Chūō Kagaya Ginzaten [Restaurante]

Restaurante de lujo situado en la primera planta de uno de los tantos modernos edificios de Ginza. A pesar del ambiente moderno del barrio, el restaurante mantiene el aspecto tradicional japonés, incluyendo el staff atendiendo en kimono, y se especializa en menús variados de alta gama de la cocina tradicional nipona. Dispone de salas privadas y numerosas mesas de diferente capacidad, desde dos hasta ocho personas por mesa, con la posibilidad de reservar para grupos más grandes si así se desea.

Barrio de Tokio: Chūō

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Tenía que admitir que lo de Aaron había sido un poquitín extra, si igual estaba de buen humor y motivo para andar molestándolo no tenía. Pero bueno, tampoco era como si necesitase motivo más allá de querer hacerlo por puro amor al arte, y el asunto me había dejado incluso más animada que antes, así que todo era una win-win situation. ¿Y después del receso? Pues no me dio tiempo a hablar con Joey y después de clases salí prácticamente corriendo que tenía muchas cosas que hacer y muy poquito tiempo, así que nada de nada.

No estaba para nada preocupada porque igual la noche se presentaba de lo más interesante, así que iba a merecer la pena la espera.

Y estaba emocionada, claro que sí, pero las cosas como eran: escuchar el timbre media hora antes de lo planeado me echó encima una oleada de estrés que me dejó el rostro hecho un cuadro. Es que el panorama era digno de ver, en serio. Aún no me había decidido qué vestido usar, así que seguía con la toalla enrollada de haberme duchado, y estaba justo en medio de la terrible misión de alisarme el pelo, así que tenía la mitad de la melena ya conseguida cayéndome por la espalda y la otra mitad en una especie de moño improvisado, a la espera de pasar por la plancha. De puro milagro me había pillado con las uñas hechas y el maquillaje echado, pero ni siquiera eso iba a salvar la compañía.

Podía no haber bajado, eso lo tenía bastante claro, ¿pero qué clase de amiga sería si no le montaba el pollo por haberme agobiado de esa manera? Una muy mala, efectivamente.

Granny fue quien abrió la puerta, si ya de por sí estaba en el piso de abajo haciendo cualquier cosa en la cocina, pero tan rápido como lo hizo me colé entre ellos, con las manos en las caderas y una expresión de reproche por todo el rostro.

—¿Qué parte de ni un minuto más ni un minuto menos no has entendido? ¡Ahora te esperas hasta que den las ocho!

Cerré de un portazo, sin darle mucho tiempo al pobre chico a reaccionar, y hubiese vuelto sobre mis pasos si no hubiese visto a mi abuela volviendo a abrir la puerta como si nada. ¿Pero una ya no tenía ningún autoridad en esta familia o cómo funcionaba la cosa?

—Ni caso, cielo, es todo un detalle que hayas llegado antes.

Pasó completamente de mí, la cabrona, y se enganchó del brazo de Joey para meterlo a la casa como si no tuviese todo el derecho del mundo a tenerlo media hora esperando fuera por idiota. ¡Cómo si no supiese que había venido antes a propósito!

>>Felicidades, mi niño. Qué bien te sientan los dieciocho y este traje, oye. Aun recuerdo cuando cumplí los dieciocho, fue todo un desmadre, ¿sabes? Ah, ¿quieres algo de beber?

Observé el intercambio con un incredulidad digna de admiración. La abuela le había tirado de la mejilla cuando lo felicitó y después se quedó ahí enganchada mientras seguía hablando, ignorándome como una campeona.

—I can't deal with this right now —solté, exasperada, y subí un par de escalones tras resoplar un poco—. ¡No subas! —amenacé al chico señalándolo con el dedo índice antes de dirigirme por fin al piso de arriba.

Lo dicho, la noche prometía ser de lo más entretenida, ¿o no?

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Woah, pero qué es esto, mi pareja favorita dándome un boost de serotonina en periodo de entreguerras, so not deserved

 

Justo como había anticipado, granny fue quien me recibió en la puerta. La luz se recortó fuera, le concedí una sonrisa llena de emoción y estuve a punto de abrir la boca cuando Ali se coló entre nosotros. Le eché un vistazo breve de arriba abajo, seguía con la toalla anudada al cuerpo y el cabello a medio preparar. Eso, sumado a la molestia en su expresión y los brazos en jarra, me dieron todo lo que había esperado al aparecerme media hora antes. Pobrecita, luego tendría que disculparme o algo por molestarme con ella~

Nice views, tho.

Otra vez, estuve a punto de abrir la boca cuando el portazo me arrojó viento en la cara y todo. El flequillo se me alzó apenas y cerré los ojos por reflejo, con la sonrisa pegada al rostro. Bueno, bueno, si no andaría temperamental. Adiviné que granny iba a volver a recibirme como si nada, si ya nos conocíamos de la vida y era prácticamente parte de la familia.

—¿Verdad? —le respondí, fingiendo decepción, y me dejé arrastrar dentro con toda la naturalidad del mundo—. Uno intenta ser un caballero y luego lo tratan así.

Suspiré dramáticamente, meneando la cabeza, y regresé la vista a Rose con la sonrisa galante de siempre. La señora me jaló de la mejilla y yo arrugué la expresión, soltando una risilla al escucharla. Imaginaba lo que debían haber sido los dieciocho de esa mujer del demonio y, mierda, qué envidia. Estaba bastante seguro de que sin importar cuántos planes malvados me montara, jamás sería capaz de igualar su talento. Era, de hecho, una de mis metas de vida, si me preguntaban. ¡Me mantenía motivado!

—Gracias, gracias —murmuré, regodeándome en los halagos, y jalé de las solapas del saco para concederle mi mejor sonrisa de caballero—. Tú también luces maravillosa, Rose, como siempre~ ¿Es el agua de rosas o un nuevo té? ¡No me digas! ¿Las clases de aquayoga?

Ni siquiera sabía si se llamaban así, pero bueno. Había notado que Ali se nos quedaba viendo a mitad de las escaleras y cuando habló alcé la mirada hacia ella, recibiendo su amenaza en toda la cara. Ensanché la sonrisa, tranquilo, y la seguí en silencio hasta que desapareció en su habitación. Recién entonces regresé mi atención a Rose y le guiñé un ojo, pasando a su lado para dirigirme a la cocina como si fuera mi puta casa.

—Sure, ¿qué tienes para ofrecerme hoy~? I'm kinda thirsty —murmuré, desabrochando el saco para sentarme a la mesa.

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no te explico yo la satisfacción que me está causando rolear esto AKDJSADALK *c muere*

ALSO GRANNY ROSE IM YOUR FAN NUMBER ONE ISTG I LOV U

 

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Podía parecer que la mujer había ignorado la presencia de su nieta, pero nada más lejos de la realidad. No, señor, había observado sus reacciones con la precisión de un gato y, siendo digna a la fama que se le había creado, se estaba divirtiendo pero bien con lo que veía. ¿A ella intentaba engañarla? ¿A la persona que la había visto a diario durante los últimos casi cuatro años? Por muy molesta que quisiese parecer, a Alisha se le había iluminado la mirada al ver que Joey había llegado antes de tiempo.

Si es que estaba emocionada como una niña pequeña.

Rose recibió los halagos del muchacho con una modestia terriblemente impostada, llevándose una mano hacia la mejilla para esconder el genuino sonrojo que le surgió sobre las mismas. Es que no importaba el tiempo que pasase o el hecho de que supiese que era pura educación, que un jovenzuelo le dijese cosas tan lindas hacía que su corazón latiese con fuerza al recordar su tiempo de juventud.

—Oh, cielos, no puedo darte mi secreto aún... Josephine era tu nombre, ¿cierto? Bueno, si te lo dijese, ¡tendría que matarte! Y no creo que sea lo que queremos para hoy, ¿verdad?

Alisha salió corriendo hacia su habitación, Rose sabía muy bien que iba a acelerar todo el proceso para acabar lo antes posible, aunque también se imaginaba que haría tiempo arriba y que no bajaría hasta las ocho en punto porque era de lo más cabezona cuando le daba la gana, incluso si lo último que quisiese fuese alargar innecesariamente la espera. Escuchó, de hecho, los pasos apresurados de la chica en el piso de arriba y se sonrió con un deje de ternura antes de adentrarse en la cocina después de Joey.

>>Veamos... —murmuró, enterrando la cabeza en la nevera, y se sonrió victoriosa cuando dio con algo que hiciese el trabajo—. Limonada. Casera, ¿eh? Pero sin combinaciones extrañas, Alishita me ha hecho prometerlo, lo siento.

Sirvió dos vasos de la bebida y revisó lo que hubiese metido en el horno, antes de devolver la garrafa a la nevera y tomar asiento frente al muchacho al mismo tiempo que le extendía uno de los vasos.

>>Bien, ya en serio. Hace mucho que no vienes, ¿qué tal has estado, mi niño?

No había nada que hacer al respecto, Rose le profesaba prácticamente el mismo cariño a Joey que a Alisha y, si tenía que ser completamente sincera, a veces decía tener dos nietos cuando le preguntaban y ni siquiera era plenamente consciente de ello. Eran sus niños, al fin y al cabo.

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Tres posts contados y ya me lo estoy pasando de puta madre, no sé si estoy lista para tanta felicidad en mi cuerpito (?)

ALSO

yo: no necesitamos npcs para pasarlo bien
also yo: Y SI ROLEO A GRANNY ROSE????

btw, supongo que me la imagino algo así??? es difícil buscar una imagen, pero she is fairly young to be granny so eso (?)

 

Bromear con granny Rose siempre era un planazo, si me preguntaban. Se echó una modestia más falsa que la mierda al recibir mi halago y arrugué el ceño apenas se confundió mi nombre. Sabía que era a propósito, pero ¿dónde estaría la diversión en no seguirle el carro?

—¡Joseph! —me quejé como un crío—. ¡Mi nombre es Joseph, granny! ¡Joseph Benjamin Wickham!

Si al final no disfrutaría de mi nombre de Lord o algo, benditos mis papis cuando se iluminaron y decidieron darle tanta clase a un mocoso de campo.

Habría que haber sido sordo para ignorar el alboroto que había arriba, de hecho me imaginé a Ali hecha un torbellino de acá para allá, intentando estar lista a tiempo, y sólo me dieron ganas de aparecerme y seguir molestándola. Pero bueno, incluso yo conocía la piedad de tanto en tanto y ya que me había concedido el pequeño placer de llegar temprano, bien podía dejar el resto para cuando la pobre chica estuviera lista.

Asentí a la sugerencia de la limonada y solté una risa breve. Miedo me daba imaginar los ingredientes secretos que Rose era capaz de echarle a algo tan inocente como una limonada.

—¿Qué estás cocinando, granny? —inquirí con un deje casi infantil al aceptar el vaso entre ambas manos y mirarla, expectante.

Bien venía de la mano de ser mimado por Rose, pero alrededor de ella era como perder diez años o algo. Nada que hacerle, quisiera o no la mujer se las había arreglado para rellenar ciertos espacios vacíos en mi vida. No había una sola mujer adulta presente en mi vida, en mi familia no tenía tías, abuelas, primas mayores, nada. Sólo éramos el viejo, Matty y yo, así que de vez en cuando recibía de brazos abiertos todo lo que Rose estuviera dispuesta a darme.

Bueno, eso sonaba un poco mal ¡pero se entendía el punto!

Cuando me preguntó qué tal iba todo claro que pensé en las mierdas, pero jamás le echaría eso encima y además, quisiera o no, últimamente también habían pasado cosas buenas. Y se me antojaba mucho más compartirle esas.

—Bien, bien. —Le di un trago a la limonada y sonreí—. Está muy rica, granny~ Bueno, te decía, que todo ha ido bien. Hoy recibí un montón de regalos, ¿sabes? No me esperaba nada así que vaya, me sorprendieron un montón. También entró a la escuela un chico que parece muy interesado en el club de fotografía, ya estuvimos hablando y aparentemente ¿es oficial? Sí, creo, no lo sé, pero me emociona mucho recibir a alguien en el club. Vamos a poder organizar actividades, excursiones incluso, y quizás atraigamos la atención de más estudiantes.

Había soltado la lengua como un campeón, nada nuevo bajo el sol. Le di otro largo trago a la limonada y me relamí los labios, volviendo a sonreírle.

—¿Tú qué tal has estado~?

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pERDÓN, ESTOY ROLEANDO CON GRANNY ROSE DE FORMA LITERAL??? IS THIS HEAVEN???

 

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Podían ser los años de experiencia que ya llevaba encima, o quizás fuese un sexto sentido propio de la mujer, pero le era prácticamente imposible no notar la liviandad con la que el chico se comportaba a su alrededor y que, se imaginaba, no tenía que ser en absoluto lo común.

—Apple pie, el favorito de la niña. Puedes venir mañana a comer también, si quieres, o que ella te lleve~

No es que Alisha le hubiese pedido hacérselo ni mucho menos, pero la conocía ya mejor que nadie y había notado que debajo de toda esa emoción y felicidad que genuinamente estaba sintiendo, había algo que le pesaba. Sabía que estaba centrándose en las cosas buena, que intentaba disimularlo porque no lo veía tan importante, pero una abuela podía notar esas cosas y lo mínimo que podía hacer era intentar animarla con pequeños detalles. De igual manera, no le importaba hacer ese mismo esfuerzo por seguir manteniendo a Joey con esa alegría pueril en su presencia.

Eran solo niños, no se merecían sufrir.

Lo escuchó hablar poniéndole toda la atención del mundo, estaba genuinamente interesada por la respuesta que le fuese a dar, y ella misma le dio un par de tragos a la bebida mientras lo hacía. Le sonrió, sin perder nunca el deje enternecido, y asintió con la cabeza cuando sintió que era necesario. Algunas cosas ya las sabía, pero no le importaba escucharlo de nuevo en tanto pudiese ver la emoción del chico al decirlo.

>>Todo eso suena muy bien, cariño, me alegro mucho, ¿sabes? Y, por cierto, eso me recuerda algo...

La mujer se levantó de su asiento de repente, desapareció hacia el salón, y cuando volvió lo hizo con un par de prendas en su mano. Las dejó en la mesa, justo delante del chico y a un lado del vaso, y le dedicó una sonrisa suave una vez hubo vuelto a su asiento. Las prendas en cuestión eran unos guantes y un gorro de lana, de un color azulado que, Joey no tenía manera de saber, pero era solamente un par de tonalidades más oscuro que el de las versiones que Rose había hecho para su nieta. Nada intencional, de verdad, solo eran los colores que más le habían gustado al comprar.

>>Respondiendo a tu pregunta, todo muy tranquilo. Tanto que, mira, me he hecho aun más vieja y me he enganchado al ganchillo. Supongo que ya no hay vuelta atrás, oficialmente soy una anciana.

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Ámame por darte esta oportunidad okno

BEHOLD, WHAT IS THIS SOFTNESS IM DYING

 

Una chispa de ilusión se apoderó de mis ojos, más oscuros de lo usual bajo la tenue luz de la cocina, y asentí enérgico al Rose ofrecerme algo de pastel. Ya había probado de sus postres en ocasiones anteriores y siempre estaban riquísimos, así que mira si iría a negarme por modestia o lo que fuera. Además, seamos honestos: a duras penas conocía yo esa palabra.

—¡Sí, sí, sí! Me encantaría, granny. ¡Pero luego se lo dices tú a Ali, que ha intentado morderme la mano por querer probar de tu apple pie!

Sabía lo... territorial que podía ponerse Alisha si se trataba de su abuela, y eso sólo lo volvía aún más divertido al asunto de molestarla. Como siempre, vaya, joder a las personas debía ser mi marca registrada o similar.

Luego de soltarle el resumen de noticiero, Rose pareció recordar algo y la seguí con la mirada, curioso, por encima del borde del vaso. Le di unos cuantos tragos a la limonada, estaba muy rica y refrescante, y en el instante que me quedé solo en la cocina pensé de repente que me sentía estúpidamente cómodo allí. No que tuviera problemas para amoldarme a los espacios y a la gente, tranquilamente daba la sensación de saberme a gusto donde fuera y era bien consciente de ello, pero eso no quitaba que aún así hubiera lugares y lugares. Lugares donde pasármela bien, lugares donde moverme como si fuera un puto rey, y lugares donde estar en casa.

La casa de granny Rose se sentía como un hogar, a veces incluso más que mi piso.

La vi regresar y depositar unas prendas en la mesa, frente a mí. Les llevé las manos encima de inmediato, palpé al instante la suavidad de la lana y alcé la vista a Rose, con una sonrisa ampliándose en mi rostro.

—Ow, granny —murmuré, genuinamente conmovido, y por poco salté de mi asiento para darle un abrazo. Fue efusivo pero aún así tuve cuidado, que seguía siendo una mujer ya entrada en años—. Thank you so much!

La dejé ir un par de segundos después, me erguí y aún parado frente a ella estiré el brazo para hundir el gorro en mi cabeza y ponerme los guantes. Estiré y contraje los dedos, mostrándole las palmas, y sonreí como un crío al mostrarle cómo me quedaban.

—¡Están super suavecitos! Y huelen bien y todo.

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im crying

 

—Mimimi uno intenta ser un caballero mimimi —me burlé, dejándome caer sobre la silla de nuevo en cuanto alcancé mi cuarto—. Bullshit.

Técnicamente, sabía mejor que nadie que estaba teniendo una pataleta infantil just for the sake of it, pero estando sola en mi cuarto me lo pedía permitir, ¿verdad? Pues claro que sí. Tampoco estaba tan mal, porque así me daba un poco de prisa en acabar, y de todas formas la abuela me había mandado indirectas no muy sutiles de que hacía mucho que Joey no venía y que a ver cuando se pasaba. Pues nada, todo suyo, pft.

Me terminé de alisar el pelo, aunque con el culo inquieto que era acabé yendo de aquí para allá haciendo otras cosas en mitad de todo el proceso, cosa que tampoco importó mucho porque al final el resultado fue el mismo: después de un buen rato estaba casi lista, solo me quedaba elegir el vestido. Lucky for all of us, fue ver a Joey entrando por la puerta y saber qué vestido quería ponerme. No que quisiera ir conjuntada ni nada por el estilo, simplemente lo visualicé y me gustó lo suficiente para decidirme por él.

El vestido en cuestión era bastante simple, lo importante era que fuese lo suficientemente elegante para estar a la altura del teatro, pero así y todo me quedaba de puta madre. Modestia aparte, que tampoco era como si tuviese mucha de por sí. En fin, era negro, ajustado y con tirantes, la falda me llegaba un poco por encima de las rodillas y el escote estaba decorado con unas piezas de encaje. Que eso fuese lo más decente que tenía en mi armario daba mucho que pensar, pero nada que me interesase analizar en ese momento.

Decidí no ponerme tacones, si solo íbamos a estar nosotros dos tampoco importaba mucho, así que me calcé unas sandalias también oscuras, me eché un par de gotas de la colonia que tenía guardadas para ocasiones especiales, di una última vuelta delante del espejo para revisarme y recogí el bolso de la cama para salir finalmente de la habitación.

>>Flawless as always~

Bajé las escaleras revisando que tuviese todo lo necesario en el bolso y me desvié hacia la cocina justo después de coger las llaves de la mesita de la entrada, encontrándome justo con Joey tirándose a los brazos de la abuela y esta correspondiéndole con casi la misma emoción chispeándole en los ojos. Me crucé de brazos, dejándome caer hasta quedar apoyada en el marco de la puerta, y ladeé la cabeza para observar el panorama con un deje de ternura en mi expresión. Sí, era la primera que se ponía estúpidamente celosa y se quejaba como niña pequeña cuando granny le hacía más caso a Joey que a mí, pero también era la primera que quería que el chico fuese consciente de que lo queríamos, de que este siempre sería su hogar si lo necesitaba.

Es posible que hubiese sido justo en ese instante que me di cuenta de que eso era todo lo que necesitaba; que la abuela, Joey y, por qué no, Matty, se habían convertido en mi familia de verdad, esa que quería proteger de todo mal así me costase la vida.

Que merecía la pena tener personas a las que querer; querer de manera genuina.

Me acerqué de manera disimulada a la posición del chico y me hice con el gorro en un movimiento rápido, colocándomelo en la cabeza justo después para salir corriendo hacia la otra punta de la cocina. Me iba bastante bien, pero por aquello de hacer el tonto me bajé la prenda hasta que prácticamente me tapó los ojos y me giré completamente a tientas hasta que creí haberlo encarado.

>>Ah, Joe, mira esto. ¡No sabía que eras tan cabezón! —me burlé, sin poder esconder una que otra carcajada que se me escapó de los labios—. Big-head, big-head~

Contenido oculto: el vestido en cuestión bc im that kinda bitch (?

Sin los guantes, of course, we are not that extra right now(?)

also se me escapó un poquito de softness, espero me disculpen im kinda crying

 

Estaba tan concentrado en mostrarle a granny cómo me iban las cosas que no noté la presencia de Alisha hasta que el gorro desapareció de mi cabeza. Alcé la vista en un primer impulso, sintiendo cómo el cabello se me alborotaba, y no tardé en girarme hacia la chica. Ya estaba en la otra punta de la cocina prácticamente, la prenda le tapaba los ojos y al encararme, bueno, no pude evitar recorrerla con la mirada. Claro que me reservé los elogios, ¿qué clase de hombre sería si daba el brazo a torcer cuando acababan de robarme el gorrito? ¡Inaceptable!

Solté una risa floja por la nariz en cuanto se puso a molestarme, le eché un vistazo cómplice a Rose y avancé tranquilo hasta la posición de Alisha. Deposité las manos en sus hombros con cuidado, le corrí el cabello hacia la espalda y con la misma suavidad empujé el gorro hasta descubrirle los ojos.

—Hey there, cutie —murmuré, dedicándole una sonrisa angelical, y ladeé la cabeza al agregar—. You're gorgeous, love~

¿Utilizando la técnica del golpe bajo para desbaratar sus defensas? Bueno, sí.

Contenido oculto

post cortito pero muy worth, si me preguntan (??

 

Había esperado que Joey se me acercase, al fin y al cabo había sido un poco el punto de toda la tontería, pero eso fue todo lo que realmente pude adivinar de sus intenciones. Me relajó todo el chute de energía en cuanto sentí sus manos echándome el pelo hacia atrás y tuve que pestañear un par de veces para acostumbrarme de nuevo a la luz en cuanto levantó el gorro para destaparme la vista.

Busqué su mirada apenas logré enfocar todo con normalidad y le dediqué una sonrisa amplia al escucharlo. ¿Su estrategia de ataque era bajarme las defensas mediante halagos? Ah, tan típico de Joey~

—I know, babe~ —canturreé y estiré el cuello para plantarle un beso sobre los labios, completamente superficial y sin pretensión de nada—. You too~

Podía haberme quitado sin más, dejarle el gorro y decirle que nos fuésemos ya, pero no sé, me apeteció quedarme ahí sin mover un músculo, para darle la satisfacción de creer que su contraataque había servido y que no me lo había esperado para nada. Poco sabía yo que, ya de paso, le estábamos dando un espectáculo a la abuela que poco más y se hacía unas palomitas para vernos.

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yo leyendo a joey: ah yes, here we go again jujuju

 

Contenido oculto: pedazo de mood osi osi

De paso, al descubrirle los ojos también me tomé todo el tiempo del mundo para detallar su maquillaje. No que fuera un experto en el tema ni nada, pero la había visto tantas veces aplicándose máscara, sombra de ojos o base que ya me había aprendido algunas técnicas. Bueno, eso y las otras veces donde le había insistido en que me dejara maquillarla hasta que debía ceder. Aún tenía problemas con el delineado pero venga, si no pintaría uñas de puta madre.

Suavicé el semblante al recibir finalmente sus ojos, fue una cosa de nada y sonreí un poquito más cuando se estiró para plantarme un beso en los labios.

—Al fin no me ladras —susurré, risueño, y me encogí de hombros al decirme que yo también lucía bien porque ¿honestamente? Ya lo sabía.

Se quedó allí, no sabía si a la espera de algo o qué, y se me ocurrieron ciertamente un par de ideas pero... aún teníamos público, ¿verdad? Entorné apenas la mirada, como si hubiera permitido que cierta chispa oscura se filtrara en mi expresión, e inmediatamente recuperé la liviandad de antes al girarme y cazar a Alisha del cuello, rodeándola con un brazo.

—Well, granny, we're leaving. ¡Te prometo traerla antes de las once!

Yeah, right.

Volví el rostro hacia Ali y le concedí el mismo tipo de sonrisa angelical, así mi mano hubiera abandonado su hombro para rozar la extensión de su espalda hasta finalmente engancharse a su cintura. ¿Tan temprano y ya siendo un cabrón?

—Shall we, honey~?

Well, yes.

 

Hice un mohín con los labios en cuanto lo escuché hablar, pero al final acabé por soplarle un poco en la nariz y soltar una risilla antes de encogerme de hombros. Bah, tampoco había sido para tanto y él tampoco sonaba tan molesto, así que lo entendí como un pase libre para tomármelo a broma.

También capté al vuelo la chispa de su mirada, pero me imaginaba que no iba a hacer nada especialmente raro delante de granny así que lo recibí con toda la tranquilidad del mundo. La abuela se acercó apenas después de la despedida del muchacho, para dejarnos un beso en la frente a cada uno y yo aproveché para darle uno sobre la mejilla cuando estuvo a mi altura.

—Pasadlo bien y no hagáis muchas tonterías.

—Sure, granny~

Busqué de nuevo la mirada del chico en cuanto me habló, reflejando a medias la inocencia de su sonrisa aun cuando noté perfectamente el camino de su mano y el ligero escalofrío que me recorrió con el mismo. Menos mal que lo de traerme antes de las once no se lo creía ni mi madre, porque si no íbamos a tener hasta problemas y todo.

Asentí con la cabeza y, vaya, ni siquiera hice el amago de apartarme de su agarre al encaminarme hacia la puerta de salida. Si acaso me separé cuando llegamos al Uber que había pedido, pero solo para hacerme con su mano y prácticamente obligarlo a entrar detrás de mí en los asientos de atrás. Se la solté para poder ajustarnos en los asientos como correspondía, pero después de eso acabé buscándosela de nuevo, casi que por inercia y sin pensar, para comenzar a juguetear con sus dedos de manera distraída.

>>By the way, sweetheart. Al hacer la reserva he dicho que íbamos de parte de los Middel para que nos colasen, así que luego le pides perdón a Blee por haber usado el nombre de su familia~ Bueno, si es que se entera, claro.

La verdad es que tuve mucha suerte de que hubiese colado el haber usado el apellido de la chica, 'cause I totally took a shot que podía haber salido mal. En teoría también podía haber utilizado el de Katrina, las posibilidades de éxito hubiesen sido quizás más altas, pero... me daba un poquito más miedo, si tenía que ser sincera.

 

Arrugué el gesto al recibir su soplido encima, fue bastante suave pero igual me salió de puro reflejo. Entre toda la tontería ella seguía con el gorro puesto y yo con los guantes, así que luego de despedirnos de granny la detuve en la sala y nos despojé del abrigo que mira, adoraba a Rose y todo, pero arruinaba fuertemente la aesthetic. Los dejé sobre una mesita y volví a rodear su cintura con el brazo, retomando el camino.

—Pero qué buen servicio.

Ya había un uber estacionado en la puerta y todo, venga. Ali me instó a entrar después de ella y se puso a juguetear entre mis dedos, con el coche ya en movimiento. Busqué sus ojos apenas abrió la boca y alcé las cejas, entre sorprendido y divertido, al saber que ambos seríamos Middel esa noche. ¿Eso nos volvía una pareja de casados o de primos incestuosos?

—Probablemente le cause gracia, así que no te preocupes. Es bastante relajada con muchas cosas.

Eso decía yo con lo poco que la conocía, pero era la constante sensación de calma y desapego que me daba. Como si nada realmente fuera capaz de afectarle o importarle lo suficiente, mucho menos que dos pobres diablos se valieran de su apellido para conseguir reserva en un restaurante.

Suspendí la vista en nuestras manos, la forma en que Ali se distraía allí, y simplemente dejé el tiempo discurrir. En algún que otro momento aproveché para recorrerla con la mirada de nueva cuenta y unas pocas calles antes de llegar, bastante porque sí, me incliné y presioné los labios en su mejilla.

—¿Ahora tendremos que hablar todo pomposo y así? —murmuré cerca de su oído, entre divertido y socarrón.

Contenido oculto

iba a meterme en el restaurante pero fue tu invención así que también será tu maldición controlar a los NPC, muajaja

 

Simplemente asentí con la cabeza cuando dijo que seguramente a Bleke no le importaría, con una sonrisa ligera. A ver, si igual sabía que no había hecho ningún crimen y quizás en el fondo también sabía que a la chiquilla no le importaría lo suficiente, por lo poco que había conocido de ella cuando pasaba más tiempo con Joey. Además, ¿acaso no podía pasar yo por un miembro de su familia? Rubia y de ojos azules, ¿qué más querían?

Hicimos el viaje en un silencio de lo más extraño y, como el chico no opuso ninguna resistencia a lo que estuviese haciendo, acabé dejando caer la cabeza sobre su hombro durante todo el trayecto. Era extraño no porque fuese un silencio pesado o incómodo, todo lo contrario, si no porque era... tranquilizador, de alguna manera, y no nos pegaba en absoluto, pero ahí estábamos.

El camino tampoco era muy largo y según nos íbamos acercando, acabé levantando la cabeza para echar un vistazo por la ventanilla, momento exacto en el que sentí también a Joey inclinándose para dejarme un beso en la mejilla. Solté una risilla baja y giré el rostro un par de centímetros, hasta encontrar sus ojos, sonriéndome contra sus labios.

—¿Quizás? —respondí, en un murmullo, y levanté la mano libre para acunar su mejilla y acariciarla un par de veces con el pulgar—. Pero tú no te puedes quejar, cielo, que con tu nombre de lord y tu acento británico lo tienes casi dominado. Yo soy más de calle, eso sí que es un problema~

El coche paró justo en el momento en el que estuve a punto de inclinarme para darle otro beso, un poco por la gracia, y tuve que comerme la risa por el timing tan perfecto que tuvo. Me separé lo suficiente para poder inclinarme sobre el asiento delantero y pagarle al conductor, aunque fue todo una pena no poder hacer el intento de flirtear para bajar el precio como solía hacer. Bueno, por esa noche me lo iba a permitir, así que sin problemas.

Me enganché del brazo de Joey en cuanto estuvimos fuera, como todo una señorita de clase, y lo guie hasta el interior del edificio dónde se localizaba el restaurante en cuestión. Iba yo muy segura, pero la verdad es que era la primera vez que entraba al sitio aquel y la verdad es que sí me sorprendió ver el lujo que se cargaba nada más poner un pie dentro. Que había ido a restaurantes buenos aquí y allá, de vez en cuando, pero igual nunca dejaban de sorprenderme porque no era algo que acostumbrase.

Nos acercamos al señor de la entrada para indicarle el nombre de la reserva y después una señorita de lo más mona, vestida de kimono y todo, nos hizo una reverencia antes de guiarnos hacia la que sería nuestra mesa. Miré a Joey con una nota de emoción infantil en los ojos antes de seguir a la señorita y entrar en una de las salas privadas que tenía como opción de reserva.

¿Un poco atrevido reservar algo así conociéndonos? Quizás.

Ups~

La camarera se fue, dejándonos tiempo para acomodarnos, pedir y todo el rollo, y yo me separé del chico finalmente para girarme y mirarlo.

>>¿Y bien? ¿Está siendo todo a su gusto, señor~? —pregunté, imponiéndome algo de seriedad en la voz aunque al final no pude evitarlo y la suavicé para canturrear la última palabra.

Contenido oculto

I got you covered ma'am uwu7

 

Ali recostó la cabeza en mi hombro y de pura inercia acabé haciendo lo mismo con mi mejilla, sobre su cabello. Me hizo gracia pensar que debíamos parecer un par de tórtolos de lo más acaramelados, ¿quién en su sano juicio habría apostado por que éramos dos cabrones saltando de cama en cama como pulgas? En un momento inhalé hondo y esbocé una sonrisa calmada, no tuve que alzar la voz ni mucho menos.

—Huele muy rico tu cabello~

Luego de dejarle el beso en la mejilla, ella giró el rostro y sonreí al notar que nuestros labios alcanzaban a rozarse. Bajé la vista a ellos, de paso, fue bastante inevitable y cerré los ojos un instante al recibir su caricia. En serio, otra vez, qué par de tórtolos estábamos hechos.

—Cierto, cierto, ¿qué hago juntándome con plebe como tú? —la molesté en un susurro, entreabriendo los ojos.

Finalmente llegamos al restaurante y Ali se encargó de pagarle al chofer, en cierto punto se me encendió la alarma de la masculinidad pero luego recordé que estábamos usando ese dinero que ella había conseguido de quién sabía qué, de modo que lo dejé correr y ya. Ingresamos enganchados del brazo, como unos auténticos ricachones, y observé todo con bastante ilusión al notar cuán lujoso y fancy era el establecimiento. Pero bueno, esta niña sí que no se andaba con chiquitas.

—Voy a tener que cumplir años más seguido —comenté a la pasada, detallando la vestimenta del personal.

Lo dicho, era un campesino y a veces ni la imaginación me daba para tanto, de modo que al notar que estábamos dirigiéndonos a una sala privada... Bueno, digamos que se me ocurrieron muchas cosas, varias de ellas poco cristianas y definitivamente no aptas para todo público. Observé el espacio alrededor, advertí el silencio repentino que se había asentado y solté un silbido suave, estirando los labios en una sonrisa socarrona. ¿Que si estaba siendo a mi gusto?

—Indeed —respondí con el acento bien marcado, ya que íbamos a jugar a ser señores.

Y por la misma línea, le sonreí a Ali y me desvié hasta posicionarme detrás de su silla y correrla hacia atrás, invitándola a sentarse bien erguidito.

—Por aquí, cariño~

 

Lo de que seguramente estábamos dando la imagen de ser una pareja de tortolitos enamorados, casi que parecíamos recién casados y todo, también se me cruzó por la cabeza. Era ciertamente gracioso, me recordaba a lo que solía pensar cualquier imbécil que nos veía y no sabía de nuestra pequeña reputación, solo que en ese momento dábamos bastante el pego. Que me importase mucho era otra cosa, si de todas formas aquello no dejaba de ser prácticamente una cita. Cita de follamigos, pero cita al final del día.

Me sacó una sonrisa suave con el comentario del pelo y una risa, también ligera, con lo de la plebe. Igual acabé negando con la cabeza un par de veces, porque... ¿a quién se atrevía a llamar plebe? Pf, había hecho que se le subiese a la cabeza lo de lord y todo, qué mal~

—¿No va eso un poco en contra del concepto de cumpleaños? —repliqué, divertida, ante su comentario de cumplir más veces.

Aunque tampoco iba a mentir y decir que no estaba siendo bastante nice por el momento, que seguro que solo iba a mejor y que no me importaría mucho repetir aquellas citas de vez en cuando. ¿Sería muy tonto proponerlo como alguna especie de tradición o algo? Tener una cita una vez al mes solo para nosotros o algo así, podría ser lindo y todo. Bueno, quizás con un par de copas encima me atrevía a decírselo.

Me sonreí con un orgullo digno de enmarcar al ver su reacción, si es que parecía una niña pequeña a la que estaban felicitando por una buena nota o algo, y luego no pude evitar soltar una carcajada al verlo arrastrar la silla para invitarme a sentar. Me imposté de nuevo cierta seriedad y me acerqué a su posición con paso tranquilo, haciendo una inclinación de cabeza al estar a su lado y tomando asiento inmediatamente después.

>>Thank you, sir~

Esperé después a que ajustase el asiento hacia delante, exactamente como en las pelis, y saqué el móvil para dejarlo sobre la mesa mientras él se dirigía hacia su propia silla y demás. Apoyé los brazos sobre la mesa y lo miré con una sonrisa risueña plasmada en los labios.

>>¿Pedimos un vino para beber~?

 

Ali no se hizo de rogar, claro, aguardé por ella con la diligencia de un mayordomo pero, y Dios me perdonara, definitivamente no la miré como uno. Aproveché el camino que recorrió en mi dirección para observarla de pies a cabeza sin una gota de disimulo, que total eso ya se nos había vencido hacía rato. Vete a saber si nos había interesado en algún punto de los dos años y pico que llevábamos conociéndonos, de todas formas.

Le acomodé la silla y no tardé en dirigirme a la mía, desabotonando el saco como siempre hacían los tíos en las películas. Es decir, tenía todo el sentido del mundo, si en casa había ensayado sentarme con el saco abotonado y era incómodo que te cagas. Y sí, había ensayado un par de cosas pero esa información saldría a la luz por encima de mi cadáver. También tenía amenazado a Matty, que me había pillado practicando poses con el traje puesto.

Yo también dejé el móvil en la mesa, porque dentro del bolsillo era molesto más que nada, y suavicé la expresión al detallar su sonrisa. La iluminación de aquella sala privada era tenue y cálida, si no nos veríamos bonitos, joder.

—Pero por supuesto —acepté, no hacía falta alzar la voz ni un poco, y me fijé que había un botón en la mesa para llamar a un mozo. Lo presioné y regresé mi atención a Ali—. ¿Tinto o blanco, querida?

 

Que me llevase el diablo porque la resistencia que estaba demostrando no sabía muy bien de dónde la estaba sacando y hasta un premio me tenían que dar por ello. Conocía a este cabrón como la palma de mi mano y ni siquiera tenía que verlo expresamente para saber la de miradas que me había echado en lo que llevábamos de noche, aunque notarlo directamente era mucho peor.

Solo Dios sabía cuanto más podría seguir con el teatro de la decencia, pero mis apuestas eran que no mucho más tiempo.

Por otro lado, poco sabía yo que el chico había estado practicando poses con el traje para poder estar a la altura de las expectativas o lo que fuese, tampoco saqué nada muy extraño de su comportamiento y me pareció de lo más natural, pero si lo hubiese sabido seguro me burlaba de él hasta el fin de los tiempos por mucha ternura que en realidad me diese el gesto. Así que, mejor que no lo supiese en definitiva.

—Tinto~

Levanté un brazo, así apoyado como estaba en la mesa, y apoyé la mejilla sobre la mano sin apartar la vista del chico en ningún momento. Lo vi llamar, pedir la bebida y después lo recorrí vagamente con la mirada mientras volvíamos a quedarnos solos.

>>Bueno, ¿por dónde prefieres empezar a contarme tu día? ¿Por la cita del almuerzo o lo que has hecho antes de venir a recogerme? No te vas a librar de ninguna, así que tú sabrás~

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YO ME QUIERO COMER A ESTE HOMBRE ENTRE DOS PANES CÓMO LO HAGO??????

 

Ali hizo la elección y mira, ¿cómo podría negarme? Apenas llegó la camarera repasé su vestimenta tradicional de soslayo y le pedí, bueno, el mejor vino tinto que tuvieran. En sí no sabía cuánta pasta había conseguido Alisha pero para montarse pedazo de teatro debía dar la talla, ¿verdad? No era idea de reservar en un restaurante pijo para luego contentarnos con agua y fideos blancos.

En cuanto la moza se fue, deslicé la mirada de regreso a mi cita. Había recostado el rostro en su mano y no me pasó desapercibida la recorrida que me pegaba. Si no andaríamos con ganas de sacarnos radiografía o algo, pero bueno. Con lo guapos que estábamos, ¿qué otra cosa íbamos a hacer~?

Sus preguntas me arrancaron una risa suave y me encogí de hombros, echándole mi peso al espaldar de la silla. Extendí los antebrazos de igual forma y crucé un tobillo sobre la rodilla contraria, como si fuera un jefe de la mafia o qué sé yo. ¿No me estaba subiendo demasiado a aquel trono de humo?

—Podemos empezar hablando de tus regalos, también —la molesté, sin alzar realmente la voz. Dije todo en inglés y así iba a seguir porque bueno, sólo éramos nosotros dos—. Qué bonita la nota que me dejaste, cariño. Con bolígrafo rosa y todo, tan madura~

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joey: tengo que agradecerle por los gifts
also joey: okay yeah but first lets tease her a bit