían escuchado en su vida, ni siquiera de parte de sus novios.
Las dos chicas se quedaron maravilladas por aquel joven, que por poco se olvidaban que tenían pareja. En cambio la castaña solo escuchaba desde su asiento, y no creía ni una sola de sus palabras, para ella, simplemente se trataba de un charlatán que solo quería divertirse con la primera que encuentre en su camino. –si no tienes nada más que hacer, entonces puedes irte…
La canción que sonaba en ese momento estaba casi por terminar, los que bailaban empezaban a tomar a su pareja para acercarlos más, pues la nueva música era más lenta y romántica. El joven sonrió ante las palabras de Tenten, pero definitivamente no se rendiría tan rápido.
–claro… me iré… pero antes quisiera que una bella dama me conceda esta pieza
–yo!!!– bramó Ino alzando una mano
–Ino!!!…– susurró la pelirrosa a su amiga regañándola – y Sai?– La rubia bajo la cabeza desilusionada
–como quisiera que Sai sea un poco más como el…– decía en sus pensamientos
–que dice la señorita? Usted sería tan amable de aceptar mi invitación?– dijo el muchacho mirando a la maestra de armas que se sonrojó más de lo común.
–yo?– dijo sorprendida –ehhh… esto… no…no se bailar…– continuó diciendo en un susurro.
–anda no seas tonta…– le decía Ino empujándola hasta lograr que se pusiera de pie
–no creo que sea buena idea…– prosiguió tratando de retroceder.
–Después me lo agradecerás…– musitó Ino en el oído de la castaña mientras seguía empujándola consiguiendo que esta quede frente a frente con el chico. Tenten no pudo resistir más, así que lo acompaño hasta la pista de baile.
–no mentí cuando dije que no sabía bailar– espetó un poco enojada
–no hay necesidad de ser un experto para bailar este tipo de canciones, solo sígueme, no es tan difícil…– dijo el joven tomándola sutilmente de la cintura, Tenten se puso completamente nerviosa, tanto que empezó a temblar –tranquila… es solo un baile…– continuó dándole una sonrisa.
Empezaba poco a poco a tomar confianza, solo bastó ese gesto para sentir seguridad, no entendía porque, pero ese chico era un tanto especial, es decir diferente a los otros, y eso que acababa de conocerlo. Rodeó su cuello con sus brazos y acomodo un poco su cabeza en uno de sus hombres, no era nada del otro mundo ya que los demás lo hacían también. No podía creer que disfrutaba de ese momento, tal vez porque jamás se había sentido así. Su mirada empezó a bajar y vio que en la cintura del chico había una máscara blanca con trazos rojos que dibujaban algún tipo de animal. No pudo evitar sorprenderse y preguntar: –eres… un anbu?
–qué? como lo supiste?
–la máscara… es común en todos los anbu
–claro…– sonrió –y supongo que tú debes ser una kunoichi cierto?, porque una chica normal no lo hubiera sabido
Los dos sonrieron sin dejar de bailar. Se miraron fijamente a los ojos por varios segundos y sonrieron una vez más al desviar sus miradas.
–es divertido…– dijo el chico sin borrársele la alegría en el rostro
–el que?– preguntó extrañada
–aun no sé tu nombre…



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–si hubieses aceptado más antes, no estuviéramos llegando tan tarde– se quejaba un muchacho de grandes cejas
–ya estamos aquí no?– le contestó el ojiperla que estaba a su lado. A él no le importaba llegar tarde o no, solo iba por una causa, cuidar a su prima del estúpido de Naruto.
Los dos jóvenes entraron, había mucha gente en todos los alrededores y el Hyuga empezó a buscar a su prima con el uso de Byakugan, ya que todas esas personas le estorbaban el paso.
Algo llamó su atención, algo que jamás se hubiese imaginado. La sangre le hervía a tal punto de que parecía que iba a explotar, frunció el ceño mostrándose algo molesto por lo que tenía en frente. No era exactamente lo que andaba buscando, pero aquel episodio le enfadó más de lo que le hubiera molestado si veía a su prima con el Uzumaki


–mira Neji, ahí está Tenten…– le dijo Lee.


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Avances del prox. cap.
–estas celoso?
–hmp?– solo dijo muy extrañado por la pregunta de la castaña –porque deberia?
–no lo se...tal vez porque eres mi amigo– respondio con una calida sonrisa
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Tomo de su barbilla y le incito a que mire su rostro, le sonrio dulcemente y con sumo cuidado, limpió sus lagrimas
–nadie puede hacerte sentir inferior sin tu concentimiento
Ella imito su gesto y aunque le costaba, tambien sonrió.
–Tenten!!!– se escuchó una voz, ella volteó rapidamente y se dio cuenta quien le llamaba, se alejo unos centimetros del anbu y asustada contestó: –Neji...

 

CAPITULO 2: "Los celos de Neji"


—aun no se tu nombre…

—yo tampoco sé cómo te llamas…

—¿entonces qué hacemos?, supongo que debo presentarme para saber el misterioso nombre de la bella dama que me acompaña ¿verdad?

Ambos sonrieron una vez más. Definitivamente entre los dos existía cierta química que a pesar de que recién acababan de conocerse era como si ya llevaban varios años de amistad.

—bueno…— tomo la mano de la joven y se inclino en símbolo de reverencia —mi nombre es Seiji, Seiji Yudaina .

—Seiji… mucho gusto— sonrió un poco sonrojada —entonces me toca ¿verdad?... bueno mi nombre es…—. Sus ojos se desviaron hacia la entrada y asombrada exclamó:

— ¡Neji!!!-—espetó sorprendida cuando lo vio entrando junto a Lee. Seiji se extraño de inmediato, pensó inocentemente que ese era su nombre y comento: — ¿Neji? Es un nombre extraño…-

Pensaba que no era un nombre de mujer pero su caballerosidad le impidió decírselo en su cara.
Tenten soltó al ambu dirigiéndose a donde sus ojos estaban clavados. Neji le tomo la menor importancia posible, ignorándola por completo, aunque por dentro estaba explotando al presenciar esa escena. Disimulando que seguía buscando a su prima, continuó su camino con Lee.

— ¡Neji, Lee!— aclamaron a lo que ambos se detuvieron

—Tenten!, pensé que no vendrías…— dijo Lee a la castaña que se encontraba en frente

—si… es que ehhh… — sujetándose la cabeza continuó –Sakura e Ino me obligaron- sonrió

—Estas muy bonita Tenten, pareces otra persona…— le alagó el muchacho de cejas pronunciadas haciendo que la castaña se sonrojara. Pero ni ese comentario hizo que el Hyuga volteara a verla, mas bien, en lo único que se concentraba era en “buscar a Hinata” o así parecía.

—Neji…creí que no te gustaban estas cosas…— dijo tímidamente la maestra de armas para tratar de llamar la atención de este, y al fin logró que dijera unas palabras.

—Vine a otra cosa—dijo serio y frio, tal como siempre era y sin decir más siguió caminando.

Tenten no se sorprendió de esa actitud, prácticamente ya estaba acostumbrada a tal comportamiento y dando un suspiro largo como si ya hubiera pronosticado que el Hyuga dijera aquellas palabras, se dirigió a unos asientos siendo perseguida por Lee.

—Tenten espera… no te sientas mal por la culpa de Neji, es que está un poco preocupado por Hinata por eso es que vino aquí a buscarla

—Hinata?, vino a buscar a Hinata?— espetó la castaña con preocupación

—Sí, es que sospecha que tiene algo con Naruto y…

—Debo avisarle…—corrió a toda prisa


La buscó en toda la fiesta y no la encontró, al igual que Neji que cansado de buscar a su prima se sentó en uno de los asientos a beber algo. Tenten se tranquilizó, pero si Neji los hubiera encontrado seguramente se habría armado un gran lio. Supuso que tal vez fueron a algún lugar donde pudieran estar solos sin que nadie los moleste, sonrió más tranquila alegrándose que su amiga fuese feliz con la persona que amaba aunque sea un amor furtivo.

— ¡te encontré!— le dijo una voz en su oído que le hizo saltar del susto. —pensé que te habías ido Neji…

— ¿Neji?—se sorprendió por la forma en que Seiji le llamó -¿Neji?, pero porque me llamas asi?

— ¿No te llamas Neji?—dijo extrañado el joven ambu

— ¡No!, mi nombre es Tenten… Neji es un amigo mío

—ahhh… perdón — pronunció avergonzado, ganándose una sonrisa divertida de parte de la castaña. —Así que te llamas Tenten… un lindo nombre…— sintió alivio.

—…— también se avergonzó por los cumplidos del ambu

—qué tal si bailamos

—pero…


—nada de peros, hace rato me dijiste lo que estabas a punto de decir y resultó que eres un experta en baile…

—exageras….

—que dices ¿bailamos?

—está bien…

La fiesta se amenizó con una melodía alegre digna de festejo, la mayoría tomó a su pareja para disfrutar aquella canción y festejar así la llegada de la primavera. Seiji y Tenten bailaban y reían, no importaba como lo hacían lo único que interesaba era que ambos gozaban al compas de la canción. Nunca antes en su vida ella se había sentido tan a gusto con alguien, era cierto que lo acababa de conocer pero en los pocos momentos que paso con él, era suficiente para saber que era buena persona.
Ambos eran acechados por una mirada fija y fría, unos ojos que por más de parecerse a una bella y tranquila luna, eran los más gélidos que cualquier persona podría presenciar y sobrevivir al hecho. El Hyuga apretaba los puños de solo verla con ese chico, sus parpados temblaban de la ira y chocaba los dientes con solo ver como la tocaba, como su mano le recorría la cintura, como se acercaba aparentemente para decirle algo en el oído y renegaba por dentro por no saber lo que decía, como y porque ella reía y se veía tan feliz con ese chico a su lado. Bajo la mirada y se levantó de su asiento, se podría decir que se tranquilizó aunque la verdad no era esa. Sonrió irónicamente y salió de la fiesta. A su espalda mientras caminaba se veían los fuegos artificiales que anunciaban la medianoche. No les tomó importancia y siguió su camino.


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—fue un gusto… arigato

—Créeme que el gusto fue mío…— respondió el joven ambu besando la pequeña mano de la castaña. Las mejillas de Tenten no pudieron estar más sonrojadas que nunca, su mano temblaba cuando Seiji la tocaba y su corazón latía al mil por hora. Jamás en su vida había tenido tanta atención de un chico, que la escoltaran a su casa y que se exprese de una manera tan elegante y refinada llenándola de halagos que poco creía si era cierto. Definitivamente ese chico que acababa de conocer habría llegado a su vida para cambiarla.

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La fuerza con las que lanzaba los kunais era grandiosa, sin duda tenía una fuerza deslumbrante pero definitivamente no tenía la certera puntería de su compañera de equipo. Los tronco con las dianas eran los que, se podría decir “sufrían” con cada estocada que el Hyuga les propinaba, con el solo hecho de recordar lo que había sucedido la noche anterior lo llenaba de rabia y cólera, y aun mas darse cuenta en la hora que era y que ella no esté ahí con él como lo hacían cada vez que entrenaban. Era tarde, demasiado tarde y ella no llegaba.

—Neji… lo siento se me hizo tarde…

*—si claro…—* cruzó en su cabeza con sarcasmo; ni siquiera se digno en voltear a verla

—¿estás aquí hace mucho?

El Hyuga no contestó

—uhmmmm… creo que está enojado…— susurró por lo bajo —bueno, entonces tendré que entrenar sola…— dijo con el tono de voz más alto para que el Hyuga le escuché.

Tenten sacó sus kunais y se puso a imitar a su compañero, ambos espalda con espalda lanzaban sus kunais a un punto fijado por sus miradas, las armas de Tenten punzaban con acierto las dianas provocando el disgusto de Neji, sacando a flote ese sentimiento competitivo, ese ego colosal que lo obligaba a no perder, pero mientras más ganas le ponía, peor le salía hasta que termino sentado en el suelo, su respiración estaba agitada y su garganta seca, estaba agotado.

—Bebe esto— una botella con agua aparecía a su frente y por un momento dejo de lado su orgullo y lo acepto, estaba sediento y no pudo rechazarlo

—Arigato— agradeció con la frialdad que lo caracterizaba

La castaña se sentó a su lado abrazando sus rodillas.

—parece que lloverá…

El Hyuga miró el cielo —eso parece…

Ambos se quedaron en silencio por un buen rato, silencio que no les incomodaba ya que estaban acostumbrados, era propio de ellos y aun así se entendían. Y aunque no era común, Neji rompió el hielo con una pregunta que lo sacaría de dudas

—el tipo con el que estabas anoche… ¿de dónde lo conoces?

— ¿ah?... ¿Seiji?... uhmm… etto…— respondió nerviosa rascando su cabeza

— ¿Seiji, se llama asi?

—aja… Seiji Yudaina, lo conocí anoche en la fiesta, es ambu igual que tu, tal vez lo conoces

Neji sintió que ese apellido le parecía familiar, tal vez lo había escuchado hablar a su tío o a la Hokage, pero… claro, al fin lo recordó y no le gustó para nada hacerlo.

—No, jamás había escuchado ese apellido— contestó serio con el seño medio fruncido.

—no?, que extraño, pensé que lo conocías…

—…hmp…

—y…. ¿porque preguntas tanto? no me digas que…

—¿qué?— volteo su mirada a ella

—estas celoso…— afirmó poniéndose de pie en frente de él.

—¿hmp?– solo dijo muy extrañado por la pregunta de la castaña –celoso, yo? ¿Porque debería?

—No lo sé...tal vez porque eres mi amigo– respondió con una cálida sonrisa. El Hyuga también rio por lo bajo, creía absurda la idea de Tenten de creer que el sintiera celos de ese tal Yudaina, su tonto orgullo le hacía creer eso, aunque parecía que en fondo, muy en el fondo le disgustaba la idea de verla junto a otro hombre.

—No estoy celoso…—trató de confirmar

—claro, lo que tu digas… pero yo sé que si lo estas…— empezó a reír en torno a Neji

—Deja de decir tonterías y ponte a entrenar—dijo un poco disgustado poniéndose de pie a su antigua ubicación para empezar otra vez con la puntería.

— ¡estas celoso, si lo estas!

—No lo estoy y ya cierra la boca— dijo completamente disgustado tomando fuerte de la delgada muñeca de la castaña. Pero aun asi, y aunque sintiera dolor por el fuerte agarre, Tenten no se detuvo y rio burlándose de él.

—eres un amargado Hyuga…

—Y tú una inmadura…—. Notó algo extraño en Tenten, algo que la hacía completamente diferente a lo que era todos los días, algo que cambiaba la forma con la que la miraba siempre, algo que llamó demasiado su atención quedando su clara mirada clavada y perpleja al rostro de ella. Soltó la muñeca de la joven y encamino su mano hacia el delicado rostro sonrojado de esta, Tenten cerró los ojos, no podía creer lo que estaba pasando, su corazón latía con mucha fuerza y su respiración se agitaba cada vez más cuando sentía el aproximamiento del Hyuga, hasta que lo escuchó hablar.

— ¿aretes?

—¿ahh?— abrió los ojos nerviosa cuando sintió su mano tocándole la oreja

—pensé que no te gustaban esas cosas.

La joven llevó ambas manos a sus orejas y sintió los aretes que aun llevaba puesto desde anoche y se desilusionó cuando supo porque fue el acercamiento del muchacho.

—ehh… si… no… etto… bueno, no son míos, Ino me los prestó para la fiesta de anoche y olvide quitármelos.

Neji volteó como si no le tomará importancia, sacó dos kunais de su bolsillo para afilarlas una con otra y preguntó:

—y esa ropa que te pusiste ¿también te lo prestó ella?

—sí, también

Una vez más quedaron en silencio por un corto tiempo que fue interrumpido por Tenten. Se había acercado a Neji parándose frente a él con una risita traviesa de esa que tienen los niños cuando algo planea.

— ¿y qué te pareció?

— ¿hmp?

— ¿Cómo me veía anoche? ¿Crees que ese estilo va conmigo? Tal vez debería vestirme más seguido así ¿cierto?

— ¿acaso no te viste al espejo?

— ¿Qué?

— ¿Cómo crees que eso va contigo? Te veías patética, parecías un payaso salido de un circo, con esa pintura en la cara y esa ropa escandalosa…

—Neji…— solo dijo con la cabeza gacha. Sus ojos temblaban y se humedecían, al mismo tiempo que su corazón se destrozaba con esas palabras tan hirientes que el Hyuga soltaba contra ella

—parecías una de esas mujeres fáciles que coquetean con cualquiera, lo único que faltaba era que pongas precio a tu acompañamiento

— ¡YA, CALLATE!— bramó con fuerza en medio del llanto, no podía soportar más esas palabras así que optó por salir corriendo de ahí.
Neji no midió sus palabras, puesto que no sabía cómo decirle que lo que en verdad le gustaba era que fuera solo ella misma, y que no cambie para nada su ser. No sabía cómo decirle que para nada le gustaba que conociera otros chicos, no sabía cómo decirle que tenía miedo a perderla, a perder esa amistad que los unía por años, a perder a su única verdadera amiga y no se daba cuenta que con esas palabras lo único que lograba era alejarla más de su lado.


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Estaba sentada en una de las ramas de un árbol, sus ojos aun reflejaban la tristeza que llevaba después de haber escuchado todas esas cosas que su compañero de equipo le había dicho, y cada vez que lo recordaba sus orbes chocolate empezaban a inundarse nuevamente de dolorosas lagrimas.


— ¿porque estas tan sola aquí Tenten-chan?

—¿ahh?— miro asu frente —Seiji…—, estaba tan preocupada en sus pensamientos que no se percato de la presencia del ambu. Intentó limpiarse las lágrimas rápidamente para que el ambu no sospeche pero no sirvió de nada ya que al parecer llevaba observándola desde hace un buen rato.
El joven bajo su mirada y lo pudo notar, los ojos de la castaña estaban enrojecidos y medio hinchados era obvio que había estado llorando y aunque pareciera extraño el sabia la razón.
.
.
.
.
. Estaba caminando por el bosque después de uno de sus entrenamientos en el escuadrón ambu, caminar para él era como una especie de relajo, una forma de sentirse bien después de la tensión que cada entrenamiento causaba. Sin duda eso le ayudaba a sentir mejor.
Desvió su atención a algo que llamó su atención, una voz que le parecía familiar, aunque nueva (porque acababa de conocerla) pero muy agradable de escuchar.

—eres un amargado Hyuga…—

Le gustó escucharla, ya que desde anoche deseaba volver a verla. Decidió entonces acercarse más a donde le había escuchado, y de no ser por la compañía de la joven, se hubiese acercado para poder saludarla, pero solo se quedo observando.


— ¿y qué te pareció?
— ¿hmp?
— ¿Cómo me veía anoche? ¿Crees que ese estilo va conmigo? Tal vez debería vestirme más seguido así ¿cierto?
— ¿acaso no te viste al espejo?
— ¿Qué?
— ¿Cómo crees que eso va contigo? Te veías patética, parecías un payaso salido de un circo, con esa pintura en la cara y esa ropa escandalosa…
—Neji…—
—parecías una de esas mujeres fáciles que coquetean con cualquiera, lo único que faltaba era que pongas precio a tu acompañamiento
— ¡YA, CALLATE!


Le había enfurecido tanto la forma en que ese tipo le había hablado a la pobre Tenten, que si fuese por el hubiera salido de sus escondite y le hubiese partido la cara, ¿cómo se atrevía a tratarla así, sin ninguna razón? Vio que la castaña escapó de ese sitio y optó por seguirla.
.
.
.

— ¿Qué pasó?— le preguntó al estar a su altura

—Nada… no pasa nada… solo… solo que…— no supo más que decir

El joven ambu tomó de su barbilla y le incitó a que mire su rostro, le sonrió dulcemente y con sumo cuidado, limpió algunas lágrimas que empezaban a brotar de sus orbes.

–nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento
Ella imito su gesto y aunque le costaba, también sonrió. Le pareció un poco extraño, supuestamente él no sabía nada de lo que acaba de ocurrir pero tenía las palabras correctas para hacerle sentir mejor
— ¡Tenten!— se escuchó que llamaban
La castaña se exaltó al escucharlo, volteó y sus ojos se encontraron con cierto Hyuga que andaba buscándola —Neji…– musitó.
El pelinegro rio sarcástico —estaba preocupado… pero veo que esta muy bien acompañada…— dio media vuelta para irse.
— ¡Hyuga Neji… espera!— dijo el otro ninja llamando la atención de la joven que creía que ambos no se conocían
—Yudaina…— gruño entre dientes pero sin ser escuchado. Suspiro y siguió su camino.
— ¡genio Hyuga!— bramó para que Neji se detuviera
Ahora si estaba agotando su paciencia.





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Me disculpo por no haber publicado antes, es una falta de respeto muy grande para los que seguian esta historia, lo siento mucho. pero como toda persona tengo obligaciones que cumplir fuera de este foro. prometo ya no demorar tanto como lo hice (8 meses) aunque mis historias no saldrán tan seguido como lo esperaba, pues estare muy ocupada, pero eso no quiere decir que voy a defraudarlos otra vez. Espero hayan disfrutado este capitulo y prometo avisar a todos los seguidores de esta historia cuando publique el próximo.
Arigato y Sayonara

 

CAPITULO 3: Hyuga vs Yudaina


—¡Genio Hyuga!
Neji dio un suspiro largo y hondo; la manera en como ese tal Yudaina le hablaba parecía que terminaba agotando la poca paciencia que le quedaba y si volteaba era seguro que la bonita cara que tenía el muchacho terminaría destrozada. Suspiró una vez mas y miró fijamente a la castaña que observaba todo muy asustada.
La forma en que la miraba parecía ser que era la forma mas acertada para decirle que ella tenía la culpa de todo lo que estaba pasando, y que solo bastó encontrarlos juntos para darse cuenta que lo que le había dicho antes era prácticamente verdad. Esos orbes perlas se clavaron en la tímida mirada de la joven que no hacia más que solo devolverle la mirada con temor.
El Hyuga dio una más de sus risas irónicas para luego irse dándoles la espalda, y esta vez, Seiji no volvió a insistir.
El joven ambu se percató de lo preocupada que parecía Tenten, tenía la mirada gacha el seño medio fruncido y las manos apretándose bien fuerte entre ellas.

— ¡Tenten!— le llamó haciéndole exaltar

— ¿ah?... qu-que.— contestó asustada

— ¿Pasa algo?—continuó preguntando el Yudaina.

—no… etto yo… yo…— poniéndose de pie continuó —yo… tengo que irme…— sus ojos chocolate se entristecieron otra vez.

— ¿irte? ¿A dónde?— el joven ambu empezaba a preocuparse por la joven maestra de armas.

—no lo sé… solo quiero estar sola—pronunció casi con la voz quebrada, no pudiendo aguantar las ganas de desahogar el dolor que llevaba dentro. Los ojos de Neji lo dijeron todo, era suficiente esa forma de mirar de él para fulminar a cualquiera, para lograr que, con el solo hecho de observar sus grandes orbes minimizar hasta la persona más fuerte de toda Konoha, y eso mismo pasó con la pobre Tenten.
Sin dar previo aviso al que la acompañaba, tomó vuelo y empezó a saltar sobre los arboles. El viento corría con fuerza golpeando su rostro, desviando las pequeñas gotas que empezaban a brotar de sus ojos.
— ¡Tenten!— solo alcanzó a decir. Pensó en ir a su encuentro pero recordó sus palabras. Ella solo quería estar sola y así la iba a dejar, ya era suficiente con todo lo que el Hyuga le había hecho y él no quería empeorar las cosas; pero tenía que hacer algo por ella, y tal vez eso implicaba tener que enfrentarse a Hyuga Neji.


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Neji caminaba a dirección de su casa, estaba un poco cansado, no como solía estarlo después de entrenar pero solo tenía ganas de tomar una ducha fría e irse a recostar a su cama. Metió las manos a sus bolsillos y lanzó su cabeza hacia atrás cerrando los ojos; suspiró para luego abrirlos observando el coloreado cielo que cubría la tarde. Estiró su cuello un poco y luego miró a su frente encontrándose con algo que no esperaba… Al frente de sus ojos estaba Yudaina Seiji.
Siguió caminando disimulando que no lo había visto, pasó por su lado como si no se hubiese percatado de su presencia ignorando por completo al muchacho que se había detenido.
— ¡Hyuga Neji!— le llamó estando ambos espalda con espalda. El joven de cabello cobrizo logró darse la vuelta, lo mismo hizo Neji para encararlo. Ambos cruzaron sus miradas de manera casi aniquiladora.

— ¿Acaso me estas siguiendo?— le preguntó sarcásticamente.

— ¿seguirte? ¡ja! No veo la razón. Pero supongo que te preguntaras porque estoy aquí.— le dijo totalmente confiado y sin temor, no le importaba enfrentarse a un Hyuga.

—No— contestó completamente serio —ni me interesa saberlo.— retomó su camino.

—Veo que no le importas en lo absoluto, parece que ella fuese una desconocida para ti, ni siquiera te arrepientes de lo que le dijiste.

— ¿Hablas de Tenten?— levantó una ceja.

— Claro que hablo de ella… dijo que quería estar sola y la deje ir, pero a ti ni siquiera te importa que es lo que está haciendo ahora, en qué lugar se encuentra.


— Ella sabe cuidarse sola.— avanzó un par de pasos mas.


Se escucho en ese preciso momento estruendos provenientes del cielo, ruidos detonadores que anunciaban un clima no muy bueno.

—Por lo menos podrías mostrar un poco de preocupación… tal vez ella…— no terminó de hablar puesto que el Hyuga adelanto sus palabras.

— ¿apenas la conoces y crees saber mucho sobre Tenten?— rió mofándose .

—no es necesario conocerla de toda la vida para saber lo delicada y sensible que puede ser una de las kunoichis mas extraordinarias de la aldea.— dijo Seiji completamente serio alzando el tono de su voz.

—entonces deberías saber que nosotros como equipo hemos pasado por situaciones peores que estas— señaló el cielo con su mirada y sin esperar respuesta del otro joven dio media vuelta y se marchó.

—entonces eso quiere decir que no te importa—Seiji hizo lo mismo que el Hyuga, terminó lo que le iba a decir y salió a toda prisa del lugar seguramente en busca de la castaña.
Pensó en partirle la cara después de lo último que había dicho ese tipo, pero volteó y ya no estaba, pero ganas no le faltaban para hacerlo. Hasta ahora nadie le había hecho enojar tanto como el Yudaina y definitivamente si se lo volvía a cruzar otra vez, no aguantaría las ansias de golpearlo y darle su merecido.
Grandes gotas empezaban a caer en el suelo humedeciendo todo a su paso, los hombros de Neji empezaban a mojarse traspasando su vestimenta y en su cara las gotas de la lluvia recorrían desde su frente hasta el final de sus mejillas. Su pecho se oprimió, percibía una sensación extraña que poco le agradaba; pensó en breve en las palabras del Yudaina, tal vez había algo de razón en todo lo que había dicho, tal vez debería preocuparse por Tenten.



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Ya llevaba alrededor de dos horas buscándola, había recorrido todo el bosque, prácticamente cada rincón pero no la encontraba. Rascó su cabeza preocupado mirando todo el panorama desde lo alto de un árbol y no podía negar que ya empezaba a desesperarse.
La lluvia incesante parecía nunca acabar pero a él poco le importaba y por ese simple hecho no iba a dejar de buscarla. Escuchó ruidos y acudió rápidamente al lugar donde provenían, se acercó lentamente ocultándose detrás de un árbol. Miró sigilosamente para no ser descubierto y suspiró agradecido al darse cuenta de quién era. Al fin la había encontrado.


Había varios kunais tirados en el piso y muchos otros que volaban en el aire buscando el punto exacto donde caer. La responsable de los tiros lucia muy cansada y agitada pero aun asi no se rendía, era perseverante y obstinada, pero también esa era una buena forma para desahogarse y sacar todo el dolor que llevaba dentro.
Seiji solo se le quedó mirando, no se atrevió a acercarse por temor a que ella se lo reprendiera y solo dejo que siga con su “auto terapia”. No quería compadecerse de ella porque no se lo merecía, pero lo que si quería era hacerle pagar al Hyuga por ocasionarle tanto daño.


El cansancio parecía vencerle haciéndole caer al piso de rodillas, su aliento agitado delataba el sobreesfuerzo que daba a su cuerpo. Tenía las manos desgastadas, con heridas que mostraban la fuerza con la que entrenaba y la fuerza de voluntad con lo que lo hacía, no iba a rendirse eso si estaba seguro, aunque su cuerpo no daba para más, no lo haría. Se puso de pie tambaleando, sus piernas ya no soportaban pero ella quería continuar.
—Solo ocasionas problemas…— musitó refiriéndose a ella misma, culpándose de la molestia que la había ocasionado a su compañero de equipo. Tomó un kunai y se propuso a lanzarlo pero ni sus brazos tenían la fuerza suficiente para poder lograrlo y calló una vez más al piso. Las lagrimas que brotaban de sus orbes se combinaban con la lluvia, solo los sollozos delataban su dolor.
Quiso ponerse de pie otra vez, se sostuvo del piso para conseguir equilibrio pero no lo logro, las fuerzas ya no le alcanzaban y su mirada empezaba a nublarse, su cuerpo débil empezaba a desvanecerse pero antes que llegue al piso nuevamente, sintió que alguien la sostenía. Abrió sus ojos estando poco consiente y notó el rostro de un muchacho que la cogía en sus brazos varoniles. Era Seiji Yudaina, el chico que acababa de conocer pero que ya había hecho demasiado por ella, se había convertido como una especie de ángel guardián, que siempre aparecía cuando ella más lo necesitaba.
No teniendo más fuerza, terminó completamente inconsciente en los brazos del ambu. Cerró los ojos completamente y desde ahí ya no supo más.


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Se sentía completamente extraño, tal vez estaría preocupado o tal vez con rabia. Ni siquiera tuvo ganas de dormir, así que después de ducharse salió a caminar aprovechando el cielo despejado que otorgaba la noche después de la intensa lluvia.
Parecía pensativo, confundido, se sentía tal vez culpable por como trató a la pobre castaña. Era una sensación prácticamente nueva porque jamás había sentido culpa por algo que había hecho; esta vez todo era distinto y lo confundía saber que era por Tenten, pues también jamás había sentido miedo de perder algo que consideraba poco importante, porque a él poco le importaba tener o no amigos. Sentía que empezaba a perder a su mejor amiga y eso le molestaba.
Caminó hasta la entrada de la aldea, se detuvo mirando lo que había cruzando la gran entrada y suspiró, tal vez tenía que ir a buscarla porque era lo mínimo que podía hacer por ella. Empezó a caminar y notó una sombra que se aproximaba desde lo lejos en medio de los arboles, se extraño al principio pero después lo reconoció apretando fuertemente los puños al notarlo bien, principalmente por lo que ese tipo llevaba en sus brazos.
Seiji venia corriendo a toda prisa, completamente preocupado por el estado de la joven, tenía que llevarla al hospital para que la atiendan rápidamente pues ya se había percatado que ardía en fiebre.
Neji se paró en medio de la entrada haciendo que el otro ambu se detuviera.
— ¿Qué le pasó?¿ Que le hiciste?— espetó preocupado mirando a la joven en brazos del Yudaina, algo muy poco inusual en el.

— Eso deberías preguntártelo a ti mismo…— le respondió completamente furioso y siguiendo su camino. El Hyuga se quedó pensando un momento y fue tras él.

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—Estos historiales hay que llevarlos con Tsunade-sama, ella te dirá que hacer — le decía Sakura a una de las enfermeras del hospital de Konoha, entregándole un montón de papeles en sus manos.

— ¿Todos estos?— dijo la joven al mirar tremenda torre que cargaría.


—si, son todos esos, y es mejor que lo hagas ahora o no querrás desvelarte otra vez…— rio al notar la expresión de la enfermera.

—¡No! Entonces lo hare ahora mismo…

Las puertas del hospital se abrieron bruscamente, entrando un joven completamente mojado con una chica inconsciente en sus brazos.

— ¡Alguien atiéndala por favor! — bramó exasperado.

— ¡Tenten!— gritó la pelirrosa al ver a su amiga en esa condición —llévala por aquí, rápido.
Neji recién llegaba y empezó a buscar con la mirada dirigiéndose a una de las enfermeras para que lo ayudaran

— ¿Dónde se la llevaron, donde está Tenten?
La enfermera solo le indicó con la mirada, pues parecía que se había asustado con la presencia del Hyuga.

Neji fue al sitio a donde se la habían llevado. Dio media vuelta al pasillo y encontró al Yudaina sentado en una silla. Ambos cruzaron la mirada de una manera completamente destructora.

— ¿Después de todo lo que hiciste, te atreves a venir hasta aquí?— dijo el Yudaina poniéndose de pie, estaba furioso.

— Tú no puedes prohibirme verla…— contestó el Hyuga con el mismo animo del otro.

La puerta de la habitación se abrió, saliendo la pelirrosa de esta. Miró a ambos chicos que estaban discutiendo y poniéndose seria les dijo:

— ¿Quieren guardar silencio? Están en un hospital, además Tenten no querrá ver a ninguno de los dos si siguen así.

— ¡¿ya despertó?!— bramaron los dos al unisonó, para luego verse las caras ambos con el seño fruncido molestos por la presencia del otro.

—No…— Sakura rio un poco al ver a los dos ambu que se peleaban por ver a Tenten —aun no despierta, pero está bien, ya le paso la calentura…

— ¿Puedo entrar a verla?— pregunto Seiji ganándole al Hyuga. Pero Neji no se quedaría atrás.

— ¿puedo verla primero?, necesito hablar con ella— rogaba el heredero Hyuga a Sakura.

—Calmen chicos… entiendo que están preocupados pero… — pensó un momento —no pueden entrar los dos a la vez…
Los dos ambu se mataban con la mirada, ambos querían verla y había empezado una especie de competencia en ambos. Los dos querían ser el primero en entrar pero sabían que solo uno lo haría antes que el otro.

—Pero…— dijo una vez más la pelirrosa, logrando la atención de los dos muchachos —pero puedo hacer una excepción solo por esta vez… pueden entrar pero si prometen no pelear dentro de la habitación…
Ambos accedieron con la cabeza y se dirigieron adentro de la habitación de la castaña. Aunque poco les agradaba estar uno cerca del otro. Vieron a Tenten tendida en su cama y se acercaron.
Neji la miró completamente arrepentido, su mirada delataba el peso que llevaba al verla asi, se sentía culpable por no medir sus palabras, por ser un estúpido y tratarle de la manera en que la trató. Desvió su mirada al Yudaina que estaba al otro lado de la cama, mirando también con preocupación a la castaña.

— ¿ahora sientes culpa? ¿no crees que es muy tarde?— dijo Seiji, molestando aun peor al Hyuga.

—eso a ti que te importa, no deberías meterte en la vida de los demás.

— imagínate que le hubiese pasado si yo no iba a buscarla… porque a ti no te importó en lo absoluto y no moviste ni un dedo.

—Cierra la boca, porque ganas no me faltan para rompértela.

— ¡ja! Yo no veo la necesidad de hacer lo mismo, ¿acaso no te enseñaron en tu clan que la mejor forma de solucionar las cosas es hablando?

La calma de Neji se estaba agotando y ahora si cumpliría su palabra.

La mano de Tenten empezó a moverse y sus ojos temblaban tratando de abrirse. Ambos calmaron su discusión y se concentraron en la joven.

— ¿Qu-que pasó? ¿Dónde es-toy?— decía la joven con voz débil tratando de levantarse.

—Estas en el hospital… no intentes levantarte que aun esta débil…— le dijo Seiji tratando a que ella regrese a su cama. Neji solo miraba impotente tratando de encontrar las palabras necesarias para decirle algo. No le gustaba para nada ver como ese hombre la trataba, tan gentil y atento como si fuese alguien que la conocía hace mucho tiempo.
Tenten giró su cabeza suavemente pues aun le pesaba, y se percató de la tercera persona que estaba en su habitación. Abrió los ojos asombrada y exclamó: —Neji…

El acudió rápidamente a su llamado.

— ¿Te sientes mejor?— le preguntó serio.

—a-aja si… estoy mejor… gracias— afirmó avergonzada bajando su mirada.


—Tienes que descansar— interrumpió el Yudaina la breve conversación que había comenzado con Neji. La castaña solo afirmó con la cabeza.

—Entonces… ya me voy— dijo el Hyuga dando media vuelta.

— ¡Espera!— la castaña logró que se detuviera —solo quería darte las gracias… por preocuparte.

*— ¿preocuparse? Si ni siquiera se digno en buscarla —*. Pensó Seiji después de escucharla, pues siendo él quien prácticamente la salvó de morir, no había recibido ni un solo agradecimiento de parte de ella, pero a él si se lo agradecía como si hubiese hecho gran cosa. Aparentó que tosía y volvió a romper el momento entre los dos.

—si… el estuvo muy preocupado por ti… — dijo con ironía.

—me tengo que ir. — dijo una vez más el Hyuga sin dejar de mirar a Seiji con desprecio.

—Está bien Neji… adiós— exclamó dulcemente la castaña.


Cerró la puerta tras salir, no podía negar que lo hartaba estar cerca de ese chico que trataba de hacer su vida imposible, ni un dia pasaba que se cruzo en su vida y ya había tenido demasiados problemas ocasionados según el Hyuga por ese muchacho en su opinión fastidioso y arrogante.
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—Tal vez debería irme también…—espetó el Yudaina al notar que ya no tenía nada que hacer en ese sitio.

—Seiji… — dijo tímidamente la castaña —si no hubiese sido por ti… no se qué haya ocurrido conmigo…

El muchacho se sonrojó llevando una mano detrás de su cabeza para rascarla.

—Solo hice lo que cualquiera hubiera hecho… jejeje— rio avergonzado.

La kunoichi también lo hizo pues le causó gracia la actitud del joven ambu. —Arigato. —le agradeció con una de sus tiernas sonrisas logrando una vez más el rubor en el rostro de Seiji.
—No necesitas hacerlo… en verdad…

—Seiji… arigato— dijo divertida

—está bien…— suspiró.


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A la mañana siguiente se preparaba para salir del hospital, ya no aguantaba ni un minuto más estar en ese sitio, no le gustaba para nada ser tratada como una persona dependiente incapaz de hacer algo por si misma, por eso era pocas veces las que enfermaba. Tocaron la puerta a lo que ella acudió rápidamente al llamado.

— ¡Seiji-kun!— se asombró al verlo, principalmente por lo que llevaba en sus manos — ¿y eso?— le preguntó.

El joven ambu traía consigo un hermoso ramo de flores recién salidos de la florería de Ino, quien había atendido al muchacho de una manera especial al enterarse que las flores eran para la castaña.

—Son para ti— dijo extendiéndolas hacia ella.

—Arigato…— se sonrojó.

— ¿Siempre haces eso…?— le preguntó con una sonrisa.

— ¿Hacer qué?— comentó extrañada.

—dar las gracias por todo…

— ¿Y es malo hacerlo?— le reprendió fingiendo estar molesta.

—No, no lo es— le sonrió —solo es una estupidez mía…— Ambos rieron a la vez.

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Una mujer de cabellos cortos y negros corría a recibir el mensaje que traía cierta ave en una de sus patas. Seguramente se trataba de una nueva misión encomendada para shinobis de Konoha.
Abrió el rollo de papel con cuidado y empezó a leer, y tal como lo esperaba era una misión.

—Aldea de la luna…— exclamó y acudió rápidamente a avisárselo a la Hokage.
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Tocó varias veces la puerta y nadie contestaba, así que decidió entrar por sí misma. No se sorprendió con lo que veía pues ya estaba acostumbrada a ese episodio, Tsunade dormía plácidamente sobre su escritorio. La pelinegra se acercó lenta y sigilosamente, le movió el hombro para despertarla llamándola con voz poco audible pero no funcionaba, asi que optó por usar un plan b, y que plan que era.

— ¡Tsunade-sama!— gritó casi en su oído logrando despertarla.

La Hokage despertó al instante muy nerviosa por el susto que le había causado.

— ¡Shizune!— le devolvió el grito pero con molestia e irritación, la joven se asustó completamente que se le podía notar en su cara.

—gommen… gommen— dijo temerosa —es que… acaba de llegar una misión desde la Aldea de la Luna…— le extendió el papel con el mensaje.

— ¿La Luna dijiste?— preguntó un poco más calmada

—Hai

Leyó bien el papel y se puso a pensar, seguramente escogiendo a los ninjas que enviaría a esa misión. Se rasco la barbilla y frunciendo a medias la frente dio una carcajada.

— ¡Claro! Ellos son los indicados…



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En la casa Hyuga



Neji en compañía de sus primas y su tío disfrutaban del desayuno, se escuchó un sonido proveniente de la entrada a lo que una de las empleadas acudió, y al cabo de un par de minutos llegó con un papel a interrumpir el banquete.
—Neji-sama— le llamó con la cabeza gacha en símbolo de reverencia —un mensaje para usted…
— ¿Mensaje?— preguntó con asombro. Lo recibió y empezó a leer.


“SE LE REQUIERE CON URGENCIA EN LA OFICINA HOKAGE”



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En las calles de Konoha


Caminaban dos jóvenes conversando de lo más divertidos y entretenidos, iban a dirección de la casa de la chica que acababa de salir del hospital a lo cual el accedió a acompañarla gustoso por todo el camino. Le gustaba estar cerca de ella, era linda e inteligente, no hueca como muchas chicas en la aldea que solo hablaban de cosas estúpidas, ella era diferente, con ella había razones de sobra para entablar una conversación, cada cosa que decía era interesante y especial así como ella también lo era, su forma de mirar, de decir las cosa tan dulcemente. Le encantaba su naturalidad, su pureza, su sonrisa. Aquella castaña había flechado su corazón.

Apareció un ninja frente a ellos en medio de una capa de humo, a lo cual ninguno de los dos se asombró pues ambos conocían muy bien esa técnica. Sacó un pergamino de su bolsillo y se lo entregó a la maestra de armas para luego desaparecer en la misma nube.
Desenvolvió el rollo y lo leyó:


“SE LE REQUIERE CON URGENCIA EN LA OFICINA HOKAGE”




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Espero que les haya gustado, traté de mejorar los errores que tuve en los capitulos anteriores pero creo que se me escapó algo. No duden en comentar y si fallo en algo todavía no duden a hacérmelo saber. :)

 

CAPITULO 4: Reunión de chicas




Debia de presentarse de inmediato ante la Hokage, y eso precisamente hizo sin acabar antes su merienda; pues el papel decía que era urgente y no podía hacer esperar aquel asunto.
Salió de su casa y se encaminó hacia la mansión Hokage, ya tenía sospecha sobre la causa de su llamado, y como todo buen ninja tenía que obedecer a cualquier misión que le encomendasen.



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—Seguramente es una misión…— musitó la castaña teniendo el papel en sus manos.

— ¿una misión? Pero aun no estás en condiciones para sobre esforzarte tanto…— dijo preocupado cierto ninja que la acompañaba.

—No exageres… estoy bien— le dio una sonrisa —además puede que sea y puede que no… por eso tengo que ir…

—entonces yo te acompaño

—No es necesario— dijo avergonzada pero de nada sirvió pues el chico era difícil de convencer y terminó haciéndolo.

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Tocaban la puerta logrando llamar la atención de la rubia que se encontraba dentro de la habitación, leía unos papeles que dejo en su escritorio para concentrarse ahora en una de sus prioridades recientes, como era el caso de la Aldea de la Luna.

—Pasa…— dijo, sosteniendo su mentón con ambas manos cruzadas.

La puerta empezó a abrirse entrando en ella un joven de cabellos largos y azabaches con ojos semejantes a la luna llena, Neji Hyuga se presentaba ante la Hokage.

—Tsunade-sama— exclamó bajando el semblante en señal de respeto.

—ya estás aquí… ¿y Tent…— no terminó de hablar pues cierta castaña entró corriendo aprovechando que la puerta aun estaba abierta.

— ¡Aquí estoy!— bramó agitada — ¡aquí estoy! Ya llegué…

—bien… ya están los dos aquí…— señaló la rubia. Un muchacho de ojos almendrados y cabello cobrizo se acercaba a la puerta. — ¿Yudaina? ¿Qué haces aquí?

La mirada del Hyuga se concentró ahora en el ambu, no podía ocultar la molestia que le causaba su presencia, principalmente que haya venido junto con Tenten. ¿Pero porque vino junto con ella? Seguramente ahora andaba pegado a ella para ponerla en contra del heredero del bouke porque razones le sobraban para hacerlo pues el Hyuga no hubiera dudado en hacer eso mismo. Recapacitó un poco más y se dio cuenta de la verdad. La noche anterior Tenten estaba en el hospital y saldría esa misma mañana. ¡Maldición! Lo había olvidado por completo y para colmo de males, el Yudaina se le adelantó.

—Tsunade-sama—la reverenció Seiji —solo vine a acompañar a una amiga— miró con una sonrisa a Tenten.

—Aja… me está acompañando…— espetó avergonzada y ni siquiera había tomado importancia a la presencia del Hyuga.

— ¿A que nos llamó Tsunade-sama?— preguntó Neji para, se podría decir, poder llamar la atención.

—Bien, vamos al grano…—cogió unos papeles en su mano y continuó —se presentó una misión muy importante pedida por un pueblo de la Aldea de la Luna, la autoridad de este se encuentra dividido entre dos familias que quieren tomar el mando, ha habido enfrentamientos y reyertas que han afectado a los pobladores es por eso que la familia que se encuentra al mando ha hecho un llamado de ayuda de parte de Konoha, es por eso que…— miró fijamente a los dos jóvenes que habían sido llamados —ustedes se encargaran de esta misión.


— ¡Hai!— espetaron ambos al unísono.

— ¿Una misión?— dijo sorprendido el chico que se encontraba más atrás —pero Tenten aun no puede realizar ese tipo de cosas, ni siquiera acaba de recuperarse.

**— ¿que se cree, su papá?—** dijo Neji entre sus pensamientos.

—Tenten puede hacer lo que le parezca bien, y si lo desea puede rechazar la misión— le interrumpió el Hyuga mirando a la castaña esperando tal vez que dé una respuesta.

—Seiji-kun— lo miró apenada —no te preocupes demasiado, estaré bien— sonrió. Neji miró al otro chico con arrogancia causándole gracia como la castaña lo contradijo.

—Aunque digas que estarás bien, no me fio de ese Hyuga— miró desafiante al otro ambu.

—Seiji-kun, por favor…— trataba de calmarlo para que no se arme un lio con Neji en ese momento. Neji solo rio en su sitio, no pensaba mal gastar su tiempo en, según él, niñerías, cosas absurdas como salir peleando con ese Yudaina. Estaba ahí por la misión que le encomendarían y no para contestar las cosas que le decía.

— ¿Qué sucede?— Tsunade se había enojado —dejen sus problemas fuera de este sitio y concéntrense en su nueva misión. Ahora Neji, Tenten… alisten sus cosas que partirán mañana a primera hora.

—Pero… Tsunade-sama… ¿Gai-sensei y Lee?— preguntó extrañada la castaña.

—ellos no irán, les tengo otra tarea a ambos, así que solo irán Neji y tu.

— ¿Solo… los dos?— tragó saliva al darse cuenta que solo iría con Neji, solo estarían él y ella en la misión, solo los dos por todo el camino, solos los dos.




Al salir de la oficina de Tsunade…

— ¿Estarás bien?— preguntó Seiji a la castaña que estaba caminando a su lado.

—Claro… solo es una misión como cualquier otra

—Pero… no confió en el, después de lo que hizo…

—Neji es así, y son solo pocas las personas que logran comprenderlo, pero en el fondo es una buena persona, eso lo sé…— dijo defendiendo a su amigo.

—Eso lo dudo… y lo que me preocupa es saber que estarás sola con él y ninguno de tus amigos ira.
—Si… pero…— se apenó bajando la mirada.

— ¡Tenten!— una voz femenina clamaba su nombre llamando completamente su atención.

— ¡Ino!— devolvió el llamado con un gesto de felicidad al ver a su amiga. La rubia miró a ambos y en seguida puso una cara de pervertida seguramente empezando a creer tonterías.

—Tenten, no me habías dicho nada...— se acercó a ambos haciendo que estos se junten más.

— ¿ah? ¿Decirte qué?— dijo inocente e ingenua, peculiar forma de ser de la castaña.

—ya no te hagas… que bien escondido lo tenias, y yo que pensaba que eras lenta en estas cosas.

— ¿Qué? ¿Por qué dices eso?— seguía sin comprender hasta que el joven Yudaina intervino.

—Señorita Ino…— dijo cordialmente.

—Diiiiiiiiiiimeeee—suspiró la rubia como si se derritiera con la presencia del muchacho.

—Creo que ha mal interpretado las cosas— dio una de sus lindas sonrisas —Tenten y yo solo somos amigos—. Ino frunció el seño mostrando un poco de molestia aunque era predecible que Tenten no accediera rápido a salir con ese apuesto chico, en verdad le faltaba bastante que aprender de ella.

—Era de esperarse…— dijo suspirando con resignación —bueno, me tengo que ir… la frentona de Sakura me está esperando y… — miró a la castaña — ¿Tenten no quieres venir?

—Claro— sonrió accediendo a la invitación.



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Era una reunión de chicas en la habitación de la pelirrosa, solo chicas y nadie más, siempre hacían eso para contarse sus cosas y Tenten tomo esa pequeña reunión para relajarse antes de salir a su misión de mañana.

—Asi que iras a una misión…— dijo la pelirrosa a la joven maestra d armas.

—Si— afirmó —salgo mañana por la mañana…— continuo mientras terminaba su bebida.

— ¿Por qué a ti te enviaron a una? Hace tiempo que yo no voy a una misión, eso no es justo…— dijo la Yamanaka fingiendo estar molesta.

—jejeje… no lo sé…— espeto avergonzada la castaña.

—Salir con Gai-sensei y Lee a una misión es algo complicado verdad Tenten…— dijo con una sutil voz una tímida muchacha, Hinata Hyuga.

—Eto…— la castaña se puso a pensar —ellos no iran…— continuó nerviosa.

— ¿entonces con quien iras?—dijo llena de curiosidad la pelirrosa.

Tenten se puso aun más nerviosa ante el interrogatorio de sus amigas.

— ¡No me digas que iras con el guapísimo de Seiji!— dijo efusiva la rubia levantándose de su asiento.

— ¿Seiji?— preguntó Sakura — ¿no es ese chico que conocimos en la fiesta y que bailó contigo, Tenten?

—etto… si pero… no digo si— empezó a tartamudear hasta que dio un suspiro para poder relajarse pero no logró contestar, hasta que la rubia volvió a interferir.

— ¡tu sola con ese lindo chico en una misión! ¡Qué suertuda eres Tenten!— continuó Ino. Y justo en el momento que Tenten estaba a punto de decir con quien iría verdaderamente a su misión, otra de sus amigas se interpuso.

—Me hicieron recordar la primera misión que fui sola con Sasuke…— la pelirrosa suspiró —fue tan lindo… de solo recordar que esa vez fue cuando…— se sonrojó.

— ¿Qué?— preguntó con curiosidad la castaña.

—Creí que ya lo sabían todas— dijo sonriente Sakura — es que esa vez fue cuando perdí lo más preciado que una mujer puede tener.

— ¿Lo más preciado?¿y estas feliz por haber perdido algo tan preciado?— espetó Tenten sin hacerse idea de lo que hablaba su amiga, era demasiado inocente al hablar de esas cosas.

—Ay Tenten ¿en serio ni te lo imaginas verdad?— dijo la rubia —la frentona habla de su virginidad.
— ¡¿Qué?!—la castaña se asombró.

—Pero Sakura no es la única que pasó por lo mismo y en una misión ¿verdad Hinata?— la rubia logró que la peli azul se avergüence.

— ¡Yo!... —dijo la Hyuga completamente sonrojada —bueno… es verdad— lo aceptó.

—entonces tú y Naruto… ¿también?— la castaña no podía creer lo que sus amigas le confesaban.

—Si…—respondió cabizbaja —fue esa vez que Tsunade-sama nos envió a una misión al país de la Hierba, también fuimos solos…

—Yo no necesito de una misión para estar a solas con mi Sai…

— ¿Tu también Ino? — La castaña no podía estar más sorprendida—entonces yo soy la única de todas ustedes que…

—Pues si— dijo Ino —pero ahora que iras a una misión con ese galán, ¿todo cambiará no?

— ¡No!—la castaña se enojó un poco —a él lo acabo de conocer… además no iré con él… iré con…— suspiró para poder soltarlo —Neji…

— ¿con Neji?... entonces las cosas cambian… te tendrás que quedar vistiendo santos…—se burló la Yamanaka.

—Pero cualquier cosa puede pasar, uno nunca sabe…—dijo la pelirrosa, tal vez para aumentar las esperanzas de la castaña.

—Pero yo no estoy desesperada porque ocurra…— finalizó la maestra de armas firme y seria, aunque en sus mas profundos pensamientos tal vez quería que ocurra y no podía ser otro mas que el Hyuga que le robaba el sueño.




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Muy corto verdad? pero el siguiente capitulo sera mas largo y con mas Nejiten ... solo espero que les haya gustado :)