Identidad Perdida Naruto no me pertenece. Hola a todos: les traigo mi primer fic en la FFL, la verdad es que estoy muy emocionada, algo paranoica con todo el asunto de las reglas, pero en general estoy contenta (la verdad es raro que no lo esté). Honestamente, hubiera querido traer como primer fic uno inédito, pero justo cuando puse el último punto final me di cuenta de que estaba violando, no una, sino DOS reglas así que me tuve que conformar con poner uno que ya tenía. Sin nada más que agregar solo espero que lo disfruten (ah, por cierto, un saludo para mi amiga pretty_rosegirl12, gracias por haberme ayudado tanto con este capítulo) _______ Naruto Uzumaki acomodó su máscara de lobo ANBU, aún no se acostumbraba a usarla, en primer lugar se había planteado usar una rana o un zorro, pero sería demasiado evidente que se trataba de él. Después de la guerra, esa era la identidad que había asumido y ahora debía enfrentarlo, no sabía bien porque lo hacía, tal vez era una de sus tantas rarezas, lo único que sabía es que no se sentía verdaderamente fuerte para afrontar la realidad con su verdadero rostro. Había trascurrido cerca de un año desde el final de la guerra, y llevaba escondiéndose del mundo aproximadamente 8 meses. Aun así, las cosas estaban lejos de estar en calma, por el contrario, los pequeños países aprovecharon la debilidad de las cinco grandes aldeas para liderar disturbios. Hasta ahora ninguno había sido suficientemente fuerte para desestabilizar la alianza, pero eso no significaba que todo fuera pacifico. El rubio caminó a través del bosque, mirando a su alrededor hasta que llegó a las, una vez lustrosas, puertas de Konoha, que ahora estaban abarrotadas de gente que quería entrar a la ciudad. La mayoría eran campesinos o refugiados de guerra. Para este punto, algo estaba claro para Naruto. En la guerra nunca había ganadores, solo perdedores, no importaba el resultado de la misma. Lentamente siguió su camino a través de la multitud, entre la cual vio el angelical rostro de Hinata. Era increíble que algo tan lindo pudiera existir en semejante paisaje tan desolador. La chica se encontraba interrogando a una anciana que venía con dos niños muy pequeños. Tanto la mujer como los chicos se veían cansados y mal trajeados. Naruto se dio cuenta de inmediato que tenía que intervenir, conociendo a la Hyuga, los dejaría entrar con una sonrisa en la cara, sin siquiera estar cien por ciento segura de que no se trataba de una espía. — Hyuga… — llamó Naruto con una voz tan autoritaria, que ni siquiera parecía la propia — Dame los papeles de esa mujer y sus notas de viaje – La pelinegra, sin siquiera mirarlo, le entrego los documentos. El muchacho reviso todo exhaustivamente, pero no encontró inconsistencia alguna — Todo en orden abuela, puede pasar pero no nos haga perder más tiempo. Naruto prácticamente le tiró los papeles a la pelinegra en las manos, mientras veía marchar a la anciana con sus dos niños. —No había necesidad de ser tan grosero, Lobo-san— Dijo la chica, llamándolo por el animal que llevaba en la máscara. El rubio se volteo y la tomo fuertemente por los hombros, susurrándole al oído. — ¿Quieres ver qué gran grosero puedo ser, linda? — Hinata lo empujo tan fuerte que casi pierde el balance. Por un momento le pareció que estaba dispuesta a abofetearlo, pero al mirar a los lados y darse cuenta que estaban rodeados de gente, desistió de hacerlo y se fue mostrándole un profundo desprecio. El rubio la vio marchar melancólicamente. Se sintió fatal, ella lo odiaba, o más bien odiaba al ANBU lobo, después de todo desconocía su identidad. Naruto volvió a adentrarse en el bosque saltando de árbol en árbol mientras se recordaba a si mismo que mantenerse alejado de ella era lo mejor, después de la guerra se lo decía una y otra vez, pero a su vez, él parecía no querer entenderlo. De pronto, en un claro del bosque, vio una figura ya conocida; La de Sasuke, a quien claramente le habían asignado la misión de vigilar los bosques cercanos. Su amigo había reingresado a las fuerzas ninjas poco tiempo atrás, en principio nadie confiaba en él, incluso, hubo personas que pensaron que lo mejor sería quitarle cualquier rastro de poder ninja. Sin embargo, el concejo de la aldea pronto se dio cuenta de que era un desperdicio perder un arma tan poderosa como el Sharingan, así que tras un pequeño periodo de prueba decidieron dejarlo reintegrarse. —Teme — Dijo Naruto mientras aterrizaba en el suelo a pocos pasos de su amigo. —Dobe— Respondió Sasuke asintiendo. — ¿Qué tal están las cosas? — preguntó Naruto nuevamente. —Hmp, Tranquilas ¿Y la entrada? — — Una porquería como siempre — Respondió Naruto fastidiado. Sasuke le dirigió una sonrisa algo irónica. — Hmp, aún así, escuche que tú personalmente pediste que te ubicaran allá mientras no tuvieras más misiones. ¿Esto tiene que ver con un par de bonitos ojos claros? — Naruto sabía que no podía escapar, el muy desgraciado de Sasuke lo conocía demasiado bien y adoraba torturarlo. Así que decidió guardar silencio. — Ya veo… — Empezó el pelinegro, arrogante — Es enfermizo, realmente enfermizo que la persigas de esa manera, si cada vez que la ves haces lo posible para que ella te odie— —Es curioso que tú lo digas, siendo el psicópata número uno del mundo ninja. — Contraataco el rubio. — Si yo soy el numero uno, tu eres el número dos. ¿Por qué haces esto, Naruto? Yo no me escondo del mundo, y eso que todos me odian, ¿No se suponía que tú eras el gran Naruto Uzumaki? ¿El mismo que quería ser Hokage, el mismo que no se dejaría vencer por nada ni por nadie?, ¿Qué es lo que tienes que esconder? — Naruto bajó la cabeza. Sasuke no entendía nada de nada, no sabía lo que significaba estar en su lugar, intentar una y otra vez y fallar siempre, incluso cuando creías que lo que hacías era lo adecuado haciéndolo peor de lo que era inicialmente. Pero el sí lo sabía, lo había descubierto tiempo atrás. ____________________ (Un año antes) El sol de la mañana comenzaba a mostrar su cara en el horizonte, mientras que en aquel frio matutino cientos de hombres de diferentes rincones de la alianza shinobi caminaban hacía sus aldeas. La guerra finalmente había concluido, y solo les quedaba volver a sus hogares a rehacer sus vidas. Entre estos hombres se encontraba Naruto Uzumaki, quien caminaba alegre junto a su equipo: Sakura, Sai y Kakashi, pues Sasuke aún se encontraba bajo supervisión de los Kages. Después de una ardua batalla, el teme había comprendido; La traición de Madara, el asesinato de sus padres… todo era claro para él. El rubio levantó la mirada, y la vio. Ahí en medio de la multitud, caminando junto al resto del equipo ocho y su primo. En ese instante, unas palabras resonaron en su mente: "Yo solo quería caminar junto a ti, Naruto-kun…"—Ve con ella —Dijo Sakura sonriente — No lo dudes tanto, ve con ella, se pondrá feliz. — Naruto trago duro. Jamás había estado nervioso frente a una mujer, y menos aún si se trataba de Hinata, aunque, realmente quería seguir el concejo de la pelirrosa. — Que vayas, tonto. — Gruño su amiga, dándole un fuerte empujón hacia adelante. El chico aceleró el paso para alcanzar a Hinata, pero aún quedaba el problema de los tres que la acompañaban… — Hey, pero si eres tú, baka. — Dijo alegremente Kiba. — Naruto…— Asintió Shino muy serio. Naruto vio como Neji le miraba con una sonrisa tranquila mientras caminaba junto a su prima. —Esto…— comenzó Naruto, sin saber que decir. — Kiba, Neji, mejor vámonos de aquí. — Murmuró Shino mientras los empujaba en la dirección contraria. Hinata parecía preocupada. — Chicos, ¿por qué se van? Que extraño, lo s-siento Na-Naruto –kun, no sé qué le paso a Shino. —Si… que raro. — A pesar de sus palabras, Naruto nunca había apreciado tanto al Aburame como en aquella ocasión. Llevaba esperando meses la oportunidad para poder hablar con Hinata, algo irónico, ya que en las semanas anteriores a la guerra la había evitado con todas sus fuerzas. Sin embargo, ahora no iba a desperdiciar su golpe de suerte. —Hinata, este… yo he pensado mucho en ti y creo que… bueno… yo, eh… te debo una disculpa. — Dijo nervioso mientras se frotaba la cabeza. — ¿P-Por qué, Naruto-Kun? — — Es que… yo me quedé pesando en lo que me dijiste antes de la guerra, y sé que te evite todos estos días. No estoy muy orgulloso, pero me preguntaba si quisieras...este… tu sabes, darnos una oportunidad para conocernos y todo lo demás —Finalizo con una sonrisa apenada. — M-Me gustaría mucho, Naruto-Kun — Hinata parecía contenta, eso alegró a Naruto, realmente quería hacerla feliz. Eso era lo mínimo que merecía después de todo lo que había pasado por él. El grupo siguió su camino mientras el rubio le narraba todas y cada una de las batallas en las que había luchado durante la guerra. Ella realmente parecía muy interesada en saber que nuevas técnicas había aprendido, él a su vez le preguntó muchos detalles sobre la guerra, después de todo, él nunca había tenido mucha convivencia con las tropas, su participación se había reducido a un par de batallas cruciales que no le permitieron experimentar la vida militar de la misma manera que Hinata. Con el paso del tiempo, el grupo inicial se fue dispersando mientras pasaban por unos bosques dentro de las fronteras del país de la lluvia. A Naruto lo llenó de melancolía ver a los Shinobis partir, habían pasado por tanto, y aun así era un misterio si algún día se volverían a ver, si llegarían a salvo a sus respectivas aldeas. Poco a poco, solo quedó un pequeño grupo de ninjas de la aldea de la hoja, entre los cuales había bastantes caras conocidas y otras no tanto. La noche comenzaba a caer y el bosque que los rodeaba se hacía cada vez más y más lúgubre. Naruto no iba a mentir, podría ser el gran héroe, jinchuriki, vencedor de la cuarta guerra shinobi, pero le seguían asustando los fantasmas y aparecidos. Era una tontería, una superstición, pero aun así no podía dejar de sentir un pánico que le calaba hasta los huesos. De la nada, se escuchó una explosión, todos voltearon en la dirección en la que había surgido el estruendo, al mismo tiempo que una lluvia de kunais los atacó desde las copas de los árboles. Naruto supo de inmediato que su enemigo no venía del más allá, todo lo contrario, era muy real. Los combates no se hicieron esperar, pero algo dejaba intranquilo al rubio, sus atacantes no parecían muy fuertes, es más, ni siquiera parecían ninjas entrenados. Con un rápido movimiento pasó un brazo alrededor del cuello de su adversario y le puso un kunai en el cuello. — ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué nos atacan? — Exigió saber el rubio. — Ustedes… miserables ninjas… nosotros nunca les hicimos nada, y aun así tuvieron que involucrarnos en medio de su guerra, hace unos meses nuestro pueblo se vio envuelto en una batalla. ¡Todo es su culpa! — Gritó el hombre desesperado. Naruto pudo sentir claramente su dolor y su ira, él estaba diciendo la verdad. — Mire… nosotros no queremos hacerles daño, solo vamos camino a nuestra aldea, no hay razón porque pelear — Dijo el rubio en tono conciliador. — ¿No hay porque pelear? ¡Ustedes los ninjas involucran a todos en sus conflictos, destruyen nuestros hogares y esperan que les creamos esa tontería de que esta guerra fue por nuestro propio bien, no son más que una manada de mercenarios! — Grito el hombre. Naruto no pudo contestar, se veía que este sujeto había pasado por mucho, y probablemente sus palabras eran ciertas, así que decidió dejarlo inconsciente y atarlo. Fue cuestión de minutos antes de que los combates hubieran terminado, sin embargo, nadie quiso detenerse a formar un campamento tan cerca de donde las luchas habían tenido lugar. — Kakashi-sensei — Llamo Naruto — ¿Dónde nos vamos a detener? — —Lo he estado pensando, y creo que la villa de Nagaki es la más indicada, queda a unos pocos metros de aquí, y además es un pueblo de civiles, no estoy seguro de que se estén muy felices de vernos, yo mismo mande un destacamento a esa zona hace algún tiempo, y creo que todo acabó en pelea— Naruto frunció el ceño y recordó las palabras de aquel hombre que lo había atacado momentos antes. — ¿Qué pasa? — preguntó Kakashi. —Na-Nada— Mintió el chico. Juntos siguieron caminando hasta que llegaron al punto en el que se suponía que debía estar la villa. Kakashi parecía estupefacto. — Pero… ¿qué pasó aquí? — Cuestiono con los ojos abiertos en par en par al ver que no quedaba más de la aldea que un montón de edificios en ruinas y cenizas. El chico se acercó a su maestro, esperando su reacción. — Ah, ¿que se le va a hacer? en la última guerra shinobi pasó lo mismo, supongo que en estos tiempos todos debemos hacer sacrificios. — Suspiró cansadamente Kakashi –. Todos dispérsense y busquen sobrevivientes. – Ordenó. Naruto caminó por las desechas calles mirando de lado a lado los edificios en ruinas, consumidos por el fuego. Inconscientemente, entro a una casa que se hallaba casi completamente destruida, de no ser por tres de las paredes externas que quedaban en pie. No sabía bien porque, pero entro en ella, no parecía ser un edificio importante, todo lo contrario, solo era una casa común y corriente. De pronto, vio a Hinata caminando por las incendiadas calles con una expresión triste y melancólica. — Hinata. — la llamó sin comprender bien la razón. Probablemente porque quería que alguien estuviera con él en esos momentos. Ella caminó lentamente hacia su lado. — ¿E-Encontraste algo, Naruto-kun? — — No, es solo que…— Hinata le dirigió una sonrisa amable. — Entiendo — Murmuro ella. Naruto comenzó a mirar alrededor, y encontró restos de vajilla rota y otros utensilios de cocina, probablemente era una casa de familia común. Algo llamó su atención, entre los escombros, el chico vio un empaque de ramen instantáneo, las personas que vivieron ahí comían la misma marca que él, de alguna forma esto lo lastimo mucho, ¿es que acaso todos estaban condenados a ser carne de cañón en las guerras shinobi? ¿Es que no había forma de librarse de esto? De la nada, voló un kunai en la dirección de los dos chicos, pero ellos fueron más rápidos y pudieron evadirlo. Sin embargo, en un momento de distracción, Naruto vio como el filo de un segundo kunai se dirigía a toda velocidad hacia él, por un momento todo se detuvo, no entendió bien el curso de los eventos, lo único que pudo ver fue a Hinata interponiéndose entre él y el arma, la cual quedo incrustada en el hombro de la Hyuga. — ¡HINATA! — Gritó el chico atrapándola antes de que el cuerpo inconsciente de la Kunoichi golpeara contra el suelo. Naruto tomó un Shuriken y la lanzo en dirección de su atacante. Podía sentir donde estaba, sin embargo, fue grande su asombro cuando vio de quien se trataba, era el mismo hombre que momentos antes lo había atacado en el bosque. La estrella le dio en el pecho, se notaba que agonizaba, Naruto lo vio mover los labios tratando de articular unas palabras. — ¿Entonces es verdad? ¿Tú eres Naruto Uzumaki? — artículo en medio de su agonía. El rubio solo asintió en respuesta — Entonces todo esto es tú culpa. De ti y tus desgraciados compañeros ninjas, ustedes causaron esa guerra, destruyeron todo lo que alguna vez quisimos, ustedes acabaron con todo, nunca lo olvides. Naruto, quien aún sostenía a la pelinegra, vio como aquel hombre cerró los ojos lentamente y exhalo su último suspiro. Se sintió desesperado, y no pudiendo retener más las lágrimas que se alojaban en sus ojos, comenzó a llorar como no lo había hecho desde que Jiraiya había muerto. —Lo siento, Hinata. Perdóname, soy un cero a la izquierda. — Sollozo apretando su diminuto cuerpo contra el propio, oliendo su dulce aroma que se mezclaba con el de la sangre que brotaba de su hombro —. No sé qué vez de bueno en mí, no importa lo que haga, no es suficiente, nada es suficiente. Otra vez fuiste herida por mi culpa. — La chica no le contestó pues estaba inconsciente. Tenía que hacer algo por ella, no podía dejarla morir desangrada entre sus brazos, debía buscar a Sakura, de seguro ella podría ayudarla. Se levantó y camino pesadamente con Hinata en sus brazos hasta que encontró a la pelirrosa. Lo que pasó a partir de eso fue frentico, su amiga curó a Hinata, y tuvieron que armar un campamento improvisado en aquella lejana región, ya que otros ninjas también habían sido heridos en combate. Era extraño, pero parecía como si aquellas personas sin ningún tipo de entrenamiento, que tan solo tenían su dolor, odio y resentimiento, hubieran sacado fuerzas para luchar contra ellos hasta su último aliento. Naruto no los culpaba, no podía hacerlo, y conforme pasaban los días y veía las consecuencias de la Cuarta Guerra Shinobi, se recordaba una y otra vez las palabras de Nagato; Mientras existieran los ninjas habría guerra, odio y dolor. Por su parte, la recuperación de Hinata fue considerablemente rápida, a pesar de todo, la herida no fue muy profunda. Naruto estaba seguro de que si aquel kunai le hubiera dado en el pecho la herida hubiera sido mortal, ella le había salvado la vida nuevamente, le estaba en deuda, y esta vez, le iba a hacer saber lo agradecido que estaba, por eso decidió pasar tiempo con ella durante el mes que les quedaba de viaje. Ella sin duda era una persona maravillosa, era una locura que no se hubiera dado cuenta. Naruto recordó con melancolía su sentimiento al llegar a la aldea de la hoja, los aldeanos lo recibieron como un héroe, y por un momento todo el malestar que sintió pareció desaparecer al ver a su ciudad natal completamente reconstruida, escasamente quedaban signos de la batalla contra Pein, todo era nuevo y mejor, al menos… eso creía él. _______________ (Tiempo presente) El jinchuriki de la aldea de la hoja sintió un dolor en la boca del estómago, mientras cruzaba nuevamente por los bosques que rodeaban Konoha. Pronto comenzaría a llover, el cielo estaba de color gris acerado y el viento soplaba cada vez más fuerte. Por un fatídico momento, recordó esa tarde un poco después de haber regresado a la aldea, el clima era muy parecido a aquel. Sin saber cómo, se dirigió al sitio al que sus pensamientos lo llevaban frecuentemente; La mansión Hyuga. Las gotas de agua comenzaron a caer una tras otra mientras que el ANBU rubio miraba escondido entre los árboles, esperando a que la heredera del Clan por fin llegara sana y salva a su casa. Era una costumbre que había adoptado cada vez que podía hacerlo, probablemente Sasuke tenía razón, todo aquello era enfermizo, pero aun así era una de las pocas posibilidades para verla. _______________ (Seis meses antes). Otro mes había pasado desde la finalización de la guerra shinobi. Pero, para Naruto, los problemas continuaban, las revueltas en países pequeños que pretendían aniquilar a Konoha estaban poniendo al mundo de cabeza. Justo por aquellos días, personas de diferentes sitios comenzaron a llegar a la aldea, la Hokage le seguía diciendo que eso era normal, que incluso la misma Kushina había llegado en una situación similar al pueblo. Durante ese corto mes, el chico Kyubi tuvo que soportar ambos sentimientos; El amor de sus conciudadanos y el desprecio de aquellos recién llegados que lo culpaban por la guerra. No era nada nuevo, sin embargo, a Naruto le hubiera gustado dejar todo de lado y que lo dejarán en paz. Por esos días comenzó a sentir inquietud por los ANBUS. Desafortunadamente, Yamato ya no estaba con ellos para que le explicara su funcionamiento, y Kakashi era demasiado perspicaz como para no darse cuenta de las intenciones del rubio. A él le impactaba el hecho que, en su mayoría, aquellos hombres no tenían pasado, ni identidad, no eran nada ni nadie, más que armas para sus aldeas. Por primera vez en su vida, a Naruto realmente le pesaba su existencia, el Kyubi, sus sueños, sus amigos, incluso su incipiente amor por Hinata Hyuga. ¿Por qué tomó la decisión de dejar su identidad como Naruto Uzumaki y convertirse en el lobo ANBU justamente aquella tarde lluviosa de Abril? Ni el mismo sabía la respuesta, solo sabía que había una persona de la que debía despedirse antes de hacerlo, y esa era Hinata. Naruto corrió de tajado en tejado mientras sentía golpear la lluvia contra su piel, pero no paró hasta que llegó a la casa de la pelinegra. Ella no se encontraba en el edificio, podía sentirlo, pero aun así, se internó en uno de los bosques que circundaban las casas, allí la encontró caminando bajo la lluvia, se notaba que llegaba de una misión. Según sabía, la habían enviado a la Tierra del Arroz a reprimir una revuelta, estaba cansada, pero debía hablar con ella a como diera lugar. — Hinata. — Llamo Naruto mientras saltaba de un árbol, quedando frente a la pelinegra y bloqueándole el paso. — N-Naruto-Kun, está lloviendo, deberías irte a casa. — Ella lo miraba sonriente, a pesar de notarse exhausta. Mas él solo la miró con un gesto serio, cosa que extraño a la Hyuga — ¿Q-Que te pasa, N-Naruto-k-kun? — preguntó mientras se acercaba a él. —Yo…— El muchacho trató de articular todas las palabras que había ensayado por días, pero nada salía de su boca, sin pensarlo dos veces el chico dio un paso adelante y tomo a Hinata firmemente por los hombros. — Me voy Hinata, no sé si regrese, no sé si algún día lo haré, no sé si quiero hacerlo, pero quiero que tú seas feliz. — — ¿Pe-Pero que dices? no bromees, N-Naruto-kun, yo…— Naruto no la dejó terminar y la beso. El beso duro unos segundos, que para ellos fue eterno. Lentamente se separaron, viéndose directamente a los ojos. El rubio, sin soltar a Hinata de los hombros, volvió a hablar. — Escúchame, esto es lo mejor. Yo estoy acabado, soy un fraude, todo lo que a ti te gusta de mi es una mentira, no puedo hacer nada bien, por más que lo intente nunca es suficiente. — Los ojos de Hinata lo miraban estupefactos, y por eso decidió continuar, si lo hacía todo de golpe dolería solo por un instante. — Realmente te amo, Hinata-chan, o estoy enamorándome de ti. — Dijo pegando su frente contra la de ella —. Pero no te voy a hundir conmigo, no dejaré que eso pase, olvídate de mí y que me conoces y todo estará bien, solo consíguete a alguien mejor y hazlo feliz, yo realmente no te haré bien. — Hinata trato de soltarse de su agarre. — D-Déjame ir ¿te volviste loco, Naruto-kun? ¿Qué te pasa? ¿Acaso de verdad crees que la guerra es solo tu culpa? — preguntó ella desesperada. Naruto se alejó unos pasos de ella. — Adiós, Hinata. — musito antes de saltar a la copa de un árbol y salir corriendo lo más rápido posible. A lo lejos escuchó que la Hyuga lo llamaba a todo pulmón, pero no podía retroceder, no quería hablar con ella, tan solo trataría de detenerlo y él ya había tomado una decisión. A partir de ese momento él no era más Naruto Uzumaki. En los días que siguieron el muchacho buscó la ayuda de Tsunade y de Sasuke para llevar a cabo su plan, nadie más debía saberlo aparte de ellos dos. Dejó su apartamento sin que nadie se diera cuenta y se fue a vivir en los bosques que circundaban Konoha, buscó una máscara completamente diferente a lo que su antiguo yo hubiera elegido y mediante un jutsu cambió el color de su cabello a un rubio más oscuro, casi café. Había dejado su vida atrás y por fin era libre del peso de ser Naruto Uzumaki. _____ (Tiempo presente) A pesar de estar sumergido en sus recuerdos, Naruto vio a la heredera que entraba a su casa, Hinata no había seguido ninguno de los consejos que le dio aquel día, ella no parecía interesarse en ningún otro hombre, ni siquiera en él mismo cuando, como lobo ANBU, le dirigía su atención. En realidad, nada lo hubiera lastimado más que verla de la mano con alguien más, sencillamente era algo que no hubiera podido soportar. Todo aquello era demasiado bizarro, otra persona en su situación se hubiera ido de la aldea, pero, a pesar de todo él quería seguir en el lugar que lo vio nacer y crecer. Él era un ninja de la aldea de la hoja, no importaba el hecho que estuviera harto de Naruto Uzumaki, nada ni nadie cambiaría la lealtad que tenía por su gente y por su amor a Hinata Hyuga.
Hola. Gracias por haberme invitado. En realidad ya sigo este fic en Fanfiction y me gusta mucho sobre todo la forma de narrar y contar los sucesos que lo llevaron a cambiar tan radicalmente. Me encanta y espero la conti pronto.
A mi ni no invitaron pero yo llege... ¿puedo llorar? es muy wuao profundo y pues triste =(, pero magnifico, em encanto, a trama y la narracion aunque mas la trama por que bueno por que es bastante original y diferemte waaa es algo triste leerlo me dieron gans de llorar xD, bueno solo te digo que sigas asi por que esta increible =)
¡Siii! ¡Siii! ¡Siii! *---*! Por fin te puedo comentar, ya que en FF.net me revuelvo tanto que... xD Lo amooo! ♥ Me fascina tu forma de narrar! Y la historia en sí *-* Pobre Naruto u.u Pero ama a Hinata! :D Y eso es todo lo que importa x3 ¡Espero el próximo capítulo (aunque ya lo leí xD)! :3
hola, lamento la demora pero aquí está el segundo capitulo de mi fic. Por su puesto, quiero dar las gracias a todos los aquellos que dierón "me gusta" en el primer capitulo y los que me mandaron comentarios. bueno sin mas, los dejo con el segundo cap. bye ___ Sasuke Uchiha miró la lluvia caer mientras reparaba una de las puertas de su recién construida casa. ¿Cuánto más duraría esto? Se preguntó, hacía casi un año que había comenzado con la renovación de la villa de los Uchiha y aún no acababa. Apenas había puesto un pie en su antiguo hogar, tomó la decisión de tumbarlo y reconstruirlo desde cero. En realidad, ahora no comprendía cómo había podido seguir viviendo en la misma casa en la que toda su familia había sido masacrada. Probablemente, pudo soportarlo porque en aquel momento lo único que lo impulsaba para seguir era el odio y el resentimiento, que crecían con mayor facilidad en aquel ambiente hostil. Ahora tenía una nueva motivación, no era la venganza, era el deseo de cambiar, y por supuesto, Sakura. Cada vez que se encontraba a su lado se sentía tranquilo y en paz, como si de repente valiera la pena seguir sobrellevando todas las humillaciones que había soportado a cambio de poder establecerse nuevamente en la aldea. Al salir de la cárcel, Sasuke la había buscado, y para su sorpresa, ella lo aceptó de inmediato. A pesar de esto, los padres de la chica no vieron con buenos ojos que su pequeña y exitosa ninja médica se hubiera enamorado de un asesino buscado en las cinco grandes Aldeas Shinobis, pero ellos terminaron cediendo, tarde o temprano todos terminaban haciéndolo cuando se trataba de la pelirrosa. Después de todo, ella podía ser bastante manipuladora. En aquel instante, recordó a Naruto, irónicamente, él había puesto en peligro su relación, ya que cuando desapareció sin dejar rastro alguno, Sasuke se negó a buscarlo a pesar de los ruegos de Sakura. Fue lo peor que pudo haber sucedido, y cada vez que hablaba con ella era como si expulsara todo el veneno que había estado acumulando durante años, dejándolo completamente solo por un par de meses. Pero, curiosamente, el no podía culparla, después de todo, a los ojos de la Kunoichi era como si hubiera decido darle la espalda a su antiguo compañero de equipo, sin importar todo lo que había hecho y pasado por él. — Sasuke-kun. — Llamó la alegre voz de Sakura. El ninja bajó las escaleras a su encuentro. — Mira, te traje el almuerzo. — Dijo levantando un paquete con comida. Los dos se sentaron en la mesa recién construida de Sasuke a comer, pero se notaba que algo estaba molestando a la pelirrosa. — ¿Qué te pasa? — interrogo Sasuke. — Hoy se cumplen siete meses desde que Naruto desapareció. — dijo sin mirar al Uchiha a la cara. —Si… — He decidido volver a emprender otro viaje para buscarlo. — Sasuke ensancho levemente los ojos, no era la primera vez que su novia tomaba tal determinación. Las primeras veces él mismo la había acompañado, aunque sabía que no conseguirían nada. No obstante, Tsunade le había prohibido volver a hacerlo, eso significaría ausentarse de la aldea y en ese momento no podían darse el lujo de prescindir de una de sus ninjas médicas más importantes. — Hmp, Yo no te acompañaré. — dijo tajantemente — No me importa, solo te estoy informando, no necesito tu ayuda. — Se notaba que Sakura aún no le perdonaba que hubiera dejado a Naruto marchar, si hubiera dependido de él le habría contado toda la verdad, pero sabía que su amigo no se lo permitiría. — Sakura, no seas terca. Si Naruto quería irse fue su decisión, déjalo en paz. — ¿Realmente no te importa, Sasuke-kun? Él tiene muchos enemigos, quien sabe que donde estará y como se encontrará, podría estar herido o muerto. Naruto no es de las personas a las que les guste estar solo, no se iría porque sí, el… — ¡Suficiente! – Bramó Sasuke en un tono que no admitía replica en contrario. Sakura se levantó furiosa y salió sin siquiera mirarlo y, a pesar de todo, el Uchiha seguía sin poder culparla. Naruto deslizó su máscara hacía la mitad de su rostro y tomo un trago de su copa de Sake, aún no sabía porque lo hacía, pero todos los días llegaba a aquel local, se sentaba y pedía dos o tres tragos, nunca más de lo necesario para adormecerlo. Todo había empezado al mes de haber abandonado su antigua vida, un día en el acababa de llegar de una misión que se había complicado, habían tenido que aplacar una revuelta. Desafortunadamente, los revoltosos no eran más que campesinos que pedían a la alianza Shinobi el pago por los cultivos utilizados por él ejército durante la guerra, ya que necesitaban comida para sobrevivir él invierno. El Kazekage ofreció una generosa paga en oro, sin embargo, la gente no quería dinero, quería comida, todos sus cultivos y el trabajo de meses se habían perdido en el fuego de la guerra, y ahora gracias a esto la gente pasaría hambre aquel invierno. Naruto llegó a Konoha tambaleándose del cansancio y de la tristeza, no había dormido muy bien y solo quería encontrar un poco de paz. Justo en ese momento, recordó las palabras de Ero-sannin: una mujer y un buen trago de sake son la fórmula para la felicidad. Pues bien, ya que no podía acercarse a la mujer que quería tendría que conformarse con el trago de Sake. Cabe decir que ahora se estaba convirtiendo en un hábito algo siniestro, todos los días a la misma hora iba a aquel restaurante y tomaba un poco para que le ayudara a dormir. —Dobe…— insulto la ya conocida voz de Sasuke Uchiha, quien estaba parado junto a él — ¿Puedo sentarme? — ¡Ha! Como si pudiera detenerte, te he dicho que no me hables en público, Uchiha. ¿Qué quieres? — pregunto Naruto. Sasuke miró a los lados, se sentó y hablo en un en un susurro: — Tienes que detener esto, Sakura se está obsesionando. Dice que va a volver a hacer un viaje para buscarte, debes decirle toda la verdad, eventualmente ella lo va a descubrir. Naruto rio silenciosamente. — Supongo que quiere arrastrarte con ella, lo único que te recomiendo es que no le vayas a hacer el "juramento inquebrantable" de que me traerás de vuelta solo porque no puedes soportar verla llorar, ella tiende a manipular a las personas con eso. — dijo burlonamente mientras bebía otro sorbo. — Hmp, eres un idiota. ¿Y qué estás haciendo aquí? ¿Es que ahora te volviste un borracho? — gruño Sasuke casi asqueado. — No, solo me bebo una copa o dos para poder dormir, mira…— Naruto le señalo que ni siquiera había pedido una botella, aun así el ceño de Sasuke permaneció fruncido. — Esto es una locura, de verdad que sí. Sakura me quitaría la cabeza con sus propias manos si descubre que sé donde estas y que estoy dejando que hagas esto — dijo cansadamente el Uchiha mientras tomaba una de las copas que tenía Naruto sobre la mesa y se la bebía rápidamente. De pronto, el rubio levantó la cabeza y miró hacía la entrada. Sasuke se dio cuenta de ello y volteó igualmente. — Hmp, ya veo porque vienes a este restaurante. — murmuró divertido mientras jugaba con la copa entre sus dedos. Por su puesto, se trataba de Hinata Hyuga. Años atrás, Naruto y Kiba solían frecuentar ese lugar cuando eran gennins, y según él, a todo el equipo ocho le encantaba la comida de allí, por eso había escogido ese lugar antes que un bar de mala muerte, porque tenía la esperanza de que algún día sus caminos se cruzaran, pero de ninguna manera se lo reconocería a Sasuke Uchiha. — Hey, Hyuga. — Llamó el pelinegro. — Teme ¿Qué estás haciendo? Deja eso ¿cómo se te ocurre?... — Sin embargo, Naruto no pudo continuar porque vio a Hinata parada justo a su lado. — ¿Me necesita? — Preguntó la chica, quien parecía extrañada por la singular pareja. El rubio nunca hablaba con nadie, y evitaba en especial a Shikamaru y a Sasuke. Al primero porque era demasiado astuto como para engañarlo; y al segundo, porque todo el mundo sabía que las únicas personas que toleraban la presencia del Uchiha en Konoha eran Naruto, Sakura y en menor medida Kakashi, así que no era nada usual que nadie, por fuera de estos tres, le dirigiera la palabra. — Sí, mi amigo aquí… — Señalo al ANBU —. Realmente se muere por hablar contigo. – Hinata levantó una ceja, entre sorprendida y divertida. Por su parte, Naruto quería matar a Sasuke lenta y dolorosamente ¿cómo se le ocurría hacerle eso? — Sí, es cierto. Estoy buscando a alguien que haga labores de rastreo, parto de misión mañana por la mañana y necesito a alguien con sus ojos, Hyuga. Le pedí a Uchiha-san que me ayudara, pero al parecer su Sharingan no es tan útil en casos como esos. — Sasuke lo fulminó con la mirada, se había atrevido a burlarse de su línea sucesoria, eso si que era una ofensa mayor para él. — Hmp, bien, si no hay nada más que decir, los dejo para que arreglen los detalles. Buenas noches. — Sasuke se levantó de su silla y caminó lentamente hasta la entrada del local. — Buenas noches. — respondieron los dos al unisonó. Hinata tomó asiento en frente de Naruto y lo miró por unos segundos, después, paso su vista hacía las copas vacías. — Creo que deberíamos hablar mañana, Lobo-san, me parece que usted no está en condiciones… — No se engañe, estoy perfectamente. Algunas de estas son del Uchiha quien, no sé si lo noto, no pagó su parte de la cuenta. A Naruto aún le asustaba la frialdad con la que Hinata trataba a su fachada "El lobo ANBU" parecía como si fuera de hielo, como si estuviera poseída por otra persona, ni siquiera tartamudeaba. Era una faceta de ella que le era completamente desconocida, nunca la había visto realmente molesta o que odiase a alguien, pero, en parte, se alegraba de tener esa oportunidad para conocerla completamente. — ¿Quiere? — ofreció Naruto sirviéndole un poco de Sake en una de las copas. — N-No c-creo que sea correcto. — Hay, con ustedes los Hyuga todo tiene que ser así, todo tiene que ser "correcto"— bufo Naruto aburrido. Hinata lo miró y tomó la copa que él le ofrecía. — ¿D-De qué se tra-trata la misión, Lobo-san? — Cuestiono Hinata, tratando de que su voz sonara firme e indiferente. — Tenemos que acompañar a un grupo de viajeros, tuvieron que dejar sus tierras de origen por la guerra y deben volver. Pero Tsunade-sama piensa que podría haber nuevos ocupantes o ladrones de caminos que podrían interferir, así que lo mejor será que lleven una escolta. — informo jugueteando con su copa distraídamente. La pelinegra sonrió tristemente. — Cu-Cuando yo era niña e-ese tipo de misiones se le asignaba a los gennins pe-pero su-supongo que con las cosas como están… De repente, a Naruto se le ocurrió una idea. — ¿Usted alguna vez tuvo una misión como aquella? — pregunto interesado. — Sí, mu-muchas en rea-realidad, pero recuerdo una en especial en la tierra de las verduras, teníamos que c-cuidar a una caravana de comerciantes, pero las cosas se complicaron cuando descubrimos que la hija del s-señor feudal estaba con nosotros. — El rubio sonrió por debajo de la máscara, el también se acordaba, era una de las tantas misiones que habían hecho juntos, en parte quería oír a Hinata hablar sobre él. — ¿Quien la acompañaba? ¿Su equipo? — continuo preguntado, tratando de sonar curioso. — No, Chouji Akimichi y… Naruto Uzumaki. — Debió haber sido todo un desastre tener que ir con ese idiota. Recuerdo cuando era niño, un verdadero payaso, yo no podía creer como alguien tan patético pudiera ser ninja, no es de extrañar que ahora haya corrido como una rata al ver que el barco se hunde… — Le pido que no refiera a Naruto-kun en esos términos. — La voz de Hinata se endureció al igual que su mirada —. Él es una persona maravillosa, todos en esta aldea le debemos nuestras vidas, así que por favor, no vuelva a hablar de él de esa manera en mi presencia. — Si es que todos debemos estar tan agradecidos con él, ¿dónde está ahora que todo está peor? Déjeme decirle que a pesar de que ese idiota diera lo mejor de sí para hacer las cosas bien, nunca cambiara el hecho de que es eso, un idiota. Hinata parecía pensativa, pero no molesta, Naruto había pensado que estallaría de ira como Sakura o como el mismo lo hubiera hecho. — Naruto-kun no es un idiota, es solo ingenuo, creo que él pensó que las cosas serían perfectas una vez terminara la guerra, el tiene que aprender que no todo puede ser así, para eso se necesitaría que todos fueran perfectos, y los dos sabemos que es imposible. Hinata tomó una gran bocanada de aire y continúo. — Creo que el debe aprenderlo por sí sólo, a enfrentar la realidad. Hay cosas que escapan de nuestro control no importa cuánto luchemos, solo hay que sobrellevarlas lo mejor que podamos. Naruto estaba estupefacto, ella le había dicho la verdad en la cara de una forma en la que nadie lo había hecho. Tsunade se limitaba a decirle que era un tonto sentimental, y Sasuke a recordarle que su comportamiento era irracional, pero nadie le había señalado la verdad de esa manera tan cruda. Él tenía miedo. — ¿Usted cree que está asustado? — preguntó con voz ronca. — Sí. —Entonces es un cobarde. — No lo juzgue tan duramente, todos tenemos derecho a estar asustados de vez en cuando, es solo que Naruto es bastante sensible al dolor ajeno, el quisiera que nadie sufriera en el mundo, pero después de una guerra es muy difícil, hay cicatrices muy profundas, pero…— Hinata sonrió levemente y lo miro a los ojos. — ¿Pero…? — repitió Naruto. — Yo sé que donde el este, debe estar ayudando a las personas, y sé que no se ha olvidado de su gente, sé que el regresará, lo sé. Naruto se sintió conmovido por la confianza de la Hyuga y por su honestidad. Por primera vez en los casi siete meses que llevaba viviendo como el lobo ANBU se vio tentado a dejar la farsa y volver con Hinata, decirle que todo estaba bien y que quería estar con ella, sin embargo, no estaba preparado. Naruto rio, captando la atención de la pelinegra. — ¿Qué es tan gracioso? — preguntó confundida la chica. — ¿Usted no puede creer en esas patrañas, verdad? — Pregunto sarcásticamente —. Por favor, usted es una chunnin, y la heredera de su Clan, ya está muy grande para creer en cuentos de hadas ¿realmente cree que el volverá? Recuerde al viejo Jiraiya, se fue por casi 30 años. Después regresó, entrenó a Uzumaki y se murió. No sea ilusa, él no volverá, ni siquiera tus lindos ojos lo traerán de vuelta, Hinata. La respiración de Hinata se aceleró, pero aun así no perdió su semblante frio como el hielo. — No recuerdo haberle dado permiso para que me hablara con tal familiaridad, preferiría que me llamara por mi apellido o que usara un calificativo, pero no use mi nombre como si fuera mi amigo. — gruño como haciéndole entender que ella no estaba en su mismo nivel, y que valía menos que la tierra en su zapato, definitivamente era una Hyuga después de todo. — ¿No va a responder a mi comentario? — preguntó él algo divertido. Sin embargo, Hinata se levantó altivamente de su mesa, sin siquiera dirigirle una segunda mirada. — Usted crea lo que quiera, que yo también haré lo mismo, ¿Qué le parece si nos vemos mañana a las seis de la mañana en la puerta principal? — preguntó refiriéndose a la misión. — Está bien. — Respondió sencillamente el rubio antes de verla marchar, de seguro ahora no podría dormir por más sake que tomara. Pasaría toda la noche arrepintiéndose de lo que le había dicho a Hinata. Sasuke tenía razón, era enfermizo. Hinata salió del asfixiante ambiente del restaurante, ni siquiera había podido hablar con quien quería hacerlo. La Hyuga no era una persona a la que se le diera fácil odiar a los demás, pero estaba llegando a pensar que en realidad odiaba al lobo ANBU. Jamás se había metido con ella en el pasado, pero parecía que en los últimos meses había tomado gusto por hacerla sentir incomoda y ofenderla de todas las formas posibles, pero al oírlo hablar de Naruto en aquellos términos había rebasado su copa. Poco después, corriendo por las casi desiertas calles de Konoha, un Ninja un poco mayor que ella llegó hacia donde se encontraba Hinata. — Hinata-sama, lamento mucho la tardanza, le juro que habría llegado más temprano, pero el consejo del Clan…— hablo el hombre casi sin aliento. — No se preocupe, Otha-san. Vamos a buscar otro sitio para comer, en realidad no quiero entrar ahí. No se preocupe, yo invito. — dijo Hinata amablemente. El ninja era Otha Hyuga, uno de los tantos miembros del Bouke. Era familiar lejano de la chica y aquella mañana había solicitado hablar con ella en privado, la heredera sugirió que lo hicieran por fuera de la mansión para evitar los oídos indiscretos del clan. Los dos tomaron asiento en un restaurante un poco más pequeño que el anterior, pero mucho más privado. — Hinata-sama, debía hablar con usted, creo que me siento obligado a advertirle… —Que miembros del Souke están planeando asesinarme. Ya lo sabía, Otha-san. — completó tranquilamente la Hyuga con el ceño fruncido. — ¿Cómo lo sabe? — Cuestiono Otha sorprendido. — Es un secreto a voces en la mansión Hyuga. — Explico la chica sencillamente. Desde la guerra la salud de Hiashi había sido una cuestión bastante delicada, por lo que los rumores sobre quien debía ser el llamado a sucederlo no se hicieron esperar. Hacía muchos años que a Hinata le había dejado de interesar ser la cabeza del clan, ella solo quería ser libre. Hanabi tampoco parecía muy interesada, de alguna manera su padre se las había arreglado para que sus dos hijas odiaran ese puesto que se suponía debían ambicionar, así que dentro de la rama principal se expandió el temor de que la heredera pudiera renunciar a su titulo en favor de Neji, lo cual rompería con siglos de tradición Hyuga. — Yo lo supe hace unos meses, tuve una misión con Anji Hyuga y otros miembros del Souke. Le enviaron una carta a Anji, pero los mensajeros ninjas se confundieron por el apellido y me la entregaron a mí, en ella había un mensaje en clave, hablaban de "un lugar soleado" estoy seguro de que se trata de usted Hinata-sama. Debe cuidarse la espalda, en especial de Anji, creo que él fue el seleccionado para matarla y él realmente quiere ser el líder. — La chica abrió los ojos en señal de sorpresa. — No sé cómo podría agradecérselo, esto confirma todas mis sospechas. Hasta ahora tenía solo un presentimiento, esto es un hecho, hablaré con Neji sobre el tema. Otha asintió. — No me lo agradezca, Hinata-sama, usted es la única dentro de la rama principal que me ha extendido la mano cuando más lo necesitaba, sabe perfectamente que mi esposa y yo le somos fieles, al igual que casi todos los miembros del Bouke le somos fieles a usted y a Neji-san. — dijo el hombre en un suspiro. La Hyuga recordó de lo que estaba hablando Otha. Hacía unos meses, la esposa del shinobi había dado a luz, pero él no tenía mucho dinero y los miembros del consejo del clan se habían negado a reducir los impuestos que todo miembro de la rama segundaría estaba obligado a pagar a la principal. Hinata sintió una ira terrible aquella vez, ¿por que las cosas debían ser tan injustas en su propia familia? En un impulso de emoción decidió darle el dinero que ella recibía por ser la Heredera del Clan, no le parecía correcto, ella ganaba su propio salario como ninja, no lo necesitaba, y además se lo estaban quitando a alguien que realmente había trabajado por él. Pero su acto de altruismo no fue recibido con buenos ojos por los otros miembros del Souke, quienes lo consideraron un desafío directo a su autoridad y que no estaban dispuestos a renunciar a sus privilegios por ser la rama principal, todo esto le ayudó por un momento a entender un poco más las razones por las que Neji odiaba a su rama, porque estaba regida por un montón de leyes arcaicas y absurdas que tenían que desaparecer. Naruto vio salir a Hinata de aquel restaurante momentos después, cuando la noche ya estaba bastante avanzada. No había soportado la curiosidad de saber con quién estaba la Hyuga, así que había decidido ir tras ella, pero, para su sorpresa descubrió que no se trataba de una cena romántica ni mucho menos, su Clan estaba pensando en eliminarla. No importaba lo que pasara, no importaba cuanto lo odiara, iba a protegerla. Poco después, mientras la chica avanzaba hacia su casa, Naruto vio otra sombra persiguiéndola. Ella aún no se había dado cuenta, pero aquel sujeto saltó de repente bloqueándole el camino. Hinata fue más rápida, activó su Bakyugan y con dos golpes de su Junken inmovilizó a su enemigo, sin embargo, otras cinco sombras más saltaron a la mitad de la calle, seguramente habían enviado al primero para medir la fuerza de la chica. La Hyuga lucho con hábiles movimientos contra los dos primeros, pero eran demasiado para ella, así que Naruto decidió intervenir. El chico usó su Fuuton no jutsu; un tipo de técnica de aire que había desarrollado ya que no podía usar sus técnicas tradicionales o sería descubierto. Un gigantesco tornado rodeó a los tres ninjas que iban a atacar a la chica por la espalda mientras vencía a los dos que había estado enfrentando hasta el momento. El lobo ANBU saltó a la calle y miró a los ojos a Hinata. — ¿Se encuentra bien?, parece que tiene admiradores, Hyuga. Debió haber corrido si sabía que no podía contra todos ellos. — Dijo arrogantemente. Hinata lo miró desafiante. — Gracias por su ayuda, Lobo-san. Pero son asuntos del clan. — Puede ser, pero si atentan contra la vida de una Kunoichi activa de Konoha, comienza a ser asunto de Tsunade-sama, y usted sabe que los ANBUS dependemos directamente de ella. — Naruto caminó hasta donde se encontraba uno de los ninjas heridos y levantó su máscara. — ¿Lo reconoce, Hyuga? Hinata abrió los ojos de par en par. — Esos no son miembros de mi familia…— murmuro sorprendida. — ¿Entonces quiénes son? — preguntó Naruto aún más impactado. — N-No lo sé. — Hyuga, váyase a su casa. — ordeno firmemente. — ¿Qué? Esos hombres me atacaron a mí, no voy a ninguna parte. — ¡es una orden Hyuga! – Bramó la firme voz del rubio, y en seguida se dio cuenta de que la mirada de Hinata estaba completamente diferente, jamás la había visto tan llena de furia como en aquella ocasión, sin embargo, ella solo se volteó y se fue. Hinata llegó a su casa después de unos minutos, y apenas puso un pie allí, subió a su habitación y tomó un libro dispuesta a entretenerse con él por unas horas, pero no se podía concentrar por más que lo intentaba. Ahora estaba decidida, en realidad odiaba al Lobo ANBU, nunca había sentido nada así por nadie, a él le gustaba humillarla de una forma en la que ni si quiera su padre lo había hecho. Pero aún más preocupante que eso era el ataque... — Hinata-sama que bien que ya llegó, estaba muy preocupado. — Dijo Neji acercándose a ella — Un AMBU vino y dejó esto. — Su primo le pasó un papel que contenía un mensaje. Hyuga: No se preocupe, revise los expedientes y me di cuenta de que eran ninjas desertores del país del rayo. Solo criminales comunes, puede estar tranquila. Atte: Lobo. La pelinegra se quedó estupefacta, que rápido había sido, probablemente al ser ANBU tenía mejor acceso a cierta información que una simple chunnin, y probablemente por más que le disgustara era mejor tenerlo de su lado que en su contra. Por ahora debía enfocarse en los enemigos que tenía dentro de la comodidad de su propia casa.
ajajajajaja y yo que pense que no lo continuarioas jajaja ESTUVO SUPER!! la verdad envidio, ENVIDIO tu forma de narrar, es increible *~* me deja absorta de toda posibilidad de error, ademas, no dejas suspenso y al mismo tiempo dejas un rasgo de trilogia que debo seguir... emocionante, UNes muchos sentimientos en una simple palabra y la verdad tu trama es exitante e insistente, casi como si hipnotisaras al leer. te alavo!! jajaja la verdad no llego a notar porblemas ortograficos. lo unico que deberias mejorar es el separar cada dialogo. Jejejeje Naruto es muy exigente cuando se lo propone, la verdad me diverti con la parte de Sasuke, jjeejeje el si que es un malefico Uhiha al poner a "Lobo-san" en una situacion asi jajjaja Concuerdo con Sasuke-kun, Sakura lo destrozara en cuanto se entere y a Naruto lo dejara sin erencia.... jajaj ya quiero ver eso. Rencontruir? óbresito. el vivia en una tipo mansion y la piensa reconstruir? loco desquiciado ¬.¬ jeje pero de verdad que me encanto este fic, espero y lo actualices mas seguido pues me as dejado con la duda. ATT: I'm my tiguer creazy loka,loka,loka.
hola, gracias por tu comentario ygracias por hacerme notar lo de los espacios, ya lo corregí. creo que me cerraste la boca, porque le acababa de mandar un mail a quien me corrigió esto diciendole : "noooo demasiados espacios" Y ella me dijo: "tus lectores los van a extrañar si no los pones " creo que tenía razón.