Lucas Diamond Bueno, no era un Bruxish, pero al menos tampoco un Magikarp. Un pequeño e indefenso Wishiwashi picó el anzuelo, y fue capturado al instante. No obstante, no nos conformábamos con una sola captura. Cuanto más pescado lleváramos, más joyas ganaríamos, ¡así que a pescar se ha dicho! —Primera captura, a ver si tenemos suerte otra vez. ¡Allá va el anzuelo! [Anzuelo: 2/5]
Lucas Diamond Esta vez el pokémon pescado no fue un pescado, sino un Wooper, en su extravagante eléctrica versión udiense. Parecía algo... bobo, realmente. Si simpleza era notable, al igual que la de los Wooper de Galeia, de Sinnoh y de todo el resto del mundo. —¡Hola, pequeñín! Puedes regresar al agua, no te entretenemos —le dije al renacuajo, el cual se quedó mirándome fíjamente sin moverse del sitio. >>O bueno, también puedes quedarte ahí observándonos. Supongo que no molestas. [Anzuelo: 3/5]
Lucas Diamond —Vaya, otro Magikarp. Pues nada, supongo que lo llevaremos también, ¿no? Prefiero no arriesgarme a peder el anzuelo sin haber recolectado lo suficiente para obtener una buena recompensa. Cuidadlo bien, ¿vale? De nuevo arrojé el anzuelo al agua, esperando que picase un Bruxish. ¡Oh, venga ya, no era tan difícil! [Anzuelo: 4/5]
Lucas Diamond —¿Otro Magikarp, en serio? No me lo puedo creer. Pues no, esta vez no lo pienso coger. Nos llevaremos lo que encontremos, si es que encontramos algo más. Devolví el pez al agua y continué pescando. El anzuelo pronto sería inservible, así que me convenía encontrar otro pez, porque si no la recompensa sería tan escasa como la oferta que yo llevaría. ¡Por favor, que picase el anzuelo algo decente! [Anzuelo: 5/5]
Liza White —No importa, cuando regresemos tendré una cuenta pendiente con el señor de los helados. De hecho... ¡Deberíamos quedar para ir a tomarlos, y por qué no, con más gente! Oh, y no es que no quiera ir sola contigo —le sonreí entonces, con las manos en alto por si podía haberse malentendido—. Pero como dices, nunca tenemos oportunidad de estar con los demás sin tener que salvar el mundo de por medio. Sería bonito poder coincidir algún día. La sonrisa permaneció en mis labios durante un poco más, pues repentinamente aquella idea me había llegado a emocionar. Recuerdo aquella cena de Navidad en casa de Steve, en la que al final no muchos pudieron acudir, por desgracia. Ojalá algún día sea posible. Y ahora que lo pensaba... Hacía mucho tiempo que no tenía la oportunidad de ver a Steve. Le echaba de menos. Me sentía mal por no haberle dejado ninguna clase de mensaje en mi ausencia, pero últimamente la vida de un entrenador activo era demasiado atareada. Esperaba que no se molestase por ello. —Espero que no se me olvide llamarle en cuanto llegue a casa —susurré para mí. Inmediatamente me dirigí hacia los presentes al ver que había permanecido callada demasiado tiempo, y estiré mi brazo en la distancia, señalando la salida con emoción—. Ya queda menos, chicos. ¡Un poco más de esfuerzo! Contenido oculto Amane
Emily Hodges Reí, divertida, ante su reacción. —Tranquila, te entiendo, estaría muy bien estar todos, tomando unos helados y simplemente pasándolo bien. En un playa, quizás, en una de las islas de Galeia, tranquilos... suena demasiado bonito, la verdad. Posteriormente, me callé al notar a Liza perdida en sus pensamientos. La miré con curiosidad hasta que finalmente reaccionó. Por mi parte, no quise preguntar, pues sabía que sería un tema privado al que no tenía derecho a inmiscuirme. >>¡Sí, vamos! ¡Tengo muchas ganas de ver todo lo nuevo! —y así, apuramos el paso hasta la última parada: ciudad Kikabila.
Lucas Diamond Atravesamos la ciudad en menos de lo que cantaba un Blaziken y las charcas nos recibieron con gran tranquilidad. Era raro no ver ningún Delibird surfeando (o intentándolo al menos), ningún Corsola jugando en el agua o ningún Magikarp chapoteando. No obstante, eso no era una preocupación para nosotros; si no encontrábamos pokémon podríamos avanzar más rápido. En cuestión de minutos habíamos llegado a Mkuu, y pronto estaríamos combatiendo.
Liza White En cuanto supe que necesitaba equiparle un objeto determinado a Daiki para su evolución, nos encaminamos rápidamente rumbo hacia ciudad Zamani. Prácticamente volvería sobre mis pasos, cruzando el mismo sendero que había hecho con Emily, pero sabía que merecería la pena. —Prometo que después de todas estas vueltas nos daremos un buen descanso. Al menos hacemos ejercicio —bromeé, sintiendo ciertas miradas de reproche. Aceleré la marcha con nerviosismo. Me iban a matar algún día de estos.
Liza White Charcas Mabwawa, ciudad Kikabila y la jungla, ya casi no quedaba nada. Apurada, aceleré el paso, deseando no haberles hecho esperar ni preocuparlas por haber desaparecido sin avisar. Después de todo, mi intención había sido dirigirme únicamente hacia el mercado de Kikabila pero... Todo se complicó, y al final acabé en la otra punta del mapa. ¡Pero eh, ya casi estaba! Un poco más, solo un poco más...
Emily Hodges Cruzamos las húmedas tierras por segunda vez en aquel día. Y, sí, sabía que habría un tercera. Porque ahí no existían las MO. Oh, y no podía trae a Unfezant. Así que ahí estábamos, andando como no lo habíamos hecho en tiempo porque no podíamos volar. Pero aaaaah, el día que pudiésemos, el día que pudiésemos, temblaría Udan.
Salí de la ciudad Kikabila cabizbaja, avergonzada por la poca paga que había obtenido. Necesitaba más dinero si quería invertir en mejorar a mi equipo, además de que necesitaba adquirir la Piedra Día pronto. Tetemeko tenía muchas de piedras evolutivas, de seguro él sabía donde se conseguían... pero no debían ser baratas, eso era seguro. En cualquier caso, apresuré el paso. Ya no me faltaba mucho para llegar a la Ciudad Mkuu. Y una vez estuviese allí... me dirigiría finalmente hacia mi próxima batalla.
Emily Hodges Así nuestros pasos se dirigieron hacia las Charcas. Afortunadamente, tendríamos que pasar por ciudad Kikabila para llegar a la Jungla y eso estaba realmente cerca de Mkuu, solo tendríamos que cruzar las Charcas. En realidad, era sorprendente. No me esperaba que Udan fuese una isla demasiado grande, teniendo en cuenta que había pasado desapercibida tanto tiempo, pero lo cierto es que estaba siendo bastante más extensa de lo que pensaba. ¡Y aun nos quedaba zonas por descubrir! ¿Qué secretos más escondería la isla? ¡Tenía ganas de descubrirlo!
Liza White Resuelta, y con mi nueva caña en mano, cruzamos una vez más las charcas, listos para otro rato más de pesca. En realidad se volvía entretenido, quizás porque la variedad de pokémon en las charcas hacía que siempre te saliese algo. —Vamos a ver si hoy contamos con la suerte de nuestro lado, ¡adelante! ...ahora en serio. ¿Suerte? ¿Qué es eso, se come?
Liza White Un pequeño pececillo fue todo lo que la caña picó esta vez. Lo tomé entre mis manos, curiosa, imaginando el verdadero tamaño que en verdad el pequeñín podía alcanzar. Las apariencias engañan, ¿no es así? —Es un buen comienzo, al menos —me animé, volviendo a lanzar el anzuelo al agua. Y esperé.
Liza White Y esta vez fue un pokémon más grande. Un Whopper udan había saltado del agua y ahora nos observaba a todos con molestia. Me llevé un dedo a mi labio inferior, pensativa. ¿Whopper entraba dentro de lo que pedía el trabajo? —U-uhm, como sea... Solo queda seguir insistiendo.
Liza White V-vaya, parece que habíamos atraído a los Whopper o algo, porque ahora teníamos a dos de ellos, junto al pequeño Whisiwashi. No parecía estar siendo una pesca demasiado fructífera, pero al menos aún quedaba un poco más del uso del cebo para continuar buscando. Esperando que los dos Whopper de atrás no la liasen mucho, me volví de nuevo hacia el anzuelo sobre el agua.
Liza White ¡Wah, aquello pesaba mucho! ¿Qué demonios era? Necesité de la ayuda de todo mi equipo para sacarlo del agua, y grande fue mi sorpresa al ver que se trataba de un Dhelmise. ¡Era demasiado grande ese bicho! A sabiendas de que ya no le quedaba demasiado uso a la caña, volví a lanzarla una última vez.
Emily Hodges Entre una cosa y otra...¡acabé siendo la última en llegar! —¡Jooo! —me quejé, inflando los mofletes, en cuanto alcanzamos las charcas—. ¡Pero que injusto! —me crucé de brazos, aun con la respiración entrecortada, hasta que finalmente dejé escapar un suspiro, cansada—. Parece que estar tanto tiempo en esta isla me ha relajado, ¿eh? Volví a mostrar una sonrisa, mirando a Liza y a los pokémon, me sentía feliz. >>¡Bueno! Aquí hay muchos pokémon de agua, vendrá bien para entrenar un poco y a ver qué pokémon puedo escoger... ¡a por ello! —y así, emprendimos la búsqueda. Contenido oculto va a ser un coñazo para todos y lo siento (?) pero quiero que salgan todos los pokémon para entrenar a fomantis ><
Un Omanyte apareció entonces, desplazándose con lentitud y sigilo, como si fuese a atacar en cualquier momento. ... en cierto modo, se parecía a Fomantis, ¿no? OMANYTE: Agua/Siniestro Personalidad: Inteligente Respondón: invierte los cambios de estadísticas Salud: 70/70 Fuerza: 155 Resistencia: 130 Agilidad: 1/1 (35 de Velocidad) Movimientos: -Pistola Agua (40 Potencia, Agua (Base 30, +10 STAB)) -Refugio (+10 resistencia propia) -Disparo Lodo (40 Potencia, Tierra) -Mordisco (40 Potencia, Siniestro (Base 30, +10 STAB))
Emily Hodges Un pequeño Omanyte, lento, se aceró a nuestra posición. Miré a Fomantis con una sonrisa, invitándolo a iniciar el combate. Aun necesitaba entrenamiento para poder afrontarse al pokémon pero algo de experiencia podría conseguir. —Empieza con Follaje. FOMANTIS: Planta Respondón: los cambios de estadísticas le sucederán a la inversa. Salud: 80/80 Fuerza: 105 Resistencia: 70 Agilidad: 1/1 (35 de Velocidad) Movimientos: -Follaje (25 Potencia, Planta (Base 20, +5 STAB)) -Cuchillada (50 Potencia, Normal, ratio crítico 1) -Síntesis (recupera la mitad de ps) (Usos: 1/1) -Dulce Aroma (El próximo ataque acertará en el objetivo afectado) (Usos: 2/2)