Relato hecho para la actividad spooky challenge mp3. Reto 8: Escoge una canción con vocalista femenina (puede haber más vocalistas). Contenido oculto If I stumble Ya me había cansado de correr. El agua de la lluvia que caía no dejaba de embarrar el suelo mientras las cenizas de lo que habíamos desatado seguían llegando. Jorg pasó en frente de mí. Le perdí la vista desde que provocamos ese incendio en el pueblo maldito. Suspiré aliviado al ver que no lo habían atrapado, pero poco antes de que pudiera lanzarle un grito, una flecha me rozó el cuello. Sentí como la sangre de mi herida era derramada mientras el ardor me obligó a poner la mano allí. Jorg se volteó, todavía no me había visto. Cuando me notó, frenó su velocidad y me dejó alcanzarlo. Una conversación empezó mientras corríamos al mismo tiempo. — ¿Puedes resistir hasta que salgamos? — preguntó, pero parecía más por interés que por preocupación. — No fue una herida muy profunda, podré avanzar — dije, no queriendo alarmarlo. Tan pronto como terminé de hablar, la lluvia y las cenizas cesaron su caída tan repentinamente que pareció magia. Las nubes se apartaban y un resplandor empezó a iluminar el sitio por completo. — ¿Cómo pudieron hacer esto? — Jorg realmente creía que era obra de nuestros perseguidores. — No lo sé, pero está claro que incendiar el pueblo no sirvió de nada — le contesté, notando como el dolor estaba empezando a hacer mella — Necesitaremos pensar en otra cosa para el próximo año. — Como odio este condenado día. Llevan cinco años haciendo lo mismo. ¿Hasta cuándo piensan seguir? ¿Es que no hay manera de romper esta maldición? Quise responderle, pero una vez que volví la vista al frente, pude ver como una veintena se nos echaba encima. Tan aterradores como siempre. Con esas cabezas deformes y anaranjadas, con esa piel verde y putrefacta. Lo que más me aterraba de ellos eran esos ojos vacíos repletos de muerte, con formas que se volvían más irregulares mientras más se quedaba uno mirando. Jorg y yo corrimos en direcciones opuestas, encarando él hacia la izquierda y yo tomando la opción sobrante. Creímos que, al hacerlo, dividiríamos a esos malnacidos y se nos facilitaría el escape, pero no hubo nada más lejos de la realidad. Todos vinieron detrás de mí, como si supieran que ya me habían herido. Terminé en el suelo, cayendo boca abajo y embarrándome toda la cara y torso cuando me estampé contra lo que la lluvia había dejado. Juro que nunca sabré que pasó. Sé que no tenía nada al frente, pero aun así tropecé y caí. Habrían usado uno de sus trucos para eso, de lo contrario, jamás lo sabré. Quise levantarme para seguir huyendo, pero ya era muy tarde. Una red de caza bastante gruesa me cayó encima, y ni bien empecé a forcejear para tratar de quitármela, se cerró y empezó a restringir mis movimientos. Los veinte que me estaban persiguiendo me rodeaban, y uno de ellos tomó la red desde un nudo que no había podido ver y me levantó como si nada utilizando solo uno de sus brazos. Su olor era más pútrido que años anteriores, y sus sonrisas uniformes eran macabras. Sus bocas no se movían, pero podía escuchar en mi cabeza como se reían de mí mientras empezaban a caminar de regreso al pueblo. Traté de acomodarme lo más que pude de modo de estar listo para escapar. Jorg no me dejaría tirado aquí para que estos seres del infierno me eliminaran. Solo rezo para que su ingenio le permita encontrar la forma correcta de intervenir antes de que no quede tiempo. […] — Niven, lo lamento, pero el terror me ganó — desde la distancia, todavía tenía escalofríos al ver esa escena. Vi como ellos se lo llevaban de regreso al sitio que estaba ya intacto a pesar del incendio que habíamos desatado hacía pocas horas atrás. Juro ante toda la magia de esta tierra que quise ayudar, pero no pude ver un escenario en mi cabeza donde él y yo pudiésemos escapar juntos. Ya no había más que hacer, solo mirar lo mismo que cada año. Esos monstruos le habían arrancado la cabeza al pobre Niven, y tras arrancarle la cuenca de los ojos, le colocaron una vela en la boca y la dejaron arder en lo que duraba la noche. El resto del cuerpo de mi amigo estaba servido en la mesa, y pese a que no era demasiado grande, una población de cincuenta de esos monstruos se podía dar un banquete con él sin problemas. Ya sabía lo que pasaría cuando no quedase nada más, lo mismo que venía pasando en todos esos años. Pero no podía irme sin estar seguro de que así sería. La paranoia no me lo iba a permitir. Fue tal y como se esperaba. Tan pronto como uno de ellos tragó lo último que quedó de él, ellos desaparecieron en un instante, y con ellos, el horrible pueblo que les hacía de escenario. Podía respirar tranquilo hasta el próximo 31 de octubre, ya que sabía que mi vida estaría segura hasta entonces. Sin embargo, era hora de empezar a buscar otra manera para evitar que estos monstruos regresen. Y quizá, viendo que Niven se había convertido en una víctima más, encontrarme nuevos compañeros para esta clase de misiones. Tenía todo un año por delante para empezar con los preparativos. Pero en ocasiones me pregunto si ellos también tenían todo ese tiempo para planear las contramedidas. Tantas preguntas en mi cabeza, pero a mí solo me preocupaba una. — ¿Seré el siguiente en caer en sus manos?
Pobre tipo, esperando que su amigo no le abandonase y tiempo le faltó para salir corriendo como una ratita asustada. De verdad, me da un poco de pena el pobre. Por lo demás, se me hizo muy interesante el relato y la música me duró todo lo que estuve leyendo, justo acabó cuando acababa. ¿Pensado milimétricamente quizás? jajajaja En cualquier caso, ¿son como Jack o' Lantern o algo así? ¿Una comunidad de seres con cabeza de calabaza? En realidad, hay un poco de justicia poética en que usen a la persona que fue allí a tratar de acabar con ellos como linterna, pues los humanos hacemos lo mismo con sus compañeras calabazas (?). Me agradó mucho el relato, me entretuvo. Un relato ideal para Halloween. ¡Buen trabajo! Y sin más que decir, procedo a despedirme. ¡Un saludo!