Kanagawa Kamakura

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Kamakura, una ciudad en una montaña a la orilla de un fuerte mar; para llegar a ella el cuerpo debe desafiar muchas pruebas hacia la cima. Si los aventureros no conocen el camino será un camino muy peligroso.

Contenido oculto

El mapa de Kamakura se actualizará cuando se conozca el terreno.

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Gobierno:
Dominado por Kato Harima en la cima

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La base de la montaña estaba rodeada de árboles y rocas difíciles de escalar, la entrada hacia el camino a la cima era un viejo templo, el cual está completamente descuidado, el lugar huele a humedad y tierra, no hay luces encendidas, no hay adornos, sólo un vacío que el aire llena, su eco puede dibujar en la mente de quien lo escucha, cada rincón de esa estructura abandonada y todo lo que la rodea. Incluso los árboles parecen sacudir sus hojas con tristeza.

 

Kenzaburô

El trayecto a caballo fue distinto y eso se debía a que el ronin no había montado tanto en su vida; el animal movía la cabeza y resoplaba por lo bajo cuando el samurai sujetaba las riendas con demasiada rudeza. Kenzo acarició la crina del animal y le dió varias palmadas en su cuello. Fue cuestión de tiempo para que ambos se entiendan y el viaje a galope sea más a meno.

Se colocó junto a Hideyoshi y le mostró la carta que había recibido de su informante, hace dos lunas atrás en Gifu.

—Ésa es la razón, señor Hideyoshi. Quizá la historia te resulte difícil de creer y admito que cada vez que lo pienso me sucede lo mismo; parece una historia de cuna para los críos. Pero la mujer que escribió esas líneas jamás me mentiría. Y algo me dice que tengo que volver a Tsu para averigüar de qué se trata.

Giró el cuello en busca de Mao y le sonrió a la distancia.

—Que Mao me acompañe no me tranquiliza demasiado, temo por su salud por mi impulsividad. Pero al menos será la razón de intentar pensar bien todos los movimientos antes de actuar. Será mi soga a puerto, como la de los barcos. Ella evitará que la corriente me arrastre.

Tras una larga pendiente difícil de ascender, finalmente llegaron a la entrada. Ver tanta gente alarmó a Kenzaburô al principio, quizá era una emboscada... pero alejó esa idea cuando reconoció a Takano.

El ronin también bajo de su caballo y tomó las riendas con la mano izquierda para que el animal no se escapara. Observó el grupo que tenía adelante y vió rostros que ya conocía, pudo reconocer a Kuroki a Kohaku, también a la bella Misato, a Heya, a Yuzuki; la mujer que había atendido sus heridas en Tsu. Y Natsu, el hombre que sabía de venenos.

Kenzaburô no guardaba mucha empatía con su grupo pero era nada más porque no había compartido tanto como lo hizo con Hideyoshi, Mao, Togashi y el propio Takeda. Pero verlos allí reunidos le daba la sensación de que dejaba de ser un extraño más ante el resto de clanes que habían logrado reunir.

—Y nuestro entrenamiento lo dejaremos para cuando regrese. —dijo finalmente hacia Hideyoshi. —Y la cacería como igual. ¿Que me dices? De esa forma tendrás que mantenerte vivo hasta entonces.

 

Mao/Masuyo Kobayashi

Que Kenzaburo quisiera volver a Tsu en busca del rumor removió sus alertas, en parte por partir solo a un lugar que podía serle peligroso al haber huido de sus celdas, pero también por que Kibo era su objetivo final. No importara que tan segura estuviera Ayame de lo que vio, ella también podía dar por verdad de que Kibo era un niño, risueño y con anhelos, que podía amar y de seguro también tenía miedos. No sabía que planeaba hacer Kenzo con él, pero tenía la necesidad de asegurarse de que no fuera nada malo, protegerle si fuera el caso. La confianza que le mostró Takeda hacia las habilidades de sigilo que poseía se sintió reconfortante, cálido, aparte de ayudarle a estar más cerca de que Kenzaburo aceptara su compañía. Si resultaba así, intentaría dar lo mejor posible para ayudarlo.

Se marcharon de Kai a caballo, en dirección a Kamakura. Al inicio se sorprendió al enterarse de que utilizarían aquellos animales, pocas veces había tenido la oportunidad de montar uno, por lo que los nervios en las primeras horas de viaje fueron bastante notables, aun así era gratificante ir aprendiendo de a poco como convivir con la criatura, observando como el resto de integrantes interactuaban con el suyo y recibiendo consejos directos cada tanto.

Llegaron a una de las entradas de Kamakura cuando dejaron atrás la madrugada, el arrullo de los árboles junto al resonar de las patas de los caballos contra las piedras le sentaba nostálgico. Aquel bosque era parecido al que le había visto crecer de pequeña, así que poco le importaba lo desolado que parecían los alrededores, el ambiente le resultaba cómodo. Poco se demoró en aparecer el pelotón que buscaban, eliminando con rapidez la tensión generada ante la idea que fueran enemigos. Repasó con velocidad el grupo ajeno, este también parecía haber aumentado su número de integrantes, pero le preocupó la ausencia de algunos del grupo inicial, pero el intercambio entre Takeda y Takno le aseguró que podía mantenerse tranquila al respecto. Lo que no le transmitía tanta calma era la presencia de Natsu, él había desaparecido en la noche caótica de Tsu, le sorprendía verlo de vuelta.

 

Natsu Gotho

Observó a su alrededor, entre los frondosos árboles, el aire puro, el graznido de las aves entre las ramas, en los nidos. El viaje había sido bastante tranquilo, demasiado quizá, como la calma antes de una tempestad.

Sentía interés por ir a ver qué podía recolectar, sin embargo se quedó calmo en su posición, mirando apenas a los recién llegados sin interés alguno, identificando un par por encima de los demás. Respiró con aquella parsimonia innata, perdiéndose su vigilancia visual entre las verdosas matas que sobresalían en arbustos, sintiéndose en un flujo manso.

Era agradable ese sitio.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Entrando en Kamakura

Leyó la carta.

"¿Qué... estoy... leyendo?", se preguntó.

La dobló y se la devolvió. Se quedó mirando hacia el suelo con el ceño fruncido, inclinando su cuello hacia la dirección de Kenzo, como quien está a punto de mirarte pero antes debe elucubrar algo.

—Dices que esta mujer jamás te mentiría, y te creo. ¿Pero no has pensado que pueda estar... desvariando?

El camino hacia Kamakura fue largo, y en ese entonces empezó a ver señales de vida humana más adelante, ya que había pasado un tiempo desde que habían visto a alguien por fuera del grupo.

—Bueno bien parece que tendremos compañía nuevamente. Entonces parece que deberemos seguir aplazando nuestro duelo... tienes suerte ronin.

Había muchas caras nuevas, Takeda se reencontró con viejos amigos. Pero había algo que le preocupaba a Hideyoshi... en efecto, demasiadas caras nuevas, y demasiado tiempo separados. Aún el líder de los Minamoto debería conversar con Takano, pero ese era solo uno de los problemas. Lo que a Hideyoshi le preocupaba era otra cosa.

"Mucho tiempo separados... muchas caras nuevas... muchas historias desconocidas, muchos caminos... muchas posibilidades... si alguien de los presentes nos ha traicionado, estaremos todos muertos en cuestión de tiempo", pensó.

Se acercó a Takeda y le comentó sobre sus preocupaciones, al oído.

—No deberíamos confiar en todos ellos como si fueran hermanos de siempre. Puede que sean palabras duras, y no me refiero solo a los nuevos rostros... ¿si alguien de ellos nos ha traicionado? Algunos de ellos nunca me han gustado, para serte sincero, por un lado ese niño que jamás nos muestra el rostro, Kohaku, pero sobre todo ese otro sujeto, Natsu... ¿dónde estuvo todo este tiempo?

Sembró la duda en la mente de su líder. A veces sembrar una semilla de un cultivo diferente, aunque no fuera del gusto del granjero, podía evitar una cosecha desastrosa.

 

Riku

Luego del incidente anterior, mis compañeros no trataron de evitar que monte solo. Y yo, estando borracho, la verdad tampoco me importo tanto.
El razonamiento quedó a la deriva.

En este medio día sobre la montura, de alguna forma me las arregle de mantenerme sobre el caballo. Aún cuando me tiraba a los costados a vomitar debido a la agitación.

Finalmente llegando al destino mí estómago se siente totalmente arruinado y mí boca apesta. Toda mí voluntad y fuerza me abandonaron en este camino infernal.

Justo en la entrada, se reunía una gran variedad de personas. Pareciendo tener la intención de esperarnos.

Si son enemigos. Estos vienen con colores más diversos... Obvio serán más peligrosos.

En un movimiento adelantado a lo peor, tras detener el caballo, me bajo y lucho por dar pasos hacia la vanguardia del grupo.

Lástima, pasos es todo lo que pude dar y me derrumbe al suelo de cara antes de siquiera contar con la fuerza de sacar la katana.

Estoy muerto. Y de forma tan humillante. Incapaz de dar la más mínima lucha antes el enemigo.

El asalto por parte de los enemigos no llego por mucho que permanecí recostado esperando.

Gritos, olor a sangre o el sonidos de espadas chocando. No registro ninguno de ellos.

"¿Halidoz?". Digo en voz alta a nadie en particular.

 

Bosque; entrada a Kamakura (Takano; Takeda; Rengo; Clan Tao; Clan Azai; Clan Fujiwara Matsuda; Natsu; Kuroki; Kohaku; Misato; Heya;Yuzuki; Kenzaburô; Mao; Hideyoshi; Riku; Togashi)

Takeda y Takano seguían hablando un poco de lo que había sucedido en esos días de separación de los grupos; no estaba en los planes de ninguno ahora estar rodeados de mayor número de aliados y eso era un poco preocupante para la logística de movimiento. Takano se alejó un poco para contar a los presentes y analizar bien sus rostros. Taiyo hacía exactamente lo mismo pero su rostro era de completa confusión y de preocupación mientras acomodaba su sacó en la parte trasera del caballo, a diferencia de Takano quien se veía mas calmado, tratando de ver si podía crear un sistema de reconocimiento más efectivo, pero se acercó a Taiyo al ver que este estaba ocultando algo; y así era, de su saco salió disparado a sus brazos un pequeño perro, el cual había estado alimentando en secreto de su grupo.

Contenido oculto: Inosuke

Kirara, líder del clan Fujiwara se llevó las manos al rostro de vergüenza; mientras que Taiyo su segundo al mando lo colocó a el perro nuevamente en el saco; este se mantuvo quieto sólo sacando su cabeza.

—¿Trajiste a Inosuke? — dijo Kirara en voz baja hacia Taiyo, no quería que todos los vieran; después sacudió a Riku y olió su cuello, si, estaba nuevamente ebrio —Pensé que estabas tomando agua, maldita sea— Shinko, su hermano menor colocó su dedo índice en la boca para mandarla a callar y luego señaló como Takano los observaba molesto. Yami se acercó a Takano y le dijo que no se preocupara por esa escena. Mientras Kirara seguía completamente avergonzada de la primera impresión que estaba dando el clan Fujiwara. Takano ignoró a Yami mientras se alejaba para observar los pasos de Natsu y así no perderlo de vista; a su vez de revisar que todo el clan estuviera presente.

—No lo traje, se coló; de hecho se comió gran parte de nuestras provisiones, así como Riku vació nuestro sake— dijo Taiyo también avergonzado, mientras Inosuke volvía a saltar de la bolsa para correr junto con Kenzaburo y Mao; los reconocía pues habían estado con él en el dojo en Kai, se levantó a dos patas para saludar a Kenzaburo y luego dejarse caer de panza frente de Mao. Kirara ya no sabía dónde esconder su rostro, fue Shinko aquel muchacho que jamás hablaba quien sujetó a Inosuke, quien molesto comenzó a orinarse como una fuente, provocando la estruendosa risa de Matsuda quien corrió a acariciar al perro.

Contenido oculto: Clan Fujiwara

Kirara; Taiyo; Yami; Shinko

Mientras aquello sucedía, Hideyoshi externó sus pensamientos con Takeda, quien trataba de no reirse manteniendo la compostura para no hacer sentir peor a Kirara ante tal escena —Es uno de mis mayores miedos; ser atacado por aquellos en los que confío; Kohaku ya ha defendido mi espalda una vez en combate y Natsu curó mis heridas; me es difícil desconfiar; pero entiendo tus preocupaciones, y no pasarán desapercibidas—dijo en voz baja —Sé que aquí en Kanagawa las dudas se disiparán y estaré agradecido si puedes ayudarme a ser mis ojos con respecto a esas situaciones— suspiró —Además hay caras nuevas que debo comenzar a investigar —dijo observando al clan que estaba a un lado de Kuroki.

Zeng estaba observando fijamente a Takeda; no le gustaba que tuviera un confidente dando secretos en su presencia, aquello le parecía descortés, pues el no estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones, las cuales comenzaba a notar más en Japón que en su natal China. No dijo nada mas ante Kuroki, pues esperaba que alguien lo presentara como era debido.
Yin, su hermano menor notó aquella actitud en su hermano, pero no estaba interesado en discutir con él por el momento, prefirió mantenerse a un lado de Misato ya que ella siempre tenía una actitud alegre que lo tranquilizaba; Ujihisa sólo permanecía a un lado de Zeng mientras limpiaba la mugre de sus uñas y la lanzaba al suelo, tenía una fijación alarmante por mantenerlas limpias en todo momento.
Satou escuchó las palabras de su hijo y sonrió —Veo que lo tienes en alto estima hijo; es un honor por fin conocerlo, ya que fallé en encontrarlo tantas veces —

Contenido oculto: Clan Tao

Zeng; Yin; Ujihisa; Satou

Contenido oculto: Rengo

Después Kuroki tomó por sorpresa a Rengo quien miraba a Takeda con seriedad, al escuchar su voz tardó en salir de su ensimismamiento para después mirarlo y sonreir.

—Tendrás muchos, eso puedo asegurarte; supongo que Takano explicará un poco cómo es que subiremos; pero puede decirte que esta es sólo una de las entradas a Kamakura —dijo mientras observaba la gran puerta abandonada que llevaba a aquella estructura vacía y abandonada —dentro hay diversos caminos, la mayoría estrechos o difíciles para entrar; los que parecen amplios y firmes suelen ser caminos que llevan a un rincón sin salida, otros caminos tienen trampas— comenzó a reirse como si se hubiera acordado de un buen chiste —Mi hermana y yo solíamos ponerlas y dejar que Jiin o Takano cayeran en ellas.

Take; el hombre con la máscara que había cuidado al primer grupo en llegar, estaba cuidando de lo caballos cansados, alimentándolos y dándoles de beber, sólo un poco para que estos no se empacharan y después enfermaran.

Mientras algunos hablaban entre ellos Tetsuo y Terunobu esperaban detrás de Takeda como guardias; pero fue Tetsuo quien interrumpió la plática discreta entre Hideyoshi y el líder Minamoto —Puedo notar que los presentes están un poco tensos, creo que nuestro líder debe dar unas palabras; debe iniciar a acostumbrarse a hablar en un público grande— mencionó Tetsuo quien sabía de formalidades debido a su condición como hijo del señor feudal de Nagano.

Contenido oculto: Clan Azai

Tetsuo;Terunobu

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—Creo que necesitamos un poco de información; veo demasiada confusión en la mayoría de las miradas, aunque agradezco ver que el miedo sólo en muy pocas— comenzó a decir Takeda, llamando la atención de los presentes, pues algunos se mantenían ocupados amarrando a los caballos, escondiendo a Inosuke; otros el mirar el frondoso paisaje y la mayoría se mantenían allí en una lucha de miradas un tanto incómodas por la reunión tan abrupta e inesperada, cada quien con el grupo que conocían mientras otros se mantenían en soledad —Iniciamos este recorrido en Nara, con un grupo con escasos integrantes el cual podía entrar sin problemas en una casa pequeña; Nara nos tomó por sorpresa y perdimos miembros valiosos, mientras escapabamos con heridas en una victoria que parecía ser una derrota ante cualquier mirada, así inició nuestro viaje, Takano; Matsuda y Fuji; Ukita; Kenzaburo; Mao; Misato; Natsu; Kohaku y Kuroki— observaba a cada uno mientras los iba nombrando —Cuando llegamos a Tsu, conocimos nuevos aliados, Hideyoshi; Togashi; Heya; Daichi y Yuzuki; aquella ciudad nos retó a elementos que algunos de nosotros creíamos completamente desconocidos, fue allí mismo que perdimos de vista a Natsu —clavó su tranquila mirada en él, somo si con ella le preguntara a dónde había ido cuando el equipo lo necesitaba —Fue entonces que nos dividimos en tres grupos seleccionados por Takano, quien es mi segundo al mando, el estratega del clan, mi confianza es absoluta hacia él.

Takeda se detuvo unos momentos mientras miraba hacia arriba; la montañana sería un desafío enorme y mucho más lo que les esperaba en la cima; pero sabía que tenía un desafío igual de trascendente en ese momento, y debía abordar todo con calma, debía hablar con Takano cuanto antes pero no podía ignorar su papel como líder, dejando a todos correr por el bosque desconfiando uno de los otros, desconociendo sus nombres y sus propósitos.

—Digo todo esto para dar a entender que mi clan aun es muy joven; y las personas aquí reunidas están por el recuerdo de aquellos quienes portaron alguna vez el mismo apellido que yo—El viento resoplaba entre los grandes sauces y bambús que habían alcanzado una gran altura, haciéndo énfasis en que aquel sitio no estaba acostumbrado a la presencia de las personas, que ellos eran los invitados y no los dueños de aquel espacio —Yo no soy Sogo Minamoto, mis ideales y conocimientos son diferentes —quería dejar claro que si estaban allí por el recuerdo de su difunto padre, sus convicciones no estaban en el sitio correcto —El clan Fujiwara; los Azai, los Harima, los Minami, Los Asakura... y así puedo nombrar a distintos clanes aliados — dijo mirando a algunos específicamente —Siempre juraron lealtad con los Minamoto como nosotros con ustedes, pero esta guerra va más allá de tradiciones y moral, esta guerra se basa en la lealtad que en verdad tengan hacia la causa —colocó su mano en su pecho — en la lealtad y confianza que tienen en mi.

Bajó su mano, mirando al clan Tao, quienes desconocían realmente lo que sucedía en las tradiciones japonesas —Inicié este viaje en una afrenta en Nara, allí hablé sobre mi fuerte arraigo al código bushido, el cual mantengo. Mi fortaleza espiritual en el budismo. Y mi confianza en cada individuo que jure pelear a mi lado, no pelear en mi nombre; no morir por mi; sino vivir a mi lado— Takeda estaba siendo severo con sus palabras —Mi nombre es Minamoto no Takeda —dijo con fuerza — Todos los aquí presentes tienen pasados; algunos tratan de ocultarlos, otros ostentan sus apellidos con orgullo; otros tratan de huir de sus pasados; otros tratan de revivirlos. Sea cual sea su motivación para unirse a mi será escuchada—dijo colocando su mano en el pecho — Vuelvo a decirlo; sus acciones hablan de mi, porque mi nombre cobija sus pasos; sus acciones de ahora en adelante son mi responsabilidad; su bagaje está en mis hombros— dejó caer su mano, el recuerdo de aquellos que ya no estaban a su lado calaron hondo —El clan Taira cree que somos insignificantes; pero vean a sus alrededores, no están solos; el enemigo cree que por venir a hacer ruido entre nosotros es más fuerte; pero mil árboles que crecen hacen menos ruido que uno que se derrumba— el viento se agitó dejando caer varias hojas secas mientras Takeda señalaba a la montaña —Lo que nos espera allá arriba puede que sea más fuerte que nosotros; pero una gotera horada la piedra—

Aquellas últimas palabras las internalizó demasiado, pues no sabía que esperar, Kamakura aun era incierto y aquello no era ni la mitad de preocupante de lo que sería una guerra en Kyoto —En estos momentos debo hablar con algunos de ustedes en privado, es por ello que les doy este tiempo de reflexión, escucharé a cualquiera que tenga algo que decirme; pues me es muy importante que confíen en mi.

Después de aquel discurso se acercó a Takano y lo sujetó fuertemente del hombro —Debo hablar contigo —la seriedad en la voz de Takeda preocupó a Takano inmediatamente, aquellos que conocían a mabos podían notar aquella tensión.

 

Mao/Masuyo Kobayashi

A pesar de mantener el ceño fruncido la sorpresa se vio reflejada en su rostro cuando vio a Inosuke salir del bolso de Taiyo. La escena le había hecho algo de gracia, pero optó por mantener la compostura llenando sus pulmones de aire, soltándolo luego con suavidad tras cruzarse de brazos. Para rematar, Riku parecía haberse vuelto a pasar con el sake, no pudo hacer más que mirarlo con una mezcla de pena y desagrado, para luego simplemente ignorarlo. Se mostró incrédula cuando el can se echó frente a ella con su panza al descubierto, provocando que destensara tanto su frente como los brazos. Se quedo en blanco unos segundos y cuando hizo el ademan de acariciarle fue demasiado tarde, Shinko lo tomó con la intención de llevárselo, ganándose la mirada fastidiada de la chica, quien con su expresión amarga de vuelta observó el ataque estrella de Inosuke. Al parecer había que tener algo de valor para llevarle la contraria.

Se desprendió un poco del grupo para ir a respaldarse en el sauce más cercano, repasando otra vez a los presentes. Aparte de Fuji, faltaban Ukita y el hombre que se les había unido en Tsu, también se fijó en el señor que compartía bastantes similitudes con Kuroki, ¿estarían relacionados o era mera coincidencia? Lo próximo en llamar su atención fueron las vestimentas de Zeng, el corte, la costura y forma le trajeron recuerdos de golpe. Los días en que tenía la oportunidad de ver las confecciones que hacia su madre, tan pulcras y elegantes, que terminaron fusionándose con las tradicionales ropas japonesas que creaban las señoras de su hogar. Sacó el amuleto que le entregó su padre en Nagano, sobándolo con delicadeza mientras lo miraba con nostalgia, un recordatorio de lo que fue su familia y que no podía permitirse caer sin antes reencontrarse con Hideki.

Al escuchar la voz de Takeda volvió a guardar el amuleto, junto a la figura de piedra que le había dado Kenzo. Era verdad, su líder se haría responsable de cada error que cometieran. Cuando llegara el momento de volver a Tsu con Kenzaburo tendría que demostrar que podía confiar en ella, tanto como ella ya lo hacía, y sobre todo no volver a cometer los mismos errores.

 

Misato Aoyama

Luego del pequeño paseo por el mercado y la adquisición de mi nueva vestimenta, el tiempo transcurrió hasta recibir la orden de Takano de ir hasta Kamakura, algunos como Daichi y Ukita optaron por alcanzarnos más tarde, esperaba que estuviesen cómodos en donde estuviesen.

Cuando partimos en nuestros caballos llegamos hasta una zona montañosa casi irreconocible, mi vista nunca se apartó de los más oscuros árboles y alerta hasta del crujido más leve.Una zona boscosa siempre podía acarrear una trampa infalible para viajeros en terreno desconocido.

Y como esperaba un individuo nos sorprendio, instintivamente mi mano reposaba en el mango de la katana hasta que pudimos comprobar la buena voluntad de Take de ofrecernos hospedaje en su hogar como guardián del bosque.

Amablemente llevo a los caballos a donde pudiesen descansar y alimentarse; el viejo guardián dedico el resto de su tiempo escuchar nuestras historias en un cordial ambiente. La noche transcurrió en paz con la esperanza de ver una vez más al clan reunido...al menos los que puedan estar presentes.

Asi un nuevo amanecer llego mientras descansaba apaciblemente en el futón, cuando en la lejanía el sonido de múltiples caballos galopaban en nuestra dirección, até mi cabello y mis sentidos estaban alerta...aquellos galopes...sonaban como un gran contingente de ataque, justo cuando los rayos del sol se asomaban sobre la montaña ¿Venia una batalla?

Pero el destino nos sorprendería una vez más, al salir a recibir los jinetes sonreí al ver rostros conocidos.
— ¡Son ellos! Que alivio verlos con bien..al fin...

Takeda, el señor Kenzaburo, Hideyoshi, Togashi el samurái hambriento que ayudamos y la pequeña Ryouma arribaron junto a otro grupo, nuestro viaje había cosechado valiosas alianzas. Todos parecían interesantes aunque uno de ellos tropezó claramente borracho...delirando sobre un ataque imaginario.
Arrugue mi nariz con disgusto pues no soportaba ver a un ebrio, más le valía estar a cierta distancia...igual no me acercaría a un grupo desconcido.
Pero entre ellos pude ver un adorable y curioso acompañante ¡Un perro! Si no fuese por mantener una imagen hubiese ido tras el cachorro, pero sus dueños parecían tenrlo bajo control.
Era un grupo algo particular, pero seguro de gran habilidad si Takeda pidió su ayuda. Observé a Yin que estaba a mi lado tratando de alejarse del resto.

—Si el es Takeda, todo un líder nato que busca recobrar el honor de su clan ¿No cree?—le comenté a Yin sin apartar la mirada de Takeda quien dirigió un breve discurso— los dioses fueron bondadosos en permitir cruzar nuestros caminos.

>>Nos espera un gran desafío a partir de aqui...aunque como un clan unido saldremos victoriosos y más fuertes.

 

Riku

Se me escapan unos gemidos mientras lucho con el propio peso de mí cuerpo y trato de levantarme.

Todo mí brazo tiempo de forma descontrolada cuando lo uso de apoyo, mientras me llevo la otra alrededor de mí estómago. Mirando el suelo, toso lo último del vómito que me quedo en la boca.

Me demore unos minutos en volver a recomponerme y tomar una posición sentada, tomándolo con calma en reunir energía.

"No estoy... Borracho". Respondo a lo de Kirara de forma lenta, la garganta me arde y en solo pensar en ello me enferma. "Al menos, no ahora. Tuve un mal viaje".

Es innegable, si, bebí de más en la fiesta. Al menos uno de nosotros tenía que estar festejando, dejarse dominar por el mal ánimo no es lo correcto.

Al parecer no estoy echo para montar luego de beber varias botellas.

"Con gusto acepto esa agua". Termino de hablar lamiendome lo labios secos.
Estuve demaciado cerrado en mí mismo, la presencia de Inosuke no me pareció para nada fuera de los normal. No lo llegue a considerar demaciado.

Es un buen cachorro.

Preste atención en lo posible al discurso de Takeda, llamándome el interés un par de sus palabras.

Espere a que terminara de hablar con Takanl y cuente con la fuerza suficiente para levantarme.

Me acerco lentamente a el, no queriendo moverme demaciado.

"Desearía aprovechar esa charla privada". Le digo con una sonrisa, queriendo demostrar que lo de Kai quedó atrás.

Si Takeda quiere ir al frente. No es una desición la cual pueda detener.

 

Bosque; entrada a Kamakura (Takano; Takeda; Rengo; Clan Tao; Clan Azai; Clan Fujiwara Matsuda; Natsu; Kuroki; Kohaku; Misato; Heya;Yuzuki; Kenzaburô; Mao; Hideyoshi; Riku; Togashi)

Zeng sintió la mirada de Mao y también se detuvo a observarla, sostenía algo que parecía brillar en su mano, pero no podía distinguir que era, aun así esto le intrigó; así que forzó su visión logrando definir la forma de aquel objeto antes de que lo guardara; Zeng sonrió al notar que representaba, al menos estaba agradecido de que en ese círculo de personas existiera alguien con conceptos tan importantes como lo era el Yin y el Yang. Observó después hacia su hermano quien conversaba con Misato.

—Creo lo mismo señorita Aoyama; puede que sea apresurar mi juicio con tan sólo escuchar su discurso, pero creo que será lo mejor unir fuerzas con ustedes, esto dependerá de que decida Zeng, aún así tengo un buen presentimiento —dijo Yin hacia Misato.

Takeda observó a Riku con preocupación; no por querer conversar con él sino por su estado de salud, Kirara sujetó a Riku por los hombros desde atrás para mirar a Takeda —Nosotros esperaremos aquí; ve a conversar con Takano, este asunto es privado— dijo alejando a Riku con ella mientras Takeda afirmaba y se alejaba con Takano. Luego Kirara miró a Riku y lo jaló —Vamos, debemos escuchar esa conversación, Taiyo está ocupado cuidando de Yami y ahora Shinko cuidando a Inosuke, así que me acompañarás por si necesito ayuda— dijo en voz baja hacia Riku mientras seguían discretamente a Takeda y Takano, posiblemente sería mala idea llevar a Riku, pero si la decubrían al meno podría crear una buena excusa junto a Riku.

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Profundidad del bosque (Takeda; Takano; Kirara, Rengo, Riku; Natsu y Yuzuki)

Takano siguió a Takeda hacia el bosque; Yuzuki fue la primera en seguirlos con sutileza, manteniendo gran distancia entre ellos, cuidando sus pasos. Natsu también se acercaba por el otro extremo, Takano no esperaba que Takeda necesitara hablar con él en privado así que por la premura olvidó encargarle a alguien cuidar los pasos de Natsu.
Takeda y Takano avanzaron hasta estar rodeados del frondoso bosque, ambos con la guardia baja debido a la preocupación que ambos cargaban. Yuzuki y Natsu también se detuvieron, mirándose uno al otro con fastidios, mientras otro par de ojos se les unían, era Rengo quien avanzaba más cerca de Natsu, al mirar a ambos sonrió, para después señalarle a Kirara quien también estaba oculta pero más alejada de ellos. Rengo comenzó a escalar un árbol con cuidado para después descansar en una de sus ramas como si fuera un felino.

—Yo también necesitaba hablar contigo Takeda —dijo Takano mientras sobaba su cuello, no era por dolor, era más un reflejo de su nerviosismo —Necesitaba disculparme contigo...

—No debes hacerlo— interrumpió Takeda abruptamente —No creo que las disculpas que me quieras dar ahora puedan ser ofrecidas después de lo que necesito decirte.

Takano frunció el ceño mientras lo observaba con mayor preocupación; se cruzó de brazos dispuesto a escuchar.

—Te he dicho de mi encuentro con varios integrantes de los clanes aliados, y ellos junto a las propuestas hechas por Hideyoshi me han hecho considerar hacer algo que va en contra de tus palabras; es por ello que requiero me escuches hasta el final —decía Takeda para evitar que Takano lo tratara de interrumpir, este se limitó a respirar con fuerza, mostrando su desesperación

—Cuando el viejo Obata me dijo que buscara a Jiin, sabía que podía confiar plenamente en él, Obata no recomendaría a alguien si este fuera a traicionarme; por ello escuché sus preocupaciones, cuando me dijo que no podía viajar conmigo a Nara mencionó que era debido a que debía preparar a Kato, por eso mismo siempre consideré que tu plan de volver a Kamakura era lo correcto, era el lugar que debió haber sido mi hogar desde el inicio, el lugar dónde debía entrenar y estudiar para la guerra contra los Taira— Pausó un poco mientras trataba de acomodar sus palabras en su mente sin éxito alguno; mientras Takano apretaba su agarre, cada vez más impaciente.

—Desconocía mis deberes como señor de Kanagawa; no conocía la visión de aquellos que fueron sometidos por Kato Harima tanto políticamente como físicamente; tú y tus hermanos entre ellos. Sólo conocía la simple premisa de volver a Kamakura ¿Para qué? No estaba seguro, pero sabía que confiaba en aquellos que me decían que ese era el mejor camino, el cual aun creo que es correcto...

—Sé que me dijiste que esperara hasta el final pero no puedo más, Takeda; dime que es lo que planeas hacer, yo no soy un señor feudal al que debes hablarle con preámbulos, yo soy tu subordinado— interrumpió Takano

Su reciente encuentro con la política lo obligó a tener que explicarse por cada acción y cada palabra, era parte de su rol, el cual debía asumir; Takeda suspiró, dejando ir toda esa confusión en su mente para que lo que estaba a punto de decir no sonara tan abrupto; pero esque lo era, y no podía suavizarlo aunque lo adornara de todas las palabras que conocía, y aunque lo hiciera, eso no entraría en la mente de su amigo, quien sacudía siempre todas las palabras innesesarias para llegar a la raíz de una oración.

—Al llegar a la ciudad de Kamakura pienso desafiar a Kato Harima, debo tomar su vida para recobrar la confianza del pueblo de Kanagawa— dijo con claridad, mirando de frente a Takano.

Takano soltó una risa seca mientras negaba, aun con los brazos cruzados —¿En un duelo uno a uno?

Takeda afirmó mientras Takano negaba con mayor fuerza.

—No podrás vencerlo. A menos que se le ataque en un grupo a desventaja para él, algo que sé que tampoco planeas hacer por tu honor de guerrero, te conozco lo suficiente para saberlo. Ninguna salida lleva a que salgas con vida; así que me niego, no pienso guiar el camino hacia tu tumba, y menos guiar a un grupo de personas que te plantearon ideas como esas —dijo Takano para después tensar sus dientes, haciendo que su mandícula se sobresaltara, estaba enojado.

—Ellos también se negaron a que yo pelee con Kato; pero no pienso mandar a nadie mas a enfrentar mis peleas

—¡No vas a ganar, Takeda! —La voz molesta de Takano era de absoluta preocupación, ya había soltado sus brazos y los levantaba irritado ante las palabras de Takeda.

—Debes confiar en mi, no planeo perder— mencionó Takeda sin duda en su voz —No voy a caer ante Kato Harima.

—Puedo planear otras estrategias para que recuperes Kanagawa, y lo sabes; eres tú quien no está confiando en mi — reclamó Takano mientras masajeaba sus sienes —Puedes llevar la cabeza de cualquier Taira y recobrarías a tu pueblo; Kato sólo ha abandonado la prefectura; pero no fue él quien arrasó con su gente, estás enfocando mal tu estrategia. Lo que quieres es quedar bien con tus nuevos aliados, en los cuales no confío.

—¿Estás negando que Kato Harima debe responder ante sus crímenes?

—¡Estás sentenciando a mi padre!— dijo Takano deteniéndose en seco; recordando su actitud ante la situación que había aflorado tanto en Nara como en Tsu, en ninguno de esos momentos estaba dudando como ahora lo hacía, sus emociones se interponían; pues a pesar de todo lo malo que sentía hacia su padre, no podía negar que este era su sangre. Incluso cuando pensaba pelear con él para defender a su hermano, no estaba considerando matarlo, sólo darle una lección. Estaba defendiendo a un criminal de guerra sin darse cuenta. Takano se giró para dejarse caer al suelo con piernas cruzadas.

Takeda avanzó y se dejó caer junto a él —La justicia no es sencilla; ni siquiera la mia es la única correcta. Pero no te estoy pidiendo que tomes esta decisión por mi, yo ya la he tomado; sólo quería informarte, esto no recae en tus hombros, sólo debes confiar en mi juicio. Pues no creo haber perdido la cordura, aun pienso con claridad, y no planeo enfrentarme a un espadachín invicto como lo es Kato sin un plan.

Takano no lo miró, pero se vió obligado a preguntar —¿Cuál es el plan?

Takeda sonrió —La muerte sería el camino sencillo; me llevaría a dejar de preocuparme constantemente por mis responsabilidades. No puedo tomar el camino sencillo —miró a Takano — Nunca lo he hecho.

Rengo quien escuchaba desde la rama del árbol bajó de golpe frente a ellos —Aprecio que tengas la decencia de querer hablar con Takano sobre esto; pero somos cuatro hermanos—su tono era severo, y su mano reposaba sobre su katana —Sólo un Dios tiene la justicia perfecta—dijo mientras observaba el mala en la muñeca de Takeda, sonrió —La reflexión es el camino a la inmortalidad; la falta de reflexión es el camino hacia la muerte; el mismo Buda lo dijo, y aquí estás tú, ignorante, sin saber que has sido manipulado

Tanto como Takano como Takeda se levantaron alertas de la reacción de Rengo.

—No he sido manipulado, he reflexionado cuidadosamente mi decisión, es sólo mia—mencionó Takeda con calma —Y tienes razón; debería de avisarle a los cuatro hermanos.

Rengo afirmó satisfecho —No me refiero a esta decisión; se un poco menos confiado, recuerda que eso llevo a tu padre a su muerte— mencionó sin tacto, confundiendo a Takeda pues no entendía a qué se refería —Y ahora que lo menciono, Kato Harima es el resultado del abandono de los Minamoto, tu padre es el verdadero culpable de la situación en Kanagawa, mi padre es sólo la consecuencia —dijo mirando todo el tiempo a Takeda —Claro que mi padre debe morir, él lo sabe; simplemente no ha muerto porque nadie ha podido matarlo—dijo con tranquilidad alejando su mano de la katana —No es su tiempo de morir, y tampoco el tuyo —dijo señalando hacia Takeda; guardó silencio por unos instantes para después afirmar hacia la nada y sonreir —Tanto él como tú son responsables de lo que sucede en Kanagawa, así que un desafío me parece correcto.

Rengo siempre resultaba ser un alguien bastante confuso, Takeda no podía distinguir si estaba molesto o simplemente alegre.

 

Riku

Este tema del duelo contra Kato, sea quien sea, todos parecen tener algo que decir. O incluso hurgar por está charla...

Al ser arrastrado por Kirara, no me quedo de otra que ponerme a escuchar y vigilar.

La audición no se tratara de mí mejor sentido en este momento, haciendo que todo lo que pude oír llegará como susurro.

Mantengo el sigilo. Permanezco de pie apoyando la espalda contra un árbol, conteniendo las ganas de recostarme otro rato en el suelo, apenas asomando la cabeza para así ver a Takeda.

Su discusión privada no es algo de mí interés, si forman una estrategia o llegan a un cambio de planes nos lo acabarán diciendo en su momento. Escucharlo antes de tiempo y oírlos discutir, no trata algo demaciado de mí agrado. Demasiadas vueltas...

Kirara, por otro lado, se mantiene firme en querer escuchar. Llegando al extremo de traerme hasta aquí en caso que la atrapen.

"¿Te preocupas?". Pregunto simple y directamente, manteniendo mí voz en el volumen más bajo posible.

La respuesta es casi obvia, pero quiero oírlo de ella. Hasta donde llegará con tal de ayudar a Takeda...

 

Profundidad del bosque (Takeda; Takano; Kirara, Rengo, Riku; Natsu; Yuzuki y Kuroki)

Takano abrió la boca para tronar su tensada mandíbla a consejo de Yuzuki; mientras que Rengo seguía observando a Takeda, afirmando a las correctas palabras de Yuzuki mientras Takeda dejaba escapar un respiración profunda que contenía a raíz de las palabras de Rengo. Nuevamente recibía las palabras como golpes a su pecho.

Kirara escuchaba mientras Riku se acercó a ella para preguntarle directamente sus pensamientos, manteniendo su posición de alerta de manera sigilosa. Kirara lo miró alejándose unos segundos de aquella conversación.

—Me preocupo desde que lo conocí— admitió ante Riku — Desde aquel día en el bosque sentí esa necesidad de permanecer a su lado, debía protegerlo. Y a su vez, sabía que él podía defenderse solo —volvió a clavar su mirada ahora en Yuzuki y Rengo —Aquel día yo aun tenía un líder a quien seguir; es por ello que no pude aceptar la propuesta de Takeda de unirme a su lucha. Ahora yo soy líder del clan porque ese día tomamos una mala decisión; llevando a la mayoría de los Fujiwara a morir inútilmente. Yo no planeo dejar que ninguno de ustedes muera, porque todo me preocupa Riku, nunca estoy tranquila; pero míralo —dijo refiriéndose a Takeda —El siempre mantiene la calma, incluso cuando está en desventaja.

En ese instante Yuzuki comenzó a rodear a Takano, Rengo y Takeda como un lobo asechando, Rengo parecía impresionado, pues no se había dado cuenta de ello; Takano se mantenía alerta, cruzando esporádicamente su mirada con la de la chica mientras Takeda cerraba los ojos, atento a cada sonido.

—Voy a escuchar siempre las palabras que tengan que decirme los que considero cercanos a mi; por degracia nunca tendré a todos satisfechos con mis decisiones— mencionó Takeda aun con los ojos cerrados — Hace unos días en Nagano pude visitar un viejo templo, uno que Chikusa siempre quizo conocer, allí arriba en aquella montaña helada pude meditar junto a Togashi; Hideyoshi; Kenzaburo y Mao. Entendí que no debo ocultar lo que siento ante ustedes, pues puedo admitir que en mi interior también hay obscuridad, pero no soy doblegado por ella —abrió sus ojos — trato de enfrentar esa obscuridad a la cara y con la frente en alto, para entender que también eso es parte de mi. Y al aceptarlo, entender que al hacerlo soy capaz de ver la luz que también existe a la par—Rengo no pudo evitar mirarlo con suma atención.

Takeda miró a Takano, colocó su mano en su hombro; miró a Rengo, quien a pesar de sus palabras, no podía evitar sonreír a su lado; luego a Yuzuki, quien aun los rodeaba, esperando una mejor respuesta. Algo que pudiera disipar sus dudas e inquietudes. Veía esa dinámica en los tres, eran una familia, protegiéndose uno al otro, y le dolía saber que en ese momento de lo que se defendían era de él. Alguien que también debió haber sido hijo de Kamakura, pero no fue así.
Recordó su resolución hecha en el templo de Nagano, frente a lo que quedaba de la espada de quien fue su hermano, uno que no fue jamás de sangre pero si de espíritu. Por ello su resolución era fuerte, si su alma no sentía arrepentimientos, sus decisiones iban por buen camino, eso lo tranquilizaba.

— ¿Qué es lo que debes de hacer si el pájaro no canta —hizo la pregunta soltando el hombro de Takano —Unos dirán que debo matarlo, porque si no canta es inútil; otros dirán que es cuestión de tiempo, que el pájaro cantará cuando esté listo. Yo sé que ambas posturas no pueden representarme, no porque estén mal, sino que ninguna deja mi espíritu tranquilo—dejó un pequeño silencio para hacer una respiración profunda —¿Qué es lo que haría yo para que el pájaro cante? —levantó la mirada enfrentando su propia obscuridad —Hacer que el pájaro quiera cantar

Rengo soltó una risa mientras observaba a Takano, pues sabía que su hermano detestaba hablar con metáforas —Hey Takeda, no recites poesía para quién no es poeta; esa de hecho es una frase de Kato Harima. Los que crecimos en estas montañas tendemos a expresarnos distinto. Sin modales, cómo dijo Yuzu.

—Hacer que el pájaro quiera cantar— mencionó Takano cruzando sus brazos.

—Así es, mi plan original era convencer a Kato, hablar con él como lo he hecho toda mi vida. Pero eso era un error, que aunque parece el plan más pacífico es el que en verdad me hubiera llevado a mi derrota, era lo que querían decirme en Nagano y yo no lograba entender. —Miró a Takano y sonrió —Hasta que me acordé de ti, Takano; él cómo nunca he logrado hablar a profundidad contigo; y así lo entendí. —dijo haciendo una leve reverencia hacia los tres como disculpa, después se irguió — Voy a desafiar a Kato porque esa es la única manera de hablar con un guerrero de Kamakura, en una pelea.

Aquellas palabras desplegaron una leve sonrisa en Takano. Takeda había entendido todo, siendo él quien se adaptaría a sus comportamientos en lo que consideraba su viejo hogar. Takeda no se estaba rebajando, simplemente estaba siendo humilde al aceptar lo que representaba Kamakura, no sólo para él, sino para todos los que crecieron allí.

"Si te encuentras un espadachín, saca tu espada; no recites poesía para quien no es poeta"

Una frase que Takano había dicho con anterioridad, así como lo había hecho recientemente Rengo. Takano no había comprendido cómo esa frasa lo definía hasta ese momento, la repetía constantemente, posiblemente para defender sus acciones toscas con los demás. Yuzuki ya lo había entendido hace tiempo, al igual que Rengo.

—Ese es el verdadero camino del sable aquí en Kamakura; así como el budismo es el camino para ayudar a los demás y entenderse a si mismo; el confusionismo es el camino para reforzar la enseñanza—miró a Yuzuki —Para un médico, el curar es la forma de seguir el camino—luego miró a Rengo —Efectivamente, el poeta sigue el camino de la poesía— Takeda no tenía planeado explicar sus acciones, quería demostrarlas; pero allí estaba, nuevamente adaptándose a la situación —Esta pelea va más allá de la vida o la muerte; esta pelea será entendimiento y resolución. Hablaré con él con mi katana, y lo haré escuchar.