Holaa! Bueno, este es mi primer fanfic y estoy un poco preocupada por si estará bien... Espero que os guste. También espero que los datos como el genero y la edad estén bien porque no estoy muy segura. En fin, espero que me podais ayudar si algo está mal. Ah, también quiero decir que este fanfic está basado en la canción Kagerou days, original de Hatsune Miku y perteneciente al album Kagerou Project, si no me equivoco. Esta es una saga muy interesante pero también muy extensa pero os la recomiendo. Bueno, ahí va mi fanfic. Prólogo. La casa de nuestra abuela era uno de nuestros lugares favoritos en los que jugar cuando éramos pequeños. La abuela nos quería un montón y aunque a veces nos regañaba porque nos pasábamos de traviesos nos regañaba mucho menos que nuestros padres. Pero nuestra abuela era un poco peculiar. Tenía una extraña obsesión con los relojes. Había montones de relojes por toda la casa: de pared, de pie, de cuco, de muñeca, de bolsillo. De todas las edades y tamaños. Pero había una habitación concreta en la que no nos dejaba entrar solos. La “Habitación del Tiempo”, decía ella. Un día pasamos con ella y nos contó historias maravillosas sobre los relojes mientras los íbamos viendo. En cierto momento, un reloj llamó mi atención. Era un reloj de bolsillo dorado que colgaba de una cadena y se encontraba sobre una mesa de roble antigua. Lo abrí y una música empezó a sonar, hermosa, parecida a la de una cajita de música que la abuela le regalo a Rin. Pero era extraño. La hora y la fecha del reloj estaban mal. Mi abuela, al oír la música abandonó apresurada la mano de mi hermana Rin y me quitó el reloj de las manos, muy alterada. - Ni se te ocurra tocar este reloj, ¿me oyes? Este es el reloj Círculo Cerrado y es muy peligroso. Sin embargo algo ocurrió después. Rin y yo debíamos de tener unos 10 años cuando un día mi abuela salió a comprar y nos dejó solos en su casa. - Ne, Len, me aburro... Oye, ¿por qué no pasamos a la Habitación del Tiempo? Una extraña petición. Ni siquiera me molesté en mirarla; seguí viendo la tele. - Va, venga... Es que yo... tengo la llave de la puerta. Me sobresalté. La abuela siempre llevaba consigo esa llave así que Rin debió de robársela. Pequeña ladrona. Pero yo también estaba aburrido así que accedí a ir con ella. Estaba nervioso. Rin abrió la puerta de puntillas (ella era muy bajita) y ambos pasamos. El tic-tac conjunto de todos los relojes era inquietante y se me puso un nudo en la garganta. Empecé a tener miedo sin razón alguna y al mirar a mi hermana gemela puede ver que ella sintió lo mismo pero, ¿por qué? Rin acudió a su buen humor pero esta vez fingido. - Va-vamos a explorar. Inmediatamente volvió a llamar mi atención aquel reloj. Como un autómata lo cogí y lo abrí. La musiquita ahora era inquietante. El reloj seguía sin estar en hora y lo más curioso es que tenía la misma hora y fecha que el día que lo abrí por primera vez. Faltaba un minuto para que... El estruendo fue terrible. Los relojes de cuco sonaron al unísono, los de péndulo hicieron sonar las campanas... y el que yo tenía en la mano se detuvo con una sacudida. Tal miedo, tal pánico recorrió mi cuerpo en aquel momento que solté el reloj y al salir corriendo lo pisé y se rompió con un horrible crujido que pareció destacar sobre el estruendo de relojes marcando la hora en punto. Desde aquel día nuestra relación con la abuela se fue enfriando hasta que ya apenas la visitábamos 3 veces al mes cuando antes casi vivíamos en su casa. Cuando mi abuela volvió y vio lo que habíamos hecho se asustó, se enfadó y se volvió silenciosa. Recuerdo que me echó una bronca terrible, peor que la de Rin y me habló sobre las consecuencias de romper ese reloj. Pero yo no las recuerdo. Se perdieron junto al recuerdo de la fecha y hora que marcaba aquel reloj. La fecha... Tadaaan! Primero, este es el prologo. Una aclaración para los siguientes capítulos que no sé cuantos serán exactamente: Ocurren 2 años después cuando Rin y Len ya tienen 12 años. En fin, espero comentarios.
Hola! Bueno, tal vez el prologo no dice mucho y tampoco tiene demasiado que ver con la canción pero... es un fanfic. En fin, voy a poner el primer capítulo a ver que tal. Comentad, pero no seais malos. Capítulo 1 Las 12 y media del 15 de agosto. Hacía buen tiempo. Tú y yo charlábamos en los columpios del parque sin tener nada que hacer, bajo los abrasadores rayos del sol. Este fin de semana me tocó a mí quedarme con papá y ti con mamá. Esto pasaba todos los fines de semana desde hacía un año ya que nuestros padres estaban divorciados. Tú conservaste siempre tu buen humor pero yo me volví más huraño con todo el mundo menos contigo. Hoy te habías puesto tu vestido rosa de verano favorito (Aunque se veía algo infantil para tus 12 años) y llevabas, como de costumbre, tu lindo lacito blanco. Además tenías sobre tu regazo el gato negro de mamá. - Pero ¿sabes?, a mí no me gusta nada el verano.- Dijiste descaradamente y con la cabeza en alto. Puse cara de incredulidad y tú sonreíste. Ah... en aquel momento el gato escapó de ti. Saliste tras él y yo te seguí, pero sin correr. En cuanto pisaste la carretera el semáforo de peatones cambió a rojo. - ¡Rin! Salido de la nada, un camión apareció en la carretera y te golpeó mientras gritabas. Me quedé de piedra en el borde de la acera. Tu sangre estaba en el asfalto, el camión, el semáforo... sobre mí. Tu aroma mezclado con el olor de tu sangre me dio náuseas y me llevé las manos a la boca. - Esto... ¡Tiene que ser mentira! - No es ninguna mentira- Se burló la bruma de verano. Y antes de que pudiera llegar a tu frágil e inerte cuerpo, me desmayé. Me desperté en mi cama. Afuera se oía a una molesta cigarra. El reloj de mi móvil marcaba las 9 y 45 del 15 de agosto. Pero es extraño, murmuré mientras estábamos nuevamente en el parque. Aquel sueño era tan real... De hecho, mientras te lo estaba contando, tu gato escapó de tu regazo pero cuando saliste tras él te agarré por la muñeca. - ¿Y si nos vamos ya a casa?- Te dije sin soltar tu muñeca. Ah... en cuanto pisamos la acera la gente comenzó a gritar y a señalar hacia arriba. Una barra de hierro del edificio de que estaban construyendo se acababa de soltar y caía hacia nosotros. En apeas un instante, soltaste mi mano y avanzaste. La barra de hierro cayó y te atravesó por la espalda con un horrible crujido. Grité y aquel olor mezcla de tu aroma y tu sangre inundó la escena nuevamente. - Esto... ¡Tiene que ser un pesadilla! - No es ningún pesadilla – Se burló otra vez la espesa bruma de verano. Terrible, aquello era terrible. Tú habías muerto dos veces y yo no había podido hacer nada para salvarte. ¿Qué estaba ocurriendo? Estaba aterrado y no sabía qué hacer. Yo... otra vez me estaba desmayando pero, ¿puede ser que te viera sonreír cuando la barra te atravesó? Um... Quedó intrigante? De todas formas creo que sólo tendrá un capítulo más, espero que os haya gustado por el momento.
Em... Siento haber tardado tanto en poner la continuación. Espero no que fuera demasiada molestia, aunque ojalá alguien comentara... En fin, ahí queda el último capítulo. Capítulo 2 Cuando me desperté nuevamente el 15 de agosto a las 9 y 45 salí corriendo en tu busca; tenía que salvarte, de alguna forma... Te encontré en los columpios, me acerqué a ti y te arrastré por la muñeca fuera del desastre. No te atropelló un camión ni te atravesó una barra de hierro. Pero, estábamos subiendo las escaleras del puente que cruzaba la carretera cuando volví a ver a la burlona y espesa bruma de verano que sonreía macabramente y negaba con la cabeza. Sí... en aquel momento tu mano se soltó de la mía y caíste por las escaleras. Una vez y otra, y otra moriste delante de mis ojos sin que yo pudiera hacer nada para salvarte. De millones de formas a la cual más variada. Me di cuenta hace mucho tiempo de que tú y yo estábamos atrapados en un círculo vicioso del que no encontraba la forma de salir. Te conté lo que pasaba cientos de veces y otras tantas no pero eso no sirvió. Esto lleva ocurriendo durante décadas. Pero sé que hay una forma de volver, de pasar esto, de regresar al invierno en el tan bien lo pasábamos juntos. Era hora de terminar con esto. Cuando el camión estaba a punto de golpearte, te empujé a un lado y me puse en tu lugar dedicándote una sonrisa antes de que me golpeara a mí. Ahora fue la mezcla de mi aroma y el olor de mi sangre, que era prácticamente la misma que la tuya, la que inundó el ambiente. Mi sangre manchó el asfalto, el camión, el semáforo... y a ti y a tu vestido favorito. Gritaste y te llevaste las manos a la boca mientras me mirabas en un total estado de shock. - Te lo merecías- Dije dirigiéndome a la bruma de verano que contemplaba la escena horrorizado, llorando en silencio, también en estado de shock. Pero, ¿quién hay detrás de ti? Al igual que la bruma de verano, una fría y efímera bruma azulada sostenía un reloj de bolsillo dorado con la mirada triste y la cabeza gacha. Las 9 y 45 del 15 de agosto. Una chica de rubios cabellos despertó en su cama con los ojos llorosos y una triste sensación. Cogió el reloj de bolsillo que había sobre la mesita de noche y comprobó que era exactamente la misma fecha que el día anterior. Entristecida, murmuró: - He vuelto a fallar, Len. Acarició a su gato negro pero la ira se estaba adueñando de ella. - Si tan solo hubiera roto yo el reloj en vez de él, que no sabe nada. Ojalá hubiera podido salvarte otra vez. Cogió el reloj de bolsillo y lo arrojó contra el suelo, rompiéndose en montones de piezas. Bueno, espero que os haya gustado esta curiosa historia. A mí me gustó mucho la canción y si no la habeis visto os animo a hacerlo. En fin, gracias a los que habeis leido y espero que alguien comente, si no es mucha molestia.