*** Hielo de Invierno *** (Sessh-Kag)

*** Hielo de Invierno *** (Sessh-Kag)

Hola a todos!! antes de publicarlo, quiero decirles que este FF ya lo había publicado el año pasado en CemZoo, pero debido a problemas que tuve no pude continuar el primer capitulo, disfruten de este capitulo (con arreglos) que muy pronto publicaré el capitulo 2

♥♥ Hielo de Invierno ♥♥ [Sessh & Kag]​

Todo comienza en una época desconocida para muchos… Su nombre, Sengoku, donde se veía el invierno cubrir el lugar con su típico, pero bello manto blanco…

Esto aún no ayudaba a una joven sacerdotisa aprendiz a salir del extraño transe llamado amor… Veía como un hermoso hanyou dormía en sus piernas, al principio se sintió avergonzada, pero luego de aquel beso que fue robado de sus carnosos labios, se sentía muy a gusto con la persona a la que ella creía que era el amor de su vida…

-Inuyasha…- suspiró sin dejar de verlo, no resistía tener tan cerca de ese bello chico, de solo verlo se sonrojaba con facilidad. De pronto ve como el joven despierta.

-Kagome…- Abrió los ojos, y lo primero que vio fue el rostro de la miko que le aceleraba el corazón- ¿Qué sucede?

-Disculpa por despertarte Inuyasha, pero un fragmento de la perla está cerca- dijo mientras cambiaba su semblante, sabía que cada vez que presentía un fragmento era sinónimo de problemas.

- “Hay un aroma igual al de Kagome cerca de aquí… ¿Será Kikyô? Tal vez ella tenga el fragmento de la perla ”- se fue sin decirle una palabra a la joven miko, ella quedó muy sorprendida, la actitud de Inuyasha no era normal.

- ¿Qué le pasa?... Debo acompañarlo…- tomó las flechas, y corrió, no sin antes sentir un frío intenso, pero realmente no le importaba mucho, sólo quería saber a donde se dirigía su amado hanyou, así que decidió seguirlo, en caso de que necesitara de su ayuda.

Llegó a un lago congelado, pasó enzima de éste, ella muy extraño para ella, no estaba acostumbrada a ese clima congelante, estaba muy bien abrigada con un ajustado suéter, y aún así el frío que tenía era insoportable… Logró atravesar el lago sin resbalar y logró divisar a lo lejos un brillo.

-Tal vez sea el fragmento…- llegó al lugar sin dejar que el frío la detuviera, pero al llegar se había arrepentido de seguir al hanyou, la escena que presenciaba le pegaba directamente en el corazón, y a pesar de que había sufrido una escena como esa con anterioridad, le seguía doliendo como la primera vez.

-Inuyasha… ¿Cómo quieres que te perdone si te vi con esa mujer? ¡La besabas Inuyasha!- ésta era una sacerdotisa, vestía de blanco y rojo, su piel era pálida, mientras que su cabello llegaba por debajo de la cintura… Su semblante transmitía depresión.

Kagome ve como el hanyou toma a ésta chica por los hombros con delicadeza y la besa con pasión… hasta que la sacerdotisa Kikyô corresponde el caluroso beso después de varias insistencias por parte del joven.

-Tal vez besé a Kagome, pero por más que lo intente nunca he podido dejar de verte en sus ojos- dijo el hanyou, mientras abrazaba a la pelinegra.

-Discúlpame Inuyasha, pero por ahora no podemos estar juntos- dijo separándose de aquel caluroso y romántico abrazo- Primero debo atrapar a Naraku, luego… Estaré contigo toda la eternidad en el infierno- se acercó a él sin previo aviso y le plantó un pequeño beso.

-Te amo Kikyô- dijo mientras la veía alejándose con sus características serpientes caza almas

-Yo nunca he dejado de amarte Inuyasha- la sacerdotisa de nombre Kikyô desapareció en la oscuridad del bosque, mientras que Kagome estaba tan impactada que ni siquiera las lágrimas brotaban de sus ojos. Pensó que después de que Inuyasha le había dado su primer beso ya era una decisión… Pensó que sus sentimientos ya habían sido aclarados y que había decidido permanecer solo con ella, pero se sintió utilizada, como un desecho.

-“Inuyasha… ¿Por qué las cosas tuvieron que ser así?, no sabes el daño que me has hecho…”- la aprendiza de sacerdotisa se dejó caer sobre la nieve, y sus lágrimas no esperaron ni un segundo en asomarse, sus mejillas no solo estaban rojas por el frío de invierno, sino por la ira que la invadía cada vez más.
- “¿Por qué el aroma de Kikyô no desaparece?...”- pensó el joven hanyou de ojos dorados, al sentir ese aroma cerca decidió dejarse guiar por su olfato, hasta llegar al árbol sagrado, allí escuchaba sollozos ahogados… Casi al instante lo comprendió todo- ¿Kagome?- preguntó con melancolía

La chica se levantó, miró a los ojos a ese hanyou, los ojos de la joven sacerdotisa brillaban, mientras la luna le iluminaba las mejillas rojas. Se veía hermosa, pero la depresión que impregnaba al hanyou era incontenible.

-Kagome, ¡Por favor discúlpame yo…!- dejó de hablar al sentir una cachetada, no le dolió el impacto, sino de donde provenía el golpe… De una de las personas que más quería, Kagome.

-No vuelvas a hablarme maldito hanyou… ¡NO PIENSO SEGUIR CON ESTO!... Me diste mi primer beso hace horas ¿y ahora veo esto?, eres una basura… ¡NO VALES NADA INUYASHA!- salió corriendo del lugar, el hanyou estaba realmente dolido por todo, pero ¿Qué podía hacer? Su corazón le jugaba malas pasadas y amaba a dos mujeres maravillosas, Kagome y Kikyô…

Kagome había dejado de correr hace rato, ahora sólo veía el piso mientras reflexionaba… Ya estaba cansada de llorar por amor, no seguiría llorando por Inuyasha, aunque todavía lo amara- Tengo que olvidarlo de alguna manera…

De pronto ve a una pequeña… ésta era atacada por un joven, se acercó un poco al sentir la presencia de un fragmento, cuando pudo divisar bien la escena el dicho fragmento provenía de Kohaku, el hermano menor de Sango, su mejor amiga. Éste sólo seguía órdenes, y estaba atacando a Rin, le pareció algo extraño ya que normalmente esa hermosa niña estaba con Sesshomaru, el hermano mayor de Inuyasha.

Al ver que Kohaku, al ser hipnotizado por Naraku, quería lastimar a Rin con sus armas de exterminador, justo cuando el filo del arma iba a llegar a Rin, Kagome intervino, recibiendo el arma en su espalda, lo que no sabía era que justo en ese momento muchos la habían visto…

Inuyasha la miró estático, mientras corría hacia ella luego de haberla seguido. Sango estaba llorando mientras intentaba que Kagome reaccionara, Miroku observaba como Kohaku huía y Shippou revisaba si Rin estaba bien.

-Duele…- dijo la joven sacerdotisa, mientras que sus ojos se cerraban solos.

-¡Kagome! ¡Vas a estar bien mi amor! ¡TE LO JURO!- decía mientras la abrazaba.

-Sabes…- dijo en un susurro sólo audible por Inuyasha- … Tal vez esto me libere del dolor tan grande que me dejaste…

-¡NO! Yo te amo Kagome… ¡ENTIENDEME!

-No… Inuyasha te odio…- esto fue lo último que dijo, antes de que cayera en el sueño eterno, el arma de Kohaku lastimó toda su espalda, dejándole heridas mortales…

-¡NO, KAGOME NO ME DEJES! … ¡NOOOO!- Tomó entre sus brazos ese cuerpo que con cada segundo que transcurría se sentía más frío de lo normal.

De pronto, detrás de Inuyasha, aparece una de las marionetas de Naraku, solo para demostrar el regocijo que sentía en ese momento nuestro maligno personaje.

- ¡Jajajajaja! Con que por fin éste estorbo muere…

- Grrrr… ¡MALDITO! ¡Murió por tu culpa!- dijo mientras sus ojos se tornaban rojos, su espada no podía controlar su sangre Youkai bajo esas circunstancias, nisiquiera su espada lo podía señar, al poco tiempo sus garrar parecieron más filosas, y sus colmillos resaltaron en su boca- ¡¡Acabaré contigo!!

El hanyou se acercó a toda velocidad a la marioneta, su sed de sangre era inevitable, no hubo necesidad de utilizar los poderes de su espada, con solo sus garras acabó con cada fibra de esa inútil marioneta.

Mientras Inuyasha se desahogaba, descargando toda su ira en esa falsa imagen de Naraku, no se percataba de lo que ocurría a sus espaldas.

Hakudoshi apareció de la nada.

-¡¿Qué haces aquí Hakudoshi?!- exclamó Sango con lágrimas en los ojos- ¿Qué no vez que Naraku ya cumplió con su maldito objetivo? ¡¡Matar a mi amiga!!

-Sango cálmate por favor, llévate a Shippou de aquí, no debe ver a la señorita Kagome de esta manera, yo me encargaré de este engendro.

Sango se limitó a obedecer al monje, el momento que se vivía en ese preciso instante era demasiado fuerte para un pequeño como Shippou. Luego de que Sango se marchara Hakudoshi mostró sus verdaderas intensiones.

-Si que son ingenuos, monje tonto… Naraku aún no ha cumplido su cometido- dijo con una gran sonrisa maquiavélica dibujada en su rostro.

-¡¿A no?! Entonces que quiere ese maldito…-el monje iba a seguir hablando, pero recibió un gran impacto por parte de Hakudoshi, había sido chocado por un gran campo de energía.

La joven extensión de Naraku aprovechó al inconciente monje y al distraído Inuyasha para secuestras el cadáver de Kagome Higurashi, la miko fallecida.

- Tú nos serás muy útil sacerdotisa, bajo las órdenes de Naraku nos ayudaras a destruir a la mayor amenaza… Sesshomaru- decía mientras que veía el cuerpo vacío, sabía que Naraku haría todo lo posible por revivirla, y poner en marcha su plan.

CONTINUARA…

 

Re: *** Hielo de Invierno *** (Sessh-Kag)

La joven extensión de Naraku aprovechó al inconciente monje y al distraído Inuyasha para secuestras el cadáver de Kagome Higurashi, la miko fallecida.

- Tú nos serás muy útil sacerdotisa, bajo las órdenes de Naraku nos ayudaras a destruir a la mayor amenaza… Sesshomaru- decía mientras que veía el cuerpo vacío, sabía que Naraku haría todo lo posible por revivirla, y poner en marcha su plan.

CONTINUARA…

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Capitulo #2

Nos ubicamos en un palacio sombrío, el cual se escondía tras un campo de fuerza, que no solo lo protegía que mounstruos, sino que los hacía invisibles... Dentro de este castillo se encuentra Hakudoshi, con un cadaver entre manos. Estaba frente al mismísimo Naraku.

Naraku se podía ver de la forma más repugnante posible, los monstruos que conformaban su cuerpo estaba por toda la sombría habitación, mientras él recuperaba sus poderes.

-Buen trabajo Hakudoshi, todo fue de acuerdo al plan- dijo mientras usó un tentáculo para levantar el cadaver de la sacerdotisa, contemplandola mejor.

-Sí señor, ahora... ¿Qué piensa hacer para revivirla?- preguntó con una sonrisa maquivélica en su rostro.

-No puedo hacer milagro Hakudoshi, esta chica está muerta, así que usaré un fragmento de la perla de shikon- Naraku tenía la perla de shikon casi reunida por completo, al juzgar por la apariencia de la perla tal vez faltarían unos 5 fragmentos. De pronto se ve como una fuerza invisible dirigida por Naraku desprende un fragmento de la esfera. Éste se torna de un color oscuro intenso y es clavado sin piedad en el cuello de la sacedotiza.

El cuerpo de Kagome fue instantaneamente cubrido por el oscuro aurea de la perla, su cuerpo comenzó a latir con intensidad, y sus ojos se abrieron instantaneamente, con una expresión de dolor.

-¡Aaah!- gritó la joven, el dolor que le producía tener el fragmento infectado en su cuerpo era casi insoportable, pero de pronto, ese fragmento comenzó a purificarse.

-Demonios... Naraku que no se te olvide que ella puede purificar los fragmentos....

-Tranquilo Hakudoshi, ya pensé en eso...- Naraku despredió un trozo de su piel, y atrajo hacia él, el cuerpo de Kagome, que aún gritaba adolorida, en la parte de su cuello, naraku hizo que se introdujera ese pedaso de piel y cubriera al fragmento, para que éste no tuviera contacto con el cuerpo de la sacerdotiza, y así poder liberar su oscuridad en el cuerpo.

-Muy ingenioso debo decir- dijo con algo de asombro.

El rostro de la joven se mostraba totalmente inesprecivo, sus ojos había perdido el brillo que lo caracterizaba, su mente estaba acorralada, pero no eliminada. Ella estaba conciente de sus actos, más no podía controlarlos en absoluto.

Naraku tocó el uniforme escolar de kagome, haciendo que desapareciera por completo, por momentos la podía en ropa interior, pero de repente apareció un kimono color negro con detalles en rojo, muy ajustado a la cintura que le cubría muy arriba de las rodillas, con una pequeña falda negra debajo. En sus piernas una tela color rojo con ataduras que le cubría por debajo de las rodillas, las mangas de este traje era sumamente grandes, con cuchillas ocultas. ((Figura Adjunta))

-Tú te encargaras de ella... Le ordenarás que hacer, lo que sea, con tal y use sus poderes espirituales para acabar con el youkai más poderoso... Sesshomaru

-Como ordenes Naraku- estas palabras fueron emitidas de la boca de la sacerdotiza.

-Así me gusta Hakudoshi...

La noche transcurrió con rápidez, el sol ya tenía una hora de haber salido y se podía ver a la hermosa sacerdotisa encima de la pluma voladora de Kagura, la extensión de Naraku estaba bastante sorprendida, no sabía como su amo había podido concretar tan excelente plan.

-"No creo que esta sacerdotiza vensa a Sesshomaru, él es el único que puede aniquilar a Naraku"- pensó la chica de ojos rojos.

-Te equivocas Kagura- dijo el pelirosa- Kagome tiene poderes inimaginable, así que no juegues con ella... Ah y... cuidado con lo que piensas. "Fue una buena idea hacer que Kagura estuviese al tanto de este plan, de esa manera irá a contarle todo a los ex amigos de Kagome, y si se nos cruzan en el camino, aniquilarlos"

CONTINUARÁ...

 

Re: *** Hielo de Invierno *** (Sessh-Kag)

¡Hola! Gracias a los que siguen este FF… De verdad que se los agradezco mucho, ya voy a empezar a hacer los capítulos en Word, para evitar los errores, ya que revise el capitulo anterior y de verdad tengo varias cosas que corregir, bueno ya terminé el capítulo 3 y aquí lo tienen.



-"No creo que esta sacerdotisa venza a Sesshomaru, él es el único que puede aniquilar a Naraku"- pensó la chica de ojos rojos.

-Te equivocas Kagura- dijo el pelirosa- Kagome tiene poderes inimaginable, así que no juegues con ella... Ah y... cuidado con lo que piensas. "Fue una buena idea hacer que Kagura estuviese al tanto de este plan, de esa manera irá a contarle todo a los ex amigos de Kagome, y si se nos cruzan en el camino, aniquilarlos"

CONTINUARÁ...

Capítulo #3:

El sol apenas se divisaba en el horizonte, atraía una felicidad inigualable con tan solo ver esa hermosa escena, a pesar del frío intenso que se sentía en la zona, al menos precensiar ese amanecer atraía un calor interno a tu cuerpo, tal ver de paz. Pero no para todos era felicidad, ya que se vivía un ambiente tenso; se podían divisar a dos figuras rondando por el bosque, uno de ellos era bastante pequeño, y el otro era lo suficientemente alto, su sombra mostraba una gran armadura cubrir parte de su cuerpo.

- Te preguntaré por última vez Jacken- dijo de manera fría e inexpresiva- ¿Dónde está?

- ¡Amo bonito! Yo puedo explicarle, es que el joven Kohaku estaba atentando contre Rin… Yo no podía detenerlo entonces fui a buscarlo a usted y…- no pudo terminar de dar su explicación, el joven youkai había escuchado lo suficiente, ahora iba a emprender su camino, y con suerte encontraría el rastro de su pequeña acompañante.

- “Esa noche pude percibir un intenso olor a sangre de aquella sacerdotisa, y a la misma vez como el asqueroso hanyou se transformaba, tengo que ver ¿Dónde está Rin o qué demonios hicieron con ella?”- El youkai de cabellos plateados salió a toda prisa de ese bosque, el cual había perdido su belleza, anunciado que el invierno estaba presente.

En la aldea de la anciana Kaede no podía haber un ambiente más triste, todos lloraban la perdida de una gran amiga, ella no solo era útil, no solo era una persona más… Ella para algunos era todo y para otros la mitad de su mundo, una perdida de esa magnitud se supera con dificultad y el corazón nunca sana, solo se reprimirá ese vacío que se siente por no tenerla cerca. Todos estaban en silencio, se podía observar a Inuyasha hundido en sus pensamientos, colmillo de acero estaba apoyado en su hombro y él con los ojos cerrados luchando con sus sentimientos.

En el caso del hanyou no sólo era su profunda tristeza que lo atormentaba, sino ese sentimiento de culpa y frustración que jamás lo dejaría vivir en paz. Él se encontraba sentado en una de las raíces de aquel árbol sagrado, ahí había conocido a su ángel salvador, aquel ángel que lo liberó de la oscuridad y le enseñó una nueva vida, a sentir de manera distinta, valorando la amistad y sintiendo de nuevo aquello que llaman amor.

Inuyasha Flash Back:

Era una noche fría, y la más frustrante, no habían tenido ni un pequeño rastro de aquel ser tal despreciable como lo era Naraku. Él hanyou observaba a todos dormir, cuando de pronto empieza a sentir una especial atracción por la joven de cabellos azabaches, esta dormía placidamente, hasta que sintió varios pasos que tal vez se dirigían a ella, al momento de abrir los ojos lo primero que vio fue un color dorado, solo eso. Aquel color solo significaba una cosa, estaba frente a frente con su querido Inuyasha.

- Kagome…- susurró el hanyou

- Inuyasha… ¿Qué haces despierto a esta hora?- preguntó con un pequeño rubor en las mejillas, no se le hacía costumbre tenerlo tan cerca. El calor corporal del joven se le transmitía, quitándole parte de aquel que tanto la atormentaba.

- Te vi temblar…- dijo sin quitar aún la vista de aquella hermosa joven

- P… Pues sí, estamos en invierno Inuyasha, eso es muy común- de pronto sintió como sus manos eran sostenidas por el hanyou, resguardándolas del frío. No puedo evitar sonrojarse, así que se aferró con fuerza al pecho de Inuyasha, mientras él la abrazaba fuertemente. El ojidorado se separó levemente de la sacerdotisa, solo para verla al rostro, sin previo aviso se acercó a ella con lentitud hasta unir sus labios en un caluroso beso.

Ending Inuyasha Flash Back.

- ¡¡Soy un idiota!!- Gritó con todas sus fuerzas- ¿Por qué tuve que ir tras Kikyô? ¡¡Maldición!!... sino lo hubiese hecho Kagome estuviese viva y feliz a mi lado- su rostro de ira era acompañado por lágrimas que le empapaban las mejillas.

Todos tenían la mirada fija al peliplateado, estaban anonadados, no sabían que todos los momentos desagradables vividos esa noche habían sido consecuencias de Inuyasha. En poco segundo el hanyou salió apresurado de la aldea, cualquiera que lo hubiese visto en ese instante tal vez pensaría que se quería suicidar. Llegó hasta una de las colinas más altas, aún las lágrimas no dejaban de caer, mientras él se desplomaba sobre la nieve con la miraba fija en el cielo, tal vez esperaba que su cuerpo no resistiera el frío y se rindiera por sí mismo, aunque para un hanyou eso aparenta ser imposible. De pronto ve algo que despierta su atención, podía observar la pluma en la que se desplazaba una de las extensiones de Naraku, el joven ojidorado estaba dispuesto atacar, pero al instante pudo observar quienes iban en ese vuelo.

- ¡¡¿Kagome?!!- corrió todo lo que sus piernas le daban, sin perder de vista a la hermosa joven.

Mientras tanto se podía observar a Sesshomaru cerca de un vil pozo, en su rostro apenas se reflejaba enfado, hasta que escuchó un sonido provenir de aquel pozo de cadáveres.

- ¡Ahy!- al parecer era la voz de una jovencita, ésta había pasado toda la noche descansando en aquel pozo, mezclando su olor con lo de los huesos de aquellos monstruos para no ser encontrada por algún depredador. La pequeña sostenía su pie derecho con gran insistencia, mientras un gesto de dolor se reflejaba en su rostro.

- ¿Rin?- su mirada fría no cambiaba, pero internamente sentía un alivio acogedor, de haber encontrado aquella pequeña.

- ¡Señor Sesshomaru!- sus ojos tenían un gran brillo de felicidad- ¡Que alegr…!

- ¡Shh! No salgas de ahí- este percibía el olor de Naraku acercándose cada vez más, hasta que tras unos segundos divisa una pluma voladora y tras de ella su despreciable medio hermano.

CONTINUARÁ…