Saint Seiya Indignación

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Arkannos, 26 Noviembre 2023.

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    Arkannos

    Arkannos Iniciado

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    Escritora
    Título:
    Indignación
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2954
    Los personajes pertenecen a Masami Kurumada. La imagen de la portada no me pertenece, créditos al genial artista :D

    Advertencias: Personajes OoC, comentarios y contenido sexual, un poco de modismos. Arantza es mi OC. Fic NO YAOI.

    Como saben, aquí la lógica se sale por la ventana xD

    Esta historia como todas las que escribo son regalo para mis dos pilares que me impulsan con sus comentarios para continuar escribiendo; Nyan-mx, Eramaan Viimeinen, esto es para ustedes :´)

    —Indignación—
    Indignación; Sentimiento de intenso enfado que provoca un acto que se considera injusto, ofensivo o perjudicial.

    La vida se había encargado de enseñarle de la manera más cruel y sádica que existía que el ser curioso no traía nada bueno.

    Ya lo había comprobado cuando tenía solo quince añitos y le pregunto a Shion quien sería su sucesor en el trono, y al saber la respuesta lo mató sin consideración alguna -en su defensa, queda decir que cometió ese acto bajo la influencia maligna de un bélico dios-. Ya después Aioros terminó siendo acusado de traidor y fue asesinado por Shura. Aioria sufrió maltratos y su risa se apagó por la falsa acusación contra su hermano. Todo el Santuario quedo al dominio completo de Ares, un loco dios psicópata con fuertes deseos de sangre, sexo y caos. Ah, y como ignorar sus tendencias nudistas.

    Sin omitir el pequeño detalle de que él mismo quedo atrapado dentro de su propia mente, siendo un simple espectador de como el Dios de la Guerra hacía y deshacía a su antojo. Y cómo olvidar a su hermano Kanon, que fue encerrado en Cabos Sunion donde su único destino era morir en esa fría y desolada cueva para convertirse en comida para peces, pero la bondadosa y pequeña Athena le salvo de ese trágico final.

    Pero como siempre, la curiosidad, esa maldita curiosidad característica de los Géminis, le estaba haciendo tripas corazón desde que Kanon entró a la sala con un humor que muy pocas veces tenía la dicha de ver. Su manera de caminar, el cómo lanzó la chaqueta al suelo y se dejó caer junto a él en el sofá soltando bufidos era una clara muestra de su ira.

    Estaba más que enojado, incluso la palabra furioso quedaba corta en comparación al sentimiento que había transformado en una mueca de disgusto a ese rostro que siempre portaba una sonrisa socarrona en los labios ante cualquier adversidad. Que Kanon estuviese así, tan molesto, era una verdadera sorpresa. El que siempre estaba molesto y con cara de culo -según Kanon- era el mismo Saga. Era conocido en todo el Santuario que casi nadie podía hacer enfadar con facilidad a su gemelo, pues este era un jodido experto en voltear la situación a su favor.

    Los hacia quedar como unos completos idiotas y él, un prodigio en el arte de la manipulación, salía victorioso en cada debate y ¿Por qué no? Pelea física. Kanon no solo se valía de sus puños y cosmos para hacer caer al enemigo, también atacaba sus mentes sin necesidad de usar el Satán Imperial o crear ilusiones. Kanon desestabilizaba a sus adversarios con sus brillantes comentarios sarcásticos y déspotas, haciendo que la seguridad de sus contrincantes se cayera al más profundo de los abismos del cual no saldrían jamás.

    Kanon era un genio… Aunque no lo diría en voz alta, así le pagaran por ello.

    Por ello, el verlo sentado junto a él de brazos cruzados, respiración errática y ceño fruncido, le producía una enorme curiosidad. La pregunta estaba en la punta de su lengua, a casi nada de ser pronunciada. Pero, como aprendió de joven, la curiosidad nunca es buena y, como decía el dicho; La curiosidad mato al gato.

    —Ya. Escupe. —espetó el menor sin quitar la vista de la televisión. Un mohín de disgusto apareció al ver que Saga había puesto por quinta vez en la semana El silencio de los inocentes. Estaba seguro que su hermano ya se conocía los diálogos de memoria —Se que quieres preguntarme que me pasa, te conozco y me conozco. Somos Géminis y nuestra naturaleza es ser metiches.

    Saga alzó una ceja, metiches no era una palabra que usaría para calificarse así mismo, más bien seria curioso. Menos ofensivo y más elegante.

    —Habló enserio Saga, ya pregúntame. —gruñó Kanon, llevándose ambas manos al rostro con frustración —Necesito sacar esto de mi sistema sí o sí.

    "Bueno, que quedé claro universo, yo quise evitar ser fisgón" se dijo Saga a sí mismo, encogiéndose de hombros con resignación.

    —¿Qué tienes? —preguntó al fin, tomó el control y pauso su película. Con un movimiento elegante cruzó su pierna derecha sobre la izquierda y giró un poco su cuerpo para mirar a su gemelo.

    Kanon extendió sus manos y las miró por lo que pudo haber sido una eternidad, un ligero temblor le estaba atacando. Era tanta su rabia, su ira, que no podía contenerla por más tiempo en su cuerpo.

    —Antes que nada, ¿Te acuerdas de Arantza?

    Saga ladeó el rostro y sonrió; Como olvidar a esa mujercilla de piel morena clara, cabellos de un bonito verde olivo y ojos grises que tuvo la dicha de contemplar una vez. Sus encantos merecían toda la atención del mundo. Y qué decir de su voz al cantar, era una pequeña ninfa vagando por las tierras santas de Athena. Una ninfa muy bonita que cautivaba con su pureza e inocencia que muy pocas veces se podía contemplar en una futura Amazona.

    Si el pudiera conquistarla lo haría sin dudar, pero su promesa de celibato le impedía entablar relación sentimental ya fuera con ella o alguien más. Se había comprometido a durar diez años sin relaciones sexuales y lo iba cumplir.

    —Si, la recuerdo. —asintió, resistiendo las ganas de sonreír.

    —Ella es la causante de mi rabia. —espetó Kanon, tragando saliva con pesadez —Tenemos… Teníamos cuatro meses saliendo.

    Al estar concentrado en sus manos, Kanon no observo la sorpresa en el rostro de Saga. El mayor arqueó las cejas y abrió la boca en un gesto casi cómico, pues la confesión le había tomado desprevenido.

    —Yo fui quien empezó a buscarla. La visitaba cada que finalizaba su entrenamiento y charlábamos. Llegamos al punto de hablarnos nuestras cosas, nuestros miedos y temores. —prosiguió Kanon, dejando mas anonadado a Saga ante ese despliegue de sinceridad —Y, como tiene que suceder en cada relación sentimental, el momento sexoxo no se hizo esperar.

    Si Saga no hubiese estado sentado, se hubiera caído sin dudar al suelo. Su cabeza volteo a ver tan rápido a Kanon que hasta su cuello soltó un pequeño crujido. Jamás le paso por la mente que su gemelo y él llegarían a hablar de eso.

    —Prepare todo, absolutamente todo. —continuó diciendo, sus palabras fueron acompañadas por movimientos de sus manos —Compre velas, rente la mejor habitación del puto motel de cinco estrellas con jacuzzi incluido. —Saga parpadeaba muy lentamente, intentando procesar a velocidad de la luz todo lo que estaba escuchando —Me compre calzones de marca —informó Kanon, bajándose un poco el pantalón y mostrando el tirante de la prenda que decía Calvin Klein —, le compre la pastilla del día siguiente, condones de varios sabores y, joder, compre hasta halls negras, Nutella y chantilly. Y tu bien sabes que odio el chantilly.

    En algún punto de la conversación, Saga empezó a sentir una inmensa vergüenza por escuchar todo eso. El no era muy bueno hablando sobre el sexo, el era bueno practicándolo -sus múltiples amantes se lo hicieron saber en su momento-. Algo le decía que esa dantesca historia que le estaba narrando su hermano seria con descripciones graficas que no necesitaba y no quería saber.

    La curiosidad mato al gato, y el estaba a punto de morir.

    Maldita curiosidad. Y maldito fuera él por andar de metiche.

    —Kanon… —dijo a media voz, intentando llamar la atención del mencionado.

    Cosa que no funciono, pues el otro le ignoró y siguió contando su trágica historia.

    —Cuando llegamos al motel, empezamos como todos empiezan. Besos, caricias y jugueteos.

    Saga intento no hacerse una imagen mental. No quería imaginar a su gemelo teniendo sexo con sus parejas, eso era sumamente… IUHG.

    —Y cuando la vi desnuda, uf, te aseguro que se ve divina con la lencería de gatita que le regale. Pero se ve mucho mejor sin nada puesto.

    "No te imagines nada, no te imagines nada, no te imagines nada"

    —Kanon, resérvate los detalles y mejor vamos al punto que ocasiono tu enojo ¿Quieres?

    —A eso voy. —farfulló, frunciendo el ceño —Es solo que tienes que saber todo el contexto para comprender la situación que atravesé y que aún me enerva la sangre. —Saga abrió la boca para protestar, pero Kanon se le adelantó —Total, lo hicimos en la regadera, el jacuzzi, el tantra, el columpio y en varias posiciones. Debo admitir que ella supo aprovechar los halls negros y te juro que es el mejor oral que me han…

    —¡Agh! ¡Kanon! ¡Cállate la boca, eso no me interesa saber! —gritó, llevándose ambas manos a los oídos. No le importaba estar actuando como un mocoso berrinchudo.

    —Ya, no seas dramático. Ni que fueras virgen para no saber esas cosas.

    —No lo soy imbécil, ya he tenido sexo y me conozco el kamasutra al derecho y al revés. Solo que no me interesa tener una imagen mental tuya teniendo sexo.

    —Na, no sería mucha diferencia. —dijo Kanon, encogiéndose de hombros —Imaginarme a mi es como si te vieras a ti mismo, mismos gestos, mismos gemidos, lo único diferente es que yo estoy más dotado que tú. —una pequeña sonrisa curveo sus labios, era una sonrisa burlona —Y no necesitas imaginarlo, hermano, solamente ten sexo frente a un gran espejo y mira tus gestos.

    Saga le miró boquiabierto para luego soltarle un golpe en la nuca. Kanon solamente se rio quedamente.

    —Volviendo al tema…

    —No quiero detalles Kanon, no te los estoy pidiendo. —gruñó Saga, cruzando los brazos sobre su pecho.

    —Ajá, nada de detalles. —asintió enérgicamente, sus cabellos rebeldes se mecieron al compás de sus cabeceos —Después de una buena dosis de mi —se señalo a si mismo —nos fuimos a la cama, según a descansar. —dijo, haciendo comillas con los dedos. Algo en su cara le hizo saber a Saga que la situación que le hizo enojar ya estaba a punto de ser rebelada, pues un brillo oscuro y siniestro nació en la profundidad de esos ojos verdes. —Ella ya había exprimido todas y cada una de mis energías que me quedaban, mi cuerpo no daba para poder ser yo quien llevara el ritmo de la penetración.

    Saga cerró sus ojos e inhalo lentamente, rogando a los dioses por paciencia.

    —Así que la deje montarme y, oh Dioses, jamás me habían usado de esa manera. El solo recordar como se movía sobre mi pelvis, su enloquecedor y abrazador calor, me enloquece y me lleva al borde de los más profundos y hermosos abismos de la pasión. —Kanon recostó su cabeza en el sillón y soltó un suspiro. Saga temió por un momento que las caderas de su gemelo se empezaran a mover, pues estaba seguro que de solo recordar lo que paso ya se estaba excitando de nuevo —Pero toda esa entrega, esa pasión y gemidos palidecen contra lo que salió de sus labios, sus carnosos y deliciosos labios, cuando exclamó el nombre de otro al llegar al maldito orgasmo. —la boca de Saga formó una pequeña "O" —Y lo peor es que ese nombre sea el de tu maldito hermano gemelo.

    Sus manos se crisparon en un segundo y con violencia se levanto del asiento y sin dar tiempo a pensar o actuar, estampo con fuerza un cojín en la cara estupefacta de Saga que no tuvo tiempo de moverse ni alzar sus brazos en defensa propia.

    —¡¿Sabes que es lo jodido de todo esto?! —vociferó Kanon, mirando con rabia a Saga, el cual seguía con cara de no entender que carajos estaba pasando —¡Que no es culpa ni tuya ni de ella! Yo fui quien provoco todo esto al hacerme pasar por ti para poder conquistarla. Todos estos jodidos meses Arantza pensó que había conquistado al mojigato elegante de Saga de Géminis.

    Como si hubiesen activado un interruptor, Saga miró con estupefacción y un deje de rabia a su hermano, el cual no se amedrento y siguió con esa mueca de disgusto.

    —Kanon… —farfulló Saga entre dientes. Hace mucho tiempo atrás, cuando eran adolescentes, tuvo muchos problemas por esa pequeña travesura que hacia Kanon al andar conquistando a varias chiquillas en su nombre. Eso le había acarreado castigos por Shion al pedirle que ordenara la biblioteca y un sinfín de besos robados cuando llegaba a Rodorio a sus usuales paseos. Mas de una vez tuvo que morderse la lengua y fingir que si conocía a la nieta del tendero y que tenían una relación estable cuando ni al caso.

    La gota que derramo el vaso fue cuando se le juntaron tres noviecitas de Kanon -todas creyendo que tenían una relación con Saga de Géminis- y tener que luchar con los impulsos de lanzarlas a la otra dimensión si no dejaban de desgreñarse. Ese día volvió a casa con arañazos en los brazos y una marca roja en la mejilla, gracias a la bofetada que le propino una de ellas.

    Mientras Kanon estaba muerto de la risa a los pies de la escalera y Aioros no hacia mas que decirle en un tono burlón que eso le pasaba por ser un golfo.

    Su mirada se achico mas de ser posible, deseando poder matar a Kanon con ella.

    —Kanon nada Saga, Kanon nada. —le interrumpió, meneando la cabeza —Ya tendrás tiempo para reclamarme el que haya conquistado a una chica en tu nombre… Otra vez. —dijo, y Saga estaba seguro que estaba leyéndole la mente —Ahora solo cállate y escúchame, por una vez en veintiocho putos años escúchame. —le rogó —Yo, te juro que nunca pensé caer tan… tan… tan perdido por una mujer. —Saga alzó una ceja al reparar en el tono herido en la voz de su igual —Ósea, yo estaba dispuesto a todo por ella. Incluso a desaparecer todas las sillas del jodido mundo para que se sentara solamente en mi cara.

    —¡Agh, Kanon!

    —Pero ahora, con mi ego y sentimientos heridos no me siento bien. Me duele el alma, el corazón y mi cuerpo, y no solo por su cruda traición. También me duele por todo el sexo que hubo este día. —Saga parpadeó varias veces ¿Cuál traición? Si el que la traiciono fue él al hacerse pasar por otra persona. —Me siento usado, humillado y denigrado. Aunque yo haya sido el error, eso no la justifica a ella por hacerme sentir de lo peor.

    Saga estuvo a nada de decirle un par de verdades a Kanon -y uno que otro insulto por hacerse pasar por él para conquistar chicas-, pero el menor se agacho para recoger su chaqueta del suelo y sin previo aviso le golpeo con ella, despeinándole.

    —¡Ya Kanon!

    —Ya Kanon nada, ya te dije. —bufó, mirándole con rabia contenida —Si me llama, por que lo mas seguro es que lo haga —Saga alzó ambas cejas y abrió mas la boca, ¿Acaso Arantza tendría tan poca dignidad para buscar al idiota que fingió ser otra persona para enamorarla? Esperaba que no. Kanon le tendió su celular, el cual tomo con cierta duda —Tu le vas a contestar y le dirás que estoy ofendidísimo, indignado, ¡Humillado! No le di mas de seis orgasmos en una noche para que me confunda con otro idiota…

    —Tu mismo lo provocaste, pedazo de imbécil.

    —Y dile que yo con ella ya no regreso. —apretó los puños y se apartó un par de mechones del rostro, ignorando deliberadamente el comentario del mayor de los dos —Ni aunque me llore y me suplique. —con pasos orgullosos emprendió el camino a su habitación, dejando a Saga en el mismo lugar donde lo encontró. Antes de perderse en la oscuridad del pasillo, volteo a verle sobre su hombro, Saga entrecerró los ojos sin quitarle la vista de encima —Dile que a ella le quede grande, por eso prefiere a tipos como tú.

    Sin decir una palabra más, se perdió en el pasillo, dejando a Saga ahogado en un mar de emociones en el cual la indignación era la que predominaba su ser. Oh si, quería ir tras los pasos de su igual para desaparecerle de una vez de la faz de la tierra y cumplir lo que Ares no pudo en su momento. Ese coraje que mantenía su cuerpo rígido y alerta no se iría con nada.

    El que Kanon se indignara era una verdadera idiotez y Saga no soportaba las idioteces. Y ver que el teléfono comenzó a sonar y el nombre de Arantza se leía en la pantalla con un corazón a un lado le dejaba en claro que el único que estaba y merecía indignarse era él.

    Fin—​

    Gracias por haber llegado hasta el final de la historia, espero haya sido de su agrado y perdón si el final es muy simple :(

    Nyan, Eramaan, una enorme disculpa por mi ausencia, últimamente la vida se me ha puesto algo de cabeza y el que la lap se haya descompuesto no ayuda en nada. Espero que este pequeño fic haya sido de su agrado y les prometo que vendrán mas a futuro, al igual que las continuaciones que les debo. Las quiero y extraño sus comentarios, les deseo unas muy felices fiestas :)

    Gracias por acompañarme en todas mis locuras.

    SafiroBipolar567
     

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