Hermosa Victoria (Ryoma x Sakuno)

Hermosa Victoria (Ryoma x Sakuno)

Otra vez aquí subiendo un pequeño One-shot,
también es de esta linda pareja que me gusta muxo,
gracias a los post del otro fic me animé a subir este
así que...
Ojala les guste!!!

Se me cuidan,
Xauuuu!! xD

Hermosa Victoria

Una nueva victoria, una entre muchas otras… por fin había logrado vencer al capitán del equipo, esa era una gran victoria entre todas las que ha obtenido, mas solo era eso, una victoria…
Eso se encontraba pensando el príncipe del tenis mientras dormitaba sobre su pupitre, escuchaba murmullos de todas las direcciones sobre aquel gran partido, pero por alguna razón él no se encontraba tan satisfecho por ese logro, algo faltaba, algo que le impedía sentirse superior como siempre lo siente al derrotar a cualquier oponente, pero no sabía que era… ¿Qué podría ser eso?
Cuando se encontraba analizando aquello el timbre sonó, todos hicieron silencio al ver a la profesora y con pesar el muchacho se levantó aun soñoliento, luego se sentó para volver a su rutina, cuando de repente escuchó una voz familiar que venía de afuera del aula.

-Permiso… -Dijo la joven de trenzas que recién entraba al salón.

-Me da gusto verla señorita Ryusaki -Dijo la profesora ajustándose sus lentes.

-Buenos días -Saludó la joven dirigiéndose a su pupitre.

-… -Vio como la muchacha de ojos rojos pasaba por su lado y creyó haber notado que las mejillas de ella levemente se colorearon pero solo lo ignoró, total, a él no le importa eso, sólo le interesa descubrir la razón de que aquella victoria no le alegrara.

-¡¡¿Cómo estás Sakuno?!! –Saludó… bueno, más bien gritó la chica de coletas.

-Silencio… -La miró enfadada la profesora.

-Hola Tomoka, estoy bien gracias… -Le respondió susurrando la joven.

La clase prosiguió sin percance alguno hasta que dieron el aviso para el descanso.

…

El joven de ojos ámbar se encontraba como es de costumbre en el techo del edificio medio dormido y medio pensativo, en verdad ese tema le estaba molestando, y eso lo tenía totalmente perdido, tanto que ni siquiera se dio cuenta de que alguien había subido hasta ahí y que esa persona se le estaba acercando lentamente… sólo lo notó cuando vio una sombra sobre él, entonces levantó el rostro y vio un par de largas trenzas color rojizo.

-Ry-Ryoma-kun… -Pronunció la joven con notoria dificultad.

-… -Sólo la miró, ni siquiera se levantó de su lugar de descanso.

-Yo… yo estaba enferma por… por eso no pude ver tu partido… -Dijo bajando la mirada- Pe-pero… Tomoka me contó como fue todo, por eso yo quería… quería… quería felicitarte por tu victoria, ¡Muchas felicidades! -Dijo cerrando sus ojos y mostrando su rostro totalmente rojo- Eso… eso era todo… -Sale corriendo de ahí, una sonrisa se dibuja en sus labios al bajar felicitándose por su valor por haberlo felicitado pero al mismo tiempo reprochándose el no expresarle aquel sentimiento que siente por él.

Mientras tanto el joven príncipe estaba algo conmocionado, el escuchar aquella felicitación hizo que su corazón empezara a latir rápidamente y que esa victoria tomará un nuevo sabor, ese sabor que tenían todas sus victorias, entonces… ¿Ella era lo que a él le faltaba? ¿Esas palabras de aliento eran las que hacían que las victorias fueran tan satisfactorias? ¡No! ¡¿Cómo podría ser eso posible?!

-Son tonterías… -Se dijo así mismo ¿tratando de auto convérsense? no, claro que… no…

Por fin llegaron las prácticas, de alguna manera podría despejar su mente en aquel deporte que siempre lo había absorbido del mundo.

-¡¡¡Tu puedes mi príncipe!!! -Gritaba la chica de coletas, como era de costumbre agitando su querida pancarta.

-Tú puedes… -Dijo en un tímido susurro.

El joven tenista pudo divisar entre tanto grito un suspiro que lo animó, un aliento que siempre había sentido presente en casi todos sus partidos, entonces levantó su vista y vio a la pelirroja, animándole como siempre, con sus ojos clavados en él, con un leve rubor en sus mejillas y con una sonrisa que mostraba inocencia… ¡Esperen un segundo! ¡¿Desde cuando él le ponía atención a esos detalles?! Pero en realidad se los sabía de memoria, sólo que lo negaba…

Se sintió observada, sentía como el tenista la penetraba con su mirada y eso la hizo sonrojarse a mas no poder, sentía que las mejillas le ardían mas sólo se quedó ahí contemplándolo también, tal vez estaba viendo otra cosa, se decía a si misma tratando de calmar sus emociones pero en el fondo sentía que esos ojos la miraban sólo a ella.

El sólo veía como ella jugaba con sus dedos, en verdad esa actitud de niña lo embelesaba pero no quería aceptarlo, ¡¡El era el príncipe del tenis!! No sería vencido por una niña, ¡Jamás! Mas no podía negar que el observarla le deleitaba.

-Ryoma… -Lo llamó el chico ojos de cielo tratando de captar su atención, mas no logró lo que quería, entonces tras una mirada fugaz entendió lo que estaba pasando.

-¡¡Ryoma!! -Gritó la anciana haciendo que de esa manera el tenista despertara de su letargo pero sólo vio como él la miraba perdido a lo que ella dio un suspiro- Mejor vayan a lavarse, mañana seguiremos…

Todos aun confundidos por la actitud del príncipe obedecieron a la anciana dejando en la cancha al pequeño tenista…

El estaba totalmente perdido en una batalla personal, no podía creer que esa chica tan débil podría ocupar todos sus pensamientos y perturbarlo de esa manera… se sentó en una banca y empezó a tomar de su bebida favorita sumergido completamente en sus no tranquilos pensamientos, cuando vio en el suelo la sombra de algo que conocía muy bien, dos largas trenzas…
Sin mostrar alguna reacción empezó a levantar su vista inspeccionando cada detalle de la chica, esos ojos rojizos como su cabello, el carmín de sus mejillas que sólo se mostraban al estar cerca de él y esas manos temblorosas y temerosas, ¿Cómo es que ella podría vencer la indiferencia del más grande tenista de Seigaku? Ante esa pregunta decidió mejor fijar su mirada en su Ponta.

-Ryoma-kun… -Susurró… mas bien suspiró en un hilo de aliento, en verdad estaba muy avergonzada pero tenía que saber la causa de aquella mirada tan intensa que sentía sobre ella- Que… quería… -Un momento, inspira, expira, eso… ahora toma aire y trata de no tartamudear- Preguntarte algo… -El miedo aumentó cuando vio que el prodigio fijó sus ojos en los suyos, los nervios la empezaban a atacar y el aire, el bendito aire se le había escapado dejándole solo unos pocos restos que se le iban en los suspiros.

-¿Qué? -Articuló fingiendo indiferencia, en verdad él había actuado así durante tanto tiempo que el fingir no le costaba.

-Bueno… yo… -La actitud del joven de ojos ámbar la heló, ella había creído sentir algo cálido en sus ojos mas su voz no se lo mostraba cosa que la hirió profundamente haciendo que el valor que en algún momento pudo reunir se transformara en pequeños cristales salados que empezaban a formarse en sus ojos.

-¿Si…? -Agregó algo impaciente.

-No, nada… -Respondió sin ánimo, oprimiendo sus manos contra su pecho.

-… -Vio como ella se quedó inmóvil frente a él, entonces volvió a examinarla con la mirada, tratando de encontrar algo extraordinario en ella para explicar el porque de su perturbación, pero aun veía a una niña débil y distraída… ¿Cómo es que ella le puede estar afectando de esa manera?

-Per… perdón… -Ya nada mas había que hacer en ese lugar, el tenista de sus ilusiones en realidad era el joven frío de siempre, ¿Cómo se le pudo pasar por la cabeza que algo había cambiado en él? ¿Cómo pudo pensar que tal vez estuviera sintiendo algo por ell…? ¡Es una locura!, deprimida se dio media vuelta para marcharse.

-Sakuno… -Pronunció levantándose de su lugar.

-¿Eh…? -No estaba segura si había escuchado bien, ¿había dicho su nombre? En realidad ella creía que él lo había olvidado o que simplemente no lo sabía, pero a pesar de sus dudas se volteó.

-Yo… -No sabía que decir, al verla marcharse pronunció su nombre por inercia y por la misma inercia se había levantado, podía ver que la chica esperaba que él digiera algo pero no se le ocurría nada, ¡¿Qué hago?! Se preguntaba, pero su rostro no mostraba ninguna emoción a pesar de que estaba entrando en pánico- Bueno…

-¿Si…? -Estaba algo conmocionada al ver al “príncipe de hielo” tan confundido, pues aunque lo ocultara muy bien ella podía verlo en sus ojos, tal vez era gracias a las interminables horas de observarlo en silencio pero era capaz de hacerlo- Dime… -Dijo dibujando una sonrisa en sus labios.

-Eh… -La sonrisa de la joven lo heló, a tal punto que su rostro perdió la frialdad y un extraño calor empezaba a apoderarse de sus mejillas, nunca había visto esa sonrisa en la joven, esa no era su sonrisa de inocencia sino que parecía una sonrisa de… de victoria…

-… -El ver las mejillas ruborizadas del tenista la choqueó profundamente, la alegría creció considerablemente por lo que la sonrisa se amplió mucho más, era algo extraño pero sentía que el gran tenista de Seigaku estaba indefenso ante ella y esa sensación le gustaba- ¿Estás bien? -Preguntó entretenida… en verdad el miedo y la inseguridad se fueron, dejando solamente la euforia de ver a aquel chico en ese estado.

-Perfectamente… -Susurró, tenía un nudo en la garganta, sentía que el rostro le ardía pero aun así se sentía bien- Sakuno… -Pronunció sonriendo, en verdad aun no lo comprendía pero de alguna manera esa chica logró lo que sólo unos pocos han logrado… vencerlo.

-¿Q-qué pasa…? -Ahora si que el miedo volvió, esa sonrisa la dejó sin fuerzas, estaba apunto de desmayarse ¡¡Le estaba sonriendo!!

-Te quiero… -Dudó, se acomodó la gorra y suspiró- Te quiero preguntar de que estabas enferma… -¡¡Por Dios Santo!! ¡¿Qué estaba haciendo?! Por fin se daba cuenta de sus verdaderos sentimientos y no tenía el valor de pronunciarlos, ¿acaso esa derrota lo había vuelto un cobarde?

-¿Eh…? Ah, yo… tenía amigdalitis… -Respondió algo decepcionada.

-Ah… -Después de eso… silencio, no sabía que hacer, no sabía que decir…

-Ry-Ryoma-kun… -Envuelta en ese silencio se dio cuenta de que ese era el momento perfecto para decirle por fin sus sentimientos, además de que el joven parecía que estaba dispuesto a escuchar cada palabra que ella pronunciase- Yo… quería decirte que…

-… -Miró fijamente a la chica, la veía vacilante y sin valor a pronunciar lo que guardaba, entonces se dio cuenta de que estaba igual que él… eso lo tranquilizó un poco y también lo animó para poder decirle de una vez por todas lo que ambos callaban pero que de alguna manera sabían muy bien- Te quiero…

-¿? -Saliéndose de sus nervios decidió esperar la nueva pregunta del prodigio- ¿Qué me quieres preguntar? -Articuló al ver que él no decía nada más.

-… -Había caído nuevamente en el juego de cambiar sus intenciones, pero él no quería alargar más esa situación- No es una pregunta… es una declaración…

-¿Una…? -¿Una declaración? Entonces… él… la quie… ¡¡Kami si existe!! Sin pensarlo se arroja a los brazos del tenista para abrazarlo con todas sus fuerzas.

-Sa… -Se quedó paralizado ante la acción de la joven pero después él también la abrazó.

-Te quiero Ryoma-kun… te quiero… te quiero… -Repetía una y otra y otra vez derramando lágrimas de alegría y agradeciendo al cielo.

-Sakuno… -Ahora esa derrota no le parecía nada desagradable, en realidad, esa fue una gran victoria, ya que ganó el amor de aquella hermosa joven.


Gracias x leerlo ^^