Olvidados Justo Final

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Graecus, 24 Junio 2016.

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    Graecus

    Graecus uwu7

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    Título:
    Justo Final
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    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1205
    ¡Hola! Aquí vengo a cumplir con mi escrito para la actividad de Gabichuela A.K.A @Amane (? He usado a un personaje muuuuy poco conocido, el “malo” de la saga “Olvidados” de Michael Grant. Si por coincidencia estás leyendo esa saga actualmente…¡huye! ¡huye antes de que el spoiler te mate! DDDD:

    Si no has leído la saga y de hecho no entiendes el contexto…tranquil@, trataré de que no sea necesario hacer seguimiento a la saga para entender uwu

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    Luego de literalmente arder hasta consumirse, Caine había esperado que aquello fuera solo el comienzo de su sufrimiento.

    Él había matado niños, después de todo. Había aprovechado la telequinesis que había obtenido ante la llegada de la FAYZ para hacer lo que quisiera. Había matado, había amenazado y había torturado por un año completo. Aún luego de escribir esa carta que haría que los demás niños estuvieran fuera de problemas legales, aún luego de sacrificarse en la batalla final contra Gaia, Caine sabía que para él no había ningún tipo de salvación. Si Dios realmente existía, Caine tenía un lugar con su nombre en el infierno.

    En el momento en que su cuerpo se desintegró, solo hubo oscuridad. Pudo oír una risa, probablemente Pequeño Pete feliz por haberse liberado completamente de la FAYZ. Pequeño Pete siempre había sido un caso especial, su poder desafiando toda lógica desde un año antes, cuando aún con solo cinco años había creado la cúpula para proteger al resto del mundo del poder de Gaia. Caine sabía que la muerte era para él la completa liberación de sus ataduras. Ahora era libre, por fin.

    Aún muerto, el poder del Pequeño Pete era asombroso. Caine no pudo hacer nada en el momento en que Pequeño Pete lo dirigió fuera de Perdido Beach, fuera de las cenizas que habían quedado de su cuerpo y del resto de los presentes. Habían sido reducidos a almas, pero la de Pequeño Pete era más fuerte.

    El mundo alrededor se volvió humo, y luego luz. Y luego oscuridad, y Pequeño Pete lo soltó.

    Escuchó su risa mientras el alma de Pequeño Pete se alejaba para siempre de su lado, y se resistió al impulso de insultarlo. Pequeño Pete había sido insistente y molesto en el momento en que había querido entrar en su cabeza para brindarle su poder, pero había logrado que el plan de Caine funcionase. Habían derrotado juntos a Gaia, a costa de sus vidas. Un adolescente asesino y un autista de seis años, convertidos en héroes.

    Lo primero que notó era que estaba en alguna especie de habitación. Lo siguiente, que no podía ver ó sentir sus propias manos. Ó alguna otra parte de su cuerpo, en realidad. Se sentía como si flotara. Y aunque pudo moverse con dificultad, descubrió que no lograba salir de ese lugar, y esa vez sí que insultó a Pequeño Pete por dejarlo en esa situación. Una cosa era morir como un héroe, pero otra muy diferente era ser un fantasma noob y quedarte estancado en una habitación cualquiera el resto de tu existencia.

    No era el infierno, por lo menos. A no ser, claro, que se aburriera en algún momento. Algo muy probable.

    Afuera era de noche, como pudo observar. Faltaba aún demasiado para el amanecer, aunque no era como si a Caine le importara. Se preguntó si aquella noche era la misma en que había muerto, o si ya había pasado algo de tiempo. ¿Habrían leído sus cartas? ¿Ó todos los niños de la FAYZ estaban enfrentando cargos por robos y asesinatos?

    “¿Y a ti que te importa?” se preguntó. “Hiciste lo que pudiste”. Pero solo podía imaginar cómo habría sido su vida de haber sobrevivido, encadenado de pies a cabeza, esperando la sentencia de muerte por las atrocidades que había causado en la FAYZ. No existiría carta que lo salvara de su castigo. Eso había sido parte del incentivo que lo había llevado a pedirle ayuda a Pequeño Pete para acabar con todo eso.

    Escuchó a alguien gruñir entre sueños, detrás de él. Hasta ese momento no se había planteado la posibilidad de que la cama de la habitación estuviera ocupada, a pesar de que todo tenía pinta de ser un dormitorio en uso. No parecían haber demasiadas pertenencias alrededor, y no pudo evitar notar el desorden del lugar, un desorden que de alguna forma lo había hecho sentir en casa, en los momentos en que la cúpula seguía en su lugar, y la ropa era desechada luego de unos días al no haber con que limpiarla. ¿Realmente Pequeño Pete lo había llevado a un lugar al azar? Caine lo dudaba cada vez menos.

    ¿Quien fuera que estuviera durmiendo a su lado podía verlo? ¿Cómo funcionaba ser un espíritu? Caine se sintió tentado a tratar de asustar al durmiente. Carpe Diem, aprovecha el día. No se era un espíritu todos los días, independientemente de si ese sería tu destino por toda la eternidad.

    Al acercarse, casi murió por segunda vez.

    No la había reconocido. Joder, por supuesto que no la había reconocido. Diana en la FAYZ había estado muy flaca, casi esquelética, a causa de la poca comida que podía encontrarse en la isla luego de casi un año malgastando lo que habían encontrado en la ciudad. Habían empezado comiendo helados y hamburguesas todos los días, y habían terminado comiendo gatos, y luego comiendo ratas, y luego comiéndose entre ellos. En esos últimos meses antes de que cayera la cúpula, el hambre había convertido a Diana en una versión famélica de sí misma, pero ahora era ella de nuevo. Y joder, era hermosa. Siempre lo había sido.

    Sabía que habían pasado varios meses desde su muerte. Era imposible que un sobreviviente de la FAYZ se viera así de la noche a la mañana. Y aún así, sentía que habían pasado solo horas desde que la había visto por última vez, cuando le había contado su plan y le había dicho que quería protegerla. Horas desde que había escrito esa carta.

    "Diana: Lo siento por hacerte daño. Sé que lo hice. Probablemente estoy muy muerto, y supongo que si hay algún tipo de equidad en la otra vida, probablemente estoy en el infierno siendo asado. Pero si es ahí donde estoy, yo quiero que sepas, que aún te amo. Siempre lo hice. Con amor, Caine".

    La mierda más estúpida y sentimental que se había encontrado escribiendo en la vida. Pero cada cosa ahí escrita era completamente cierta. Y ahora aquí estaba, viéndola de nuevo, tan hermosa como era cuando la había conocido. Y entonces lo supo.

    “Este es mi castigo” se dio cuenta. “Estoy con Diana, pero no puedo tocarla. No puede verme”.

    Quiso matar a Pequeño Pete. Se preguntó si seguiría riéndose si lo lanzara a la pared. Pero entonces miró a Diana, la forma en que parecía ronronear ante la calidez de las sabanas, la forma en que aún dormida era sexy, y no encontró forma de seguir enojado.

    “Esto no es tan malo” se dijo. Sabía que podía ser mucho peor.

    Podría haber terminado en la habitación de al lado, donde Sam y Astrid seguían dándose el lote, por ejemplo. Eso sí que lo habría amargado.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado

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    De todo el escrito me quedo con el final, que me ha matado de risa, venga adiós (?

    Vale, no XD Ahora en serio...

    Me ha parecido un escrito realmente interesante, los pensamientos de una persona que a pesar de haber hecho algo bueno sabía que acabaría en un mal lugar por todo lo malo que había hecho en cambio. Y vaya que le ha tocado sufrir, estando junto a la chica que le gusta y sin poder hacer más que mirarla. Pero oye, que tampoco es tan malo. Puede verla en el baño y así (?

    Como sea, me ha gustado mucho la narración que tienes y lo has descrito todo bastante bien. A pesar de no conocer la saga, me puedo hacer más o menos una idea de lo que ha pasado, así que te felicitó porque pocos lo consiguen.

    Por otro lado, faltas no te he visto... a menos de esa "ó" que tanto me chirría. Antes, se usaba con tilde solo cuando se trataba de números pero hace mucho que eso ha dejado de usarse, ahora la conjunción "o" se escribe sin tilde siempre, tenlo en cuenta.

    Sigue así ^^
     
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