One-shot de Inuyasha - Intercambio de cuerpos ¿Entiendes ahora mi dolor?

Intercambio de cuerpos ¿Entiendes ahora mi dolor?

Intercambio de cuerpos ¿Entiendes ahora mi dolor?

Ola aquí os traigo otro de mis One-shot, hace tiempo que quise hacer este pero por alguna razón no lo escribí. Me vino la idea de la canción de Beyoncé “Si yo fuera un chico” espero que os guste.

En un pequeño piso en Nueva York, se escuchan unas pisadas fuertes, de un hombre y las de una mujer por los tacones. Se abre la puerta y se cierra con un fuerte golpe.
-Vamos Kagome, ¿por qué estas así?
-¿Así? No tienes ni idea de cómo me sentía mientras tu bailabas con aquella chica…
-Oh, venga Kagome, nada más estábamos bailando, no me estaba enrollando con ella ni nada, aunque…
-¿Qué?-Kagome no podía creer lo que acababa de escuchar, tan poco le importaba su relación, como para decir las cosas tan francamente.

Intentó retener las lagrimas pero al saber que no podría, fue al baño serrando rápidamente la puerta, se apoyo en la puerta y poco a poco iba bajando hasta sentarse en el suelo donde empezó a derramar lagrimas, rápidamente cogió una toalla de manos y se la colocó en la boca mordiéndola fuertemente para apaciguar sus fuertes sollozos y sus ganas incontenibles de gritar.
Una vez que se sentía algo más calmada, se lavó la cara y salió del baño para enfrentarse de nuevo a su pareja y su discusión.
-Inuyasha no puedo seguir así-Miró con cara sería al chico de melena negra que estaba sentado en el sofá con expresión de enfado.
-¿Así como Kagome?-Pregunto bastante irritado mientas se levantaba.
-Así como estamos ahora… no puedo seguir viéndote ligar con las demás chicas cuando sé que estas conmigo y hacer que no he visto nada. Dios, Inuyasha hasta con Kikyo.
-¿Cómo?-Parecía estar muy aturdido.
-Esta mañana vi en las noticias que hubo un atraco y un policía murió y algunos salieron heridos, no decían nada más… Y me sentí muy preocupada al pensar que tu podrías haber estado allí y te hubiese pasado algo.
-Esta mañana no estaba de patrulla por allí, y me pillaba lejos como para haber llegado.
-Eso pensé, pero no conseguía tranquilizarme, te llamé al móvil y no me contestaste, llamé y me dijeron que habías ido a almorzar, conseguí tranquilizarme y recordar el día que era hoy por lo que quería ir a verte y darte una sorpresa.

Kagome hiso una pausa, para mirar a Inuyasha, no había dicho nada de ese día, por lo que Kagome se sintió más triste.
-Hoy era nuestro aniversario… pero como siempre, no te acordaste…
-Kagome lo siento pero…
-No importa, por ello quería darte la sorpresa, para que así tal vez lo recordaras y pudiésemos pasar una noche romántica los dos junto… pero la sorpresa me la diste tú, cuando te vi besándote con Kikyo.- Inuyasha abría y cerraba la boca como un pez sin poder articular una palabra.- Cuando llegué me dijeron que estabas en la sala de practicas, al llegar intenté hacer el mínimo ruido para que no me descubrieras, en eso vi como la besabas.
-Estaba ayudándola con el disparo.
-Y aquel beso fue de recompensa por haberlo hecho tan bien, ¿no?
-Kagome, exageras las cosas.
-¿Qué exagero?
-Sí, exagera, de todas formas tú no te quedas atrás.
-¿Yo?
-Esta tarde salí de patrulla te vi muy abrazada a Koga.
-¡Me estaba abrazando en intento de consolarme, por tu culpa!
-Claro, como no. Ahora soy yo el malo, si soy así y no puedes aguantar más ¿Por qué continúas conmigo y no te vas con Koga?
-¿Qué estas diciendo Inuyasha?
-Según tú, yo te causo mucho daño y no puedes aguantarme más, no se porque no te vas con Koga ya que tanto lo quieres.
-Koga es Gay… Pero ya que es lo que quieres me iré- Kagome se marchó hasta la habitación, sacó una gran maleta de viaje donde empezó a guardar toda su ropa y sus pertenencias, entre ellas una foto de su segunda sita con Inuyasha y cerró la maleta, se quitó un pequeño relicario de plata que le regalo en su segunda cita, lo miró recordando aquel día.

Flash Back
En un parque se hallaba una hermosa chica, con una falda negra, un chaleco sin mangas rosa y unas botas altas. Estaba bastante sonrosada y nerviosa ya que no paraba de moverse de un lado a otro. Mientras que ella estaba sumida en sus pensamientos un chico se acerca desde detrás para darle un pequeño susto, que hiso que diese un pequeño salto.
-¿Te asuste?
-Pues si, pensaba que no ibas a venir.
-¿Y dejarte sola? ¡Ni hablar!- Metió la mano en su bolsillo, y de el sacó una pequeña cosa de plata, le cogió la mano a la chica y se lo puso en ella.

Era muy sencillo, totalmente liso, sin ninguna inscripción ni nada, pero igualmente bonito, Kagome se emociono tanto que sus ojos se pusieron vidriosos, Inuyasha cogió el collar y se puso detrás de ella para colocárselo en el cuello.
-Perfecto, estas preciosa con el.
-Muchísimas gracias Inuyasha yo…
-Shh… No hace falta que digas nada, el que hallas querido salir conmigo ya me es más que suficiente- Sin ningún aviso, ella se lanzó y le dio un apasionado beso.

Fin flash Back

Desde aquel día siempre lo llevaba puesto, y aunque normal mente se suele poner en su interior una foto de cada uno, ella puso dos de Inuyasha, soltó el relicario sobre la cama para salir cabizbaja de la habitación.
Se colocó frente al chico que miraba en otra dirección, a la televisión.
-Adiós Inuyasha- El chico no respondió, eso la entristeció aún más, miró detrás de ella, en el mueble había otro marco con otra foto de ellos dos juntos, en su primer aniversario.

Miró con añoranza la foto y colocó en marco boca abajo, se encamino hasta la puerta sin pronunciar palabra, la abrió y antes de salir se giró de nuevo al chico, aunque no le escuchase ella lo diría.
-Antes me preguntaste que por que seguía contigo- Hiso una pequeña pausa, parecía que esta vez si la escuchaba- Seguía contigo porque te amaba, y aun sigo asiéndolo, pensaba que en algún momento te darías cuenta de que yo estaba ahí, junto a ti… pero el tiempo de espera se a agotado… y tu no te has dado cuenta.- Salió del piso y cerró la puesta despacio.

-------------------- A partir de aquí la historia será vista desde Inuyasha ----------------------

Aquellas palabras me dejaron sin habla, claro que me daba cuenta que estaba ahí, todo lo que ella dijo es absurdo. Me marche hasta mi habitación para acostarme y así olvidar esa discusión, a la mañana siguiente hablaría con ella y volverá.
-Ocho y media de la mañana, día… ¡Soleado!- Alargue la mano y apague el despertador, no recordaba que lo hubiese encendido.

Me levante perezosamente, ciertamente no tenía ganas de ir a trabajar, me dirigí al baño para lavarme la cara, el agua estaba congelada. Cogí una toalla para secarme la cara, al mirarme al espejo grité.
-¡AAAAAAAAAAH!

No me lo podía creer, ¡soy Kagome! Me mire más de cerca, era totalmente ella salvo mis ojos que seguían siendo ámbar. No me lo podía creer, toqué “mi cuerpo” para confirmarlo… era Kagome, no puedo creer que esto haya sucedido, además de no tener ni idea de cómo sucedió. Salí del baño con los ojos desorbitados, miré a la cama, “yo” seguía allí acostado durmiendo tranquilamente sin percatarme de la situación.

Como si mi cuerpo se moviese solo, fui hasta la cocina, allí empecé a preparar el desayuno para dos, por mi mente divagó un recuerdo del día que será mañana… nuestro aniversario, sonreí al recordarlo por alguna razón quise preparar algo especial.
-Este día ya paso, ¿cómo es que se repite de nuevo?- Dije en voz baja, puse el desayuno en la mesa, dentro de unos minutos llegaría a desayunar.

Y así lo hice iba vestido con el uniforme de policía, me sentía feliz, alegre por verle, me acerqué a besarle pero tan solo me abrazó y se sentó en la mesa para desayunar. No recordaba que hubiese echo eso, pero lo que no sabia es lo rechazado que me sentía tras esa acción, no se si sería por que ahora soy Kagome o porque verdaderamente eso acto duele.

Me senté junto a él, no hablemos durante el desayuno, cuando intenté sacar algo de conversación tan solo me respondía asintiendo con la cabeza. El reloj que había colgado en la pared dio las ocho y media, se levantó me dio un beso en la mejilla y se marcho. Yo me quede pensando en ese acto… no sentí nada cuando me dio ese beso, aunque solo fuese en la mejilla. Solo sentí sus labios presionados en mi mejilla, ni cariño, amor, nada.

Para no seguir pensando en ello acabé de desayunar y me marche a la habitación para vestirme, miré en el armario buscando algo de ropa, saqué unos jeans y un jersey rojo, cuando iba a cambiarme caí en la cuenta de algo… Ahora era Kagome, no podía ir vestida con ropa de hombre, guardé la ropa en el armario y saqué una camisa blanca baja de hombros, un chaleco negro y una minifalda negra a tabla.

Una ves vestida me cepille el pelo y me miré al espejo estaba realmente bien, cuando volviese a mi verdadero cuerpo aré que se ponga más a menudo esta ropa.

De repente escuché Esta soy yo del Sueño de Morfeo, era la melodía que tenía en su móvil, bueno en mi móvil para las llamadas, busqué el móvil por toda la habitación hasta que lo encontré, mire la pantalla era Yuka, contesté a la llamada.
-¿Si?
-¿Kagome?
-Si soy yo, ¿que pasa Yuka?
-Que vas a tener que empezar a correr si quieres llegar a tiempo.
-¿A tiempo a donde?
-¡A las rebajas! ¿Sigues aún dormida?
-No, estoy despierta, enseguida voy.
-Esta bien, te esperamos en la entrada del centro comercial y… ¡CORRE!

Cogí unos zapatos blancos de tacón, pero al intentar andar con ellos me tropecé y casi me caí, por lo que busqué las botas blancas sin tacón, suerte que le gustaba ir cómoda.
-No entiendo como pueden aguantar andar con esos zapatos.

Cogí las llaves, su cartera y su móvil, no podía llevar todas esas cosas en las manos, y esta falda no tenia bolsillos por lo que me vi obligado a usar un bolso, cogí uno negro de ala larga, me lo pasé por la cabeza y me lo coloque cruzado, guardé odas las cosas dentro y me dispuse a salir.
-Después de esto voy a necesitar unas cuantas sesiones de terapia con Sango para poder superarlo.

Salí a paso ligero, en la calle vi pasar coches y taxis, no sabia como hacer para que se parasen, intenté hacer como muchas otras chicas habían echo, levanté la mano y unos cinco taxis se pararon frente a mi. Estaba bastante sorprendido… “tendré que tener más cuidado con que Kagome coja un taxi” me monté en el primero, le indiqué la dirección, cuando arrancó empezó a coquetear, ignoré sus comentarios hasta que me sacaron de mis casillas.
-Mire viejo verde, tengo novio, y por nada del mundo saldría con un vejestorio como tú, así que si no quiere que le demande más le vale que cierre el pico y conduzca- Se quedó sin palabras, “Realmente no la dejaré que vuelva a subir a un taxi”.- Y por si no lo sabe, le pagaré menos de lo que es.

No dijo nada, cuando lleguemos al destino le pagué como le dije, menos de lo que era, busqué en la calle a sus amigas, no fue difícil encontrar a Yuka, Eri y Arimi, que llevaban ropas coloridas comparadas con los tonos grises y negros de las demás personas. Me acerqué a ellas, me saludaron muy alegremente cuando llegué hasta donde ellas estaban, Yuka me cogió de la mano y me llevó casi a rastras al interior del centro comercial.

Me llevo hasta una tienda llamada “La Perla Rosa” donde vendían picardías, Kagome nunca se ha puesto un picardías porque me decía que le daba vergüenza. ¿Acaso me estaba engañando con otro y pensaba comprarse un picardías para él? La rabia me cegó durante unos instantes, hasta que Arimi me colocó un picardías negro delante de mí.
-¿Qué piensas de este Kagome?
-Yo… no se…
-Yo creo que a Inuyasha le gustará más uno rojo- Eri me llevó hasta donde estaban los picardías rojos y negros, con que no era para ningún bastardo amante suyo, eran para mí.

Estuve examinándolos detenidamente hasta que alguien llegó, era Koga, con otro hombre e iban agarrados de la mano y muy juntos por lo que se veía, así que es cierto que era Gay después de todo. Se acercaron hasta nosotras, luego nos presento a su pareja, Richard.
-O estáis comprando picardías ¿Quién es el afortunado?- Parece bastante relajado para acabar de conocernos.
-Es Inuyasha el novio de Kagome- Arimi y su
-O pues… para ti creo que te quedará mejor este- Me da un picardías de sujetador rojo y bragas negras, era bastante sexy y sin duda quedaría bien, y aunque podría comprobarlo ahora yendo a probármelo preferí esperar para cuando encontrase la forma de volver a mi cuerpo.

Fui al mostrador a pagar la prenda, pero Koga me lo impidió.
-Déjalo Kagome, lo pagaré yo- Eso no me gusto.-Espero que después de esto se de cuenta de lo que tiene y vuestra relación valla a mejor

Nuestra relación no va mal, bueno… ciertamente creo que algo si. Estando en el cuerpo de Kagome siento cosas diferentes como animo, alegría, y sobre todo mucho amor, que aunque reciba una decepción tras otra de mi parte, su amor no disminuye. Mientras tanto siendo yo, y estando en mi cuerpo siento… rutina, aburrimiento y no me extraña, apenas me percato de lo que hace o intenta hacer Kagome para captar mi atención.

Sacándome esos pensamientos de la cabeza salí de la tienda en dirección a otra acompañado de los demás, Arimi y Yuka no paraban de decirme que me veían distinta, ya que no iba pintada y me comportaba distinta, ¿y si me descubrían? Diciendo que me encontraba perfectamente seguí con las compras. Cuanto volviera a mi cuerpo, todo cambiaría, se acabaría la rutina. El resto del día lo pasé en compañía de sus amigos, riendo con ganas, olvidé de lo que era compartir risas con los amigos.

A las 7:15 de la tarde nos despedimos no quise coger otro taxi por lo que opté por el autobús de camino a casa intenté recordar que es lo que hice después ya que este día lo habíamos vivido ya antes pero mi mente estaba en blanco, no recordaba nada desde aquí en adelante.
-Ya estoy aquí- No había nadie, solté las bolsas en la habitación y el bolso, estaba agotada. Regresé al salón, y miré los mensajes tenia uno de Inuyasha.
-Kagome tenemos una pequeña complicación a sique llegaré tarde, no me esperes despierta, adiós.
Aquello me desanimó por completo, como en la mañana, carecía de cariño, pero tal y como dijo, no le esperaría despierto. Anduve por la habitación con el pijama pensando en lo que podría hacer en la mañana, pero el sueño hiso acto de presencia por lo que decidí acostarme.

A la mañana me levante rápidamente y me miré al espejo, seguía siendo Kagome, pero eso no me desanimo. No conseguía comprender si estos sentimientos y actos los hacia Kagome y yo solo los interpretaba y sentía, o era en parte los hacia yo.

Me vestí con una de “mis camisas” y me marche a la cocina a preparar el desayuno, a la misma hora que ayer mi yo llegó a la cocina con el uniforme, picoteó un poco del plato que puse en la mesa y luego cogió una tostada, ignorándome por completo, como si yo no estuviera allí.

Estaba dispuesto a marcharse, me dirigí hasta el para abrazarle, pero me esquivo, ¿verdaderamente yo era así?
Me quedé solo pensando en la forma de actuar de mi verdadero yo y lo que yo sentía, o mejor dicho lo que sentía Kagome, es lo que hacia mayormente, moverme como ella quería y decir lo que ella quería.
Cogí el móvil, marqué el numero de Sango y una vez que lo cogió.
-Sango necesito tu ayuda, te espero en quince minutos en la plaza-Y como antes, dije lo que Kagome quería decir.
Estaba en la plaza esperando a que llegara Sango, cuando la vi llegar la saludé con la mano.
-Haber que es lo que sucede.
-Veras, como bien saber hoy es el aniversario mío y de Inuyasha, y quería que me ayudaras a prepararle una sorpresa.
-¡Con que se trataba de eso! Haberlo dicho antes, bueno, para empezar vamos a la floristería.
-¿Para que?
-Para comprar pétalos de rosa y luego compraremos velas perfumadas y…- Y así siguió una larga lista, realmente Sango tenia grandes ideas para esas cosas y bastante buenas.

Después de que hubiésemos comprado todas las cosas de du inmensa lista, me ayudó a prepararlo todo en casa, terminemos cerca del mediodía, me despedí de ella y me relajé viendo la tele. Ser Kagome resultaba ser bastante duro sobretodo cuando apenas sabes lo que vas a hacer, solo dejarte llevar por tu cuerpo.

En las noticias salió un reportaje en directo de un atraco donde un policía murió y algunos salieron heridos, el corazón latió desbocadamente, yo sabía que no me había pasado nada pero aun así no podía dejar de sentir aquella preocupación, aquella angustia y el temor por que estuviese herido.

Marqué rápidamente su número en mi celular, no contestaba nadie, cogí mi abrigo y me encaminé a la comisaría, tenía que averiguar si estaba bien.
Cuando llegué me encontré con Miroku, amigo intimo de “mío” y novio-prometido de Sango, le pregunte por Inuyasha, me dijo que estaba en la sala de practicas así que a paso ligero llegue hasta la puerta, y con sigilo la abrí, entre con cuidado aunque con los cascos que llevaban no me oiría.

Por mi mente paso unas imágenes de yo besándome con Kikyo, cuando volví a la realidad fue lo que vi, un beso intenso de mí mismo y Kikyo. Pero esta vez no sentí aquel beso, sino la apuñalada al corazón que sentí al ver aquella escena, sentía como si el mundo se me viniese encima, dejándome solo con el corazón hecho añicos y sangrando sin ninguna fuerza. Un dolor tan intenso que jamás pensé que se pudiese llegar a sentir.

Salí de la comisaría con la mirada perdida, ignorando los gritos de Miroku, no podía creer que existiese tal dolor como el que sentía entonces. Caminé sin rumbo durante horas hasta que me encontré con Koga.
-Kagome…-Me miro durante un instante, mi mirada estaba vidriosa a causa de las lagrimas contenidas y perdida, podía sentirlo.- ¡Kagome ¿Qué te ha pasado?!
Guiándome por lo que me decía mi cuerpo, me acerqué hasta él y le abracé, dejando que el me abrazara en un intento de consolarme, entonces no pude contener por más tiempo las lagrimas, no dijo nada y lo agradecí por ello, en ese momento no sentía con ánimos ni con fuerzas para hablar. Sentí un coche pasar cerca nuestra, pero lo ignore, cuando me calme me marche a casa, al llegar y ver todos los preparativos que había echo y estropeado por mi mismo.

La rabia ardió dentro de mí, queriendo estar en mi cuerpo y golpearme a mi mismo fuertemente cogí una bolsa de basura y tiré todo lo que había preparado, luego me tendí en el sofá mientras pensaba una y otra vez en lo que acababa de hacer, y recordando muchas otras cosas que había echo antes, no tenia perdón, pero aun así ella seguía conmigo, no me la merecía.

Horas más tarde llegue de muy buen humor queriendo salir a bailar, intenté animarme, esperé a que yo estuviese listo para marcharnos, en el coche le entregué un regalo que no tiré, no le dije la causa ya que sabia que no me acordaba. Leguemos al local, no tenía ganas de bailar así que me acerqué a la barra y pedí un whisky me apoyé en la barra mientras lo bebía, es camarero se me quedo mirando por la manera en la que estaba sentado, se me olvido por completo que era una chica.

Me levanté de la barra y caminé por la pista en busca de mi yo, me encontré coqueteando y bailando con una joven, tez morena, cabello cobrizo que iba vestida con un bonito vestido sin tirantes. Me quedé mirando el dolor que sentí esa misma tarde, el que creí que había conseguido olvidar volvió, dándome de lleno, Cuando se percató de mi presencia se alejó de ella y vino hasta a mi.
-Kagome, venga vamos a bailar.
-Déjame- Me aparté de él, se quedo mirándome perplejo, yo tan solo caminaba a la salida, fui seguida de mí que sin decir nada nos montemos en el coche y volvimos hasta casa, allí es cuando comenzó la discusión.
-Vamos Kagome, ¿por qué estas así?
-¿Así? No tienes ni idea de cómo me sentía mientras tu bailabas con aquella chica…
-Oh, venga Kagome, nada más estábamos bailando, no me estaba enrollando con ella ni nada, aunque…
-¿Qué?- salí corriendo al baño, me senté en el suelo, cogí una toalla y la mordí fuertemente. Cuando me calmé salí del baño, sabia que esto no terminaría bien.
-Inuyasha no puedo seguir así-Le miré seriamente pero seguía con cara de enfado.
-¿Así como Kagome?-Pregunte bastante irritado mientas se levantaba.
-Así como estamos ahora… no puedo seguir viéndote ligar con las demás chicas cuando sé que estas conmigo y hacer que no he visto nada. Dios, Inuyasha hasta con Kikyo.
-¿Cómo?-Parecía estar muy aturdido, le conté todo lo que vi, como de costumbre lo negué y contraataqué con cosas sin sentido, dije lo del aniversario y no me acordé, y volví a saltar.
-Claro, como no. Ahora soy yo el malo, si soy así y no puedes aguantar más ¿Por qué continúas conmigo y no te vas con Koga?
-¿Qué estas diciendo Inuyasha?
-Según tú, yo te causo mucho daño y no puedes aguantarme más, no se porque no te vas con Koga ya que tanto lo quieres.
-Koga es Gay… Pero ya que es lo que quieres me iré- entré en la habitación para preparar la maleta, al quitarme el collar recordé nuestra segunda cita, ciertamente nunca se lo quito. Guardé las cosas y salí.
-Adiós Inuyasha-Pronuncié esas palabras que tanto trabajo costó pronunciar, volví mi vista al mueble en un marco en concreto donde estaba la foto de nuestro primer aniversario, coloque la foto boca abajo y me dispuse a marcharme
-Antes me preguntaste que por que seguía contigo- Hice una pausa, sabia que ahora si escuchaba- Seguía contigo porque te amaba, y aun sigo asiéndolo, pensaba que en algún momento te darías cuenta de que yo estaba ahí, junto a ti… pero el tiempo de espera se a agotado… y tu no te has dado cuenta.- Salí cerrando la puerta despacio, esas palabras que acababa de pronunciar se repetían una y otra vez en mi cabeza, por fin era consiente de esas palaras y los echo, pero ya era demasiado tarde.
-Ya es demasiado tarde-Susurre, sentí como perdía las fuerzas y caía, la vista se me nublo y solo escuchaba una y otra vez “demasiado tarde”.

Sentía como daba vueltas, cuando todo se calmo, abrí los ojos, estaba en la cama, despacio me levanté y me dirigí al espejo a mirarme, volvía a ser yo.
-¡Kagome!-Salí gritando de la habitación alegre, pero no la vi, ni tampoco la escuche, volví a la habitación, sus cosas no estaban, después de todo, había sido verdad, encontré el relicario de plata, lo sostuve en mi mano.
-Demasiado tarde-Susurre, había llegado tarde… apreté el relicario en mi mano- No, no es tarde.

Rápidamente me cambie de ropa, cogí las llaves del coche y de la casa, luego salí corriendo, me dirigí a casa de Koga, conocía la dirección, al llegar llame a la puerta y me abrió él.
-Que quieres.
-Necesito ver a Kagome.
-Ella no quiere verte, le hiciste mucho daño.
-Lose, y por eso estoy aquí, necesito verla- Vi que no me dejaría pasar, así que me hice paso yo mismo como pude y entré a buscarla, la encontré en el jardín trasero.

Llevaba el pelo algo revuelto por el viento que soplaba, estaba vuelta de espaldas a mí, sigilosamente me acerqué hasta ella y la abracé desde atrás. Dio un pequeño respingón y luego intentó zafarse de mi abrazo pero no la deje.
-Suéltame.
-No te voy a soltar.
-Suéltame… por favor-Dijo casi en un susurro, su oz se le quebró, y eso hizo que se me desgarrase el corazón,
-Kagome escúchame, sé que he cometido muchos errores y te he causado un dolor inimaginable, pero no sabes lo arrepentido que estoy.
-Es tarde… Inuyasha-Su voz sonaba frágil.
-Por favor Kagome, no me di cuenta del maravilloso tesoro que tenía junto a mi, y por mi mayor estupidez lo perdí-Sentí que se me humedecían los ojos, pero no me importaba.- No quiero perderte para siempre Kagome… eres lo más preciado para mi…
-Inuyasha.
-Dame una segunda oportunidad y deja que te lo demuestre- Aflojé el abrazo, se dio la vuelta, y mirándome con una de sus miradas, una de las que eran solo para mi, me beso.

Un beso cariñoso y lleno de amor, en el que correspondí con la misma intensidad, cuando nos separamos, la cogí en brazos y la saqué de allí para meterla en el coche, volví a por sus cosas y entre a en el coche.
-¿A donde vamos?
-Ya lo veras, solo te diré que no te arrepentirás jamás-La besé en los labios.-Te amo.
-Yo también te amo.
Cuatro meses después.

Estábamos en el convite de nuestra boda, era el día más feliz de mi vida, y por fin podía llamar a la persona que mas quería “Mi esposa” solo mía. Me acerque hasta ella para abrazarla.
-Ahora somos marido y mujer ¿Cómo te sientes al respecto?
-El hombre más feliz y afortunado del mundo por tenerte como mi esposa, mía y de nadie más.
-Eres muy posesivo.
-Losé, pero solo contigo-Rió felizmente, me encantaba verla sonreír.
Fin