Incondicionalmente (Torneo)

Incondicionalmente.
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Camino a paso rápido por la calle angosta era dominada por la oscuridad, los postes de luz ya no funcionan y nadie se encarga de arreglarlo. Era una calle peligrosa por la cual solo se cruzaba si era una gran emergencia.
Gotas de sudor corren por mi frente, mis ojos viajan a todas direcciones comprobando cada sombra que proyectaban los edificios, cada movimiento y sonido. La noche fría cubría el cielo, el aire recorría mi cuerpo haciéndome tiritar.

Mis pasos hacen eco sobre el pavimento, me detengo súbitamente fijando mi vista en la puerta del bar que sea abría a solo dos metros de mi ubicación, dejando ver a una persona.

La persona misteriosamente oculta su rostro y camina hacia mí. Comienzo a sudar más y siento mis palmas húmedas por los nervios. No puedo pestañar ni moverme, la persona pasa junto a mí y es cuando nuestras miradas se cruzan.

Aquellas facciones que siempre miro a escondidas desde hace unos meses en la escuela, esos ojos penetrantes que me detengo a observar en los momentos menos inoportunos, estaban ahí percatándose de mi presencia. Un gesto de sorpresa recorre su rostro y acelera el paso perdiéndose.

Me quedo ahí parada, incapaz de mover un musculo, sin poder pestañear. El corazón me cabalga acelerado siendo posible escucharlo moviéndose en sus oídos. Aquel sentimiento, se mostraba más que fuerte ahora haciendo presión en mi pecho, aquel calor que causó color notable en mis pómulos, el amor que le tenía.

Nunca había podido hablarle, él era tan callado y reservado. Había salido de un bar de mala muerte pero su rostro y modo de caminar hacia más que evidente que no fue por diversión.

Oh no, ¿me acerqué demasiado?​

Oh, ¿estuve acaso cerca de ver lo que realmente lleva dentro?
Todas tus inseguridades
Todos tus trapos sucios
Nunca me hicieron pestañear una sola vez.​

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Salgo del callejón con mis piernas dando todo su potencial, con el corazón en la garganta y el color pintando mi rostro.

Incondicional, incondicionalmente​

Te amaré incondicionalmente
No hay miedo ahora
Olvida y simplemente se libre
Te amaré incondicionalmente.​

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Recorro los pasillos de la escuela a paso rápido, mi respiración trata de ir al paso de mi corazón alocado, cada imagen de la noche anterior, cada gesto que hace en clases, su voz grave, todo de él me enloquecía, me atrapaba.

Llego al aula y tomo asiento mirando hacia el frente, el sonido de la campana hace eco por toda la escuela, la silla que se encontraba a dos lugares de mí, a la derecha, se arrastra. Mi respiración se queda atrapada en mis labios y más por costumbre dirijo la mirada al asiento.

Nuestros ojos se encuentran y escucho como el corazón pide salir de mi pecho, aquellos orbes claros estudian mi rostro y un gesto indescifrable cruza tu rostro, apartas la mirada. Sé que temes que divulgue lo que vi porque aunque no hables con nadie, te llevas el nombre del mejor de la clase.

**

El receso llega, camino por el jardín de la escuela, sonrío al ver las margaritas que están en él, tomo lugar junto a un árbol un tanto escondido e intento relajarme, el viento acaricia mi piel y los rayos solares se filtran por las hojas del principal productor de oxígeno. Un pequeño sonido me impulsa a levantar los parpados; a unos centímetros de mi rostro estaba el, mirándome fijamente intentando intimidarme, mi ritmo cardíaco se dispara y sin darme cuenta aguanto la respiración.

Comienza a hablar con ese tono de voz, que a mi parecer es grave y delicado, no hay ninguna emoción en ella. No logro concentrarme en las palabras que salen de sus labios, mis manos sudaban al sentir su cálido aliento sobre mi rostro, me ordeno reaccionar y es cuando escucho, está advirtiéndome no decir nada, no hablar o me arrepentiría. No logro entender cómo piensa que iré corriendo a decir todo lo que vea. No hablo con casi nadie aunque de verdad, él no me conoce.

Ven tal y como eres hacia mí​

No hay necesidad de que te disculpes
Sé lo mucho que vales
Te aceptaré en tus días malos lo mismo que en los buenos
Caminaré entre la tormenta
Haría de todo porque te amo, te amo.​

Las palabras salen de mis labios antes de pensarlas, le prometo no decir nada, que no lo tenía planeado y que no quería nada a cambio de guardar su secreto. Estudia mi rostro y se da la vuelta sin más, dejándome más que aturdida, intento calmarme pero las imágenes no dejan de correr por mi mente, comienzo a hiperventilar. A él no le gusta lo que hace en el bar, lo que sea que haga, a mí no podría encantarme más.

Incondicional, incondicionalmente​

Te amaré incondicionalmente
No hay miedo ahora
Olvida y simplemente se libre
Te amaré incondicionalmente.​

Corro mientras observo como el sol esta por ocultarse, visualizo aquella calle de mala muerte y ahí en la esquina el bar maloliente, entro sin pensarlo porque de ser ahí me iba a detener y correr lejos de todo eso. Risas, platicas se escuchaban por todos lados, el choque de vasos. Logro mezclarme entre un grupo apretado de chicas mayores y con vestidos que dejaban mucho a la vista. Oculto mi rostro entre el saco que tengo y recorro con mis ojos toda la habitación. ¿Dónde está?

Un escalofríos corre por mi espalda, intento mirar hacia atrás pero un cuerpo choca contra mi espalda, es cuando su voz suena en mi oreja. Pregunta que se nos ofrecía, refiriéndose a todas las mujeres con las que estaba. Ellas ríen coquetamente y piden cosas extrañas que no había escuchado, susurra en mi oreja preguntando por mi orden. Cada partícula de mi cuerpo se paralizan y mi respiración entrecortada es callada por la música del lugar. Mis rodillas tiemblan por su cercanía. Imito la voz de una de las mujeres pidiendo quien sabe que bebida. Él se retira y me doy la vuelta al momento que él sonríe.

Algo revolotea en mi interior, mi musculo cardíaco se detiene y recobra la marcha corriendo como si de eso dependiera su vida. Él era un mesero, sonrío para mí misma y decido largarme del lugar antes que él se diera cuenta de que estaba espiándolo. Que mal suena eso, pero no podía quedarme con la duda del porque estaba en ese lugar.

Camino presurosamente hacia la salida del lugar, un hombre se para metiéndose en mi camino y choco, el señor se lleva al suelo toda la mesa y los vasos de cristal gritan al tocar el suelo. Todas las miradas se centran en mi dirección, levanto el rostro más que apenada y me encuentro con sus ojos claros impregnados de sorpresa. Me muerdo el labio y salgo corriendo del lugar con la vergüenza inundando mi ser.

No puede ser, acabo de hacer el ridículo, no debí haber venido a verlo, pero esas ganas incontrolables de tocarlo, aunque sea me gustaría poder hablar con él. Era más que patético admirarlo de lejos cuando él no sabía ni mi nombre. Me tropiezo pero logro estabilidad, veo el final de la calle pero algo me detiene y me da la vuelta.

Él está tomando mi mano con fuerza y me mira con la ira saliendo por sus poros. Ahora me quiero morir, toda esperanza que habitó en mi alma se esfuma y deseo que la tierra me trague en este momento. El chico no sabía mi nombre y ahora me odiaba por arruinar el lugar donde se ganaba la vida. La adrenalina corre por mis venas y es cuando me doy cuenta que si todo ya estaba perdido no quedaba nada por perder.

Me muerdo el labio, avanzo un paso, me pongo de puntillas y reclamo sus labios como míos presionándolos y saboreándolos.

Así que abre tu corazón y simplemente deja que empiece​

Abre tu corazón y simplemente deja que empiece
Abre tu corazón y simplemente deja que empiece
Abre tu corazón
La aceptación es la llave para ser
Para ser verdaderamente libre
¿Harás lo mismo por mí?​

Mi corazón revoloteaba como las alas de un colibrí, la adrenalina llena cada célula de mi cuerpo, las chispas brincan de mis labios; un sobresalto me inunda cuando el me regresa el beso. Una corriente inunda todo mi cuerpo y disfruto de aquel gesto antes que la realidad abrazadora lo rompa.

Olvido respirar y me alejo tomando aire de mi alrededor. Lo miro, ahí parado enfrente mío y mi rostro cobra vida demostrando la vergüenza, ¿Por qué hice eso? Me cubro la boca con mis manos, cierro los ojos y ciento las piernas temblar. Temerosa dejo que mis parpados se abran y el sigue ahí, con la sorpresa inundando todo su rostro, la luna sale de la nube en la que estaba escondida y una sonrisa ilumina todo su rostro, mi corazón revolotea y oculto mas el rostro entre mis manos.

Incondicional, incondicionalmente​

Te amaré incondicionalmente
Y no hay miedo ahora
Olvida y simplemente se libre
Porque yo te amaré incondicionalmente (oh yeah).​

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Una carcajada se escapa de sus labios y esto es como música para mis oídos, una sonrisa de dibuja en mi rostro y mi corazón se llena de gozo.