Titulo: Imposible de controlar. Fandom: Vocaloid. Personajes: Kaito/Miku. Advertencias: Faltas de ortografía~ El lector/a puede morir de aburrimiento~ Un Kaito protector y sexy~ {?} Autor les pide disculpas, está forzando a su imaginación, la cual está en huelga y ahora pide vacaciones~ … Notas: Escrito dedicado a Puck, en el marco de Desafíos Vocaloid. Espero les guste. … Miku mantuvo la carta enfrente de si varios minutos sin poder moverse, la mano que sostenía ese pedazo de papel temblaba incontrolablemente al mismo tiempo que tenía ganas de vomitar pero las contuvo al escuchar que llamaban su nombre. Era Kaito, y debía quemar esa atrocidad antes de que pudiera leerla, estuvo a punto de lograrlo si repentinamente un pequeño perro… no hubiera saltado en su dirección, golpeado su mano con sus patas delanteras provocando que la carta cayera el suelo. La nueva mascota, pronuncio un sonido extraño cuando intento recuperar la carta y la tomo entre sus dientes para llevársela a su dueño, Miku le llamo sorprendido. — Saya, no… regresa. Esa bola de pelos blanca apresuro su carrera y se detuvo a los pies de Kaito, quien parecía demasiado sorprendido por su actitud e inmediatamente al ver el trozo de papel, pensando que tal vez era un dibujo que encontró por ahí o algo que había escrito la peli-aqua, lo llevo a sus ojos para poder leerlo. Y, comenzó a leer la carta sintiendo como su sangre comenzaba a hervir, la furia comenzaba a apoderarse de su cuerpo y de su mente con cada letra que leía en esa carta que de alguna forma había llegado a sus pies. Miku se detuvo al ver que leía la carta, no sabía qué hacer, si arrebatársela de las manos o permitir que terminara de leerla, lo que termino pasando, ya que no era tan larga. Él oji-azul sentía el peso del mundo sobre sus hombros, la duda comenzaba a formar remolinos en su pecho, debía saber cómo era posible que esa aberración llegara a las manos de la chica. — ¿De dónde salió esto? Ella en cambio, pensó por un momento en mentirle, decirle que no le importaba, que tenía suficientes problemas como para meterse en sus asuntos, sin embargo, la mirada en sus ojos azules fue más que suficiente para que le contara como la obtuvo, esperando que aquella respuesta fuera bastante. — La encontré afuera de la casa, junto a una canasta de otras cosas y es eso… Kaito no pronuncio ningún sonido, ni se movió, jamás había sentido como en ese momento el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Miku intento recuperar la carta sintiendo un nudo en su garganta, quería borrar esa carta, ignorarla y creerse a salvo cuando no lo estaba. — Dámela… Estiro el brazo detrás de su espalda alejándola de su cuerpo, respondiéndole con furia, no dirigida hacia su persona, hacia el mismo por su pésimo papel protegiendo a las personas que amaba. — ¡No! ¿Por qué no me llamaste? Ella no podía hacerlo aunque hubiera querido, como una daga en su espalda, ni siquiera lo pensó. — ¡No necesito que me cuides! ¡Yo puedo cuidarme sola! Había alzado la voz en un intento por verse segura aunque temblaba como una hoja, sus pupilas estaban alargadas y su quijada estaban apretada, Kaito podía ver cuán asustada realmente estaba, como en respuesta a su miedo grito, alzando su voz más que ella. — ¡Pero yo soy el mayor! ¿Qué no lo entiendes? ¡Es mi deber protegerlos, a todos! ¡En especial a ti! ¡Sobre todo a ti! Miku volvió a calmarse, casi como si toda su fuerza se hubiera desvanecido con la misma rapidez con que llego, dejando a una muchacha frágil, asustada, no por él sino por la seguridad de los que quería, la cual no había logrado proteger. Llevando la mano que tenía la carta cubrió su rostro con ella comprendiendo por vez primera el peso de mayor que llevaba, a sus pies Saya hacia ruidos extraños, empujándolo con sus patitas, mirándolo de vez en cuando como pidiéndole ayuda. Entonces, respondió al verle tan desolado intentando calmarlo, respirando hondo, colocando una de sus manos sobre su hombro intentando darle ánimos, convencerlo de que todo saldría bien aunque ella misma temía que nada podría mantenerlo alejado de la realidad. — No te preocupes, todo saldrá bien… ya verás que pronto ese asunto quedara atrás como si fuera un mal sueño… Él en ese momento sujeto la muñeca de Miku con fuerza, llevando su mano a su mejilla, restregándose contra ella, sus ojos estaban cerrados, cuando los abrió pudo ver que tenían un par de lagrimas en ellos, le había hecho llorar, para ocultarlo mantenía su mirada en el suelo tratando de ser fuerte. — ¿Y si no es así? ¿Si logra llevarte con él? ¿Si jamás te vuelvo a ver? Repentinamente le miro a los ojos, en ellos pudo ver tanto pesar que sintió por un momento que su corazón se rompía con solo verlos. — ¡No lo soportaría! Aquella era la primera vez que veía esa clase de mirada en sus ojos. — ¿Kaito? Kaito se acerco un poco más a ella y coloco su mano derecha en su mejilla, la izquierda en su cintura para que no se moviera, no sabía que ocurriría en ese momento pero no esperaría más. — Tú eres… solo mía. Miku parpadeo ligeramente sonrojada, estaba sorprendida, si que era la primera vez que Kaito lo hacía con esa posesividad, haciéndola gemir al sentir como continuaba acercándosele, atrapándola contra una de las paredes. — Kai… Antes de que pudiera terminar de pronunciar su nombre, sintió que era silenciada, que la distancia entre ambos súbitamente se hacía nula y que aquello que no le dejaba pronunciar palabra alguna eran unos labios, Kaito la estaba besando. … La carta es confidencial {?} (Nah, es que se me olvido que decía en ella). Sí llegaste hasta aquí, muchas gracias por leer~
Awwwww, fascinante °-° No pude esperar más, me encantó. En faltas de ortografía no me fijé, pero sinceramente dudo que existan. Pero qué tierno, enserio tierno, hermoso, sencillo y fresco. Aunque admito que el hecho de que no hayas puesto la carta me confundió, no sabía porqué el actuar de Kaito ni de Miku, al menos hasta estas palabras: Pero en fin, sinceramente me dejaste sin palabras. Un placer leerte <3