Death Note Hush [One Shot]

Sus miradas se cruzaron. Ella leyendo un libro de 457 páginas, con la portada verde y negra. Se había preparado un café y luego lo depositó a la derecha del sofá en el cual se encontraba sentada, pero lamentablemente la bebida se enfrió, pues hacia una hora que estaba allí.
Él ubicado en el sofá de enfrente, con las piernas separadas una barra de chocolate entre las manos. Sin apartar la mirada de los ojos de la dama, comenzó a quitarle la envoltura metálica al dulce , muy suavemente, hasta dejarla descubierta totalmente. Con la punta de su lengua la lamió de un extremo al otro, se detuvo durante unos cortos segundos y repitió dicha acción pero en un pequeño sector de la tableta.
Continuaban observándose, él fijamente, ella con algo de ansiedad, intentado parecer disimulada pero fracasando en cada oportunidad.
Toma el envoltorio con los extremos de sus enguantados dedos y lo deja caer en el suelo con desdén. Luego, con una media sonrisa, el muchacho muerde la barra de chocolate, masticándola lentamente. Sus dientes se deslizan a través de ésta raspándola con delicadeza el un principio para después hacerlo con dureza, hasta finalmente volverla a morder. Con la mirada recorre de pies a cabeza a la mujer que continua viéndolo mientras muerde levemente su rojizo labio inferior.
Él vuelve a degustar su golosina con la lengua.
-Mello –ella lo llama desde en frente.
-Dime – responde mientras se relame provocativamente, quitando el cacao de su boca.
-¿Me das un trozo de chocolate? –pregunta, apoyando el rostro sobre su mano izquierda.
-Creí que te gustaba la comida un tanto más saludable.
-Esta noche, el chocolate me resulta indudablemente irresistible –responde sonriendo.
-De acuerdo, entonces ven por el –dice tras pensarlo durante un instante.
Halle deja el libro en un costado y se acerca hasta el joven, quien apoya los pies sobre una pequeña mesita y se reclina en el sofá. Esta a punto de tomar el dulce entre sus delicadas manos cuando Mello se lo aparta y, haciendo un gesto con la muñeca, la detiene.
-No, no, no, no, no, primero tienes que ganártelo –exclama con un tono de voz seductor.
-¿Con que así es como quieres jugar? –dice Hal y, tras observar cómo el muchacho sonríe con suficiencia, comienza a deslizarse sobre el regazo de éste. Una vez que esta completamente sentada, le acaricia el abdomen y luego los hombros, al mismo tiempo que frota sus caderas contra las suyas de manera leve. Enreda sus dedos en los dorados cabellos de Mello para luego moverle la cabeza hacia atrás.
Desliza sus labios en el frente del cuello del muchacho depositando besos en el trayecto hasta llegar a la cremallera del chaleco de cuero negro. Lo abre lentamente con los dientes y el rubio gime levemente con una sonrisa en los labios, mientras ella continua besando su pecho. Él siente que una llama en su interior comienza a aumentar con cada contacto y mueve sus caderas con placer. De pronto el chocolate desaparece de su mano y Halle se levanta abruptamente.
-Creo que ahora es mío –dice mientras agita el caramelo.
Mello suelta un bufido y con el pie derecho aplasta el envoltorio que descansaba en el suelo.
-Descuida, luego puedo comprarte otro –dice la dama tras depositar un último beso el la mejilla del muchacho. Después le da una leve mordida a la tableta y se retira de la habitación, la cual se encontraba inundada del aroma del azúcar.