PRÓLOGO —¿Por qué yo? ¡También esta Luka y Meiko! —Querida... Luka ya está comprometida ¿No te acuerdas? —Cierto... bueno, pero queda Meiko ¿Verdad? —Sí querida pero él especificó que quiere a la más chicas de las hermanas, y tú eres la menor —Pero papá... ¡Tengo 14, no puedo casarme! —Ya lo sé hija, pero entiende que sería algo bueno para el país entero. Después de la guerra que tuvimos quedamos devastados, nuestra gente se está muriendo. El soberano con el que te vas a casar es uno de los más ricos de todo el mundo, esta unión podría ayudarnos a salvar a todo el reino... —¿Sabes mínimo que edad tiene? —Tiene 18... solo 4 años mayores —No tengo problema con eso. Pero... es raro casarse a los 14, se supone que a esta edad debería estar recién enamorándome —Lo sé, y me odio por quitarte ese privilegio pero... es por el bien de todos ¿Serás capaz de hacerlo? —¡Lo haré! Por ti y por el reino —Gracias hija... me dejas un enorme alivio —¿Cuándo me iré? —Si no tienes inconvenientes, mañana al atardecer ¿Te parece? —Perfecto, daré la orden de que comiencen a alistar todas tus cosas —Iré a ayudar, no puedo dejarles todo el trabajo a ellos —Gracias hija... en verdad, muchas gracias —Tranquilo papá, todo está bien... —¿No me odias? —No podría, se que lo haces por el bien de la gente. Yo también lo haré por su bien... _______________________________________ Así fue como me enteré de mi propio compromiso... La idea me cayó muy mal al principio pero después de entender de que sería por el bien de mi reino y de mi familia, no tengo problema alguno en hacerlo. Solo espero que me vaya bien, no quisiera fallar; sería algo incómodo de que el príncipe me vea y se arrepienta de la decisión que tomó. Me quedarán unos minutos de viaje hasta que llegue al puerto del Reino Azul. Siento un nudo en mi estómago, me transpiran las manos y mi respiración es muy acelerada. Creo que me desmayaré en cualquier momento... ¿Cómo será mi prometido? Según escuché es uno de los príncipes más lindos. Yo no quiero que se lindo, quiero que sea una buena persona.
1° Capítulo: Conociendo a la familia (1° Parte) No tardé mucho en llegar al puerto. El reino era hermoso, las personas andaban de aquí para allá con una hermosa sonrisa; el césped era verde y el cielo estaba despejado, con el Sol en su máximo punto. Me encantaría volver a ver a mi reino así... quisiera volver a ver a mi gente sonreír. Pero, por mi pueblo es este compromiso así que no tardarán en volver a sonreír. -¿Princesa? -¿Sí? -Ya se puede bajar, hemos llegado al Reino Azul -¿T~tan rápido? -Sí mi reina. Debería apurarse, tiene que llegar lo más pronto al palacio ¿Sí? Solo le pido que no nos olvide -G~gakupo... no, no podría hacerlo -La extrañaré un montón princesa, extrañaré verla en mi casa todas las mañanas para pasar una tarde conmigo -Yo también te extrañaré Gakupo, eres mi único amigo de verdad. Pero tranquilo que trataré de ir lo más pronto posible, ahora quiero que cuides a mi hermana y a su futuro hijo ¿Sí? -¿Cómo no cuidaría a m futura esposa? No te hagas problema por eso, cuidaré a toda tu familia -Bien... ahora si me quedo tranquila. No les robo más tiempo, tengan cuidado -Lo tendremos, tú también te cuidas. Cualquier cosa sabes que me tienes a mí para protegerte, llega a pasar algo simplemente me mandas una carta -No creo que me pase nada malo pero si se llega a presenta la situación no dudes que lo haré -Bueno, ahora me voy. Suerte querida Miku -Para ti igual, quiero que me avises cuando nazca mi sobrino ¿Sí? -Te avisaré, y también para la boda -¡Claro! Nos vemos Gakupo -Adiós, Miku Bajé del bote y me fui a una carroza que me estaba esperando. Tenía un nudo en mi garganta y sentía mariposas en mi estómago; las manos me transpiraban y me respiración estaba acelerada ¡Por Dios! Estoy demasiado nerviosa; estoy a pocos pasos de conocer a mi marido, el que será el hombre de mi vida. Gakupo era el prometido de mi hermana Luka. Ellos habían estado saliendo durante varios meses hasta que ella cayó embarazada, fue entonces cuando Gakupo pidió su mano en matrimonio. Al principio mi padre se negó a este matrimonio pues Gakupo era un simple plebeyo pero después se acordó que, según él, el puesto no importa mientras haya amor mutuo; con esa decisión se hizo oficial su compromiso y están planeando la boda para un mes después. -¿Es usted Miku Hatsune, hija del Verde? -Si no lo fuera ¿Por qué deberías de estar aquí? -Buen punto princesa -Oh no, dígame Miku. No me gusta que me digan princesa, me suena a demasiado “fresa” -¿”Fresa”? -Sí, usted sabe. Esas niñas que andan cruzadas de piernas, que si se les rompen las uñas se quieren cortar los brazos. Las que serían en verdad “princesas” -Oh, ya lo entiendo... ¿Usted no es así? -¡Claro que no! Lo que más me gusta es salir a explorar, andar a caballo o jugar al aire libre. No me gusta quedarme dentro aprendiendo lecciones o todo eso. -Pero las lecciones son necesarias para las princesas -Sí, lo sé. Es por eso que me aseguré de tomar todas mis lecciones en la infancia. Quería tener mi adolescencia libre para hacer lo que yo quiera... para poder enamorarme o no lo sé -Wow... es en verdad un tesoro señorita Miku Un leve sonrojo cubrió mis mejillas. -¡Gracias! No me trate de usted, creo que soy menor para llevar eso todavía ¿No cree? -Sí, lo creo pero entonces usted tampoco me llame así, me hace sentir viejo. Y yo solo tengo 20 años -Oh, es muy joven ¿Qué haces trabajando para el Rey? -Es mi hermano, yo soy Akaito -Pero si eres mayor ¿Por qué no tomaste el trono? -Porque yo era demasiado inmaduro para poder tomar el trono, como mi hermano era más responsable mi padre se lo cedió. Pero no me enoja en lo absoluto, eso de ser Rey te trae muchos cargos. Y como no lo soy, ando todo el día de fiesta, en libertad -Que interesante vida tienes Akaito -Sí, muy divertida -Ehm... ¿Sabrás por qué eligió a la menor? -Sí, lo sé -¿Me lo puedes decir? -No, no lo haré -¿Por qué no te dejan o no quieres? -Porque no quiero. Eso es algo que te vas a dar cuenta tú sola. Tal vez se lo puedas preguntar a mi hermano -Tu hermano... ¿Cómo se llama? -Kaito Shion -Que gracioso, tienen el mismo nombre pero con una “A” por delante -Sí, se nota que tenían ganas de pensar en un nombre Solté una pequeña risa. Espero que Kaito sea igual de divertido que Akaito. Nos quedamos en silencio. Miré por la ventana y pude ver un castillo a lo lejos, no era como esos de los cuentos de hadas. Parecía más una casona, no esos que tienen techos triangulares y eran celestes. Nos comenzamos a acercar. Por alguna razón ya no estaba tan nerviosa, si algo no resultaba bien tenía a Akaito para poder, mínimo, pasar ratos. -¿Estás lista? -¿Sinceramente? No, quiero saltar por la ventana -Hehe... no lo hagas, mi hermano me mata si se entera que a su prometida le pasó algo. Y más, en mi guardia Cuando nos detuvimos frente al palacio sentí que mi corazón se detuvo. Que todos mis sentidos dejaron de funcionar. Las puertas se fueron abriendo... estoy a pocos segundos de ver al hombre con el que compartiré mi vida. Estoy muy nerviosa... Dios, ayúdame para que no me desmaye.
Conociendo a la familia (2° parte) Mi Marido Las puertas se abrieron. No había nadie ¿Qué? ¿Dónde está Kaito? -Ehm... ¿Él no debería estar aquí? -No, claro que no. Te está esperando en el gran comedor, tienes que dirigirte ahí ahora mismo. Las mucamas se encargarán de bajar tus cosas y acomodarlas en la habitación real -Está bien... Me despedí de Akaito y entré en el gran palacio. Comencé a caminar por el gran pasillo, en las paredes había cuadros colgados de toda la familia real, en uno estaban Akaito y otro niño más, era exactamente igual a él pero este tenía el pelo azul ¿Será ese Kaito? Pues, es muy apuesto. Tiene una sonrisa en el cuadro así que será una persona amable ¿No? Me detuve frente a una gran puerta. Toqué tres veces y esperé. Ahora sí estaba muy nerviosa pero traté de no demostrarlo mucho. Sentí pasos acercándose hacia la puerta; era ahora, no había nadie más, solo él y yo. Vi como el picaporte se movía hacia abajo y tiraba la puerta hacia atrás. Cuando la puerta se abrió lo pude ver... era alto, tenía ojos azules al igual que su cabello; era lindo, muy lindo, y tenía una hermosa sonrisa en su rostro. Sentí mis mejillas arder, de seguro estaba más roja que un tomate. -¿Miku? -S~sí Hice una pequeña reverencia con la mirada baja. Me apenaba mucho verlo a los ojos, no sé porque pero si lo miraba a los ojos me sentía perdida, como si él me comiera con la mirada. Como si pudiera escavar a lo más profundo de mí ser; con que pueda hacer eso ya lo odio. -Ven, entra Me tomó la mano y me introdujo en el comedor; cerró la puerta tras sí con llave. -Toma asiento –señalando un pequeño sillón de una plaza. Frente al pequeño sillón había otro similar. Tomé asiento en uno y él ocupó el otro. Me comenzó a analizar con la mirada. Me sentía muy nerviosa, sentía que estaba temblando. -Eres más linda de lo que recuerdo -¿Eh? ¿Ya nos conocíamos? -Tal vez... tal vez no, ¿Quién sabe? -¡Tú lo dijiste! -¿Quieres que te diga? -Sí -Oblígame Ese comentario me hizo enfurecer, ¿Estaba jugando conmigo? Oh no, nadie se mete conmigo. Todos los que me conocen saben que puedo ser tierna y tímida pero cuando me buscas, me encuentras. -Prefiero quedarme con la duda, muchas gracias -Veo que tienes voluntad para contestar -¿Ah? ¿Por ser menor y mujer debería quedarme callada? No señor, en mi tierra eso no funciona así -Pero ya no estás en tu tierra, ¿No? Estás en las mías y por lo tanto me obedeces a mí. Además tienes que escuchar a tus mayores -Escucharía al mayor que se encuentra aquí si no sería una pérdida de tiempo -Eres brava Hatsune -Y tú un tonto Shion -Pero me gusta -Si tú dices... seré así toda mi vida ¡Parece un niño de mi edad! Será fácil convivir con él, no creo que nos llevemos tan bien ahora. Pero si él quiere pelea es lo que va a buscar. -Ahora dime... ¿Por qué tú? -¿No pediste a la menor de las hermanas? Esa soy yo -Creí que serías más linda... -Discúlpeme señor, usted es una de las maravillas más grandes que he visto en mi vida -Ya lo sé, soy hermoso ¿Verdad, niña? -No me digas niña, tengo un nombre -Lo sé pero no te llamaré por tu nombre. Eres menor que yo, así que puedo decirte como se me dé la gana -¡Seré menor pero me tienes que respetar como a cualquiera! Además, soy tu futura esposa así que me tienes que respetar -Tienes razón en eso pero como eres mi futura esposa eres mía, y como eres mía puedo llamarte como yo quiera ¡Qué irritante! Me está empezando a caer muy pero muy mal... Debería ser un poco más maduro ¿No? -Eres un inmaduro -Y tú una llorona Lo peor de todo esto es que me lo dice con una gran sonrisa en su rostro, como si esto de pelear le gustase, como si le gustase verme enojada. -Niña -¿Qué? Se acercó hasta donde yo estaba y unió nuestros labios en un beso. Me quedé con los ojos abiertos. No puedo mover mi rostro, sus dos manos me lo sujetan con fuerza. ¿Por qué hace esto? Cuando por fin me soltó me quedé atónita, no podía pronunciar palabra o moverme siquiera. -Eres mía y de nadie más Se levantó y se fue del comedor ¿A dónde fue? No lo sé. Estoy muy confundida, ¿De dónde me conoce? ¿Por qué me tomó un cariño tan rápido? Esas dos preguntas me están golpeando muy fuerte. Estoy confundida; tendré que descubrir la verdad tras esto yo sola. Akaito no me lo quiere decir y Kaito tampoco... ¿Habrá alguien más que conozca esta historia y me la quiera contar? Hasta entonces tendré que vivir con Kaito y tratar de llegar hasta él para que me cuente la historia completa. Todavía nadie me especificó porque pidió MI mano en matrimonio teniendo a alguien tan hermosa como Meiko para poder casarse.
