One-shot Inicio atrasado [Margarita Nieves|Gakkuo Rolplay]

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Solo yo intentando revivir a la Mar de Gakkuen (?) Supongo que esto se podría tomar como oficial para el inicio del día miércoles dentro de la semana dos del rol (?)

864 palabras tiene, pa quién le interese (?)

Inicio atrasado​

Las semanas pasaron monótonas; íbamos de compras, paseábamos por el parque, cocinamos y cada uno después iba a lo suyo. Yo me quedaba en el cuarto que compartía con Lily, navegando en mi teléfono aún con todo en inglés, a pesar de que era recomendable cambiarlo al japonés para que me acostumbrara de a poco al idioma. Solo me había traído un par de libros del pueblo, mis favoritos, la ropa de por sí era poca, por lo que en ese caso no fue la gran cosa. Dejamos varias cosas atrás, aún así sentía que antes de esto casi nada existía. Lo único que me dolió en verdad fue despedirnos de la tumba de Jacob, quién sabe por cuanto tiempo, aunque puede que haya algo más y yo no me haya dado cuenta.

Antes de entrar a mi nuevo y último año escolar, me enfermé por los cambios de temperatura tan bruscos que habían estado ocurriendo. Apenas me sentí recuperada asistí, era jueves, y no se le ocurrió nada mejor al clima que mandar una lluvia incesante. Tuve suerte en la mañana, una chica me acompañó desde la estación hasta la academia con su paraguas, pero a la tarde se había esfumado y no me quedó de otra que devolverme bajo la lluvia, no podía culpar a la menor tampoco. Quedé en cama por cuatro días, afiebrada y gastando papeles por montón, no me gustaba nada esa sensación. Me sentía un estorbo, preocupando de más a quienes convivían conmigo. Para el martes estaba mucho mejor, pero estaba tan desganada que fui incapaz de levantarme de la cama hasta tarde. Lily pareció entenderlo, no me reprochó y me preguntó sí asistiría mañana, le dije que si. A pesar de todos los años que han pasado, aún me sorprende lo calmada y comprensiva que puede llegar a ser conmigo en algunas ocasiones.

Así llegamos al ahora, estaba en el baño con la puerta entreabierta cepillándome el cabello, a esas alturas ya me llegaba a la cintura. Lily no demoró en asomarse por la puerta, haciéndola rechinar, pegándome un susto que por milagro contuve el grito, para no despertar a mis tíos.

—Lily —solté con voz quejica, frunciendo el ceño—, ¿qué haces despierta a estas horas? —proseguí casi con reproche, eran las seis de la mañana.

—¿Me dejas peinarte? —pareció ignorar todas mis quejas sin problema, con su sonrisa suave, cerrando sus ojos cansados y arrugados.

No pasaba de los 70 años, pero parecía que el tiempo no había tenido compasión con ella.

—Puedo hacerlo sola —respondí sin cambiar mi cara amargada, pero estaba lejos de sonar tosca. Ella se mantuvo sonriente, inmutable, provocándome un suspiro derrotado—. Está bien.

—Gracias, linda —respondió con su voz agotada y gentil, mientras yo le entregaba el cepillo y las ligas que estaban a un lado del lavabo. Me senté en la taza del baño, dándole la espalda en silencio, pasiva.

Me desenredó el cabello con cuidado, acariciándolo con mimo de vez en cuando, para luego proceder a trensarme las hebras con una maestría de años. El flequillo y los costados, dejando una parte suelta que cubriera mi espalda.

—¿Qué tal? —preguntó con calma y algo de expectación tras apartarse, para que me observara en el espejo.

Pulcro, elegante.

>>A que te ves hermosa.

Las palabras me llegaron con algo de culpa, pero admitía que el peinado le había quedado espléndido.

—Gracias, mamá, te quedó lindo —respondí genuina, con voz apagada, girando la cabeza para observar todos los detalles. Poco después me volteé hacia ella, apoyando las manos en el lavabo—. Deberías volver a dormir, aún es temprano.

Ella solo rio suave, manos tras su espalda.

>>Hablo en serio —agregué con más seriedad en la voz, casi soltando un mohín. Ella giró el rostro, exponiéndome su mejilla izquierda. Sentí otra vez mis mejillas arder. Se la bese, un beso casto, inclinándome un poco para alcanzarla.

Ella me observó de vuelta y acunó sus manos en mis mejillas, seguí el movimiento de sus brazos y volví a en encorvarme otra vez. Recibí un beso en la frente, sumamente cálido.

—Cuídate, y que te vaya lindo en la escuela —se despidió, dándole una última caricia a mi mejilla—, ya me voy a dormir, así que deja de fruncir ese ceño. Te arrugarás más que yo a este paso.

Soltó otra carcajada, y contraproducente, yo terminé con el ceño más fruncido.

>>Buenas noches~

Bromeó al final, dirigiéndose por fin a nuestro cuarto, le murmuré lo mismo de vuelta.

Exhale todo el aire contenido, para terminar de hacer lo que debía en el baño. Me hice un desayuno ligero, tostadas y té, para luego verificar si tenía el dinero suficiente para el día. Lo justo y necesario para un almuerzo, tal vez algún refresco, y los pasajes de ida y vuelta.

Agarré mi mochila y salí con aparente calma, cerrando todo con mi copia de la llave. No tenía idea de cómo me conseguiría la materia, siendo que no hablé con nadie en especial el jueves, pero tendría que empezar a hacer mi mejor esfuerzo por sacar el año adelante. Lograr algún buen puntaje, para así quitarle por lo menos una preocupación a Lily.