Mis manos eran de un color carmesí intenso, la espada que portaba entre ellas se deslizaba por lo cual me dificultaba moverme con mi agilidad nata. Sonreí al visualizar al último soldado de pie. Mi espada cortó limpiamente su cuello y la cabeza rodó hasta llegar al río de sangre que se había formado. —Haz hecho un buen trabajo, Yato— Nora me sonrió con aquella sonrisa complaciente. el suelo desapareció y comencé a caer en el vacio. *****Me levanté súbitamente, intentado tener un control de mi respiración agitada, sudor se escurría por mi cuerpo, haciendo eco del sueño que intentaba consumirme. El agua limpió mi rostro intentando purificarme, pero aquellos sueños eran más recurrentes, sobre el tipo de Dios y las acciones que había cometido. Aquellas muertes con las que cargaba y de las cuales estaba arrepentido. Mi camino se había perdido en el pasado, cumpliendo los deseos más oscuros de las personas y ensuciando mis manos por unas simples monedas, por voluntad de mis superiores y por el miedo irracional de dejar de existir. No volvería a ser el Dios de la calamidad, ahora tenía a Yukine y a Hiroyi, por lo cual su antiguo yo no podía salir a flote. Miré mi reflejo en el agua que corría de la fuente del santuario y fruncí el ceño. —Hey tú, idiota, tú ya no tienes ningún poder en mí, no existes, así que vete. El aire acarició mis mejillas mientras varias hojas marchitas descendian con delicadeza hasta besar al suelo, dejando por terminado aquella etapa del año y mi oscuro pasado.
Yato, mi dios favorito en cuanto anime se trata. Odio a Nora, no sé, se me hace tan perra arrastrada atrás de él, o sea, supéralo mujer con aspecto de niña de 15 años. Yato es de Hiyori. Esto me hace acordar cuando le regaló su propio templo, bueno, una cosita ahí de madera que se lo valieron (?) Me gustó la incomodidad al no olvidar aquellos recuerdos oscuros de su pasado, siendo un dios que trata de ayudar a las personas así sea con tareas caseras para no ser olvidado. Contenido oculto Sigo esperando la otra temporada. </3